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martes, 25 de marzo de 2014

Capitulo dos


Capitulo dos
La noche de Rafael no fue tan tranquila como la del resto de la familia, pues a él lo torturaba el hecho de que su padre siempre supo que era su padre y jamás se lo dijo; por lo que había sólo una respuesta para esa intriga: su papá no lo quería!!

Despertó y salió con cuidado de la cama, y corrió en medio de la noche sin un rumbo, sólo dejando una nota, diciendo: "toda una vida de mentiras! No seré parte de esto"

Pasada unas horas de su escape, Ricardo entró a la habitación con la intención de despertar a sus dos amores para el primer  gran desayuno en familia. Con Helena habían acordado dejarlos descansar una hora más, pero cuando Ricardo se encontró con que en la habitación de Martín sólo estaba Martín, salió a buscar a su otro hijo al cuarto de huéspedes que le habían asignado el día anterior. Pero antes de que llegara a la puerta, Martín salió de su habitación con lágrimas en los ojos y un papel en la mano
-Papá! Rafael se fue!-
Ricardo voló hasta donde estaba su niño y tomó la nota. Luego de una lectura rápida, sintió que se le rompía el corazón.
-Qué sucede, Ricardo?! Dónde está Rafa?!- Preguntó Helena, que había subido, al notar la tardanza de los 3 hombres.
-Mamá!... Mamá!! Mi hermano se fue, mamá! Hay que encontrarlo- Dijo con preocupación. La noche anterior había llovido con truenos y relámpagos y toda la zona se ponía demasiado peligrosa, más si no la conocías y ese era el caso de Rafael. Así que los padres salieron a toda prisa de la casa, sin muchas pistas de dónde empezar a buscar. -Yo también voy!!- Dijo Martín, poniéndose una camperita y calzados.
-Con cuidado, Martín! Ve con mamá que no conoce mucho el área- Dijo Ricardo, mientras corría en busca de su hijo.
Martín y su mamá tomaron el otro camino y empezaron con la angustiante búsqueda... 

A Ricardo fue el corazón quien lo guió, y corrió -sin saber cómo ni por qué- a los arrecifes, para encontrar a su hijo dormido a punto de caer al mar. 
Con cuidado, trató de levantarlo en brazos, pero el niño se despertó por los movimientos y no lo dejó continuar. Se puso frenético y empezó a gritar.
-Suéltame, suéltame no te quiero cerca- Decía, intentando esquivar sus brazos.
-Basta, hijo!- Ricardo puso toda su autoridad en aquellas palabras. Pero eso enojó más al muchachito.
-No soy tu hijo!! 5 años tuviste para decirme y no me lo dijiste!!! Se lo dijiste a tu hijo, no a mi... porque yo no te importo, porque tú no me quieres... pues yo tampoco te quiero... ni a mamá por mentirosa!!!
-No, mi amor! Eso no es cierto... yo te quiero mucho. Eres mi hijito y no voy a dejarte nunca más!- El pobre hombre intentó mantenerse calmado, sin mostrar lo mucho que le habían herido esas palabras.
-Pues yo no te quiero!!! Nunca tuve un papá… y nunca necesité uno – Dijo, poniéndose brusco y casi logra caerse al mar.
Eso fue todo lo que Ricardo pudo tolerar. Si bien entendía que todo el sufrimiento de Rafael era por su culpa, su paciencia llegó a un fin cuando el chico casi cae al agua, y dejó de lado remordimientos para hacer lo que su instinto le dictaba hacer. 
-Que me sueltes!!- Luchaba Rafael
-Rafael!! Basta he dicho, si no quieres que aquí mismo te dé una zurra!
-Tú no puedes pegarme!!- Le escupió a la cara
Ricardo, contra todos los gritos de su corazón que pedían más paciencia en favor del chico, se sentó en una de las rocas y volcó a su hijo sobre sus piernas.
-No, papito! No!!!- Rafael sabía bien lo que significaba estar en esa posición y lo que venía y por nada en el mundo quería que pasara. No era justo!
-Lo lamento, hijito! Pero esto te lo has ganado tú solito- Dijo Ricardo, bajándole el pantalón y dejándolo más abajo de los glúteos
-NOooo!! Papá!! En casaaaa!!!- Gritó con desesperación.
-PLASS!! PLASS!! PLASS!!-
-Arriba, cariño! En casa te daré lo que falta del castigo.- Dijo con la voz seria, ayudándolo a levantarse.
Rafael, en cuanto estuvo de pie, salió corriendo sin ningún cuidado y no se detuvo hasta que llegó a la seguridad de su habitación, done se encerró con llave.
-Qué pasó, papá?! Encontraste a Rafa?!- Preguntó Martincito, al encontrar a su padre, llegando a la casa.
-Sí! Está en su pieza... Martin, voy castigar a tu hermano. Por qué no van a  desayunar fuera?! Nosotros los alcanzaremos pronto.
Martín abrió grande sus ojos. -No, papá!! No quiero... no quiero que le pegues!- Respondió muy decidido.

