Páginas Amigas

domingo, 1 de marzo de 2015

EN CASA DE HERRERO... CUCHARA DE PALO 6.




6.


Al llegar a casa Rui y Nico sentían como si todas las miradas se dirigiesen a ellos. Y eso que aún no sabían lo que habían hecho. Pero tratándose de Rui sabían que el motivo de la llamada Por la que Francisco había tenido que salir no podía ser nada bueno.
Carolina miró muy seria a su hijo y  cuando Nico bajó la cabeza avergonzado su madre supo en el acto que habían hecho alguna trastada. Nico sabía que vivían en casa de sus tíos y que debía comportarse porque sino su tío le castigaría al igual que hacía con sus propios hijos. Siempre había sido así y no lo cuestionaba pero En ese momento le gustaría no tener una relación tan cercana con su tío.
Mientras comían Francisco le explicó a Carolina lo que esos dos demonios habían hecho. Carolina no pudo evitar reírse,  le encantaban las travesuras y gamberradas de su sobrino, en el fondo eran tan inocentes, pero su cuñado no compartía esa opinión. Francisco se cabreó aun más al ver la reacción de su cuñada, esa mocosa, había traído al mundo a dos hijos cuando ella aun pensaba y lo peor actuaba como un niño. Por supuesto, Armando intentó hacer de abogado del diablo y decirle a su padre que esos tipos eran unos abusones. Él mismo dejó de ir a las canchas porque más de una vez se había llevado empujones y amenazas de esos tíos. Francisco está a muy enfadado con Rui Y su hermano intentando ayudarle solo estaba que apretando más las tuercas.
La comida acabó cuando Célia hizo un comentario bastante camorrista sobre lo que habían de haber hecho a esos abusones. Para ella era fácil mostrarse gallina,  nadie iba a darle un puñetazo a una niñita  de 10 años que aún llevaba trenzas. Pero Francisco recibió el comentario barrobajero de su pequeñita como una patada en la entrepierna. Su hijo mayor siempre estaba metido en líos y embustes, Rui No había semana que no le llamarán la atención por movido y travieso. Célia en vez de una adorable princesa era un pequeño matan del hampa, y Armando que era su remanso de paz había acabado en comisaría. Todo se estaba yendo a la mierda. En momentos así se preguntaba sino estaba fallándole a Marina, la madre de los chicos. No hacía aún año des de que falleciera y poco a poco se había ido todo desmadrado. Lo cierto es que no era así, más bien lo contrario sus hijos intentaban portarse mejor que nunca para no darle más trabajo a su padre, pero ellos eran así. Oliver un liante adorable, Rui un bromista patológico, Célia una much equipa con malas pulgas. Él único que Se había comportado distinto des de la muerte de Marina era Armando. Y por eso Francisco estaba Ahora paranoico con los niños.
- Sois unos mariquitas, si les hubierais partido la cara a eso abusones, ellos jamás hubieran llamado a papá. Y ahora no estaríais en serios problemas (dijo Célia condescendiente)
- ¡Ya está bien! Se acabó. Célia a tu cuarto, te has quedado sin tele esta semana. Vosotros dos (dirigiéndose a Nico y a Rui) a mi despacho y vosotros dos (dirigiéndose a Armando y a Oliver) os toca quitar la mesa y lavar los cacharros.
- No es justooooo  (protestó Célia, levantándose de forma brusca de la mesa los modales nunca fueron su fuerte) Yo no he hecho nada.
- ¡Célia! (le llamó la atención su padre).
- ¡Noooooo! (dio un pisotón en el suelo) ¡Eres malo, yo no he hecho nada y me castigas sin tele! (Célia estaba furiosa porque estaba segura que porque su padre estaba enfadado por la travesura de su hermano ahora la castigaba a ella).
- Célia Suárez Herrero ven aquí(señalando justo delante suyo) ahora mismo.
- Noooooo (plantándole cara).
- Célia,  por si no te has dado cuanta ya estoy muy enfadado, no lo em peores y haz lo que te he dicho, ven aquí ( repitió intentando no perder los nervios).
- Noooooo (repitió pero esta vez con más chulería. Mientras sus hermanos y su primo contemplaban la discusión como si un partido de tenis se tratase).
- Se acabó ( Francisco dejó la servilleta sobre la mesa, se levantó y fue hacía su hija. En ese momento Célia se arrepintió de haberse puesto gallina con su padre).
- No papi, no, Lo siento, ya me voy a mi cuarto (dijo ocultándose tras su tía. Carolina le echó una mirada a su cuñado para que lo dejará correr y Francisco suspiró hondo, cerró los ojos y contó hasta 100).
- Ve a tu cuarto, y no salgas hasta que te dé permiso. No fuerces más tu suerte, señorita (Célia respiró aliviada y corrió hacia su cuarto no sin llevarse una dura palmada en el trasero al pasar por delante de su padre como advertencia de lo que le esperaba si seguía con esa mala actitud). ¿Y vosotros? (mirando a sus hijos) ¿Es Qué no me habéis oído? (y Todos corrieron a hacer lo que les había ordenado).

