CAPITULO 5
LA PELEA
-‘ Vaya, pero que día!'
Elizabeth pensaba mientras ponía la llave en el
cerrojo de la puerta principal de su casa.
- ‘Un día por demás estresante, agotador y
lleno de “amor” por la fecha jijiji'
Se reía con un poco de risa sarcástica al recordar lo
dramático de su día por el catering que preparó para una joven pareja en la que
su cliente, un joven de 25 años de edad, había organizado todo para declararse
en matrimonio a su novia el día de San Valentín, invitando a familiares y
amigos para celebrar la noticia, pero, nada había salido como quería ya que la
chica lo rechazó y eso fue todo un drama para contener a la joven pareja, por
un lado dando apoyo moral al chico por semejante rechazo y ante mucho público y
por otro lado dando ánimos y fuerza de voluntad a la chica que justificaba su
rechazo por que su Romeo había actuado con
indiscreciones hace no menos de unas semanas por lo que la pausa en su relación
amorosa había sido cimentada en un rotundo: No.
Elizabeth suspiro con gracia porque al final del día,
luego de mucho llanto, reclamos y muchísimo drama hubo conciliación y la joven
pareja se comprometió a pesar de cualquier pronóstico de los familiares. Frente
a todo ese exagerado drama de futuros marido y mujer Elizabeth no pudo evitar
recordar y contrastar cómo había sido su propio compromiso y boda, había sido
…adorable y sencilla… la relación con Peter siempre fue fácil de llevar, su
esposo la respetaba y amaba lealmente, las peleas entre ellos eran malos
entendidos no más allá de un ultimátum dejando a Peter dormir en el sofá,
suspiró nuevamente, esta vez se dio el lujo de hacerlo con profundo amor
pensando en el hombre que había escogido para pasar el resto de su vida, el
hombre con el cual formó su familia y no podía estar más contenta con la
elección, Peter Burke era un buen hombre; Amoroso, fiel, inteligente y apuesto
y aunque estos meses tuvieron muchos desacuerdos respecto su trato para con
Neal, Elizabeth sabía que su esposo estaba poniendo mucho de su parte para que
la relación entre el muchacho y él creciera a punto de tener lazos como padre e
hijo.
Invadida por los buenos pensamientos hacia su esposo
Elizabeth abrió la puerta de su casa con una enorme sonrisa en su rostro, se
sentía como una adolescente con su primer amor en el día de San Valentín, que
dada la casualidad de la vida San Valentín era el día de hoy, se sentía
profundamente enamorada y con mariposas en el estómago por la romántica velada
que le esperaba junto a su esposo, pero, los segundos en los que abrió la
puerta pasaron muy rápido como los pensamientos positivos en su cabeza y
corazón, todo lo que pensaba y sentía hacia Peter se esfumaron al olvido en el
momento en que vió a Neal con los ojos llenos de lágrimas mientras que con
mucha energía se sobaba el trasero, al mismo tiempo que Peter su “incondicional
y perfecto esposo” estaba parado frente a él con los brazos cruzados y una
expresión impasible. Elizabeth se quedó con la boca abierta pero por muy poco
tiempo porque de inmediato se puso en plan de mamá gallina, con toda la
potestad exigió explicaciones y cuando supo las acciones de Peter Elizabeth
enfureció dos mundos.
-Le diste de nalgadas! Peter, no puedo creerlo,
simplemente perdiste la cabeza?
-Elizabeth, cálmate por favor, no es algo malo como tú
piensas.
-Sí claro, es algo bueno, es muy bueno que lo golpees!
-Tu sarcasmo no entra en este asunto y no lo golpee,
por dios, hablas como si le hubiese traumatizado de por vida, le di un
correctivo y uno que le hacía mucha falta.
-Estás loco si piensas que yo voy aceptar que lo
castigues de esa forma, jamás voy a aprobar que lastimes a Neal.
-Yo no lo lastimé…
-…Y supongo que las lágrimas le han salido de
felicidad!
-El, déjame hablar, lo que quiero decir o lo que
intento explicarte es que Neal cruzó cualquier límite al falsificar la tarjeta
de crédito, al comprar ese tonto regalo de obscena cantidad de dinero y luego
al volver a querer usar la tarjeta centurion…disculpa…pero se merecía algo más
que un regaño y una cortada de privilegios!
