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martes, 11 de agosto de 2015

Trillizos



Trillizos
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Lex  tiene 25 años, compartía su vida con Samanta, alguien con quien él pensó que pasaría toda su vida, pero empezaron a tener problemas, no podían concebir un hijo  y los dos anhelaban tener una familia. Empezaron a tener muchos problemas, ella lo culpaba a él de todos los problemas, un día Lex enojado le respondió, siempre se quedaba callado aceptando la culpa, pero llego el momento en el que se desesperó y se salió por días de la casa que compartían. 
Al tercer día apareció en la casa de sus padres por vergüenza de todo lo que había hecho….
Renato: donde carajos has estado metido, sabes lo preocupado que nos tenías a todos.
Lex: perdón, yo…
Renato: no, tu nada… donde estuviste estos días…
Renato llevo a rastras a su hijo a la recamara principal, si él no le quería decir la verdad lo haría hablar por las malas, fue como Renato le dio la paliza de su vida.
Lex: vasta papá, vasta.
Renato: entonces  contesta, donde has estado estos últimos días.
Lex: fui, fui a ver a mis hijos… papá yo tengo tres hijos, son trillizos buaaaa. Los he dejado sin padre todo este tiempo…, yo, yo también quiero ser padre y los he dejado a ellos… Por eso yo no puedo… es un castigo por lo malo que he sido.
Renato: como que tienes hijos?… y tres… dónde están?… porque no nos dijiste?
Lex: porque no quería tener esa responsabilidad… cuando me fui a estudiar la universidad, me puse de novio y antes de finalizar el primer  semestre ella estaba embarazada, pero yo quería terminar mi carrera… en ese tiempo no quería responsabilidades prefería salir a fiestas… yo le sugerí que abortara pero ella se negó, le dije que si los tenia no le ayudaría a cuidarlos que vería la forma de mandarle dinero, pero solo eso.
Lex derramaba lagrimas amargas estaba hincado  en el piso recargado en la cama de sus padres.
Renato: cuantos años tienen?
Lex: van a cumplir 6 años en un mes.
Renato: 6 años y apenas se te ocurre decirnos? Tu mujer lo sabe? … … Te hice una pregunta, contéstala.
Lex: no,  ella no lo sabe, nunca le dije.
Renato apretó las manos completamente enojado 6 años de mentiras, no solo a sus padres sino también a su mujer.  Ya entendía porque estaba tan enojado esa última vez de que le dijeran que no podía tener hijos si él ya los tenía. Renato le regalo 6 cintos por cada hijo, uno por cada año de los pequeños, haciendo un total de 18 cintos que le marcaron bien la piel.  
Esa noche Renato y su mujer durmieron en uno de los cuarto de huéspedes, en la mañana siguiente Lex ya estaba en la cocina hablando con ellos y hablaría con todos, con su mujer y con sus hermanos no podía seguir ocultando que tenía dos hermosos hijos y una hermosa princesa.  
Al decir la verdad Samanta no se quedó más en ese lugar, se sentía engañada, traicionada, a la vez dolida porque él tenía hijos y ella no, terminando la relación por lo sano, el último año había sido muy pesado para ellos, como nunca formalizaron la relación no tuvieron que hacer papeleos de divorcio, ambos trabajaban pensaban comprar una casa pero nunca fueron a ver una, rentaban un departamento… Lex saco solo su ropa y cosas personales le dejo todo lo demás a ella, muebles y esas cosas, quedándose en casa de sus padres por un tiempo…

Carmen una mujer independiente con trillizos de 5 años Diana, Alex y Mateo no término la escuela al quedar embarazada, sus padres y sus hermanos le ayudaron con todo.
Mateo: yo no voy hacer nada.-gritaba un pequeño niño-
Diana: limpia.
Mateo: no.
Alex: yo no voy hacer tus cosas,  limpia.
Mateo: soy hombre, los hombres no hacemos cosas de niña.
Diana: le voy a decir a mamá.
Mateo: dile, chismosa.
Alex: quita tus pies de la mesa la  ensucias, ayúdanos a limpiar –dijo dando unos pequeños saltos- 
Mateo: ya déjame niña.
Alex: niña tú.
El pequeño Alex se aventó a su hermano, de estar en el sillón terminaron en el piso a golpes, pero siendo aún pequeños, sus golpes no eran tan fuerte pero siempre terminaba uno llorando.
