Capítulo nueve
-Vamos
Gerardo dime que estoy sano- dijo Rafael, pensando por qué todos hacían tanto
drama de que Sami estuviera usando su camisa… ni que estuviera desnuda! Si en
la playa mostraba mucho más.
-Pues… creo
que te han estado atendiendo muy bien, jovencito... –Dijo mirando de reojo a la
niña- pero vamos a ver… Abre la boca- Sacó un baja lenguas de su maletín y se
dispuso a revisarlo.
-Sí, mi Sami
me está atendiendo muy bien- se rió confiado, todo estaría muy bien según los
dichos de su novia.
-Ya veo…
-Comentó sonriéndole con complicidad. Samanta no parecía tan mala chica, aunque
se pasaba de impetuosa. Él aún recordaba a la niñita inocente que acompañaba a
su padre al hospital, llena de risas y curiosidad y que todo cambió cuando éste
decidió que no quería jugar más a las casitas y se fugó con su enfermera.
Rafael abrió
la boca, con mucho cuidado porque no le gustaba nada esas cositas en su boca;
odiaba la sensación que le provocaba. Gerardo lo supo apenas apoyó el baja
lenguas en la parte de atrás de la boca de Rafín, provocando arcadas de
inmediato, pues su garganta estaba muy irritada, muy roja y con pus.
-Cómo
está?!- Preguntó Rafael, después de toser un poco.
Gerardo
arrugó la cara y ese fue el indicio de lo que pasaba.
No podía
ser!! Seguiría enfermito?!! Tan mal estaba?!! Y su colita ya no aguantaba ni un
piquetito más!
-Vamos
Gerardo! Di que estoy sanito, anda di que sí- le suplicó, poniendo las manitas
juntas.
-Lo siento,
chiquito. -Respondió el doctor, con mucho pesar.- Esas placas están creciendo…
tendremos que atacarlas con más antibióticos
-¿en
pastillas?- preguntó esperanzado.
-uhmmm…
Ricardo? Podemos hablar afuera?!!
Ricardo
frunció el ceño -Vamos- dijo serio, dándole un beso en la frente a su hijo y
salió.
-Qué está
pasando, Gerardo?! Cómo siguen mi niño?!! – Dijo sin más preámbulos. Había
urgencia en aquellas palabras, sin olvidar la cuota de nerviosismo.
-Las
amígdalas de Rafael están muy grandes. Creo que deben pensar en extirpárselas,
una vez que se mejore-
-Tan mal
está? Está en peligro mi hijo?
-No, pero le
seguirá dando amigdalitis si no las sacamos-
-Está bien,
hablaré con Helena antes…. Ahora volvamos a ver qué hace mi niño…
Antes de que
Ricardo abriera la puerta, Gerardo le sostuvo del brazo -Espera Ricardo, tendré
que inyectarlo- dijo a su amigo, con determinación.
-Ya me lo
temía. Rafael pondrá el grito en el cielo, lo sabes, verdad?!-
-Lo sé! Qué
te parece si tú lo entretienes y yo lo pincho?!-
-Ehmmmm… si
no queda más remedio…- Suspiró
Los dos
volvieron a entrar.
-Nos dejan
con el Rafael, por favor?!- dijo para darle un poco de privacidad al muchacho.
-Ay, noooo,
suegrito. No puedo quedarme un ratito más?!!- Pidió Sami, acurrucándose a la
par de su amorcito.
-Sí, yo
quiero que se quede- dijo Rafael, abrazándose de Sami.
-Tú
decides!- Dijo Gerardo. Él no quería ser el aguafiestas, ya suficiente con ser
el verdugo de las nalguitas de uno de sus pacientes más consentidos.
-Hijito, van
a inyectarte ahora…- le dijo Ricardo.
-Quéeeee!!!!
Nooooooooooo!!!! Buaaaaaaaaaaaaaaaa… papito eso noooo!!!! Te odio Gerardoooo….
buaaaaaaaa
-Ratoncito
bonito, cálmate- dijo Samanta
-Qué me voy
a calmarrr?!! Buaaa!!! Si me quieren dejar el traste como coladorr!! Buaaaaaa!!
No quiero más agujas, papiii, por favooor!! Diles que noooo… cof cof cof
-Gerardo? es
necesario?- dijo Ricardo apesadumbrado, no quería ver llorar a su bebé
-no pueden
darme un Jarabito?! Por fi por fi, papito?!-
-El jarabe
no será tan rápido como necesitamos que sea, Rafita. Deja que te ponga la
inyección, si?!… te prometo que seré lo más gentil que pueda!- Dijo el médico.
-papito,
ayuda- le rogó.
Ricardo se
acercó hasta su nene -Hijito de mi corazón, sólo una gordito lindo?!!
