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sábado, 30 de julio de 2016

CAPITULO 8 Hermano, una pequeña palabra con un gran significado



CAPITULO 8
Hermano, una pequeña palabra con un gran significado
Connor si que estaba chiflado, yo ni loco agrediría a algunos de mis hermanos, con la advertencia encima de mi cabeza de que si lo hacia me darían con el cinto, a lo mejor era porque no estaba acostumbrado a ese ambiente de tener una familia grande y tener hermanos que me sacaran de mis casillas. Quizás todavía no lo entendía, pero estoy seguro que muy pronto lo haría.
Cuando llegamos a la casa me di cuenta que Connor había sido el único que todavía no había bajado del carro, me acerque a el con la intención de hacerlo sentir mejor, ya que sabia que se le venia una bastante grande. Cuando por fin entramos a la casa el se fue a su habitación y yo a la mía.
Al entrar a mi cuarto experimente un sin fin de emociones y un millón de recuerdos inundaron mi cabeza. Estaba feliz muy feliz a decir verdad con mi nueva familia, me sentía cómodos con ellos, se sentía agradable estar rodeado de personas que te quieran y que no te juzgan por tu pasado, o por como eres, que te acepten tal cual y así te aprecien. Como explicarlo me sentía… en confianza. Y eso para mi era sumamente importante a la hora de relacionarme con los demás, ya que si no tenía confianza en el momento de hablar o estar con alguien, simplemente sentía que no era yo mismo, o no me mostraba como yo era a mí 100%. Y con mi familia que apenas la había conocido hace dos semanas ya había logrado agarrar una confianza increíble, que jamás pude haber imaginar cuando los conocí. Ellos supieron ganársela. Ya me estaba acostumbrando a vivir con todos ellos, en especial con mis hermanos que de un día para otro pase de ser hijo único a tener tres grandiosos hermanos, pase a tener en mi vida a tres grandes personas. Estaba muy contento por eso, porque toda mi vida había deseado tenerlos.
Entre aquellos repentinos pensamientos de cómo había cambiado mi vida las últimas semanas, no pude evitar acordarme de mi madre y de mi padre adoptivo, Mauricio. A veces me sentía culpable por pasar días enteros sin pensar en ellos, y me enojaba conmigo mismo por permitirme olvidarlos. A decir verdad a mi madre la recuerdo con cariño, la recuerdo feliz y sonriente esa era una de sus virtudes a pesar de las dificultades siempre mantenía una sonrisa en su rostro. Y a Mauricio cada vez que pienso en el me invade la tristeza y no puedo evitar derramar una que otra lagrima sobretodo en aquellas noches que no logro conciliar el sueño y a los dos de la mañana me pongo a escuchar música triste con mis audífonos. Es extraño cuando estamos deprimidos en vez de escuchar música alegre para subirnos el animo, no, escuchamos música deprimente, suaves, baladas, que hacen sentirnos peor, pero somos masoquistas y seguimos escuchando ese tipo de canciones, es irónico ¿no? Tengo planeado llamar a mi padre el lunes después de llegar del colegio, quiero oír su voz, saber como esta, saber como sigue de salud, y no lo hago mañana domingo sino el lunes, porque también le quiero contar como me fue en mi primer día de clases, lo hago mas que todo para tener un tema de conversación.
« Connor »
Al entrar en mi habitación y cerrar la puerta debo mencionar que tuve una gran fuerza de voluntad para no pasarle el seguro, ya que intentaba en todo lo posible de salvarme del castigo que tenia pendiente. Me acosté en mi cama boca arriba, aprovechando que aun podía, y me puse a jugar con mi celular y a escuchar música mientras esperaba a papá. Quería mantener la mente ocupada para no pensar en mi tormentoso futuro próximo. Aunque sabia que no iba a pasar mucho tiempo para que papá subiera pero igual intentaba no pensar en aquello ni un segundo.
Toc toc toc. Escuche que tocaban a mi puerta. "Listo hasta aquí el llego poder sentarme cómodamente" pensé en mi interior.
- Pase –dije con un tono de resignación en mi voz. En el mismo momento que me sentaba en mi cama para irme preparando para cuando mi papá decidiera ponerme sobre sus rodillas.
Se abrió la puerta y para mi sorpresa no era mi padre el que entraba a mi habitación.
- ¿Podemos hablar? –pregunto mi hermano Jeremy con cautela.
- No es el mejor momento –le respondí seco y sin voltear a mirarlo. Sabia que debía disculparme con el porque yo fui el que lo agredió, y siendo sinceros el no había tenido la culpa. Pero cuando lo escuche hablando con Liam en el carro, si me enfurecí porque ese era un tema privado mío, y el no tenia derecho de estar hablando de ello, aunque con Liam tengo mucha confianza y no hay ningún problema que el sepa que me estuvieron montando cachos y seis meses después fue que me entere, que dos personas que yo quería mucho me vieron cara de estúpido, es mi hermano no hay ningún inconveniente en que se entere pero igual no me lo teme muy bien escuchar hablar a Jeremy sobre eso, provocando que recordara lo horrible que lo pase por aquellos días.
