Páginas Amigas

miércoles, 5 de junio de 2019

Capítulo 9




Daniel POV
Al día siguiente estábamos todos en las mesas para el desayuno.
—Amén—dijeron todos después de la oración de gratitud por los alimentos y las mujeres que estaban paradas esperando con la comida caliente en recipientes comenzaron a servir.
En ese momento me di cuenta que Josué (mi amigo de la secta) y su familia habían llegado. Pues el día anterior no los había visto.
—Bueno—informó el pastor —el día de hoy en la reunión de la iglesia vamos a hacer un anuncio importante a todos los miembros de la iglesia, pero les voy adelantando a ustedes que forman parte de los elegidos entre los elegidos.
—Tenemos el proyecto de un seminario bíblico para la preparación de pastores y misioneros para expandir la iglesia. Pero para que las distracciones del mundo no nos estorben, lo vamos a hacer en Puerto Escondido, Oaxaca.
—Los alojamientos serán en las casas de otros hermanos de la iglesia de Puerto Escondido. Y el hermano Javier será el encargado de la congregación durante los dos meses del seminario.
Yo miré hacia Josué que tenía una sonrisa enorme, pues Javier era su papá.
Después del desayuno los adultos se quedaron en el comedor platicando mientras las niñas lavaban los trastes y arreglaban las mesas, y a nosotros nos mandaron a guardar todo el equipaje y tender las camas.
Normalmente me hubiera quejado de que ellos no hicieran nada, pero Luis me dijo al oído:
—No te preocupes, quiero hablar contigo, y así vamos a estar solos en el cuarto mientras arreglamos. — y yo lo seguí algo sorprendido porque él no estuviera incluso más molesto.
Una vez dentro, mientras yo empezaba a meter la ropa en las maletas, Luis se sentó en la cama y me dijo:
—Yo no pienso ir a ese seminario de m....
Detuve lo que estaba haciendo y lo miré —Yo, tampoco. Pero lo que necesitamos es asegurarnos de que nuestros papás no quieran ir.
—¿Cómo?
—No sé. Tenemos que pensarlo, pero por lo mientras, en el viaje a casa tenemos que decírselos.
Seguimos arreglando todo en silencio, mientras pensábamos en esto.

    Unas horas más tarde, durante el viaje de regreso
—Papá, Mamá, Daniel y yo queremos decirles algo.—Dijo mi hermano mientras mi papá manejaba en la carretera.
—¿Acerca de el seminario? Supongo que no quieren ir.
—No. —dijo inmediatamente mi hermano
—No, creemos que no es lo mejor. —intervine yo.—¿No podemos dejar nuestras vidas, la escuela, todo así nada más, cierto?
Mi papá suspiró antes de contestar. —Tu mamá y yo creemos también que no es lo mejor, pero todavía no hemos tomado una decisión final.
—OK
—Está bien—dijimos nosotros
Cuando llegamos a la iglesia mi hermano y yo tratamos de portarnos muy bien, para comlacer a nuestros papás. El sermón trató acerca de la importancia de predicar. No me interesaba pero traté de fingir que estaba poniendo atención. Al terminar el pastor dijo:
—Ahora necesito que se queden los miembros oficiales de la iglesia para un anuncio que daremos dentro de unos momentos.
Yo me empecé a preocupar. ¿Si lograban convencer a nuestros padres? Ese pastor era experto en convencer a la gente, para prueba bastaba recordar como los habían manipulado para castigarnos al estilo medieval.
La gente que todavía no eran miembros oficiales fueron saliendo paulatinamente.
Después de darle algunas vueltas decidí arriesgarme con una mentira.
—Papá, me siento mal. Le dije agarrandome el estómago. ¿Nos podemos ir ya?
—Ya casi nos vamos.
—Pero es que me siento muy mal, no aguanto de verdad.
Mi papá me miro con un poco de preocupación, pero en ese momento el pastor tomó el micrófono.
—Bueno, hermanos, tomen sus lugares porque vamos a dar el anuncio.
—Ve al baño si tienes que ir, y ve a buscar al doctor.
—Pero no me gustan los baños de aquí. —traté de jugar mi última carta, arriesgandome a que se lo tomará como una ofensa por ser la iglesia un lugar tan importante para él.
