Páginas Amigas

domingo, 25 de septiembre de 2016

Capítulo 30



Capítulo 30
-      Mi turno (dijo Alejandro cuando el reloj marcó las seis y todos se pusieron tensos)
-      Alejandro (le agarró por el brazo Julio evitando que saliera del coche) es Max el que está ahí dentro (dijo Julio y por primera vez en la vida Sebastian vio a su padre asustado).
-      Lo sé (dijo Alejandro muy consciente de que su hermano no había dejado de sufrir des de que Max entrara en el plan). No dejaré que nada malo le pase.
-      En cuanto estés seguro, danos la señal y entraremos.
-      Y recuerda César es mío
-      Eso no se dijo en ningún momento
-      Quizás sea tu…(A Sebastian le costó mucho mantenerse civilizado) compañero. Pero fue mi vida la que jodió. Solo regresé para acabar con él, si me quitas ese placer te juro que…(Sebastian miró de una forma tan amenazadora a su tío que Alejandro le puso los pelos de punta, ni cuando estaba bajo aquel hechizo y quería matarlo lo había mirado así)
-      ¡Sebastian! (gritó Julio y lo fulminó con la mirada) Tu tío se ceñirá al plan, a menso que la vida de tu hermano corra peligro, si tu hermano corre peligro, me importa una mierda tu sed de venganza…si para salvar a Max tiene que matar a César, lo hará. Y hará bien y tú estarás conforme (dijo furioso Julio a su hijo mayor. Sebastian dio un gruñido y se echó hacia  atrás en el asiento trasero del coche). ¡Sebastian! ¿Conforme? (dijo arrastrando cada una de las sílabas)
-      Conforme (dijo pero sonó tan falso como una promesa electoral. Alejandro respiró hondo y salió del coche. Ahora le tocaba a él)
-      Te juro que hay momentos que me cuesta creer que tienes 27 años (dijo Julio cuando Alejandro salió del coche y se quedaron a solas. Sebastian gruñó pero no dijo nada solo se quedó atento a lo que iban a oír a través de aquel pequeño altavoz)
-      ¿Dónde está? (Alejandro gritó nada más entrar en casa y tras dar un portazo)
-      ¿Dónde está quien? (preguntó César algo inquieto)
-      Ese pequeño cobarde, esa sabandija, esa verguënza para el apellido Bocha
-      Sebastian se fue contigo y no ha regresado (dijo César aunque lago le decía que no era de Sebastian de quien hablaba Alejandro precisamente)
-      No, imbécil (dijo mirándolo con rabia. Cesar dio un paso atrás. Se suponía que el hechizo solo tenía que ser contra los Bocha) de ese ya me he encargado. ¿Dónde está Max? No te atrevas a esconderlo, puedo oler ese hedor desde aquí…huele a putita de vampiro (dijo y César lo miró alucinado, jamás había escuchado a Alejandro hablar así, ni estando realmente furioso) ¡MAXIMILIANO! ¡MAX! ¡SAL DE TU MADRIGUERA, NO ME HAGAS IR A PORTIR, MOCOSO INGRATO!
-      Alejandro, cálmate (dijo Antonia mirándolo con algo de miedo, pero su voz permanecía serena).
-      (dijo señalándola con el dedo), tu cállate, mujer, estoy seguro que tú estás detrás de todo esto. ¡MAXIMILIANO! (volvió a rugir mirando hacia la habitación de Max).
-      Alejandro debes calmarte ¿Qué ha pasado? ¿Y Julio y Sebastian? (dijo César intentando apaciguar los ánimos de Alejandro que estaba claramente bajo la influencia del hechizo)
-      Todos son unos traidores (dijo poniendo la mirada de loco y mirando hacia el infinito) todos conspiraban contra mi. Querían arrebatarme lo que es mío…yo soy el patriarca de los Bocha (cuando Sebastian escuchó eso no pudo evitar reírse, pero se le cortó la risa cuando se dio cuenta de la manera en que su padre lo estaba mirando).
-      Ya vuelves con tus conspiranoias (dijo Antonia rodando los ojos)
-      Cuando acabe con esto disfrutaré rompiéndote el cuello (dijo muy fríamente. Y eso si que sonó demasiado realista para el gusto de Sebastian) ¡MAX! (volvió a rugir. Max asomó tímidamente la cabecita por el salón)
-      Max, ven (dijo Antonia y se puso delante del chico, a modo de protección)
-      Jajaja (rió maliciosamente Alejandro) cobarde hasta tus últimos momentos, escondiéndote tras una mujer. Al menos, ésta no es una asquerosa chupasangres (aunque Max sabía que su tío estaba actuando aquellas palabras le dolieron).
