Trillizos
.
Lex tiene 25 años, compartía su vida con Samanta,
alguien con quien él pensó que pasaría toda su vida, pero empezaron a tener
problemas, no podían concebir un hijo y
los dos anhelaban tener una familia. Empezaron a tener muchos problemas, ella
lo culpaba a él de todos los problemas, un día Lex enojado le respondió,
siempre se quedaba callado aceptando la culpa, pero llego el momento en el que
se desesperó y se salió por días de la casa que compartían.
Al tercer
día apareció en la casa de sus padres por vergüenza de todo lo que había hecho….
Renato:
donde carajos has estado metido, sabes lo preocupado que nos tenías a todos.
Lex:
perdón, yo…
Renato:
no, tu nada… donde estuviste estos días…
Renato
llevo a rastras a su hijo a la recamara principal, si él no le quería decir la
verdad lo haría hablar por las malas, fue como Renato le dio la paliza de su
vida.
Lex:
vasta papá, vasta.
Renato:
entonces contesta, donde has estado
estos últimos días.
Lex:
fui, fui a ver a mis hijos… papá yo tengo tres hijos, son trillizos buaaaa. Los
he dejado sin padre todo este tiempo…, yo, yo también quiero ser padre y los he
dejado a ellos… Por eso yo no puedo… es un castigo por lo malo que he sido.
Renato:
como que tienes hijos?… y tres… dónde están?… porque no nos dijiste?
Lex:
porque no quería tener esa responsabilidad… cuando me fui a estudiar la
universidad, me puse de novio y antes de finalizar el primer semestre ella estaba embarazada, pero yo
quería terminar mi carrera… en ese tiempo no quería responsabilidades prefería
salir a fiestas… yo le sugerí que abortara pero ella se negó, le dije que si
los tenia no le ayudaría a cuidarlos que vería la forma de mandarle dinero,
pero solo eso.
Lex
derramaba lagrimas amargas estaba hincado
en el piso recargado en la cama de sus padres.
Renato:
cuantos años tienen?
Lex:
van a cumplir 6 años en un mes.
Renato:
6 años y apenas se te ocurre decirnos? Tu mujer lo sabe? … … Te hice una
pregunta, contéstala.
Lex:
no, ella no lo sabe, nunca le dije.
Renato
apretó las manos completamente enojado 6 años de mentiras, no solo a sus padres
sino también a su mujer. Ya entendía
porque estaba tan enojado esa última vez de que le dijeran que no podía tener
hijos si él ya los tenía. Renato le regalo 6 cintos por cada hijo, uno por cada
año de los pequeños, haciendo un total de 18 cintos que le marcaron bien la
piel.
Esa
noche Renato y su mujer durmieron en uno de los cuarto de huéspedes, en la
mañana siguiente Lex ya estaba en la cocina hablando con ellos y hablaría con
todos, con su mujer y con sus hermanos no podía seguir ocultando que tenía dos
hermosos hijos y una hermosa princesa.
Al
decir la verdad Samanta no se quedó más en ese lugar, se sentía engañada,
traicionada, a la vez dolida porque él tenía hijos y ella no, terminando la relación
por lo sano, el último año había sido muy pesado para ellos, como nunca
formalizaron la relación no tuvieron que hacer papeleos de divorcio, ambos
trabajaban pensaban comprar una casa pero nunca fueron a ver una, rentaban un
departamento… Lex saco solo su ropa y cosas personales le dejo todo lo demás a
ella, muebles y esas cosas, quedándose en casa de sus padres por un tiempo…
…
Carmen
una mujer independiente con trillizos de 5 años Diana, Alex y Mateo no término
la escuela al quedar embarazada, sus padres y sus hermanos le ayudaron con
todo.
Mateo:
yo no voy hacer nada.-gritaba un pequeño niño-
Diana:
limpia.
Mateo:
no.
Alex:
yo no voy hacer tus cosas, limpia.
Mateo:
soy hombre, los hombres no hacemos cosas de niña.
Diana:
le voy a decir a mamá.
Mateo:
dile, chismosa.
Alex:
quita tus pies de la mesa la ensucias,
ayúdanos a limpiar –dijo dando unos pequeños saltos-
Mateo:
ya déjame niña.
Alex:
niña tú.
El
pequeño Alex se aventó a su hermano, de estar en el sillón terminaron en el
piso a golpes, pero siendo aún pequeños, sus golpes no eran tan fuerte pero
siempre terminaba uno llorando.