—Pues es lo que hay, hijo. Me dijo distraído porque el pastor comenzaba a hablar.
Así que no me quedó de otra más que fingir ir al baño. No era mentira que no me gustaban, estaban limpios porque cada miembro de la iglesia era literalmente un esclavo al servicio de esta, y la gente se turnaba para limpiarlos y hacer otras actividades de mantenimiento, pero no eran lujosos en lo más mínimo. Después de orinar solamente, me lave las manos y me fui a ver al doctor, que era un médico miembro de la iglesia que fungía como médico para emergencias durante las reuniones.
Le dije que me sentía mal, me preguntó los síntomas y yo mentí lo mejor que pude. Su expresión fue seria todo el tiempo, y no pude ver si realmente se la había creído, pero me dio una pastilla y un poco de agua de uno de los garrafones.
—Tómate esto, y ve al baño si tienes que ir. Eso debe ser suficiente.
Me dijo y se fue.
Yo fingí que me tomaba la pastilla y me fui a donde estaban Luis mi Papá y mi Mamá.
—No pueden comparar nada de este mundo con lo que es celestial. Es una decisión que ustedes deben tomar, pero si es por comodidad que prefieren quedarse aquí a ir a prepararse para servir a la iglesia y predicar, pero no veo como pueden, por comodidad, afán o ambición mundana quedarse y seguir llamándose cristianos.—Y el pastor citó el versículo del joven rico y otros así.
En ese momento me di cuenta que los había subestimado, la expresión en la cara de mis papás lo decía todo, Luis y yo habíamos vuelto a perder.
El pastor terminó y unos de los jóvenes pasaron unos micrófonos para que hicieran preguntas.
—¿Cuánto tiempo va a durar?
—Aproximadamente seis meses.
—¿Cómo va a ser el alojamiento?
—El alojamiento va a ser en casas de los hermanos de la zona, ellos van a apoyar con algo de comida conforme puedan, pero también es importante que ustedes ayuden, así que si tienen ahorros o pueden vender algo, lo van a necesitar para ayudar a los gastos y para la comida. También hablé con uno de los hermanos de allá que tiene cafetales y acordamos que los que lo necesiten pueden trabajar parcialmente ahí.
—¿Los que tenemos hijos en edad escolar, como le vamos a hacer con la escuela?
—Nosotros sugerimos escuela en casa. La escuela de la iglesia nos va a dar copias de material para ello, y un maestro va a ayudar con temas que sean difíciles para ustedes dar.
Cada respuesta era más aterradora para mi hermano y para mi que la anterior.
Mi papá levantó la mano y le pasaron un micrófono
—¿Sí? hermano Patricio—dijo el pastor
—¿Qué es escuela en casa?
—Es un método de educación que algunos de los pastores y otros hermanos usamos para nuestros hijos, consiste en que en lugar de que nuestros hijos asistan a la escuela, estudian en la casa con material escolar y su mamá es la maestra. Para temas más complicados nosotros los papás o algún maestro de la escuela de la iglesia les ayuda. Es un método con muchas ventajas, la principal es que mantiene a nuestros hijos separados de malas influencias en la escuela.
Esto no me estaba gustando en lo más mínimo.
Cuando terminaron las preguntas vi que el "doctor" se acercó a mi papá y le susurró algo al oído.
"Ya valí" pensé
Pero mi papá no me dijo nada hasta que llegamos a la camioneta.
—Ya me enteré que me mentiste hijo. —me dijo —en la casa hablamos.
Yo ya había tenido algo de experiencia con esas "charlas" para saber que habría otro tipo de sonidos aparte de palabras en ella.
—Ni sueñen que yo voy a ir a ese estúpido seminario. —Explotó Luis a medio camino.
—¡Cálmate Luis y deja de gritarnos!—Gritó mi papá frenando el carro de golpe. El auto que venía atrás casi nos choca y se colgó del claxon.
—Santa Ma... —exclamó mi mamá y se detuvo, porque ahora en la nueva iglesia ya no permitían que se le orará a María. Criticaban lo que llamaban "la idolatría del Catolicismo".
—Papá yo tampoco creo que sea buena idea. ¿Apoco te van a dejar en tu trabajo pedir 6 meses de vacaciones? ¿Y qué vamos a hacer con la escuela, apoco nos van a dejar reinscribirnos seis meses después como sin nada?
