Páginas Amigas

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Largo fin de semana... el regreso????



Pedro llevaba unas ojeras kilométricas, hacía 6 semanas que era padre y eso es lo que hacía que no dormía una noche de tirón. Cristina tampoco pegaba ojo más de tres horas seguidas, pero es como si ella lo llevara mejor. Y eso que Pedro se esforzaba en no parecer cansado y en estar al 100x100 en casa y en el trabajo. Pero Ulises no colaboraba mucho, vale que solo tuviera 6 semanas y que cuando no estaba llorando era una ricura de bebé, pero el problema es que tenía muchos cólicos y eso hacía que el pobre lo pasará fatal. Y el niño también,.
Aquella noche, como las anteriores, Ulises se despertó hacía las dos berreando con todas sus fuerzas, aunque sonaba más como una ratilla cabreada, a todos en esa casa les parecía que el bebé se había tragado una caja de resonancia o un altavoz. Pedro y Cristina se levantaron en el acto, Cristina agarró a su pequeñín y meciéndolo arriba y debajo de la habitación iba susurrándole con cariño que se calmara. Pedro fue a la cocina a prepararle un biberón calentito, a ver si había suerte y solo era hambre. 
Estaba mirando absorto el calienta biberones cuando escuchó que alguien intentaba abrir la  puerta de casa (su primer instinto fue agarrar un cuchillo e ir a mirar. Pero ningún ladrón lleva llaves de casa. Así que unió los puntos en cuestión de milésimas de segundo. Mark). Perfecto pensó, no tenía suficiente con desvelarse cada tres horas con los llantos de Ulises que ahora encima tenía que vigilar a Mark de 15 años, pero que horrible eran los 15. Se dijo para si mismo. Entonces empezó a enfadarse de verdad, ya hacía rato que lo oía trastear en la puerta. Perfecto, pensó Pedro, Mark debe de venir tan borracho que ni es capaz de abrir la puerta. Y dejó la contemplación del calienta biberones y fue hacia la puerta para abrirle antes que rompiera  la cerradura. Al menos, había acertado el piso.
Mark abrió la puerta justo cuando Pedro llegó a la entrada, encontrándose así cara a cara con Pedro, sí, esa cara de psicópata en serie que tan bien se le daba poner.
-         Ups (fue lo único que dijo Mark que iba muy borracho)
-         Si eso ups (dijo entre dientes Pedro y a continuación Bruno empezó a vomitar en el paragüero de la entrada) Por dios, Mark! En el paragüero, no. Ve al baño, hombre (le dijo mientras le sujetaba la frente)
-         Lo sientoooo (dijo o eso creyó entender Pedro, porque no se le entendía vocalizar. En ese instante salió Cristina con Ulises en los brazos y dio un soplido largo y tenso).
-         Mark, hijo, en serio ¿Borracho? Creí que ya habíamos hablado sobre el alcohol y…
-         Déjalo Cris, ahora mismo está muy borracho para escucharnos, el bibe ya debe de estar…yo acuesto al grande y tu le das el biberón al pequeño a ver si podemos dormir aunque sean tres horitas. Mañana ya hablaremos  (le dijo amenazadoramente a Fran, que sonrió como un idiota, realmente estaba tan borracho que ni entendía que es lo que le estaban diciendo).Vamos a la camita contigo (le dijo ayudándolo a caminar).
-         Uyy superpapi quiere hacerme preposiciones indecentes (Pedro dio resoplo)  jajajaja lo siento superpapi ya tengo novia jajaja
-         Si, una novia que vas a estar un tiempo sin ver.