-Snif Snif!
si… papito, sólo una!- dijo resignado
-Está bien,
mi rey, será solo una! -Ricardo se acercó hasta la cama y lo abrazó con cariño,
llenándole de besos la frente.- Pasará rápido, bebé… sólo un pinchacito, sí?!
-Ricardo lo ladeó y le bajó el pijamita dejando al descubierto la futura
víctima de aquella aguja.
-BUaaaaaaaaaa
son malossssss los odio- pataleó.
-Pero
ratoncito… la inyección, te aliviara más rápido, corazón. Ya lo verás!- Sami se
acercó mimosa- Anda, no seas malito. No te enojes con tu papi- Le dijo,
acariciándole el pelo.
-buaaa- Rafa
se dio la vuelta y se apretó contra el cuerpo de su novia, -que sea rápido-
exigió
-Uhmmmm… si
me apuro dolerá- Murmuró Gerardo.
-malo!
quieres que me duela- ¬¬
Gerardo rodó
los ojos.- Quietito tú.- Le dijo y le empezó a desinfectar la nalga con alcohol
-quiero que
me quiten mis amígdalas- exigió
-Sí, hijito.
Cuando estés más sanito hablaremos de eso, sí?!!
-Cuidado que
me duele…. AUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!! Auauauauauuu… dijiste que no
doleríaaaaaaaaaaaa… Buaaaaaaaaaaa…. mentirosoooooo- Gritó Rafín, haciendo dudar
a su papá y al doctor del estado de salud de sus amígdalas!
-Rafael,
compórtate- le gruñó Helena que había estado observando la escena muy callada
hasta ese entonces, a punto de darle una nalgada a su nene.
-Buaaaaa…
mamita! Es que dueleeee!!! Buaaaaaa…. duele duele dueleeeee!! - Lloró
desvalido, cubriéndose la cara con sus manos.
Helenita se derritió ante ese gesto. Se acercó hasta la cama y se puso a
acariciar la cabecita de su hijito, consolándolo con muchos besos.
-Ya, mi
príncipe hermoso!! Ya pasará, bonito de mamá- dijo repartiéndole todos los
besitos del mundo.
-Sniff
snifff… mamita, besitoooo…-Pidió con un puchero. Gerardo ya estaba sacando la
aguja y pasando el algodoncito.
Pero Helena
seguía dando besitos… ella lo mimaría todo lo que Rafita la dejara...
-Deje algo
para mí, suegri…- Dijo Samanta, mirándola con un ceño
-no te pases
niñita- le dijo Gerardo.
-Ésta carita
es mía…!- Dijo Helena, dándole más besos en los cachetes a su niño-
-Grrrrr…
Entonces yo quiero su manito….- Arremetió Sami.
-Y yo su
pancita… Dijo Ricardo, empezando a hacerle cosquillas a su hijo.
-jajaja yo
alcanzo para todos…- se rio descarado. Él amaba los mimitos.
Martín asomó
la cabecita. Los miró con tristeza. Todos parecían querer más a Rafael que a
él. Es que claro, él había sido un error! se dijo.
-TINNNNNNNNNNN
VEN A MIMAR A TU NANITO- le gritó Rafita, con unos maravillosos pulmones…
Martín dudó
unos momentos. No podía evitar sentirse mal… pues con el golpe que se llevó su
hermanito por su culpa, había empezado esa agonía con las malditas inyecciones!
-AHORA- le
exigió Rafita al ver la duda de su hermanito.
Martín
corrió a la cama y se abrazó a su hermanito- Lo siento, hermanito!
-Por qué
bobito?!… tú no me has hecho nada… No es tu culpa sino de mis tontas amígdalas…
pero me las sacarán en cuanto me mejore :D- Le dijo feliz
Tincho le
sonrió.- De veras?!!
El chico
asintió -Ves Gerardo?!… no podrás hacerme más daño… tengo a todita mi familia
que me defiende de tus feas inyecciones y cosas más feotas-
-Jajajaja…
pero qué dices, mocosito?! Si yo te quiero mucho!! Me hacen un lugarcito para
mí?!
-Siempre que
dejes tus artefactos espeluznantes en aquella mesita- Le respondió.
Gerardo
respiró profundo. Aún faltaba atender a Martín. Y si Rafa había gritado por un
antibiótico… no quería ni imaginar el drama que haría Martín
-Si pinchas
a mi hermano te pego… dale pastillas- Le exigió el más chico de los hermanitos
-Rafaaaaa…!-
Advirtió Ricardo. Y Martincito se escondió entre las mantas.
-No me
puedes pegar, me duele mi trasero- le dijo altanero.
-No te
pegaré en tu trasero, pero sí en tu boquita si me levantas la voz.