- Tranquilo que papá no va a venir por los momentos -me dijo con un tono tranquilo y compasivo, mientras se sentaba a un costado de mi cama junto a mí. Me sorprendí que Jeremy en esos momentos entrara a mi habitación e intentara hablar conmigo, yo era el que debería estar en su cuarto pidiéndole perdón y no el a mi. Pero mi hermano era una persona muy noble, muy buena, muy pasiva que no soportaba estar de malas con nadie, ni mucho menos peleado con alguien de su familia y a decir verdad me aprovechaba de aquello porque yo sabia que a pesar de lo que le dijera, lo mal que lo tratara, el siempre volvía a mi. Simplemente Jery no podía estar peleado conmigo, no es que yo si, pero en esos casos era muy orgulloso y si el no me hablaba para arreglar las cosas por lo general yo no lo hacia. Pero siempre pasaban dos o tres días para que lo hiciera no 40 minutos.
- Lamento haberte golpeado –por una vez en la vida di mi brazo a torcer y di el primer paso para hacer las pases.
- Si yo también, se que no debí comentar lo tuyo con tu ex, pero como era a Liam no pensé que te fueras a enfadar.
- No te preocupes. Yo actúe mal. No debí haberme comportado así contigo, no tengo excusas por agredirte pero ya estaba muy enojado por verlos a ellos dos juntos y cuando te escuche hablando con Liam sobre el tema, simplemente explote, esa fue la gota que hizo que descargara toda mi furia contigo, lo lamento.
- Esta bien, te perdono. Pero con una condición –dijo con suspicacia.
- A ver enano ¿cuanto me va a costar tu perdón? –le pregunte con el ceño fruncido y mirándolo desconfiado.
- Que en las próximas dos semanas hagas todos mis deberes de la casa.
- Estas fumado ¿verdad? -conteste vacilante.
- Una semana y media – dijo en tono de suplica poniéndome ojos de cachorrito. ¡Ja! Que manipulador pensé, pero igual no se saldría con la suya.
- Una semana y es mucho –finalmente accedí, mientras lo acercaba hacia a mi revolviéndole el cabello y le daba un pequeño verdad lo siento canijo, ¿te lastime mucho? –Le pregunte preocupado, ya que podía ver en su mano derecha tres rasguños fuertemente marcados y rojos.
- Esta bien trato hecho –me respondió con una sonrisa-. No, tranquilo. No fue nada -me dijo lo ultimo en tono relajado restándole importancia a lo que le había preguntado.
- Sabes rompiste récord, pensé que tardarías mas en hablarme e intentar arreglar las cosas –le pregunte curioso, mientras deshacía el pequeño abrazo.
- Bueno… -musito casi en un susurro. Parecía que se estaba debatiendo lo que me quería decir-. Digamos que me sentía culpable por lo que paso y no podía quedarme tranquilo sabiendo que te iban a zurrar.
- ¿iban? –indague extrañado-. Me van a zurrar. Y ya te dije que no fue tu culpa lo que paso, tranquilo la paliza que me va a dar papá me la merezco.
- No digas eso. Claro que no te la mereces. Yo hable con papá e intente convencerlo que no te pegara pero no lo logre, lo único que pude hacer es que no te peguen con la correa, y no lo hará me lo prometió.
- ¿¡Enserio!? –pregunte extrañado, al mismo tiempo que sentía una alegría inmensa en todo mi ser, y le daba una gran sonrisa a mi hermanito.
- Si, en serio ya te puedes quedar mas tranquilo, solo te va a dar unas cuantas… nalgadas –ví como se sonrojaba un poco al decir esa palabra.
- ¡Ohh! Gracias Jery… por abogar por mi, te debo una hermanito. Ahora si que me sentía pésimo por tratarlo tan mal. Era un loco compulsivo que lanzaba insultos y golpes a diestra y siniestra sin pensar ni siquiera un poquito antes de actuar o que era lo que aquello podría traerme como consecuencia. Y aquí estaba mi hermano diciéndome que había intercedido para que mi papá no me matara, era simplemente genial no me lo podía creer.
- Tranquilo bro –me respondió con una sonrisa, mientras intentaba despegarse del abrazo de oso que le había dado-. ¡Puaf! Suelta pero que pegajoso eres.
Estaba en un momento de felicidad por la noticia que me había dado mi hermanito, tan solo decirme que no me iban a dar con el cinto se me alegro el día. Ese horrible objeto dolía como el demonio y en las manos de mi papá aun mas, prefería mil veces a que solo me diera nalgadas aunque tampoco eran suaves ya que la mano de papa parecía de hierro, estaba alegre hasta que escuche que tocaron a la puerta, y me tense enseguida y mi hermano lo noto, porque me puso su mano en mi hombro en señal de apoyo.
- Pa-pase –conteste con timidez. Dudaba mucho que fuera otro de mis hermanos, ahora si debía ser papá y efectivamente se confirmo lo que pensaba cuando lo vi entrar por el umbral de la puerta cerrándola detrás de el.
- Voy a provechar que están los dos para decirles unas cuantas cosas, que ya estoy más que cansado de tanto repetirlas. –dijo tomando una bocanada de aire y agarraba la silla de mi escritorio para sentarse poniéndola en frente de mi cama.
