Páginas Amigas

miércoles, 31 de diciembre de 2014

CAPÍTULO 3 – ESPERANZA-: SOPRESA DE BODA

 
CAPÍTULO 3 – ESPERANZA-: SOPRESA DE BODA


-         Con este anillo, yo te desposo.

Mientras Hugo pasaba ciertas dificultades para ponerme el anillo en el dedo, mi mente viajó lejos, muy lejos, recordando cada uno de los momentos que nos habían llevado frente a ese altar. Jamás pensé que llegaría a casarme con él. Hugo nunca me había ocultado la existencia de su hijo, y yo sabía que no podía usurpar el lugar de su madre. 

Pero Javi, aunque tuvo sus reticencias al principio, me había recibido con los brazos abiertos. Fue él quien eligió llamarme mamá, y de eso hacía ya cuatro meses… los cuatro meses que nos había llevado preparar aquella boda.

Las manos de Hugo temblaban, y una gotita de sudor brillaba en su frente, como si ponerme el anillo fuera lo  más complicado que hubiera hecho en mucho tiempo. Nadie diría que aquella era su segunda boda: parecía más nervioso que yo.

-         Con este anillo, yo te desposo – repetí yo, poniéndole el anillo a él. Le sonreí para darle ánimos.

La ceremonia duró un parpadeó para mí. Eso era al fin y al cabo: un parpadeo en toda una vida juntos que comenzaba en aquél momento.

Con el matrimonio generalmente se unen la vida de un hombre y una mujer… pero en el mío se unieron tres vidas… Me consagraron a dos hombres. Me entregaron un esposo, y un hijo.

Busqué a Javier con la mirada en cuanto la gente se acercó a felicitarnos. Estaba muy elegante  con aquél traje, a pesar de que a Hugo casi le cuesta una paliza lograr que se lo pusiera. Javi había puesto el grito en el cielo y había sacado sus insultos más originales en un acto de rebeldía anti-corbata. Le dejé muy claro a Hugo que si le castigaba el día de nuestra boda le dejaba plantado en el altar y creo que eso fue lo que salvó al pequeño mocoso respondón y berrinchudo.

El que ya era mi esposo nos abrazó a la vez a su hijo y a mí, y supe que en aquél momento él era casi tan feliz como yo. Me dije que aquél era tan buen momento como cualquier otro para darles una noticia que haría que aquella felicidad nuestra aumentase un poco más:

-         Estoy embarazada – le dije a Hugo, mirándole a los ojos, pero sabiendo que Javi también estaba escuchando.

-         ¿Qué?

Javier me abrazó aún más fuerte. Hugo me había dicho que Javi siempre quiso un hermano. Es más, siempre quiso “muchos” hermanos.   Eso es perfecto, le había dicho a Hugo, porque yo siempre he querido muchos hijos.

Lo de muchos no iba a ser posible, porque ni Hugo quería más de tres, ni yo iba a poder biológicamente hablando, porque ya tenía treinta y nueve años. Aquél, probablemente, fuera mi primer y único embarazo. Pero ser madre me hacía tan feliz…. Hasta el momento en el que conocí a Hugo pensé que ese sueño moriría conmigo, pero él abrió una puerta que estaba ya casi cerrada.

Por eso me extrañó que Hugo no compartiera la alegría de Javi ante aquella noticia. Habíamos hablado del tema, él quería hijos también.  Disentíamos en el número, pero él quería volver a ser padre. Se separó de nosotros sin decir nada y se fue a saludar a los invitados, dejándome ahí tirada.

Un frío gélido se  me instaló en el pecho. ¿Tal vez se había enfadado porque se lo ocultara? Yo sólo lo sabía hacía dos semanas, y había pensado guardar el secreto, para hacer que la noticia fuera una especie de regalo de bodas.

Mis suegros se acercaron, intuyendo que algo no iba bien. Los padres de Hugo me habían tratado como a una hija desde el principio. Tenía algunos roces con su madre, que me sometía  a exámenes continuos para ver si era buena para su hijo, pero al mismo tiempo me trataba con amabilidad y creo que finalmente me había aceptado.

-         ¿Ocurre algo? – preguntó Gerardo, mi suegro.

-         No estoy segura….

-         Está embarazada, abuelo, y el imbécil de papá se ha ido sin decirle nada. – acusó Javier, indignado.

Inmediatamente Gerardo le giró y se escuchó un sonido al que ya me había acostumbrado.

PLAS PLAS PLAS


-         A tu padre no le llames eso ¿eh?

-         ¡Au! ¡No es justo! ¡Al que tendrías que pegar es a él!

-         No descartes que también lo haga – gruñó Gerardo, y se fue en busca de su hijo.

-         Querida, eso es maravilloso – dijo Teresa, tomándome de las manos con una cándida sonrisa. – Nos hace tan feliz volver a ser abuelos… Siempre le hemos reprochado a Hugo que no nos diera más nietos.

-         Ojalá Hugo estuviera feliz también – murmuré, entristecida.

-         Lo está, Esperanza, seguro que lo está…. Solo tiene que asimilarlo…

Deseé que tuviera razón, pero entonces la voz potente de Hugo se dejó oír por encima de las conversaciones de los asistentes a la celebración.

