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viernes, 9 de mayo de 2014

LAS ALIANZAS ESTRATEGICAS ENTRE LA FAMILIA WAYNE Y LA LLEGADA DE LA TÍA HARRIET



LAS ALIANZAS ESTRATEGICAS ENTRE LA FAMILIA WAYNE Y LA LLEGADA DE LA TÍA HARRIET


Como explicar las interacciones que hay en una familia tan compleja como la de los Wayne, unida por intrincadas alianzas y tratados no firmados, comenzaré presentando a los actores de esta interesante Familia.
Richard el príncipe heredero:
Dick, el mayor de los hijos de Bruce Wayne, también el más centrado y como solía llamarlo Jason, el señor perfecto. El mejor de su clase, alumno modelo de la academia Gotham, orgullo de su padre y el primer compañero de Batman.
Pero Dick no era todo virtudes, el ser el hijo mayor de Bruce le dio cierto grado de inmunidad para con el resto de sus hermano, creer que siempre tienes la razón no siempre es bueno cuando se tiene 3 hermanos menores cada uno con un carácter diferente todo esto provocaba más de un enfrentamiento y rivalidades.
Jason el rebelde con causa:
Jason llego a la familia Wayne para convertirse en el segundo hijo de Bruce  y no fue fácil para Bruce y Dick adaptarse a él ni para él adaptarse a los Wayne, pero el tiempo hizo su trabajo haciendo que el díscolo niño, antes un poco salvaje y muy llevado a sus ideas se convirtiera en uno más del clan.
Particularmente le fue difícil adaptarse a tener un hermano mayor, pero luego se dio cuenta que no era malo tener a alguien a quien molestar y sacar de quicio.
Leal y valiente actitudes que podrían definirlo, ambas cualidades lo hacían ser un compañero ideal para Batman.
Timothy el cerebro de la familia:
Tim fue el que mejor se adaptó a la  dinámica de la familia, como decirlo en una palabra, Tim es un niño adorable, educado casi genio y muy respetuoso.
El problema de ser tan tranquilo en una familia que no se caracterizaba por su quietud es que a veces nadie se preocupaba mucho de en qué estaba el pequeño Tim y porque no decirlo, siempre se esperaba que estuviera bien.
Damien el bebé de la familia:
El pequeño Damien fue toda una sorpresa para todos en la familia, llego siendo un bebé a la mansión, para todos fue una novedad nunca en la mansión se habían comprado pañales, pero el pequeño creció muy mimado, un peligro cuando se es hijo de un  magnate millonario.
Pero aun siendo el más mimado Damien era muy valiente y cuando quería muy buen compañero, pronto sus hermanos se dieron cuenta que a pesar de ser el más pequeño era un digno rival.

Bruce Wayne el padre de 4:
Bruce Wayne el multimillonario más conocido de Gotham, su vida pública amores y desamores fueron legendarios hasta que un pequeño niño llego a su vida, luego un milagro el fiestero más famoso se convirtió en padre de familia, respetable y serio.
Ser padre de 4 niños era todo un desafío para cualquiera y Bruce no solo era padre, era Batman y Dueño de empresa Wayne.
Pero el logo de padre modelo no le quedaba grande a Bruce, sus hijos eran su prioridad y los cuatro ocupaban casi todo su tiempo, su carácter sobre protector se multiplicaba por mil con sus pequeños, eso estuvo bien mientras fueron niños pero ahora que Dick y Jason ya estaban creciendo las cosas se le complicaban un poco.

Alfred Pennywort un abuelo orgulloso:
Que se puede decir de un hombre que ha dado su vida por cuidar a un  niño con el que no lo une ningún lazo sanguíneo, y no solo criarlo sino convertirlo en un defensor de la justicia, hombre de negocios exitoso y padre modelo.
Claro que Alfred tiene muchos motivos de estar orgulloso, amaba a Bruce como hijo, por lo que sus hijos eran sus nietos, su carácter distante y profesional le impedía demostrar su cariño de manera tan directa, pero indirectamente Alfred cocinaba, horneaba e intentaba cumplir cada uno de los deseos de su querida familia.