- Papa no es necesario, ya nos reconciliamos ya todo esta bien entre nosotros –dijo Jery pasando su brazo por mi hombro.
- Exacto. Eso es de lo que quiero hablar, ya hicieron las pases pero mañana perfectamente pueden estar peleándose a muerte como lo hicieron hace un rato en el carro.
- No seas tan exagerado papá claro que no, peleamos pero x pues, es normal. Te prometo que tratare de no pelear más con Jery o por lo menos de agredirlo –reconocí, no es por nada pero tampoco soy un santo y no prometo nada.
- Espero que no trates Connor y realmente lo hagas, porque te aseguro que si hay una próxima vez, te juro por dios que no habrá nadie que te salve de la paliza que te voy a dar.
- Prometido –vacile sonriente.
- Es en serio Connor, son hermanos y no me gusta que se estén agrediendo entre ustedes, además que me duele ver que se hacen daño –gruño mi padre.
- Uff esta bien, tranquilo papá -respondí resignado.
- Bien, ahora hijo déjame a solas con tu hermano.
- Si pa –susurro mi hermano cabizbajo, mientras me echaba una mirada de compasión.
- Ya sabes como va esto, pantalones fuera –me dijo mi padre al momento que Jeremy cerraba la puerta de mi cuarto.
Me levante de la cama me quite los deportivos y el pantalón como mi papá me había ordenado, estaba deseando que al menos me dejara conservar el boxer, cuando siento que me toma del brazo y me jala hacia el colocándome en posición sobre sus rodillas, empezando la faena.
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- Mmmggg Aauu –intentaba no gritar, pero me costaba mucho ya que me estaba pegando sin compasión. Cuando siento que mi papa agarra la parte de arriba del bóxer y me lo baja de un solo estirón-. NOOOO PAAAPAAA ¡DÉJAME EL BÓXER! –dije exasperante mientras intentaba con todas mis fuerzas subírmelo pero era en vano por que me tenia agarrada mis dos manos preciánadolas en mi espalda
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- ¿Sabes porque te estoy castigando verdad hijo? –hizo una pausa en la tortura de mi trasero para preguntarme aquello.
- Snif…S-si…snif –ya estaba empezando a llorar-. Porque golpee…snif… a mi he-hermano…snif…ya por favor me…du-duele-e…sinf…
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- Yaaaa papá basta…snif…me estas dando…snif.. Muy duro…basta buuuuaaaa yaaa aaaauuuu
- Todavía no hijo, todavía falta, esto te enseñara a no estarte peleando con tus hermanos.
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- Aaauuuuu yaaa papá me duele muchooo…snif…YAAAA PARAAAAA –le grite a mi padre sentía que me picaba y ardía el trasero horrible, de seguro lo tenia rojo como un tomate, era increíble como podía pegar tan duro.
- Ya hijo, ya se termino, espero que aprendas y no vuelvas a cometer los mismos errores –dijo intentando calmarme mientras me levantaba de sus rodillas y me sentaba tratando de no lastimarme y sobandome la espalda, ya que yo no paraba de llorar estaba bastante compungido. Pero fue en vano, porque apenas me senté en la cama, me dio una punzada de dolor en mi trasero por todas las palmadas recibidas, provocando que diera un saltito y soltara una palabrota delante de mi papá-. ¡Hijo de puta! -dije molesto en un susurro, para que mi padre no escuchara, pero de igual manera escucho.
- ¿QUE FUE LO QUE ME DIJISTE? –pregunto en tono rabioso. Y en ese preciso instante maldije mi mala suerte y lo cabezota que podía ser en algunas ocasiones. A pesar de ver su cambio de estado tan repentino. Paso de calmado a enojado en menos de un segundo. Eso me importo muy poco para contestarle como lo hice, ya que estaba molesto porque sentí que se había sobre pasado con el castigo, me había dado muy duro, a punto de lastimarme al menos eso creía yo-. ¡HIJO DE PUTA! ESO DIJE. ME LASTIMASTE. ¡CABRÓN! –Ladre mientras me paraba nuevamente de la cama sobando intensamente mi trasero, subiendo de manera rápida mi ropa interior, y agarraba el mono de la piyama para colocármelo rápidamente.
- Hijo, yo no te he lastimado, ven para que te veas en un espejo, jamás te lastimaría, no de nuevo eso puedes estar seguro, me cortaría un brazo antes de hacerle daño a alguno de mis hijos- contesto con una tranquilidad que daba miedo. Mientras sentía que era jalado por el antebrazo hacia el pequeño espejo de cuerpo completo que se encontraba en una esquina de mi habitación.
- Mírate y dime si te he lastimado –espeto con un tono que manifestaba molestia en su voz, al momento que me bajaba nuevamente mi piyama y el bóxer hasta las rodillas, y me obligaba a voltearme para que pudiera ver toda mi retaguardia reflejada en el espejo-. ¿Te lastime? –pregunto alzando bastante la voz, provocando que me sobresaltara ya que en los últimos instantes había estado muy calmado.
- No –respondí en un susurro. Mi trasero se veía bastante rojo, pero lo normal tras recibir unas cuantas nalgadas bien fuertes de las manos de mi padre nada que no me hubiera dado antes. No me había hecho daño como lo pensé instantes atrás cuando me senté en la cama y sentí esa horrible punzadita de dolor.