—¡Y ni sueñen que yo voy a hacer eso de escuela en casa!- Volvió a gritar Luis. No quiero ser el único niño del país que no va a la escuela.
—No serías el único—dijo mi mamá
—Del dos por ciento más marginado, nada más. —dije yo amargamente
—¡Silencio! —volvió a decir mi papá severamente. —Les dije que se callaran. Yo soy la autoridad y me van a hacer caso. Luis ya te había advertido, te la ganaste también.
Vi que Luis se soltó a llorar, pero creo que más de frustración que por la amenaza del castigo en sí. Traté de poner mi mano en su hombro para reconfortarlo pero me lo sacudió, cuando se ponía así mi hermano se cerraba a todos.
Patricio POV
Llegué a la casa y estacioné la camioneta.
—Me esperan en sus cuartos. —dije ya un poco más calmado
Daniel no dijo nada pero abrió la puerta y salió lentamente y con expresión de preocupación, Luis salió después, con expresión enojada y azotó la puerta. ¿Qué ese niño no entendía que tenía que obedecernos y respetarnos? Yo suspiré y salí, si no querían por la buena tendrían que entender por la mala. Mi esposa me abrazó, estaba llorando. Yo también me sentía muy frustrado, por más que trataba de educar a mis hijos en disciplina y amonestación, primeramente con el ejemplo y después con instrucción y corrección, parecía que no servía de nada.
Rompí el abrazo y me dirigí al árbol de sauce. Tenía que tener fe, el pastor decía que la fe era lo más importante. Algunas promesas tardaban años, como la del hijo de Abraham, que tardó más de cincuenta años. Animado con estos pensamientos seleccioné una vara que cumpliera con el tamaño que me habían recomendadoy después le quité las hojas y le raspé los nudos que quedaban con una de las paredes de piedra que rodeaban la casa.
Finalmente me dirigí a la casa, y decidí empezar con Luis.
Cuando entré a su cuarto estaba sentado en su cama llorando. Se me estrujó el corazón, pero en ese momento Luis se paró y me gritó:
—¡Vete, salte de mi cuarto! Te odio —y en voz apenas perceptible — tu ya no eres mi papá.
Por un momento me quedé pasmado, de dolor y de coraje. ¿Cómo se atrevía a decirle eso a quien le dio la vida y le daba absolutamente todo lo que tenía, y aún más, hacia todo lo posible por darle la fe, una herencia que trascendería este mundo? Pero recordé las sabias palabras del pastor: "Nunca te tomes personal lo que un hijo diga mientras lo estás castigando, debes reprenderlo o castigarlo un poco más severamente si te falta al respeto, pero tienes que entender que durante un castigo un hijo puede decir cosas que no piensa debido a la tensión del momento.
—Hijo, entiendo que estés molesto ahorita, ninguna disciplina es agradable al principio—le dije parafraseando otro versículo—pero yo solamente busco lo mejor para ti. Y te tengo que castigar por desobedecer y faltarme al respeto. Así que por favor bájate los pantalones e inclínate en la cama como ya sabes.
—No. No lo voy a hacer.
Así que se iba a poner rebelde, pensé en las opciones que me había explicado el pastor que tenía si esto pasaba algún día. No podía amenazarlo con quitarle el club y esas cosas porque eso de todas formas ya no las iban a tener, al menos por un tiempo, así que decidí adoptar otra de las estrategias.
—Si no cooperas tendré que llamar a tu mamá. Para que me ayude a detenerte, y aún así el castigo va a ser sin pantalones.
Recordé aquella vez que Luis me había suplicado que lo castigará yo porque le daba vergüenza que su mamá lo viera, así que pensé que funcionaría, pero Luis se quedó ahí parado sin hacer nada ni decir nada, así que yo tuve que cumplir.
—Amor, vienes un momento a ayudarme por favor.—la llamé y ella subió. Mi esposa no era la mujer más grande y fuerte del universo, pero llevaba varios años yendo al gimnasio, y ella a diferencia de muchas de sus amigas del club si entrenaba y no iba nada más a compartir chismes. —Necesito que me ayudes a sujetar a Luis para el castigo porque no se deja.
