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lunes, 15 de diciembre de 2014

Capítulo nueve Feliz cumpleaños Cassy



Capítulo nueve

-Vamos Gerardo dime que estoy sano- dijo Rafael, pensando por qué todos hacían tanto drama de que Sami estuviera usando su camisa… ni que estuviera desnuda! Si en la playa mostraba mucho más.
-Pues… creo que te han estado atendiendo muy bien, jovencito... –Dijo mirando de reojo a la niña- pero vamos a ver… Abre la boca- Sacó un baja lenguas de su maletín y se dispuso a revisarlo.
-Sí, mi Sami me está atendiendo muy bien- se rió confiado, todo estaría muy bien según los dichos de su novia.
-Ya veo… -Comentó sonriéndole con complicidad. Samanta no parecía tan mala chica, aunque se pasaba de impetuosa. Él aún recordaba a la niñita inocente que acompañaba a su padre al hospital, llena de risas y curiosidad y que todo cambió cuando éste decidió que no quería jugar más a las casitas y se fugó con su enfermera.
Rafael abrió la boca, con mucho cuidado porque no le gustaba nada esas cositas en su boca; odiaba la sensación que le provocaba. Gerardo lo supo apenas apoyó el baja lenguas en la parte de atrás de la boca de Rafín, provocando arcadas de inmediato, pues su garganta estaba muy irritada, muy roja y con pus.
-Cómo está?!- Preguntó Rafael, después de toser un poco.
Gerardo arrugó la cara y ese fue el indicio de lo que pasaba.
No podía ser!! Seguiría enfermito?!! Tan mal estaba?!! Y su colita ya no aguantaba ni un piquetito más!
-Vamos Gerardo! Di que estoy sanito, anda di que sí- le suplicó, poniendo las manitas juntas.
-Lo siento, chiquito. -Respondió el doctor, con mucho pesar.- Esas placas están creciendo… tendremos que atacarlas con más antibióticos
-¿en pastillas?- preguntó esperanzado.
-uhmmm… Ricardo? Podemos hablar afuera?!!
Ricardo frunció el ceño -Vamos- dijo serio, dándole un beso en la frente a su hijo y salió.
-Qué está pasando, Gerardo?! Cómo siguen mi niño?!! – Dijo sin más preámbulos. Había urgencia en aquellas palabras, sin olvidar la cuota de nerviosismo.
-Las amígdalas de Rafael están muy grandes. Creo que deben pensar en extirpárselas, una vez que se mejore-
-Tan mal está? Está en peligro mi hijo?
-No, pero le seguirá dando amigdalitis si no las sacamos-
-Está bien, hablaré con Helena antes…. Ahora volvamos a ver qué hace mi niño…
Antes de que Ricardo abriera la puerta, Gerardo le sostuvo del brazo -Espera Ricardo, tendré que inyectarlo- dijo a su amigo, con determinación.
-Ya me lo temía. Rafael pondrá el grito en el cielo, lo sabes, verdad?!-
-Lo sé! Qué te parece si tú lo entretienes y yo lo pincho?!-
-Ehmmmm… si no queda más remedio…- Suspiró
Los dos volvieron a entrar.
-Nos dejan con el Rafael, por favor?!- dijo para darle un poco de privacidad al muchacho.
-Ay, noooo, suegrito. No puedo quedarme un ratito más?!!- Pidió Sami, acurrucándose a la par de su amorcito.
-Sí, yo quiero que se quede- dijo Rafael, abrazándose de Sami.
-Tú decides!- Dijo Gerardo. Él no quería ser el aguafiestas, ya suficiente con ser el verdugo de las nalguitas de uno de sus pacientes más consentidos.
-Hijito, van a inyectarte ahora…- le dijo Ricardo.
-Quéeeee!!!! Nooooooooooo!!!! Buaaaaaaaaaaaaaaaa… papito eso noooo!!!! Te odio Gerardoooo…. buaaaaaaaa
-Ratoncito bonito, cálmate- dijo Samanta
-Qué me voy a calmarrr?!! Buaaa!!! Si me quieren dejar el traste como coladorr!! Buaaaaaa!! No quiero más agujas, papiii, por favooor!! Diles que noooo… cof cof cof
-Gerardo? es necesario?- dijo Ricardo apesadumbrado, no quería ver llorar a su bebé
-no pueden darme un Jarabito?! Por fi por fi, papito?!-
-El jarabe no será tan rápido como necesitamos que sea, Rafita. Deja que te ponga la inyección, si?!… te prometo que seré lo más gentil que pueda!- Dijo el médico.
-papito, ayuda- le rogó.
Ricardo se acercó hasta su nene -Hijito de mi corazón, sólo una gordito lindo?!!
-Snif Snif! si… papito, sólo una!- dijo resignado
-Está bien, mi rey, será solo una! -Ricardo se acercó hasta la cama y lo abrazó con cariño, llenándole de besos la frente.- Pasará rápido, bebé… sólo un pinchacito, sí?! -Ricardo lo ladeó y le bajó el pijamita dejando al descubierto la futura víctima de aquella aguja.
-BUaaaaaaaaaa son malossssss los odio- pataleó.
-Pero ratoncito… la inyección, te aliviara más rápido, corazón. Ya lo verás!- Sami se acercó mimosa- Anda, no seas malito. No te enojes con tu papi- Le dijo, acariciándole el pelo.
-buaaa- Rafa se dio la vuelta y se apretó contra el cuerpo de su novia, -que sea rápido- exigió
-Uhmmmm… si me apuro dolerá- Murmuró Gerardo.
-malo! quieres que me duela- ¬¬
Gerardo rodó los ojos.- Quietito tú.- Le dijo y le empezó a desinfectar la nalga con alcohol
-quiero que me quiten mis amígdalas- exigió
-Sí, hijito. Cuando estés más sanito hablaremos de eso, sí?!!
-Cuidado que me duele…. AUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!! Auauauauauuu… dijiste que no doleríaaaaaaaaaaaa… Buaaaaaaaaaaa…. mentirosoooooo- Gritó Rafín, haciendo dudar a su papá y al doctor del estado de salud de sus amígdalas!
-Rafael, compórtate- le gruñó Helena que había estado observando la escena muy callada hasta ese entonces, a punto de darle una nalgada a su nene.

