UN NUEVO HOGAR PARA HARRY

UN NUEVO HOGAR PARA HARRY

Capítulo uno: el comienzo de una vida diferente.

Harry observaba el cielo nocturno a través de la ventana de la enfermería con el corazón lleno de regocijo. Por su mente cruzaban toda clase de agradables imágenes de lo que esperaba que fuera su vida desde aquel momento. Y es que en tan sólo en un par de horas había descubierto que su padrino, Sirius Black, era inocente de la traición a sus padres, y el verdadero culpable, Peter Pettigrew, ahora mismo estaba siendo custodiado en los calabozos de Hogwarts por un cuerpo de aurores.

En la enfermería, madam Pomfrey se encargaba de reparar la pierna de Ron y de alimentar a Sirius con diferentes tipos de pociones curativas que restauraran su deterioro físico sufrido tras doce años en Azkaban.

Una hora después repleta de ajetreo, el director Albus Dumbledore entró a la amplia habitación con el ministro Bartemius Crouch tras él y un juicio fue programado para determinar el destino de Sirius Black.

*-*-*

Siete días habían pasado desde que Peter Pettigrew fue atrapado. El juicio se había celebrado en el Wizengamot un día después y en menos de tres horas de discusiones, Sirius había sido absuelto y Pettigrew fue condenado a cadena perpetua en Azkaban.

A causa de las injusticias sufridas por doce años, recibió una jugosa indemnización, una disculpa pública en frente de la comunidad mágica y la condecoración de la Orden de Merlín, primera clase.

En menos de una semana, se había convertido en uno de los mayores símbolos de esperanza, lealtad y perseverancia del mundo mágico.

A Sirius, sin embargo, sólo le importaba la aparentemente menor de sus restituciones: la custodia de Harry Potter.

*-*-*

—¿Y? ¿Qué opinas?

Harry estaba, literalmente, sin palabras. Luego de casi una semana de estar con los Dursley en aquel verano, Sirius había ido por él e hicieron una aparición donde lo que sería su nuevo hogar.

Frente a ellos se alzaba una mansión de estructura inglesa tradicional, que pese a parecer que había sido construida hacía muchos años, se conservaba en perfectas condiciones.

Un enorme jardín se extendía hasta la entrada de la casa, con altos arbustos elegantes y una fuente en el medio.

Sirius rio ante la expresión de Harry.

—Y eso que no has visto aún el campo de Quidditch.

Los ojos del menor se abrieron como platos.

—¿¡Campo… de Quidditch!?

—Uno pequeño —explicó Sirius—. No sería la Mansión Potter si no tuviera campo de Quidditch.

—¿Mansión Potter? —preguntó Harry extrañado.

Sirius se dispuso a caminar por el jardín y Harry lo siguió.

—Era la casa de tus abuelos, donde tu padre creció. Tiene fuertes hechizos de protección y ocultamiento, como toda casa de familias poderosas. Supongo que sabrás que los Potter han sido una de las más largas y antiguas líneas de magos de la historia.

Harry negó ligeramente con la cabeza.

—¿No? Vaya… ¿No sabes de la Antigua Casa de los Potter?

—Apenas supe hace tres años que era un mago —dijo encogiéndose de hombros.

—Entonces tendré que enseñarte sobre linajes antiguos este verano —explicó Sirius, y no pudo evitar reír ante la mueca de Harry—. Sí, lo sé, es tremendamente aburrido. Pero además de ser el heredero Potter también eres el futuro heredero Black, ahora que he tomado tu custodia. Tendrás que aprender todo sobre el señorío en la magia. Pero después, ahora… ¿no quieres ver la casa?

Todo en la mansión Potter era perfecto para Harry. La casa estaba llena de magia; tenía su propio campo de Quidditch, una extensa biblioteca que seguramente Hermione amaría, un elfo doméstico de nombre Kreacher que parecía bastante loco desde que Sirius lo trajo de la casa de los Black, salas de juego para pasar su tiempo libre, y su propia habitación decorada con los colores de Gryffindor.

Y además de todo, una noticia que a Harry le encantó: Remus se quedaría a vivir con ellos.

—¿En serio no te molesta? —preguntó Sirius—. Ahora mismo ha estado viviendo en un suburbio muggle que le trae inconvenientes con su problema peludo.