-Malo- Dijo
con un puchero -Mami regaña a mi papá, se portó mal-
-SCH, mi
bebé… no te preocupes que papi no hará nada si no quiere llevarse unas buenas
nalgadas- Afirmó divertida.
-Has algo
malo papi- Se rió Rafael.
-Grrrrrrr!!!
-Gruñó el joven padre, pero sólo en tono de broma! Le gustaba ver sonreír a su
nene, pero no iba a arriesgarse a unas palmadas!
-Mami, el
papá está gruñendo… debes darle nalgadas-
-No
mamiiiii… eso nooo!!- Gritó Ricardo cuando vio que Helena se quitaba la
pantufla.
-Si mamita…
se portó mal- Aplaudía Rafael
-Jajajaja!!!
Estás en problemas Ricardo!!! -Sonreía el médico. Al menos él ya no era el
centro de ataque!
-Gruuu que
yo llamaré a tu papá- jajaja se rió Ricardo
Gerardo le
sacó la lengua- No recuerdas que mi papá vive fuera del país?!! =P
-Jajaja!!!
Perdiste, papi- Dijo Martin, sonriente.
-Bueno,
bueno… me rindo! - Dijo Ricardo, levantando las manos en un gesto de derrota.-
Pero antes….- Y esas manos volaron a las pancitas de sus nenes, haciendo
cosquillas por doquier, multiplicando las risas y la alegría de ese par de
diablitos que tenía por hijos.
Cuando las
cosquillas terminaron, Rafael miró a su hermano mayor, le tomó con sus manitos
su cara y le preguntó
-¿Eres
feliz?- con una intensidad que asustaba.
Martín fijó
sus enormes ojos claros en los de su hermano… qué bien se sentía tener un
hermanito, pensó. Cuántas veces él había rogado por uno, y ahora lo tenía en
frente- Mucho!! -Respondió tirándose a los brazos de Rafael
-Entonces
estarás bien- dijo Rafín… -estarás bien- dijo para volver a ser un niño que
exigía mimitos
Ricardo lo
arropó y le dio un beso en la frente. -Eres mi tesoro, lo sabías?!
-Lo sé- dijo
sobando su colita… -ya vayan… y déjenme con mi novia- exigió el chico.
Otro beso en
su naricita y Ricardo agarró a su otro niño del bracito. -Vamos a tu cuarto,
bebé. Así Gerardo te puede revisar
-Recuerda,
sin pinchazos- le gritó
-Sin
pinchazos será si tu hermanito no los necesita, de otro modo tomará un jarabe-
Explicó amablemente Helena, dejando lugar a Sami para que cuidara de su nene.
En la
habitación de Martín, había un chico muy nervioso porque no sabía cómo estaría
el resultado de sus exámenes.
-Ven,
chiquito… no ganarás nada con ponerte así. Afrontaremos ese resultado juntos
los tres, de acuerdo?!
-Lo haremos-
dijo Martín
-Quieres
leerlos tú, hijo? -Preguntó Gerardo.
-Tengo
miedo- Conetstó Tingo… esos exámenes eran los que sellarían su destino
-Léelos tú,
Gerardo, por favor- Dijo Helena
Después de
abrir el sobre, el médico solo sonrió y dijo:
-Ohh, esto
es maravilloso…
-dilooooo-
Gritó Martín, entusiasmado.
-Bueno. No
están tan mal como pensábamos…
-Jarabe?…
Gerardo, dices Jarabe?!- sonreía
-...Uhmm,
SIP! Pero antes deberemos reforzar el tratamiento… sólo será una… luego tomarás
el jarabe del sabor que tú quieras
-Okis… solo
una- Dijo dándose media vuelta -Pincha rápido antes que me arrepienta y no te
deje acercar esa fea agujota a mi lindo trasero.
Los tres
adultos sonrieron. Era una fortuna que Tingo no hiciera un drama por la
inyección.
Ricardo le
bajó la ropita y se recostó a su lado en la cama, poniendo un poco del peso de
su cuerpo sobre el de su bebé en caso que realmente Martín sí se arrepintiera,
lo que pasó en ese instante. Apenas el niño vio el tamaño de la amenazante
aguja, comenzó a gritar y a llorar
-… no!!… no,
ya no quiero… nooooo!!! buaaaaaaaaaaaa!!
Al diablo
había ido a parar la valentía de su hijo, pensó Ricardo. -Calma, mi rey. Calma
o te lastimarás la colita cuando Gerardo pinche- Le decía acariciando con
suavidad la espalda y las piernas de su hijo.
-Noooooooo!!!
Buaaaaaa!!! Eso dueleeee-
-Martín,
hijito… así quietito, sí?! Seré breve…- Murmuró- consoladoramente el doctor.
