Páginas Amigas

lunes, 8 de agosto de 2016

La herencia de los Robertson-Cap 11.



─────Ana─────
Estaba consciente de que solo era un mal sueño. Una pesadilla, un poco distorsionada de mis malos recuerdos, que eran muchos. Y aunque estaba consciente de que era una pesadilla, se sintió tan real que desperté temblando.
“Anda, fúmala, no pasa nada. Te pondrás menos nerviosa si lo haces y estarás más relajada cuando salgas a vender. Hazlo, hazlo o me voy a enfadar mucho y no quieres que te golpee ¿verdad? Te ordeno que la fumes si no quieres eso y que de paso golpee a Edward”
Eso me decía aquel hombre de ojos azules, que me miraba atento estirando su mano con un hiter de madera, que adentro contenía marihuana. La fume más por miedo a que me pegara que por cualquier otra cosa. Era inexperta, jamás había fumado nada a los 13, así que todo se me fue por la nariz y comencé a toser, porque además esa cosa picaba mucho. Finalmente volví a fumar y ahí se desvanecieron mis recuerdos para ahora llevarme a algo que era puro producto de mi imaginación. Esto no eran recuerdos, sino a lo que yo le tenía miedo.
Estaba él en mi casa, la casa que compartía con Edward. Entraba y tiraba todo, mis muebles, rompía mis cosas y mis fotos, mis escasos recuerdos bonitos… Y para terminar de arruinar todo lo bueno en mi vida, comenzaba a llevarse a Edward, que se revolvía y luchaba por resistirse, pero Donovan lo golpeaba con brusquedad. De nuevo pase de esa escena que era puro producto de mi imaginación, a pasar ahora a mis verdaderos recuerdos. Esos recuerdos en los que yo me escondía en una esquina atrás de un mueble, asustada, mirando y oyendo como Donovan golpeaba y le hacía daño a Edward. Esas noches que me hacían tenerle verdadero miedo a Donovan, al ver como lastimaba a mi mejor amigo, como lo maltrataba y lo dejaba realmente herido y yo solo podía esconderme atrás de un mueble, sin poder defenderlo o ayudarlo. Pero en mi pesadilla no me lo ponían fácil… porque otra vez con esos cambios anormales de realidad, regresaba una vez más a esas escenas producto de mi imaginación, en las que Donovan se comenzaba a llevar a Edward y ahora intentaba llevarme a mí de nuevo, a ese infierno que era la casa hogar. Eche a correr cuanto podía, corría y corría hacia la puerta desesperada, pero entre más corría más me alejaba de la puerta y a medida que lo hacía, todo iba desvaneciéndose, hasta que todo se transformó y me encontré de pronto en la calle.
Reconocí enseguida ese lugar. Era la calle en la que Edward y yo vendíamos. A mí me tocaba en la secundaria y el vendía en la preparatoria que estaba unas cuantas cuadras más adelante.
En mi sueño me senté en la acera, con los codos apoyados en las rodillas y las manos en mi cabeza. Me quede mirando un charco que estaba justo debajo de mis pies y me mire en el reflejo. Mis ojos estaban rojos, la pupila dilatada y se me notaban las ojeras: estaba drogada. El charco de pronto cambio mi reflejo y me mostro una cama de hospital que reconocí, era la cama de mi madre, que se encontraba en coma cuando yo tenía 12 años. La imagen duro segundos y después sentí que me hundía y comenzaba a caer en un hoyo muy profundo, hasta quedarme atrapada. Mire hacia arriba y vi como Donovan se asomaba y tapaba aquel hoyo dejándome en la oscuridad. Empecé a gritar pidiendo ayuda, gritándole a Edward, pero estaba sola. Justo me iba a dar un ataque cuando desperté sudando y agitada del corazón, temblando toda yo.
Agradecí que fuera Lunes y Abigail no estuviera en el cuarto, porque casi me pongo a llorar de puro miedo, estaba pálida y tiritando. Justo en esos momentos quería que Edward estuviera ahí y me abrazara como cuando tenía esos malos recuerdos. Pero Edward ya no estaba… se había ido…o se lo habían llevado.
Supe que había soñado con eso porque el domingo en vez de ir a “Divertirme por mi cuenta” me fui a la casa a ver si por pura casualidad ahí estaba Edward. Pero cuando entre todo seguía igual, sin nadie. Entre a mi habitación y no había nada, más que muebles vacíos, me había llevado todo, excepto un cilindro tirado debajo de mi cama, que contenía unos cuarzos que yo había guardado. Lo puse en mi bolsa y me fui con una sensación horrible.
Ya no seguí pensando en eso al llegar al parque en el que me reuniría con los chicos. Estaba solamente Ethan porque  Kevin no había llegado. Luego paso todo el alboroto de esa noche en domingo, que termino por distraerme de mis malos recuerdos. Lamentablemente al dormir no me fue tan bien, porque tuve esa horrible pesadilla, por haber regresado a esa casa.
Salí de la habitación ya más calmada y baje por un vaso de agua. Ahí estaba Andres y Chris. Agradecí como nunca estar ahí y no estar sola en esa casa sin Edward.
La verdad es muy fácil criticar a los drogadictos, juzgarlos por joder de esa forma su cuerpo y por buscar esas salidas que en realidad no llevan a ninguna parte, más que a las adicciones y a la muerte. Pero por otra parte, nadie sabe realmente lo que esa persona tuvo que pasar como para querer drogarse. En mi caso, me obligo Donovan y más tarde, cuando ya me había hecho adicta, comprendí porque lo hizo: era más fácil vender droga estando precisamente drogada. Eso a él le convenía muchísimo. Me ponía menos nerviosa a la hora de vender, me relajaba, me sentía más ligera, simplemente todo se hacía más fácil, hasta ese hormigueo en el cuerpo me gustaba, esa clase de calambres… esa sensación… simplemente me hice adicta.
Jamás contaría eso a ninguno de ellos, porque en realidad podían pasar dos cosas: criticarme y llevarme a una rehabilitación que definitivamente no estaba dispuesta a tomar, o bien, podían intentar apoyarme y denunciar a Donovan. Pero yo no tenía pruebas para denunciarlo, podía dar mi testimonio, pero él podía negarlo. La realidad es que yo no tenía como comprobar lo que él nos hacía, sin el embargo, el SI podía comprobar que yo vendía drogas ¿lo ven? Estaba jodida y por eso mejor escapar de él que intentar enfrentarlo.
En fin, Donovan tenía muchos secretos, estaba segura de eso pero no sabía cuáles. La prueba era que a los únicos de la casa hogar a los que explotaba, era solo a mí y a Edward ¿Por qué? No tengo ni la más mínima idea…
…pero bueno… tampoco pude seguir pensando en mis malos recuerdos porque Andres se rompió una pierna y mientras tanto Kevin volvió a armarla. Como creo que es su costumbre.
Estaba impresionada ¿De verdad? Kevin era un experto en armar desmadres.  Yo igual me moleste con el cuándo se puso gallito y sé que pude reaccionar mejor cuando me aventó la sopa, pero después de haber tenido tantas emociones fuertes no me controle y comencé a pegarle, sé que en realidad me estaba desquitando por mis malos recuerdos y luego me sentí culpable por eso.
Finalmente después de todo me subí a mi habitación. Abigail estaba ahí y estaba platicándome algunas cosas con esas expresiones tan tiernas y femeninas, me hizo sentir bien, es decir, esa niña tenía 13 años y era muy inocente, tímida, casi infantil… Yo a su edad lamentablemente ya estaba corrompida.
Pero de pronto nos interrumpieron de nuestra plática. Christopher entro al cuarto.
─ Hola nenas ¿Qué están haciendo? ─
─ Le estaba contando a Ani algunas cosas ─ le dijo sonriendo
─ ¿Así? ¿Qué cosas? ─
─ Son cosas de mujeres ─ protesto ─ No te lo puedo decir ─
─ ¡Jo! ¡Quiero saberlo! ─
─ No─ respondí yo ─ Es un secreto de hermanas ─ mire a Abigail con complicidad y me sonrío mucho, con ese brillo especial en sus ojos.
Abie me miraba como si yo fuera algo genial, creo que esa niña me tenía admiración o no sé yo que era. Comprendí que era su única hermana mujer y además era mayor que ella, probablemente empezaría a querer hacer todo lo que yo hacía, pedirme consejos y esas cosas de las que yo no sabía nada, nunca había tenido hermanas. Sabiendo eso, era inevitable que yo nunca quisiera contarles nada a ellos sobre mi vida, no quería decepcionar a esa niña tan dulce.
─ Pequeñas malvadas ─ protesto Christopher ─ Pues dejen de secretar que ya es hora de comer. Adelántate Abie,  ve abajo con los demás y vayan comiendo. Quiero hablar a solas con Ana de algo ¿de acuerdo? Ahora vamos ─
Ese “quiero hablar a solas con Ana” me dio mala espina y cuando nos quedamos solos, lo comprendí.
─ ¿Qué quieres? ─ pregunte con desconfianza.