-         ¿Por qué? (dijo con la inocencia de un niño: Pedro respiró hondo y negó con la cabeza, no valía la pena gastar saliva. Y lo llevó a su habitación, le ayudó a desvestirse y ponerse el pijama, lo metió en la cama y lo arropó. No muy diferente a Ulises, solo que Ulises no  olía destilería.).
La mañana siguiente fue dura para Mark, pero estaba preparado, nada más sonar el despertador, lo apagó y corrió al baño y se tomó un par de pastillas. Una para el dolor de cabeza y otra para el dolor de estómago. Mark no recordaba nada de la noche anterior, la debió de pillar una buena. Maldito Ruíz, siempre lo liaba bien liado, solo iban a ser un par de copas, pero una cosa es la cerveza y otra el vodka. Que dolor de todo. Mark se vistió y se arrastró hacía la cocina.
-         Ufff que mala cara (dijo Beatriz nada más ver a su hermano)
-         Beaaaa (le amonestó su madre, que sabía que no era necesario hacer más sangre. Pero es que Bea no sabía lo que había pasado la noche anterior. Ni Bea ni Mark).
-         Ya, otra noche de berreos (Mark jugó la carta del bebé, que era jugar sobre seguro).
-         Tu hermano tiene cólicos no es culpa suya (le dijo Pedro dando un sorbo al café y haciendo como si nada).
-         Lo seeeeeé (dijo rodando los ojos).
-         Sí Pedro, no te preocupes, Ulises is still my favorite (le dijo Beatriz dándole un besito en la mejilla a Pedro) y lo queremos mucho aunque no nos deje dormir.
-         Él también os quiere mucho (Pedro le sonrió dulcemente).
-         Si claro jajajaj si no se entera de nada (Mark dijo riéndose, pero le dolía aún mucho la cabeza incluso para reírse. Pedro y Cristina se miraron y rodaron los ojos).
-         ¿No comes cielo? (le preguntó su madre) ¿Te encuentras bien? (fingiendo inocencia mientras le tocaba la frente para hacer ver que le estaba mirando la temperatura).
-         Estoy bien mamá, solo es que no he descansado mucho.
-         He quedado con Ruíz y Salva (y se miró el reloj), ya tomaremos algo en la cancha.
-         ¿Tequila? (preguntó casualmente Pedro. Mark hizo lo que pudo para mostrarse inocente)
-         Jajaja muy gracioso.
-         Sí, disculpa olvidaba que tú eres más de vodka ¿no? (dijo Pedro y le lanzó una mirada fulminante. No estaba de broma. Mark tragó saliva. No recordaba haber llegado a casa y que en ese preciso momento hiciera eso comentarios es que Pedro lo había descubierto. Mark abrió la boca para decir algo pero su madre intervino).
-         Antes que digas algo más (cristina le puso el dedo en los labios para mandarlo a callar) Bea, sube a arreglarte, le prometí a la abuela que le llevaría a Ulises.
-         Joooooo
-         Venga cielo, sabes que siempre que vas a casa de los abuelos, pillas algo (y eso acabó de convencer a Bea, y se bebió rápido su vaso de cacao y fue a cambiarse. Tan punto salió Beatriz de la cocina Cristina y Pedro se quedaron mirando fijamente a Mark, Y entonces empezó el repicar de dedos de Pedro. Tracatra tracatra tracatra una y otra vez hacían sus uñas contra la mesa de fórmica de la cocina. Para Mark eso era lo más parecido a un tercer grado).
-         Buenoooo yo tengo prisa (y se apresuró a levantarse de la mesa).
-         Vuelve a sentarte Mark (dijo Pedro tajante)