Alex: auuuuu buaaaaa me pegaste en mi cabeza buaaa
Mateo: tú empezaste.
Diana venia de la mano de su madre.
Carmen: que paso?
Mateo: yo no fui. –Se cubrió  sus nalguitas-
Carmen: a ver, déjame ver pequeño, tienes un chichón, que paso?
Alex: Mateo me aventó y me pegue  buaaa.
Mateo: el me empezó a pegarme buaaaa.
Ahora eran dos los que lloraban, Carmen voltio a ver a su hija que era la única que estaba a un sin llorar.
Carmen: que paso?
Diana: Mateo no nos quiso ayudar a limpiar, dijo que no era una niña para limpiar y le llamo niña a Alex, pero él no es una niña, verdad que no mami.
Carmen: no amor, él no es una niña… ustedes dos están castigados saben que no tienen que estar peleando.
Sin decir más tomo a Mateo bajando el short y los calzoncillos le dio cinco nalgadas.
Passs, passs, passs, passs, passs –buaaa, buaaa yo, yo no fui buaaa-
Le subió la ropita e hizo lo mismo con el segundo niño.
Passs, passs, passs, passs, passs –no mami buaaaaaa-
Carmen: Mateo  los tres tienes que ayudar a limpiar, no son cosas difíciles, los niños y los hombre también tienes que ayudar en casa, no solo las mamás y las hermanitas.
Mateo: buaaa mi tío dice que él no tiene que limpiar porque es hombre, que eso es tarea de mi abuelita. –decía entre llanto-
Carmen: aa pues tu tío está equivocado… ya me va escuchar ese muchacho.
Alex: también le vas a castigar shifff buuua shiff
Diana: si castígalo también, se lo merece.
Carmen: porque se lo merece?
Diana: porque nos pone a limpiar  sus cosas.
Matero: dice que vamos a jugar y nos pone a limpiar cuando a él le dan tareas, por eso yo también quiero ser como él… para no hacer nada. –decía moqueado-
Carmen: pues eso está mal y usted pequeño jovencito  no tiene que hacer lo mismo entendido.
Mateo: me castigas si lo vuelvo hacer?
Carmen: si
Mateo: no ya no lo hago mami –se cubrió sus nalgas nuevamente-
Carmen: muy bien,  entonces pónganse a recoger todo sus juguetes.
Los tres pequeños niños se pusieron a recoger sus cosas, mientras Camila iba en dirección al cuarto de su hermano de 18 años, se puso hablar con el joven pero Jorge estaba metido en su papel de ser hombre,  él no se pondría el mandil  para limpiar no era su deber.  Carmen se puso a discutir con él, pero Jorge se puso más que grosero, Alejandro el padre y abuelo de los trillizos al escuchar tanto barullo apenas entro a casa con las compras de la semana se dirigía al cuarto a poner un alto.
Alejandro: Jorge te vas calmando, que son esos gritos, me quieres explicar.
Jorge: yo no hice nada.
Carmen: eres un mocoso.
Jorge: aaa… y resulta que poniéndome a limpiar me convertiré en un hombre jajaja.
Alejandro: me explican que pasa?
Carmen: que este mocoso, cree que mi madre es su sirvienta para estar limpiando todo su cochinero.
Jorge: es el trabajo de mamá, no el mío.
Alejandro: óyeme mocoso, eso sí que no, todos en esta casa tienes deberes y tú tienes los tuyos y tu madre no es ninguna criada  para limpiarte el culo entendiste.
Jorge se le hizo tan fácil arremedar lo que su padre le había dicho  y en reacción Alejandro solo se quitó en cinto dándole los primeros tres y  para terminar  dejándolo en sus piernas dándole con lo primero que encontró (un sandalia). Carmen se salió del cuarto para dejar a padre e hijo, por lo general Alejandro no era de muchos castigos pero las faltas de educación no las permitía.
….
Jorge el hermano de Carmes estuvo en problemas, era buen chico solo que muy flojo.
La noche iba cayendo y Carmen ya estaba preparando a sus nenes para ir a dormir, metió a Diana a bañar y una vez que termino continúo con los otros dos.