─ Quiero hablar contigo de lo que paso ayer y lo que ha pasado hoy allá abajo ─
─ Pero si ya te explique… ─
─ Si, pero quiero hablar de lo que han hecho estos dos últimos días Ana y lo cierto es que no puedo dejar que hagan su santa voluntad ─
Ho mierda… mierda ¿Me iba a castigar? Joder… ya había llegado el momento, el puto momento en el que me intentarían castigar este par de descerebrados, si quería pegarme, podía irse derechito a la mismísima mierda, porque no lo iba a dejar, sin discusión alguna.
─────Christopher─────
Intentaba actuar normal y con seguridad, pero la realidad es que me estaba cagando encima. Y no vayan a decirle a nadie que yo acabo de expresarme así, pero tal cual, con Andres en el hospital y su pierna fracturada estaba solo, completamente solo con 5 adolescentes ¡Cinco! ¿Cómo rayos iba a sobrevivir? Me daba pánico.
Lo cierto es que yo durante diez años había cuidado a mi bichejo, pero una cosa es cuidar a un adolescente y otra cosa es cuidar a cinco y más tomando en cuenta que Ethan era un santo que jamás da problemas. No estaba acostumbrado a esos problemas ¿Cómo le iba hacer? ¿Cómo lidiar con los demás que en dos días ya habían hecho de todo? Quizás me comían vivo.
En esos momentos me di cuenta de lo mucho que Andres y yo nos apoyábamos y que probablemente si no nos tuviéramos el uno al otro, no podríamos solos con cinco adolescentes, era demasiado para un joven de 26 años, o en mi caso, 28 años.
Y lo peor aún no llegaba, estaba por enfrentarme a Ana, que en solo días nos había dejado claro que no estaba dispuesta a ser castigada, si apenas la regañábamos y ya nos sacaba uñas y dientes.
Antes de tocar a su habitación y entrar, me tome unos segundos a respirar y meditar como tratarla. Tratarla con delicadeza era obvio, ser cauteloso también, pero debía buscar una forma de regañarla y reprenderla sin que ella sintiera que es un regaño, pero ¿Cómo demonios consigues eso? No lo sabía y lo cierto es que sentí que no tenía muchas cartas para jugar, así que casi persignándome entre a su habitación.
─ Ya lo sé, pero ya paso ¿no? ─ me contesto Ana ─ Ayer llegamos bien y no pasó nada, hoy nos peleamos pero ya no volverá a pasar ¿Cuál es el problema entonces? Esta charla “a solas” está de sobra. Vete, shu ─
─ Ayer  no pasó nada, pero pudo pasar algo muy malo─ explique─ Mas estando los tres solos en la noche y con Kevin borracho. Fue imprudente y peligroso que se separan desde un principio ¿Entiendes? Alguien pudo haber abusado que tu ibas sola, entre muchos otros accidentes que pudieron suceder─ le dije mirándola fijo para estar al tanto de sus reacciones ─ Hoy si no llego quien sabe que habría sucedido, tuvimos suerte de que solo se rompieron algunas cosas, pero quizás y pudo haber pesado algo peor ─
─ No pasó nada de lo que estás diciendo y hoy de cualquier modo ha sido solo una pelea ─ resoplo con burla ─… ni que se fueran a matar… ─
─ Pudo pasar ─
Volvió a rodar los ojos y me miro con verdadero fastidio.
─ Da igual, no pasó ¿De acuerdo? Vete, no quiero escucharte, lalalala ─
Suspire… tenía que proseguir y dar en el clavo. Había que meditar el comportamiento de Ana y con esas expresiones y respuestas, solo me dejaba claro que iba a evitar a toda costa que la castigara.
─ Ana, tienes que entender una cosa ¿Si nena? Vives con nosotros y somos tu familia, aunque quieras negarlo. Naturalmente nos preocupamos por ti como cualquier persona se preocupa por sus seres queridos ¿De acuerdo? Y como en toda familia, hay reglas. Hay reglas que deben obedecerse y eso mismo te lo dijimos cuando llegaste. No te vamos a pedir nada, más que nos obedezcas y no descuides tu salud o te pongas en peligro, solo eso. Todo lo que te pidamos no será un mal para ti, será por tu bien, porque eso es normal en cualquier hogar y porque te queremos─
─ Puaj... Aja ¿Y? ¿A qué viene todo esto? ─ interrumpió ─ Si vas a darme un discursito sobre la familia mejor escríbelo y ya luego lo leo a solas ─
Me dije a mi mismo que tenía que ser paciente y que cuando decidí castigarla estaba consciente de que se pondría así.
─ No, Ana, estas cosas NO son de las que simplemente se puedan leer ─ la zanje ─ Eres parte de esta familia ¿lo sabes no? Eres aún una niña y no puedo dejar que hagas lo que quieras sin tener consecuencias. Bien puedes decirme que no lo repetirás, pero si uno hace algo y no tiene consecuencias es fácil volverlo hacer, y la verdad Ana, no voy a dejar que vuelvan hacer lo de ayer, fue peligroso y quiero que lo entiendas. Lo de hoy también lo fue y además no puedo permitir que se peleen a golpes, menos tu nena, que eres mujer. Son hermanos y si van a comenzar a liarse a golpes, entonces esto no va a funcionar y se nos va a salir de las manos ─
Ana me miro unos segundos, de una forma un poco calculadora, casi examinándome. Ella ya lo sospechaba.
─ ¿A qué quieres llegar? ─
Bueno… si Ana prefería ser directa entonces también yo lo sería.
─ Te voy a castigar mi amor, para que no vuelvas a repetirlo y para que entiendas de una vez por todas que aunque no estés acostumbrada, hay reglas y cosas que no puedes hacer. Ya eres parte de esta familia y vamos a cuidar de ti, aunque eso implique tener que castigarte de vez en cuando─
Primero me dedico una mirada iracunda, luego la fue relajando y se tranquilizó. Se cruzó de brazos y puso esos ojos neutros, inexplicables, casi como los que puso cuando le fuimos a contar de la herencia. Al principio no sabíamos que rayos estaba pensando… y justo así me sentía ahora.
─ Vete a la mierda ─ dijo solamente, con tranquilidad, casi casual ─ No me vas a castigar─
Respire profundo, muy profundo.                                              
─ No me hables así señorita ─ le dije sin demostrar mi enfado, pero si severo ─ Te estoy tratando con respeto, así que haz lo mismo ─
─ Estas bien imbécil si crees que te voy a dejar. Jodete ─
Cuenta hasta diez… si hace falta hasta mil.
─ Ana ¿Qué acabo de decirte? ─ masculle, esperando que me entendiera.
─ Es que no lo vas hacer ─
─ Es que no te estoy pidiendo permiso ─ conteste en el mismo tono ─ No te pongas a discutir nena. Esto funciona así, haces algo bueno, se te felicita y si haces algo que no estuvo bien, se te sanciona. No es un sistema complicado ¿no? ─
─ ¡Joder que no! ¿Qué parte de “NO” no entiendes?  No vas a castigarme Christopher y si crees que puedes pegarme como a tus hermanos es porque debes tener mierda en el cerebro  ¿Lo oyes? ¡Largo de aquí! ¡Fuera! ─
Volví a orar por paciencia. Con Ana no podía ponerme histérico como Andres, ese no era el mejor camino con ella, tenía que controlar mis palabras, sino, Ana se pondría peor y luego yo terminaría enojándome y nadie quería eso.
─ Ana, no colmes mi paciencia ¿de acuerdo? No va a pasar nada que sea anormal ¿lo entiendes cariño? Un castigo es una consecuencia de tus malas decisiones y también un incentivo a que no lo repitas. Siempre que se castiga se hace con la intención de reflexionar el porqué de ese castigo y que te lleve a darte cuenta de tus malas acciones ─
─ Conmigo no funciona así ─
─ Eso aún no lo sabes ─
─ ¡Joder que no Christopher! ¡NO! ¿Me escuchaste? No vas a castigarme ni me vas a pegar ¡No te voy a dejar carajo! ¡Jodete! ─
De acuerdo, Ana se estaba poniendo histérica, creo que presentía que yo estaba más que decidido a hacer lo que iba hacer y ella estaba más que decidida a impedirlo. Pero yo era más obstinado que ella.
─ ¿Sabes que Ana? Lo estas consiguiendo jovencita. He venido a hablar contigo, pero si quieres que pase de hablar a castigarte, entonces lo voy hacer ─
─ ¡No me amenaces Christopher! ¡No tienes derecho!─
─ Te estoy advirtiendo, para que vayas controlando esa boca, si no quieres que lo haga yo contigo en mis rodillas ─
─ ¡CONTROLAME ESTA!─ me dijo iracunda y saco su dedo de en medio ─ ¡Púdrete! ¡No tienes derecho a castigarme! ─
¿Enserio? ¿Esa chica me estaba haciendo pito? Lo peor de todo es que no me extraño y supe que si no comenzaba a hacerme respetar desde el inicio, entonces ya después sería tarde. Ya le había permitido demasiadas faltas de respeto, cosa que normalmente yo no permitía.