Al salir de la casa en busca de su hermano, se había dado cuenta de algo que le causó mucha ilusión: él era mayor que Rafael, y por lo tanto Rafa era su hermanito. Así que era su deber como mayor protegerlo.
-Ni yo quiero hacer eso, cariño... pero lo que hizo tu hermanito, al igual que lo que hizo ayer otro jovencito, no puedo dejarlo pasar... así que ve con Helena a la cafetería de la esquina y nosotros vamos a su encuentro, más tarde.
-Pero... peroo...- Y- Ricardo ayudó a la indecisión de su mocoso con una palmadita.
-Haz caso, bebé! Te prometo que no asesino a tu hermano! Anda ahora!
-Vamos- Dijo Helena tomándolo de la mano; a ella lo que estaba por pasar le dolía demasiado, pero sabía que era algo que su hijo necesitaba.
Ricardo exhaló sentidamente. No quería hacerlo. Ojalá y no tuviera que hacerlo, pero la vida de su hijo era muy valiosa como para que su bebé no la cuidara.
Mientras tanto, Rafa se había acuartelado en su pieza y había llenado una pistola de agua para mojar a su "padre" si se atrevía a entrar.
-Hijo... hijo!!... TOC… TOC… TOC… Abre la puerta en éste instante, jovencito!!!- TOC… TOC… TOC…- Insistía con los golpes a su puerta
-Que no soy tu hijo!!- Le gritó, acomodando el gatillo listo para lanzar.
-Que sí lo eres!! Si dudas de mí, te muestro los resultados del ADN! Pero eres MI HIJO!!!
-De hace cinco años!!! Métetelos por el culo- Le gritó con tanta bronca. Su madre le había contado lo mismo que su papá a Martín.

Ricardo se pasó la mano por la cara. Claro que entendía que su hijo estuviera enojado y que quisiera desquitarse, pero él tampoco era un trapo sucio al que podía pisotear.
-Tienes exactamente 5 minutos para abrir esa puerta, muchachito! Sino, en cuanto regrese con las llaves, no te va a gustar lo que pasará!
-A ver si te atreves a entrar! Si todo este tiempo no has sido más que un cobarde- Lo desafió, listo para mojarlo de pies a cabeza.
Justo cinco minutos después, Ricardo llegó con las llaves.- De acuerdo, hijo. Tú te lo has buscado!- Dijo poniendo la llave en la cerradura y girándola hacia uno de los lados. 