Alex:
auuuuu buaaaaa me pegaste en mi cabeza buaaa
Mateo:
tú empezaste.
Diana
venia de la mano de su madre.
Carmen:
que paso?
Mateo:
yo no fui. –Se cubrió sus nalguitas-
Carmen:
a ver, déjame ver pequeño, tienes un chichón, que paso?
Alex:
Mateo me aventó y me pegue buaaa.
Mateo:
el me empezó a pegarme buaaaa.
Ahora
eran dos los que lloraban, Carmen voltio a ver a su hija que era la única que
estaba a un sin llorar.
Carmen:
que paso?
Diana:
Mateo no nos quiso ayudar a limpiar, dijo que no era una niña para limpiar y le
llamo niña a Alex, pero él no es una niña, verdad que no mami.
Carmen:
no amor, él no es una niña… ustedes dos están castigados saben que no tienen
que estar peleando.
Sin
decir más tomo a Mateo bajando el short y los calzoncillos le dio cinco
nalgadas.
Passs,
passs, passs, passs, passs –buaaa, buaaa yo, yo no fui buaaa-
Le
subió la ropita e hizo lo mismo con el segundo niño.
Passs, passs, passs, passs, passs –no mami buaaaaaa-
Carmen:
Mateo los tres tienes que ayudar a
limpiar, no son cosas difíciles, los niños y los hombre también tienes que
ayudar en casa, no solo las mamás y las hermanitas.
Mateo:
buaaa mi tío dice que él no tiene que limpiar porque es hombre, que eso es
tarea de mi abuelita. –decía entre llanto-
Carmen:
aa pues tu tío está equivocado… ya me va escuchar ese muchacho.
Alex:
también le vas a castigar shifff buuua shiff
Diana:
si castígalo también, se lo merece.
Carmen:
porque se lo merece?
Diana:
porque nos pone a limpiar sus cosas.
Matero:
dice que vamos a jugar y nos pone a limpiar cuando a él le dan tareas, por eso
yo también quiero ser como él… para no hacer nada. –decía moqueado-
Carmen:
pues eso está mal y usted pequeño jovencito
no tiene que hacer lo mismo entendido.
Mateo:
me castigas si lo vuelvo hacer?
Carmen:
si
Mateo:
no ya no lo hago mami –se cubrió sus nalgas nuevamente-
Carmen:
muy bien, entonces pónganse a recoger
todo sus juguetes.
Los
tres pequeños niños se pusieron a recoger sus cosas, mientras Camila iba en
dirección al cuarto de su hermano de 18 años, se puso hablar con el joven pero
Jorge estaba metido en su papel de ser hombre,
él no se pondría el mandil para
limpiar no era su deber. Carmen se puso
a discutir con él, pero Jorge se puso más que grosero, Alejandro el padre y
abuelo de los trillizos al escuchar tanto barullo apenas entro a casa con las
compras de la semana se dirigía al cuarto a poner un alto.
Alejandro:
Jorge te vas calmando, que son esos gritos, me quieres explicar.
Jorge:
yo no hice nada.
Carmen:
eres un mocoso.
Jorge:
aaa… y resulta que poniéndome a limpiar me convertiré en un hombre jajaja.
Alejandro:
me explican que pasa?
Carmen:
que este mocoso, cree que mi madre es su sirvienta para estar limpiando todo su
cochinero.
Jorge:
es el trabajo de mamá, no el mío.
Alejandro:
óyeme mocoso, eso sí que no, todos en esta casa tienes deberes y tú tienes los
tuyos y tu madre no es ninguna criada para limpiarte el culo entendiste.
Jorge
se le hizo tan fácil arremedar lo que su padre le había dicho y en reacción Alejandro solo se quitó en cinto
dándole los primeros tres y para
terminar dejándolo en sus piernas
dándole con lo primero que encontró (un sandalia). Carmen se salió del cuarto
para dejar a padre e hijo, por lo general Alejandro no era de muchos castigos pero
las faltas de educación no las permitía.
….
Jorge
el hermano de Carmes estuvo en problemas, era buen chico solo que muy flojo.
La
noche iba cayendo y Carmen ya estaba preparando a sus nenes para ir a dormir,
metió a Diana a bañar y una vez que termino continúo con los otros dos.
Carmen
ya tenía todo preparado, la ropa y las cosas de los niños dentro del baño, en
lo que tallaba a uno el otro se tallaba lo que alcanzaba…
…
Matero:
Alex ese es mi jabón.