Ana estaba sentada en la cama y yo estaba delante de ella. Me acerque y me senté en su cama e intente tirar de ella para tumbarla. Al principio parecía realmente confundida con lo que pretendía hacer, note que nunca le habían pegado así y cuando ella se imaginó lo que pretendía se indignó demasiado y me pego con fuerza para que la soltara. No me hizo mucho daño, pero me molesto un poco que lo hiciera.
─ ¡VETE A LA MIERDA! ─
─ ¡Ana! ─ regañe
─ ¿¡Que crees que estás haciendo idiota!? ─ pregunto furiosa ─ ¡Estúpido! ¡Imbécil! ─
─ Voy hacer algo que te hace falta Ana ─ conteste ─ No puedes hacer lo que se te venga en gana jovencita y tampoco hablarme así. Ni a mí ni a nadie ─
No planeaba hacer esto así, pero Ana no dejaba de insultarme y la verdad dudaba que en algún momento dejara de hacerlo, solo castigándola le iba a entrar en la cabeza todo lo que intentaba explicarle.
Volví a tirar de ella y forcejeo conmigo, pero lógicamente yo era mucho más fuerte que ella y sin mucha dificultad la medio puse sobre mis piernas, pero ella pataleaba como una loca, se revolvía y se escurría para escapar, pero aún así yo seguía forcejeando con ella intentando no lastimarla.
─ ¡SUELTAME! ¡SUELTAME ESTÚPIDO! ─
Cuando logre tumbarla encima y la agarre con fuerza se quedó quieta como una estatua unos segundos, como que asustada. Vista así Ana parecía realmente pequeña, sus pies y manos ni si quiera daban al piso, costaba creer que esa niña era tan agresiva y palabrotera, pero no costo tanto imaginarla como una fiera, regreso a la carga con unas increíbles energías renovadas. Intento a toda costa levantarse, moviéndose como una lagartija, incluso haciéndome daño a mi mientras se revolvía. Si viera desde fuera quizás sería gracioso, porque sus pies literalmente volaban mientras pataleaba, tan petisa era que lanzaba patadas al aire. Imagine que realmente se sentía desesperada al ni si quiera poder tocar el piso.
PLAS
─ ¡Ah! ─ protesto y volvió a quedarse quieta
─ ¿Te calmas ya? ¿Me vas a escuchar? ─ dije y aproveche para volver a acomodarla bien sobre mis rodillas y sujetarla con fuerza y con cuidado.
─ ¡Suéltame! ¡No quiero! ─ protesto y esta vez no pataleo. Simplemente dio una clase de pisotón al aire en forma de protesta.
─ Yo tampoco Ana, pero eres parte de esta familia y si a tus hermanos les castigo, contigo también lo voy hacer. Tómalo con una forma de demostrar que eres parte de nosotros y que este es tu hogar ─ le dije ─probablemente no te guste ni estés contenta con esta forma de demostrártelo y más adelante puedo demostrártelo de muchas maneras menos desagradables, pero en esta ocasión así toca, cariño ─
─ ¡Maldita sea no quiero! ─ volvió a repetir ─ ¡Si así me van a castigar entonces no quiero ser de esta familia! ─ pidió y yo sonreí un poquito.
─ Lo siento mucho nena, pero aunque no quieras, YA ERES PARTE de esta familia y ya todos te queremos en esta casa, aunque el quererte tanto signifique tener que castigarte ─
Volví a alzar la mano y  la deje caer una vez más, pero cuando lo hice, Ana dio un brinco que me pareció exagerado.
─ ¡Christopher no! ─ pidió y esta vez me sonó casi desesperada, realmente se escuchaba muy asustada ─ ¡No me golpees Chris! ¡Por favor no me golpees! ─
Comenzó a llorar y aquello me dejo completamente descolocado ¿Ana estaba llorando? Fue una reacción tan antinatural que pasara de mostrarse iracunda y luego se mostrara así, llorando.
─ Ana tranquila ¿Qué pasa? ─
Caray… ¿En verdad tanto miedo daba? Ethan a veces actuaba como si yo fuera de lo peorcito y ahora yo tenía a una niña de 15 años llorando asustada encima de mi ¿Qué rayos tenía yo para provocar tanto miedo?
─ ¡No me golpees! ¡Por favor Chris no lo hagas!─
Ese “golpees” me sonaba muy mal… es decir, yo no intentaba maltratarla. Si intentaba pegarle pero no iba a ser excesivo ni un dolor que no pudiese soportar, sino algo que la alentara a no repetir sus malas acciones. Un castigo era lo que yo pretendía, no un acto de violencia.
─ Ani, te voy a castigar, no te voy a golpear ─
─ ¡Lo quieres hacer! ─ dijo llorando ─ ¡Ya tuve suficiente con la casa hogar como para que también aquí me estén golpeando! ¡Ya me harte de que todo el mundo quiera lastimarme! ─
Aunque lo dijo rabiosa, aquello me sonó realmente triste. Supe que Ana sufrió mucho por algo y no sabía exactamente de qué. Nos había dicho que le pegaban ¿En verdad tan traumada la habían dejado? ¿Qué tanto se guardaba Ana? Esa niña estaba muy herida emocionalmente y no quería contarnos nada. Andres y yo habíamos platicado acerca de eso y habíamos decidido dejar que cuando ella nos tuviera confianza nos contaría… pero en esos momentos me preocupe, me preocupe mucho.
─ Cuéntame ─ le dije hablándole con ternura, alzándola y sentándola encima de mí, justo como había hecho con Kevin ─ Cuéntame quien te ha lastimado ─
Ana no me dijo nada, ni si quiera me miro, solo escondió su cabeza en mi pecho, haciéndose casi bolita encima de mí. Verla así me dejaba realmente sorprendido ¿Esa era Ana? ¿Esa era mi fierecilla? Estaba tan asustada…
─ Anita… mi amor, por favor cuéntame ¿Quién te lastimo tanto? ¿Qué te hicieron? ─
─ Solo no me gusta que me golpeen ¡Y eso es justo lo que tu pretendes!─
─ Amor, yo te voy a castigar. No es lo mismo que en un acto violento te pegue estando enojado, a que te de unas cuantas palmadas de castigo ─ le dije y le di una palmada para demostrárselo.
Se volvió a quedar quieta y escuche como comenzaba a intentar auto calmarse. Respiro muy profundo y comenzó a sacar el aire lentamente y casi enseguida ya se había calmado. Pille que seguramente ya se había “auto calmado” en otras ocasiones.
─ ¿Por qué no me cuentas? Puedes confiar en mi Ana, yo te voy ayudar. Te lo juro mi amor, no voy a dejar que nadie te haga daño. Puedes contármelo, anda, hazlo ─
Alzo su cabeza para mirarme, se quedó muy quieta… se lo estaba pensando o quizás solo me estaba volviendo a examinar, el caso es que volvió a bajar la cabeza y no me dijo nada.
Suspire.
─ Quiero ayudarte… pero no puedo hacerlo si no me dejas ─
─ Me ayudarías si no me pegas ─
─ Yo no voy hacerte daño Ana ─ le dije con toda la seriedad del mundo ─ Jamás te haría verdadero daño. No quiero lastimarte, quiero corregirte y hacerte ver tus errores, ayudarte a no cometerlos de nuevo. Quizás no te guste que lo haga y por eso es un castigo, pero definitivamente NO ES un maltrato ─
Me volvió a mirar y esta vez lo hizo con tristeza. La abrace muy fuerte y como estaba sentada en mis piernas la rodee toda ella… nunca había sentido que Ana era tan frágil como en esos instantes. Realmente estaba muy vulnerable ¿Qué le había pasado a la fierecilla? Ana siempre estaba peleando con todo el mundo. Era necia como solo ella sabía ser y ahora estaba así, tan frágil.
─ A lo mejor no te suene creíble, pero te quiero Ana, aunque solo te conozca de hace días. Lo único que deseo es tu bienestar ─ le hable con una voz intensa y honesta ─ Quiero protegerte y cuidarte y no solo yo, también Andres. Esta es tu familia, SOMOS tu familia, no tienes por qué huir, ni tampoco hay razón para negarte a ser parte de ella, aquí todos te queremos. Este es tu hogar y siempre que estés aquí lo único que vas a encontrar es el amor y la protección de todos nosotros ¿Lo entiendes? No es malo dejarte cuidar un poco, si solo tienes 15 años… es normal cometer errores y ser castigada a veces. Sería malo que no te castigara, porque eso significaría que no me importas, pero afortunada y lamentablemente para ti, me importas mucho ─
Ana me miro hipnotizada, esta vez sí estaba escuchándome.
─ ¿Ahora si me entiendes nena? ─ pregunte y comencé a acariciar su cabello
Ana asintió despacito y se me quedo mirando.
 ─ Me alegra que haya quedado claro ─ le dije y me puse rígido ─ Ahora solo falta aclarar una cosa más señorita ─
Enseguida entendió a que me refería. Puso una mueca y se tapó el trasero, aunque en realidad estaba sentada en mí.