-Mamita….
mamita linda, no los dejes-
-Si yo no
quiero mi chiquito... pero será unita nada más, si?! Después mamá y papá te
mimarán mucho, como lo hicimos con Rafita.
-Pero me va
a dolerrrr… buaaaa-
-...Sostenlo
fuerte, Ricardo… que no mueva las piernas- Dijo el doctor y procedió a
desinfectar la zona. Quería terminar lo antes posible con la pesadilla.
-buaaaaaaaa!!
No quiero ni un poquito
-Shhhh…
tesoro. Calmadito, hijito lindo…SHhhhh… escucha a papá y a mamá, sí?! No
pienses en nada más.
Martincito
estaba con una pánico ciego. Sabía que esas inyecciones dolían mucho, y en lo
único que podía pensar era en cómo quemaría ese líquido en su nalguita.
-Quiero un
auto si me dejo pinchar, quiero un auto!!!- Gritó, pensado que así se libraría
de la tortura.
-Plasss…!!!
-Auuuu….
-Quieto he
dicho! Y basta ya de tanto berrinche, jovencito -Gruñó Ricardo, entregando una
palmada un tanto pesadita, pero nada en comparación con lo que se estaba
ganando Martín
-Buaaaaaaaaaaaaa!!!
Me pegasteeeeeeeeee!!! Eres malooooooooooooo!!! Rafaelllllllllllllllllll... el
papá me pegooooooooooooooooooooó!!!-
-Ñañiiiitooooo…
ya voyyy… ya vooooy… papáaaaaa… las pagarás!!! -Gritaba desde su pieza Rafita,
intentando ponerse de pie a pesar del dolorcito que sentía en su colita. -Voy a
llamar a tus abuelos hermanito, para que ajusten cuentas con papá-
-Qué?!!
Gerardo...no podríamos…?! ehh… seguro que el niño necesita la inyección?!-
Preguntó, con el semblante pálido Ricardo. Hasta parecía que se había olvidado
de su edad.
-Ricardo,
crees que le recetaría una si no fuera necesario?!!!- le dijo enojado. No le
gustó nada que Rafa dijera “tus abuelos” y no “nuestros abuelos”. Acaso su
amigo aún mantenía escondido a su hijo de sus padres?!
-Pero es
que… es que… -Dudaba el padre. Helena decidió tomar las riendas del asunto.
-Se acabó,
Gerardo. Inyecta de una buena vez a Martín. Y Rafael a tu cuarto!! Y tú,
Ricardo, compórtate como un adulto, por todos los cielos!- Dijo seria.
-Buaaaaaaaaaaaaa-
Lloró Martín
-Malaaaa-
Dijeron los tres “niños”, a lo que Helena sólo les dedicó una mirada todavía
más seria y Gerardo aprovechó para inyectar a Martín.
-BUaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…
di... dijiste que... que no doleríaaaaa… buaaaaaaaaa!!!! Auauauauuuuuu… Maloooo,
me… me dueleeeee… buuuuaa… -Lloraba sin consuelo.
-Gruuuu-
Rafael tomó el celular de Martín y le marcó a los abuelos de Tin. -Señor
Ricardo?! Su hijo es un imbécil, le hizo daño a Martín- Dijo apenas sintió que
contestaron del otro lado.
-Óyeme,
mocoso- Sip, la voz aún de niño delató la edad de Rafín- Quién eres tú para
insultar a mi hijo?!… Y cómo está eso que le hizo daño a mi nieto?!!- Gruñó el
hombre.
Rafael no se
esperaba eso. Quién era él para ese hombre?!!! Quién era él en la vida de
Martín y de Ricardo?!
-Soy... un
amigo de su nieto- mintió… -y su papá le pegó cuando lo iban a pinchar… criaste
a un mal hijo- Y le cortó para salir corriendo… bueno, como pudo.
-Rafael!!
Espera, pequeño! Espera… ven aquí. -Dijo Ricardo, saliendo detrás del niño.
Qué IMBÉCIL
había sido. En todo ese tiempo, cómo no pudo encontrar un segundo para tomar el
teléfono y decirle a su padre “papá, felicidades, tienes otro nieto”!! Ahora su
bebé debía estar pensando que no lo quería. Imbécil y más imbécil
Rafael tomó
la mano de su novia y se dispuso a salir de ahí… todo esto era una mentira… él
no era más que amigo de Martín y el hijo de la novia.
-Nononono…
tú no me sales de la casa! Hijito, estás enfermito. Vuelve a la cama…-Ricardo
llegó justo a agarrarlo cuando iba por la escalera. Lo tomó por la cintura y lo
levantó del piso, lo que hizo que Rafa se pusiera como loco.
-Te odio.