En cuanto la puerta se abrió, un chorro de alta potencia lo dejó estilando, junto con todo lo que estaba en su camino. En cuanto descargó la ametralladora de agua, corrió a encerrarse al baño para cargarla de nuevo.
Ricardo ahora estaba que echaba humo por las orejas. Emprendió la marcha hasta el baño, dispuesto a tumbar la puerta de ser necesario.
Pero como Rafa no había alcanzado a llenar la pistola tomó la ducha teléfono y abrió la llave para desquitarse con su padre, mojándolo de pies a cabeza.
-Grrrr... jovencito! Ahora verás!- Dijo Ricardo, todo empapado, escupiendo el agua que le chorreaba de la cabeza. Miró hacia la bañera y tomó el cepillo de ducha y la manito de su hijo.
-Suéltame... que me sueltes!!... Que no tienes derecho… no eres nadie... nadie! Me oyes? Nadie!!!- Gritaba como un loco el chiquillo, intentando morder a su padre, para que lo dejara en paz
-MAMÁAAAAAAAaaa-
-No está tu madre... estoy yo! Tu padre!
-Suéltame- Gritó, tirándose al suelo para poder soltarse. Pero no tenía oportunidad. Ricardo era mucho más alto y pesado que él, así que, como si fuese muñequito de trapo, lo levantó del piso y lo acomodó sobre sus rodillas por segunda vez en esa mañana.
-Noooooooooo!!!- Pataleaba. Pero su papá lo tenía bien firme, sosteniéndolo por la cintura con su brazo izquierdo mientras que con el derecho le bajaba la ropa.
-No, papá!!- Dijo asustado.
-Créeme que lo siento, hijito de mi corazón, pero esto es lo que pasará de ahora en adelante si no obedeces a papá o a mamá, y más si te pones en peligro.
-No es justo!! A Martín no le pegas!-
-No! A Martín no le pegaba- Recalcó.
-No es justo-
-Pero de ahora en adelante también lo castigaré así si es que no obedece o hace algo que esté mal y lo ponga en peligro.
-Pero no quiero que me pegues- Gimoteó Rafita, sintiendo todo su enojo esfumarse de repente.
-Créeme que yo tampoco quiero hacerlo…- Dijo desnudándole el trasero.
-No papi!! No- Volvió a luchar -si me pegas, no te querré nunca…
- Pero yo sí te quiero y nunca dejaré de hacerlo! Te querré siempre, mi niño!- Le murmuró, dejando caer su mano pesadamente contra las nalguitas de su nene.
-Auuugh-
ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!! –
-Auuu… duele!! Eres malo…- Gimoteó Rafael, tratando de no llorar.
Ricardo se mantuvo callado. No quería decir ni una sola palabra, porque si lo hacia su hijo se hubiera dado cuenta que estaba llorando, igual que él.
ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!!- Cinco palmadas en la nalguita izquierda, que ya estaba teñida de rosa, y Rafael estalló en llanto.
-BUaaaaaaa… malo!!! No te quiero! No te voy a querer nunca porque tú no me quieres!!
ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!! ZAS!! –Estos azotes cayeron en la nalga derecha.
-Ayyyyyyy…. Yaaaaa!!! –Se quejó con desespero. La mano de su papá era más grande y pesada que la de su mamá y estaba haciendo estragos en su trasero.
-Te amo más que a mi vida, y no te quiero que nada malo te suceda jamás, mi niño lindo. Eres muy importante para mí- Afirmó Ricardo cuando recuperó su voz- y te lo voy a demostrar ahora- Con eso, tomó el cepillo y lo dejó caer en la colita de su chiquito.
-NOoooooooo!!! Papito no!!! Me duele, papito!!!
Ricardo elevó su rodilla para que la parte baja del trasero quedara más expuesta y dedicó los últimos chirlos con el cepillo en esa zona.
CRACK!!... CRACK!!... CRACK!!... CRACK!!...
Cayó impiadoso el instrumento, dejando manchas rojas en la pielcita.
-Buaaaaaaaa… voy a ser bueno, voy a ser bueno!!-
CRACK!!... CRACK!!... CRACK!!... CRACK!!...
-Buaaaaaaaaaaaa…
Ricardo no pudo seguir más con el castigo, al sentir los sollozos desgarradores de su niño y ver el color intenso de sus nalguitas.
-Shhhh… Ya, mi amor!- Dijo, llevando su mano a dar suave masajes en la espalda y los hombros de su bebé- Sé que serás buenoEres mi sol… mi rey!! Te amo tanto, mi chiquito! Promete que nunca volverás a arriesgarte así, mi bebé.- Y con todo el cuidado del mundo, Ricardo dio vuelta a su niño, para dejarlo acomodado en su regazo, resguardado entre sus brazos.
-Nunca más, papito!! Nunca más!!- Respondió el muchacho, un tanto ahogado por el llanto.
-Calma, mi principito! Papá te ama, mi cielo! Perdóname por ser tan cobarde, por no habértelo dicho antes.-  Y empezó a llenarlo de besos.
-Pero es que estoy tan enojado... papito, duele tanto- Dijo abrazándose a su padre.
-Oh, mi bebé! Lo siento, hijo mío! Todo esto es culpa mía!! Fui un tonto, un idiota al no decirlo antes! Podrás perdonar a papá alguna vez?
-Sí... pero no ahora- Le dijo, escondiendo su carita en el cuello de su padre.
-Está bien, mi amor! Yo trabajaré duro para ganarme tu perdón! Y empezaré llenándote de besos…-Y le dio un  montón de besos por toda la carita.
-Sí, me tienes que dar besos todos los días y prometer que no me pegarás nunca más-
-Uhhhhhmmm...- Lo pensó papá- lo de los besos me parece más que justo, pero lo siento por tu colita porque no hay trato!!- Añadió con una sonrisa, que se hizo más grande cuando su niño le hizo un pucherito.
-Pero papi… si tú no crees en eso, sólo mamá lo hace-
-Pero creo que mamá necesitará una mano ahora que ustedes dos vivan en la misma casa…
-Vamos a vivir todos juntos, papá?!- Preguntó muy asombrado.
-Claro que sí, mi amor! No puedo estar ni un día más lejos de ti ni de tu mamá! Los amo con todo el corazón!!
-Martin no se enojará? Él no quiere a mi mamita-
-Él los aceptará, tesoro. Ya verás! Y si dice algo ya veremos cómo convencerlo! No tengas miedo hijo! Somos una gran familia ahora y no nos separaremos jamás-
Rafita negó con la cabeza -Es que me castigaste muy fuerte- Lloriqueó.
Ricardo le dio un beso en la frente, lo levantó de su regazo y lo hizo acostar en la cama, boca abajo.
Rafael, no hizo ni un intento de cubrirse; el chico descarado no tenía problemas con su cuerpo o la desnudes, así que se quedó sin vestir de la cintura para abajo y sacó su computadora para contarle a su novia que había encontrado a su papá.
Ricardo lo había dejado solo unos momentos, para ir a buscar algo en el placar de su habitación. Sacó lo que necesitaba de su cajón y fue a lo de su niño.
-Sami, te presento a mi papi- Dijo el jovencito, girando el computador a la cara de su papá, que venía con una crema en la mano y puso cara de atrapado.
-Papi, saluda a mi novia- Lo regañó
-Ho-hola!- Atinó a decir con una sonrisita tonta.
-Ya! Chau, amor... se supone que estoy castigado- Dijo, cortando. -aiiiiii papá! Qué? Si no me veía el poto- Se quejó por la cara de su padre.
Ricardo le dio una palmadita suave que igual arrancó un gritito de Rafa y le sonrió
-Auu… que duele... esa crema es para mí?
-Uhmm, crees que te la mereces?- Se hizo el duro.
-Sí... me castigaste muy fuerte... con el cepillo de ducha, papá- Le reclamó.
Ricardo le dedicó una sonrisa a su hijo y se acercó hasta él. Le dio un beso en cada nalguita y le puso la crema.
-Además…- Continuó el niño-  si lo hubiese visto no es que fuera la primera vez... - le chinchó un poco a su padre.
Ricardo se quedó mirándolo por unos momentos sin saber qué decir hasta que él también decidió molestar a su bebé.
-Ah, sí?! Te ha visto esa colita desordenada roja con un tomatito porque se portó y papito tuvo que darle unos azotitos?!-
-Noooo... pero sí cuándo mamá me dio azotitos con su mano! -Hizo un puchero
-Cómo fue eso, mi príncipe?!- Preguntó papá, haciéndole mimitos en el pelo.
-Ehh...papi no me preguntes, si?! Fue muy vergonzoso porque fue delante de ella.
-Vamos, hijo! Cuéntale a papá!
Rafa suspiró y se lanzó a contar toda la historia de la vez que su querida y dulce mamita le dio una paliza delante de su novia....-Y entonces me bajó la ropa, papá... delante de ella y me dio mil azotes.- La acusó.
-Pero, qué hizo mi príncipe para que la reina lo castigara tan vilmente?!
-Le dije que era una bruja desgraciada...-Susurró, apenado.
ZAS!!! -Nunca más- Le advirtió su papito.
-Auuuuuch... papiiii... es que estaba tomado, por eso no me di cuenta de lo que decía…
-Ahora vamos a desayunar antes que te sigan lloviendo nalgadas- Dijo, poniéndole la ropa.
Pe-peero… no podré sentarme- Dijo, haciéndose el bebé.
-Pero te lo advierto, jovencito, una gota de alcohol más y no te sientas en tu vida!!- Le señaló seriamente. –Vamos, papá te toma en brazos para que no te duela-
Ricardo ayudó a su hijito a levantarse de la cama, y con mucho cuidado le subió la ropa.
-Auuu- Se quejó el niño cuando la tela del pantalón tocó su piel delicada. -Listo, bebé... vamos a ver a mamá y a Martín ahora. Tu hermanito estaba muy preocupado por ti, mi príncipe.