- Bien, por supuesto que no lo hice. Pero hay algo que no te voy a permitir nunca en esta vida y es faltarme el respeto –dictamino en tono de voz que daba miedo, mientras veía como se sacaba su cinturón lentamente del pantalón, como queriéndome decir de manera subliminal "Grábate bien esta imagen, para que no lo vuelvas a hacer" Y por así decirlo, en ese momento entre en pánico debido a los escalofriantes recuerdos que se avecinaron a mi mente tras ver ese horrible lapso en que mi papá se quitaba la correa.
- ¡No! –Exclame-. Prometiste que no me pegarías con la correa, se lo prometiste a Jeremy –me queje en tono lloroso y suplicante-. No… no
Papá…snif…por favor –solloce.
- Prometí a tu hermano que no te castigaría con el cinto por haberlo agredido, y así fue, pero faltas de respeto hacia mi persona no lo voy a permitir hijo y tu lo sabes bien, y menos llamarme hijo de puta. ¿En que mundo se te ocurre llamarle a si a tu padre? –pregunto enojado.
Ver que en ese instante doblaba la correa por la mitad y me jalaba en dirección a mi escritorio para ponerme en posición para recibir mi castigo fue el atisbo que provoco un pánico indescriptible en todo mi cuerpo manifestando una respuesta innata en mi organismo que era el de huida. Cuando de por si, el ser humano cuando se siente en peligro huye, corre. Y eso fue lo que hice. Me aventé hacia la puerta soltándome de manera brusca el agarre que tenia mi papá no sin antes subirme toda la ropa velozmente. Corrí por todo el pasillo como un torbellino, cuando ya me encontraba en la planta baja de la casa para salir por la puerta principal, vi de reojo a Liam que gritaba mi nombre.
- ¡CONNOR!
Pero no le hice caso y salí de la casa sin un rumbo fijo estaba descalzo, mis pies solo los cubrían unas delgadas medias de algodón, quería correr hasta el cansancio, irme lejos y alejarme todo lo posible de esa casa. Sentía un enorme odio y rencor hacia mi padre, yo sabia que el no tenia la culpa del arrebato que acababa de tener bueno si la tenia, en parte, ya que todo esos escalofriantes recuerdos que se avecinaron a mi cabeza cuando lo vi sacarse el cinto los había producido el años atrás.
Corrí casi tres cuadras antes de detenerme y percatarme de que mi padre no me había seguido. Quería llorar de la rabia, desahogarme, quería sacar todo lo que llevaba adentro, quería estar solo. Así que me fui a un parque que quedaba a cuatro cuadras de la casa, cuando necesitaba perderme por un rato olvidarme del mundo, acudía a ese lugar, era un sitio grandioso para pensar y reflexionar.
« Joseph »
Al ver a mi hijo salir corriendo por la puerta, sentí que me desvanecía. Me senté en su cama frustrado por su extraño comportamiento, sabia que el siempre era muy impulsivo y no pensaba absolutamente nada antes de hablar, pero ver su mirada ante mi, de miedo, de pánico, ante el inmediato futuro que se le avecinaba. Salir huyendo de su padre, como si le fuera a hacer daño. No lo entendía. No pretendía crear en mis hijos ese sentimiento de temor. Yo quiero que me respeten que me vean como una figura de autoridad, que se le debe respetar y obedecer en todo. Debo admitir que soy muy estricto con ellos. No quiero que se me descarrilen y elijan un mal camino que lo pueda llevar a la perdición por alguna tontería que se les ocurra hacer. Por ese motivo soy muy exigente en muchos aspectos de sus vidas pero también normalmente soy una persona que por las buenas soy la mejor persona del mundo. Yo los trato bien, paso tiempo con ellos de padre a hijos, pasamos tiempo todos en familia, hago espacio en mi agenda para escuchar sus problemas, siempre he estado ahí para todos, siempre los he apoyado en todo y saben que tienen un padre que los respalda y que daría la vida por ellos.
Pero recordar la forma en que me miraba Connor me dio nauseas estaba temblando como un corderito no me lo esperaba, se que hace mucho tiempo cometí un error garrafal con el, pero después de eso yo ya lo había castigado con la correa y el no se había comportado de esa manera y tampoco lo había visto en ese estado, realmente se veía muy asustado, no imagine que pudiera haber quedado con algún especie de trauma, nunca lo había demostrado hasta ahora.
- ¡Papa! ¡Connor salio de la casa! –las palabras de mi hijo Liam me hicieron volver a la tierra, y me alarme mucho con lo que acababa de oír.
- ¿Qué dijiste? –pregunte espabilado.
- Que Connor salio de la casa. ¿Qué fue lo que paso? ¡Se veía muy mal papá! ¡Haz algo!
- ¿Como que salio de la casa? –pregunte sorprendido. Cuando vi a Connor salir de su cuarto imagine que iría a los brazos de su madre buscando consuelo incluso a los de Lucas, pero ni en un millón de años imagine que se iría a la calle, ¿Hacer que a estas horas de la noche y solo? Con los peligros que hay por ahí para un niño de 15 años, por dios. Salí en seguida de su habitación para ir por el,
- Voy a buscarlo contigo papá –me dijo Liam con tono que reflejaba preocupación en su voz.