-Buaaaaa… mamita! Es que dueleeee!!! Buaaaaaa…. duele duele dueleeeee!! - Lloró desvalido, cubriéndose la cara con sus manos.  Helenita se derritió ante ese gesto. Se acercó hasta la cama y se puso a acariciar la cabecita de su hijito, consolándolo con muchos besos.
-Ya, mi príncipe hermoso!! Ya pasará, bonito de mamá- dijo repartiéndole todos los besitos del mundo.
-Sniff snifff… mamita, besitoooo…-Pidió con un puchero. Gerardo ya estaba sacando la aguja y pasando el algodoncito.
Pero Helena seguía dando besitos… ella lo mimaría todo lo que Rafita la dejara...
-Deje algo para mí, suegri…- Dijo Samanta, mirándola con un ceño
-no te pases niñita- le dijo Gerardo.
-Ésta carita es mía…!- Dijo Helena, dándole más besos en los cachetes a su niño-
-Grrrrr… Entonces yo quiero su manito….- Arremetió Sami.
-Y yo su pancita… Dijo Ricardo, empezando a hacerle cosquillas a su hijo.
-jajaja yo alcanzo para todos…- se rio descarado. Él amaba los mimitos.
Martín asomó la cabecita. Los miró con tristeza. Todos parecían querer más a Rafael que a él. Es que claro, él había sido un error! se dijo.
-TINNNNNNNNNNN VEN A MIMAR A TU NANITO- le gritó Rafita, con unos maravillosos pulmones…
Martín dudó unos momentos. No podía evitar sentirse mal… pues con el golpe que se llevó su hermanito por su culpa, había empezado esa agonía con las malditas inyecciones!
-AHORA- le exigió Rafita al ver la duda de su hermanito.
Martín corrió a la cama y se abrazó a su hermanito- Lo siento, hermanito!
-Por qué bobito?!… tú no me has hecho nada… No es tu culpa sino de mis tontas amígdalas… pero me las sacarán en cuanto me mejore :D- Le dijo feliz
Tincho le sonrió.- De veras?!!
El chico asintió -Ves Gerardo?!… no podrás hacerme más daño… tengo a todita mi familia que me defiende de tus feas inyecciones y cosas más feotas-
-Jajajaja… pero qué dices, mocosito?! Si yo te quiero mucho!! Me hacen un lugarcito para mí?!
-Siempre que dejes tus artefactos espeluznantes en aquella mesita- Le respondió.
Gerardo respiró profundo. Aún faltaba atender a Martín. Y si Rafa había gritado por un antibiótico… no quería ni imaginar el drama que haría Martín
-Si pinchas a mi hermano te pego… dale pastillas- Le exigió el más chico de los hermanitos
-Rafaaaaa…!- Advirtió Ricardo. Y Martincito se escondió entre las mantas.
-No me puedes pegar, me duele mi trasero- le dijo altanero.
-No te pegaré en tu trasero, pero sí en tu boquita si me levantas la voz.
-Malo- Dijo con un puchero -Mami regaña a mi papá, se portó mal-
-SCH, mi bebé… no te preocupes que papi no hará nada si no quiere llevarse unas buenas nalgadas- Afirmó divertida.
-Has algo malo papi- Se rió Rafael.
-Grrrrrrr!!! -Gruñó el joven padre, pero sólo en tono de broma! Le gustaba ver sonreír a su nene, pero no iba a arriesgarse a unas palmadas!
-Mami, el papá está gruñendo… debes darle nalgadas-
-No mamiiiii… eso nooo!!- Gritó Ricardo cuando vio que Helena se quitaba la pantufla.
-Si mamita… se portó mal- Aplaudía Rafael
-Jajajaja!!! Estás en problemas Ricardo!!! -Sonreía el médico. Al menos él ya no era el centro de ataque!
-Gruuu que yo llamaré a tu papá- jajaja se rió Ricardo
Gerardo le sacó la lengua- No recuerdas que mi papá vive fuera del país?!! =P
-Jajaja!!! Perdiste, papi- Dijo Martin, sonriente.
-Bueno, bueno… me rindo! - Dijo Ricardo, levantando las manos en un gesto de derrota.- Pero antes….- Y esas manos volaron a las pancitas de sus nenes, haciendo cosquillas por doquier, multiplicando las risas y la alegría de ese par de diablitos que tenía por hijos.
Cuando las cosquillas terminaron, Rafael miró a su hermano mayor, le tomó con sus manitos su cara y le preguntó
-¿Eres feliz?- con una intensidad que asustaba.
Martín fijó sus enormes ojos claros en los de su hermano… qué bien se sentía tener un hermanito, pensó. Cuántas veces él había rogado por uno, y ahora lo tenía en frente- Mucho!! -Respondió tirándose a los brazos de Rafael
-Entonces estarás bien- dijo Rafín… -estarás bien- dijo para volver a ser un niño que exigía mimitos
Ricardo lo arropó y le dio un beso en la frente. -Eres mi tesoro, lo sabías?!
-Lo sé- dijo sobando su colita… -ya vayan… y déjenme con mi novia- exigió el chico.
Otro beso en su naricita y Ricardo agarró a su otro niño del bracito. -Vamos a tu cuarto, bebé. Así Gerardo te puede revisar
-Recuerda, sin pinchazos- le gritó
-Sin pinchazos será si tu hermanito no los necesita, de otro modo tomará un jarabe- Explicó amablemente Helena, dejando lugar a Sami para que cuidara de su nene.