-         Si aprovecha ahora que aún es cómodo sentarse (añadió su madre y ahí se acabó su cara de póker Cristina estaba furiosa con Mark, se suponía que todas esas estupideces de rebelde sin causa habían quedado en el pasado. Qué ahora eran una familia nueva y que todos eran felices y comían perdices). ¡No me puede creer que hayas tenido los santos cojones no solo de volver a beber sino de llegar borracho perdido a casa. No atinabas ni con la cerradura, vomitaste en el paragüero y no podías apenas vocalizar! ¡Estoy tan decepcionada y triste contigo, hijo!  En vez de echarnos una mano e intentar no darnos mucho trabajo, porque es obvio que vamos desbordados con tu hermano. ¡Tú vas y te la pasas bebiendo hasta caer redondo. Te juro que no sé cómo no te he cruzado ya la cara de un guantazo.
-         Geeez Mum, you’re overreacting. Come on, guys, I don’t understand why are you making such a fuzz (Pedro sabía que cuando Mark recurría al inglés era porque se sentía acorralado y se defendía tacando, y se sentía más cómodo en el holandés o el inglés que en el español). Ok, maybe I was just a little tipsy but…(pero Pedro volvió a picar en la mesa haciendo que Mark diera un respingo en la silla).
-         Ni un poco achispado, ni mucho (pico en la mesa Pedro), no tienes edad para beber. Te lo hemos dicho ya muchas veces Mark. No puedes beber ni mucho, ni poco, ni tan siquiera un sorbo, ¡Nada! Y escúchame bien jovencito  vuelvo a pillarte tan borracho como ayer noche, no me importará lo mayor que tu pasaporte ponga que eres, te estaré dando varazos hasta que me salgan callos en la mano ¿Entendiste o te lo traduzco al inglés?
-         No es necesario (dijo poniendo morros como si fuera todo culpa de sus padres y él solo fuera una víctima).
-         En ese caso ve a tu cuarto y me esperas (sentenció Pedro). En cuanto tu madre, tu hermano y tu hermana se hayan ido a casa de los abuelos, tú y yo vamos a hacer memoria sobre qué les pasa en esta casa a los menores que beben alcohol.
-         Vengaaaa Pedro, no seas así, fue un desliz, te prometo que no volverá  a pasar (intentó Mark poniendo su mejor cara de buen hijo).
-         Mark ya he perdido la cuenta de todos tus deslices, ve a tu cuarto y mientras espera piensa un poco en cómo evitar cometer más deslices que te pongan en una posición tan poco grata como la que vas a tener en cuanto se vayan (añadió dejando claro que no quería más discusiones).
-         Jooooooooooo no es justo, me la tienes jurada, me la tenéis jurada (rectificó añadiendo a su madre en el complot mundial anti-Mark),Estáis insoportables porque el bebé no os tiene locos porque no os deja dormir.
-         Mark Erwing Geldof (rugió Cristina) o te callas, mueves el culo y te vas a tu habitación o te llevo yo a zapatillazos para que después te acabe de  apañar Pedro.
-         ¡Os odio! (y salió corriendo a su habitación. Como siempre tenía que tener la última palabra).
-         Me voy a por Ulises, Bea ya debe de estar lista (le dijo Cristina a Pedro en cuanto escuchó el portazo que Mark dio en su habitación). Empezamos bien el fin de semana ¿eh? (dijo con toneladas de sarcasmo).
-         Está claro que tus hijos van a acabar conmigo. Ulises a base de negarme el descanso y Mark a base de disgustos.
-         Vuestros hijos, Pedro. Recuerdas al casarte conmigo el cura dijo algo sobre “todo lo tuyo es mío y todo lo mío es tuyo” y eso incluye los hijos, sobre todos los hijos.
-         Maldita letra pequeña jajajaja (se reía pero lo cierto es que no creía que fuera gracioso que un muchacho de su edad bebiera aún le faltaban unos meses para hacer los 16 y el chico ya tenía una curriculum de borracheras que daba vergüenza)