- No –espete-. Tú te quedas aquí junto a Emily y Jeremy por si acaso regresa y puedan avisarme.
Me dirigí a mi habitación para comunicarle lo sucedido a mi esposa al cual encontré muy cómoda viendo televisión que ni idea tenia del percance que había tenido con nuestro hijo.
- Mi amor, Connor salio de la casa, voy a buscarlo, me voy a llevar a Lucas para que me acompañe –le dije preocupado mientras agarraba mi chaqueta y las llaves del carro-. Quédate aquí con Jeremy y Liam, si regresa o sabes algo de el por favor me llamas en seguida.
- ¿Que fue lo que paso? –pregunto exaltada levantándose de la cama.
- Después te cuento ¿si? –intente calmarla mientras le daba un beso en la frente.
- Ya me imagino lo que paso, te pasaste con el castigo y por eso huyo de ti ¿verdad? –me dijo molesta cruzándose de brazos. Dejando en evidencia su enfado hacia a mi.
- No mi amor no me pase, simplemente hubo un mal entendido entre nosotros. Después te cuento por favor. Ahorita lo único que quiero es buscar a mi hijo, es de noche, es peligroso, no se llevo ni un abrigo y para rematar salio descalzo y no quiero ni pensar que cosas le pueden pasar a un niño por ahí solo a estas horas.
- Esta bien, pero por favor cuídense y trae a nuestro hijo sano y salvo –se acerco a mi para abrasarme y darme un beso en la boca.
- Si mi amor tranquila.
Me dirigí a la habitación de Lucas lo más rápido que pude.
- Lucas levántate, tu hermano se fue del a casa, vamos a salir a buscarlo –le anuncie al momento que agarraba su suéter y se lo pasaba.
- ¿¡COMO QUE SE FUE DE LA CASA!? –exclamo pegando un grito entre sorprendido y preocupado.
- Hubo un mal entendido entre nosotros y salio huyendo de mí. Apúrate ponte los zapatos, acompáñame a buscarlo. La calle a esta hora esta completamente sola y es peligroso que un niño ande por ahí caminando de noche.
- ¿Lo lastimaste? –pregunto enojado pero haciéndome caso y poniéndose los zapatos a velocidad de un rayo, al principio pese que iba a retarme.
- No hijo ¿Como puedes decir eso? No lo lastime.
- ¿Ah no? -pregunto de forma irónica-. Entonces huyo de ti porque estaba súper feliz con la paliza que le habías dado.
- No hijo, vamos al coche –le dije intentando que no me siguiera recriminando por mis acciones e ignorando su sarcástico comentario,
- ¿Por que no lo detuviste en el momento? –me pregunto evitándome la mirada al momento que salíamos de la casa,
- Porque no me había dado cuenta de que se marcho. Liam fue el que me aviso.
« Lucas »
- Dios, que padre no se da cuenta cuando se escapa su hijo –refunfuñe molesto.
Sabía perfectamente que mi hermano había salido de la casa por su culpa, seguramente se paso con el castigo, o le diría algo que lo afecto demasiado, conocía a mi hermano y para que saliera de la casa a estas horas de la noche algo fuerte le tuvo que haber pasado. Aunque mi padre ya me había dicho que no lo había lastimado, no se lo creía del todo.
- Cuando el salio corriendo de su habitación, jamás pensé que se iba a salir, ni siquiera me tome la molestia de seguirlo, por que esa posibilidad jamás paso por mi cabeza. Pensé que se había ido a mi cuarto o al tuyo.
- Lo que tu digas –le respondí fastidiado. Mientras recorríamos las oscuras y solitarias calles en busca de Connor.
« Liam »
Mi papá me había dicho que me quedara en mi habitación mientras el iba en busca de Connor, pero si el hubiera visto su cara en el momento en que salio por la puerta de la casa, todavía no estaría aquí adentro, ya hubiese salido a buscarlo. El es mi hermano por ende me preocupo mucho por el y no me voy a quedar de brazos cruzados hasta que el decida por fin irse a buscarlo. Entre en mi habitación me puse mi abrigo y mis deportivos y salí de la casa a escondidas. Emily y mi papá estaban en su cuarto, al igual que Jeremy y Lucas.
Camine un montón y todavía no había rastro de Connor, no lo veía por ninguna parte, a veces pasaba uno que otro carro, pero en si la calle estaba muy sola y ya me estaba empezando a preocupar de veras. Hacia casi ya una hora que se había ido, y no había ninguna pista de el. Recuerdo que camine tres cuadras, pero me metía por cada calle que veía hasta recorrer completamente las manzanas por un momento de tanto caminar me pare en seco para recordar por donde había venido y ahí me di cuenta que me había perdido, en los últimos minutos me di cuenta que había estado dando vueltas en círculos y no sabia como regresar a la casa y yo de genio ni siquiera me había traído mi celular lo único que pude hacer es seguir caminando.
Estaba llegando a un parque cuando veo a alguien sentado en una de las bancas, de lejos no sabia quien era, pero a medida que me iba acercando pude reconocer la figura de mi hermano, era Connor el que se encontraba sentado en el aquel banco. Me acerque a el con cautela y me senté a su lado.