Cualquiera diría que los niños Wayne se dividían en dos bandos, los mayores contra los menores, pero la cosa no era tan sencilla.
Dick se parecía mucho a Bruce en lo sobre protector que era para con sus hermanos, cosa que sacaba de sus casillas a Jason que era más del estilo de ir por la vida despreocupadamente.
Pero Dick tenía un hermano preferido, el que le robo el corazón desde que lo tuvo en brazos y ese era Damien, el amor fraternal era correspondido casi con devoción de parte del pequeño integrante de la familia, era la pequeña sombra de Dick cuando él estaba en casa y solo él era uno de los pocos que tenía el poder de hacerlo callar cuando lloraba.
El tiempo solo reforzó los lazos, hasta que la adolescencia hizo que Dick cambiara, queriendo su espacio y ya no le pareció tan genial tener una sombra que lo siguiera por la mansión y mucho menos tener a un niño revisando sus cosas, que de un día para otro parecían tener carácter de secreto de estado.
Damien que no entendía muy bien lo que las hormonas hacían con su hermano favorito, no se tomó muy bien el ser dejado de lado, y cuando Dick no estaba con él encontró un muy buen aliado en Tim.
Tim por otro lado tenía en Jason como ejemplo, le gustaba su forma de ser e intentaba imitarlo aunque su naturaleza era más reservada, Jason trataba a todos por igual, nunca hizo una diferencia entre ellos, ni por tamaño ni por antigüedad.
Jason era más bien de estar solo en casa y solo hacía una excepción con Tim al cual encontraba extremadamente inteligente y siempre lo ayudaba con sus tareas y con las locuras que se le ocurrían incluyendo las que iban en contra de las reglas más sagradas de la familia.
A pesar de todo llegaba un momento en que Dick y Jason se unían por lo general para evadir el férreo control que ejercía Bruce sobre sus hijos. Especialmente cuando les negaban algún permiso y su inexplicable regla de que sus hijos no salieran con chicas hasta que fueran mayores de edad, que ya había tenido sus consecuencias para Dick que era llamado “El monje” por algunos compañeros no tan comprensivos.
Dick amaba a su padre, pero francamente encontraba todo esto como ridículo que pensaba su padre que iba a llegar virgen al matrimonio.
Y así como los mayores se unían los pequeños también se unían en sus rebeliones que eran más dirigidas a Alfred y su manía de vestirlos como señoritos o racionar las galletas de chocolate o aumentar el consumo de verduras.

 No hay que pensar que la vida en la Mansión Wayne era un calvario sería ser muy injustos con Bruce y Alfred que se desvivían por esos niños.
Pero un acontecimiento iba a remecer los cimientos de la mansión y de la familia Wayne, la llegada de la Tía Harriet se anunció casi con un mes de anticipación, llegaba directamente de Londres en donde vivía.
Los preparativos no se hicieron esperar, la Tía Harriet era el único pariente vivo de Bruce.
Al contrario de lo que podíamos pensar la Tía era una mujer adorable, consiente que Bruce era su único sobrino no escatimaba en demostrarle lo mucho que lo quería y lo importante que era para ella, por eso no dejaba pasar más de un año sin visitarlos, especialmente desde que tuvo la dicha que conocer a su primer sobrino nieto.
La mansión Wayne pasaba por una inspección seria de parte de Alfred, los 4 chicos amaban a su Tía Harriet pero tener a Alfred en plan limpieza perfecta era mucha presión.
- Vamos Alfred el piso brilla, los muebles no tienen polvo y mi habitación no tiene mal olor, déjanos salir – dijo o más bien gimió Jason.
- Señorito Jason, quedamos en que íbamos a hacer una inspección de toda la mansión para ver que se puede mejorar y solo llevamos 2 habitaciones por lo que todavía nos queda mucho por revisar.
Jason abrió la boca para protestar, pero no pudo ante la mirada inquisidora del resto de sus hermanos, así pasaron la tarde los chicos Wayne dejando la mansión inmaculada para la tan ansiada visita.
Cuando Bruce estuvo listo para ir a buscar a la adorable anciana al aeropuerto choco con 4 pares de ojos suplicantes, sin poderse decidir ni querer herir ningún sentimiento opto por dejar a sus 4 hijos en casa ante las protestas.

La llegada de la Tía Harriet era todo un acontecimiento, a pesar de todo el trabajo que tuvieron que hacer, incluyendo una inspección final a la higiene personal realizada por el mismísimo Alfred y tener que ponerse ropa adecuada para la ocasión.
Los 4 niños estaban felices, esperando a lo más cercano a una abuela que conocían, una abuela muy cariñosa y generosa.

Damien y Tim se agolparon a la entrada de la mansión  gritando un alegre saludo al sentir abrirse la puerta, ambos niño se hubieran abalanzado hacia su objetivo, pero una sutil advertencia de parte de Alfred los detuvo a medio camino.