—De veras, Sirius —aseguró Harry—. No me importa en lo absoluto, Remus me agrada mucho.

—Pero yo seguiré siendo tu favorito, ¿de acuerdo?

 Harry rio y rodó los ojos con diversión.

—Bueno —dijo Sirius—, te dejaré un rato para que te pongas cómodo. En el armario hay suficiente ropa, porque la que llevas definitivamente irá directo al fuego. Remus vendrá en un par de horas para que cenemos, ¿de acuerdo?

—Bien.

—Si necesitas algo, ya sabes dónde está mi cuarto.

—Estaré bien, Sirius.

—Si te da hambre, Kreacher tiene órdenes de preparar lo que quieras.

—Ajá.

—Si te pasa algo, pega un grito que yo estaré en un par de segundos.

Harry rio divertido. No estaba acostumbrado a ser tan sobreprotegido, pero la idea empezaba a gustarle.

—Ya, Sirius, todo estará bien.

Su padrino sonrió con un brillo especial en sus ojos, le revolcó el cabello y se marchó por los pasillos.

Harry dio una mirada lenta a su alrededor. Definitivamente, ahora todo estaría bien…

*-*-*

Remus apareció en la chimenea de la mansión Potter poco antes de la hora de la cena.

—Ya empezaba a creer que no vendrías hoy, Lunático —saludó Sirius desde un sofá frente a la chimenea.

El licántropo se quitó las cenizas y el polvo de encima de su túnica raída y saludó a su viejo amigo con un apretón de manos.

—¿Cómo va todo? —preguntó Remus— ¿Qué tal está Harry?

—Él está bien —dijo Sirius sonriendo—, se ve feliz de dejar a sus tíos. Por cierto, de ellos quería hablarte…

Remus y Sirius se encaminaron hasta la sala contigua. Sirius pidió té a Kreacher y el elfo fue por el pedido refunfuñando.

—¿Qué pasa con ellos? —inquirió Remus.

Sirius dio un pesado suspiro.

—Yo… siempre supe que la hermana de Lily no era amante a la magia, pero, Remus, ¡ellos odiaban a Harry! No quiero imaginar su vida todos estos años…

Remus asintió con tristeza.

—Cuando llegué a enseñar a Hogwarts —empezó a hablar—, esperaba encontrarme con un muchacho muy diferente. Luce muy bajo para su edad y parece tímido… Además, ahora que seremos su familia, tendremos una tarea difícil con él.

—¿A qué te refieres? —preguntó Sirius frunciendo el ceño.

—Harry jamás ha tenido que responder ante nadie en una familia. Me informé un poco con Minerva y con algunos de sus compañeros y él… vaya, ¡se ha metido en problemas mucho peores que James a su edad!

Sirius lanzó una carcajada y parecía casi orgulloso.

—Me gustaría que fuera algo gracioso —repuso Remus bastante serio—. Una cosa eran las bromas que tú y James hacían constantemente. Eran cosas inocentes que pocas veces representaron un peligro. Pero Harry…

—¿Qué tienes que decir de él?

Remus suspiró y procedió a contarle todo lo que había averiguado de Harry en sus primeros dos años en Hogwarts, desde su pelea con un trol de la montaña, hasta su aventura con el basilisco. Sirius palidecía y parecía a punto de desmayarse cuando Remus finalizó su relato.

—Y este año… —decía el hombre lobo—, no imaginas la cantidad de riesgos que tomó. Aún no sabíamos que tú no eras culpable, y él deliberadamente desobedeció en todo lo que se le ordenó por su seguridad.

—Definitivamente no es nada como lo que hacíamos James y yo —murmuró Sirius contrariado—. ¿Acaso el muchacho no tiene el más mínimo sentido de supervivencia?

—Eso mismo opino —afirmó Remus—. Como te dije, tendremos una ardua labor con Harry. Este jamás ha sido un mundo muy seguro y debemos hacer lo que sea para mantenerlo a salvo.

*-*-*

Cuando los tres terminaron la cena, Remus y Sirius decidieron que era momento de hablar.

—Bien, Harry —dijo Remus—. Hay un par de asuntos que tenemos que tratar.

