Páginas Amigas

miércoles, 13 de julio de 2016

Capítulo 6.



Capítulo 6.
Ding dong ding dong ding dong ding dong ding dong  Antonia empezó a picar al timbre como si se hubiera quedado encolada al timbre. Pronto las luces de toda la casa se encendieron. Antonia le hizo una señal a Sebastian  y éste empezó a escalar por la pared que daba a su antigua habitación. Había hecho eso mismo cientos de veces cuando era adolescente, pero se sorprendió al ver lo sencillo qu ele resultaba ahora.
César salió en bata a abrir la puerta
-          ¿Qué demonios pasa?
-          Tú debes de ser la perrita de Alejandro ¿no? Buen gusto (dijo empujando la puerta para entrar. César con todas sus fuerzas sobrehumanas intentó cerrarle la puerta. Pero Antonia no tuvo muchos problemas para librarse de él. Alejandro saltó al primer piso de un bote y le enseñó los colmillos y los ojos de lobo a Antonia) ti debes ser Alejando. Soy Antonia, un placer
-          Grrrrrr (le gruñó y acto seguido se tiró al cuello de la chica. Antonia cayó de espaldas pero pudo huir a tiempo antes de que la zarpa de Alejandro le desgarrara el cuello)
-          Ey ey ey calma perrito, calma, tu amiguito solo está echándose una siesta (dijo Antonia en un tono apaciguador)
-          Eres un hombre lobo también (dijo Alejandro sin dejar su apariencia semi humana semi lobo).
-          Mujer, soy mujer (dijo sacando pechomujer loba, una loba, vaya. Como lo era tu mami ¿no? (dijo con malicia)
-          Debes de desear morir para entrar en mi casa así. No sabes dónde te has metido.
-          Sé muy bien donde me he metido, Alejandro (y la forma en que pronunció su nombre hizo que Alejandro se quedara unas milésimas de segundo paralizado). El que no sabe donde está metido eres tú. Tengo a tu hermano en el maletero de mi coche, me lo pienso llevar. Pero el viaje podría ser más cómodo si a diferencia de él tu te muestras un poco más razonable (pero al oír que tenía a Julio, Alejandro enfureció y volvió a tirarse contra Antonia. Antonia debía de reconocer que Alejandro era muy fuerte, pero ella no era precisamente nueva en eso de pelearVeo que no. (Dijo Antonia empujándolo contra una pared para apartarlo de ella. Mientras Antonia peleaban salvajemente en el piso de abajo. Max agarró a Marcos y lo hizo subir a la buhardilla. Fue entonces cuando vio al final del pasillo lo que le pareció una visión)
-          ¿Sebastian ?
-          Hola, mariquita (dijo Sebastian  a Max)
-          ¿Qué haces aquí? (dijo sin soltar de la mano a Marcos) Pensé que…
-          No hay tiempo Max, tenemos que largarnos ya…no sé cuanto rato podrá entretener a Alejandro
-          ¿Quién? Estás tu con los de abajo (preguntó Marcos) ¿y papá?
-          Papá está conmigo, venga, vamos, salgamos de aquí.
-          No te creo, papá dijo que ya no formabas parte de esta familia, ¿Cómo sabemos que no le has hecho algo mal a papá?
-          No le he hecho nada a papá (le dijo Sebastian  un poco dolido por la pregunta)
-          Como no se lo hiciste hace 5 años (dijo Max enfadado)
-          Max, no hay tiempo para esto, lo siento, pero tenéis que venir conmigo
-          No (dijo Marcos plantándole cara)
-          Ya le has oído, nosotros no vamos a ninguna parte (dijo Max encarándose a su hermano. Sebastian  se quedó parado, si que había cambiado Max en estos últimos años, el Max que él recordaba jamás se habría enfrentado a nadie)
-          Chicos, por favor, hablo en serio cuando digo que no hay tiempo, corréis un gran peligro. Tenemos que salir de aquí cagando leches (dijo enfadado, sabiendo que a esas alturas su tío ya sabría que estaba en la casa).