En la habitación de Martín, había un chico muy nervioso porque no sabía cómo estaría el resultado de sus exámenes.
-Ven, chiquito… no ganarás nada con ponerte así. Afrontaremos ese resultado juntos los tres, de acuerdo?!
-Lo haremos- dijo Martín
-Quieres leerlos tú, hijo? -Preguntó Gerardo.
-Tengo miedo- Conetstó Tingo… esos exámenes eran los que sellarían su destino
-Léelos tú, Gerardo, por favor- Dijo Helena
Después de abrir el sobre, el médico solo sonrió y dijo:
-Ohh, esto es maravilloso…
-dilooooo- Gritó Martín, entusiasmado.
-Bueno. No están tan mal como pensábamos…
-Jarabe?… Gerardo, dices Jarabe?!- sonreía
-...Uhmm, SIP! Pero antes deberemos reforzar el tratamiento… sólo será una… luego tomarás el jarabe del sabor que tú quieras
-Okis… solo una- Dijo dándose media vuelta -Pincha rápido antes que me arrepienta y no te deje acercar esa fea agujota a mi lindo trasero.
Los tres adultos sonrieron. Era una fortuna que Tingo no hiciera un drama por la inyección.
Ricardo le bajó la ropita y se recostó a su lado en la cama, poniendo un poco del peso de su cuerpo sobre el de su bebé en caso que realmente Martín sí se arrepintiera, lo que pasó en ese instante. Apenas el niño vio el tamaño de la amenazante aguja, comenzó a gritar y a llorar
-… no!!… no, ya no quiero… nooooo!!! buaaaaaaaaaaaa!!
Al diablo había ido a parar la valentía de su hijo, pensó Ricardo. -Calma, mi rey. Calma o te lastimarás la colita cuando Gerardo pinche- Le decía acariciando con suavidad la espalda y las piernas de su hijo.
-Noooooooo!!! Buaaaaaa!!! Eso dueleeee-
-Martín, hijito… así quietito, sí?! Seré breve…- Murmuró- consoladoramente el doctor.
-Mamita…. mamita linda, no los dejes-
-Si yo no quiero mi chiquito... pero será unita nada más, si?! Después mamá y papá te mimarán mucho, como lo hicimos con Rafita.
-Pero me va a dolerrrr… buaaaa-
-...Sostenlo fuerte, Ricardo… que no mueva las piernas- Dijo el doctor y procedió a desinfectar la zona. Quería terminar lo antes posible con la pesadilla.
-buaaaaaaaa!! No quiero ni un poquito
-Shhhh… tesoro. Calmadito, hijito lindo…SHhhhh… escucha a papá y a mamá, sí?! No pienses en nada más.
Martincito estaba con una pánico ciego. Sabía que esas inyecciones dolían mucho, y en lo único que podía pensar era en cómo quemaría ese líquido en su nalguita.
-Quiero un auto si me dejo pinchar, quiero un auto!!!- Gritó, pensado que así se libraría de la tortura.
-Plasss…!!!
-Auuuu….
-Quieto he dicho! Y basta ya de tanto berrinche, jovencito -Gruñó Ricardo, entregando una palmada un tanto pesadita, pero nada en comparación con lo que se estaba ganando Martín
-Buaaaaaaaaaaaaa!!! Me pegasteeeeeeeeee!!! Eres malooooooooooooo!!! Rafaelllllllllllllllllll... el papá me pegooooooooooooooooooooó!!!-
-Ñañiiiitooooo… ya voyyy… ya vooooy… papáaaaaa… las pagarás!!! -Gritaba desde su pieza Rafita, intentando ponerse de pie a pesar del dolorcito que sentía en su colita. -Voy a llamar a tus abuelos hermanito, para que ajusten cuentas con papá-
-Qué?!! Gerardo...no podríamos…?! ehh… seguro que el niño necesita la inyección?!- Preguntó, con el semblante pálido Ricardo. Hasta parecía que se había olvidado de su edad.
-Ricardo, crees que le recetaría una si no fuera necesario?!!!- le dijo enojado. No le gustó nada que Rafa dijera “tus abuelos” y no “nuestros abuelos”. Acaso su amigo aún mantenía escondido a su hijo de sus padres?!
-Pero es que… es que… -Dudaba el padre. Helena decidió tomar las riendas del asunto.
-Se acabó, Gerardo. Inyecta de una buena vez a Martín. Y Rafael a tu cuarto!! Y tú, Ricardo, compórtate como un adulto, por todos los cielos!- Dijo seria.
-Buaaaaaaaaaaaaa- Lloró Martín
-Malaaaa- Dijeron los tres “niños”, a lo que Helena sólo les dedicó una mirada todavía más seria y Gerardo aprovechó para inyectar a Martín.
-BUaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa… di... dijiste que... que no doleríaaaaa… buaaaaaaaaa!!!! Auauauauuuuuu… Maloooo, me… me dueleeeee… buuuuaa… -Lloraba sin consuelo.