Carmen ya tenía todo preparado, la ropa y las cosas de los niños dentro del baño, en lo que tallaba a uno el otro se tallaba lo que alcanzaba…  
Matero: Alex ese es mi jabón.
Alex: no, es el mío, el tuyo es azul el mis es el verde.
Mateo: mentiroso.
Alex: a que no.
Mateo: a que sí, dámelo, es mío.
Alex corrió  y al tratar de salir de la tina se cayó, Carmen alcanzo a sostenerle antes de que se diera de lleno con el piso, pero su rodillita  pego y abrió un poco dejando salir unas cuantas gotas  de sangre.
Alex: buaaaaa
Matero: ya ves por quitarme mi jabón –dijo ya empezando a llorar al ver  a su hermanito con sangre en el pie.
Carmen: ayy amor no tiene que salirte así  de la tina.
Carmen abrazo a su pequeño, los baño en un dos por tres  y los saco de la bañera.
Amanda: pasa algo?
Carmen: Alex se cayó… me pueden pasar un curita aquí no hay.
Amanda entro ayudar a su hija dejando a Diana viendo la tele. Carmen sentó a Alex en el retrete y le curo y vistió, mientras Amanda ayudaba a vestir a Mateo.
Alex: mami me duele mi rodillita.
Carmen: ya mi niño bonito.- le dio un beso en la rodilla y le pregunto que si le seguía doliendo a lo que Alex le contesto que poquito-
Mateo: a mí me duele mi manita.
Camila: aa y con un beso se te quitara?
Mateo: siiii
Carmen le dio un beso en la manita y salió con los dos niños llevándolos a sus camas donde Diana ya estaba acostada.
Carmen: ya estas mi princesa… ya hay que apagar la tele sí.
Diana: nos lees un cuento para dormir.
Carmen: claro que si.
Mateo: una de zombis.
Diana: no, uno de princesas.
Alex: de magos.
Carmen con una gran sonrisa se puso a contarles una historia quitando lo de los zombis para no asustar los sueños de los niños… pero poniendo, magos, princesas y dragones a petición de Mateo.
Matero: que el dragón sé cómo a alguien.
Carmen: no, los dragones no se comen a la gente.
Mateo: bueno que lance mucho fuego.
Carmen dejo fluir su imaginación y armo una gran historia para eso tres pequeños con gustos completamente diferentes. Los tres se quedaron dormidos a la media hora y Carmen se retiró a descansar por ese día.
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Carmen estaba con Jorge y los niños,  habían salido a comprar cosas para el cumpleaños de los pequeños, Jorge quería mucho a los pequeños aunque algunos días lo negaba. Jorge tenia a  Mateo y a Diana de la mano, mientras que Carmen tenia a Alex.
Diana: mamá una piñata de princesa sí.
Carmen: amor las piñatas las va a traer tu tía Lucia.
Diana: pero va a traer de princesa?
Carmen: si, una de princesa otra de un dragón y  un mago.
Los tres niños se voltearon a ver con una gran sonrisa una piñata para cada quien. La fiesta de los pequeños seria en cuatro días por lo que estaban apresurando a comprar las cosas.
Camila pudo ver a lo lejos a una persona conocida, hacia días  había ido a verla a ella y a los niños.
Jorge al ver que su hermana se distraía  un poco, paso su vista a lo que ella estaba viendo, cuando vio a Lex, de inmediato soltó a los dos niños y salió de la tienda, Lex no le vio hasta que lo tenía ya encima, Jorge le había dado un puñetazo y tirado al piso donde lo empezó a golpear, pero Lex era más grande y tenía el cuerpo ya formado en cambio  Jorge media 1,80  y era delgado, Lex  dejo al más joven  en el piso, por un momento pensó devolverle el golpe pero los tres pequeños salieron corriendo diciendo que dejara a su tío.
Alex: no le pegues grandote.
Mateo: deja a mi tío.
Diana: wuuuaaa mamiii.
Lex de inmediato se paró y de tenerle sostenido del cuello de la camisa lo soltó. Antes de que Jorge se volviera hacia él Carmen lo detuvo.
Carmen: estas asustando a los niños, cálmate de una vez.
Jorge: este cabron no debería estar aquí. A que vienes pendejo?
Carmen: Jorge ya cállate, vasta.