Alex:
no, es el mío, el tuyo es azul el mis es el verde.
Mateo:
mentiroso.
Alex:
a que no.
Mateo:
a que sí, dámelo, es mío.
Alex
corrió y al tratar de salir de la tina
se cayó, Carmen alcanzo a sostenerle antes de que se diera de lleno con el
piso, pero su rodillita pego y abrió un
poco dejando salir unas cuantas gotas de
sangre.
Alex:
buaaaaa
Matero:
ya ves por quitarme mi jabón –dijo ya empezando a llorar al ver a su hermanito con sangre en el pie.
Carmen:
ayy amor no tiene que salirte así de la
tina.
Carmen
abrazo a su pequeño, los baño en un dos por tres y los saco de la bañera.
Amanda:
pasa algo?
Carmen:
Alex se cayó… me pueden pasar un curita aquí no hay.
Amanda
entro ayudar a su hija dejando a Diana viendo la tele. Carmen sentó a Alex en
el retrete y le curo y vistió, mientras Amanda ayudaba a vestir a Mateo.
Alex:
mami me duele mi rodillita.
Carmen:
ya mi niño bonito.- le dio un beso en la rodilla y le pregunto que si le seguía
doliendo a lo que Alex le contesto que poquito-
Mateo:
a mí me duele mi manita.
Camila:
aa y con un beso se te quitara?
Mateo:
siiii
Carmen
le dio un beso en la manita y salió con los dos niños llevándolos a sus camas
donde Diana ya estaba acostada.
Carmen:
ya estas mi princesa… ya hay que apagar la tele sí.
Diana:
nos lees un cuento para dormir.
Carmen:
claro que si.
Mateo:
una de zombis.
Diana:
no, uno de princesas.
Alex:
de magos.
Carmen
con una gran sonrisa se puso a contarles una historia quitando lo de los zombis
para no asustar los sueños de los niños… pero poniendo, magos, princesas y
dragones a petición de Mateo.
Matero:
que el dragón sé cómo a alguien.
Carmen:
no, los dragones no se comen a la gente.
Mateo:
bueno que lance mucho fuego.
Carmen
dejo fluir su imaginación y armo una gran historia para eso tres pequeños con gustos
completamente diferentes. Los tres se quedaron dormidos a la media hora y
Carmen se retiró a descansar por ese día.
.
…
Carmen
estaba con Jorge y los niños, habían
salido a comprar cosas para el cumpleaños de los pequeños, Jorge quería mucho a
los pequeños aunque algunos días lo negaba. Jorge tenia a Mateo y a Diana de la mano, mientras que
Carmen tenia a Alex.
Diana:
mamá una piñata de princesa sí.
Carmen:
amor las piñatas las va a traer tu tía Lucia.
Diana:
pero va a traer de princesa?
Carmen:
si, una de princesa otra de un dragón y
un mago.
Los
tres niños se voltearon a ver con una gran sonrisa una piñata para cada quien.
La fiesta de los pequeños seria en cuatro días por lo que estaban apresurando a
comprar las cosas.
Camila
pudo ver a lo lejos a una persona conocida, hacia días había ido a verla a ella y a los niños.
Jorge
al ver que su hermana se distraía un
poco, paso su vista a lo que ella estaba viendo, cuando vio a Lex, de inmediato
soltó a los dos niños y salió de la tienda, Lex no le vio hasta que lo tenía ya
encima, Jorge le había dado un puñetazo y tirado al piso donde lo empezó a
golpear, pero Lex era más grande y tenía el cuerpo ya formado en cambio Jorge media 1,80 y era delgado, Lex dejo al más joven en el piso, por un momento pensó devolverle
el golpe pero los tres pequeños salieron corriendo diciendo que dejara a su
tío.
Alex:
no le pegues grandote.
Mateo:
deja a mi tío.
Diana:
wuuuaaa mamiii.
Lex de
inmediato se paró y de tenerle sostenido del cuello de la camisa lo soltó.
Antes de que Jorge se volviera hacia él Carmen lo detuvo.
Carmen:
estas asustando a los niños, cálmate de una vez.
Jorge:
este cabron no debería estar aquí. A que vienes pendejo?
Carmen:
Jorge ya cállate, vasta.
