Trillizos
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Este
corto es cuando los niños tenían cinco años y Lex aún no anunciaba que tenía
hijo, los iba a ver en ocasiones pero
eran su secreto más grande.
….
Un
viernes temprano Carmen no fue a trabajar cambiando su día de descanso, arreglo
a sus pequeños con ropa cómoda para jugar y se salió con su madre Amanda y su padre Alejandro, se
subieron al coche diciéndoles que irían al parque… los niños felices hasta que
vieron a donde habían llegado, ni cómo hacerlos bajar del automóvil.
Mateo:
no, yo no quiero que me piquen.
Alex:
nooo
Diana:
mami yo no quiero.
Habían
llegado a un centro médico… a los pequeños les tocaba una vacuna y Carmen no
podía sola con los tres así que cada uno se llevó a un niño, Amanda a Diana que
era más calmada y más livianita, no ponía resistencia pero si lloraba mucho,
Carmen se llevó a Mateo y el abuelo a Alex que a pesar de que siempre era el
más tranquilo era muy impulsivo.
Ya
tenían la cita, no les gustaba atormentar
a los niños así que cuando llegaron pasaron directamente.
Enfermera:
ayy que grandes están.
Mateo:
mami una bruja de Blanco.
Carmen:
Mateo no seas grosero.
Mateo:
mami es que es un mostro de esos que te hacen daño.
Alex:
no es un mostro.
Mateo:
si lo es.
Alex:
no, que no ves que es mujer… es una mostra.
Diana:
es fea.
Mateo:
si es fea.
Enfermera:
ayy yo que les iba a regalar una paleta.
Alex:
yo no quiero, gracias.
Mateo:
mi tío me da muchas paletas en mi casa.
Diana:
yo ya me comí una.
Enfermera:
pero no es como estas o sí?
Mateo:
neee es como la que venden en la tienda… de veras, mi tío me compra muchas de
esas, más si no le digo a mi abuelito que se compró cigarros, verdad que sí.
Diana/
Alex: siiii –no lo decían por ir con el chisme de los cigarros si no para
confirmar que a ellos les regalaban dulces-
Alejandro:
aaa
En el
consultorio estaban dos enfermeras que ya conocían a los pequeños, una
preparaba las inyecciones mientras la otra los distraía y esperaban a una
doctora que también les ayudaría, no les tomaba más de dos minutos en ponerlas,
pero tener que lidiar con tres pequeño que no tienen un pelo de tontos ¡no era
fácil! para ello, tantos refuerzos ya
que una vez se les habían escapado los dos niño y para alcanzarlo se tardaron,
había salido corriendo tirando todo a su paso al final terminado con un piquete
en el traserito y tres nalgadas por armar tanto lio.
Una
vez la enfermera término de preparar las armas de terror llamo a la doctora que
ya estaba afuera, cada una tomo una de las inyecciones, los pequeño ya estaban acostados en las
piernas de su respectivo cuidador.
Mateo:
te doy una paleta si no me picas… y te doy un beso, si… no seas malita buaaa.
Camila:
tranquilos mis pequeños van hacer unos segunditos y ya.
Diana:
ya no te digo fea…
Enfermera:
ayyy
Alex:
abuelito suéltame, déjame, déjame
Alejandro:
si te voy a soltar mi niño pero ya que te piquen.
Alex:
aaabbuuuaa eres feo y malo.
Alejandro:
Alex no me muerdas –apenas le había mordido, no encajo mucho los dientitos pero
si pensaba hacerlo-
Alex:
que no me piquen.
Camila:
Alex no seas grosero con tu abuelito.
Los
tres niños ya estaban con los calzoncillos abajo de media nalguita, la primera
fue Diana que solo soltó el llanto para
luego pasar a los brazos de su abuelita… con ella eran más fácil, pero los
otros dos no dejaban de moverse y de tratar de chantajear a la enfermera y a la
doctora.
Mateo:
cuando sea grande me voy a vengar.
Carmen:
no te vas a vengar de nadie, quédate quito Mateo –logro atraparle las piernas y
la enfermera que pincho a Diana le ayudo
a sostenerle los brazos-
Mateo:
no se vales son tres contra mi solito buaaaa buaaaa aauuuuuu aaaaaa
En lo
que inyectaban a Mateo a Alex también le estaban encajando la inyección en la
nalguita, su abuelito lo había dejado inmóvil pero cuando Alex sintió el
piquete un su trasero en automático mordió al abuelo en una pierna y a pesar de
que tenía pantalón a don Alejandro le dolió
e hizo una pequeña mueca, por aquello no se escuchó a Alex llorar ni gritar y solo hasta que le
quitaron la inyección soltó al abuelo, llorando y quejándose.
Alex:
meee dolió muchooo buu uuuaaa
Alejandro:
mi mocosito a mí también me dolió -le
acomodo el algodón en el trasero y le subió la ropa para después cargarlo con una mano en lo que el niño escondía su cara en su
hombro y después sobarse él la pierna.
Del
consultorio salieron tres niños llorando
en brazos con una paleta en la mano.
Mateo:
buaaa mami.
Carmen:
ya mi niño, que paso?
Mateo:
mi paleta está muy chiquita y a mí me dolió mucho, mucho.
Carmen:
ayyy mis nenes tan preciosos.
Diana:
a mí no me gusta esta paleta… es verde
shiss mmmg. –gimoteaba-
Alex:
a mí me dieron una roja sfhii, te la cambio.
Diana:
gracias.
Mateo:
y mi quien me va a cambien mi paleta por otra más grande.
Carmen:
ya mis niños, quieren un helado?
Diana;
Alex, Mateo: siiii
Alex:
a mí también me van a dar?
Carmen:
si, o porque no te daría?
Alex:
shiff mordí a mi abuelito buaaaaa pero a mí me dolía mucho.
Alejandro:
ya mi niño, te perdono sí ya no lloras. –le dio un beso en la frente
para demostrarle que no estaba enojado-
Alex:
ya shiff ya no voy a llorar abuelito.
Los
seis se fueron a un parquecito a tomar un helado y estar un rato con los
pequeños.
jejejejejej... Qué odisea para los pequeños y las enfermeras y la familia!!!! Agujas del terror, por qué no inventan algo que no duela y no cause tanto pánico!
ResponderBorrarMuy lindo cortito!
Pobrecitos mis trillizos,continúala pronto por favor.
ResponderBorrarBuuuu para esas inyecciones de el mal!!!
ResponderBorrarPobres peques pero al menos consiguieron una mini paleta y un heladito!! :D