Una de las empleadas era amiga de casi toda la vida de Carmen, tenía el número telefónico de sus padres por lo que les llamo e informo lo que estaba pasando. Un empleado más tomo a Jorge y lo llevo  dentro de la tienda, ya que las intenciones de la otra persona no eran pelear.
Carmen: que haces aquí?
Lex: solo quería hablar…
Remado que se había quedado atrás no alcanzo hacer mucho, él y  su esposa habian acompañado a su hijo.
Teresa: vengan tesoros, entren a la tienda, su mami entra en un ratito.
Alex: no, yo no la quiero dejar shiff.
Carmen: vamos mis niños entren con Tere para que vayas escogiendo los dulces.
Los niños entraron convencidos por su madre.
A los minutos que estos entraron llego Alejandro y Amanda.
Carmen: Jorge está adentro y Tere se ha llevado a los niños a escoger algunos dulces pueden ir con ellos por favor.
Alejandro solo asintió  ya conocía a Lex varias veces había ido a ver a los niños y les daba juguetes y le  dejaba dinero a Camila, no le caí bien el hombre pero tampoco lo odiaba. Cuando supo que su hija estaba embarazada trato de casarlos por las fuerzas pero ninguno quería formar ese tipo de lazo, eran jóvenes y no querían formalizar una unión, así que no obligo a su hija a quedarse con alguien, pero eso sí, le dijo a   Lex que como hombrecito tenía que ver por el bien de esos niños y Lex así lo hizo, les mandaba dinero para alimento, ropa y esas cosas, los pequeños lo conocían sabían que era su papá, pero casi no lo veían  y siendo su tío con el que  convivían todo el tiempo, ellos  lo defendieron.
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Lex presento a sus padres, Camila sabía toda la situación que había pasado ya que Lex le explicó.
Dentro de la tienda la situación era otra.
Amanda estaba con los niños que estaban más  tranquilos  buscando dulces y las cosas faltantes.
Alejandro ya conocía a las personas de ese lugar ya que siempre iban a comprar las cosas para las fiestas de todos sus nietos ahí, le pidió al encargado que si lo podía dejar solo con su hijo y el encargado los dejo, eran personas de confianza así que los dejo en la bodega que estaba hasta atrás de la tienda, Alejandro cerró la puerta por dentro y empezó a quitarse el cinto.
Jorge: nooo papá.
Alejandro: no, no debiste golpearlo y asustaste a los niños… te dejas ver como la peor persona y yo no te eduque así.
Jorge: pues él no tiene a que venir, me harta.
Alejandro: ese es problema de tu hermana… nada podemos hacer tu y yo. Además él  nunca se ha portado mal ni con los niños ni con ella.
Alejandro dejo caer el cinto unas cuantas veces encima  del pantalón de su hijo, Jorge solo se quejó, dolieron pero no tanto, su padre le dejo.
Alejandro: tienes que pedir disculpa.
Jorge: no papá.
Alejandro: no te estoy dando a escoger… lo tienes que hacer.
Jorge: yo no lo voy hacer.
Alejandro: no me retes, porque si no me haces caso te voy a dar con este, pero con el trasero pelón.
Jorge: nooo
Alejandro: vas hacer caso, si no.
Jorge: nooo.
Alejandro hizo todo la intención de empezar a quitarle el pantalón a Jorge pero este solo  le dijo que no le pegara, que si se disculparía pero que no le pegara más.
Alejandro: ya vez, nada te cuesta hacer caso a la primera.
Alejandro salió con su hijo, se encontró con Amanda y los pequeños que ya tenían casi todo comprado, solo faltaba que los pequeños escogieran la vela  de su pastel.
Mateo: yo quiero un zombi pero no tienen.
Amanda: nada de zombis… mami te dijo que no.
Mateo: ooo… y un dragón?
Amanda: tiene  dragones?
Tere: si –dijo con una sonrisa-
Carmen ya había dejado todo pagado solo tuvieron que pagar una deferencia por algunas cosas extras que los niños escogieron. Salieron de la tienda y se toparon con Carmen y la familia de Lex.
Alejandro: sabes lo que tienes que hacer, cierto?
Jorge: si, si ya voy… aagrrr hijj aagg… porque lo tengo que hacer?
Alejandro: solo discúlpate y deja de renegar.
Jorge: perdón. No fue mi intención golpearte… aaja
Carmen: Jorge.