Se fueron caminando lentamente y al llegar, Rafael se echó a los brazos de su hermano... -El papa me pegó.
Martín lo abrazó fuerte y le dijo: Te lo merecías, hermanito! Me preocupaste mucho! Pensé que te perdería!
-Oye que me duele- Se quejó- el papi dice que si tu quieres viviremos todos juntos.
-De verdad, papito?!! Viviremos los cuatro?!- Preguntó con emoción Martín
-Claro, mi príncipe!! Somos una familia-
-Siiiii!!- Dijeron los muchachos a coro, abrazándose, felices de la vida.
-Los amo, mis muchachos! Ahora a comer. Mira que hay un principito que ha gastado todas sus energías en correr como el corre caminos!!- Contó Ricardo, bastante risueño.
Martín y Helena miraron a Rafael con ojos curiosos. Helena ya sabía por experiencia propia que su nene hacía de todo con tal de evitar unas palmadas.
-Qué me miran?! No hice nada!!
-Júmmm!! Si no te conociera, mi bebé…- Añadió mamá, dándole un beso en la mejilla.
-Yo también quiero beso!- Reclamó Martincito.
Helena le llenó de besos la cara a Martín.
-Solo espera a ver la pieza de Rafael- Comentó Ricardo.
-Me imagino que es la viva imagen de un campo de batalla después de una gran batalla!- Dijo Helena, imaginándose el desastre que sería esa recámara.
-Claro, mamita! Es que le viste las manos a papá?!! Nooo, si son enormes!
-Sí, lo son!! Y no sé de dónde sacó la idea de que eran para ponerlas sobre nuestros traseros- Miró Martin acusatoriamente a su nueva madre.
Helenita le guiñó un ojo a su amor. -Somos el equipo perfecto, verdad, cariño?!-
-Pero sus manos no!!- Dijeron los chicos a coro.
-Si ustedes se portan como los angelitos que parecen, nuestras manos no representarán peligro para sus traseritos! -Dijo Ricardo, acomodando a sus niños uno bajo cada brazo.
-Da igual! Tengo hambre y dijiste que serias mi cojín-
-Es cierto, cariño.  Ven aquí!- Le dijo estirando la mano.
Rafa se sentó sobre su padre, sin importar las miradas que acarreaba el hecho que un jovencito de 15 años estuviera sentado sobre su papá.
-Yo también, papaaaaaá!- Gritó Martín, haciendo pucheros
Ricardo sonrió como era el hombre más feliz de la tierra. Hoy tenía a sus dos hijos sentados en sus piernas. Y pensar que sólo ayer casi no tenía relación con su hijo mayor y al menor ni le había confesado que era su padre.