-         ¡…Y CÓMO QUIERES QUE REACCIONE SI ME ENTERO QUE ME HA ENGAÑADO PARA QUE ME CASE CON ELLA!

Esas palabras fueron como dardos ardientes atravesando mi recién ensanchado corazón.

-         ¿Hugo? – pregunté, caminando hacia él y su padre - ¿Engañarte? ¿Yo? ¿De qué estás hablando?

-         ¡LO SABES PERFECTAMENTE, MALA VÍBORA!

-         ¡Hijo, mide tus palabras! Estás hablando con una mujer, y es tu esposa, nada menos. – le recriminó su padre.

-         No lo es, porque este matrimonio es nulo. – espetó. Sus palabras fueron tan duras, su mirada tan fría, y el vestido me apretaba tanto que sentí que me faltaba el aire. Me fallaron las piernas, y me desmayé.

Recuperé la consciencia en la misma sala, aunque despejada de gente, y estaba tumbada en el suelo. Javier me agarraba una mano y Teresa la otra.

-         ¿Querida, estás bien?

-         Sí… - murmuré. Sólo estaba un poco mareada.

-         Mamá… mami ¿te hiciste daño?

Sonreí ante las palabras de Javier, y le apreté la mano con una sonrisa tranquilizadora. Me faltaba Hugo, y le busqué con la mirada, pero no le encontré. Teresa pareció entender lo que quería.

-         Está hablando con Gerardo… Te pido disculpas en nombre de mi hijo… Él sólo está confundido.

-         ¿Confundido? ¿Por qué? No lo entiendo… ¿qué cambia para él el hecho de que me haya casado estando embarazada?

Teresa dudó antes de responderme.

-         Cree que el hijo no es suyo.

-         ¿Qué? Pero sí…. Si fue él quien…. Osea…¡tener un hijo es cosa de dos, vamos a ver!

Qué cara más dura. ¿Acaso se pensaba que ese bebé crecía dentro de mí por obra del Espíritu Santo?

-         Piensa que le engañaste con otra persona….

-         ¿QUE YO QUÉ?

-         Calma, querida, calma, no te sofoques, no te hará bien…. Seguro que Hugo te contó que  tiene… ciertos problemas…

Mi suegra miró a Javi algo incómoda por hablar de eso delante de él. Sí, Hugo me había dicho que tenía problemas de fertilidad pero…

-         Tuvo a Javi ¿no? No es estéril.

Le había costado mucho tener un hijo con su primera mujer y al parecer el problema era suyo, pero finalmente la había dejado embarazada, así que era posible.

- Trata de entenderle, Esperanza, él siempre ha sido muy inseguro…

En ese momento Hugo se acercó a nosotros. Se agachó junto a mí y me besó en la frente.

-         ¿Estás bien? – me preguntó.

-         Perfectamente. Pero tú no, porque voy a matarte. ¿Qué es esa tontería de que te engañé? Este hijo es suyo, señor mío, así que ahora a hacerse cargo.

-         Perdóname…yo… - se mordió el labio - ¿Embarazada dices? ¿De verdad? – sonrió poco a poco y se sentó en el suelo para abrazarme. Puso una mueva al hacerlo, por lo que de pronto entendí el tipo de “charla” que había tenido con su padre. Traté de no reírme, pero no lo pude evitar.  – Eres mala, mujer. No tiene gracia.

-         No, no la tiene – intervino Javi. – Has sido muy malo con ella.

Era divertido ver al hijo regañando al padre, y fue impagable la cara de culpabilidad de Hugo.  Sonreí internamente, pero decidí ayudarle un poco.

-         Bueno, bueno, ya está. Le dejamos sin tarta y arreglado.

-         ¿Sin tarta el día de su boda? ¡Jo, la que me ha caído encima! ¡Tú vas a ser peor que él! – exclamó Javi.

-         Oh sí, ya lo creo. Voy a enderezarte, muchachito – bromeé. En realidad iba a ser una mamá consentidora. Lo tenía más que asumido, y Javi en el fondo también lo sabía.



4 comentarios:

  1. Yo lo mato! por suerte su padre hizo algo parecido, me encantó Javi!!!

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  2. Encantadora Historia pero no es justo que sea solo corto de año nuevo no puedo esperar tanto tiempo DreamGirl no seas malita T . T

    En verdad me encanto jeje y me dio mucha risa saber que le dieron un buen escarmiento a Hugo... que bueno, como se le ocurre hacer tanto drama y supongo que en publico que no le da pena estar gritando...

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  3. Dreammmmmmmmm, totalmente de acuerdo con Mary!!!! Hce más de un año que sigo pasito a pasito a estos tres hermosos personajes tuyos y no es justo!!! Es hermosa la historia! Por fis, escribe más seguido de ella!

    Feliz Año Nuevo!!!

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  4. Grrrrrrr si a mi me hicierran pasar semejante verguenza el dia de mi boda, no creo que perdonaria tan facílmente!!! jajaja pero ese Don Gerardo si que trae cortitos a su hijo y de paso a su nieto jajaja
    Oh Esperanza (en primera me recuerda una canción de Enrique Iglesias que se llama Esperanza) ah ya lo siento regresando al tema que bueno que este embarazada wiiiii
    Escelente Dream!!!

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