Páginas Amigas

sábado, 26 de septiembre de 2015

CAPITULO 5 LA PELEA


CAPITULO 5
LA PELEA

-‘ Vaya, pero que día!'

Elizabeth pensaba mientras ponía la llave en el cerrojo de la puerta principal de su casa.

- ‘Un día por demás estresante, agotador y lleno de “amor” por la fecha jijiji'

Se reía con un poco de risa sarcástica al recordar lo dramático de su día por el catering que preparó para una joven pareja en la que su cliente, un joven de 25 años de edad, había organizado todo para declararse en matrimonio a su novia el día de San Valentín, invitando a familiares y amigos para celebrar la noticia, pero, nada había salido como quería ya que la chica lo rechazó y eso fue todo un drama para contener a la joven pareja, por un lado dando apoyo moral al chico por semejante rechazo y ante mucho público y por otro lado dando ánimos y fuerza de voluntad a la chica que justificaba su rechazo por que su Romeo había actuado con indiscreciones hace no menos de unas semanas por lo que la pausa en su relación amorosa había sido cimentada en un rotundo: No.

Elizabeth suspiro con gracia porque al final del día, luego de mucho llanto, reclamos y muchísimo drama hubo conciliación y la joven pareja se comprometió a pesar de cualquier pronóstico de los familiares. Frente a todo ese exagerado drama de futuros marido y mujer Elizabeth no pudo evitar recordar y contrastar cómo había sido su propio compromiso y boda, había sido …adorable y sencilla… la relación con Peter siempre fue fácil de llevar, su esposo la respetaba y amaba lealmente, las peleas entre ellos eran malos entendidos no más allá de un ultimátum dejando a Peter dormir en el sofá, suspiró nuevamente, esta vez se dio el lujo de hacerlo con profundo amor pensando en el hombre que había escogido para pasar el resto de su vida, el hombre con el cual formó su familia y no podía estar más contenta con la elección, Peter Burke era un buen hombre; Amoroso, fiel, inteligente y apuesto y aunque estos meses tuvieron muchos desacuerdos respecto su trato para con Neal, Elizabeth sabía que su esposo estaba poniendo mucho de su parte para que la relación entre el muchacho y él creciera a punto de tener lazos como padre e hijo.

Invadida por los buenos pensamientos hacia su esposo Elizabeth abrió la puerta de su casa con una enorme sonrisa en su rostro, se sentía como una adolescente con su primer amor en el día de San Valentín, que dada la casualidad de la vida San Valentín era el día de hoy, se sentía profundamente enamorada y con mariposas en el estómago por la romántica velada que le esperaba junto a su esposo, pero, los segundos en los que abrió la puerta pasaron muy rápido como los pensamientos positivos en su cabeza y corazón, todo lo que pensaba y sentía hacia Peter se esfumaron al olvido en el momento en que vió a Neal con los ojos llenos de lágrimas mientras que con mucha energía se sobaba el trasero, al mismo tiempo que Peter su “incondicional y perfecto esposo” estaba parado frente a él con los brazos cruzados y una expresión impasible. Elizabeth se quedó con la boca abierta pero por muy poco tiempo porque de inmediato se puso en plan de mamá gallina, con toda la potestad exigió explicaciones y cuando supo las acciones de Peter Elizabeth enfureció dos mundos.

-Le diste de nalgadas! Peter, no puedo creerlo, simplemente perdiste la cabeza?
-Elizabeth, cálmate por favor, no es algo malo como tú piensas.
-Sí claro, es algo bueno, es muy bueno que lo golpees!
-Tu sarcasmo no entra en este asunto y no lo golpee, por dios, hablas como si le hubiese traumatizado de por vida, le di un correctivo y uno que le hacía mucha falta.
-Estás loco si piensas que yo voy aceptar que lo castigues de esa forma, jamás voy a aprobar que lastimes a Neal.
-Yo no lo lastimé…
-…Y supongo que las lágrimas le han salido de felicidad!
-El, déjame hablar, lo que quiero decir o lo que intento explicarte es que Neal cruzó cualquier límite al falsificar la tarjeta de crédito, al comprar ese tonto regalo de obscena cantidad de dinero y luego al volver a querer usar la tarjeta centurion…disculpa…pero se merecía algo más que un regaño y una cortada de privilegios!

