PRIORIDADES
- A dónde crees que vas, jefe?! - dijo una voz grave
- A dónde crees que vas, jefe?! - dijo una voz grave
- Eeeeeh…
pensaba dar una vuelta por la facultad. Hoy no hace frío y ya me siento mejor - dijo
un adolescente entusiasmado.
- Creo
que no es buena idea, todavía se te oye congestionado. Es mejor que te quedes
en cama.
- Oh, vamos,
papá! Estoy en cama hace dos días, ya estoy bien - dijo
el adolescente, intentando no sonar como un niño en medio de una rabieta.
Jim Ellison
tocó la frente de su hijo, puso cara de pocos amigos, puso sus manos sobre los
hombros del adolescente para darlo vuelta y con una palmada le dio el impulso
para que se pusiera en camino a su habitación.
- Vamos,
papá. Esto es taaaannn injusto. Tengo que ir a la facultad, estoy retrasándome
con todo el semestre - Ouch ouch - volvió a
gemir Blair Ellison, mientras su padre volvía a darle palmadas.
- Blair, te
quedas en cama hasta que ese resfrío se pase. Recuerdas lo que pasó la última
vez? - el niño puso una mueca de dolor… aún lo
recordaba
- Pero ahora
es distinto, papá.
- Blair es
mejor cuidarse, mañana ya podrás volver a la facultad pero ahora es mejor que
te acuestes. Te voy a traer una taza de té.
Una vez que
Jim salió, Blair lanzó un gruñido. Cómo es posible que Jim fuera tan paranoico?
Nada le iba a pasar si salía un par de horas para ver en qué iban sus clases.
Ya estaba bien, no tosió en toda la noche y podía respirar bien. Ah! pero anda
a hacer entender a ese cabeza dura de Jim!
Jim volvió
con la taza humeante de té y la dejó en la mesita de noche – Jefe,
tengo que ir a trabajar, pero voy a volver lo antes posible - dijo Jim
y se fue al trabajo.
Blair estaba
aburrido de estar en cama, si hasta le dolía la espalda tanto estar acostado.
Apenas sintió la puerta cerrarse, se levantó para llamar a uno de sus
amigos – Blair, te estás perdiendo una de las mejores conferencias del
Dr. Hodgins, que mala suerte tienes, niño! - fue todo lo que escuchó
Blair.
Por qué tenía
que enfermarse justo cuando venían a dar las mejores conferencias?!
Fue en ese
momento que Blair Ellison pensó que más importante que estar 100% bien o que
cualquier castigo, era una conferencia con una eminencia.
Blair tenía
que ir y eso es exactamente lo que hizo.
Una vez allá,
todo lo que había planeado de volver temprano para que Jim no se enojara quedó
en el pasado. Es que Blair simplemente se olvidaba de todo cuando delante de él
se estaba dictando una cátedra.
Jim, por otro
lado, trabajaba a velocidad para volver temprano a casa. Su instinto paternal
le decía que su niño necesitaba supervisión.
…..TS…TS…TS….TS…TS…TS…..
Si hay algo
que a Blair le gustaba eran las conferencias de Antropología, tanto así que el
tiempo se pasaba sin que el chico siquiera mirara un reloj, pero cuando la
conferencia finalmente terminó, sí que pudo mirar la puerta y ver una figura
conocida. Imposible de no darse cuenta, un hombre de esa estatura y con cara de
pocos amigos….
Y fue cuando
Blair se dio cuenta en el lío que estaba metido.
Tragó saliva,
rogando que su padre no lo matara ahí mismo.
Jim levantó
una ceja cuando vio a su hijo caminando hacia él. El susto que se llevó cuando
no encontró a Blair en casa. Pero el padre conocía muy bien a su hijo, lo que
llevó a Jim a ir al único lugar que podía estar su querido retoño, y esa era la
facultad. Una vez allá, fue muy fácil seguir los cartelitos que anunciaban la
conferencia en el aula principal.
Y ahí estaba
Jim, mirando a su hijo, pensando en lo mucho que se parecía a él.
Inmediatamente, hizo una nota mental para ir a disculparse con su padre.
Cuántos malos ratos le hizo pasar. Pero su padre tenía una manera muy
particular de hacer que Jim lo obedeciera o que pagara por sus travesuras y esa
forma era la que en estos momentos utilizaría Jim con su pequeño.
- Papá,
qué haces aquí? - dijo Blair titubeante.
- Qué crees,
hijo? - dijo Jim, mientras tomaba a su hijo de un brazo
y lo encaminaba hacia la salida.
Ya en la camioneta,
metió a Blair dentro y le pasó una chaqueta – Toma, póntela. Por lo que
veo, no trajiste nada para abrigarte.
- Papá, yo…
sé que no debía venir pero es que ésta es una conferencia que no me podía
perder. En serio, no sabes...
- Blair
Ellison. Sé perfectamente lo que hiciste: Me desobedeciste sin que te importara
tu salud. Claro, para ti es más importante una conferencia que una recaída…
pero no te preocupes, hijo, ya veré que te quede muy claro cuáles deben ser tus
prioridades.