…
Una de
las empleadas era amiga de casi toda la vida de Carmen, tenía el número
telefónico de sus padres por lo que les llamo e informo lo que estaba pasando. Un
empleado más tomo a Jorge y lo llevo
dentro de la tienda, ya que las intenciones de la otra persona no eran
pelear.
Carmen:
que haces aquí?
Lex:
solo quería hablar…
Remado
que se había quedado atrás no alcanzo hacer mucho, él y su esposa habian acompañado a su hijo.
Teresa:
vengan tesoros, entren a la tienda, su mami entra en un ratito.
Alex:
no, yo no la quiero dejar shiff.
Carmen:
vamos mis niños entren con Tere para que vayas escogiendo los dulces.
Los
niños entraron convencidos por su madre.
A los
minutos que estos entraron llego Alejandro y Amanda.
Carmen:
Jorge está adentro y Tere se ha llevado a los niños a escoger algunos dulces
pueden ir con ellos por favor.
Alejandro
solo asintió ya conocía a Lex varias
veces había ido a ver a los niños y les daba juguetes y le dejaba dinero a Camila, no le caí bien el
hombre pero tampoco lo odiaba. Cuando supo que su hija estaba embarazada trato
de casarlos por las fuerzas pero ninguno quería formar ese tipo de lazo, eran
jóvenes y no querían formalizar una unión, así que no obligo a su hija a
quedarse con alguien, pero eso sí, le dijo a
Lex que como hombrecito tenía que ver por el bien de esos niños y Lex
así lo hizo, les mandaba dinero para alimento, ropa y esas cosas, los pequeños
lo conocían sabían que era su papá, pero casi no lo veían y siendo su tío con el que convivían todo el tiempo, ellos lo defendieron.
.
Lex
presento a sus padres, Camila sabía toda la situación que había pasado ya que
Lex le explicó.
Dentro
de la tienda la situación era otra.
Amanda
estaba con los niños que estaban más
tranquilos buscando dulces y las
cosas faltantes.
Alejandro
ya conocía a las personas de ese lugar ya que siempre iban a comprar las cosas
para las fiestas de todos sus nietos ahí, le pidió al encargado que si lo podía
dejar solo con su hijo y el encargado los dejo, eran personas de confianza así
que los dejo en la bodega que estaba hasta atrás de la tienda, Alejandro cerró
la puerta por dentro y empezó a quitarse el cinto.
Jorge:
nooo papá.
Alejandro:
no, no debiste golpearlo y asustaste a los niños… te dejas ver como la peor
persona y yo no te eduque así.
Jorge:
pues él no tiene a que venir, me harta.
Alejandro:
ese es problema de tu hermana… nada podemos hacer tu y yo. Además él nunca se ha portado mal ni con los niños ni
con ella.
Alejandro
dejo caer el cinto unas cuantas veces encima
del pantalón de su hijo, Jorge solo se quejó, dolieron pero no tanto, su
padre le dejo.
Alejandro:
tienes que pedir disculpa.
Jorge:
no papá.
Alejandro:
no te estoy dando a escoger… lo tienes que hacer.
Jorge:
yo no lo voy hacer.
Alejandro:
no me retes, porque si no me haces caso te voy a dar con este, pero con el
trasero pelón.
Jorge:
nooo
Alejandro:
vas hacer caso, si no.
Jorge:
nooo.
Alejandro
hizo todo la intención de empezar a quitarle el pantalón a Jorge pero este
solo le dijo que no le pegara, que si se
disculparía pero que no le pegara más.
Alejandro:
ya vez, nada te cuesta hacer caso a la primera.
Alejandro
salió con su hijo, se encontró con Amanda y los pequeños que ya tenían casi
todo comprado, solo faltaba que los pequeños escogieran la vela de su pastel.
Mateo:
yo quiero un zombi pero no tienen.
Amanda:
nada de zombis… mami te dijo que no.
Mateo:
ooo… y un dragón?
Amanda:
tiene dragones?
Tere:
si –dijo con una sonrisa-
…
Carmen
ya había dejado todo pagado solo tuvieron que pagar una deferencia por algunas
cosas extras que los niños escogieron. Salieron de la tienda y se toparon con
Carmen y la familia de Lex.
Alejandro:
sabes lo que tienes que hacer, cierto?
Jorge:
si, si ya voy… aagrrr hijj aagg… porque lo tengo que hacer?
Alejandro:
solo discúlpate y deja de renegar.
Jorge:
perdón. No fue mi intención golpearte… aaja
Carmen:
Jorge.