Para este punto Peter también estaba elevando la voz y
Elizabeth no perdía oportunidad para hacer lo mismo.
-Acaso estás criticando lo que yo hago cuando
desobedece!
-No, sólo digo que las consecuencias de sus actos no
pueden ser simples regaños, necesita acciones mas efectivas!
Era claro que entre líneas Peter criticaba a Elizabeth
y eso la enfurecía todavía mucho más.
-Así? Bueno, pues yo pienso que lo mas efectivo sería
que tú lo trataras como a un chico normal de 16 años que vive en esta casa bajo
nuestro cuidado y no como si fuese un extraño de la calle!
Por su parte el adolescente, causante de la tremenda
pelea que tenían los adultos, estaba escuchando todo desde el piso de arriba,
escondido en lo alto de las escaleras y con los ojos expectantes por todo el griterío
que escuchaba.
- Eso es precisamente
lo que hice, lo trate como a un chico de 16 años cuando comete una estupidez de
tal magnitud de la que hizo, le di un correctivo, lo que hice fue darle unas
merecidas nalgadas!
-En que maldito universo eso puede ser admisible para
un chico de 16 años?!!!
-En el mío.
Peter dijo mirando a su esposa fijamente y luego en un
arrebato para no explotar empezó a caminar por el mini pasillo de la sala,
profundamente enojado. Neal asomó su hermosa cabecita por la esquina de las
escaleras, este momento era perfecto para que el muchacho dijera las palabras
que tenía atoradas desde el momento en que Elizabeth atravesó la puerta de la
entrada, quería bajar las escaleras y decir que Peter no lo había lastimado,
bueno, no realmente herido, es decir, era todo un conflicto aceptar que sí se
había merecido cada nalgada, explicar que era un correctivo anticuado, del
siglo pasado pero que se trataba de Peter Burke como exigirle más al hombre?
Ese conflicto interior para defender a su reciente autonombrado padre y a la
vez el conflicto para aceptar que la corrección de sus malas acciones le
dejarían un ardiente picor en su trasero como el que estaba sintiendo en este
momento y que consciente de eso pasaba y pasaba su mano para sobar su adolorido
trasero. Fue entonces cuando pensó que tal vez…tal vez…no era tan malo que
Elizabeth lo defendiera.
- Claro, en el tuyo.
Los decibeles del griterío habían bajado por completo
en la voz de Elizabeth, en su lugar el enojo reino en cada una de sus palabras.
- Pero en el mío NO.
Peter, que nunca lograba exasperarse con su esposa se
sintió acorralado por la pelea que estaban protagonizando, este asunto de los
correctivos para Neal que recientemente había decidido, no estaba sujeto a
discusión, para él no era un tema a discutir, era la manera que su propio padre
había optado para educarlo a él y a sus hermanos y si él se ponía en una retrospectiva
o incluso en el presente de su vida no había salido nada mal con ese tipo de
educación, en realidad, era algo que agradecía a su padre. La disciplina es
algo necesario para educar sino sería un libre albedrío para los hijos, los
padres están para guiar y en ocasiones aunque no guste los hijos deben obedecer
y bajo ninguna circunstancia Peter Burke como padre iba a tolerar que su hijo
falsificara, robara y engañara, NO, si dependía de su fuerte mano para
encaminar a Neal por el camino honesto, lo haría, punto final.
- No voy a cambiar de
opinión respecto a esto Elizabeth.
-Entonces creo que debes irte a otro lugar para pensar
que es lo mejor para corregir a Neal porque yo tampoco voy a cambiar de opinión
respecto a esto Peter.
Elizabeth estaba muy decidida también, por lo que sus
palabras las acompañó con la acción de abrir la puerta principal de par a par
dando a su esposo la invitación de salir de casa, pero no a pasear sino la de
marcharse hasta que su mente se haya aclarado respecto a su discusión.
Peter miro un momento extrañado a su esposa pero no
iba a cambiar de opinión por lo que agarro su chaqueta y se dispuso a salir
pero antes le dijo:
- Espero que tu también
pienses que es lo mejor para Neal, aunque no lo creas lo hice y lo volvería
hacer porque él me importa y lo quiero muchísimo y mi único deseo es verlo
siendo un hombre de bien…
El agente estaba consciente que sus palabras sonaban
vacías para su esposa ya que sus acciones estos meses eran contrarias a lo que
decía, sin embargo, lo único que podía decir en este momento era eso; la
verdad.