Las chicas y el pequeño Ulises no tardaron mucho en marcharse. Mark estaba en su habitación, se había vuelto a acostar, no había dormido mucho y tenía la sensación cómo si estuviera a punto de pillar una gripe. Vaya, lo que viene a ser una resaca de manual. Sabía que en cuanto su madre saliera por la puerta Pedro no tardaría mucho en entrar por esa puerta, y que la zurra que le esperaba iba a ser de las que no se olvidan fácilmente. No era ni la primera, ni la segunda, ni la tercera vez uqe lo pillaban bebiendo. Y sabía que el ser reincidente solo jugaba en su contra. Además Pedro des de que se casara con Cristina y supiera que iba a ser padre se había puesto más pesadito. Y eso que según Mark, antes ya era muy molesto, era un plasta que tenía metido un palo en el culo todo el puto día. Pero la paternidad en vez de ablandarlo, como secretamente esperaban Beatriz y Pedro, lo había vuelto más quisquilloso y paranoico. No solo era un pesado con los estudios sino que también se pasaba la vida atosigándolos con estupideces de la salud, la seguridad, el futuro y demás cosas con las que los padres siempre están dando la lata. Cristina nunca había sido muy partidaria de estar tan encima de sus hijos, de eso ya se encargaba su marido, pero incluso el padre de los chicos jamás había sido tan pesado, o esa sensación le daba a Mark ahora que tenía que aguantar a diario a “superpapi”.
Pedro estaba pensando como encarar la situación, ya le había dicho muchas veces que no podía beber, ya lo había castigado, le había sermoneado, zurrado y amenazado, pero ahí estaban de nuevo. El rollito de ser un buen hermano mayor y ayudarles que les soltó en el hospital  solo había durado seis semanas. Pedro agarró el teléfono y la guía telefónica y buscó una empresa de seguridad, hacía tiempo que le rondaba la idea, des de que Cris y los chicos se mudaran allí. Pero ahora lo tenía muy claro que debía reforzar la seguridad. Además ahora las pocas horas que lograban dormir, lo hacían como leños. Se podría caer la casa que estaba seguro que ni se enterarían, es como si estuvieran programados para despertarse solo con el llanto de Ulises. No oyeron salir a Mark, y si lo oyeron entrar fue solo porque Ulises los había despertado en ese preciso instante.
Pedro acordó con la empresa que el martes instalarían un nuevo sistema de seguridad con códigos. Por supuesto el código solo lo tendrían Cristina y él, si los niños querían salir de casa, ellos serían los primeros en enterarse.
Mark estaba casi dormido cuando la puerta se abrió, Pero rodó los ojos al verlo metidito en la cama tapado hasta la nariz. Estaba claro que a Mark los remordimientos SÍ le dejaban dormir. Bueno después de la “charla” que iban a tener esperaba que el chico no tuviera un descanso tan apacible. Mark al ver a Pedro entrar lo primero que miró fue si llevaba algo en la mano, tragó saliva al ver la dura regla que pedro portaba en la mano derecha. Pedro dejó la regla sobre el escritorio y agarró la silla y la puso en medio del dormitorio y empezó a remangarse las mangas.
-         Mark, sal de la cama, si crees que te voy a dejar pasarte el día en la cama durmiendo, vas apañado. Hoy vas a hacer todas esas tareas que llevas semanas diciéndole a tu madre que ya las harás, empezando por arreglar la salita, que parece una cochiquera.
-         ¿No lo podemos dejar para esta tarde? Me refiero a lo del castigo, de verdad Pedro que no me encuentro bien.
-         Claro que no te encuentras bien, con lo que debiste de llegar a beber anoche es un milagro que no entraras en coma etílico. Ahora levanta (Pedro le hablaba muy serio pero no le gritaba, eso podía ser bueno o muy malo).
-         Pedro por favor ten algo de compasión.
-         Uy la estoy teniendo, y mucha. He perdido la cuenta de las veces que he tenido que reñirte por esto mismo. Salir sin permiso (levantó un dedo) y beber alcohol (levantó el otro). Solo falta insultar y pegar o desatender tus estudios y ya tendríamos el abanico completo de zurras del señor  Mark Geldof. Hijo, está claro que no te llega bien el mensaje. Pues nada (acabó de subirse la manga de la camisa) habrá que recalcártelo con más tesón. Ningún problema hijo, soy un tipo muy perseverante, como en seguida vas a averiguar (le dijo sin alterarse lo más mínimo. Pedro parecía que estuviera hablando amicalmente con él en vez de estarle diciendo que le iba a dar una somanta palos). Ahora levanta, no te lo voy a repetir más (y esta vez el tono se endureció. Mark respiró hondo e intento reunir todo el valor posible para levantarse. Finalmente se levantó y sin que mediara medía palabra pasó por el lado de Pedro y se fue hacía su escritorio y se bajó los pantalones del pijama dejando a la vista su blanquecino trasero). No tan aprisa, ven aquí (Mark se subió de nuevo los pantalones y fue donde estaba Pedro con cara de no entender nada. ¿No acababa de decirle que le iba a zurrar? ¿acaso no había acabado aún el sermón?. Mark aún estaba intentando averiguar que pasaba por la cabeza de Pedro cuando Pedro lo agarró y se lo colocó sobre las rodillas, Mark era alto así que era una postura incómoda para ambos).