Suéltame, Ricardo, suéltame… suéltame, maldita sea!!! Suéltame-
-Ningún
Ricardo. Soy papá! Papá! -Recalcó con una leve sacudida para que su hijo no
siguiera pataleando, ya que podía hacerse daño.
-No lo eres…
no eres nadie, no soy nadie- Dijo, llorando histérico -Nadie...-
-Claro que
eres alguien. Eres mi otra mitad… la que le faltaba a mi vida, mi rey. Eres
todo lo que mi corazón quiere… te amo a ti, tanto como amo a tu hermanito.
-Dijo Ricardo, abrazando y besando la carita de su rey.
-NO!! Yo
nooooooo!! Suéltame… ME IRÉ!! ME IRÉ-
-Al único
lugar que irás, será a la cama… con tu hermanito.. Vamos, Rafita, no me hagas
esto, chiquito. Nunca te dejaré ir
-No me
importa… no me importa lo que quieras-
-Se acabó.-
Dijo Ricardo con una determinación que hizo retroceder a Rafael. Sacó su
celular del bolsillo y, sin soltar el brazo de su niño, marcó un número.
-Papá?!…
Quién te acaba de hablar hace unos momentos es... es tu NIETO! Rafael. -Dijo en
un sólo respiro.
-QUEEEEeeeeeeeeeee?!!!
De qué estás hablando, hijo?!!! Cómo es posible que tenga otro nieto, Martin
Ricardo Yáñez Escobar y yo no lo supiera?!!!-
-Papi..
yo…es queeee….
-ES QUE
NADA!! DAME AHORA MISMO CON MI NIETO- le gruñó.
-Sí, papi…
-Ricardo murmuró obedientemente y extendió el teléfono a su sorprendido hijito-
Tu abuelo quiere hablar contigo, amor.
-Yo no tengo
abuelo porque yo no tengo padre!!- Dijo cortando el teléfono… Rafael estaba
destrozado.
Gerardo
salió con algo en la mano. Sabía que Rafael no se tomaría muy bien lo que tenía
planeado para él, pero debía hacer algo más que quedarse parado, mirando sin
hacer nada más.
Helena
trataba de acercarse pero Rafa no la dejaba…
-Me voy… me
voy- decía tiritando.
Entonces fue
Samy quien, abrazándolo con fuerzas, lo sostuvo para que Gerardo pudiera
pinchar… otra vez.
-Me
voyyyyyyyy- Gritó antes de quedarse dormido.
Después de
acostar a los niños, Ricardo lloraba y lloraba… tanto que Gerardo tuvo que
inyectarle un calmante, a pesar de sus protestas y gimoteos… por lo que los
tres chicos de la casa estaban dormidos.
Sami se
acercó a Helena y puso una mano sobre su hombro.
-Estarán
bien-
-Sip, lo sé…
Gracias, Samy!! Has sido una… una gran ayuda para mí, y te agradezco por querer
tanto a Rafael.
-Yo lo
quiero… trataré de ser buena para él-
Eso espero,
pensó Helena, pero se limitó a sonreírle. -Qué te parece si vamos a preparar la
comida?!
-Sí.
Vamos!!…-Respondió emocionada. Le encantaba cocinar, más si era para su
ratoncito - Podríamos hacer hamburguesas… los chicos las aman- Sugirió.
-Excelente
idea! Y….- Y justo sonó el timbre de la casa. Quién sería?! Gerardo ya se había
marchado y no esperaban visitas.
-Yo voy- Se
ofreció Samanta…
Abrió la
puerta y se quedó boquiabierta. Un señor muy parecido a su suegro, pero con
muchos más años, estaba del otro lado de la puerta.
-Dónde está
mi nieto… y el irresponsable de mi hijo?!- Preguntó, haciéndose paso por el
lado de la niña.
-Usted
es...?! -La pregunta estaba demás, pero igual la hizo
-Su abuelo-
Agregó, caminando hacia la sala. Luego se detuvo al ver a la ex-novia de su hijo
-¿Helena?-
-Ricardo?!
Qué hace aquí?!
-Cómo que
qué hago aquí… Primero recibo una llamada, de un jovencito que dice que es
amigo de mi nieto y luego mi hijo me dice que el amigo de mi nieto es mi
nieto.-
-Ricardo,
yo….- Cómo explicarle?!!
-Tú qué
haces aquí, Helena?!
-Vivo aquí…
con Ricardo y nuestro hijo-
El señor
abrió los ojos como platillos.- Me puedes explicar eso?!
-Que mi
suegra y mi suegro tuvieron un hijo… mi Rafa… y los burros sólo nos dieron la
noticia hace unos días, pero todo ha estado complicado y por eso, suegrito, no
le habían podido avisar... pero ahora Rafa no quiere saber de nadie porque cree
que su papá lo sigue negando…
-Ese mocoso
imprudente… no me van a decir que no tenían cinco minutos para agarrar el
teléfono! Já, pero ya ajustaré cuentas con él. Pero antes quiero ver a mí… a
mis nietos!