─ ¡No Chris! ─ dijo tapándose.
Me dio un poco de risa esa reacción tan infantil, pero intente ser serio.
─ Lo siento señorita, pero si, así son las cosas en esta casa si usted desobedece ─
Sin esfuerzo alguno la tome de las axilas y la alce para darle la vuelta y tumbarla en mis piernas.  Ya no estaba asustada, pero tampoco se veía contenta. Creo que estaba a punto de volver a insultarme, pero antes de que lo hiciera la acomode bien sobre mis rodillas y alce un poco su colita con mi pierna.
─ Nos tienen que obedecer cuando les demos una orden. No pueden volver a arriesgarse como lo hicieron el domingo y tampoco pelearse a golpes ─ repetí para dejar claro el mensaje y alce la mano.
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Ana soltó un gritito diminuto y se dejó hacer. Supongo que no se esperaba esa sensación. Con horror supuse que estaba acostumbrada a la vara y quizás por eso tenía tanto miedo al principio.
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─ Au… Hmfs… ¡Au!... ay…. ¡Ah!... hum… ¡Au! ─
Note que se contraía y que brincaba un poquito en cada nalgada que le daba. Seguramente ella se sintiera muy vulnerable en esos momentos, estando sobre mis rodillas. Sin embargo, no me pedía que me detuviera, solo se limitaba a soltar uno que otro gemido y a brincar un poco.
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─ Au… ¡Auch!  … Hmfs… ah… ¡Au!... hmm ay…ay…─
Deje caer mi mano por toda su colita para castigarla bien, aunque tampoco pretendía ser duro, no después de haberla visto tan asustada. Quizás tenía planeado ser más estricto con ella, pero ya no podía serlo...
Cuando procedí a darle solo en una zona, comenzó a brincar un poco más en cada palmada, note que le comenzaba a arder más y pataleaba de forma involuntaria. En un instante ella iba a meter la mano para que no continuara, pero dejo la mano quieta y mejor se agarró de mi pierna con fuerza. Tal vez Ana no estuviera acostumbrada a este modo, pero la verdad es que se estaba controlando bastante bien. O eso pensé hasta que empecé a darle nalgadas únicamente en sus muslitos.
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─ ¡Ay!... au… ¡Au!... snif… ¡ah!...snif… ¡pica! snif... au… –
Me sorprendí un poco cuando escuche que estaba llorando en silencio. Tenía una forma de llorar muy lastimera, demasiado triste, lloraba con mucho sentimiento. Me dio lastima escucharla llorar así, me estaba haciendo el trabajo más difícil. Jamás había castigado a una niña y creo que castigar a Ana era bastante difícil con esa carita y ese cuerpo tan pequeño…
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─ ¡Au! … Snif snif… Chris ¡Auch! … Snif… Chris me duele...¡Ay! Snif Au… duele… Hmfs…Au... ─
La forma en la que Ana estaba llorando me destrozaba ¿Cómo podía llorar así? No era escandalosa para nada, era más bien silenciosa pero muy profunda.  Supe que Ana tenía mucho tiempo que no lloraba, su llanto era de esa clase que te sale solo cuando llevas mucho tiempo conteniéndolo, negándote a sacarlo.
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─ ¡ah! … snif… ─
Deje la mano quieta incapaz de volver alzar y la escuche sollozar. Me dio mucha tristeza y la volví a alzar solamente para volverla a sentar en mis piernas y asfixiarla en un abrazo, lo más protector que supe darle. Escondió su cara en mi pecho  y luego con sus brazos rodeo mi cuello y literalmente se colgó de mí. Percibí que se dejaba llorar ya sin resistirse, me lo decía mi camisa empapada de sus lágrimas y los sollozos que escuchaba.
Finalmente después de llorar un rato, comenzó a tranquilizarse y creo que se iba a quedar dormida.
─ ¿Ya ves que no es para tanto? ─ le pregunte mientras acariciaba su carita.
─ No lo es ─ admitió ─ Pero no me gusta ni un pelo. Me hace sentir culpable ─
Me reí.
─ Ese es el punto ─ le dije y le termine de quitar las lágrimas con mi dedo pulgar ─ Ya no volverán a escaparse ni a pelearse ¿verdad fierecilla? ─
─ Pues ya que… Si son tan aguafiestas no vamos a poder hacer nada divertido ─ protesto ─ Nos han echado a perder toda la diversión con sus cero salidas─
Rodé los ojos. Otra vez había regresado Ana, alias “la fiera” y aunque ya no lloraba y había vuelto a su actitud habitual, seguía sentada en mis piernas muy cómodamente, sin vergüenza alguna.
 ─ ¿Cómo esta Andres? ─
─ Fracturado ─ suspire ─ Quien sabe cuánto tiempo vaya a estar en el hospital… Y eso me recuerda que tengo que ir a verlo ─
─ ¿Podemos ir a verlo nosotros? ─
Me alegro mucho que fuera Ani la que preguntara eso.
─ Claro que sí. Pero hoy no, ha sido un día muy largo y un poco cansado. Además mañana tienen que ir a la escuela ─ suspire esta vez agotado y recordé ─ Ho, Ana, por cierto ¿Ibas a la escuela? ─
─ Algo así. Termine la secundaria, pero ya no entre al primer año de bachillerato. Creo que iniciaron las clases hace como 4 meses y medio ¿no? ─
─ Si… estarías entonces en el grado de Kevin ─ indague ─ Como sea, ya hable con los encargados de la escuela y si haces un examen de admisión y lo pasas, estas dentro, aunque ya te hayas perdido 4 meses de clase ─ le informe ─ No nos dieron mucho tiempo para aplicarte el examen, si lo pasas, quizás el jueves ya estés entrando ─
Ana asintió y escuche el crujido de su estómago.
─ Anda fierecilla, vamos a comer ─ le dije dándole palmaditas y ella se bajó de mis piernas con un saltito.
─ Muero de hambre y todo es tu culpa ─ me reprocho.
─ ¿Mi culpa? ─
─ ¡No me dejaste bajar porque te quedaste a pegarme! ─
─ Ya, pero yo te quiero mucho y por eso te castigo ─ le dije y la abrace.
─ Pues no me quieras tanto ─ protesto y a mi pesar me tuve que ir.
Bajamos los dos a comer y me quede al final satisfecho por como hice las cosas con Ana, aunque al mismo tiempo también quede angustiado.
Ana era un enigma para mi… sabia algunos datos de ella, pero todos esos datos estaban incompletos y las piezas encajaban un poco pero no del todo, y no encajaban porque ella no soltaba nada. Lo único que sabíamos es que su madre quedo en coma cuando tenía 12 años y estuvo en una casa hogar en la que según ella dice, la llegaron a castigar con la vara y sin embargo nos dijo que no se escapó porque la maltratan, pero… ahora dice que “está harta de que todo el mundo la lastime”  ¿Qué significaba eso? ¿Y porque se escapó hace seis meses si no es porque la maltrataban? Y además cuando llegamos ella tenía droga en su casa…
¿Qué se traía esa niña? Me dejaba descolocado sus reacciones. De pronto era agresiva, necia, desconfiada, como si se tuviera que defender del mundo… y luego actuaba así, tan… tan vulnerable… como si fuera una niña pequeña ¿Por qué tenía esos arranques?  No lo entendía… ella prácticamente cuando se escapó de la casa hogar comenzó a tener la vida de una adulta que se mantiene sola ¿Por qué entonces a veces era tan inmadura? Bueno… creo que eso si lo entendía, Ana no había tenido a nadie que la guiara ni fuera responsable por ella… y ahora que tenía una familia no sabía cómo rayos funciona o que se hace. Creo que era un poco comprensible.
Pero más comprensible para mí fue al quedarme claro que si Ana necesitaba algo, era transmitirle confianza y mucho amor. Eso necesitaba Ana, que la cuidaran, la pusieran en su sitio y la trataron con mucho cariño.
─────Ana────-
La escuela es un rollo. Totalmente.
Tal como dijo Christopher, me aplicaron un examen el miércoles, apenas me dieron solo el lunes y martes para estudiar. No estaba tan oxidada como creí y no me fue tan mal porque ese día me dieron los resultados y salí bastante bien, más de lo que se esperaban seguramente. Después me entere que el examen no era tan necesario y que me dejaban entrar 4 meses después no por que fueran buena gente, sino que Chris iba a pagar una considerable cantidad de mi inscripción e iba hacer una “donación” a la biblioteca de la escuela… ya… claro… gente aprovechada.
El caso fue que efectivamente para el jueves ya tenía que ir a la escuela ¿Por qué no esperaron hasta el lunes? ¿Qué chiste ir dos días? Supuse que como prácticamente ya me había perdido casi un semestre completo (6 meses)  era necesario que fuera ese último mes y medio. Luego serían vacaciones y regresamos solo a hacer exámenes y  a que nos den la evaluación final de ese primer semestre y empezar el segundo. También me indicaron que como llegue demasiado tarde y se pasó el primer parcial, y ya estaba iniciado el segundo, mi evaluación de todo el semestre seria al 100% examen, lo cual para mí no fue ningún conflicto.
