Páginas Amigas

jueves, 31 de diciembre de 2015

El Auto perdido…



El Auto  perdido…

Abrí los ojos, los tengo demasiado pesados y la luz que alcanza a pegar en mi cara me molesta de sobre manera, siento una especie de dolor de cabeza y no recuerdo bien lo que pasó. Al incorporarme me percate del lugar donde me encuentro, no lo conozco… es una especie de apartamento, yo estoy en el piso al lado de otros chicos que al parecer están durmiendo luego de haber tenido la fiesta de sus vidas.
Me acerqué a la ventana con fastidio sintiéndome algo vampiresco porque la luz casi me quemaba, pero al menos por el estilo de las calles que alcanzó a ver aún estoy en Santiago, lo que me tranquiliza bastante. Comencé a tratar de recordar las últimas horas de mi vida; se supone que iría a una discoteca, volvería en la madrugada a mi casa y mi papá me prestó su carro....carro que ahora no sé dónde putas está.
Ayy me siento fatal, me duele el estómago y el pensar que no tengo idea del paradero del carro casi me hizo vomitar, llegando a casa lo más seguro es que mi padre me mata… no llegue a mi casa a la hora que dije, tengo la peor resaca de mi vida y para peor acabo de perder un carro.
Mire a todos lados con desesperación, pareciera que no conozco a nadie… de repente vi a un chico moreno de cabello rizado mirándome fijamente y supe quién era…
- Julián, ¿Usted sabe dónde estamos? - Me enojó un poco que no me tomara en serio y comenzara a reírse con mi pregunta.
-Si no sabe usted, créame que menos yo… mire yo solo me acuerdo que a las 4 a.m. decidimos salirnos de la discoteca porque alguno de ellos quería jugar verdad o reto y todos aceptamos, terminamos en esta casa, pero yo ni idea. -Lo que me dijo Julián me desconcertó un poco… ¿Había aceptado irme a jugar verdad o reto con unos desconocidos?
-Ok… -No le dije nada más porque vi en el piso mi chaqueta, donde se suponía que debía tener las llaves del carro, dinero y mi celular.
La tomé, revise y tenía todo excepto las llaves del puto carro. Cogí el celular y pude observar que tenía 37 llamadas perdidas de mi papá, 45 de mi mamá y un montón de otros amigos míos. En ese momento me llegó un mensaje de Whatsapp de una amiga que me preguntaba dónde estaba, fue un reflejo constarle “Ni idea”
A los pocos minutos me contestó que no entendía mi respuesta y que mi papá estaba buscándome como loco, al parecer todos creían que algo malo me pasó. Como tenía bastante pereza de escribir le mande una nota de voz contándole todo lo que recordaba y lo que al parecer hice, terminando con un “y ahora no sé dónde putas está el carro de mi papá”
Mientras esperaba su respuesta mi papá volvió a llamarme pero no le contesté… tenía miedo de decirle lo que había pasado, así que terminé de revisar los bolsillos de la chaqueta rogando que de la nada aparecieran las llaves pero solo encontré una tarjeta de un Valet
Un Parking… genial! hay cientos de esos lugares en la ciudad y estoy seguro de que no lo deje en el de la discoteca.
Sara me contestó que trataría de encubrirme con mi papá mientras al menos encontraba el carro y yo le dije que haría memoria para poder sacar el carro y encontrar las llaves.
-Oiga Julián ¿Usted no sabe dónde deje el carro parqueado? -Le pregunté esperando una respuesta medianamente coherente, pero él solo se levantó y me dijo que me acompañaría a buscarlo.
-¿Cuántos números se consiguió? -Lo miré terrible, yo estoy a punto de un colapso nervioso por el regaño que seguramente me dará mi padre y además está el carro que aún no encuentro; y este idiota solo me pregunta cuantos números de chicas tengo… maldito imbécil.
-Me vale verga… solo quiero encontrar el puto carro e irme a mi casa antes de que mi papá se entere de lo que pasó. -Dije cuando estábamos a punto de salir de la casa desconocida.
-Ahhg pero que aburrido.... ¿Luego su papá lo va a regañar muy feo? -Por un momento quise decirle que a parte del regaño probablemente me dé una paliza, pero recordé lo patético que eso sonaría.
-No, solo que importa mucho ese carro… a él le vale mierda que salga, yo he pasado fines de semana enteros fuera de la casa y nunca me ha dicho nada porque yo ya tengo 17 años y no soy un puto crío que puede estar mandando. -Desearía que en serio mi papá fuera así.
-Bien bro… ojalá mis papás fueran tan bacanos como el suyo, yo creo que a mi me van a castigar como por un mes sin salir pero valió la pena. -Ambos chocamos nuestras manos.
-Así se habla -Dije sonriendo, pero por dentro rogaba encontrar el carro y salir corriendo a mi casa antes de que mi papá me vea.