- Papá es que
tú no entiendes...
- No, no
entiendo, Blair. Y me puedes explicar por qué tienes que anteponer cualquier
cosa a tu salud? Ésta no es la primera vez que pasa, o debo recordarte la
última vez que terminaste en el hospital, con oxígeno y con tus pulmones congestionados
de tal manera que no podías respirar?
- Pero eso
fue diferente, ahora estoy bien, sin fiebre...
- Así que
diferente. Recuerdo que te dije que te quedaras en casa, hicieras reposo, pero
no. Tenías que salir mientras llovía, volver mojado hasta los huesos y luego
acostarte con la ropa mojada.
Blair cruzó
los brazos. Por qué su padre tenía que ser tan radical?! Ni que fuera Talibán o
algo así! Pero si él no era más que un alumno responsable!
Jim, por otro
lado, manejaba en silencio, con el rostro serio y sujetando demasiado el
manubrio de su vieja camioneta. Por qué su hijo tenía que ser tan terco e
irresponsable?! Que acaso él no se lo dejó claro? Incluso le advirtió, como
siempre lo hacía, pero no. Blair tenía que hacer lo que a él se le daba la gana…
pero ya le mostraría Jim que no iba a ser tan indulgente ésta vez.
Y así, Padre
e hijo llegaron al departamento, ambos muy enojados e indignados - Ve a
tu cuarto, Blair.
Blair sólo
gruñó para retirarse a su santuario, como consideraba a su habitación.
Jim fue a la
cocina. Mientras se relajaba cocinando, ganaba tiempo para pensar en ser padre
soltero; no era lo que esperaba pero ser padre lo era todo para él. Debía
reconocer que el mocosito -que seguro ahora estaba caminando de un lado para
otro de ese chiquero que consideraba habitación- era su vida.
Luego de
terminar la cena, Jim fue a buscar a Blair - La cena esta lista.
Un todavía
sentido Blair salió de su santuario para comer algo. No quería agregar más
fuego a la hoguera, así que se sentaría y comería todo pero en silencio.
Y así, padre
e hijo comieron en un incómodo silencio. Para Jim, después de haberse
acostumbrado a escuchar a su hijo hablar a mil por hora, estar en silencio era
extraño.
Acabada la
cena, Blair recogió los platos sucios y se encargó de limpiar la cocina.
Cuando pensó
que todo se quedaría así y podría ir a refugiarse a su guarida, el sonido grave
de la voz de Jim lo detuvo.
- Blair,
tenemos que hablar.
Blair cerró
los ojos, frustrado, y lentamente se acercó al living. Su padre sólo hizo un
gesto para que se sentara en el sillón.
- Tenemos que
aclarar algunas cosas que por lo visto no tienes claro - Jim
suspiró al ver la cara de su hijo - Cuando te digo algo espero que lo
cumplas, si te digo no salgas es NO SALGAS, Blair! Estás saliendo de una gripe.
- Vamos Jim!
Estoy bien, no es para tanto y, por si no te has dado cuenta, ya no soy un
niño.
- En serio,
Blair?! Porque al verte ahí, enfurruñado y a punto de un berrinche me dice otra
cosa.
- Pues me
gustaría saber cómo estarías tú si tuvieras a cada rato a alguien que todo el
tiempo te dice qué hacer y no hacer! Que te vea siempre como un niñito
malcriado y que no te escucha! Porque siempre se hace su voluntad.
- Eso se
llama ser padre, hijo. Los padres hacemos eso: le decimos a los hijos qué hacer
y qué no, y siempre queremos lo mejor para ellos - Jim
lo miró fijo y Blair bajó los ojos - y eso me recuerda que sólo te
trato como lo hacía mi padre. Y sabes qué más hacía mi padre cuando yo lo
desobedecía.
Blair negó
con la cabeza. Su abuelo -que siempre intentaba hacer todos sus caprichos,
jamás se enojaba- qué podía hacer?
Jim se movió
como un felino y, antes que se diera cuenta, el acusado se quedó boca abajo y
puesto en una vergonzosa posición – Papá! Qué haces? - dijo un
asombrado adolescente
- Sólo hago
lo que mi padre haría si yo lo hubiera desobedecido - y Jim
comenzó con el viejo ritual que pasaba de padres a hijos, los swat swat junto
con los quejidos se escucharon por el departamento.
Fin
Simplemente precioso espero la continuación.
ResponderBorrarOh que hermoso es leer de Blair!!!
ResponderBorrarOh rayos yo entiendo a Blair con eso de que ya te sientes un poco mejor y ya quieres salir corriendo.... Así que buuuu para Jim por castigarlo!!!
Pero porque fin?? U.U yo te quería pedir contiii!!!
A mí también me encanta Blair y no quiero que se acaben sus historias!!! Por fiiiiis, que no sea el fin!! Si Blair recién es un adolescente... hay Blair para rato... uhmmm... no sé si Jim, jejejeje...
ResponderBorrarBlair
ResponderBorrarUna sorpresota, me ha encantado
Espero sea el inicio de muchas mas aventuras.
Te quedo precioso
Un abrazo
Marambra.