Jorge:
quee…. Esta bien, lo siento, no se va a
repetir… eso si no te vuelvo a ver… -lo último lo dijo muy bajito-
Lex
tenía el labio un poco lastimado pero acepto la disculpa sabía que el pequeño
hermano de Carmen no lo tragaba.
Lex:
todo está bien, acepto tus disculpas.
Jorge
torció los ojos y se hizo aun lado.
Lex se
acercó a los pequeños niños y se puso a su tamaño.
Lex:
hola pequeños, si se acuerdan de mí?
Alex:
eres nuestro papá.
Lex
puso la mejor de las sonrisas.
Mateo:
porque te peleaste con mi tío.
Diana:
te hizo daño?
Lex:
problemitas de grandes y no princesa no
me ha hecho daño.
Mateo:
pues tu boca dice lo contrario.
Alex:
tú le pegaste?
Lex:
no, yo no le he pegado –pero las ganas no le faltaron-
Mateo:
vas a venir a nuestro cumpleaños… yo quiero una bicicleta ¡que
no se te olvide!
Alex:
Mateo no puedes estar pidiendo cosas… mejor que nos traiga un video juego… algo
más pequeño y para los tres.
Diana:
para los tres… a mí no me gustas los juegos… yo quiero una muñeca.
Carmen:
niños. –Les regaño-
Mateo:
mami él dijo que nos iba a traer un regalo para nuestro cumpleaños.
Diana:
pero que no sea un video juego por favor.
Lex
tenía una gran sonrisa mientras que
Camila se moría de la vergüenza, los padres de Lex estaban muy contentos
de que los niños tuvieran en cuenta a su padre para pedirle ese tipo de
caprichos. Lex abrazo a los tres pequeños y le dio un beso a cada uno.
Lex:
que les parece si los llevo a comprar lo que ustedes quieran, pero será después
de la fiesta, de acuerdo… pero es un
secreto, sí.
Los
tres pequeños se hicieron cómplices de aquel secreto.
Renato:
hola pequeños.
Alex:
quien eres tú?
Mateo:
pues un viejito… que no vez…
Carmen:
Mateoo.
Mateo:
mami tiene canas.
Carmen:
si, pero no tienes que ser grosero… tu abuelito también tiene canas.
Diana:
pero es nuestro abuelito los abuelitos tienen canas.
Alex:
sii.
Lex: él
es mi padre… así que es su abuelito.
Mateo:
genial eso quiere decir que voy a
tener otro regalo.
Los
mayores solo soltaron una risa a tan confiada afirmación, eran niños no les
podían regañar por decir lo primero que pasaba por su mente.
Los
abuelos de los trillizos se pusieron
hablar por un buen rato, los padres de Lex se disculparon pero ellos apenas se
habían enterado de que su hijo era papá…
….
Los
días pasaron y el cumpleaños de los niños llego. Carmen invito a la familia de
Lex, eso molesto mucho a Jorge que
estuvo de un humor de perros pero su padre le quito la mala cara, el día
del cumpleaños estuvo tranquilo y sin
hacer escándalo.
Había
varios niños jugando por todos lados corriendo de un lado a otro subiéndose a
un inflable. Cuando llego la hora de apagar las velitas cada niño tenía un
pequeño pastes a su gusto, todos los niños lo devoraron y siguieron jugando.
Alex:
Mateo dámelo es mío.
Mateo:
a que no, yo lo vi primero.
Alex:
Mateo es mío.
Mateo:
no
Mateo
salió corriendo con una espada de plástico en una mano y en la otra con un plato de pastel,
mientras Alex corría atrás de él.
Diana:
Mateo ensuciaste mi vestido.
Mateo:
no es cierto.
Diana:
aaaa le voy a decir a mi mamá.
Mateo:
llorona.
Alex
le quito la espada a su hermano y corrió en la otra dirección empujando a su
hermana, Mateo también corrió y le dio otro empujoncito a Diana haciéndola
caer.
Diana:
buaaaaaaaaaaaaaaa
Todo
el mundo voltio a ver a la niña que pego el grito.
Carlos
-hermano de Carmen-: eee que paso pequeña, no llores a ver –se hizo un raspón
en su rodilla- ya, ya no pasa nada –la cargo-
Carmen:
que paso hija.
Diana:
buuaaa uuuu mee aventaron mis hermanos… Mateo ensucio mi vestido nuevo buaaaa.