Entramos al cuarto y yo deje la vara en la cama y sujete a Luis de los hombros. —Hijo por favor haznos caso, de lo contrario solamente va a ser peor. —E intenté jalarlo con algo de fuerza hacia la cama, pero puso resistencia, y como era un chico atlético esta era considerable. Así que sintiéndome extremadamente culpable por hacerle esto a mi hijo le hice una llave y lo tumbe contra la cama, cuidando que no se pegara en nada. Mi hijo protestó y trató de safarze, pero yo lo tenía bien agarrado, con sus brazos sujetado detrás de la espalda. Otra ola de pensamientos de culpabilidad me pasaron por la cabeza, esta era una técnica que el entrenador de defensa personal del club nos había enseñado para dejendernos, no para usarla contra nuestros hijos, pero bloquee todos los pensamientos porque nada era peor para mí hijo que pasar una eternidad en el infierno, es cierto que le estaba causando un dolor temporal, pero por un bien mayor.
—Bajale los pantalones y la ropa interior —le dije a mi esposa, pues si lo soltaba se levantaría.
—No, no! —Gritó Luis —Suéltame hijo de p....
Plas
Hasta yo me sorprendí de la sorpresiva cachetada que le lanzó mi esposa a Luis.
—¿Cómo se te ocurre hablarle así a tu padre, y usar ese lenguaje en esta casa?
En ese momento Luis se echó a llorar y dejó de forzejear. Creo que incluso antes de que nos hubiéramos convertido, mi esposa nunca le hubiera permitido decir eso. Era de las pocas cosas que no les tolerabamos a nuestros hijos incluso desde mucho antes.
Mi esposa agarró el cinturón de mi hijo y se lo desabrochó. Luis comenzó a forcejear un poco otra vez, pero con menos ahínco y en vez de eso me rogó.
—Papá, papá, perdón, pero por favor pegame tu solo, por favor, no quiero que ella me baje los pantalones, me voy a dejar, por favor.
Mi esposa me miró inquisitivamente y yo asentí y solté a Luis, el se levantó llorando y se sobó el brazo donde lo había estado sujetando.
Ella lo abrazo y el se echó a llorar otra vez, pero ella lo alejo un poco y salió del cuarto. Luis estaba transformado, llorando y mirándome con miedo y tristeza. No me pegues tan duro Pa, dijo y se bajó el solo el Jeans y se puso en posición.
"Definitivamente el pastor es una de las personas más sabias que conozco." Me dije a mi mismo y me sentí orgulloso de que Daniel algún día podría llegar a serlo.
Pero por el momento me tenía que concentrar en el castigo.
Me acerqué y con cuidado de no tocar demasiado le bajé el bóxer a Luis jalandolo de la orilla del elástico. Esta era una media que en un principio me había parecido extrema, pero confiaba en la sabiduría de la iglesia, además de que el pastor me había explicado que algunas de las razones era porque dolía más lo que garantizaba un castigo más efectivo y que así era más difícil excederse porque veías lo que estaba pasando.
Mire el trasero desnudo de Luis, me sentía algo incomodo haciéndolo, y trataba de evitarlo, pero tenía que ver donde iba a pegar. Todavía se veían un poco las marcas del castigo que se había llevado un día antes en contraste con su pálida piel, pero ya muy difuminadas.
Swish
Todo su cuerpo se tensó con el primer golpe. Y era perceptible que estaba apretando los músculos de las nalgas, como reacción normal al dolor.
Swish swish. ¡Ouuuch!
Deje caer los siguientes dos varazos y se tensó más. Se empezaban a formar una marcas rojizas donde los anteriores habían caído.
Swish swish
Ay! Ay!
Luis exclamó y yo le tuve que detener los brazos porque intentó interponerlos entre la vara.
Swish swish.
Ya papá, por favor ya
Y comenzó a forcejear un poco.
Swish swish
Aaaayyyy! Yaaa!
Intentó levantarse y yo se lo impedí pero detuve por un momento el castigo.
—Hijo por favor, dijiste que ibas a cooperar.
—Sí, pero es que ya no aguanto más el dolor. Por favor ya Pa.
—Todavía no hemos terminado.—Me obligue a decir —¿Quieres que llame a tu mamá?
—No me respondió y se soltó a llorar desconsolado otra vez.
Como no puso más resistencia yo continué
Swish swish swish
Aaaaaauuuu!