Nos subimos al metro y pronto llegamos a la zona de bares, yo había entrado a una discoteca de esas en las que dejan entrar menores de edad pero que piden documentos a la hora de comprar el trago. Llegamos y comenzamos a buscar en todos los parqueaderos de la zona el carro, ya no me importaba lo que iba a costar sacar el carro… solo me quería largar a mi casa.
-¿Al menos encontró las llaves del carro? -Me preguntó Julián y eso me hizo desesperarme más, cómo pretendía entrar y sacar el carro de un parqueadero sin las llaves… y peor aún qué pasa por mi mente cuando pienso en irme a mi casa, estoy oliendo a vodka mezclado con cigarrillos, whisky, cerveza y aguardiente. Si es que no me meto antes en problemas con la policía por tratar de sacar un carro sin las llaves o por manejar en mi estado, porque supongo que el alcoholímetro me marcaría aún en embriagues.
- No pero… -Y vi un parqueadero subterráneo que me hizo tener un flashback, yo había dejado ahí el carro precisamente porque me daba miedo estrellarlo si manejaba como estaba ayer.
- Pero ¿Qué?
- Estoy seguro de que el carro está ahí -Dije medio emocionado, porque estaba más cerca de solucionar una parte del problema.
Le mostré la tarjeta a una señora que estaba atendiendo y me dijo que el carro efectivamente estaba allí, y que si quería podía pagar e irme. Sin pensar en las llaves pague el parqueadero, el cual fue bastante costoso y me dirigí a buscarlo.
Al ver el carro azul de mi papá me alegré y corrí hasta él, detrás mío estaba Julián y no me di cuenta de que al lado del carro había alguien recostado con los brazos cruzados mirándome con desaprobación.
- ¿Quién es él? -Preguntó Julián.
- Mi papá -Dije deteniéndome y a punto de salir corriendo en dirección contraria.
- QUIETO AHÍ FELIPE -Mi corazón comenzó a latir rapidísimo. -ESPERO QUE ME CUENTES EN DONDE ESTABAS Y PORQUÉ NO RESPONDISTE MIS LLAMADAS.
- yo estaba en…luego ya no… y después estaba en casa de…..- comenzó a decir, estaba demasiado nervioso que  no lograba terminar ninguna idea, frente a eso su padre perdió la paciencia.  
- Estas nervioso hijo… yo te ayudare ¿ lo que paso es que bebiste tanto que no recordabas nada verdad?.- dijo acercándose a Felipe quien comenzó a retroceder rodeando el auto.
- Que … que dices papá ..Como piensas que pude beber tanto.- mintió y siguió escapándose de su molesto padre el cual lo seguía queriendo atraparlo.
- Es la única explicación que encuentro para justificar que no respondieran mis llamadas, las de tu madre y de todos tus amigos que estaban tan preocupado  por ti que hasta me llamaron.
Maldición pensó Felipe tener buenos amigos a veces no es bueno, llaman los padres cuando se desesperan.
- solo por eso ¿piensas papa que bebí demasiado?.- trataba de distraer y buscaba una ruta de escape, su padre le daria una paliza y el prefería que fuera en su casa…en su cuarto y no en un estacionamiento.
- sí y también porque llego la policía a las 7 am avisándome que mi auto estaba en un estacionamiento con la llave puesta y luego al llegar al lugar, desesperado pensando que te habían asaltado o secuestrado monte un escándalo hasta que me mostraron las cámara y vi a mi hijo muerto de borracho…y desde ese momento estoy aquí,  esperándote con el corazón en la mano.
En ese momento Felipe que había dejado de escapar, sintió en agarre de su padre en la mano derecha lo giro y lo apoyo en el capo del auto.
PLAAAS     PLAAAAS   mmm .- se quejaba Felipe las primeras no dolían tanto.
PLAAAAS    PLAAAAS    auuuuu  ayyyyyyy  .- se quejó  cada palmada su padre aplicaba más fuerza.
PLAAAAS    PLAAAAS    para yaa paraaaaaa.- decía, pero su padre quería que su hijo asumiera.
PLAAAAS    PLAAAAS     ajaa aayyyyy  yaaa papiiii yaaaa snifffff
PLAAAAS    PLAAAAS     yaaaa papito, ya que quieres que diga buaaa.
- Solo verdad y nada más.- dijo mirando muy molesto.
- Bebí demasiado papá, y fue  tanto que olvide donde deje el carro... sniff y además me borre y termine en un apartamento que no tenía idea donde estaba….perdonameeee buaaa.- lloro Felipe otra vez.
- tranquilo hijo…ya paso, debiste asustarte mucho ¿verdad?
- Si… snifff me asuste demasiado sniff.- Felipe abrazo a su padre hasta que dejo de llorar.
-Vámonos a casa debes estar cansado.
- pero…mamá debe estar emputecida conmigo.- aseguro con voz lastimera.
- Si, pero ya la conoces ..tu solo llegaras si mama y no mamá, veras que nada pasara.-le dijo cerrándole un ojo luego se giró y vio a Julián.- ¿él  es tu amigo?
En ese momento Felipe recordó a su amigo y al verlo directo a los ojos vio el miedo en el cuerpo… si miedo había sido testigo de la paliza que acababa de darle su padre.




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