Páginas Amigas

miércoles, 5 de agosto de 2015

PRIORIDADES



PRIORIDADES

- A dónde crees que vas, jefe?! - dijo una voz grave
- Eeeeeh… pensaba dar una vuelta por la facultad. Hoy no hace frío y ya me siento mejor - dijo un adolescente entusiasmado.
Creo que no es buena idea, todavía se te oye congestionado. Es mejor que te quedes en cama.
- Oh, vamos, papá! Estoy en cama hace dos días, ya estoy bien - dijo el adolescente, intentando no sonar como un niño en medio de una rabieta.
Jim Ellison tocó la frente de su hijo, puso cara de pocos amigos, puso sus manos sobre los hombros del adolescente para darlo vuelta y con una palmada le dio el impulso para que se pusiera en camino a su habitación.
- Vamos, papá. Esto es taaaannn injusto. Tengo que ir a la facultad, estoy retrasándome con todo el semestre - Ouch ouch - volvió a gemir Blair Ellison, mientras su padre volvía a darle palmadas.
- Blair, te quedas en cama hasta que ese resfrío se pase. Recuerdas lo que pasó la última vez? - el niño puso una mueca de dolor… aún lo recordaba
- Pero ahora es distinto, papá.
- Blair es mejor cuidarse, mañana ya podrás volver a la facultad pero ahora es mejor que te acuestes. Te voy a traer una taza de té.
Una vez que Jim salió, Blair lanzó un gruñido. Cómo es posible que Jim fuera tan paranoico? Nada le iba a pasar si salía un par de horas para ver en qué iban sus clases. Ya estaba bien, no tosió en toda la noche y podía respirar bien. Ah! pero anda a hacer entender a ese cabeza dura de Jim!
Jim volvió con la taza humeante de té y la dejó en la mesita de noche – Jefe, tengo que ir a trabajar, pero voy a volver lo antes posible - dijo Jim y se fue al trabajo.
Blair estaba aburrido de estar en cama, si hasta le dolía la espalda tanto estar acostado. Apenas sintió la puerta cerrarse, se levantó para llamar a uno de sus amigos – Blair, te estás perdiendo una de las mejores conferencias del Dr. Hodgins, que mala suerte tienes, niño! - fue todo lo que escuchó Blair.
Por qué tenía que enfermarse justo cuando venían a dar las mejores conferencias?!
Fue en ese momento que Blair Ellison pensó que más importante que estar 100% bien o que cualquier castigo, era una conferencia con una eminencia.
Blair tenía que ir y eso es exactamente lo que hizo.
Una vez allá, todo lo que había planeado de volver temprano para que Jim no se enojara quedó en el pasado. Es que Blair simplemente se olvidaba de todo cuando delante de él se estaba dictando una cátedra.
Jim, por otro lado, trabajaba a velocidad para volver temprano a casa. Su instinto paternal le decía que su niño necesitaba supervisión.
…..TS…TS…TS….TS…TS…TS…..
Si hay algo que a Blair le gustaba eran las conferencias de Antropología, tanto así que el tiempo se pasaba sin que el chico siquiera mirara un reloj, pero cuando la conferencia finalmente terminó, sí que pudo mirar la puerta y ver una figura conocida. Imposible de no darse cuenta, un hombre de esa estatura y con cara de pocos amigos….
Y fue cuando Blair se dio cuenta en el lío que estaba metido.
Tragó saliva, rogando que su padre no lo matara ahí mismo.
Jim levantó una ceja cuando vio a su hijo caminando hacia él. El susto que se llevó cuando no encontró a Blair en casa. Pero el padre conocía muy bien a su hijo, lo que llevó a Jim a ir al único lugar que podía estar su querido retoño, y esa era la facultad. Una vez allá, fue muy fácil seguir los cartelitos que anunciaban la conferencia en el aula principal.
Y ahí estaba Jim, mirando a su hijo, pensando en lo mucho que se parecía a él. Inmediatamente, hizo una nota mental para ir a disculparse con su padre. Cuántos malos ratos le hizo pasar. Pero su padre tenía una manera muy particular de hacer que Jim lo obedeciera o que pagara por sus travesuras y esa forma era la que en estos momentos utilizaría Jim con su pequeño.
Papá, qué haces aquí? - dijo Blair titubeante.
- Qué crees, hijo? - dijo Jim, mientras tomaba a su hijo de un brazo y lo encaminaba hacia la salida.
Ya en la camioneta, metió a Blair dentro y le pasó una chaqueta – Toma, póntela. Por lo que veo, no trajiste nada para abrigarte.
- Papá, yo… sé que no debía venir pero es que ésta es una conferencia que no me podía perder. En serio, no sabes...
- Blair Ellison. Sé perfectamente lo que hiciste: Me desobedeciste sin que te importara tu salud. Claro, para ti es más importante una conferencia que una recaída… pero no te preocupes, hijo, ya veré que te quede muy claro cuáles deben ser tus prioridades.
- Papá es que tú no entiendes...