-          ¿SEBASTIAN ? (dijo aturdido Alejandro tras recibir un codazo en la cara de Antonia. Antonia rodó los ojos. ¿Ese chico no sabía lo que era una entrada rápida? )

-          Eyyy perrito, céntrate (dijo señalándose a ella) Estoy aquí.

-          ¿Estás con Sebastian ? (le preguntó Alejandro limpiándose la sangre del labio. Antonia suspiró dramáticamente)

-          Sí, algo así…¿Podemos dejar de atizarnos un momento y hablar como personas civilizadas o te tengo que atar y amordazar como a tu hermano para que me escuches? (dijo Antonia cansada) ¿Por favor? (añadió con una sonrisita burlona)
TE ESCUCHO (dijo pero sin relajarse ni un milímetro)
Me llamo Antonia, Antonia Bocha, sí , exacto como el nombre de tu clan…Podríamos decir que somos primos lejanos…pero no estoy aquí para hacer una reunión familiar. Tú sobrino´, el que está ahí arriba haciendo quien sabe que (eso lo gritó para que Sebastian  dejara de hacer el pendejo y sacara a los muchachos de la casa) el que te atacó hace unos 5 años, estaba bajo un hechizo. Larga historia, quizás te la cuente. El hecho es que siguió bajo ese hechizo hasta que lo encontré…y puede que en ese tiempo se le fuera un poquito de la lengua y  hablara de tu anillito a quién quisiera escucharle.
Sebastian  no sabe nada de mi anillo…tu no deberías saber nada de mi anillo
Bueno, pues yo lo sé, y después de matarte y que no te murieses tu sobrino también lo supo, NO ES IDIOTA SOLO LENTO (esto también lo chilló porque no oía movimiento en el piso de arriba solo parloteo). Y como te decía puede que se le fuera la lengua delante de quien no tocaba (Alejandro la miró asustado por primera vez. Antonio dio gracias que el tipo se diera cuenta la seriedad del asunto).Digámoslo así en unas horas una plaga bíblica va a solar este lugar y no va a quedar nada.
- Si eso es cierto, debemos avisar a todos (dijo Alejandro bajando la guardia)
Si avisas a todos, se darán cuenta que alguien dio la voz de alarma y no se detendrán os darán caza, a todos (dijo Antonia cansada)
No puedo sacrificar a mi gente (Alejandro no podía darle la espalada a su clan)
- ¿Tu gente? (Antonia empezó a reírse) Ellos van a matar a todos. No solo a los de tu clan, también a los demás clanes, y la gente normal, niños,  embarazadas, encantadoras viejecitas que ponen tartas de manzana a enfriar en el alfeizar de su ventana…¿Lo pillas? No estamos hablando de un clan de mercenarios de tres al cuarto. Tu sobrinito se sinceró delante un caballero de la rosa (la cara de Alejandro se desfiguró cuando escuchó nombrar la hermandad más antigua y sangrienta de hombres lobos).
- ¿Qué pintas tú en todo esto? (dijo claramente perturbado. Y Antonia se apartó el pelo de la nuca y le enseñó el tatuaje de la hermandad. Alejandro solo había visto una vez ese tatuaje fue cuando tuvo que presentar sus respetos al tomar el mando de su clan. De aquello hacía ya muchísimos años pero jamás olvidó el miedo que infundía los antiguos) ¡Eres uno de ellos! (y volvió a tomar apariencia semibestial)
Sí, pero no quiero mataros, si lo quisiera, ya lo estaríais. Te necesito con vida. Solo a ti, pero quiero que estemos a buenas, por eso voy a salvar a tu familia (dijo Antonia) ahora te lo voy a pedir una vez más…acompañarme.
Soy el jefe de los Bocha no puedo (pero no acabó la frase Antonia le disparó también con el Taser, quizás no podía matarlo pero si que podía aturdirlo y así atarlo y meterlo en el maletero. Ahora iban a estar más apretaditos allí dentro)

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