EN CASA DE HERRERO... CUCHARA DE PALO 4.

 4.

Francisco se fue a la cocina y se preparó un té y picó algo, no había comido nada desde la noche anterior. También preparó algo para los chicos seguro que tampoco habrían comido nada. Cuando hubo recalentado la comida llamó a Armando y le dijo que al acabar, lavara los cacharros y regresara a su dormitorio y acabara de adecentarlo. Tomó un platito con lasaña y se lo llevó al despacho.

- Come. Seguro que no comiste nada.

- Un bocadillo y una chocolatina que compré en la gasolina (tomó el plato y empezó a comer) Papá, sé que estás cabreado por que te mentí.

- Estoy algo más que cabreado. Realmente confiaba en ti para cuidar de Armando.

- Armando tiene 17 años (en menos de una hora era la segunda vez que le recordaban la edad de su hijo como si él no hubiera estado presente cuando se le concibió y cuando nació) no necesita de niñera. O no debería. Venga él es el buen hijo (dijo serio), pondría la mano en el fuego a que te ha dicho que es culpa mía y que no te enfades conmigo ¿Eh? (Oliver llevaba toda la vida compartiendo habitación con ese renacuajo y lo conocí mejor que nadie) Ni sé me cruzó por la cabeza que pudiera hacer tal majadería. Ni yo…ni tía Carolina en sus mejores tiempos (su padre se lo quedó mirando fijamente). Vale tía Carolina si, pero es Armando, venga…lo más malo que había hecho hasta hoy era no hacer los deberes de algebra.

- ¿Qué no ha hecho los deberes de algebra? (preguntó extrañado Francisco)

- Y yo que sé, era un ejemplo (mintió  de una forma tan natural que su padre no sabía si desconfiar o no, pero tenía cosas más serias de las que preocupase en esos momentos). Solo digo que el es el bueno. Por eso estás tan cabreado, si hubiera sido yo…(Francisco le interrumpió de inmediato)

- Estaría igual de cabreado, Oliver, no me vengas ahora con vuestros infantiles ataques de celos.

- Si, vale estarías enfadado, pero no sorprendido, y venga te molaba eso que Armando fuera el hijo perfecto. Rui es un demonio, Ceci está todo el día peleándose con los niños de su clase y yo bueno, tú y yo hemos tenido verdaderas peloteras. Armando era él único que te daba algo de paz, y ahora eso se ha acabado y el tío lo ha acabado a lo grande, hay que reconocérselo.

- No tiene ni pizca de gracia, Oliver (dijo muy serio su padre). Y no estás aquí para hablar de los errores de tus hermanos sino de los tuyos.

- Soy un embustero, un mal hijo y un muy mal ejemplo para mis hermanos (dijo enfadado) ya me conozco la letra, ahórratelo (dijo Oliver con cara de asco).

- Perfecto (dijo entre dientes) entonces también sabrás lo que viene ahora.

- Papá tengo 19 años, estoy en la universidad (le dijo como si su padre estuviera loco de remate).

- Lo sé, la pago yo ¿Recuerdas? Oliver ya sabes que mientras vivas bajo mi techo tendrás que respetar mis normas. Y estas no han cambiado des de que eras niño hasta ahora, te portas mal te castigo.

- ¡Papá! (reclamó Oliver pero Francisco se puso las manos en las caderas y alzó una ceja, no estaba de humor para  pasarse el día discutiendo). Esto es ridículo (pero Francisco seguía ahí de píe, sin decir nada, mirándolo fijamente). Opr favor, papá sé razonable, no puedes pegarme soy ya un hombre.

- eres mi hijo, vives bajo mi techo, estás aún a mi cargo por lo que en mi libro pone que si, que si a estas alturas eres tan estúpido como para engañarme y no cuidar de tu hermanito cuando te has comprometido y me has dado tu palabra a ello Yo puedo zurrarte.

- Grrrrr (gruñó al ver que no iba a ganar esa discusión) Al menos, permíteme que guarde algo de dignidad, no sobre tus rodillas.