Para este punto Peter también estaba elevando la voz y Elizabeth no perdía oportunidad para hacer lo mismo.

-Acaso estás criticando lo que yo hago cuando desobedece!
-No, sólo digo que las consecuencias de sus actos no pueden ser simples regaños, necesita acciones mas efectivas!

Era claro que entre líneas Peter criticaba a Elizabeth y eso la enfurecía todavía mucho más.

-Así? Bueno, pues yo pienso que lo mas efectivo sería que tú lo trataras como a un chico normal de 16 años que vive en esta casa bajo nuestro cuidado y no como si fuese un extraño de la calle!

Por su parte el adolescente, causante de la tremenda pelea que tenían los adultos, estaba escuchando todo desde el piso de arriba, escondido en lo alto de las escaleras y con los ojos expectantes por todo el griterío que escuchaba.

- Eso es precisamente lo que hice, lo trate como a un chico de 16 años cuando comete una estupidez de tal magnitud de la que hizo, le di un correctivo, lo que hice fue darle unas merecidas nalgadas!
-En que maldito universo eso puede ser admisible para un chico de 16 años?!!!
-En el mío.

Peter dijo mirando a su esposa fijamente y luego en un arrebato para no explotar empezó a caminar por el mini pasillo de la sala, profundamente enojado. Neal asomó su hermosa cabecita por la esquina de las escaleras, este momento era perfecto para que el muchacho dijera las palabras que tenía atoradas desde el momento en que Elizabeth atravesó la puerta de la entrada, quería bajar las escaleras y decir que Peter no lo había lastimado, bueno, no realmente herido, es decir, era todo un conflicto aceptar que sí se había merecido cada nalgada, explicar que era un correctivo anticuado, del siglo pasado pero que se trataba de Peter Burke como exigirle más al hombre? Ese conflicto interior para defender a su reciente autonombrado padre y a la vez el conflicto para aceptar que la corrección de sus malas acciones le dejarían un ardiente picor en su trasero como el que estaba sintiendo en este momento y que consciente de eso pasaba y pasaba su mano para sobar su adolorido trasero. Fue entonces cuando pensó que tal vez…tal vez…no era tan malo que Elizabeth lo defendiera.

- Claro, en el tuyo.

Los decibeles del griterío habían bajado por completo en la voz de Elizabeth, en su lugar el enojo reino en cada una de sus palabras.

- Pero en el mío NO.

Peter, que nunca lograba exasperarse con su esposa se sintió acorralado por la pelea que estaban protagonizando, este asunto de los correctivos para Neal que recientemente había decidido, no estaba sujeto a discusión, para él no era un tema a discutir, era la manera que su propio padre había optado para educarlo a él y a sus hermanos y si él se ponía en una retrospectiva o incluso en el presente de su vida no había salido nada mal con ese tipo de educación, en realidad, era algo que agradecía a su padre. La disciplina es algo necesario para educar sino sería un libre albedrío para los hijos, los padres están para guiar y en ocasiones aunque no guste los hijos deben obedecer y bajo ninguna circunstancia Peter Burke como padre iba a tolerar que su hijo falsificara, robara y engañara, NO, si dependía de su fuerte mano para encaminar a Neal por el camino honesto, lo haría, punto final.

- No voy a cambiar de opinión respecto a esto Elizabeth.
-Entonces creo que debes irte a otro lugar para pensar que es lo mejor para corregir a Neal porque yo tampoco voy a cambiar de opinión respecto a esto Peter.

Elizabeth estaba muy decidida también, por lo que sus palabras las acompañó con la acción de abrir la puerta principal de par a par dando a su esposo la invitación de salir de casa, pero no a pasear sino la de marcharse hasta que su mente se haya aclarado respecto a su discusión.

Peter miro un momento extrañado a su esposa pero no iba a cambiar de opinión por lo que agarro su chaqueta y se dispuso a salir pero antes le dijo:

- Espero que tu también pienses que es lo mejor para Neal, aunque no lo creas lo hice y lo volvería hacer porque él me importa y lo quiero muchísimo y mi único deseo es verlo siendo un hombre de bien…

El agente estaba consciente que sus palabras sonaban vacías para su esposa ya que sus acciones estos meses eran contrarias a lo que decía, sin embargo, lo único que podía decir en este momento era eso; la verdad.