-yo lo llevo
suegrito mayor... verá que mi hombre es perfecto- dijo Sami tomándolo del brazo
para guiarlo hasta el segundo piso donde descansaba su bello durmiente.
-Mírelo… no
es lo más bello que vio en su vida. -Ricardo se acercó hasta la cama y con
cuidado levantó al niño por los hombros para recostarlo sobre su antebrazo.
Rafael era idéntico a su Ricardo de adolescente.
-Es... Es
perfecto. Sí que lo eres, mi rey. Rafa… como mi padre!- Murmuró suavecito el
señor para no despertar al niño, sin dejar de acariciar las mejillas blancas de
su nieto.
-No se
olvide de mi cuñadito… suegrito- Sami no quería que se crearan rencillas entre
los dos hermanos.
Ricardo le
dedicó una sonrisa a la jovencita. Vaya criatura, pensó. Tan parecida a su
esposa de joven. -Así que tú eres mi nuerita?!
-claro… es
lo que le vengo diciendo desde que llegó-
El señor la
miró de pies a cabeza- Y esos trapos que llevas puestos?!! No me digas que mi
hijo te deja quedarte a dormir con mi bebé?!
-jajajaja
suegrito no haremos nada… no ahora… al menos-
En ese
momento, un gemido venido desde la personita que Ricardo envolvía en sus
brazos, atrajo su atención
-ratoncito,
qué tienes?!- dio Samanta
-Snif,
sniff… me duele... me duele la cabezaaa…- Gimoteó, sin darse cuenta de dónde
estaba realmente.
-Haga algo,
llame a Helena- le dijo a su suegro, mientras le acariciaba la frente a su niño.
-Qu...qué?!
Quien es… es usted?!- Balbuceó Rafita, intentando liberarse de los brazos de su
abuelito.
-Es tu tata
bebé… al que le cortaste el cel-
-Noo, él no
es nada mío… es de Martín… yo te llamé porque tu hijo le estaba haciendo daño a
mi hermanito… espero que hagas algo al respecto. -Le dijo sin miramientos.
-soy tu
abuelo… jovencito… TU ABUELO...o tendremos un problema- dijo moviendo su mano
en señal de amenaza.
-Eso no es
cierto!! Y ya déjeme… Samita, ayúdame!
-mi vida, es
tu tata. Vino a verte, bonito… Él te quiere conocer-
-Pero yo no
lo quiero conocer a él… no quiero a conocer a nadie más!!
-está bien…
señor?! por favor váyase- dijo Sami muy seria.
-Eso no se
va a poder, jovencitos. Yo no me voy de aquí… Escucha, hijito. Sé que estás
molesto y te entiendo. Yo mismo estoy molesto y te juro que en cuanto tu padre
despierte..
-no tengo
papá, no tengo nada- dijo poniéndose a llorar de nuevo
-Shhhh… eso
no es verdad… Me tienes a mí. Tienes a tu hermanito, a tu papá… él te ama,
pequeño. Eso lo sé yo muy bien… y creo que soy culpable en parte por esto,
sabes?!!
-es mucho…
todo esto es mucho, Sami me dueleeeee-
Ricardo lo
apretujó contra su pecho. -Lo sé… pero estarás bien, chiquito. Veremos que así
sea… Ahora dime qué te duele, mi rey?
-la cabeza…
mucho-
-Debe ser
tanto llorar ratoncito por favor no llores más- le rogo Samanta
-Papá me
hace llorar... snif… snif… él... él no me quiere abuelito!! Por eso… snif…
snif... por eso no les dijo nada de miiii… buaaa
-no, tu papá
fue egoísta te quería solo para él- dijo Ricardo su padre que había despertado
por el llanto de su hijo -te amo hijito, te amo mucho-
Rafael lo
miró con los ojitos llenos de lágrimas. -Ven aquí, bebé!- Dijo Ricardo,
estirando los brazos para abrazar a su hijo
-me duele
papito- dijo abrazándose a su padre-
-Mi bebé…
qué te duele, amor?! Dile a papá! - Susurraba Ricardo Jr. acariciando la
espalda de su hijo.
-Cabeza
papi- dijo ya más calmado, el dolor iba bajando-
Ricardo puso
sus labios en la frente del niño. Había un poco de temperatura, pero no de
cuidado.
-Tienes que
descansar, hijito… duerme un ratito más, sí?!
-te quedas
conmigo- le pidió.
-Toda la
vida si tú quieres, amor! Te amo, Rafaelito.