Luis lloraba trando de ahogar un poco sus lamentos en la almohada que le detenía la cabeza.
Swish swish swish
Ya por favor papi, de verdad ya no aguanto más
—Esto último lo dijo con voz quebrada y llorando, por lo que yo sabía que no estaba fingiendo ni haciendo drama, pero lo que había hecho estaba muy mal, así que le di dos últimos bastante fuertes en los muslos.
Aaaaaauuuu! —gritó y en cuanto lo solté se levantó y comenzó a frotarse los muslos y las nalgas. Yo voltee para otro lado, no tenía ningún interés en ver lo que mi hijo estaba mostrando en su desesperado baile por reducir la intensidad del dolor. Yo nunca había creído en la efectividad de él castigo corporal, y salvo unas nalgadas cuando eran muy chicos, nunca antes les habíamos pegado a Luis y a Daniel, pero ver la forma en la que un adolescente rebelde de 14 años se transformaba por la vara de la corrección parecía magia.
Esto reforzada mis creencias en la fe de "los elegidos".
Mi hijo ya se había calmado un poco y se había puesto el bóxer así que voltee hacia él.
—Hijo lamento mucho que hayamos tenido que repetir esto tan pronto, pero recuerda que es para tu bien, y que a mi también me duele.
Obviamente el pensaba que era una falacia, pero aunque físicamente no me dolía igual, en el corazón sí, aunque ellos no lo entenderían hasta que tuvieran a sus propios hijos.
—Por favor no me vuelvas a faltar al respeto o a desobedecer descaradamente.
El solamente asintió.
—Ahora voy a ver a tu hermano, pero por favor, en un rato baja a cenar y vamos a hablar las cosas civilizadamente.
Luis volvió a asentir y se dirigió al baño así que yo salí y me dirigí ahora con el mayor de mis hijos.
Daniel estaba acostado en su cama con sus audífonos puestos, y la mirada vacía.
—¿Crees que es una buena actitud la tuya justo antes de un castigo?
Daniel se sobresaltó un poco—Lo siento, pero no aguanté los gritos de ustedes y mi hermano.
—Bueno. Supongo que ya sabes que te voy a castigar por haberme mentido en la iglesia respecto a que te sentías mal.
Daniel asintió mirando con recelo la vara.
—Por favor bájate los pantalones e inclínate en la cama.
Él dudo un momento y pude ver que se ruborizaba, pero finalmente se desabrochó el jeans y se inclinó en la cama.
Decidí que quería acabar esto rápido, así que le baje los boxers y aunque protestó no se levantó ni forzejeo.
Daniel era más grande que Luis, y esto era perceptible también en su trasero.
Siwsh swish
Lancé los primeros varazos y la reacción de los primeros azotes fue similar a la de Luis, se puso tensó.
Swish swish swish.
Daniel trataba de controlarse un poco más pero en el quinto ahogo un quejido de dolor con la almohada.
Swish swish
Auuuch!
No pudo evitar exclamar de dolor. Bien, el pastor siempre decía que el llanto era señal de una disciplina bien aplicada.
Swish swish
Mgggghr
Ya Papá, por favor —me rogó con voz apunto de quebrarse
Swish swish.
Auu!
Detuve el castigo y Daniel se quedó un momento ahí donde estaba, frotandose donde la vara había hecho su trabajo y ya se habían formado varias marcas desiguales, me voltee hacia otro lado, tampoco era de mi incumbencia. Pero Daniel se subió rápidamente el bóxer y se levantó. Pude notar que tenía lágrimas en los ojos, aunque trataba de ocultarlas.
Hijo, espero que no tengamos que estar en esta misma situación pronto. Por favor no me mientas.
Daniel asintió y se fue a lavar la cara y a sonar la nariz al baño, así que yo salí de su cuarto.
—En un rato baja a cenar por favor, tenemos que hablar de lo del seminario. —dije antes de cerrar la puerta.
Yo me dirigí al baño también y me lavé las manos y la cara. Estaba sudando así que me cambié la playera también. Castigar a dos adolescentes era como un workout.
Ya en la terraza de mi cuarto, saqué mi iPhone y busqué el contacto
PASTOR ENRIQUE
y marqué.
-Hola hermano
-Hola Patricio ¿Cómo estás?