─ Ok, escucha Ana, esta escuela es HORRIBLE, así que ten cuidado y no dejes que los maestros te coman viva ─ me explico Kevin mientras íbamos en el autobús, mirándome muy serio ─ Son mamones y bien delicados, buscan cualquier pretexto para regañarte y castigarte, así que no te dejes engañar. Es más, si puedes persignarte antes de entrar a las clases, hazlo, no te vendrá mal─
─ Pero que exagerado eres ─ protesto Ethan ─ No la espantes, todavía ni llegamos y ya la estas asustando ─
─ Ho no, no señor, no la estoy asustando, la estoy previniendo de esa escuela horrible ─ aseguro
Alex y Abie iban en el autobús con nosotros, pero ellos iban en sus asuntos, ajenos a nosotros y a las “precauciones” de Kevin. El que sin embargo estaba atento a lo que me decía el castañito era Ethan, que rodo los ojos y me miro a mí.
─ No le hagas caso, lo que pasa es que a Kevin se la pasan regañándolo porque él se la pasa buscando problemas. Pero no es tan mala escuela, solo un poco estricta ¿Tu porque crees que está entre las mejores? Es una escuela privilegiada ─
─ Es una mierda ─ protesto Kevin de nuevo
─ Es muy cara ─ dije yo ─ No sé si es buena o mala, me da igual, pero sé que es muy cara ─
─ Y además de cara una mierda ─ volvió a repetir el castañito ─ No es broma Ana, ten cuidado con los maestros,  joden mucho. ─
─ El que más bien debería de tener cuidado con los maestros eres tu ─ le dijo Ethan otra vez ─ Enserio Kevin, aplícate, si sigues llevando notas tan bajas terminaras reprobando el semestre─
─ Aggh… Jesucristo  ¿Es que tú también te vas a comportar como Andres? ¡Puaj!  Mira Don perfecto, tengo suficiente con un hermano mayor fastidioso, no hagas lo mismo ¿sí? Si no quieres fracturarte la pierna “accidentalmente” también entonces no me jodas ─
─ Solo me preocupo por ti ─ dijo encogiéndose de hombros ─ Además, el primer parcial seguro lo llevaste horrible ¿verdad? ─
Kevin se quedó callado y no le respondió.
─ Kevin… ¿Cuántas reprobaste? ─
El castaño ni si quiera le miro e hizo que le ignoraba.
─ Kevin… ─ insistió.
─ ¡Ay joder! Reprobé cinco ¿Vale? ─
─ ¿¡Que!? ¿¡Cinco!? ─ Ethan parecía muy sorprendido y negó con la cabeza reprobatoriamente ─ ¿Y si quiera este segundo parcial has intentado salvar el semestre? Aún puedes salvarlo si es que te aplicaste este parcial ¿Lo hiciste? Porque si no te vas a ir a extraordinario… ─
─ Da igual si me voy a extraordinario ¿A quién le importa? Da igual, de cualquier modo no lo salvaba─
─ Madre mía Kevin… Vale, haces la gracia de reprobar cinco materias el primer parcial, de acuerdo ¡Pero caray! Tenías la oportunidad de en el segundo parcial recuperarte ¿Qué tan difícil puede ser estudiar? ¡Eres del primer año y en casi 5 meses ya estas reprobando todo! ─
─ Puaj… ¡Carajo Ethan! no suenes igual que Andres, te lo suplico, joder ─ protesto
─ Como sea ─ dije yo ─ Si te vas a extraordinario, seguro que te dan una buena calentada en casa ─
A Kevin casi se le cae la mandíbula
─ ¿¡Ahora tú también!? ¿Qué acaso ahora los dos quieren joderme? ─
─ ¡Sí! ─ respondimos Ethan y yo al unísono
Kevin comenzó a refunfuñar entre dientes, pero ya no lo hizo mucho porque llegamos a la escuela. Era completamente inconfundible, estaba enorme y se veía muy elegante, tenía un estilo muy victoriano y… se veía tan… tan jodidamente cara.
─ Es enorme ─ dije sorprendida ─ Es… muy grande ─
─ Es una mierda ─ repitió por enésima vez el castaño ─ No te dejes apantallar Anita, no es tan genial como parece ─
Esta vez Ethan lo vio y volvió a rodar los ojos divertido por el afán que mostraba Kevin para hacerme creer que la escuela era un asco.
─ Mejor hay que entrar ¿no? ─ aconsejo ─ No queremos que Ana llegue tarde en su primer día de clases ─
Entramos todos juntos, pero Alex y Abie se fueron en una dirección contraria a la de nosotros. Ellos aún no estaban en bachillerato y seguían en la secundaria, así que sus salones estaban en un lugar completamente diferente y lejos de donde estaban los de nosotros.
Con mi otro par de hermanos comenzamos a caminar por la escuela. Mi salón estaba a un lado del de Kevin, ya que los dos éramos del mismo año, en cambio el salón de Ethan estaba en otro edificio, puesto que él era de segundo año.
─ Bueno chicos, yo aquí los dejo ─ nos dijo Ethan cuando llegamos al edifico del primer año ─ Suerte Ana. No la armes Kevin ─
Estaba nerviosa pero intentaba actuar normal, aunque creo que no era muy buena actriz. Ethan percibió mis nervios y se me quedo viendo.
─ Hey, tranquilla, no pasa nada, vas a estar bien ─
Se acercó a mí y me abrazo con cariño. Yo correspondí su abrazo realmente necesitándolo, como esperando que me diera fuerzas y se me quitaran los nervios.
─ Despreocúpate ─ me dijo sin soltarme ─ Probablemente vas a ser la novedad en tu salón unos días, ya sabes, por ser la nueva ¡Pero oye! no es nada del otro mundo. No hay de qué preocuparse,  ya verás cómo pronto te acostumbras ─
Soltó el abrazo y me mostro una amplia sonrisa. Luego acerco mi cabeza hacia él y me dio un beso muy sonoro en la mejilla, sin vergüenza alguna,  de esos besos que truenan y se escuchan en toda una colonia. Estaba segura que si Ethan en esos momentos hubiese traído labial, me habría dejado toda la mejilla marcada.
─ Diag Ethan, me estas avergonzando ─ le dije, porque de pronto muchas personas nos miraban con curiosidad.
Escuche unos cuantos cuchicheos que decían “¿El capitán al fin se ha echado novia?” “Que hacen esos dos con esa chica” “¿Es su amiga?” entre otras cosas más que me hicieron sentir incomoda.
─ Ha ─ dijo Kevin ─ No te sientas incomoda por la gente chismosa, ignora a toda esa panda de metiches ─ dijo en voz alta a posta para que dejaran de vernos ─ Desde que se enteró media escuela que Ethan y yo somos hermanos, no han parado de hablar de eso. Debo admitir que me he hecho más famoso de lo que ya de por si era, así que no te sientas abrumada por mi fama ─ dijo con un aire presumido muy gracioso ─ Es más, si quieres colgarte de mí fama para hacer amigos no me molesta, puedes decir que eres hermana del guapísimo Kevin Robertson, el chico más chulo de todo el primer año ─
Ethan soltó una risa muy sarcástica que reflejaba lo muy poco que le creía. Y la verdad es que a mí también me daba gracia ver lo ridículo que Kevin era.
─ Ya, Kevin solo es famoso por ser problemático ─ se burlo
─ Claro que no ─ se defendió el aludido ─ Soy famoso porque soy hermoso ¿Ves? Hasta rimó. Lo que pasa es que me tienes envidia ─
─ Ufff… no tienes idea. Me retuerzo de envidia cuando te mandan a orientación a que te pongan un reporte en tu expediente, de veras, me carcomen los celos ─
Kevin le saco la lengua, muy indignado, se veía bastante gracioso con esa expresión. Presenciar esa escena me relajo mucho y ya me sentía menos nerviosa. Esta vez sí me reí naturalmente, divertida ante sus discusiones.
─ Eso está mejor ─ me sonrió Ethan ─ Estarás bien Ani, no te preocupes. Y cualquier cosa, si alguien se mete contigo, me dices y yo voy corriendo a desmembrarlo. Estoy en el edifico de en frente, donde están los salones del segundo año ¿he? Que nadie intente meterse contigo porque se mete también conmigo ─
─ Y conmigo también ─ dijo Kevin ─ Si un chico intenta coquetearte me dices ¿Ok? No quiero que te andes enrollando con cualquier tipejo idiota de por ahí, es más, para salir con alguien tiene que pasar primero sobre mí, para que YO te de mi aprobación ─
Vaya… no sabía decir si son adorables o fastidiosos.