Finalmente la familia Wayne reunida en pleno, compartían una animada cena.
Los pequeños Tim y Damien estaban felices, su tía nunca los defraudaba con los regalos y no es que esos niños sean privados de nada solo que la amable anciana nunca hacía caso a las restricciones de Bruce, así era como Dick consiguió su primera motocicleta y Jason uno de sus primaras videoconsolas, ahora Tim y Damien disfrutaban de esa  inmunidad que gozaba la única representante del género femenino de la familia.
La cena se llenaba de risas con las historias que contaba la amada anciana, en su vida había recorrido más de una docena de veces el mundo, pero en su paso había dejado más de algún recuerdo en cada lugar debido a ser muy despistada, a pesar de que se mantenía muy bien para su edad, Bruce se preocupaba por los largos viajes que su tía siempre realizaba y en más de una oportunidad le había ofrecido que se mudara a vivir con ellos, y pensó que eso pasaría cuando llego Damien a la mansión.
Al saber de la existencia del más pequeño de la familia la tía Harriet no dudo en empacar y mudarse por uno meses a vivir en Gotham, era la única integrante de la familia que le gustaba cambiar pañales al bebé, fue una gran ayuda para Bruce y Alfred tenerla en casa.
Pero el espíritu libre de la anciana hicieron que después de 6 meses viviendo con su sobrino volviera a su casa en Londres, los recuerdos de su fallecido esposo la hicieron volver a Londres, de donde una vez al año volvía a Gotham.
- Niños es hora de ir a dormir, ya es tarde y mañana tienen que levantarse temprano – dijo Bruce serio, intentando no mirar los ojos que lo miraban con desilusión.
- Papá, son solo las 9 – Jason era el que miraba más frustrado.
- Papá no tengo sueño – dijo Damien
Tim solo hizo un pucherito adorable.
Bruce solo levantó una ceja – Niños a la cama y no quiero protestas.
Tim, Damien y Jason se pararon de la mesa y salieron hacia sus respectivas habitaciones, mientras Dick parecía no haber oído nada de lo que estaba pasando.
Bruce miró extrañado al mayor de sus hijos – Dick, a dormir.
- Papá no hablas en serio, verdad? – dijo el adolescente
- Acaso alguna vez te he hablado en broma, hijo?
- No, pero Papá ya no soy un niño y son solo las 9…..
- Y mañana tienes clases al igual que tus hermanos, así que ve a acostarte.
El chico lo miró desafiante, pero no quiso hacer una escena delante de su Tía, así que se despidió educadamente de todos en la mesa.
La tía Harriet se quedó pensativa y guardo en su memoria tener una conversación con el mayor de sus adorados sobrinos nietos.
- Son buenos niños, Bruce – dijo la anciana dándole una cálida sonrisa.
- Lo sé, solo que a veces tengo que recordármelo más a menudo.
- Deberías salir de vacaciones – dijo la amable anciana.
Bruce no pudo evitar sonreír al recordar las últimas vacaciones que casi terminaron en un desastre.
- Debes estar muy orgullosos de ellos, eres un excelente padre Bruce solo no te esfuerces tanto en tener siempre el control, los niños están creciendo y necesitan un poco de espacio.
- Aún son niños, Tía Harriet y esta ciudad no es lo que era antes, Gotham se ha convertido en un lugar peligroso.
- Lamentablemente es así, pero es lo que pasa en todas las grandes ciudades, no puedes tenerlos en una burbuja, sobrino, además créeme si te digo que los chicos buscaran su camino, sino Alfred puede dar fe de ello tú le hiciste la vida muy complicada cuando tenías la edad de Dick.
- Tiene muy buena memoria – dijo Alfred mirando cómplice a la señora.
- Oh ya veo que esta conversación no la voy a ganar, mejor me voy a acostar que tengo a 4 niños que despertar mañana muy temprano – dijo Bruce sonriendo.
La semana pasó rápidamente llegando el viernes, Bruce debía asistir a una cena de caridad pero Tim estaba con fiebre.
- No te preocupes Bruce es solo una gripe, me quedaré con él hasta que regreses.
De mala gana Bruce termino de arreglarse para la dichosa cena – Está bien Tía Harriet, pero me avisas si la fiebre sube.
