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lunes, 28 de enero de 2019

CAPITULO 32: ouragan




CAPITULO 32: ouragan
Al entrar por primera vez a un estudio para cantar, fue recibido por el amigo de su padre, quien le acompañaba sin perderle ni un minuto de vista, habían acortado como parte del plan de ayuda, incluir el canto como un escape de sus emociones, ya que la última vez que le habían visto cantar había sido en el festival de la escuela, mas no desde el suicidio de su gran amigo.
Miguel: un gusto tenerte aquí Edward, estoy para apoyar en todo lo que sea necesario, así que Ariel, este estudio será tu pequeño refugio, solo tienes que entrar, pedirme la pista de una canción que te sepas y cantar, si solo deseas cantar, adelante, es tu espacio, tu tiempo.
Ariel: bon gars…o sea, ¡eres una finísima persona¡
Miguel: no estarás solo, me acompañan los técnicos, pero no te molestaran, imagina que estas solo, tenemos trabajo atrasado, estaremos en lo nuestro,  el espacio es tuyo.
Ariel: me da igual
Miguel: ¿Qué pista deseas cantar?
Ariel: a success of the past¡¡¡
Miguel: ¿conoces la canción ouragan?
Ariel: all mine
Miguel: ¡Vaya sorpresa¡ esa canción fue un verdadero éxito, pues adelante, la cabina es tuya, ignóranos.
Al entrar a la cabina de audio y colocarse los audífonos, se sintió en su espacio, mas no se emocionó, era solo un momento, al escuchar la pista de la canción ouragan, Ariel la identifico y se dejó guiar por la pista, conocía la canción, al abrir su boca y comenzar a cantar en francés,  fluyo en movimientos libres con total confianza, sin notar la presencia de otras personas que le admiraban con sorpresa, ese chico en verdad cantaba bien.

Vision d'orage, j'voudrais pas qu'tu t'en ailles.
La passion comme une ombre, fallait que j'y succombe.
Tu m'enlaçais dans les ruines du vieux Rome.
À part nous, y'a personne, seul le tonnerre résonne
M'emprisonne, tourbillonne.
Comme un ouragan qui est passé sur moi, l'amour a tout emporté
Dévasté nos vies, des lames en furie qu'on ne peut plus arrêter.
Comme un ouragan, la tempête en moi a balayé le passé
Allumé nos vies, c'est un incendie qu'on ne peut plus arrêter.