-Elizabeth créeme hoy me di cuenta de cuanto adoro a Neal, es mi hijo, nuestro hijo, lo quiero mucho en verdad pero esto de la paternidad no es sencillo, no me pidas que cierre los ojos a las…a las…, bueno, digamos, “travesuras” que hace, al igual que yo sabes perfectamente que necesita límites y consecuencias de sus malas y precipitadas acciones.

Por un microsegundo Elizabeth se detuvo a pensar que su esposo no había hecho algo atroz al darle nalgadas a Neal, sino, como le había dicho un correctivo. Pero al recordar a su niño con las lágrimas abundantes saliendo de sus preciosos ojitos celestes justifico su acción actual.

-Es por él que hago esto…

Antes que pudiera decir cualquier cosa más Peter la detuvo sacando la rosa que había escondido en su chaqueta y aunque todo se había estropeado le dijo con profunda resignación:

- Feliz día de San Valentín Honey.

Elizabeth recibió la rosa y la apartó para no verla más.

-Ahora no Peter, vete por favor.

Resignado y profundamente abatido por el agotante día el agente Burke salió de su casa, había sido un día lleno de emociones: retar a Neal, haberlo lastimado con sus palabras, darse cuenta cuanto amaba a ese chico como a su hijo, castigarlo (que por mas que Elizabeth pensara no había sido nada fácil para él hacerlo) consolarlo y para rematar el día pelearse con su esposa al punto de salir de su casa, fue un día atroz!

En cuanto Elizabeth cerró la puerta puso ambas manos sobre su rostro, se sentía frustrada, tampoco se imaginaba acabar el día de hoy de esta manera, se sentía fatal por lo que acababa de hacer, pelear con su esposo jamás era grato. Vio la rosa que le había dejado Peter y la vió con pena sin embargo de inmediato se sintió otra vez molesta y la dejó encima de la mesita de la sala dispuesta a subir las escaleras para ir a hablar con Neal.

Pero antes de que diera un paso hacia las escaleras Neal la sorprendió bajando apresuradamente diciéndole muy exaltado:

- Fue mi culpa, El, lo siento, yo hice mal, en serio, no botes a Peter de la casa, es mi culpa que pelearan…
-…Oh, cielo, no digas eso, esto no es tu culpa…es…fue..son cosas de adultos cariño.

Elizabeth encamino a Neal hacia su habitación tranquilizándolo para que no se sintiera culpable por lo que acababa de pasar, puntualmente porque Elizabeth había botado a Peter de la casa.

- Pero escúchame, lo que paso no fue como tu piensas.
-Para que yo piense algo primero tengo que saber qué paso exactamente con tu comportamiento, Neal, hablo en serio este asunto por el que discutimos con Peter nada tiene que ver con lo que has hecho tú…
-…Pero yo me porte mal…
-…Sí, lo hiciste, por lo que he oído te portaste muy mal pero así te portaras MUY MAL yo no voy a estar de acuerdo con lo que hizo mi marido, asi que saca de tu cabeza que todo lo que pasó es tu culpa porque no es así, discutimos y la pelea termino como termino por la actitud y proceder de Peter, es todo.
- Pero El…
-No, Neal, ahora mismo sólo quiero enterarme porqué falsificaste la tarjeta de crédito, mentiste y deliberadamente cometiste robo, estoy tan molesta contigo y decepcionada por tu pésimo comportamiento que ya puedes olvidarte del viaje a Paris para ir a los museos de arte este fin de año.

Neal quiso quejarse ante el castigo impuesto pero el enojo de Elizabeth era de un calibre no conocido hasta el día de hoy por lo que sólo optó por aceptar.

- Si Elizabeth.

Este día resultó ser muy largo para Neal ahora además debía sumar a sus emociones y experiencias ya vividas la pelea del siglo que tuvieron Peter y Elizabeth porque por más que El le había dicho que no fue su culpa, nada le quitaba eso de la cabeza.