-tu papá
está enojado contigo- le dijo Rafín
Y Ricardo se
tapó con su mano libre una nalguita. -Hola papi..-Dijo cuando se percató de la
presencia de su padre.
-ni una mano
te va a salvar mocosito- dijo abrazando a su hijo -te amo pero estas en lío
hasta las pelotas-
-Papáaaaaa…
que está mi hijooo!!- Gimoteó Ricardito, haciéndole un puchero a su papito.
-por eso… te
dijo… prepárate muchachito.
-Le vas a
pegar a mi papito?!!- Preguntó con los ojos abiertos de par en par Rafael
-tú qué
quieres… nietecito- preguntó el abuelito
Rafín sonrió
con picardía.
Uhmm… no le
vendrían mal unas palmadas…. -Pensó. -yo creo que si- se río bajito quería que
su papá sintiera un poquito su dolor.
El abuelito
le devolvió la sonrisa, leyéndole prácticamente la mente a ese pequeño
diablito. -Yo también creo que sí!
-Papá- dijo
espantado Ricardo. Lo que le ganó una mirada seria. -Qué estás haciendo ahí
todavía?! Ve a tu cuarto, muchacho. Enseguida estaré ahí.
-no papá soy
un adulto- se quejó no pensaba obedecer
Pero un sólo
movimiento de parte de su padre lo hizo dudar.
-Paaaaaaaaa-
dijo sentándose para mantener su trasero a salvo.
-Hijooo, ese
es el ejemplo que quieres darle a tu niño?!
-no… pero…
pero… papá- gimoteo -de verdad vas a… de verdad?-
-Tú qué
crees?! -Ricardo padre suspiró- Desde cuándo he aceptado una mentira, hijo?!
- nunca
papá- dijo cabizbajo sabía que se lo merecía, le dio un beso en la frente a sus
hijos y se fue a su habitación.
-....no seas
muy duro con papá, por fis!- dijo Rafael al ver salir a su abuelo… el pobre ya
se estaba arrepintiendo… pero su papá se lo merecía LO HABÍA OCULTADO POR AÑOS
El señor se
inclinó hacia el niño y le dio un beso en la frente. -No te preocupes por eso ahora,
pequeño. Descansa… -Ayudó a su otro nietito a meterse en la cama- Descansen los
dos, mis tesoros… papá vendrá en un
rato.
-gracias
abuelo- le dijo por primera vez a su abuelito
El que luego
de besarle la frente fue al encuentro de su hijo.
Ricardito
estaba muy nervioso… trataba de no estarlo rayos era un adulto.
-papá no
puedes- dijo en cuanto vio a su papá
entrar a su habitación. -no puedes castigarme-
-Ohhh, sí!!
Claro que puedo- Le dijo, caminando hacia él y, con movimientos rápidos, lo
ladeó y le entregó tres palmadas.
-Achs… no,
no puedes, no puedes…- se comportaba de forma irracional… la culpa el dolor y
la preocupación le estaba pasando la cuenta… solo quería que su padre
solucionara todo.
Ricardo lo
arrastró hacia la cama y lo acomodó torpemente sobre su regazo. Ricardo hijo
era casi tan alto como él. Todo un adulto y él lo iba a castigar como a un niño
mentiroso.
-noooooo no
puedes no puedesss… son mis decisiones son mías, es mi culpa papá es mía...-
-Y por eso
mismo vas a afrontar sus consecuencias.
-pero papá-
lloraba -me equivoque papá y mi hijo cree que no lo amo- dijo confesándole su
dolor
-Hablaremos
con él... Lo haremos entender que no es cierto eso... Que tú lo amas y que yo
también lo amo... Y ahora usted, jovencito, no va a volver a ocultarme cosas si
sabe lo que es bueno para su trasero!
-nunca má,s
papá... no tengo más hijos, papá- le sonrió
Ricardo
sonrió también, pero su rostro se endureció en seguida. No le gustaba nada lo
que iba a hacer
- por qué te
pones tan serio, papi?!- dijo asustado
-Papi
nada!!- Ricardo se agachó para alzar una de las pantuflas de su hijo y
Ricardito se estremeció intentando levantarse del regazo de su padre.
- papá...
papá ya aclaramos todo-
Y vamos a
dejar todo más claro ahora- o rojo, pensó- y levantó alto el brazo. Le iba a
dar un buen escarmiento a su niño
- Auch -
gritó antes de sentir el azote
Si serás
dramático, mi mocoso! Plasssss
- Agrr - se
quejó, le había dolido mucho... hace muchos años que no está en esta penosa
situación
Papiiito...