La anciana sonrió ante la preocupación del joven padre y asintió – Me iré a despedir de los niños – dijo Bruce y comenzó a hacer su ronda habitual para terminar en la habitación de Tim.
- Hola pequeño cómo te sientes? – dijo Bruce mientras acariciaba la frente de su hijo en busca de signos de fiebre.
Tim sonrió – Estoy bien papá, solo es una gripe, ve a la cena antes de que llegues tarde.
- Te cuidas, no salgas de esa cama, Tía Harriet se quedara cuidándote creo que bajo a preparar un poco de su famosa sopa de pollo.
- Genial – dijo Tim y comenzó a toser, Bruce le pasó un vaso de agua y puso cara de preocupación.
- Me puedo quedar y podríamos leer un poco.
- Si te quedas te puedo contagiar la gripe – dijo Tim lo más serio que pudo, en realidad quería que su papá se quedara pero había aprendido que ser hijo de Bruce Wayne tenía sus altos y bajos y uno de los contra era que su padre era un hombre muy ocupado con muchas responsabilidades.
- Esta bien sabelotodo me voy pero estaré de regreso muy pronto – Bruce le dio un beso en la frente a su pequeño y salió.
La tía Harriet se quedó con Tim hasta que el niño se durmió profundamente, luego se arroparlo salió lentamente de la habitación para chocar con Damien que estaba sentado detrás de la puerta.
- Dami querido, que haces sentado aquí – dijo la anciana dándole la mano al pequeño para que se parara del suelo.
- Como esta Timy, puedo verlo? – dijo esperanzado.
- Mi niño, Tim está durmiendo, cosa que tú también deberías estar haciendo – la Tía Harriet caminaba lentamente llevando al niño hacia su habitación, donde le puso pijama y lo acostó para leerle un cuento, no tuvo que esperar mucho para que Damien se durmiera.
Al salir de la habitación de Damien paso por el cuarto de Jason, el chico estaba dormido faltaba poco para que su Tablet fuera usada como almohada, la amable señora acomodó lo mejor que pudo al chico para que durmiera cómodo.
Se paseó por el pasillo hasta llegar a la habitación de Dick, la luz estaba encendida así que llamó a la puerta.
Al entrar a la habitación miró a Dick que estaba sentado detrás de su escritorio, el que antes era un niño ahora ya casi era un hombre, pronto cumpliría 18 años se iría a estudiar fuera de casa, la anciana lanzó un suspiro al pensar como los años habían pasado.
- Dick querido, estas muy ocupado?
- No ya me iba a acostar? – dijo el adolescente mientras se desperezaba.
- Entonces que te parece si preparo chocolate caliente?.
- Genial.
Ya sentados en el pequeño comedor de la cocina, Tía y sobrino saboreaban un exquisito chocolate caliente.
- Bien mi querido, le vas a contar a tu Tía preferida que te pasa?
Dick miró a la anciana sin saber que contestar – A mi Tía nada – dijo tomando un sorbo más del delicioso brebaje.
- Dick, te conozco desde hace ya muchos años, que te hace pensar que me puedes engañar, o acaso ya no confías en tu vieja Tía.
El adolescente dejo la taza en la mesa – No es nada, no tienes por qué preocuparte, es solo nada – dijo frustrado.
- Creo que te puedo ayudar con ese nada – dijo la anciana alegremente – Vamos sino confías en mí, confía en mis años de experiencia.
Dick sonrió – Esta bien, es solo que ya se acaba el año y sabes que hay un baile de graduación – el adolescente no pudo evitar sonrojarse – tengo que invitar a una chica para ir, pero tú sabes que Papá tiene esa regla de no chicas.
- Déjame ver si estoy entendiendo, Bruce no te deja salir con chicas.
- No, Papá dice que me tengo que concentrar en mis estudios y que las chicas solo serán una distracción y que todavía soy menor…..
- Creo que sí puedo ayudarte en esto, mi querido, el ser humano tiene una memoria muy corta y veo que tu padre es solo uno más en ratificar esa norma.
Dick miraba sin entender mucho a que se refería la anciana – Entonces vas a hablar con Papá?
- Voy a ser algo mejor que eso, mi pequeño, tú confía en tu Tía, ahora dime quien es la chica.
