Daniel
POV
Al día siguiente estábamos todos en las mesas para el desayuno.
—Amén—dijeron todos después de la oración de gratitud por los alimentos y las
mujeres que estaban paradas esperando con la comida caliente en recipientes
comenzaron a servir.
En ese momento me di cuenta que Josué (mi amigo de la secta) y su familia
habían llegado. Pues el día anterior no los había visto.
—Bueno—informó el pastor —el día de hoy en la reunión de la iglesia vamos a
hacer un anuncio importante a todos los miembros de la iglesia, pero les voy
adelantando a ustedes que forman parte de los elegidos entre los elegidos.
—Tenemos el proyecto de un seminario bíblico para la preparación de pastores y
misioneros para expandir la iglesia. Pero para que las distracciones del mundo
no nos estorben, lo vamos a hacer en Puerto Escondido, Oaxaca.
—Los alojamientos serán en las casas de otros hermanos de la iglesia de Puerto
Escondido. Y el hermano Javier será el encargado de la congregación durante los
dos meses del seminario.
Yo miré hacia Josué que tenía una sonrisa enorme, pues Javier era su papá.
Después del desayuno los adultos se quedaron en el comedor platicando mientras
las niñas lavaban los trastes y arreglaban las mesas, y a nosotros nos mandaron
a guardar todo el equipaje y tender las camas.
Normalmente me hubiera quejado de que ellos no hicieran nada, pero Luis me dijo
al oído:
—No te preocupes, quiero hablar contigo, y así vamos a estar solos en el cuarto
mientras arreglamos. — y yo lo seguí algo sorprendido porque él no estuviera
incluso más molesto.
Una vez dentro, mientras yo empezaba a meter la ropa en las maletas, Luis se
sentó en la cama y me dijo:
—Yo no pienso ir a ese seminario de m....
Detuve lo que estaba haciendo y lo miré —Yo, tampoco. Pero lo que necesitamos
es asegurarnos de que nuestros papás no quieran ir.
—¿Cómo?
—No sé. Tenemos que pensarlo, pero por lo mientras, en el viaje a casa tenemos
que decírselos.
Seguimos arreglando todo en silencio, mientras pensábamos en esto.
Unas horas más tarde, durante el viaje de
regreso
—Papá, Mamá, Daniel y yo queremos decirles algo.—Dijo mi hermano mientras mi
papá manejaba en la carretera.
—¿Acerca de el seminario? Supongo que no quieren ir.
—No. —dijo inmediatamente mi hermano
—No, creemos que no es lo mejor. —intervine yo.—¿No podemos dejar nuestras
vidas, la escuela, todo así nada más, cierto?
Mi papá suspiró antes de contestar. —Tu mamá y yo creemos también que no es lo
mejor, pero todavía no hemos tomado una decisión final.
—OK
—Está bien—dijimos nosotros
Cuando llegamos a la iglesia mi hermano y yo tratamos de portarnos muy bien,
para comlacer a nuestros papás. El sermón trató acerca de la importancia de
predicar. No me interesaba pero traté de fingir que estaba poniendo atención.
Al terminar el pastor dijo:
—Ahora necesito que se queden los miembros oficiales de la iglesia para un
anuncio que daremos dentro de unos momentos.
Yo me empecé a preocupar. ¿Si lograban convencer a nuestros padres? Ese pastor
era experto en convencer a la gente, para prueba bastaba recordar como los
habían manipulado para castigarnos al estilo medieval.
La gente que todavía no eran miembros oficiales fueron saliendo paulatinamente.
Después de darle algunas vueltas decidí arriesgarme con una mentira.
—Papá, me siento mal. Le dije agarrandome el estómago. ¿Nos podemos ir ya?
—Ya casi nos vamos.
—Pero es que me siento muy mal, no aguanto de verdad.
Mi papá me miro con un poco de preocupación, pero en ese momento el pastor tomó
el micrófono.
—Bueno, hermanos, tomen sus lugares porque vamos a dar el anuncio.
—Ve al baño si tienes que ir, y ve a buscar al doctor.
—Pero no me gustan los baños de aquí. —traté de jugar mi última carta,
arriesgandome a que se lo tomará como una ofensa por ser la iglesia un lugar
tan importante para él.
—Pues es lo que hay, hijo. Me dijo distraído porque el pastor comenzaba a
hablar.
Así que no me quedó de otra más que fingir ir al baño. No era mentira que no me
gustaban, estaban limpios porque cada miembro de la iglesia era literalmente un
esclavo al servicio de esta, y la gente se turnaba para limpiarlos y hacer
otras actividades de mantenimiento, pero no eran lujosos en lo más mínimo.