─ Si alguien intenta enrollarse conmigo, o a mí me interesa un chico, créeme que ni loca te lo diría Kevin ─ le dije y luego mire a Ethan ─ Y tú no tienes que preocuparte, si alguien intenta meterse conmigo, yo antes  le descuartizo sola ─
Ethan soltó una carcajada y Kevin me miro mal, pero no dijeron más. Ethan se fue y nos dijo que nos veríamos en la puerta de la escuela al terminar las clases. Kevin me llevo a mi salón y también se fue y me quede sola…
Como en toda escuela, me hicieron presentarme y esas idioteces que no sirven de nada… Aunque al poco rato descubrí que efectivamente los maestros eran un pelito de estrictos, pero nada que yo no pueda soportar, aunque para Kevin esto seguramente debería ser un infierno con tantas reglas y exigencias, pero como dice Ethan, después de todo por algo la escuela es privilegiada…
Con maestros así de estrictos es difícil que un estudiante lleve malas notas, la calificación aprobatoria MINIMA es de 7. En una escuela normal,  la calificación aprobatoria más baja es un 6, algo más bajo que eso es igual a reprobar, pero aquí no, en esta institución un 6 ya es reprobatoria y un 7 es bajo… por eso Kevin tenía cinco reprobadas de 10 materias que nos dan. Con eso comprendí rápidamente que hay dos clases de estudiantes en esa escuela: los que sacan buenas notas porque no hay más remedio (como Ethan) o los que son como Kevin, que se rebelan ante tantas exigencias.
En fin… las clases pasaron muy lento, algunas personas me hacían un montón de preguntas, casi me pedían mi curp y mi tipo de sangre, incluso los que me vieron con ese par me preguntaron acerca de mi relación con ellos, pero evite decir que éramos hermanos y no porque quisiera negarles, pero sino morirían con tanta sobredosis de información.
Fue muy gracioso cuando una chica se acercó a mí y me puso al día con las “noticias” de la escuela y entre todos esos “datos “me platico acerca de mis hermanos (que por cierto nadie sabía que eran hermanos míos). Hubo un montón de chismes y la información estaba algo distorsionada, pero no dije nada. También descubrí que efectivamente Kevin tenía cierta fama en esa escuela, antes de que todo el mundo supiera de su peculiar familia. Su fama, era tal cual dijo Ethan, era muy problemático y eso a muchas chicas les resultaba atractivo, en cambio Ethan tenía un poquito de fama, por ser el capitán de básquet bol y además ser un ñoño… una combinación medio extraña entre aplicado y deportista. Mas diferentes no podían ser. Pero definitivamente, ni Ethan ni Kevin tenían la fama que un tal futbolista de tercero. A mí me dio igual, pero todas estaban que se mojaban por ese tipo, el caso es que me aburrí pero no estuvo tan mal ese primer día y así finalmente terminaron las clases.
En una escuela tan grande pensé que me iba a perder y no encontraría la salida, ya que prácticamente Kevin me llevo a mi salón, pero no pasó y pude llegar a la puerta, en la que me estaban esperando todos mis hermanos.
─ Cuéntamelo todo ─ me dijo Kevin en cuanto llegué, agarrándome del brazo fingiendo ser una mujer chismosa o algo así -- Dime quienes te hablaron y que paso, anda, suéltalo ─
Kevin no era el único que estaba esperando que les contara mi primer día de clases, en realidad, todos me estaban mirando muy atentos. Me reí internamente y nos fuimos en el autobús y en el transcurso les conté todas esas “noticias” acerca de los Robertson y todos los “datos” que me dieron. Nos fuimos entre risas y se pasó el tiempo volando con ellos hasta llegar al hospital, donde nos esperaba Chris, para visitar a Andres.
───Kevin───
Mientras íbamos en el autobús rumbo a casa, me di cuenta que antes yo no regresaba con nadie después de clases, puesto que Alex y Abie estaban internados en la escuela y aún no sabía de la existencia de mi otro par de hermanos. Usualmente después de clases me iba a vaguear con mis amigos unas cuantas horas y regresaba tarde a casa, cosa que Andres siempre le paraban los pelos de punta y que en muchas ocasiones me hizo ser impuntual para leer el testamento ¡Me castigaba el muy maldito solo por eso! ¡Cómo no iba a ponerme todo histérico al saber la existencia de mis hermanos perdidos, si cuando me lo dijo fue después de haberme pegado!
Como sea, Andres ya debería de saber que no es bueno castigarme, me pone de mal humor y luego se anda quejando. Es una regla muy simple ¿no quiere que ande de cascarrabias? Que no me castigue ¿Por qué no lo entiende? Mi hermano mayor es un caso perdido.
─ Ajah y Kevin tiene fama de ser problemático ─ decía Ana, contándonos su día en nuestro cuarto especial dedicado al entretenimiento ─ De eso me entere en la escuela ─
─ ¡Ha joder! ─ proteste ─ ¡Que no! ¿Qué les cuesta admitir que soy guapo? ─
─ Decir que tú eres guapo es como decir que Ana es alta ─ chincho Ethan, mientras buscaba un videojuego en aquel cuarto/ paraíso nuestro
Ana hizo una cara de indignación muy graciosa que ni si quiera me importo que eso también era una clase de insulto para mí.
─ Jodanse ─ nos dijo ─ No soy tan enana ─
─ Pero si estás del tamaño de los microbios y eso que les llevas dos años ─ le dije ─ Pareces un umpalumpa ─
Soltamos una carcajada de las grandes, todos menos Ana.
─ Y tú pareces un estúpido ─ se defendió
─ ¡Chicoooos! ¿Vamos a jugar o se van a poner a discutir? ─ pregunto Alex, que estaba poniendo el videojuego en la consola ─ Me importa muy poco si no les gusta Halo, ya puse ese ─
Comenzamos a jugar todos. Bueno, en realidad solo jugábamos Ethan, Alex y yo, Ana y Abie se limitaban a ver, pero al rato las dos comenzaron a quejarse de que tenían hambre, así que como la cenicienta oficial de la casa, baje por refresco y patatas para las princesas mandonas. Cuando regrese deje las cosas en la mesa y vi que Ana estaba en el sillón toda desparramada, como era su costumbre. Quise chincharla un poquito en venganza de que ella se la pasaba molestándome.
─ ¡Ho! ¡Ahí está mi escoba!─ dije mirándola y acercándome a ella ─ ¡La estaba buscando! ─
Ana me miro con desconfianza, como si estuviera loco y antes de que se pudiera levantar, la cogí de las piernas y la alce, de tal modo que su cabeza quedo colgando hacia abajo y sus cabellos daban al suelo. Con mucho cuidado la tome y comencé a barrer el suelo con su pelo.
─ ¡Mi querida escoba humana! ─ decía mientras barría con su cabello ─ ¿Dónde te habías metido?-
Todos soltamos una carcajada, Ana se veía realmente graciosa, incluso ella se reía.
─ ¡Jajaja suéltame! ─ protestaba ─ ¡Hey! ¡Bájame! ¡Auxilio! ¡Ethan ayuda!─
Sujetaba a Ana con mucho cuidado y fuerza, pero comenzó a moverse demasiado por la risa y al mismo tiempo para liberarse. Me desequilibre un poco y choque contra una repisa. Ni a mí ni a Ana nos pasó nada, pero de la repisa se cayeron unos cuantos marcos y un trofeo de Alex.
Cuando escuchamos el ruido de las cosas caer nos detuvimos en seco y más me quede en seco cuando vi la cara de Alex al ver su trofeo en mil pedazos. Estaba a punto de disculparme, cuando observe con horror como el microbio iracundo tomaba mi guitarra, que estaba en una esquina y la tiraba con tal fuerza que se escuchó un claro “CRACK”
─ ¡ALEX! ¡Que mierda haces! ─
Fui corriendo hasta mi guitarra, pero el niñato ese ni si quiera me dejo hacer eso, el jodido simplemente empezó a pegarme y yo estaba a punto de pegarle a él.
─ ¡Rompiste mi trofeo idiota! ─ decía dándome golpes en todo mi cuerpo.
─ ¡Fue un accidente y tu acabas de romper mi guitarra a propósito! ─
Intentaba esquivar sus golpes, pero era muy rápido y me estaban cayendo bastantes. Aunque el microbio era dos años menor que yo, sí que me dolía ¡Y como mierda no iba a dolerme si me pegaba con el puño cerrado!  Alce la mano, dispuesto a soltarle un puñetazo pero Ethan me detuvo y se puso en medio.
─ ¡No Kevin! Si te pones a pelear con el ¿Adivina a quien van a castigar? A los dos y si tú te calmas, el único que estará metido en problemas será Alex ─
─ ¡Tiro mi guitarra! ─ proteste realmente enfadado
¡Joder había sido un maldito accidente! Me molesto muchísimo que la rompiera cuando yo no rompí su estúpido trofeo a propósito ¿Qué mierda le pasaba al enano ese? Esa fue mi primer guitarra ¡Mi amada guitarra! Si algo me gustaba realmente hacer era tocar y sacar canciones en ella ¡Y ahora el estúpido de Alex acababa de romperla! Grrr ¿Lo ven? Y luego se preguntan por qué a veces me dan ganas de tirar a Alex por la ventana.
─ Tranquilícense los dos ¿De acuerdo? ─ dijo Ethan ─ Fue un accidente microbio, no tenías por qué actuar así ─
─ ¡Rompió mi trofeo! ─
¿Alguien podía explicarle al mocoso ese lo que significa la palabra “No fue a propósito”?