Dick volvió a sonrojarse – Se llama Bárbara.
- Es tu novia?
- Me gustaría pero ni siquiera he podido invitarla al baile de graduación, no puedo traerla  a casa, ni invitarla a salir, papá siempre quiere saber dónde estoy y con quien, solo la veo en clases.
Bruce Wayne no se quedó mucho tiempo en la cena, estaba preocupado por Tim no le gustaba dejar a uno de sus niños enfermo, así que encontró una buena excusa para hacer una retirada temprana y poder regresar a casa.
- Como esta Tim? – dijo tan solo llegando Bruce.
- Está durmiendo, la fiebre bajo – dijo la anciana
Bruce abrió la puerta de la habitación de Tim para verlo dormir plácidamente se quedó unos minutos disfrutando de ver a su angelito sano y salvo.
- Llegaste temprano – la anciana lo miraba curiosa, viendo la preocupación en el rostro de Bruce.
- La verdad es que lo único que quería era llegar a casa para ver si Tim estaba bien, sé que estaba en las mejores manos solo que…..
- Lo entiendo Bruce, no me debes explicaciones, te ves cansado querido tienes muchos problemas en la empresa.
Bruce se sentó en el sillón de la salita de reuniones su cansancio era evidente pero no precisamente por la empresa ni por ser padre de cuatro niños, sino que era su otra ocupación la que tenía a Bruce exhausto, ser Batman y patrullar por Gotham ocupaba casi todas sus horas de descanso.
- Lucius es una tremenda ayuda en la empresa y Alfred es mi mano derecha aquí en casa, y tú Tía Harriet cuando estas con nosotros, son parte de mis mejores asesores, amigos y familia sin su ayuda estaría en serios problemas.
- Ve a la cama querido, necesitas descansar.
- No me vas a decir lo que pasa – dijo Bruce
En ese momento Alfred entró a la salita con una bandeja – Alfred querido como siempre llegas en el momento indicado.
- Bien me van a decir que traman ustedes dos?
- Señor, jamás podría tramar nada en contra de usted – dijo Alfred entre una sonrisa y mirada cómplice a la anciana tía.
Bruce suspiró resignado
- Solo podríamos charlar un poco, acordarnos de los viejos tiempos, sino estás cansado claro.
- Ahora mismo estoy más intrigado.
- Es solo que con Alfred estábamos conversando y mi memoria nunca ha sido tan buena, pero estoy casi segura que cuando tenías 17 años – la anciana miró a Alfred – si creo que tenías 17 años cuando….
- Me parece que el señor tenía solo 16 cuando salió de casa sin mi permiso para juntarse con 2 señoritas.
- En serio Alfred, tan joven que era estas seguro?
- Claro Señora y es más recién cumplidos recuerdo que…….
Era una tarde de verano y en la Academia Gotham se organizaba el baile de recepción para los alumnos, era el primer año que al Señorito Bruce lo invitaban junto con toda su clase, sin embargo el jovencito estaba castigado por 2 meses debido a que se había fugado de clases para ir a pasear con un grupo de sus amigos.
Pero el estar castigado fue todo un desafío para el Señorito Bruce, siempre lo era, debo decir que obedecer una orden siempre le causó cierta molestia, para que no se me acusara de ser un hombre poco empático con la situación de un adolescente le di una tregua en su castigo para que pudiera asistir al baile en cuestión.
Pero volvamos a nuestro punto, el Señorito Bruce era un chico muy atractivo para las señoritas, y debo decir que era mutua la atracción.
Claro que puse todo mi esfuerzo en la enseñanza del respeto que se merecían las señoritas en cuestión, pero creo que en más de un ocasión falle en esa ardua tarea.
Fue una tarde que encontré al Señorito Bruce en compañía de una Señorita que no me había sido presentada, los encontré encerrados en su habitación en una situación que no voy a detallar delante de una dama.
- Vamos Alfred, eso fue hace mucho tiempo y no estábamos más que besándonos – Bruce dijo avergonzado.
- Mi querido sobrino – dijo la señora ten paciencia con este par de ancianos, a nuestra edad los recuerdo son lo único que nos queda.