-Gruuuu- Rafael tomó el celular de Martín y le marcó a los abuelos de Tin. -Señor Ricardo?! Su hijo es un imbécil, le hizo daño a Martín- Dijo apenas sintió que contestaron del otro lado.
-Óyeme, mocoso- Sip, la voz aún de niño delató la edad de Rafín- Quién eres tú para insultar a mi hijo?!… Y cómo está eso que le hizo daño a mi nieto?!!- Gruñó el hombre.
Rafael no se esperaba eso. Quién era él para ese hombre?!!! Quién era él en la vida de Martín y de Ricardo?!
-Soy... un amigo de su nieto- mintió… -y su papá le pegó cuando lo iban a pinchar… criaste a un mal hijo- Y le cortó para salir corriendo… bueno, como pudo.
-Rafael!! Espera, pequeño! Espera… ven aquí. -Dijo Ricardo, saliendo detrás del niño.
Qué IMBÉCIL había sido. En todo ese tiempo, cómo no pudo encontrar un segundo para tomar el teléfono y decirle a su padre “papá, felicidades, tienes otro nieto”!! Ahora su bebé debía estar pensando que no lo quería. Imbécil y más imbécil
Rafael tomó la mano de su novia y se dispuso a salir de ahí… todo esto era una mentira… él no era más que amigo de Martín y el hijo de la novia.
-Nononono… tú no me sales de la casa! Hijito, estás enfermito. Vuelve a la cama…-Ricardo llegó justo a agarrarlo cuando iba por la escalera. Lo tomó por la cintura y lo levantó del piso, lo que hizo que Rafa se pusiera como loco.
-Te odio. Suéltame, Ricardo, suéltame… suéltame, maldita sea!!! Suéltame-
-Ningún Ricardo. Soy papá! Papá! -Recalcó con una leve sacudida para que su hijo no siguiera pataleando, ya que podía hacerse daño.
-No lo eres… no eres nadie, no soy nadie- Dijo, llorando histérico -Nadie...-
-Claro que eres alguien. Eres mi otra mitad… la que le faltaba a mi vida, mi rey. Eres todo lo que mi corazón quiere… te amo a ti, tanto como amo a tu hermanito. -Dijo Ricardo, abrazando y besando la carita de su rey.
-NO!! Yo nooooooo!! Suéltame… ME IRÉ!! ME IRÉ-
-Al único lugar que irás, será a la cama… con tu hermanito.. Vamos, Rafita, no me hagas esto, chiquito. Nunca te dejaré ir
-No me importa… no me importa lo que quieras-
-Se acabó.- Dijo Ricardo con una determinación que hizo retroceder a Rafael. Sacó su celular del bolsillo y, sin soltar el brazo de su niño, marcó un número.
-Papá?!… Quién te acaba de hablar hace unos momentos es... es tu NIETO! Rafael. -Dijo en un sólo respiro.
-QUEEEEeeeeeeeeeee?!!! De qué estás hablando, hijo?!!! Cómo es posible que tenga otro nieto, Martin Ricardo Yáñez Escobar y yo no lo supiera?!!!-
-Papi.. yo…es queeee….
-ES QUE NADA!! DAME AHORA MISMO CON MI NIETO- le gruñó.
-Sí, papi… -Ricardo murmuró obedientemente y extendió el teléfono a su sorprendido hijito- Tu abuelo quiere hablar contigo, amor.
-Yo no tengo abuelo porque yo no tengo padre!!- Dijo cortando el teléfono… Rafael estaba destrozado.
Gerardo salió con algo en la mano. Sabía que Rafael no se tomaría muy bien lo que tenía planeado para él, pero debía hacer algo más que quedarse parado, mirando sin hacer nada más.
Helena trataba de acercarse pero Rafa no la dejaba…
-Me voy… me voy- decía tiritando.
Entonces fue Samy quien, abrazándolo con fuerzas, lo sostuvo para que Gerardo pudiera pinchar… otra vez.
-Me voyyyyyyyy- Gritó antes de quedarse dormido.
Después de acostar a los niños, Ricardo lloraba y lloraba… tanto que Gerardo tuvo que inyectarle un calmante, a pesar de sus protestas y gimoteos… por lo que los tres chicos  de la casa estaban dormidos.
Sami se acercó a Helena y puso una mano sobre su hombro.
-Estarán bien-
-Sip, lo sé… Gracias, Samy!! Has sido una… una gran ayuda para mí, y te agradezco por querer tanto a Rafael.
-Yo lo quiero… trataré de ser buena para él-
Eso espero, pensó Helena, pero se limitó a sonreírle. -Qué te parece si vamos a preparar la comida?!
-Sí. Vamos!!…-Respondió emocionada. Le encantaba cocinar, más si era para su ratoncito - Podríamos hacer hamburguesas… los chicos las aman- Sugirió.