─ ¡Maldita sea Alex fue un accidente y aun así tú con toda la intención has roto mi guitarra! ─
Creo que me cegué por el enojo y me dirigí hacia donde estaba Alex, decidido a acomodarle un golpe por ser imbécil, pero antes de que pudiera hacerlo, Ethan me sostuvo del brazo  y aunque seguro su intención era que no nos golpeáramos, no pudo ser. El microbio ese aprovecho que Ethan me sostenía para darme un auténtico puñetazo en el estómago que me saco todo el aire y que además dolió demasiado. Para mi suerte, Christopher entraba justo en ese momento.
─ ¿¡Hey que pasa aquí!? ¿Alex porque le pegas a tu hermano he? ─ pregunto y se cruzó de brazos─ Después de ir al trabajo y pasar por Andres, con lo primero que me encuentro en casa es que están peleando de nuevo ─ regaño y me miro enfadado─ Y a ti tiene días que te castigue, menos de una semana ─
─ ¡Pero yo no empecé! ─ me defendí
Chris frunció el ceño
─ Les dije que no quería verlos pelear a golpes ─
─ ¡Ni lo he tocado si quiera! ─
¡Me sentí  indignado! Primera vez que no soy yo quien la caga ¡Y ya querían echarme la bronca! Debía ser la costumbre de que soy siempre yo el que la arma.
─ Díganme que paso ─ exigió saber Chris ─ ¿Por qué estaban peleándose? ─
─ ¡Pasa que Kevin tiro mi trofeo! ─
─ ¡Pero fue un accidente! ¡Y tú en venganza rompiste mi guitarra! ─
─ A ver chicos, no se pongan a discutir. Dije que quiero que me digan que fue lo que paso, no que continúen peleando ─
Yo no dije nada, tampoco Alex.
─ ¿Ninguno de los dos? Bueno, entonces vayan a su habitación los dos y ahí me explican ─
─ ¡Chris no es justo! ─ proteste ─ ¡Yo no hice nada! ¡Si fue él quien me pego! ─
─ Ve a tu habitación si no quieres que yo sea el que te pegue. Andando ─
Me dio la vuelta y me saco del cuarto con una palmada.
PLAS
─ ¡Ay! ─ proteste, aunque casi no me dolió.
Los dos fuimos a nuestra habitación, sabiendo que acabábamos de armarla. Aunque esta vez no era mi culpa.
─ Gracias Alex, ahora me van a castigar por tus estúpidas rabietas ─ le espete
─ ¡Ese trofeo era muy importante para mí! ─
─ Esa guitarra también lo era ¿Sabes que fue mi primer guitarra? Con esa aprendí a tocar ¡Amaba esa guitarra! ─
─ ¡Ese trofeo lo saque en la competencia de futbol! ─
─ ¡No lo tire a propósito joder! ¿¡Yo para que quisiera romper tu estúpido trofeo!? No quería hacerlo, no fue intencional y tú en cambio rompiste a posta mi guitarra, sabias perfectamente que esa era especial─
Vi como que Alex tenía una pelea interior consigo mismo, y me comenzó a mirar con arrepentimiento, estaba a punto de decirme algo pero ya no pudo ser, en ese momento entro Chris con el ceño fruncido y los dos nos quedamos callados.
─ ¿Qué tengo que hacer para que no se peleen chicos? ─ dijo sentándose en la cama ─ No pueden empezar a pelearse a golpes. Ya se los había dicho ─
─ Fui yo quien empezó ─ dijo Alex con culpa y aquello me sorprendió ─ Kevin tiro mi trofeo y yo le tire su guitarra. Yo me fui a los golpes… ─
─ ¿Y tú por que le tiraste el trofeo? ─ me pregunto Chris ─ ¿Por qué lo hiciste? ─
Casi me pongo a convulsionar ahí de pura desesperación ¿Acaso nadie sabe lo que significaba “Accidente”?
─ ¡Carajo que fue un accidente! ¡No lo hice a posta! ─
─ No hace falta gritar, renacuajo ─ me dijo Chris ─ Te escucho perfectamente ─
─ Yo inicie la pelea, Chris ─ volvió a decir Alex arrepentido ─ Kevin lo tiro por accidente y yo en cambio le tire su guitarra a propósito… Me enoje mucho y … y no lo pensé ─
Chris dejo salir el aire de su boca.
─ Se nota que comparten genes. Ninguno de los dos piensa antes de actuar ─ reprocho
Vaya ¿Qué lindo no? Me sentí muy halagado con esa declaración.
─ Te agradezco el halago gratuito, es muy amable de tu parte ─ le dije sarcásticamente
─ Son hermanos chicos, no pueden pelearse así ¿No lo entienden? Somos una familia ─ dijo con la voz casi desesperada─ Esto no va a funcionar si se la pasan peleando. Quiero que sea la última vez que tengo que regañarlos por pelearse a golpes ¿entendido? Y Alex, tienes que aprender a controlarte, es más importante un hermano que un trofeo ─
─ Si Chris…─
─ Y ahora tu Kevin, sal de la habitación y regresa con los demás ¿de acuerdo? ─
Traduje eso en un “voy a castigar a Alex” y aunque efectivamente Alex se había ganado ese castigo solito, sentí un poquito de pena por él, le acompañaba en el sentimiento de saber que van a castigarte.
─ No seas muy duro con el microbio… Sé que es tonto, pero es mi hermanito, aún quiero que viva─
─ No lo voy a matar, Kevin ─
─ ¿Enserio? ─ pregunto Alex
─ Enserio ─ sonrió Chris ─ Unas palmadas no te van a matar ─
Alex hizo una mueca y supe que mejor yo me iba saliendo del cuarto para darles privacidad. Cuando salí cerré la puerta y me dirigí otra vez al cuarto ese.
─ Tiene arreglo ─ me dijo Ana cuando llegue ─ Solo se rompió la cejuela. Con un pegamento para madera va a quedar como nueva ─
Sonreí aliviado.
─ Lo que no va a tener arreglo es el trofeo del microbio… ─ comento Ethan.
─ Mierda… enserio fue un accidente ─
Ana me miro con curiosidad y supe que quería preguntarme algo.
─ Sé que no viene al caso pero… ¿Por qué antes no vivían los microbios con ustedes? ¿Andres los boto al internado? ─
Bueno, ya se había tardado en preguntar.
─ No. En realidad fue Abie la que se quiso ir ─ comente libremente, puesto que ninguno de los dos microbios estaban ─ Cuando mamá y papá murieron, aunque Abie era aún pequeña, siempre fue muy consciente y sintió que era demasiada carga para Andres cuidar de los tres. Ella decidió irse para no estorbar. Andres le suplico que no se fuera y que se quedara con él, pero no logro convencer a Abigail de quedarse y no la quiso obligar. Sin embargo Alex tampoco quería dejar ir sola a Abie y por eso él también se fue con ella ─
─ Ho… ─
─ Como sea ─ dije yo ─ El caso es que ahora estamos todos juntos. Y no sé si sea mejor o no, mira que si estamos todos juntos nos metemos en problemas muy seguido ─
─ Tu siempre te estas metiendo en problemas ─ me dijo Ethan
Jo… de verdad ¿tan mala fama ya tenía en la familia? Bueno… no es que no estuviera Ethan en lo correcto.
────Alex────
Me sentí muy arrepentido por lo que había hecho… Le había pegado a Kevin cuando en realidad no fue su culpa… y además había roto su guitarra y yo sabía que Kevin adoraba tocar la guitarra. Yo… no comprendía porque de repente me agarraban estos arranques de enojarme, no saber cómo reaccionar y luego sentirme tan mal… Cuando cumplí los 12 note que a veces cambiaba de humor muy rápidamente…
─ Chris, lo siento… ─ le dije a punto de llorar.
─ Hey, microbio ¿Por qué lloras? Tranquilo cariño, no es para que llores ─
─ Es que le pegue a Kevin… y le rompí su guitarra a propósito ─
─ Y no lo volverás a hacer ¿verdad? ─
─ No, ya no ─ dije sinceramente, con intensidad ─ Lo lamento… ─
─ Está bien microbio, sé que lo sientes y sé que entiendes que está mal pegarle a tus hermanos o a cualquier persona. Tienes que aprender a controlarte cariño, no puedes dejar que la ira te domine. Sé que ese trofeo era importante para ti, pero fue un accidente y en cambio lo que tu hiciste no lo fue, porque estabas enojado─
Comencé a sentirme muy mal y a sacar involuntariamente unas cuantas lágrimas de mis ojos.
─ Soy una mala persona snif… snif ─
─ No, claro que no mi amor ─ me dijo Chris, abrazándome ─ Si fueras una mala persona no te sentirías arrepentido. Ese es el problema de la ira cuando no la controlamos ¿lo ves? Hacemos cosas de las que después nos arrepentimos cuando ya estamos calmados, pero a ti ya no te va a volver a pasar eso. Cuando te sientas muy enojado, cuenta hasta diez y respira ─
Asentí, dispuesto a tomar su consejo
─ Snif… No sé por qué a veces me pasa… snif─ le confesé ─ A veces me enojo mucho y siento que nada es justo snif… luego cambio de humor y me siento alegre, hiperactivo, con muchas energías, como si pudiese hacer cualquier cosa snif… y después vuelve a pasar y ya todo me molesta… hasta que termino arrepintiéndome… snif… snif ─
Chris soltó el abrazo y me miro con una sonrisa.