- No, no entiendo, Blair. Y me puedes explicar por qué tienes que anteponer cualquier cosa a tu salud? Ésta no es la primera vez que pasa, o debo recordarte la última vez que terminaste en el hospital, con oxígeno y con tus pulmones congestionados de tal manera que no podías respirar?
- Pero eso fue diferente, ahora estoy bien, sin fiebre...
- Así que diferente. Recuerdo que te dije que te quedaras en casa, hicieras reposo, pero no. Tenías que salir mientras llovía, volver mojado hasta los huesos y luego acostarte con la ropa mojada.
Blair cruzó los brazos. Por qué su padre tenía que ser tan radical?! Ni que fuera Talibán o algo así! Pero si él no era más que un alumno responsable!
Jim, por otro lado, manejaba en silencio, con el rostro serio y sujetando demasiado el manubrio de su vieja camioneta. Por qué su hijo tenía que ser tan terco e irresponsable?! Que acaso él no se lo dejó claro? Incluso le advirtió, como siempre lo hacía, pero no. Blair tenía que hacer lo que a él se le daba la gana… pero ya le mostraría Jim que no iba a ser tan indulgente ésta vez.
Y así, Padre e hijo llegaron al departamento, ambos muy enojados e indignados - Ve a tu cuarto, Blair.
Blair sólo gruñó para retirarse a su santuario, como consideraba a su habitación.
Jim fue a la cocina. Mientras se relajaba cocinando, ganaba tiempo para pensar en ser padre soltero; no era lo que esperaba pero ser padre lo era todo para él. Debía reconocer que el mocosito -que seguro ahora estaba caminando de un lado para otro de ese chiquero que consideraba habitación- era su vida.
Luego de terminar la cena, Jim fue a buscar a Blair - La cena esta lista.
Un todavía sentido Blair salió de su santuario para comer algo. No quería agregar más fuego a la hoguera, así que se sentaría y comería todo pero en silencio.
Y así, padre e hijo comieron en un incómodo silencio. Para Jim, después de haberse acostumbrado a escuchar a su hijo hablar a mil por hora, estar en silencio era extraño.
Acabada la cena, Blair recogió los platos sucios y se encargó de limpiar la cocina.
Cuando pensó que todo se quedaría así y podría ir a refugiarse a su guarida, el sonido grave de la voz de Jim lo detuvo.
- Blair, tenemos que hablar.
Blair cerró los ojos, frustrado, y lentamente se acercó al living. Su padre sólo hizo un gesto para que se sentara en el sillón.
- Tenemos que aclarar algunas cosas que por lo visto no tienes claro - Jim suspiró al ver la cara de su hijo - Cuando te digo algo espero que lo cumplas, si te digo no salgas es NO SALGAS, Blair! Estás saliendo de una gripe.
- Vamos Jim! Estoy bien, no es para tanto y, por si no te has dado cuenta, ya no soy un niño.
- En serio, Blair?! Porque al verte ahí, enfurruñado y a punto de un berrinche me dice otra cosa.
- Pues me gustaría saber cómo estarías tú si tuvieras a cada rato a alguien que todo el tiempo te dice qué hacer y no hacer! Que te vea siempre como un niñito malcriado y que no te escucha! Porque siempre se hace su voluntad.
- Eso se llama ser padre, hijo. Los padres hacemos eso: le decimos a los hijos qué hacer y qué no, y siempre queremos lo mejor para ellos - Jim lo miró fijo y Blair bajó los ojos - y eso me recuerda que sólo te trato como lo hacía mi padre. Y sabes qué más hacía mi padre cuando yo lo desobedecía.
Blair negó con la cabeza. Su abuelo -que siempre intentaba hacer todos sus caprichos, jamás se enojaba- qué podía hacer?
Jim se movió como un felino y, antes que se diera cuenta, el acusado se quedó boca abajo y puesto en una vergonzosa posición – Papá! Qué haces? - dijo un asombrado adolescente
- Sólo hago lo que mi padre haría si yo lo hubiera desobedecido - y Jim comenzó con el viejo ritual que pasaba de padres a hijos, los swat swat junto con los quejidos se escucharon por el departamento.
Fin


4 comentarios:

  1. Simplemente precioso espero la continuación.

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  2. Oh que hermoso es leer de Blair!!!
    Oh rayos yo entiendo a Blair con eso de que ya te sientes un poco mejor y ya quieres salir corriendo.... Así que buuuu para Jim por castigarlo!!!
    Pero porque fin?? U.U yo te quería pedir contiii!!!

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  3. A mí también me encanta Blair y no quiero que se acaben sus historias!!! Por fiiiiis, que no sea el fin!! Si Blair recién es un adolescente... hay Blair para rato... uhmmm... no sé si Jim, jejejeje...

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  4. Blair
    Una sorpresota, me ha encantado
    Espero sea el inicio de muchas mas aventuras.
    Te quedo precioso

    Un abrazo

    Marambra.

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