-Excelente idea! Y….- Y justo sonó el timbre de la casa. Quién sería?! Gerardo ya se había marchado y no esperaban visitas.
-Yo voy- Se ofreció Samanta…
Abrió la puerta y se quedó boquiabierta. Un señor muy parecido a su suegro, pero con muchos más años, estaba del otro lado de la puerta.
-Dónde está mi nieto… y el irresponsable de mi hijo?!- Preguntó, haciéndose paso por el lado de la niña.
-Usted es...?! -La pregunta estaba demás, pero igual la hizo
-Su abuelo- Agregó, caminando hacia la sala. Luego se detuvo al ver a la ex-novia de su hijo -¿Helena?-
-Ricardo?! Qué hace aquí?!
-Cómo que qué hago aquí… Primero recibo una llamada, de un jovencito que dice que es amigo de mi nieto y luego mi hijo me dice que el amigo de mi nieto es mi nieto.-
-Ricardo, yo….- Cómo explicarle?!!
-Tú qué haces aquí, Helena?!
-Vivo aquí… con Ricardo y nuestro hijo-
El señor abrió los ojos como platillos.- Me puedes explicar eso?!
-Que mi suegra y mi suegro tuvieron un hijo… mi Rafa… y los burros sólo nos dieron la noticia hace unos días, pero todo ha estado complicado y por eso, suegrito, no le habían podido avisar... pero ahora Rafa no quiere saber de nadie porque cree que su papá lo sigue negando…
-Ese mocoso imprudente… no me van a decir que no tenían cinco minutos para agarrar el teléfono! Já, pero ya ajustaré cuentas con él. Pero antes quiero ver a mí… a mis nietos!
-yo lo llevo suegrito mayor... verá que mi hombre es perfecto- dijo Sami tomándolo del brazo para guiarlo hasta el segundo piso donde descansaba su bello durmiente.
-Mírelo… no es lo más bello que vio en su vida. -Ricardo se acercó hasta la cama y con cuidado levantó al niño por los hombros para recostarlo sobre su antebrazo. Rafael era idéntico a su Ricardo de adolescente.
-Es... Es perfecto. Sí que lo eres, mi rey. Rafa… como mi padre!- Murmuró suavecito el señor para no despertar al niño, sin dejar de acariciar las mejillas blancas de su nieto.
-No se olvide de mi cuñadito… suegrito- Sami no quería que se crearan rencillas entre los dos hermanos.
Ricardo le dedicó una sonrisa a la jovencita. Vaya criatura, pensó. Tan parecida a su esposa de joven. -Así que tú eres mi nuerita?!
-claro… es lo que le vengo diciendo desde que llegó-
El señor la miró de pies a cabeza- Y esos trapos que llevas puestos?!! No me digas que mi hijo te deja quedarte a dormir con mi bebé?!
-jajajaja suegrito no haremos nada… no ahora… al menos-
En ese momento, un gemido venido desde la personita que Ricardo envolvía en sus brazos, atrajo su atención
-ratoncito, qué tienes?!- dio Samanta
-Snif, sniff… me duele... me duele la cabezaaa…- Gimoteó, sin darse cuenta de dónde estaba realmente.
-Haga algo, llame a Helena- le dijo a su suegro, mientras le acariciaba la frente  a su niño.
-Qu...qué?! Quien es… es usted?!- Balbuceó Rafita, intentando liberarse de los brazos de su abuelito.
-Es tu tata bebé… al que le cortaste el cel-
-Noo, él no es nada mío… es de Martín… yo te llamé porque tu hijo le estaba haciendo daño a mi hermanito… espero que hagas algo al respecto. -Le dijo sin miramientos.
-soy tu abuelo… jovencito… TU ABUELO...o tendremos un problema- dijo moviendo su mano en señal de amenaza.
-Eso no es cierto!! Y ya déjeme… Samita, ayúdame!
-mi vida, es tu tata. Vino a verte, bonito… Él te quiere conocer-
-Pero yo no lo quiero conocer a él… no quiero a conocer a nadie más!!
-está bien… señor?! por favor váyase- dijo Sami muy seria.
-Eso no se va a poder, jovencitos. Yo no me voy de aquí… Escucha, hijito. Sé que estás molesto y te entiendo. Yo mismo estoy molesto y te juro que en cuanto tu padre despierte..
-no tengo papá, no tengo nada- dijo poniéndose a llorar de nuevo
-Shhhh… eso no es verdad… Me tienes a mí. Tienes a tu hermanito, a tu papá… él te ama, pequeño. Eso lo sé yo muy bien… y creo que soy culpable en parte por esto, sabes?!!
-es mucho… todo esto es mucho, Sami me dueleeeee-
Ricardo lo apretujó contra su pecho. -Lo sé… pero estarás bien, chiquito. Veremos que así sea… Ahora dime qué te duele, mi rey?