- ¿Estas bien? –le pregunte preocupado.
- S-si –me respondió con un susurro.
- ¿Que fue lo que paso? ¿Porque saliste así de la casa?
- No es nada.
- Dime, sabes que puedes hablar conmigo.
- ¡Déjame solo! –exclamo alzando su voz casi gritándome.
- ¿Estas loco? Salí a buscarte y papá también te esta buscando –le dije molesto, por su actitud-. Vámonos a casa mas bien ¿sabes que hora es?
- No me jodas Liam. No eres mi padre. No voy a regresar a la casa.
- ¿Ah si? –pregunte con ironía. Y se puede saber porque.
- No lo entenderías –me contesto mas calmado. Sin ganas de seguir discutiendo.
- Papa te lastimo… te pego muy fuerte ¿verdad? –le pregunte con timidez temiendo por su respuesta. No quería que mi cabeza se planteara esa posibilidad de que mi padre era un hombre violento.
- No, hoy no en realidad. Pero si lo hizo hace tres años.
- ¿Qué? –exclame sorprendido por aquello-. ¿Qué paso? –le pregunte con curiosidad a la vez que alzaba mis dos cejas, asombrado por su declaración.
- Mira el Joseph que tú conoces ahorita es nuevo. El no toda la vida ha sido así como se esta comportando ahora. El hasta que yo tuve 12 años era una persona que tomaba bastante, no todos los días, una dos o tres veces por semana llegaba borracho a la casa. Nunca nos agredía cuando llegaba en ese estado nunca le puso una mano encima a mi mama, a mi o a mis hermanos, pero eso no quitaba el hecho que daba un poco de miedo verlo de esa manera- me confeso con cabeza cacha casi sin mirarme a los ojos, imagine que le daba un poco de vergüenza lo que me estaba contando que no me podía mirarme a la cara. En cambio yo muy sorprendido por sus palabras no le quitaba mis ojos de encima muy pendiente de cómo reaccionaba, detallando muy bien lo que me decía, su tono de voz, o algún movimiento que hacia para comprender mejor lo que les estaba sucediendo.
- ¿Y que paso?... ya Joseph no es así-afirme con mi semblante serio-. ¿Que fue lo que lo hizo cambiar? –Inquirí.
- Para haya voy. Es un cuento largo, así que prepárate. Cuando tenía 12 años casi recién cumplidos. Me metí a su despacho porque quería usar la computadora, para ese momento yo no tenia una laptop propia, y la de la casa la estaba usando Lucas. Y me puse a jugar en la de mi papá aprovechando que ninguno de mis dos padres estaba. Pero le descargue un juego que quería jugar desde hace muchísimo tiempo y mi papá me tenia prohibido descargarlo, tenia pensado eliminarlo después que terminara de jugar, pero por mi mala suerte ese juego venia con un virus que al apenas descargarlo la computadora se puso como loca, después de un rato se apago y no quiso prender mas. Mi padre ese día llego a la casa temprano pero igual borracho era como las 6 de la tarde recuerdo, y me encontró en su despacho intentando reparar su laptop, me pidió que le explicara que había pasado y yo le conté todo, la arrechara que agarro fue monumental. El por un momento pudo prender la maquina y cuando la reviso había perdido toda absolutamente toda la información, allí tenia cosas muy importantes de la empresa además de sus documentos personales y ahí si vi el diablo en persona mi papá se enojo tanto conmigo, no me dijo absolutamente nada, simplemente se saco el cinturón y me empezó a pegar descargando todo su enojo en mi, ni si quiera se percato de agarrar la hebilla para no lastimarme, simplemente me pegaba y muchos de esos correazos la hebilla llego a mi piel sacándome sangre, mi hermano Lucas que era el único que se encontraba en la casa en ese momento entro al despacho alarmado por mis gritos he intento quitarle la correa y gritándole que ya no me pegara mas, pero no pudo, mi padre lo saco a empujones del despacho y le dijo que no se metiera, que eso era un asunto que debía resolver solo conmigo, pasándole seguro a la puerta para que no volviera a entrar y allí siguió dándome hasta que se canso. Recuerdo que estuve a punto de desmayarme me lastimo demasiado ese día, mis piernas sangraban me había cortado por varias parte con esa maldita hebilla. Me dejo ahí tirado y luego se fue, a los pocos minutos recuerdo que llego mi hermano Lucas llorando muy preocupado por mi, me llevo a mi cuarto, me curo las heridas y me puso compresas frías en mis piernas y mi trasero para que me aliviara el dolor. Al día siguiente literalmente no me podía sentar tenia las piernas, los muslos llenos de franjas que me había dejado la correa el día anterior que empezaban a tomar un color morado –mi hermano hizo una pausa tomando una bocanada de aire para seguir contándome-. Lucas le contó a mi mamá lo sucedido. Ella se puso como una fiera discutió con mi papá muy fuerte incluso estuvieron a punto de separarse nuevamente, por así decirlo mi padre recapacito y se dio cuenta del error que había cometido me pedio perdón como un millón de veces. Desde ese momento el prometió que no iba a volver a tomar por lo menos al punto de emborracharse ya que lo que había hecho conmigo estando sobrio jamás lo habría hecho. Estuvo yendo a una clínica de rehabilitación para que lo ayudaran con su pequeño problema con el alcohol. Estuvo 3 meses sin castigarnos ni a mí ni a mis hermanos, bueno y como papá se sentía muy culpable por lo que me había hecho. Mis hermanos aprovechaban eso para hacer de las suyas y salir librados. En esos tres meses solo nos quitaba cosas me imagino que le daba miedo pegarnos y que pudiera lastimarnos. Pero ya casi cuatro meses después de lo sucedido y después de varias cita que papá tubo con el psicólogo retomo los castigos físicos solo nalgadas, y casi 6 meses después es que nos volvió a pegar a alguno de nosotros con la correa, pero eso si con cuidado, moderando su fuerza, y asegurándose que no estaba enfadado para así no lastimarnos y sujetando con su mano la hebilla. Al ver a mi padre sacarse el cinto hace rato recordé ese día y me invadió el pánico sentí mucho miedo, y realmente no se porque, después de ese día papá me había castigado cantidad de veces con el cinto y no había sentido ese miedo hasta ahora… Por eso salí corriendo así de la casa.