Nico y Rui se fueron al despacho, justo detrás entraron Francisco y Carolina. Francisco les indicó con el dedo que se quedarán ahí, de píe, delante de ellos. Mientras él y su cuñada se sentaban en el viejo sofá. Francisco respiró hondo varias veces para intentar calmarse mientras Carolina los miraba con simpatía.

- Escucho (fue lo único que dijo Francisco. Nico y Rui se miraron él uno al otro sin saber qué hacer) Nico (Nico miró a su madre en busca de ayuda pero su madre solo alzó una ceja. Su madre siempre elegía los peores momentos para ponerse de lado de su tío) Rui ( Rui no sabía más que decir, los del centro cívico ya le habían contado lo principal). niños...Estoy esperando.
- Verás papà, ellos siempre nos están molestando y amenazando.
- No sólo a nosotros, puedes preguntar a Armando (dijo Nico).
- Y hoy ya se pasaron, ya nos hartaron.
- Sí, siempre igual y nadie les dice nada. Así que decidimos hacerles una broma. Solo íbamos a enseñarles el culo pero después(Nico bajó la cabeza) se lío Y allí estaba aquel cubo y ellos son tan capullos...
- Nicolás, ¿Que os tengo dicho de decir esas palabras?.
- lo siento, tío. No se me volverá a escapar.
- Pero lo son papá. No tiene otro nombre, bueno si que lo tienen, pero ese te iba a gustar aún menos (Carolina sonrió pero el gruñido de Francisco le cortó la risa de golpe). Papá se lo ne rectangular,  ellos son los que deberían ser castigados y no nosotros.
- Yo no soy el padre de esos chicos, si lo fuera y tanto que los castigaría al igual que os voy a castigar a vosotros dos por actuar como un par de vándalos (Francisco empezó a alzar la voz) ¡Cómo se os ocurre ir enseñando el culo Por ahí!  ¡Y que es eso de ir meándoos sobre la gente!  ¿Sois personas o animalitos?
- Personas  (contestaron los dos bajando la cabeza).
- Aveces lo dudo. Ya que os gusta tanto ir con el culo al aire... (los dos chicos tragaron saliva) pantalones y calzoncillos abajo.
- Papaaaá  (Rui protestó por la presencia de su tía)
- ¿Ahora me vienes con que tienes vergüenza? Después de enseñarles tu culo a medio barrio.
- No había tanta gente, era casi la hora de comer.
- Rui! No es momento para hacerse el listillo (le advirtió su padre) Nico (le indicó con el dedo que se acercará más) esperaba más cabeza de tí, normalmente no participas en las travesuras de tu primo ¿y has tenido que apuntarte a esta sinvergüencería, precisamente? (Nico empezó a llorar, era mucho más sensible que sus primos).
- Cielo no llores (dijo su madre levantándose para acariciarlo.  Nico se abrazó a su madre y lloró. Francisco esperó a que su sobrino se calmara).