Papiiitoooo... No lo hagaaas... Nooo
plass plass
plass
- los hijos
no se ocultan, PLASS PLASS PLASS... los padres deben estar orgullosos de sus
hijos
-Buaaaaa
papaaaaá.... No me peguesss…. no masss
No me digas
esooo buaaaa
PLASS PLASS
PLASS
- por qué,
hijo?! por qué lo hiciste?!-
- estaba
asustado papá. Martin se enfermó cuando descubrí lo de Rafa… y no podía hacerle
daño a mi pequeño… además, me aterraba que Rafael no lo entendiera y que no me
aceptara como como padre… luego todo se complicó… y preferi que me viera como
un buen amigo a que me odiara como padre, y sabía si te lo decía no me dejarías
seguir con la mentira.
- Pero
sabías que estabas haciendo mal, hijo. Yo no te enseñé eso, hijo … y ya ves cómo
has terminado?!
- Buaaaaa…
lo siento, lo siento tanto, papá… buaaaa….- Ricardo estaba deshecho en
lágrimas. Su padre lo había hecho ver el gran daño que le había provocado a su
principito.
- Hijo ya
estas arreglando las cosas con Rafael, solo sigue así. Sé el padre que siempre
mereció tener sin olvidar a Martín.
-Lo haré….
pero ya no me pegues más papito! Te juro que con el dolor que siento en mi
corazón ya es más que suficiente… ya no más, papito. No más!- Rogó.
- no más
pero no te defenderé cuando se entere tu madre.- Agustina andaba de viaje con
una amigas del colegio se reunían cada 5 años y Ricardo padre no habia sabido
como decirle de la existencia de su nieto sin que se le suba la presión, vamos
que hasta a él casi le dio un infarto.
- Ay, papito.
Soy tu único hijito y no me piensas defender?! Qué malo eres! -Refunfuñó como
un crío. Dada la posición en la que se hallaba, era fácil sentirse como uno!
- Que va! Te
toca defenderme a mí por no decirle en el segundo que me enteré, pero que
conste que solo lo hice porque llega mañana… pero jovencito, en cuanto llegue
su madre le da una muy buena explicación… porque si no ella te va a reventar el
trasero a nalgadas en pleno aeropuerto.
Ricardo se
levantó del regazo de su padre y lo abrazó por la cintura.-No, papiii. Qué
hacemos?!! Mamá me va a matar!!!- Dijo, perdiendo el rostro en el pecho de su
padre. Qué bien se sentía ese lugar. Lo reconfortaba y lo hacía sentir valioso.
- JAJAJAJA
hijo, qué inocente! Tu madre escuchará que tiene otro nieto y eso será todo lo
que importará… tu madre te ama… y amara a ese porotito imprudente que tiene por
nieto… solo me preocupa un poco esa chica con poca ropa en la cama con mis dos
nietos.
- Sami te
encantará papá. No sé por qué Helena no la quiere! A mí me cae muy bien.
Sabes?! Me recuerda a mamá…-
- entonces
esa jovencita es de temer… la que te espera hijito.- se rió revolviendole el
cabello.
Con mucho
cariño a nuestra gran y desaparecida en acción Cassy vuelve pronto o pensare que
de verdad te abdujeron y no te dejan regresar a la tierra… muchacha esperamos
que cuando estés de regreso sea porque andabas de parranda… y hayas celebrado a
la grande tu cumple porque te lo mereces.
Sin más que agregar
FELIZ CUMPLEAÑOS CASSANDRA.
WAO chicas se lucieron, esos chicos pondran la casa patas arriba!!! (hehehe es una expresion) no tarden mucho con el proximo cap
ResponderBorrarPobres nenes ... Me encantan ambos, parecen niños pequeños en vez de adolescentes.
ResponderBorrarO . O oki ya había leído esta historia, pero creo que nunca me tome el tiempo necesario para seguir el rollo de la trama y creo que nunca había comentado mmm no se... pero hoy que leí este capítulo tuve que regresarme al primer porque me perdí en la historia.
ResponderBorrarY es una historia encantadora aunque mi pesar para el podre Ricardo, que sus hijos se enteren que le van a dar unas nalgadas :S eso, eso si es cruel.
y la novia de Rafal tiene una carácter muy interesante jeje , no se anda con rodeo, ni tiene pelos en la lengua todo en el buen sentido claro.
Simple mente es una gran historia las felicito a las dos grandes creadoras
Mary
Sami me agrada.. es tan fresca y divertida!!!
ResponderBorrarPero pobres chicos.. sufrieron mucho con las inyecciones!!
jjaja pobre Ricardo ahora le toco a él!!
vale, que yo se que tarde en poner mis comentarios pero su historia la sigo desde que la iniciaron, y solo les puedo decir que me encanta, esa dilsera que le ponen a sus protagonistas!!!
Felicidades a las dos Escritoras!!!