Alfred miró a la anciana sonriéndole y volvió al relato sobre la vida amorosa del joven multimillonario.
Bueno con esos antecedentes como iba a dejar que el señorito se fuera a un baile sin supervisión apropiada, habría sido una irresponsabilidad de mi parte, como siempre mi decisión fue cuestionada pero no di mi brazo a torcer, entonces de mutuo acuerdo decidimos no asistir a dicho baile, claro que eso no fue lo que paso.

Bruce se sintió pequeñito ante las miradas de Alfred y Tía Harriet, realmente que no se acordaba haber sido un adolescente tan problemático si parecía que Jason era una blanca paloma, por lo menos a Jason no le interesaban las chicas todavía o eso era lo que Bruce creía.

Como iba a dudar del señorito Bruce, pero la vida siempre nos enseña y desde esa noche siempre reviso que las ventanas de las habitaciones de mis queridos señoritos se mantengan bien cerradas.
Pero fue mi instinto que me llevó a chequear la habitación y ver la cama vacía, inmediatamente supe a donde dirigirme no voy a negar que estaba enojado y desilusionado con la conducta demostrada.
Al llegar al baile busque al prófugo sin éxito, me había equivocado de lugar, como quería haberme equivocado pero no nuestro querido adolescente no estaba en la pista de baile sino que había encontrado un lugar más apartado para estar, lejos de las miradas inquisitivas de sus compañeros y sobre todo más íntimo para él y su pareja.
En todos mis años trabajando con la familia Wayne debo reconocer que nunca me sentí más fracasado, había fallado en educar al señorito, así que hice lo que debí haber hecho la primera vez que vi cometer semejante falta usar la vara.

El rostro de Bruce reflejaba dolor instintivamente se acomodó en el sillón, como si fuera ayer recordó los 12 varazos que recibió esa noche dolieron tanto que no se pudo sentar cómodo por una semana.
- Es por eso mismo que no dejo que Dick tenga citas, sé muy bien cómo afectan las hormonas a su edad.
- Y recuerda que paso después, tuvimos una charla muy seria y re planteamos nuestra relación, fijamos nuevas normas he hicimos compromisos que hasta el día de hoy cumplimos.
- Es esa misma charla la que Dick se merece, es un buen chico Bruce, inteligente de exquisitos modales y lo principal te ama, tu eres su modelo a seguir – dijo la tía Harriet.

Bruce se sintió acorralado y eso no le gustaba, 2 pares de ojos lo miraban atentamente – Esta bien hablare con Dick, pero de ahí a que permita que mi hijo mantenga una relación con una chica aquí dentro de la casa.
- Entonces va a permitir que el Señorito mantenga una relación fuera, que busquen un lugar mejor que su casa, lugares que usted no conoce – Bruce palideció de solo pensar en que Dick pudiera ir a un “Motel”.
- Claro que no Alfred – Porque Dick no se quedó en los 5 años, era tan adorable un niño  alegre y risueño.

Afuera de la sala en que se llevaba a cabo la conversación, un adolescente escuchaba por detrás de la puerta, al principio nervioso por ser encontrado en tal posición, pero cuando iba escuchando se sintió más seguro incluso feliz muy feliz, Alfred y Tía Harriet eran los mejores.
Así que Bruce Wayne no era toda perfección y rectitud moral, sino que todo un mujeriego rivalizando con el mismísimo Oliver Queen, Ah pero que daría Dickie para que Alfred o la Tía le contaran todas las historias del joven Bruce Wayne.

No queriendo abusar de su buena suerte, Dick se dirigió a su habitación.
- Esta bien ustedes ganan hablaré con Dick, llegaremos a algún acuerdo.
Alfred inmediatamente se levantó y dio por terminada la conversación, mientras que la tía Harriet se quedó en su lugar.
- La chica en cuestión se llama Bárbara Gordon, es la hija del comisionado – dijo la anciana muy seria.
- Genial la hija del comisionado Gordon – Bruce dio un suspiro.
- Espero Bruce que averigües bien quién es esa niña y cuáles son sus intenciones para con mi Dickie, no estoy dispuesta a aceptar que ninguna chica le rompa el corazón a ninguno de mis nietos – La Tía Harriet se paró y se fue a dormir había sido un largo día.
Bruce se sirvió un trago, lo necesitaba su vida que ya era complicada tal como estaba ahora sumaba a un adolescente enamorado y a la hija del comisionado Gordon.

Fin


















8 comentarios:

  1. ¡Felicitaciones por tan entretenido relato!!

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  2. wiii una actualizacion y muuuuy hermosa por fin¡¡¡¡

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  3. Wawwwwww... un aplauso para la Tía Harriet!!! Qué genial esa visita, jajajaa!!!! Muy divertido relato! La verdad es que fue el toque perfecto la presencia de la señora para endulzar un poquitín la vida de ésta encantadora familia.

    Gloria, estupenda actualización!!! Creo que... quiero más?! Sip. Definitivamente quiero másssssss!!!! :P jajaja

    Camila

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  4. Me gusto mucho tu historia y espero que este sea solo la introducción de un larggoooo relato quiero saber de la relación de estos hermanitos y sus travesuras con la Tía en casa talvez quieran aprovechar la situación

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  5. no puede dejarlo en solo eso de verdad me voy a enojar

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  6. Me encanta, por favor continua la historia

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