Carmen
empezó a buscar a sus pequeños traviesos, no fue difícil encontrarlos porque
pasaron corriendo y gritándose entre ellos.
Alex:
déjame.
Mateo:
dámelo.
Alex:
noo, es mío.
Mateo:
tonto.
Alex:
bobo.
Mateo:
tonto, tonto.
Alex:
tonto y bobo –esa era sus palabras más ofensivas-
Mateo:
niñaaa –esa era la peor-
Alex:
se dio la vuelta y le dio con la espada en la cabeza, no fue muy fuerte pero le
dolió.
Mateo:
buaaaaaaaaa aaa
Alex:
no soy niña. Bobo.
Lex:
eeeaa, ya no le pegues a tu hermanito.
Alex:
él me dijo shfff niña buaaaaaaa
Lex
reviso que Mateo estuviera bien, no tenía nada serio un pequeño moretón.
Lex:
no puedes golpear a tu hermano –tomo la manita de Alex y le dio una sola
nalgada-
Passss
Alex:
buaaaaa
Mateo:
buuaa es mío –le quito la espada a su hermano-
LEx:
no, no es de nadie se las quito y también le dio una nalgada.
Passss
Mateo:
wuaaaaaaa.
Lex:
tomo a los dos niños en brazos y los llevo a donde estaba su madre…
Carmen:
no se tienen que pelear por una tontería…
Mateo:
es miaaa buaaaa.
Alex:
no, es miaa.
Diana:
buaa mami mi vestido buaa.
Los
tres niños estaba llorando, pero Mateo y Alex seguían discutiendo por la
dichosa espada, como la fiesta ya estaba casi finalizada y solo quedaba la
familia más cercana, Camila tomo a los dos pequeños peleoneros y con un
movimiento rápido les bajo pantalón y calzoncillos… 5 nalgadas algo fuertes
cayeron es esos traseros pequeño y banquitos.
Carmen:
no más peleas Alex.
Pass, pass, pass, pass, pass –buaaaa buaaa-
Carmen:
no más pelas Mateo.
Pass, pass, pass, pass, pass –aaau wuaaa buaa-
Carmen:
y los dos se disculpan con su Hermana.
Mateo:
buuaaa,uuuu po, por… porque?
Carmen:
porque lo aventaron y se lastimo su rodillita.
Alex:
pe… per…dón Diana.
Mateo:
auu shiff fue culpa de Alex.
Carmen:
Mateo.
Mateo:
perdóoon.
Los
niños se quedaron sentaditos un buen rato ya que estaban más tranquilos.
Mateo:
mami?
Carmen:
que paso mi pequeño?
Mateo:
papi nos nalgueo…
Carmen:
porque se portaron mal, ya no tienes que hacer eso, de acuerdo.
Alex:
todo por tu culpa.
Carmen:
ya no discutan o mamá le va a dar otra buena nalgada para que dejen de
pelearse.
Los
dos niños pusieron una mueca y mejor dejaron de pelear, parándose y yéndose a
jugar con algunos de sus primos, después de un rato llegaron corriendo los
tres.
Diana:
mami, podemos abrir los regalos?
Alex:
si, di que sí, por favor, por favor.
Camila:
muy bien
Los
niños se pusieron abrir sus regalos Camila les iba dando uno a cada niño para
que no empezarán a pelear de que este es el mío.
A
diana le dieron muchas muñecas y vestidos de princesas
A
Mateo y a Alex les dieron casi los mismos juguetes porque siempre se peleaba,
pelotas, caritos y esas cosas, además de ropa, pero los que ya los conocían
y casi desde que habían nacido les daban ropa de diferente color a Mateo verde
y a Alex azul para no confundirlos.
Una
vez destaparon todos sus regalos Mateo
que ere el más directo no pudo evitar decir…
Mateo:
papi falto tu regalo.
A Lex
ese “papi” le llenada de alegría, se notaba porque no le cabía la sonrisa en la
boca.
Lex:
yo dije que los iba a llevar mañana por su regalo.
Alex:
y si te vas y ya no vuelves… no nos vas a dejar un regalito aunque sea
chiquito.
Lex:
jajaja ee les prometo que mañana los voy a llevar, si…
Diana:
lo prometes por el meñique?
Lex:
si, se los prometo por el meñique –les sonrió-
…
Lex le
pidió a Carmen que lo dejara llevaras a los niños en la mañana, Carmen le dijo
que si pero que no les comprara cosas
exageradas.