 Ariel cantaba con los ojos cerrados, bailando suavemente mientras recordaba a su amigo Dony, las noches en las cuales contemplaban las estrellas, los días en los cuales corrían y competían, jugaban, las reuniones de canto,  su sonrisa, le recordó colgando del árbol, las suaves lagrimas fluían del rostro sin que esto alterara su suave voz, continuaba cantando con suavidad, sin desentonar, vibrando en cada frase, sintiendo la pasión por el canto.
Edward le observaba con nostalgia, le veía llorar, sentía como se desenvolvía en el canto, escucharle era simplemente algo doloroso, era muy duro verle sufrir, verle plasmar sus emociones en el canto,  le dolía también soltarle, no le quería dejar ir de las manos, era su hijo, su retoño, era el padre de un cantante.
Miguel: Edward ¿aceptas que se grabe esta versión sin que Ariel se dé cuenta?
Edward: sería grandioso¡¡¡
Miguel: de hecho lo estamos haciendo, tiene un timbre de voz maravilloso, esta canción se puede arreglar con varios sonidos, es un gran cantante-
Edward: adelante
Miguel: Ariel, escúchame, ¿podrías volver a cantar la canción? Me encanto oírte
Ariel: -suspirando- I’can’t….
Miguel: Bien, tranquilo, trataremos con otra, ¿deseas seguir cantando?
Ariel: Encore un petit peu
Miguel: ¿Qué dijo Edward? Por favor tradúceme
Edward: Ariel, habla solo español, no quiero un desplante para Miguel
Ariel: Je veux dire, je ne peux pas parler dans la langue que je veux?
Edward: no en este lugar
Ariel: -haciendo una mueca de molestia, Ariel acepto hablar solo español- mmhh…solo un poco más, eso dije.
La tarde transcurrió entre sorpresa y asombro, la voz de Ariel era clara, una delicia escucharle, y sobre todo, escucharle cantar en francés, los ahí presentes no se esperaban que sin ser un cantante profesional tuviese ese timbre de voz tan dulce y cálido, sobre todo que hablara varios idiomas.
Edward: en realidad el enano habla inglés, francés, alemán, español y catalán, además ahora está en clases de italiano.
Miguel: deberías sentirte orgulloso de tu hijo, es único
Edward: claro que estoy orgulloso de mi rebelde hijo, es mi vida, le amo con locura, además escucharle cantar me deja atónito, no me imagino perderle en medio de la fama, es sencillo, es mi retoño, no le quiero dejar.
Miguel: los hijos son prestados, algún día se irán de nuestro lado
Edward: el mío solo tiene 14 años
Al retirarse del estudio Ariel estaba callado, meditativo, obedeciendo a su padre como el hijo más respetuoso.
Edward: ¿todo bien enano?
Ariel: papi…extraño mucho a Dony
Edward: si note que llorabas mientras cantabas ouragan, mas no te quise interrumpir, es sano que saques tus emociones, necesitas aprender a vivir con su ausencia, recuerda que jamás estarás solo, siempre tu familia a tu lado.
Ariel: gracias papi
Edward: ¿se te antoja algo para comer?
Ariel: para nada….
Edward: ¿vamos a mi restaurant favorito?
Ariel: mmhh…- con sonrisa pícara- ¿y si te digo que no tengo hambre?
Edward: me encanta que comas, así que iremos donde desees, solo pídemelo.
Ariel: Je déteste l'idée même de manger
Edward: tú decides, comes por las buenas o te hare comer a la fuerza
Ariel: no tengo hambre papi¡¡¡
La semana en el instituto transcurría con normalidad, más atención en clases y cumplimiento en las tareas, solo que esa semana no se quedaría en deportes ni iniciaría las clases sabatinas, pues con el bajo peso que tenía, lo menos que deseaban era que continuara perdiéndolo con los ejercicios, aunque no siempre era todo paz en la casa. Al llevarlo a cantar al estudio, y sin que él lo sospechara, Miguel grababa un disco inédito,  solo que sus padres estarían detrás de la producción, estaban encantados con la oportunidad de llevarle a cantar y agradecidos por las grabaciones, de hecho, pagando por esta nueva aventura, esperando que Ariel simplemente comenzara a comer y dejara de ser rebelde.
Esa mañana al bajar al comedor, ya sus padres le esperaban con el desayuno listo, estaban felices de poder compartir nuevamente el comedor con toda la familia, pues también estaban presentes nany y la bebe. Más al ver el desayuno Ariel no dudo ni un minuto en hacer tremendo berrinche a pesar de ser día escolar.