-Bien hermano, espero que no esté muy ocupado
-Un pastor nunca esta demasiado ocupado para atender a las ovejas.
-Gracias
Y le conté lo que había pasado hoy, que había tenido que corregir a mis dos hijos y que había funcionado, aunque estaba preocupado porque tuviera que repetir los castigos si se revelaban en la charla que íbamos a tener respecto al seminario.
-No hermano, no creo que sea necesario - me dijo-Lo que necesitas es convencerlos. Recuerda lo que te he dicho, la vara de la corrección es un arma muy efectiva contra la rebeldía, pero un arma sobreusada pierde filo. Además, como el seminario no empieza hoy ni mañana, si se niegan ahorita no sería desobediencia efectiva.
Y el pastor me contó la parábola bíblica del hijo que dijo que no haría lo que su padre le pidió y al final si lo hizo.
-Además, recuerda lo que te he dicho de Daniel, por eso es muy importante que sí vaya, pero que vaya voluntariamente. Explícales a tus hijos que también va a haber cosas padres, la playa y así. Y que es como medio año sabático, estoy seguro que algunos de sus amigos mundanos lo han hecho también.
Yo me sorprendí de nuevo de la sabiduría del pastor y de su conocimiento de la biblia y de la vida. Cuando terminó la llamada me sentía otra vez animado. Me dirigí al cuarto de mis hijos para llamarlos, pero me detuve cuando los escuché platicando en el cuarto de Luis.
—... es que no sé qué pensar, a veces lo odio, pero también es mi papá. Y creo que en el fondo si nos quiere aunque nos lastime.
—Yo sé, te entiendo hermano, pero creo que es más bien que los tienen totalmente manipulados, esos no son nuestros papás, en el sentido de que nunca han sido así
Están ahí, pero totalmente nublados por todas esas ideas que les meten en la cabeza.
Una rápida nube de dudas asaltó mi mente. ¿Y si tenían razón sus hijos? Había hecho cosas que nunca hubiera hecho, como castigar a mis hijos como los había castigado, pero también habían habido cambios buenos, mi matrimonio había sido restaurado y yo había dejado mi vicio del alcohol y la pronografía, y pasaba más tiempo con mis hijos y mi esposa. Con eso en mente despeje 100% mis dudas y toqué la puerta.
—¿Sí? —Preguntó Daniel
—Hijo, por favor bajen a cenar porque quiero platicar con ustedes.
Escuché que se decían algo y unos momentos después—OK, ahorita bajamos.
Mi esposa había servido la cena, un pay de atún, y jugo de uva.
Mis hijos bajaron, los dos se habían puesto la pijama, que casi no usaban pero supongo que el castigo los hacía tener más modestia.
Pedí la bendición y di gracias por los alimentos y comenzamos a comer. Daniel y Luis comieron normal pero evitaban hacer contacto visual conmigo o con su madre.
—Su mamá y yo hemos decidido ir al seminario, y no está sujeto a discusión,—dije durante la cena —pero no todo tienen que sufrirlo, piensen, seis meses de vacaciones de la escuela, en la playa, es como un semestre sabático. Y van a estar con otros chicos, es como una aventura.
—Ajá —dijo Luis sarcásticamente pero nada más
—Bueno, les aviso para vayan haciéndose a la idea. Tenemos que dejar todo listo, y el seminario empieza en más o menos un mes.
—Un mes es suficiente tiempo para hacer una enciclopedia con todas la razones por las que no debemos ir.
—Y yo los voy a escuchar, siempre y cuando me digan lo que quieran decirme con respeto.
Al menos así logré que asintieran a lo que les parecía algo justo.
Esa noche me dormí rendido, era agotador tener dos adolescentes y más cuando hacía lo posible por guiarlos en el camino correcto. Días con castigos como el de hoy me dejaban exhausto.   


2 comentarios:

  1. Creo definnitivamennte que Patricio tiene una obsesion demasiado grande por la religion, y la iglesia, y como daniel y luis, digo que le han manipulado, le hann lavado el cerebro, pobres chicos, pero bueno hace tiempo que no veia tu historia, y la verdad es que me gusta mucho, gracias!

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    1. Gracias por tu comentario Micaela. Qué bueno que te gusta la historia.

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