-la cabeza… mucho-
-Debe ser tanto llorar ratoncito por favor no llores más- le rogo Samanta
-Papá me hace llorar... snif… snif… él... él no me quiere abuelito!! Por eso… snif… snif... por eso no les dijo nada de miiii… buaaa
-no, tu papá fue egoísta te quería solo para él- dijo Ricardo su padre que había despertado por el llanto de su hijo -te amo hijito, te amo mucho-
Rafael lo miró con los ojitos llenos de lágrimas. -Ven aquí, bebé!- Dijo Ricardo, estirando los brazos para abrazar a su hijo
-me duele papito- dijo abrazándose a su padre-
-Mi bebé… qué te duele, amor?! Dile a papá! - Susurraba Ricardo Jr. acariciando la espalda de su hijo.
-Cabeza papi- dijo ya más calmado, el dolor iba bajando-
Ricardo puso sus labios en la frente del niño. Había un poco de temperatura, pero no de cuidado.
-Tienes que descansar, hijito… duerme un ratito más, sí?!
-te quedas conmigo- le pidió.
-Toda la vida si tú quieres, amor! Te amo, Rafaelito.
-tu papá está enojado contigo- le dijo Rafín
Y Ricardo se tapó con su mano libre una nalguita. -Hola papi..-Dijo cuando se percató de la presencia de su padre.
-ni una mano te va a salvar mocosito- dijo abrazando a su hijo -te amo pero estas en lío hasta las pelotas-
-Papáaaaaa… que está mi hijooo!!- Gimoteó Ricardito, haciéndole un puchero a su papito.
-por eso… te dijo… prepárate muchachito.
-Le vas a pegar a mi papito?!!- Preguntó con los ojos abiertos de par en par Rafael
-tú qué quieres… nietecito- preguntó el abuelito
Rafín sonrió con picardía.
Uhmm… no le vendrían mal unas palmadas…. -Pensó. -yo creo que si- se río bajito quería que su papá sintiera un poquito su dolor.
El abuelito le devolvió la sonrisa, leyéndole prácticamente la mente a ese pequeño diablito. -Yo también creo que sí!
-Papá- dijo espantado Ricardo. Lo que le ganó una mirada seria. -Qué estás haciendo ahí todavía?! Ve a tu cuarto, muchacho. Enseguida estaré ahí.
-no papá soy un adulto- se quejó no pensaba obedecer
Pero un sólo movimiento de parte de su padre lo hizo dudar.
-Paaaaaaaaa- dijo sentándose para mantener su trasero a salvo.
-Hijooo, ese es el ejemplo que quieres darle a tu niño?!
-no… pero… pero… papá- gimoteo -de verdad vas a… de verdad?-
-Tú qué crees?! -Ricardo padre suspiró- Desde cuándo he aceptado una mentira, hijo?!
- nunca papá- dijo cabizbajo sabía que se lo merecía, le dio un beso en la frente a sus hijos y se fue a su habitación.
-....no seas muy duro con papá, por fis!- dijo Rafael al ver salir a su abuelo… el pobre ya se estaba arrepintiendo… pero su papá se lo merecía LO HABÍA OCULTADO POR AÑOS
El señor se inclinó hacia el niño y le dio un beso en la frente. -No te preocupes por eso ahora, pequeño. Descansa… -Ayudó a su otro nietito a meterse en la cama- Descansen los dos, mis tesoros…  papá vendrá en un rato.
-gracias abuelo- le dijo por primera vez a su abuelito
El que luego de besarle la frente fue al encuentro de su hijo.