Jorge: quee…. Esta bien,  lo siento, no se va a repetir… eso si no te vuelvo a ver… -lo último lo dijo muy bajito-
Lex tenía el labio un poco lastimado pero acepto la disculpa sabía que el pequeño hermano de Carmen  no lo tragaba.
Lex: todo está bien, acepto tus disculpas.
Jorge torció los ojos y se hizo aun lado.
Lex se acercó a los pequeños niños y se puso a su tamaño.
Lex: hola pequeños, si se acuerdan de mí?
Alex: eres nuestro papá.
Lex puso la mejor de las sonrisas.
Mateo: porque te peleaste con mi tío.
Diana: te hizo daño?
Lex: problemitas de grandes y  no princesa no me ha hecho daño.
Mateo: pues tu boca dice lo contrario.
Alex: tú le pegaste?
Lex: no, yo no le he pegado –pero las ganas no le faltaron-
Mateo: vas a venir a nuestro cumpleaños… yo quiero una bicicleta   ¡que no se te olvide!
Alex: Mateo no puedes estar pidiendo cosas… mejor que nos traiga un video juego… algo más pequeño y para los tres.
Diana: para los tres… a mí no me gustas los juegos… yo quiero una muñeca.
Carmen: niños. –Les regaño-
Mateo: mami él dijo que nos iba a traer un regalo para nuestro cumpleaños.
Diana: pero que no sea un video juego por favor.
Lex tenía una gran sonrisa mientras que  Camila se moría de la vergüenza, los padres de Lex estaban muy contentos de que los niños tuvieran en cuenta a su padre para pedirle ese tipo de caprichos. Lex abrazo a los tres pequeños y le dio un beso a cada uno.
Lex: que les parece si los llevo a comprar lo que ustedes quieran, pero será después de la fiesta,  de acuerdo… pero es un secreto, sí.
Los tres pequeños se hicieron cómplices de aquel secreto.
Renato: hola pequeños.
Alex: quien eres tú?
Mateo: pues un viejito… que no vez…
Carmen: Mateoo.
Mateo: mami tiene canas.
Carmen: si, pero no tienes que ser grosero… tu abuelito también tiene canas.
Diana: pero es nuestro abuelito los abuelitos tienen canas.
Alex: sii.
Lex: él es mi padre… así que es su abuelito.
Mateo: genial eso quiere decir que voy a tener otro regalo.
Los mayores solo soltaron una risa a tan confiada afirmación, eran niños no les podían regañar por decir lo primero que pasaba por su mente.
Los abuelos de  los trillizos se pusieron hablar por un buen rato, los padres de Lex se disculparon pero ellos apenas se habían enterado de que su hijo era papá…
….
Los días pasaron y el cumpleaños de los niños llego. Carmen invito a la familia de Lex, eso molesto mucho a Jorge que  estuvo de un humor de perros pero su padre le quito la mala cara, el día del cumpleaños estuvo  tranquilo y sin hacer escándalo.
Había varios niños jugando por todos lados corriendo de un lado a otro subiéndose a un inflable. Cuando llego la hora de apagar las velitas cada niño tenía un pequeño pastes a su gusto, todos los niños lo devoraron y siguieron jugando.
Alex: Mateo dámelo es mío.
Mateo: a que no,  yo lo vi primero. 
Alex: Mateo es mío.
Mateo: no
Mateo salió corriendo con una espada de plástico en una  mano y en la otra con un plato de pastel, mientras  Alex corría  atrás de él.
Diana: Mateo ensuciaste mi vestido.
Mateo: no es cierto.
Diana: aaaa le voy a decir a mi mamá.
Mateo: llorona.
Alex le quito la espada a su hermano y corrió en la otra dirección empujando a su hermana, Mateo también corrió y le dio otro empujoncito a Diana haciéndola caer.
Diana: buaaaaaaaaaaaaaaa
Todo el mundo voltio a ver a la niña que pego el grito.
Carlos -hermano de Carmen-: eee que paso pequeña, no llores a ver –se hizo un raspón en su rodilla- ya, ya no pasa nada –la cargo-
Carmen: que paso hija.
Diana: buuaaa uuuu mee aventaron mis hermanos… Mateo ensucio mi vestido nuevo buaaaa.