Pero ya habría tiempo para consolidar los lazos y hacerlos más fuertes aún.




6 comentarios:

  1. Se nota que lo que vendra estara buenisimo asi que actualicen pronto.

    Saludos Ariane y Lady

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  2. Felicito a Rafa eso del ataque con agua estuvo genial! Era su derecho vengarse mira q después de 5 años enterarse! Voy a esperar el cap 3

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  3. Lleno de emociones el capi, la primera parte me asusto Rafael que chico tan rapido y lo de su venganza con la pistola de agua de verdad que estuvo genial jeje que ocurrencias y a que ese par se mete en cada lío, digo, ahora que viviran juntos los problemas se multiplican, muy tierno el final, continuen así chicas.

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  4. Me encantó el capitulo :3
    Jeje Rafa me dio mucha gracia con el ataque de agua
    Me encanta que Rafa haya hablado con su padre y ahora vayan a vivir todos juntos
    Quedo genial chicas ya quiero saber en que travesuras se meterán esos hermanos :S
    Saludos

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  5. Hola, chicas!!!! Muchas gracias por sus notitas!!!! =D Eso de la pistola de agua idea de quién creen que fue?! jejeje....

    Un besito y muchísimas gracias por tomarse el tiempito para comentar!!! :D

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  6. Lady y Ariane, una combinación explosiva, definitivamente que puedo decirles se me helo el alma cuando me lo imagine a punto de caer al mar en tormenta, han sido intensos los cap desde su inauguración y de verdad esta historia me da pena, mucha pena tantos años de mentiras por la inmadurez de los padres

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