-      ¡No le llames eso! (gritó Max enfadado y no le costó nada fingir la indignación. Antonia tuvo que girarse y darle la espalda a Alejandro para sujetar al chico. El chico no tenía nada que hacer contra Alejandro y le había prometido a Sebastian que no dejaría que nada malo le pasara a su hermano)
-      ¡Max, no! (Antonia se encaró a Max, Max forcejeó algo con ella, lo suficiente para que pareciera real. Cuando Max cambió su cara por la car de semi bestia, Alejandro se lanzó contra el, haciendo una especie de sándwich con Antonia, que finalmente y con mucho esfuerzo, logró separar a ambos Bocha)
-      Has traído la vergüenza a esta familia, tu padre y tu hermano ya han pagado por su traición y tu pronto les seguirás los pasos
-      ¿Qué? ¿qué les has hecho a papá y a Sebastian? (preguntó Max con cara de horror)
-      Lo mismo que pienso hacerte a ti (y volvió a lanzarse contra el pobre chico. “casualmente” César tenía una espada a mano).
-      ¡Max! (gritó César y le lanzó la espada el chico la garró al vuelo. Había entrenado demasiadas horas con esa dichosa espada para no estar familiarizado con ella. Alejandro miró con sorpresa a César y Max aprovechó para clavársela en el corazón a su tío. Alejandro se desplomó en el acto. Max se separó del cuerpo sin vida de su tío asustado, tambaleándose como sumido en un profundo estado de estupefacción)
-      ¿Está? ¿Está? (tartamudeaba Max mirando con terror el charco de sangre que empezaba a formarse bajo el cuerpo sin vida de su tío. César miró a Antonia y Antonia disimuladamente le enseñó el anillo de los Bicha y sonrió)
-      Muerto (dijo César). Max, no has tenido otra…tu tío se había vuelto loco iba  a matarte (dijo en un tono muy paternalista) Ya has oído lo que les ha hecho a tu padre y a Sebastian.
-      Lo he matado (dijo Max casi hiperventilando y esa era la frase. Julio Y Sebastian salieron del coche de inmediato y fueron hacia la casa)
-      Max, iba a matarte (dijo esta vez Antonia)
-      Lo he matado (repitió otra vez Max pero esta vez negando con la cabeza como si todo aquello no fuera real).
-      Max, solo te estabas defendiendo, iba a matarte (dijo César caminando lentamente hacía él. Max dejó caer la espada en el suelo y empezó a  respirar con dificultad, le faltaba el aire)
-      Max, cariño (dijo Antonia y se adelantó a César y fue a ponerle la mano sobre el hombro pero Max se apartó y salió corriendo) ¿Lo vas a dejar irse? (preguntó sorprendida Antonia)
-      No tiene donde ir (dijo César) Regresará en cuanto se le haya pasado el susto. Y entonces no me costará nada acabar con él y con el pequeño.
-      No tendrás tu cura hasta que hayas cumplido con TODA tu parte (le dijo con rabia Antonia)
-      Lo haré, no temas (dijo sonando inquietantemente malvado. Algo que no pegaba para nada con la actitud de corderito que hasta aquel instante había jugado César). Antes de que vuelva a salir el sol habré acabo con toda la estirpe de los Bocha (dijo con rabia para si mismo)
-      Más te vale (dijo enfadada Antonia)
Antes de salir huyendo Max se aseguró que la puerta de la entrada quedará bien abierta, cuando se cruzó con su hermano y su padre, asintió con la cabeza y respiró al fin aliviado. Sebastian le sonrió y siguieron su camino. Ahora solo tenía que esperar en el coche y dejar que Sebastian y su padre lo arreglaran todo.
Sebastian entró primero en el salón, pocos segundos después entró Julio. César los miró sin poder creer lo que estaba viendo.
-      Vaya, César ni que hubieras visto un fantasma (dijo Sebastian y acto seguido se transformó en bestia y saltó sobre César despedazándolo de una forma tan sádica que Antonia y Julio tuvieron que apartar la mirada)


5 comentarios:

  1. Demasiado bueno el capítulo!!!! Pero parece que se acerca el final y no quiero que eso pase.

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  2. 😱😱😱😱 necesito seguir leyendo

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  3. ??? pero que pasa son Alejandro... no se murió o si.
    Gran historia ;)

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  4. Little te admiro mujer!!...
    Eres una escritora increíble!!!
    Necesito seguir leyendo!!..

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