Al escuchar lo que me había dicho mi hermano de papá lo que le había hecho quede estupefacto, estaba casi petrificado no me podía mover estaba mas que sorprendido.
- ¿Desde ese momento no te ha lastimado más?
- No por supuesto que no. El con ese hecho escarmentó, realmente cambio, es otra persona. No te preocupes, te lo conté porque necesitaba desahogarme con alguien sacar todo lo que tengo dentro. Yo no le tengo miedo a mi papá lo respeto pero no le tengo miedo, pero de verdad no pensé que esa dura experiencia que tuve pudiera dejarme marcado con algún tipo de trauma, no se había manifestado hasta ahora, simplemente al verlo sacarse el cinturón lentamente como ese día, recordé todo incluso experimente las mismas sensaciones el mismo sentimiento de ese día… pánico total.
Me costaba creer lo que me estaba diciendo, me dio mucho pena por el. Yo simplemente lo abrace con todas mis fuerzas.
- Tranquilo sabes que papá no te va volver a lastimar –le dije en susurro en su oído. Mostrándole mí apoyo incondicional.
- Si lo se –me respondió mucho mas calmado a como lo encontré en un principio, me imagino que hablar conmigo sentirse apoyado por alguien hizo que se reconfortara, se le veía mejor.
Lo estuve abrazando muy fuerte hasta que oigo que un carro se para al lado de nosotros cuando volteo veo que es el carro de Joseph. Mi papá se bajo del carro enseguida nos vio y Lucas se bajo detrás de el, se acerco rápidamente a nosotros, dándole un gran abrazo a Connor y besándole cariñosamente su cabeza, después me jalo a mi por el brazo y me atrajo hacia el para abrazarme también.
- Como se les ocurre salirse así de la casa, a estas horas, me preocupe muchísimo, y Liam pensé que te había dicho que te quedaras en casa –dijo sumamente preocupado mientras nos separaba de el para mirarnos a la cara.
Lucas aprovecho también para darle un pequeño abrazo a Connor.
- No vuelvas hacernos esto, me preocupe mucho canijo –le dijo mientras le revolvía el cabello.
- Lo siento papá, pero si hubieras visto la cara que tenia Connor cuando salio de la casa hubieras salido corriendo detrás de el, tenia mucho miedo.
- Eso lo se hijo. Connor tu sabes que nunca te lastimaría ¿verdad?
No de nuevo hijo.
- Si papá eso yo lo se. Pero recordé ese día y me entro el pánico y salí corriendo no se porque lo hice si yo no te tengo miedo, no te preocupes.
- Tranquilo mi vida yo se que no me tienes miedo, pero en tu subconsciente tienes un pequeño trauma que juntos vamos a superar –le respondió papá a Connor pasando su brazo por sus hombros-. Vámonos que es muy tarde ya, en la casa ustedes dos y yo vamos a tener una conversación sobre estarse escapando de la casa a estas horas, con los peligros que hay en la calle para dos niños indefensos y solos-dictamino con un tono que reflejaba molestia y preocupación en su voz.
Mi hermano y yo tragamos saliva casi al mismo tiempo.
El viaje de regreso a casa fue rápido y silencioso.
Al llegar a la casa Lucas se fue a dormir y Connor y yo nos quedamos en la sala para hablar con papá en eso Emily baja por las escaleras. Apenas vio a Connor le apretujo en un gran abrazo.
- Mi amor por favor déjame solo con ellos que tengo que hablar seriamente eso de estar saliendo a la calle a estas horas y poner su vida en peligro.
Pensé que Emily nos iba a defender, decirle a papá que no nos castigara o que lo dejara para el día de mañana pero no, para mi sorpresa solo asintió y subió las escaleras nuevamente dejándonos solos, me imagino que entendió lo grave de lo que habíamos hecho.
- Es tarde ya, así que no vamos a tardar mucho, ya saben por que los voy a castigar ¿verdad?
- Si por salir de casa a estas horas y poner nuestras vidas en peligro –le respondí cabizbajo.