- ¿Sí ya has acabado Nicolás? (solo lo llamaban Nicolás cuando había hecho algo malo. Francisco se dio una palmadita en su muslo. Nico supo que eso quería decir que lo quería sobre sus rodillas para darle unas buenas nalgadas. A sus 12 años eso era un grave insulto para su hombría, pero ni loco se iba a poner a discutir sobre lo inapropiado de la forma de castigo elegida por su tío. Así que se bajó pantalones y calzoncillos  y se colocó sobre las rodillas De tu tío ) Nico, siempre  te he dicho que para mi No hay diferencias entre tú y tus primos. Pero No es del todo cierto, siempre he admirado lo buen muchacho que eras y lo bien educado teniendo en cuenta la vida que llevaste durante mucho tiempo.
- Eeeeeh  (protestó Carolina) No era tan mala madre.
- No me hagas hablar Carolina  (dijo Francisco). Lo que importa es que has cambiado y ahora eres una madre bastante buena.
 - ¿Bastante? (dijo ultrajado hasta que se dio cuenta que su cuñado solo estaba tomándole el pelo)
- Lo que intentaba decir, antes de la interrupción es que aunque no tolero a ninguno de vosotros un comportamiento como el de hoy me sorprende tristemente tener que castigarte a tí Por eso.
- Lo siento mucho tío, fue idea mía lo del calvo, lo del pís no, Pero si lo de subir al tejado y enseñarles el culo. Fue todo culpa mía y de verdad que lo siento. Pero Es queeeeee
-papá, tú no lo entiendes, tú no tienes que soportar a esos abusones.
- Sé que a todos en esta casa os parece imposible, pero yo también he tenido 12 años y sé que los chicos mayores siempre están metiéndose con los pequeños. Pero eso no os excusa de comportarnos como los chicos buen educados que sé  que sois. Y lo sé porque yo pago vuestras caras escuelas y yo os he enseñado mejor que eso (dijo Francisco despacio pero contundente). Plass, plass, plass, plass, plass, plass, plass (y las primeras siete palmadas cayeron,así, sin avisar. Pillando a Nico por sorpresa por lo que no pudo ni ahogar el aullido Que provocó la mano de su tío en su pobre traserito)  plass, plass, plass, plass, plass, plass,.
- Á aaaaaaaaaaaaargg alauí au au nooooooooo auuuuuuu
- Estoy muy decepcionado, no eres un gamberro, eres un buen chico. Y los buenos chicos no enseñan el culo a la gente y mucho menos le tiran orines por encima  plass, plass, plass, plass, plass, plass, plass, plass, plass.
-Bwuaaaaaaaaa bwuaaaaaaaaa lo siento, lo siento mucho, perdóname auuuuuuu bwuaaaaaaaaa.
- Que sea la última vez que te involucra en un acto tan vergonzoso y bajo  plass, plass, plass, plass, plass, plass, plass, plass, plass. Porqué Por ser la primera vez hoy no voy a ser Muy duro contigo pero si se vuelve a repetir te aseguro que vas a comer sentado en un flotador  plass, plass, plass ¿Entendiste Nicolás?
- sniff sniff Sí señor.

- En ese caso, se acabó...ya está Nico, ya está, borrón y cuenta nueva (dijo mientras le acariciaba el pelo. Cuando Nico dejó de llorar lo ayudó a levantarse y a subirse la ropa. Su madre se apresuró a abrazarlo y besarle. Carolina sabía que a Rui le incomodada tenerla de testigo cuando su padre lo zurra.  Así que aprovechó la ocasión y excusándose para acompañar a su hijo a su cuarto les dejó a solas a Rui y a Francisco).

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