Al
siguiente día Lex llego temprano por los niños en compañía de sus padres, los
llevaron a desayunar a un parque de juegos y de ahí Lex los llevo a comprar su regalo, entrando a
una juguetería bastante grande. A los tres les brillaron los ojitos fueron a
ver todo pero Lex no les soltó la manita en ningún momento, no quería
perderlos, él había ido solo con los niños por lo que tenía a Diana y a Mario
de una mano y a Alex de otro, sus manos eran pequeñas así que los ponía tomar
con facilidad.
Lex:
quieren ver algo?
Diana:
yo quiero ver a las princesas.
Alex:
yo quiero videojuegos.
Lex:
mami dijo nada de videojuegos peque… tendrás que escoger otra cosa.
Alex:
ni para los tres?
Lex:
ni para los tres.
Mateo:
no tienes dinero?
Lex:
por el dinero no se preocupen…
Alex:
entonces porque no puedo tener un videojuego.
Lex:
porque no, su madre dijo nada de video-juegos porque… “se pelea”,
“son pequeños para esas cosas”
y su mamá dijo “no”.
Alex:
yo quiero un videojuego.
Lex:
no… mejor hay que ver los demás juegos… si…
Lex
paseo a los niños por toda la juguetería, Diana vio una casita de muñecas se le
salían los ojos y se detuvo por mucho tiempo a contemplarla, pero mami nunca
les podía comprar cosas tan caras así que con un pequeño puchero se dio la
vuelta, Lex la vio y se sonrió no era difícil saber que querían los niños, al
principio pensaba comprarles una bicicleta y alguna otra cosa pero las
bicicletas se las regalaron sus abuelos maternos, así que mejor les dio a
escoger lo que ellos quisieran.
Mateo
estaba embobado con un carro de control remoto.
Alex
se puso a jugar con una pista de carros, le gustaban mucho pero también le
gustaba mucho los video-juegos como los que tenía su tío.
Una
hora después de que vieron todo Lex ya sabía que iba a comprar, a los niños se
les ilumino sus rostros cuando papá pidió las cosas…
Alex:
y el video juego también… por favor.
Lex:
no, lo siento mi pequeño pero no puede ser.
Alex:
eres malo… no te quiero buaa.
Lex:
sin llorar campeón… -le decía muy calmado-
Alex
enojado de que su padre no le comprara lo que él quería, salió corriendo de la
tienda aprovechando que alguien salía y la puerta estaba abierta, Lex tardo
unos segundos en reaccionar ya que tenía
a los otros dos niños. Solo le dijo a la vendedora que si se los cuidaba… la
vendedora no alcanzo a contestar cuando Lex ya había corrido, la tienda tenía
su propio estacionamiento y Alex salió en dirección a este… un minuto después
Lex solo escucho un pitido y un carro a frenar y sintió como la sangre se le fue al piso, el conductor del
carro había alcanzado a frenar a pocos centímetros del niños, Lex vio al niño,
lo reviso dos, tres veces y vio que no
tenía ni un rasguillo el conductor asustado y algo molesto le dijo que no tenía
que soltarle la mano a los niños, que era muy peligroso.
Lex:
disculpe, disculpe… noo…
El
conductor al ver la palidez de aquel hombre
sin experiencia, se tranquilizó y le dijo ya con más calma, que si el niño estaba bien,
Lex solo indico que si…
Conductor:
aaagg los niños suelen dar ese tipo de sustos, así que es mejor no perderlos de
vista –subió a su carro y se retiró-
Lex ya
estando en la acera
con el niño en brazos lo bajo.
Lex:
no vuelvas hacer eso, te pudo ver pasado algo.
Alex:
perdón –ya tenía lágrimas en los ojitos-
Lex:
que no vuelva a pasar entendido
Alex:
ii siii buu
Lex
sin esperar más le soltó diez nalgadas bastante fueres pero igual midiendo
la fuerza de cada palmada, le tomo de la
manita y lo llevo dentro donde los niños ya estaban llorando porque su papá no
llegaba.
Lex:
disculpe señorita, me podría dar los tres juguetes que le pedí.
La
encargada llamo a un joven que fue a la bodega y saco lo que le encargaron, le
ayudo a llevar las cosas hasta el carro
de Lex, ya había pagado, salió con los
tres niños en mano detrás de aquel joven que le ayudo acomodar todas las cajas,
Lex le dio propina y subió a los niños a la parte trasera poniéndoles el
cinturón a cada uno.