- ¿Connor?
- Lo que dijo Liam papá.
- Bien, Liam ponte en la esquina mirando hacia la pared.
- No papá, por favor… no lo volveré hacer –replique.
- Liam yo se que no lo vas a volver hacer pero debo asegurarme primero de eso.
Le hice caso, por que primero era en vano estar discutiendo con el si tenia todas las de perder, además de que quería salir rápido de esto para irme a dormir.
- ¡Connor ven! – escuche que llamaba a mi hermano. Segundos después
empecé a escuchar la mano de mi padre pegar a la piel desnuda del trasero de mi hermano.
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Mi hermano ya lloraba a mares me imagino porque ya lo habia castigado anteriormente y esas nalgadas habia revivido el dolor.
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- Jamás vuelvas a salir así de la casa Connor, te pudo haber pasado algo muy grave.
- Aaauuu No..snif… lo volvere…h-hacer… lo lo sient…snif..to.
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- Primera y última Connor.
- S-si papá...snif…
- Vamos levanta, ahora intercambia posición con tu hermano- escuche decir a mi padre. Al final de todo no había sido tan duro como lo pensé en un principio. Me acerque hacia mi papá y me puse en la misma posición que se encontraba mi hermano segundos antes, sobre sus rodillas. Bajándome el pantalón de la piyama y el boxer.
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PLAS PLAS PLA PLAS PLAS PLAS
PLAS PLAS PLA PLAS PLAS PLAS
- No quiero que vuelvas a salir de esa manera de la casa Liam, además de poner tu vida en peligro, desobedeciste una orden directa mía, si yo te digo que te vallas a tu a tu cuarto te vas y me dejas a mi buscar a tu hermano, no tenias porque salir tu, voy a ser mas severo contigo y van hacer mas nalgadas a las que le di a tu hermano –sentencio. Y ahí supe que esa era mi final, me había ganado una buena.
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PLAS PLAS PLA PLAS PLAS PLAS
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
- Mmmggg au au duele mmgg –exclame mi papá había subido de intensidad, me estaba pegando mas fuerte.
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PLAS PLAS PLA PLAS PLAS PLAS
PLAS PLAS PLA PLAS PLAS PLAS
- Buuaaa yaaa…snif…papá me tas dando muy d-duro aaauuuu
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
PLAS PLAS PLA PLAS PLAS PLAS
PLAS PLAS PLA PLAS PLAS PLAS
- Auu yaaa papa buuuuaaaa para por…snif…por favor…snif…
ZAS ZAS ZAS
- AAAAUUUUU NOOOO PAPÁ PARAAAAA…SNIF…BUUUUUAAAA
No se en que momento papá se había sacado el cinturón, solo se que me dolieron demasiado esos correazos además que me tomaron por sorpresa.
- Yaaa pa-pá no lo volveré a hacer…snif… lo siento.
- Levanta hijo, ya se termino el castigo. Espero que no lo vuelvas a hacer.
- No lo hare -le respondí en un sollozo. Mientra el me subía con cuidado la piyama y me daba un abrazo.
- Suban a dormir ya es tarde. Que descansen hijos.
- Igual papá –respondí.
- Hata mañana –le contesto mi hermano.
Connor y yo subimos rápidamente a nuestras habitaciones en total silencio, solo se escuchaban nuestros sollozos.
Al entrar en mi cuarto me acosté boca a bajo listo para dormirme estaba cansado y con el castigo que papá me había dado concilie el sueño rápidamente estaba pasando a un estado entre dormido y despierto sentía que poco a poco iba entrando en un sueño cuando derepente escucho mi celular sonar, me levanto sobresaltado y lo agarro cuando veo el numero que me esta llamando veo que es el de la señora que esta cuidando a Mauricio, contesto rápidamente temiendo lo peor eran casi las doce de la noche, y a esta hora solo te podían llamar para darte malas noticias.
- ¿A-alo? –contesto tímidamente.
- ¿Liam? –escucho una voz femenina al otro lado de la línea.
- Si, soy yo.
- Liam necesito que vengas rápido a la clínica, Mauricio tuvo una recaída esta muy grave y no sabemos si sobreviva a esta noche.
N/A Hola a todos los que me leen, disculpen por la demora, espero que les guste este nuevo capitulo, me costo bastante terminarlo pase muchos días haciéndolo, pero por fin hoy pude concluirlo. Déjenme saber en sus comentarios si les gusto, si les gusta la historia etc. Saludos y un abrazo para todos :D


3 comentarios:

  1. Extrañaba esta historia! Que bueno que actualizaste!
    Y uhh pobresito Connor! Seguro moria de miedo el pobre y encima joseph le pega más en casa! Pobresito! Pero me encanto :D
    Actualiza pronto que el proximo capitulo se ve prometedor!

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  2. Gracias me alegro que te haya gustado. Si intentare actualizar un poquito mas seguido.
    Saludos!!

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  3. Auch pobre Conor le tocó doble castigo!!..
    Liam me encanta!! Es un muy buen hermano!! Aunque eso le costó tres cinturonazos!!...
    Ojalá sigas actualizando!!
    Que ya quiero saber que sigue!!

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