Terry Grandchester
Terrence “Terry” Grandchester nació en la ciudad de Nueva York, a las 7:43 am del 28 de Enero de 1896. Su madre, la reconocida actriz teatral Eleanor Baker; su padre, el joven Duque de Grandchester, heredero de uno de los títulos más importantes en la nobleza Inglesa.
“Terry” fue considerado fruto de una relación no reconocida y mucho menos aceptada por parte de la familia Grandchester, el joven Duque tuvo que ceder a las exigencias de la familia y se negó a casarse con Eleanor. Siendo Terry su hijo primogénito, el duque no dudo en llevarlo consigo de regreso a Inglaterra, donde ya lo esperaba un matrimonio arreglado. Así fue que, a la temprana edad de 5 años Terry fue arrebatado de las manos de su madre. Esta experiencia traumática dejo huellas muy profundas en el carácter de Terry. Su niñez en el seno de la familia Grandchester fue definitivamente muy infeliz. Su madrastra, una mujer bastante poco agraciada físicamente, no dudaba en hacer de Terry objeto de sus burlas y sarcasmos, siempre enfatizando el estatus de Terry en la familia como “el Bastardo”.
El comienzo de la rebeldía
El pequeño Terry de 6 años se encontraba en el baño
terminando de vestirse, hoy era el dia que habían acordado para presentar en
sociedad a su hermanastro y no quería perderse este evento ya que le llamaba
profundamente la atención… Terry había nacido de una relación no aceptada y por
lo tanto no había vivido la experiencia que estaba por vivir su hermanastro
menor.
- Hijo….-
Decía por décima vez el duque a su pequeño.
- ¡Pero es en honor de
mi hermanito Papá! - Respondió y el
duque sonrió.
- Es que hijo...tú
puedes venir.
- ¡Yo sí voy! -
Medio gritó y él duque suspiro cansado.
- No, Aun eres un
niño y vas hacer lo que yo diga.…además las normas dicen que no pueden ir
menores - Trató de explicar.
- A la porra con las
normas.
- ¡Terrence entiende!.-
Advirtió el duque, alzando un poco la voz. No sabía si dejar pasar el
insulto, o no, su hijo era pequeño para conocer palabras peores.
- ¡No!.-
Gritó el niño y lanzó al suelo el perfume más caro del duque… luego
desenrollo el papel higiénico dejándolo regado por todo el suelo del baño
para luego, lanzar todas las blancas y pulcras toallas del gabetero al
suelo
- ¿Has terminado?.- Preguntó
en un tono totalmente peligroso.
Terry se dio cuenta de eso porque de un momento a
otro se quedó quieto y observó a su padre respirando agitadamente y asintió con
la cabeza...Sin decir una palabra el Duque de Granchester se levantó,
caminó hacia su hijo con rapidez y se
volvió a sentar con su hijo sobre sus rodillas,
terry cerró los pequeños ojitos rápidamente hasta que sintió en
sus trasero.
PLAS PLAS
- ¡Se acabaron las
pataletas de niño malcriado!
PLAS PLAS
- Terrence, Cuando yo
digo no, es no ¿Entendido?
El pequeño terry lloró con más fuerza, pero
no dijo nada. Su padre dejó caer su mano, pero esta vez con un fuerte
PLAS….
- Buuaaaaaa ...Sí, papá.
Lo siento.
- Está
bien.- El duque lo levantó, abrazó y le
acarició la espalda mientras su hijo lloraba desconsolado.- Hijo, no
llore te amo y esta todo bien entre nosotros.- Aquello bastó para
que el pequeño dejara de llorar, el Duque odiaba tener que castigar a su
hijo pero no podía permitir insultos de ningún tipo y si debía
disciplinarlo lo haría en la intimidad y acorde a su edad….
Después de la presentación en sociedad de su
hermanastro le siguieron dos niños más. El duque comenzó a viajar por
cuestiones de la realeza y dejó a Terry al cuidado de su esposa, esta al ver la
ausencia del duque comenzó a maltratar y denigrar al pequeño, le decía a sus
hijos que le llamaran a terry “El Bastardo” así que el cariño que terry sintió
un dia por sus hermanastro se transformó en rabia, pena y en especial mucho
dolor.
A la edad de 12 años, Terry fue finalmente enviado
por su padre a estudiar al Real Colegio San Pablo en la ciudad de Londres. El
chico, quien para entonces se había vuelto por demás hosco y retraído, se hizo
rápidamente de mala fama. Consciente de que el Colegio San Pablo recibía
consecuentemente generosas donaciones económicas de parte de su padre, Terry
sabía que su estancia ahí estaba por demás asegurada, así que no ponía el menor
empeño en asistir a clases con regularidad ni mucho menos intentaba acatar
cualquiera de las innumerables reglas que regían el Colegio.
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