Ricardito estaba muy nervioso… trataba de no estarlo rayos era un adulto.
-papá no puedes- dijo  en cuanto vio a su papá entrar a su habitación. -no puedes castigarme-

-Ohhh, sí!! Claro que puedo- Le dijo, caminando hacia él y, con movimientos rápidos, lo ladeó y le entregó tres palmadas.
-Achs… no, no puedes, no puedes…- se comportaba de forma irracional… la culpa el dolor y la preocupación le estaba pasando la cuenta… solo quería que su padre solucionara todo.
Ricardo lo arrastró hacia la cama y lo acomodó torpemente sobre su regazo. Ricardo hijo era casi tan alto como él. Todo un adulto y él lo iba a castigar como a un niño mentiroso.
-noooooo no puedes no puedesss… son mis decisiones son mías, es mi culpa papá es mía...-
-Y por eso mismo vas a afrontar sus consecuencias.
-pero papá- lloraba -me equivoque papá y mi hijo cree que no lo amo- dijo confesándole su dolor
-Hablaremos con él... Lo haremos entender que no es cierto eso... Que tú lo amas y que yo también lo amo... Y ahora usted, jovencito, no va a volver a ocultarme cosas si sabe lo que es bueno para su trasero!
-nunca má,s papá... no tengo más hijos, papá- le sonrió
Ricardo sonrió también, pero su rostro se endureció en seguida. No le gustaba nada lo que iba a hacer
- por qué te pones tan serio, papi?!- dijo asustado
-Papi nada!!- Ricardo se agachó para alzar una de las pantuflas de su hijo y Ricardito se estremeció intentando levantarse del regazo de su padre.
- papá... papá ya aclaramos todo-
Y vamos a dejar todo más claro ahora- o rojo, pensó- y levantó alto el brazo. Le iba a dar un buen escarmiento a su niño
- Auch - gritó antes de sentir el azote
Si serás dramático, mi mocoso! Plasssss
- Agrr - se quejó, le había dolido mucho... hace muchos años que no está en esta penosa situación
Papiiito... Papiiitoooo... No lo hagaaas... Nooo
plass plass plass
- los hijos no se ocultan, PLASS PLASS PLASS... los padres deben estar orgullosos de sus hijos
-Buaaaaa papaaaaá.... No me peguesss…. no masss
No me digas esooo buaaaa
PLASS PLASS PLASS
- por qué, hijo?! por qué lo hiciste?!-
- estaba asustado papá. Martin se enfermó cuando descubrí lo de Rafa… y no podía hacerle daño a mi pequeño… además, me aterraba que Rafael no lo entendiera y que no me aceptara como como padre… luego todo se complicó… y preferi que me viera como un buen amigo a que me odiara como padre, y sabía si te lo decía no me dejarías seguir con la mentira.
- Pero sabías que estabas haciendo mal, hijo. Yo no te enseñé eso, hijo … y ya ves cómo has terminado?!
- Buaaaaa… lo siento, lo siento tanto, papá… buaaaa….- Ricardo estaba deshecho en lágrimas. Su padre lo había hecho ver el gran daño que le había provocado a su principito.
- Hijo ya estas arreglando las cosas con Rafael, solo sigue así. Sé el padre que siempre mereció tener sin olvidar a Martín.
-Lo haré…. pero ya no me pegues más papito! Te juro que con el dolor que siento en mi corazón ya es más que suficiente… ya no más, papito. No más!- Rogó.
- no más pero no te defenderé cuando se entere tu madre.- Agustina andaba de viaje con una amigas del colegio se reunían cada 5 años y Ricardo padre no habia sabido como decirle de la existencia de su nieto sin que se le suba la presión, vamos que hasta a él casi le dio un infarto.
- Ay, papito. Soy tu único hijito y no me piensas defender?! Qué malo eres! -Refunfuñó como un crío. Dada la posición en la que se hallaba, era fácil sentirse como uno!
- Que va! Te toca defenderme a mí por no decirle en el segundo que me enteré, pero que conste que solo lo hice porque llega mañana… pero jovencito, en cuanto llegue su madre le da una muy buena explicación… porque si no ella te va a reventar el trasero a nalgadas en pleno aeropuerto.