-         ¡Pedro no! ¿Pero qué haces? (Exclamó indignado Mark).
-         Reafirmando las bases, parece que no están muy sólidas (Pedro le bajó el pantalón del pijama de un tirón y le dio una dura nalgada)
-         Aaaaaaaaaaaaaau para, así no.
-         PLASS PLASS  Soy yo el que castiga, PLASS PLASS soy yo quien decide cómo PLASS PLASS Y puesto que no te queda claro algo tan básico como obedecer a tus padres PLASS PLASS PLASS PLASS empezaré des de lo más básico PLASS PLASS
-         Aaaaaaaaaaaaaaaaay noooo auuu para, para, esto es aaaaaaaaaaaaaaauu esto es estúpido aaaaaaaay
-         Totalmente de acuerdo PLASS PLASS ya te hemos dicho demasiadas veces que no se bebe y que no puedes salir de casa sin permiso, sobre todo pasado el toque de queda PLASS PLASS PLASS PLASS
-         Aaaaaaaaaaaaaau Pedro para, para, no soy un bebé, para.
-         Jamás pegaría a un bebé, Mark PLASS PLASS PLASS PLASS pero Mark PLASS PLASS ha sido un nene mal PLASS PLASS y no ha hecho caso a mami y a papii PLASS PLASS y ha salido sin permiso PLASS PLASS y ha hecho cosas malas PLASS PLASS y por eso ahora papi PLASS PLASS le tiene que calentar el culete PLASS PLASS PLASS PLASS
-         Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaau nooo para, para cabrón
-         ¿Y ahora papi también tendrá que lavarte la boca con jabón? PLASS
-         No, no aaaaaaaaaaaaaaaaaau no.
-         Ok, levanta (y le ayudó a levantar, realmente la postura era incómoda sobre todo porque Mark no dejaba de intentar huir). Si no te portas bien acabarás así siempre. ¿Entendiste el mecánica Mark?
-         - sí snif snif (Mark lloraba por el dolor y por la vergüenza de haber sido castigado como un niño pequeño) 
-         Ahora sí, al escritorio (y agarró la regla antes de que Mark se apoyara sobre él)
-         Zwass
-         Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaauu
-         Que no me entere que vuelves a tomar alcohol o cualquier otra sustancia prohibida Zwass Zwass
-         Aaaaaaaaaaaaaaau bwuaaaaaa no auuuu
-         Zwass Zwass Que sea la última vez que sales a hurtadillas de casa Zwass
-         Aaaaaaaaaaa noooo bwwwwwuaaa dueleee, duele auuuu, para auuuuu, lo siento auuu nunca más.
-         Zwass Zwass Zwass Zwass NO MÁS ALCOHOL Zwass Zwass NO MÁS ESCAPADITAS Zwass Zwass
-         BWUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA BWUAAAAAAAAAAAAAAA (Mark lloraba como si la vida le fuera en ello, la regla dolía de por sí, pero si se aplicaba sobre un trasero previamente trabajado, el dolor era indescriptible).
-         Ok Mark (pedro empezó a acariciarle el pelo para indicarle que todo se había acabado. Después de unos minutos, Mark se llevó la mano al pantalón y se lo subió, recuperando así algo de dignidad). Cuando estés. Te quiero recogiendo la salita. Cuando hayas acabado vienes al despacho, tengo más tareas para ti. Este fin de semana te vas a hartar a trabajar.
-         Grrrr
-         Nada de malas caras, Mark, los únicos que tenemos derecho de poner malas caras aquí somos tu madre y yo.
-         ¿Estoy castigado? (preguntó esperando que realmente Pedro fuera misericordioso y no lo castigara, tenía novia y no poder quedar con ella era una putada).
-         ¿Tú que crees? (dijo mirándolo como si Mark estuviera diciendo una locura) Y eso me recuerda una cosa. Se dice “proposición indecente” no preposición. Esta tarde repasaremos las preposiciones (al fin y al cabo él era profesor de lengua no podía pasar por alto ese “desliz” de un hijo suyo)
-         ¿Qué? (le dijo sin entender pero Pedro ya había salido de su habitación)
Fin


7 comentarios:

  1. Pobre Mark cuando va a entender que no debe beber.

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  2. Extrañaba a esta familia, muy buen corto, Mark es terrible para meterse en líos.

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  3. o.o malo le van a dar tarea jejeje al chico

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  4. Grrrr porque se ponen así por una salidita con los amigos uno tiene derecho de convivir y cobeber no?? bueno ya me voy a callar!! pero es injusto!!
    Little otro si??? porfis continua con esta familia si??
    U.U pobre Mark todavía de que le pegan lo castigan sin salidas buuu eso me recuerda a alguien!!!
    De verdad muy buena tu historia!!

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  5. Hay mas capitulos del regreso de largo fin de semana?

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  6. Escribe mas esta historia me facina
    Porfaa

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