Carmen empezó a buscar a sus pequeños traviesos, no fue difícil encontrarlos porque pasaron corriendo y gritándose entre ellos.
Alex: déjame.
Mateo: dámelo.
Alex: noo, es mío.
Mateo: tonto.
Alex: bobo.
Mateo: tonto, tonto.
Alex: tonto y bobo –esa era sus palabras más ofensivas-
Mateo: niñaaa –esa era la peor-
Alex: se dio la vuelta y le dio con la espada en la cabeza, no fue muy fuerte pero le dolió.
Mateo: buaaaaaaaaa aaa
Alex: no soy niña. Bobo.
Lex: eeeaa, ya no le pegues a tu hermanito.
Alex: él me dijo shfff niña buaaaaaaa
Lex reviso que Mateo estuviera bien, no tenía nada serio un pequeño moretón.
Lex: no puedes golpear a tu hermano –tomo la manita de Alex y le dio una sola nalgada-
Passss
Alex: buaaaaa
Mateo: buuaa es mío –le quito la espada a su hermano-
LEx: no, no es de nadie se las quito y también le dio una nalgada.
Passss
Mateo: wuaaaaaaa.
Lex: tomo a los dos niños en brazos y los llevo a donde estaba su madre…
Carmen: no se tienen que pelear por una tontería…
Mateo: es miaaa buaaaa.
Alex: no, es miaa.
Diana: buaa mami mi vestido buaa.
Los tres niños estaba llorando, pero Mateo y Alex seguían discutiendo por la dichosa espada, como la fiesta ya estaba casi finalizada y solo quedaba la familia más cercana, Camila tomo a los dos pequeños peleoneros y con un movimiento rápido les bajo pantalón y calzoncillos… 5 nalgadas algo fuertes cayeron es esos traseros pequeño y banquitos.
Carmen: no más peleas Alex.
Pass, pass, pass, pass, pass –buaaaa buaaa-
Carmen: no más pelas Mateo.
Pass, pass, pass, pass, pass –aaau wuaaa buaa-
Carmen: y los dos se disculpan con su Hermana.
Mateo: buuaaa,uuuu po, por… porque?
Carmen: porque lo aventaron y se lastimo su rodillita.
Alex: pe… per…dón   Diana.
Mateo: auu shiff fue culpa de Alex.
Carmen: Mateo.
Mateo: perdóoon.
Los niños se quedaron sentaditos un buen rato ya que estaban más tranquilos.
Mateo: mami?
Carmen: que paso mi pequeño?
Mateo: papi nos nalgueo…
Carmen: porque se portaron mal, ya no tienes que hacer eso, de acuerdo.
Alex: todo por tu culpa.
Carmen: ya no discutan o mamá le va a dar otra buena nalgada para que dejen de pelearse.
Los dos niños pusieron una mueca y mejor dejaron de pelear, parándose y yéndose a jugar con algunos de sus primos, después de un rato llegaron corriendo los tres.
Diana: mami, podemos abrir los regalos?
Alex: si, di que sí, por favor, por favor.
Camila: muy bien
Los niños se pusieron abrir sus regalos Camila les iba dando uno a cada niño para que no empezarán a pelear de que este es el mío. 
A diana le dieron muchas muñecas y vestidos de princesas
A Mateo y a Alex les dieron casi los mismos juguetes porque siempre se peleaba, pelotas, caritos  y esas cosas,  además de ropa, pero los que ya los conocían y casi desde que habían nacido les daban ropa de diferente color a Mateo verde y a Alex azul para no confundirlos.
Una vez destaparon todos sus  regalos  Mateo  que ere el más directo no pudo evitar decir…
Mateo: papi falto tu regalo.
A Lex ese “papi” le llenada de alegría, se notaba porque no le cabía la sonrisa en la boca.
Lex: yo dije que los iba a llevar mañana por su regalo.
Alex: y si te vas y ya no vuelves… no nos vas a dejar un regalito aunque sea chiquito.
Lex: jajaja ee les prometo que mañana los voy a llevar, si…
Diana: lo prometes por el meñique?
Lex: si, se los prometo por el meñique –les sonrió-

Lex le pidió a Carmen que lo dejara llevaras a los niños en la mañana, Carmen le dijo que si pero que no les comprara  cosas exageradas.