- Mis rodillas no hacen ninguna objeción a eso. Tu dignidad y tú podéis bajaros los pantalones y calzoncillos y acomodaros en el respaldo de la silla (dijo Francisco arremangándose la manga. Oliver le hubiera dado un puñetazo, pero era su padre y no podía y en cierto modo si que se sentía algo responsable por lo que había pasado con armando, aunque se repetía que había sido todo cosa de su hermanito y él no tenía porque recibir ahora esa zurra). Oliver que te quede claro no tolero que me mientas y mucho menso cuando se trata de tus hermanos. Yo soy el padre aquí, yo decido lo que pueden o no pueden hacer mis hijos  y cuando son lo suficientemente mayores para hacerlo. Y tu hermano no es suficientemente maduro, como por desgracia ha demostrado, para pasar un fin de semana solo. Por eso lo dejé a tu cargo. Pero todos vosotros siempre creéis que sabéis mejor que yo, que sois más listos. Pero hijo la experiencia es un grado (y Francisco puso una mano sobre la espalda de su hijo para apoyarse y para que supiera que estaba ahí y alzó la otra y con todas sus fuerzas empezó a zurrar el trasero de su hijo de 19 años. Oliver no era él único que pensaba que ya era muy mayorcito para ser castigado con unas buenas nalgadas, pero Francisco también sabía que su hijo no se había comportado tampoco como era de esperar de un chico de su edad) PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS (Oliver estaba haciendo un esfuerzo titánico para no gritar ni llorar ni suplicar que parase, ni siquiera quería abrir la boca por si se le escapaba alguna palabra o ruego infantil).  PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS (Le quería demostrar a su padre que era un hombre y no un niño aunque él insistiera en tratarlo como tal) TÚ SIEMPRE CON MENTIRAS, PLASS SIEMPRE A MIS ESPALDAS, PLASS SIEMPRE MAQUINANDO PLASS  ¿CUÁNDO VAS A MADURAR DE UNA VEZ OLIVER? PLASS PLASS PLASS ¿Cuándo TE VAS A DAR CUENTA QUE YO NO SOY EL ENEMIGO? PLASS PLASS ¿Cuándo? PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS (Oliver lo estaba pasando realmente mal para mantenerse fuerte y no ponerse a suplicar que se detuviera y que lo perdonara. Francisco sabía que era lo que su hijo intentaba demostrarle y solo pensaba que peor para él, que a él no tenía que demostrarle nada. Eso era un castigo, un castigo bien ganado, ese chico siempre estaba intentando engañarle incluso cuando no era para nada necesario y eso hacia que se lo llevasen los demonios) PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS ME PREGUNTO CUANDO PODRÉ EMPEZAR EN CONFIAR EN TI HIJO, ¿Cuándo TENGAS 40? PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS Si vuelves a engañarme con algo relacionado con tus hermanos no será mi mano sino mi cinturón el que se las tenga con tu trasero (dijo una vez se detuvo para que eso le o oyera alto y claro. Oliver se subió la ropa enseguida procurando no hacer ninguna mueca de dolor pero su cara era un poema. Francisco se quedó un momento mirándolo, suspiró porque tenía que ser tan recalcitrantemente orgullos ese hijo suyo, así le iba en la vida. Cuando el chico parecía más calmado Francisco le dio una especie de achuchó cariñoso, Oliver no lo rechazó, y parecía que se había relajado un poco al recibir esa muestra de cariño de su padre) Hijo te quiero, os quiero a todos más que a nada en este mundo, y me duele mucho que intentes engañarme cada vez que tienes oportunidad, no sé que he hecho para hacerte creer que tienes que mentirme, pero sea lo que sea, olvídalo. Eres casi un hombre, no puedes ir por el mundo intentando sacar provecho con mentiras. Eres listo, tienes buen corazón, eres guapo como tu madre y por alguna extraña razón caes bien a la gente, no tienes porque ir con mentiras.

- Sí que soy guapo, si (dijo pavoneándose)

- Anda, quítate, de mi vista (dijo rodando los ojos de todo lo que estaba diciéndolo el niño del demonio solo se había quedado con lo de guapo) Y Oliver, lo que queda de verano te lo pasarás aquí, en casa.

- ¿Castigado? (preguntó todo  ofendido)

- No, solo digo que se acabó la playa y las escapaditas de fin de semana. Tendrás que apañarte con la oferta cultural de esta ciudad (dijo alzando una ceja, Oliver dio un soplido pero no dijo nada más y se fue a su habitación a torturar un poco al futuro presidiario).