-Elizabeth créeme hoy me di cuenta de cuanto adoro a
Neal, es mi hijo, nuestro hijo, lo quiero mucho en verdad pero esto de la
paternidad no es sencillo, no me pidas que cierre los ojos a las…a las…, bueno,
digamos, “travesuras” que hace, al igual que yo sabes perfectamente que
necesita límites y consecuencias de sus malas y precipitadas acciones.
Por un microsegundo Elizabeth se detuvo a pensar que
su esposo no había hecho algo atroz al darle nalgadas a Neal, sino, como le
había dicho un correctivo. Pero al recordar a su niño con las lágrimas
abundantes saliendo de sus preciosos ojitos celestes justifico su acción
actual.
-Es por él que hago esto…
Antes que pudiera decir cualquier cosa más Peter la
detuvo sacando la rosa que había escondido en su chaqueta y aunque todo se
había estropeado le dijo con profunda resignación:
- Feliz día de San
Valentín Honey.
Elizabeth recibió la rosa y la apartó para no verla
más.
-Ahora no Peter, vete por favor.
Resignado y profundamente abatido por el agotante día
el agente Burke salió de su casa, había sido un día lleno de emociones: retar a
Neal, haberlo lastimado con sus palabras, darse cuenta cuanto amaba a ese chico
como a su hijo, castigarlo (que por mas que Elizabeth pensara no había sido
nada fácil para él hacerlo) consolarlo y para rematar el día pelearse con su
esposa al punto de salir de su casa, fue un día atroz!
En cuanto Elizabeth cerró la puerta puso ambas manos
sobre su rostro, se sentía frustrada, tampoco se imaginaba acabar el día de hoy
de esta manera, se sentía fatal por lo que acababa de hacer, pelear con su
esposo jamás era grato. Vio la rosa que le había dejado Peter y la vió con pena
sin embargo de inmediato se sintió otra vez molesta y la dejó encima de la
mesita de la sala dispuesta a subir las escaleras para ir a hablar con Neal.
Pero antes de que diera un paso hacia las escaleras
Neal la sorprendió bajando apresuradamente diciéndole muy exaltado:
- Fue mi culpa, El, lo siento, yo hice mal, en
serio, no botes a Peter de la casa, es mi culpa que pelearan…
-…Oh, cielo, no digas eso, esto no es tu
culpa…es…fue..son cosas de adultos cariño.
Elizabeth encamino a Neal hacia su habitación
tranquilizándolo para que no se sintiera culpable por lo que acababa de pasar,
puntualmente porque Elizabeth había botado a Peter de la casa.
- Pero escúchame, lo que paso no fue como tu
piensas.
-Para que yo piense algo primero tengo que saber qué
paso exactamente con tu comportamiento, Neal, hablo en serio este asunto por el
que discutimos con Peter nada tiene que ver con lo que has hecho tú…
-…Pero yo me porte mal…
-…Sí, lo hiciste, por lo que he oído te portaste muy
mal pero así te portaras MUY MAL yo no voy a estar de acuerdo con lo que hizo
mi marido, asi que saca de tu cabeza que todo lo que pasó es tu culpa porque no
es así, discutimos y la pelea termino como termino por la actitud y proceder de
Peter, es todo.
- Pero El…
-No, Neal, ahora mismo sólo quiero enterarme porqué
falsificaste la tarjeta de crédito, mentiste y deliberadamente cometiste robo,
estoy tan molesta contigo y decepcionada por tu pésimo comportamiento que ya
puedes olvidarte del viaje a Paris para ir a los museos de arte este fin de
año.
Neal quiso quejarse ante el castigo impuesto pero el
enojo de Elizabeth era de un calibre no conocido hasta el día de hoy por lo que
sólo optó por aceptar.
- Si Elizabeth.
Este día resultó ser muy largo para Neal ahora además
debía sumar a sus emociones y experiencias ya vividas la pelea del siglo que
tuvieron Peter y Elizabeth porque por más que El le había dicho que no fue su
culpa, nada le quitaba eso de la cabeza.
Luego de un buen tiempo reflexionando todo lo que El
le había regañado (más de dos horas), los privilegios ya cortados y los
castigos adicionales (limpiar la cochera, encargarse del jardín, sin celular,
sin salidas, sin XBOX) ya muy tarde, se acordó que no había ido a ver a Sara,
que le había dejado olvidada, no pudo más que levantarse rápido de su cama, se
puso los pantalones deportivos y se sentó de golpe sobre su cama para ponerse
las zapatillas para huir como otras noches hacia la casa de su chica sólo que
un dolorsillo particular lo detuvo esta vez.