Al siguiente día Lex llego temprano por los niños en compañía de sus padres, los llevaron a desayunar a un parque de juegos y de ahí  Lex los llevo a comprar su regalo, entrando a una juguetería bastante grande. A los tres les brillaron los ojitos fueron a ver todo pero Lex no les soltó la manita en ningún momento, no quería perderlos, él había ido solo con los niños por lo que tenía a Diana y a Mario de una mano y a Alex de otro, sus manos eran pequeñas así que los ponía tomar con facilidad.
Lex: quieren ver algo?
Diana: yo quiero ver a las princesas.
Alex: yo quiero videojuegos.
Lex: mami dijo nada de videojuegos peque… tendrás que escoger otra cosa.
Alex: ni para los tres?
Lex: ni para los tres.
Mateo: no tienes dinero?
Lex: por el dinero no se preocupen…
Alex: entonces porque no puedo tener un videojuego.
Lex: porque no, su madre dijo nada de video-juegos porque…  “se pelea”,  “son pequeños para esas cosas”  y  su mamá dijo “no”.
Alex: yo quiero un videojuego.
Lex: no… mejor hay que ver los demás juegos… si…
Lex paseo a los niños por toda la juguetería, Diana vio una casita de muñecas se le salían los ojos y se detuvo por mucho tiempo a contemplarla, pero mami nunca les podía comprar cosas tan caras así que con un pequeño puchero se dio la vuelta, Lex la vio y se sonrió no era difícil saber que querían los niños, al principio pensaba comprarles una bicicleta y alguna otra cosa pero las bicicletas se las regalaron sus abuelos maternos, así que mejor les dio a escoger lo que ellos quisieran.
Mateo estaba embobado con un carro de control remoto.
Alex se puso a jugar con una pista de carros, le gustaban mucho pero también le gustaba mucho los video-juegos como los que tenía su tío.
Una hora después de que vieron todo Lex ya sabía que iba a comprar, a los niños se les ilumino sus rostros cuando papá pidió las cosas…
Alex: y el video juego también… por favor.
Lex: no, lo siento mi pequeño pero no puede ser.
Alex: eres malo… no te quiero buaa.
Lex: sin llorar campeón… -le decía muy calmado-
Alex enojado de que su padre no le comprara lo que él quería, salió corriendo de la tienda aprovechando que alguien salía y la puerta estaba abierta, Lex tardo unos segundos en reaccionar  ya que tenía a los otros dos niños. Solo le dijo a la vendedora que si se los cuidaba… la vendedora no alcanzo a contestar cuando Lex ya había corrido, la tienda tenía su propio estacionamiento y Alex salió en dirección a este… un minuto después Lex solo escucho un pitido y un carro a frenar y sintió como la  sangre se le fue al piso, el conductor del carro había alcanzado a frenar a pocos centímetros del niños, Lex vio al niño, lo  reviso dos, tres veces y vio que no tenía ni un rasguillo el conductor asustado y algo molesto le dijo que no tenía que soltarle la mano a los niños, que era muy peligroso.
Lex: disculpe, disculpe… noo…
El conductor al ver la palidez de aquel hombre  sin experiencia, se tranquilizó y le dijo  ya con más calma, que si el niño estaba bien, Lex solo indico que si…
Conductor: aaagg los niños suelen dar ese tipo de sustos, así que es mejor no perderlos de vista –subió a su carro y se retiró-
Lex ya estando en la acera con el niño en brazos lo bajo.
Lex: no vuelvas hacer eso, te pudo ver pasado algo.
Alex: perdón –ya tenía lágrimas en los ojitos-
Lex: que no vuelva a pasar entendido
Alex: ii siii buu
Lex sin esperar más le soltó diez nalgadas bastante fueres pero igual midiendo la  fuerza de cada palmada, le tomo de la manita y lo llevo dentro donde los niños ya estaban llorando porque su papá no llegaba.
Lex: disculpe señorita, me podría dar los tres juguetes que le pedí.
La encargada llamo a un joven que fue a la bodega y saco lo que le encargaron, le ayudo a llevar las cosas  hasta el carro de Lex,  ya había pagado, salió con los tres niños en mano detrás de aquel joven que le ayudo acomodar todas las cajas, Lex le dio propina y subió a los niños a la parte trasera poniéndoles el cinturón a cada uno.