Ariel: ¿avena? Noooo
Susan: si, avena súper rica, un chocolate, pan tostado con mermelada y un puño de almendras
Ariel: no quiero esoooo
Susan: ¿te hago un huevito en torta o con jamón? ¿Quieres un cóctel de frutas?
Ariel: nooo
Susan: ¿entonces qué quieres desayunar?
Ariel: o sea, no comidaaaa
Susan: está bien, te prepararan un licuado de fresa, pero también debes comer algo sólido, avena, un sándwich, o un huevito.
Ariel: noooo
Susan: hijito, por favor, basta
Y sin poder esperarse esta respuesta, Ariel se dejó caer de rodillas al piso, se negaba a comer, no le importó traer uniforme ya puesto,  Susan buscaba de todas formas tranquilizarle y hacer que se levantara, solo conseguía mas gritos, al entrar al comedor Edward se limitó en intentar poner de pie a Ariel, al intentar levantarle este de dejo caer al suelo completamente acostado, a Edward le resultaba una tarea difícil, así que le levanto y  recargo el cuerpo de Ariel sobre el suyo, comenzó a propinar unas fuertes nalgadas intentando frenar de esa manera el berrinche.
Edward: te dije que te levantaras y desayunaras, no me dejas más opción
ZAS ZASS aaayyy ZASS ZASS nnooouuggghh ZASS ZASS aaaahhhhaa ZASS ZASS aaahhaaaahhhggg ZASS ZASS papiii ZASS ZASS sniff sniff papiii  aaaahaaahhhggg  YYYAAAA aaaaaaahhhh sniff aaaaaaahhhhhhggg
Ariel nuevamente se dejó caer al suelo, se negaba a ponerse de pie, estaba en pleno berrinche y se le dificultaba respirar.
Edward: Ariel, respira, respira, ahora sí, ponte a comer que se nos hace tarde para el colegio
Ariel: noooo aaaahahhhhgg aaaggggg – el chico inhalaba aire entre el llanto-
Edward: Ariel, respira…. iras llorando al colegio, mejor que te sientas, te tranquilizas y comes esa avena
Ariel: sniff sniff no quierooo sniff sniff aaahaaaahhggg   aaaaaaaahhhhhgggg
Edward: última advertencia, así que ya párate y ven al comedor, te daré de comer en la boca si es necesario
Ariel: noooggg aaaahhhhgggg
Edward: esta mañana estas insoportable, te niegas a obedecer
Ágilmente le volvió a poner de pie, dirigiéndole al baño le enjuago la carita, a pesar de la resistencia, pues se movía y dejaba nuevamente caer al suelo, así que aprovechando que el cepillo de madera estaba a su alcance, le propino 5 nalgadas más, las cuales lograron frenar por fin el berrinche.
ZASS aaaaahhhgg ZASS ZASS aaaaaaahhggg ZASS yaaaaa ZASS dueeleee aaaahhhggg
Edward: espero que con esta advertencia vayas aprendiendo a obedecer, fueron totalmente innecesarias estas nalgadas, las podías haber evitado con haber frenado tu berrinche, pero parece que buscas hacer todo difícil, ahora a desayunar que no te llevare al colegio en ayunas.
Al regresar al comedor, Ariel sollozaba incontrolablemente, tomo asiento y cuando lo hizo nany coloco un pato calientito de atole, acariciándole el cabello, le alzo la cabecita, después le sujeto ambas manos mientras le daba de comer en la boca, algo que tenía que aceptar Ariel para no volver a sentir el cepillo en ese día.
Al llegar al instituto Ariel aun  sollozaba, y justo antes de entrar Edward le detuvo y abrazo fuertemente.
Edward: ¿te sientes bien?
Ariel: si sniff sniff
Edward: le diré a la Miss que te duele un poco la cabeza, así te puedo llevar a casa.
Ariel: sniff sniff no sniff sniff
Edward: ¿estarás bien en la escuela?
Ariel: sniff si sniff sniff
Después de justificar el llanto ante la directora, le acompaño a los sanitarios para enjuagarle el rostro y lograr que se calmara,   después le acompaño a la cafetería escolar, ahí le compro el licuado de fresa que tanto deseaba, estaba consciente de que ya había sonado la campana de la entrada, más cuando él estaba en el instituto, se respetaba su tiempo con su hijo, después de todo, era casi el dueño legitimo del instituto de Elite, sin embargo, prefería que esto se mantuviera en el anonimato para no afectar la seguridad de su pequeño. Una vez que estuvo sereno, le despidió con un beso en la frente, era grande el amor que sentía por este pequeño, mas no se iba a dejar doblegar por los berrinches infantiles.

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