Alex
lloraba mucho, su papá se lo había nalgueado por segunda vez, sus
hermanitos estaban tristes de ver lo llorar de esa manera. Alex estaba en
medio, los dos hermanitos se pusieron a
consolarlo, Diana le abrazo y Mateo le se acercó también abrasándose a él, Lex
se puso a conducir y solo les vía por el retrovisor, se le partía el corazón ver a sus pequeños bebes, así que paro en un parquecito y los hizo bajar, cargo a Alex que
solo quería llorar. Los cuatro se fueron a sentar bajo un árbol.
Lex:
ya no llores pequeño… ya no llores que me parte el corazón.
Alex:
mee mee pegaste… yy te enojaste conmigooo buaaaauu
Lex:
si te castigue porque corriste y un carro por poco te atropella, te pude perder
y apenas te estoy conociendo mi pequeño –Lex sentía que las lágrimas están por
salirse así que abrazando a los tres niños juntos escondió su cara.
Diana:
Alex, mami te ha dicho que no tienes que
correr… mami te va a castigar. Ya no lo vuelvas hacer.
Alex:
buaaa no, no le digas a mi mamá.
Lex:
yo ya te castigue, mami ya no te va a castigar, no llores.
Alex:
de verdad?
Lex:
de verdad.
Lex se
quedó bajo aquel gran árbol un buen rato
Mateo:
papi.
Lex:
si.
Mateo:
nos compras una paleta?
Lex:
claro que si
…
El día
fue muy largo con subidas y bajadas de emociones, Lex llevo a los niños a casa
de Carmen una vez que los dejo dentro bajo las grandes cajas de regalos.
Carmen:
te dije que no exageraras.
Lex:
no exagere, si son pequeños.
Carmen:
si tú.
Lex
paso a la casa y antes de retirarse le dijo a Carmen que había castigado a Alex
y que había sido un poco duro con él, Carmen no grito ni reclamo pero si le
pregunto el porqué, Lex se quedó callado, tenía el temor de que le dijera que
era un irresponsable y que nunca más le dejaría ver o llevar a los niños a ningún lado.
Alex:
mami, me salí corriendo de la tienda y un carro quedo así me mi carita –con sus
deditos indico casi unos cuatro centímetros-
Carmen:
amor tú sabes que no puedes hacer eso.
Alex:
papi me castigo.
Carmen:
ven
Lex:
Carmen yo ya le castigue… y le he pegado muy fuerte…
Carme
le bajo el pantalón y el calzoncillo a
su pequeño trasviendo y le dio una nalgada.
Alex:
perdonnn shifff.
Carmen:
ya no lo vas a volver hacer?
Alex:
no, ya no.
Carmen
muy bien…ya te disculpaste con papá por asustarle.
Alex:
si.
Carmen:
muy bien despídete y sube con tus hermanitos.
Lex ya
se había despedido de sus bebes y estaba en la puerta para irse.
Carmen:
tranquilo, no es que le vayas a dejar un moretón o algo así, le has pegado
fuerte pero no lo lastimaste… hombre te hace falta entrenamiento para cuidar a
esos tres –le dijo con una sonrisa-
Lex se
despidió de ella y salió con esas últimas palabras en su cabeza “Practica”…como
le gustaría poder estar con esos niños toda la vida, aprovechar que aún eran
pequeños y disfrutar sus días libres para jugar con ellos.
Y
quien sabe a lo mejor un día pudiera estar con sus hijos.
maru tienes que continuarlA!!!!
ResponderBorrarSON TRILLIZOS, VARIOS Y PEQUEÑOS!!!!
PORFISSS!!!!
MAS!!!
CONTINUA POR FAVOR!!!!
ME ENCANTO!!!!!!!!
Linda familia... Y todos peques. Lo que significa dulces travesuras de bebés
ResponderBorrarUn abrazo
Marambra
Aawww una historia tierna!!!
ResponderBorrarJajaja pobre Lex todo por ocultar a sus bebés también le toco!!
Tres peques... Dios, Lex va a necesitar mucha práctica... y un poquitín de paciencia, que al parecer sí tiene!suerte para esos niñitos hermosos!
ResponderBorrarMe encantó la historia, habrán más capis? Espero que sí... Oye, Mary, se te coló Camila por ahí, ejejje!!! :-P
Esta increíble, súper linda la historia, me dacino continúa la plissss
ResponderBorrar