Aquí va el
capítulo 2 ;) Muchas gracias por leer y
por favor comenten!
.
Las primeras semanas fueron un
verdadero infierno. El chiquillo no sabía lo enfermamente estricto que su
“Padre” podía llegar a ser.
Durante los primeros días de
entrenamiento, el hombre no comió ni durmió en lo absoluto. Le daba a Gaara
tiempo de ir a comer rápido mientras él planeaba los siguientes días, pero
aparte de eso no había ni un segundo descanso en el itinerario del chico. Y
simplemente podría lucir cruel, pero el Kazekage estaba harto de darle vueltas
al asunto, y esque al parecer, si quería una solución, tendría que ponerla él
mismo… Y si para eso tenía que presionar al niño metiéndole la idea de que su
padre no comería ni descansaría hasta que progresara al menos un poco, pues que
así fuera.
A pesar de que Gaara no tenía duda de
que había sido la mayor tortura de su vida- resulta que como maestro el tipo no
era para nada flexible y no había querido probar bocado hasta casi dos semanas
después- Sí tenía que admitir que poco a poco estaba viendo resultados. Y
también su padre.
Gracias a dichos resultados, que vaya
que tomaron tiempo, el hombre gradualmente fue reduciendo la duración de los
entrenamientos hasta llegar a un punto más o menos normal. Incluso, cuando
estuvo convencido de que era seguro, comenzó a enviar a Gaara a la academia,
obviamente tomando todas las medidas de seguridad posibles, incluyendo la de
decirle a sus hijos mayores que cuidaran de su hermanito por muy estúpido que
sonara.
No obstante, lo que al principio parecía
haber sido una terrible idea, un par de meses después comprobó no haber sido
tan mala… El hombre no podía evitar notar que había días en los que incluso el
niño llegaba contento, podría atreverse a decir, y la razón era aún más
sorprendente…
Al parecer, según Temari y Kankuro, Gaara
ahí estaba mostrando tan buen control de su arena en la escuela como en casa…
Por lo cual, había alguno que otro compañero de clases que se acercaba a jugar
con él a la hora del descanso.
Todo marchaba increíblemente perfecto
de no ser por un sólo detalle… Y es que mientras que Gaara parecía haber dejado
de intimidar a sus coetáneos, no se podría decir lo mismo su actitud hacia los
adultos… Ya iban fácilmente diez amenazas de expulsión por parte de la
academia. Al parecer las intensas miradas de desprecio y el florido vocabulario
de su hijo eran algo que juntos resultaban sumamente ofensivos en la academia
de la aldea…
Y esque si bien la condición de Gaara
respecto a su demonio había estado mejorando, no pasaba lo mismo con la
relación del muchachito con su Padre… Y vaya que el Kazekage no hubiera pensado
lo mismo hace dos años, pero vaya que extrañaba a su hijo pequeño tan
respetuoso y que siempre estaba fastidiando para caerle bien.
Sobretodo en ese momento…
-¿Qué es esto?- el Kazekage se le que
quedó viendo al sobre que el chiquillo insolente- ahora de 8 años- acababa de
poner sobre su escritorio (después de haber entrado a su oficina sin siquiera
tocar).
Gaara le dirigió una mirada petulante
de “¿Cómo te atreves a dirigirme la palabra?”.
-La escuela lo mandó-
El hombre le dirigió una precavida
mirada de confusión, pero tomó el documento y abrió el sobre tan sólo para leer
uno de los más humillantes documentos de su vida…
¿Maestra sombra para lidiar con problemas
severos de conducta? ¡Esa escuela le estaba exigiendo una niñera privada para
su hijo de 8 años!
-¡¿Pero qué mierdas es esto, Gaara?!-
El chiquillo petulante no hizo mas
que encogerse de hombros.
-Ahí dice-
-¡¿Una maestra sombra?!-
-Algo así escuché que decía la
directora-
-¡Ugh, y me van a cobrar el sueldo a
mí!- mientras más leía, menos le gustaba…
A Gaara no podría importarle menos.
-¡¿Sabes qué me da esto?!- azotó el
documento en el escritorio.
Gaara no parecía muy interesado en la
conversación, pero el hombre continuó de todos modos.
-¡Me da mucha vergüenza!- en verdad
que era paciente porque ganas no le faltaban de soltarle una bofetada por
insolente- ¡¿Porque cómo es posible que quieran una maestra más sólo para ti
porque no te sabes comportar?!-
El niño parecía bastante aburrido.
-Como sea, ¿la vas a pagar o no?-
El tipo se puso rojo de coraje… Hasta
parecía constipado.
-Pues… ¡No!-
Eso sí que llamó la atención del
chiquillo.
-¿Y entonces?- Gaara frunció el ceño,
no pensó que esa respuesta por parte del hombre fuera una opción. Si algo había
escuchado decir a la señora irritante esa que era directora de su escuela, no
podría seguir yendo ahí si no era con una maestra para él solo. Él no quería
dejar de ir a la escuela tampoco…
-Te voy a cambiar de escuela, y pobre
de ti donde te corran de esta también porque entonces el que te va a dar las
clases voy a ser yo, a ver si te gusta llevarte un cintarazo cada que te
distraigas o te equivoques en cosas que ya deberías saber-
-¡Eso no es justo!- el mocoso replicó
como antes de lo de Yashamaru jamás lo hubiera hecho, y eso sólo enfureció aún
más al hombre.
-Ah, ¿Qué no puedo?-
*
-¡No! ¡No quiero ir!-
-¡No me importa!- tomó al niño de la
espalda de la ropa y lo jaló bruscamente para separarlo de la columna a la que
se aferraba- Y ya cálmate- realmente estaba batallando para utilizar su oro
para destrozar las defensas de Gaara y forcejear con el niño al mismo tiempo.
Casi lo suelta cuando el mocoso le
atinó una patada a la barbilla.
-¡YA BASTA!- eso era todo. Zarandeó
un poco al muchacho y lo soltó en la cama del chiquillo- Recoges tu mochila y
bajas en dos minutos, sino te cumplo y hoy mismo comenzamos clases tú y yo-
gruñó peligrosamente furioso antes de echar a andar hacia la puerta- ¡Avisa a
la academia de Konoha que vamos para allá!- ladró a uno de los ANBU que hacían
de guaruras a su casa.
Adoro el personaje de Gaara así sea un rebelde sin causa! pobre la que le espera de ahora en adelante
ResponderBorraruuuff más le vale portarse bien al chico!!
ResponderBorrarPorque eso de que le va a dar un cintarazo por cada cosa que se equivoque no sonó nada lindo!!