Alex lloraba mucho, su papá se lo había nalgueado por segunda vez, sus hermanitos   estaban tristes de ver lo  llorar de esa manera. Alex estaba en medio,  los dos hermanitos se pusieron a consolarlo, Diana le abrazo y Mateo le se acercó también abrasándose a él, Lex se puso a conducir y solo les vía por el retrovisor, se le  partía el corazón ver a sus pequeños bebes,  así que paro en un  parquecito y los hizo bajar, cargo a Alex que solo quería llorar. Los cuatro se fueron a sentar bajo un árbol.
Lex: ya no llores pequeño… ya no llores que me parte el corazón.
Alex: mee mee pegaste… yy te enojaste conmigooo buaaaauu
Lex: si te castigue porque corriste y un carro por poco te atropella, te pude perder y apenas te estoy conociendo mi pequeño –Lex sentía que las lágrimas están por salirse así que abrazando a los tres niños juntos  escondió su cara.
Diana: Alex, mami te ha  dicho que no tienes que correr… mami te va a castigar. Ya no lo vuelvas hacer.
Alex: buaaa no, no le digas a mi mamá.
Lex: yo ya te castigue, mami ya no te va a castigar, no llores.
Alex: de verdad?
Lex: de verdad.
Lex se quedó bajo aquel gran árbol un buen rato
Mateo: papi.
Lex: si.
Mateo: nos compras una paleta?
Lex: claro que si
El día fue muy largo con subidas y bajadas de emociones, Lex llevo a los niños a casa de Carmen una vez que los dejo dentro bajo las grandes cajas de regalos.
Carmen: te dije que no exageraras.
Lex: no exagere, si son pequeños.
Carmen: si tú.
Lex paso a la casa y antes de retirarse le dijo a Carmen que había castigado a Alex y que había sido un poco duro con él, Carmen no grito ni reclamo pero si le pregunto el porqué, Lex se quedó callado, tenía el temor de que le dijera que era un irresponsable y que nunca más le dejaría   ver o llevar a los niños a ningún lado.
Alex: mami, me salí corriendo de la tienda y un carro quedo así me mi carita –con sus deditos indico casi unos cuatro centímetros-
Carmen: amor tú sabes que no puedes hacer eso.
Alex: papi me castigo.
Carmen: ven
Lex: Carmen yo ya le castigue… y le he pegado muy fuerte…
Carme le bajo el pantalón  y el calzoncillo a su pequeño trasviendo y le dio una nalgada.
Alex: perdonnn shifff.
Carmen: ya no lo vas a volver hacer?
Alex: no, ya no.
Carmen muy bien…ya te disculpaste con papá por asustarle.
Alex: si.
Carmen: muy bien despídete y sube con tus hermanitos.
Lex ya se había despedido de sus bebes y estaba en la puerta para irse.
Carmen: tranquilo, no es que le vayas a dejar un moretón o algo así, le has pegado fuerte pero no lo lastimaste… hombre te hace falta entrenamiento para cuidar a esos tres –le dijo con una sonrisa-
Lex se despidió de ella y salió con esas últimas palabras en su cabeza “Practica”…como le gustaría poder estar con esos niños toda la vida, aprovechar que aún eran pequeños y disfrutar sus días libres para jugar con ellos.
Y quien sabe a lo mejor un día pudiera estar con sus hijos.



5 comentarios:

  1. maru tienes que continuarlA!!!!
    SON TRILLIZOS, VARIOS Y PEQUEÑOS!!!!
    PORFISSS!!!!
    MAS!!!
    CONTINUA POR FAVOR!!!!
    ME ENCANTO!!!!!!!!

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  2. Linda familia... Y todos peques. Lo que significa dulces travesuras de bebés

    Un abrazo

    Marambra

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  3. Aawww una historia tierna!!!
    Jajaja pobre Lex todo por ocultar a sus bebés también le toco!!

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  4. Tres peques... Dios, Lex va a necesitar mucha práctica... y un poquitín de paciencia, que al parecer sí tiene!suerte para esos niñitos hermosos!
    Me encantó la historia, habrán más capis? Espero que sí... Oye, Mary, se te coló Camila por ahí, ejejje!!! :-P

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  5. Esta increíble, súper linda la historia, me dacino continúa la plissss

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