- Auch!, Auch!, Auch!, Auch!, Auch!, Auch!
La brusquedad con la que se había sentado había
activado el poco dolor que aún sentía de las nalgadas que le había dado Peter,
fue entonces cuando Neal volvió a pensarlo mejor y decidió volver a recostarse
en su cama, claro, boca abajo y mientras se sobaba el trasero con ambas manos
pensó:
“ Owwwwwwwwww creo que por el día de hoy ya
estuve en suficientes líos, no quiero cometer más desobediencias”
Sin darse cuenta el muchacho había tenido su primer
buen juicio en actitud al decidir permanecer en casa y dormir como le
corresponde a un chico de 16 años a las 12:30 de la noche, lástima que ni Peter
ni Elizabeth pudieron presenciar la sensatez del chico…aunque si hubieran
estado presentes lo más probable es que una nueva pelea se hubiese originado en
la pareja, Elizabeth se habría dado el gusto de encararle a su esposo con
pruebas irrefutables que las nalgadas dejaron a Neal una impresión dolorosa en
su trasero, y por otro lado, Peter se habría dado el gusto de encararle a su
esposa con prueba irrefutable que precisamente ése dolorsillo que Neal tenía en
su trasero le había impedido cometer otra “travesura” y tal vez Elizabeth
habría pensado que la forma de castigar de su esposo no era tan mala, tal vez
hasta hubiese admitido que Neal respondía en forma positiva con dicho
castigo….pero eso no se puede saber.
A la mañana siguiente Neal se levanto temprano como
todas las mañanas pero a diferencia de las otras esta vez ya no sentía la
necesidad de huir del escrudiño del agente ahora tenía deseos que lo “fastidie”
con su sólo presencia sobreprotectora y exigente para que se comporte, Neal
suspiro con tristeza todo había quedado muy mal y era su culpa.
Pero estaba decidido a reparar lo que había hecho así
que empezó a preparar el desayuno para Elizabeth y él, sin hablar con su
siempre dulce mamá del tema de la salida de Peter,
el chico ya comenzaba a planificar el regreso de papá a casa, después de todo que tan
difícil podría ser?
Como la mayoría de las veces Neal necesitaba comentar
sus problemas a su siempre mejor amigo Mozzie, además que debía solicitar su
ayuda, como siempre.
- Te cuento todo lo que pasó porque quiero que
me ayudes.
-A qué?
-A que Elizabeth dejé de estar enojada con Peter y lo
deje volver a casa.
Literalmente Mozzie escupió su soda dietética y se
puso morado por el atrangatamiento que le dio.
- Quieres que ayude al trajeado!!!
-Tranquilo Mozz, si, por dios, acaso es mucho pedir?
-Neal, estás hablando en serio? me pides que ayude al
mismo satanás!!!
-No exageres Mozzie, Peter no es malo.
-Y lo dices tú, que precisamente le hizo la vida a
cuadros por dos años!, sólo para fastidiarlo.
-Ahora es diferente.
-Por qué? qué es diferente?
Pensé que te quedarías en la casa de los trajeados para sacarle provecho al
“acuerdo” pactamos cero reformaciones, Neal Caffrey te desconozco!
Neal levantó una ceja por el mini escándalo de su mini
amigo, pero tenía algo más que decir.
- Peter me adopto.
-Qué?!
-Lo que oíste, me dijo que podía decirle papá, se
comportó como…como un padre… y yo lo arruiné todo porque hice lo que siempre
hago, actué sin pensar, prácticamente lo obligue a que me castigara de esa
forma al falsificar la card centurión, y ahora él…
Su amigo comprendió lo que quería decirle, no hacía
falta más palabras, Mozzie nunca lo había experimentado pero era lo
suficientemente listo como para reconocer ese lazo irrompible entre Peter y
Neal, era tal cual padre e hijo.
-Está bien Neal, te creo…y… suspiro largo y
profundo… te ayudo, qué tienes en mente?
La sonrisa de Neal ilumino su rostro, como cada vez
que sonreía, pero ésta vez era difícil de predecir si era para bien o para mal.
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