Luego de un buen tiempo reflexionando todo lo que El le había regañado (más de dos horas), los privilegios ya cortados y los castigos adicionales (limpiar la cochera, encargarse del jardín, sin celular, sin salidas, sin XBOX) ya muy tarde, se acordó que no había ido a ver a Sara, que le había dejado olvidada, no pudo más que levantarse rápido de su cama, se puso los pantalones deportivos y se sentó de golpe sobre su cama para ponerse las zapatillas para huir como otras noches hacia la casa de su chica sólo que un dolorsillo particular lo detuvo esta vez.

- Auch!, Auch!, Auch!, Auch!, Auch!, Auch!

La brusquedad con la que se había sentado había activado el poco dolor que aún sentía de las nalgadas que le había dado Peter, fue entonces cuando Neal volvió a pensarlo mejor y decidió volver a recostarse en su cama, claro, boca abajo y mientras se sobaba el trasero con ambas manos pensó:

 Owwwwwwwwww creo que por el día de hoy ya estuve en suficientes líos, no quiero cometer más desobediencias”

Sin darse cuenta el muchacho había tenido su primer buen juicio en actitud al decidir permanecer en casa y dormir como le corresponde a un chico de 16 años a las 12:30 de la noche, lástima que ni Peter ni Elizabeth pudieron presenciar la sensatez del chico…aunque si hubieran estado presentes lo más probable es que una nueva pelea se hubiese originado en la pareja, Elizabeth se habría dado el gusto de encararle a su esposo con pruebas irrefutables que las nalgadas dejaron a Neal una impresión dolorosa en su trasero, y por otro lado, Peter se habría dado el gusto de encararle a su esposa con prueba irrefutable que precisamente ése dolorsillo que Neal tenía en su trasero le había impedido cometer otra “travesura” y tal vez Elizabeth habría pensado que la forma de castigar de su esposo no era tan mala, tal vez hasta hubiese admitido que Neal respondía en forma positiva con dicho castigo….pero eso no se puede saber.

A la mañana siguiente Neal se levanto temprano como todas las mañanas pero a diferencia de las otras esta vez ya no sentía la necesidad de huir del escrudiño del agente ahora tenía deseos que lo “fastidie” con su sólo presencia sobreprotectora y exigente para que se comporte, Neal suspiro con tristeza todo había quedado muy mal y era su culpa.

Pero estaba decidido a reparar lo que había hecho así que empezó a preparar el desayuno para Elizabeth y él, sin hablar con su siempre dulce mamá del tema de la salida de Peter, el chico ya comenzaba a planificar el regreso de papá a casa, después de todo que tan difícil podría ser?

Como la mayoría de las veces Neal necesitaba comentar sus problemas a su siempre mejor amigo Mozzie, además que debía solicitar su ayuda, como siempre.

- Te cuento todo lo que pasó porque quiero que me ayudes.
-A qué?
-A que Elizabeth dejé de estar enojada con Peter y lo deje volver a casa.

Literalmente Mozzie escupió su soda dietética y se puso morado por el atrangatamiento que le dio.

- Quieres que ayude al trajeado!!!
-Tranquilo Mozz, si, por dios, acaso es mucho pedir?
-Neal, estás hablando en serio? me pides que ayude al mismo satanás!!!
-No exageres Mozzie, Peter no es malo.
-Y lo dices tú, que precisamente le hizo la vida a cuadros por dos años!, sólo para fastidiarlo.
-Ahora es diferente.
-Por qué? qué es diferente? Pensé que te quedarías en la casa de los trajeados para sacarle provecho al “acuerdo” pactamos cero reformaciones, Neal Caffrey te desconozco!

Neal levantó una ceja por el mini escándalo de su mini amigo, pero tenía algo más que decir.

- Peter me adopto.
-Qué?!
-Lo que oíste, me dijo que podía decirle papá, se comportó como…como un padre… y yo lo arruiné todo porque hice lo que siempre hago, actué sin pensar, prácticamente lo obligue a que me castigara de esa forma al falsificar la card centurión, y ahora él…

Su amigo comprendió lo que quería decirle, no hacía falta más palabras, Mozzie nunca lo había experimentado pero era lo suficientemente listo como para reconocer ese lazo irrompible entre Peter y Neal, era tal cual padre e hijo.

-Está bien Neal, te creo…y… suspiro largo y profundo… te ayudo, qué tienes en mente?

La sonrisa de Neal ilumino su rostro, como cada vez que sonreía, pero ésta vez era difícil de predecir si era para bien o para mal.

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