Ricardo se levantó del regazo de su padre y lo abrazó por la cintura.-No, papiii. Qué hacemos?!! Mamá me va a matar!!!- Dijo, perdiendo el rostro en el pecho de su padre. Qué bien se sentía ese lugar. Lo reconfortaba y lo hacía sentir valioso.
- JAJAJAJA hijo, qué inocente! Tu madre escuchará que tiene otro nieto y eso será todo lo que importará… tu madre te ama… y amara a ese porotito imprudente que tiene por nieto… solo me preocupa un poco esa chica con poca ropa en la cama con mis dos nietos.
- Sami te encantará papá. No sé por qué Helena no la quiere! A mí me cae muy bien. Sabes?! Me recuerda a mamá…-
- entonces esa jovencita es de temer… la que te espera hijito.- se rió revolviendole el cabello.



Con mucho cariño a nuestra gran y desaparecida en acción Cassy vuelve pronto o pensare que de verdad te abdujeron y no te dejan regresar a la tierra… muchacha esperamos que cuando estés de regreso sea porque andabas de parranda… y hayas celebrado a la grande tu cumple porque te lo mereces.
Sin más que agregar FELIZ CUMPLEAÑOS CASSANDRA. 

4 comentarios:

  1. WAO chicas se lucieron, esos chicos pondran la casa patas arriba!!! (hehehe es una expresion) no tarden mucho con el proximo cap

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  2. Pobres nenes ... Me encantan ambos, parecen niños pequeños en vez de adolescentes.

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  3. O . O oki ya había leído esta historia, pero creo que nunca me tome el tiempo necesario para seguir el rollo de la trama y creo que nunca había comentado mmm no se... pero hoy que leí este capítulo tuve que regresarme al primer porque me perdí en la historia.
    Y es una historia encantadora aunque mi pesar para el podre Ricardo, que sus hijos se enteren que le van a dar unas nalgadas :S eso, eso si es cruel.
    y la novia de Rafal tiene una carácter muy interesante jeje , no se anda con rodeo, ni tiene pelos en la lengua todo en el buen sentido claro.
    Simple mente es una gran historia las felicito a las dos grandes creadoras 
    Mary

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  4. Sami me agrada.. es tan fresca y divertida!!!
    Pero pobres chicos.. sufrieron mucho con las inyecciones!!
    jjaja pobre Ricardo ahora le toco a él!!
    vale, que yo se que tarde en poner mis comentarios pero su historia la sigo desde que la iniciaron, y solo les puedo decir que me encanta, esa dilsera que le ponen a sus protagonistas!!!
    Felicidades a las dos Escritoras!!!

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