─ Lo que tienes, se llama adolescencia ─ me diagnostico riendo un poco ─ Y no pasa nada, todos hemos pasado por eso. Solo espero que no sigas el camino de Kevin y tú no te metas en problemas tan seguido como él, sino Andres y yo comenzaremos a tener canas antes de los 30 ─
─… Snif… entonces no es mi culpa lo que paso, es culpa de la adolescencia ─ probé, a ver si podía librarme ─ Sería injusto que me castigues ─
Chris sonrió un poquito y me miro con ternura.
─ Buen intento microbio, pero sabes que eso no te va a salvar ─
─ Chris… no me castigues ─
Le mire realmente triste, con ojos de cachorro apaleado, explotando todo lo que podía mi lado infantil y creí que se iba ablandar, su cara me lo decía, pero creo que se sobrepuso y sin decirme nada, tiro de mi para ponerme en sus rodillas.
─ No quiero que nunca más vuelvan a pelearse a golpes ¿Estamos, microbio? ─
Apenas me puso en sus rodillas y comencé a llorar un poquito más… Era ridículo ¿Por qué estaba llorando? No era la primera vez que me castigaban. Creo que lloraba porque me sentía realmente culpable y sabía que lo que había hecho estaba mal.
Asentí alicaído y sentí la primera palmada. Después de esa, vinieron muchas más
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
─ ¡Ay! Snif… Hmfs… ¡Au! ─
Me sentí realmente pequeño en las piernas de Chris ¿Por qué era tan alto? Me hacía sentir más vulnerable, sobre todo teniendo mi trasero a su disposición. Sentirme tan vulnerable y pequeño, al verme sobre sus rodillas, hizo que me dejara sacar el llanto sin intentar retenerlo. Me sentía culpable y además de sentirme culpable, sentía como mi trasero adquiría mayor temperatura y comenzaba a picar más a medida que Chris continuaba nalgueándome.
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─ ¡Au! … Snif… snif… Duele… ¡Ay! ─
Sabía que mi llanto era desproporcionado a las nalgadas que Chris me estaba dando, no era como para que llorara así, de hecho, ni si quiera era para que llorara. Yo estaba sollozando porque estaba arrepentido. Tenía una conciencia muy jodida, que me torturaba y me hacía sentir así de miserable.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
─ ¡Ah! Snif… ¡Chris me duele! ¡ay! Snif… snif… Hmfs…. –
Vale, quizás no era el castigo más fuerte que me había llevado, pero ya comenzaba a arderme enserio que siguiera nalgueándome. Esa clase de ardor que puedes soportar pero que de igual manera molesta. Yo estaba seguro que al menos mi trasero ya había tomado un color rosado y que quizás iba a estar un rato calentito si seguía nalgueándome.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
─ ¡Au! Snif…Lo siento snif… !Ah! ya no me vuelvo a portar mal snif… ¡Ay!… Hmfs ─
PLAS PLAS
─ ¡Au! ─
Chris se quedó quieto y comenzó a acariciar mi espalda. Con eso supe que había terminado.
─ Lo siento…snif… ─
Me levanto de su regazo cuidadosamente y me puso frente a el.
─ A mí no tienes que decirme eso ¿hm? ─ me dijo, mientras me limpiaba las lágrimas que había soltado.
─ Iré a pedirle disculpas a Kevin ─
─ Eso es microbio ─ me dijo y me envolvió en un abrazo, mientras frotaba mi espalda cariñosamente, de una manera reconfortante ─ No pasa nada pequeño… A menos que vuelvan a pelearse a golpes, entonces va a pasar exactamente lo mismo que hice ¿he? Esto es una advertencia, no quiero que vuelvan pelearse y hacerme ser más duro con ustedes ¿Esta bien pequeño? No quiero castigarte más cariño─
─ Ni yo quiero que me vuelvas a castigar ─ respondí sacando una mano para frotarme.
Ciertamente Chris tenía una forma de abrazar muy agradable. Parecida a la de Andres. Solo poca gente puede hacerte sentir tan seguro y reconfortarte de la manera en la que Chris hacía. Supe que si él podía transmitirme eso, era porque Chris formaba parte de mi familia, aunque no estuviésemos unidos por sangre, éramos una familia.
Chris poco a poco soltó el abrazo y me dio una palmada cariñosa.
─ Ya no estés triste ─ me dijo ─ Anda, ve con los demás y avísales que hoy en la tarde dan de alta a Andres e iremos todos a por él ¿Vale? ─
─ ¡Genial! ─ dije y salí corriendo rumbo a la habitación.
Encontré a Kevin, junto con Ana y Ethan intentando arreglar mi trofeo.
─ Ho, microbio ─ dijo Kevin ─ Quizás no quede súper chulo, mucho menos igual que antes, pero mira, al final si tiene arreglo ─
Sonreí de oreja a oreja y volví a sentirme mal por haber roto su guitarra.
─ Lamento lo de la guitarra… ─ le dije, perdiendo la sonrisa ─ Tengo dinero ahorrado… quizás con eso alcance para repararla o para comprarte otra nueva ─
─ No importa ─ dijo restándole importancia con la mano ─ No eres tan fuerte como crees, no la tiraste con la suficiente fuerza y tiene arreglo ─
Una vez más sonreí aliviado.
─ Hoy dan de alta a Andres en el hospital ─ informe ─ Y vamos ir por el en la tarde todos juntos─
─ ¡Sí! ─ exclamo Ana ─ ¡Es la excusa perfecta para decirle a Abie que cocine un pastel! ─
Ana salió corriendo hacia su cuarto. Ethan, Kevin y yo, nos quedamos arreglando el trofeo y preparando un cartel de bienvenida.
─ Don Perfecto, pásame unos plumones ─ pidió Kevin
Era gracioso que Kevin ya siempre llamaba a Ethan “Don perfecto” y que todos llamáramos a Ana “la fierecilla” Definitivamente ya nos habíamos agarrado toda la confianza, ya era agradable estar todos juntos.
Aunque a veces peleáramos (o sea siempre) todos mis hermanos mayores eran buena gente. No importa cuántas veces peleemos, ellos siempre serian mis hermanos, los mejores hermanos que pude haber pedido.


8 comentarios:

  1. Me encantó el capi y ver como son realmente una familia como se llevan y como ayudaron a Ana con los nervios en su primer día de clases... tambien fui la hermana del popular de la escuela y hasta que supieron que eramos hermanos hasta me quisieron pegar JAJA.
    Adoro tu historia casa vez más, y cada vez estoy más intrigada con ese tal Donovan y con Edward. Quiero saber pronto que misterio esconden.

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    1. ¡Jajajaja gracias Chany! Me emociona mucho que me comenten :D Yo eso de tener hermanos populares nunca, me lleva 4 años asi que solo en la primaria coincidimos xD ademas es un rollo que esten en tu escuela, si de por si es celoso, no quiero imaginar como se pondria si me llegara a ver en la escuela con algun hombre jajaja

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  2. Me gustó muchísimo este capítulo, me gustó muchísimo Chris, me gustó muchísimo Ana y, en conclusión, me gustaría muchísimo que sigas xD

    ¿Quién es Edward? ¿Tiene la edad de Ana?

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    1. ¡Gracias Dream! Que bueno que te gusto :D
      A Edward creo que ya lo mencione en algun capitulo, Ana tiene 15 pero el tiene 18 años :)

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  3. Me encantó tu capítulo Aburiru. De hecho lo leí en partes para saborearlo mejor. ¡Sube nuevos capítulos por favor pronto! En mi colegio también se necesita un 7 para aprobar aunque la verdad yo soy más como Ethan en lo que respecta a la escuela, así que no tengo problema.

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    1. ¡Gracias! Me alegra mucho que te haya gustado :D
      Y si se de esas escuelas, lo hacen para que todos tengan buen promedio. Alguna vez me quisieron inscribir a una pero yo realmente soy muy floja cuando no me comprometo xD

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  4. Me encanto el capitulo, tan lindo Ethan siempre queriendo solucionar las cosas por la forma pacifica. De verdad me gusta como Ethan, Kevin y Ana se han ido adaptando a esa nueva vida de convivir en una familia grande. Espero que sigas actualizando seguido.
    Saludos!

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  5. Ethan me recuerda tanto a un exnovio.. igualito deportista y estudioso!!.. Pero al final lo admito mi debilidad son los rebeldes!! Pero me encanta la unión de Ethan y Kevin pero uff pobre Anita con ese par de hermanos celosos como va a poder conseguir novio... Jajaja...
    Muy buena tu historia!! Ya se convirtió en una de mis favoritas!!

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