Harry simplemente asintió empujando su plato vacío hacia adelante, que luego desapareció con magia.

—Hay algunas que deben dejarse claras —continuó Remus—. Por un lado, ahora que ya no tienes las protecciones de sangre que dejó tu madre en la casa de los Dursley, debes tener más precaución mientras no estés en Hogwarts. ¿A qué horas normalmente debías regresar en casa con los Dursley en la noche?

—¿Disculpa?

—Pues sí —dijo Sirius—, ¿acaso no tenías un toque de?

—Este… —inició Harry—, no precisamente. Podía estar por fuera siempre y cuando regresara antes de que Dudley lo hiciera.

—¿Entonces tu hora de entrada la determinaba tu primo? —preguntó Remus extrañado.

—Algo así…

—Eso va a cambiar ahora —repuso Remus—. Deberás estar en casa para la cena, a menos de que pidas permiso para algún evento en particular ¿de acuerdo?

—Está bien.

Harry estaba satisfecho. No era muy normal para él la idea de que existiera ese tipo de normas en casa, pero no parecía algo demasiado complicado de cumplir.

—Con respecto a tus deberes —dijo Sirius—, ¿cuáles eran las reglas que tenías con tus tíos?

A Harry no le gustaba particularmente esa pregunta. Su vida con sus tíos era algo de lo que ni siquiera hablaba con Ron y Hermione.

—Cosas típicas —respondió intentando esquivar la pregunta—, debía ayudar a limpiar, a preparar la comida, ser obediente, no darles problemas… Cosas como esas.

Sirius pudo ver cómo su ahijado trataba de cambiar el tema, por lo que prefirió ahorrarle incomodidades.

—De acuerdo —dijo—. En un hogar con magia no hay muchos problemas con la limpieza y la comida, porque de eso se puede encargar Kreacher y nosotros mismos con un par de hechizos. Respecto a tus deberes en casa a partir de ahora, realmente no habrá muchos.

—Sólo tendrás que preocuparte —siguió Remus— por cosas simples como mantener tu cuarto limpio e informarnos siempre de adónde vas si acaso no estamos contigo. Pero si queremos que todo salga bien, habrá dos reglas importantes que no debes romper, y esas son no poner tu vida en peligro sin necesidad y no desobedecernos a mí y a tu padrino deliberadamente, ¿de acuerdo?

Harry estuvo a punto de refutar. ¿No poner su vida en peligro? ¡Pero si desde que había nacido ya su vida corría riesgo! Todos sus días como mago ya ameritaban un alto riesgo, así que no entendía cómo cumpliría esa regla…

—Sé lo que estás pensando —dijo Remus leyendo su mirada—. Es obvio que por quien eres siempre estarás en constante peligro, pero ya nos hemos informado sobre tus años en Hogwarts y hay cosas que simplemente estarán fuera de discusión. Antes de que decidas ponerte en peligro, primero deberás acercarte a un adulto a pedir su ayuda, ¿está claro?

El tono firme de Remus no le dio muchas alternativas a Harry, por lo que asintió lentamente.

—Y con respecto a Hogwarts —continuó el licántropo—; si bien en mi materia destacaste bastante, tus resultados en algunas otras dejan mucho que desear.

Las mejillas de Harry se pintaron de rojo.

—Pero no te lo tomes a mal —tranquilizó Sirius—. Ya está claro que eres un mago muy talentoso, por lo que te ayudaremos para que mejores tu desempeño, ¿de acuerdo?

—Bien…

—Entonces —dijo Remus—, si cumples esas dos sencillas normas, todo estará bien y no habrá consecuencias indeseadas. Queremos protegerte, Harry, y que tú confíes en nosotros.

Harry asintió con una sonrisa. Le gustaba sentirse protegido, y por primera vez en su vida tenía un verdadero hogar en donde podría encontrar confianza y amor.

¡Hola! No sé si me recuerdan, he llevado bastante tiempo ausente. Decidí empezar a escribir sobre Harry Potter ya que son muy escasos los fics de temática spanking en español sobre este fandom. La historia es obviamente un AU, en el que lograron capturar a Peter Pettigrew y Sirius quedó en libertad. Espero que les haya gustado la introducción ^^ Un saludo.