Después de orinar solamente, me lave las manos y me fui a ver al doctor, que
era un médico miembro de la iglesia que fungía como médico para emergencias
durante las reuniones.
Le dije que me sentía mal, me preguntó los síntomas y yo mentí lo mejor que
pude. Su expresión fue seria todo el tiempo, y no pude ver si realmente se la
había creído, pero me dio una pastilla y un poco de agua de uno de los
garrafones.
—Tómate esto, y ve al baño si tienes que ir. Eso debe ser suficiente.
Me dijo y se fue.
Yo fingí que me tomaba la pastilla y me fui a donde estaban Luis mi Papá y mi
Mamá.
—No pueden comparar nada de este mundo con lo que es celestial. Es una decisión
que ustedes deben tomar, pero si es por comodidad que prefieren quedarse aquí a
ir a prepararse para servir a la iglesia y predicar, pero no veo como pueden,
por comodidad, afán o ambición mundana quedarse y seguir llamándose cristianos.—Y
el pastor citó el versículo del joven rico y otros así.
En ese momento me di cuenta que los había subestimado, la expresión en la cara
de mis papás lo decía todo, Luis y yo habíamos vuelto a perder.
El pastor terminó y unos de los jóvenes pasaron unos micrófonos para que
hicieran preguntas.
—¿Cuánto tiempo va a durar?
—Aproximadamente seis meses.
—¿Cómo va a ser el alojamiento?
—El alojamiento va a ser en casas de los hermanos de la zona, ellos van a
apoyar con algo de comida conforme puedan, pero también es importante que
ustedes ayuden, así que si tienen ahorros o pueden vender algo, lo van a
necesitar para ayudar a los gastos y para la comida. También hablé con uno de
los hermanos de allá que tiene cafetales y acordamos que los que lo necesiten
pueden trabajar parcialmente ahí.
—¿Los que tenemos hijos en edad escolar, como le vamos a hacer con la escuela?
—Nosotros sugerimos escuela en casa. La escuela de la iglesia nos va a dar
copias de material para ello, y un maestro va a ayudar con temas que sean
difíciles para ustedes dar.
Cada respuesta era más aterradora para mi hermano y para mi que la anterior.
Mi papá levantó la mano y le pasaron un micrófono
—¿Sí? hermano Patricio—dijo el pastor
—¿Qué es escuela en casa?
—Es un método de educación que algunos de los pastores y otros hermanos usamos
para nuestros hijos, consiste en que en lugar de que nuestros hijos asistan a
la escuela, estudian en la casa con material escolar y su mamá es la maestra.
Para temas más complicados nosotros los papás o algún maestro de la escuela de
la iglesia les ayuda. Es un método con muchas ventajas, la principal es que
mantiene a nuestros hijos separados de malas influencias en la escuela.
Esto no me estaba gustando en lo más mínimo.
Cuando terminaron las preguntas vi que el "doctor" se acercó a mi
papá y le susurró algo al oído.
"Ya valí" pensé
Pero mi papá no me dijo nada hasta que llegamos a la camioneta.
—Ya me enteré que me mentiste hijo. —me dijo —en la casa hablamos.
Yo ya había tenido algo de experiencia con esas "charlas" para saber
que habría otro tipo de sonidos aparte de palabras en ella.
—Ni sueñen que yo voy a ir a ese estúpido seminario. —Explotó Luis a medio
camino.
—¡Cálmate Luis y deja de gritarnos!—Gritó mi papá frenando el carro de golpe.
El auto que venía atrás casi nos choca y se colgó del claxon.
—Santa Ma... —exclamó mi mamá y se detuvo, porque ahora en la nueva iglesia ya
no permitían que se le orará a María. Criticaban lo que llamaban "la
idolatría del Catolicismo".
—Papá yo tampoco creo que sea buena idea. ¿Apoco te van a dejar en tu trabajo
pedir 6 meses de vacaciones? ¿Y qué vamos a hacer con la escuela, apoco nos van
a dejar reinscribirnos seis meses después como sin nada?
—¡Y ni sueñen que yo voy a hacer eso de escuela en casa!- Volvió a gritar Luis.
No quiero ser el único niño del país que no va a la escuela.
—No serías el único—dijo mi mamá
—Del dos por ciento más marginado, nada más. —dije yo amargamente
—¡Silencio! —volvió a decir mi papá severamente. —Les dije que se callaran. Yo
soy la autoridad y me van a hacer caso. Luis ya te había advertido, te la
ganaste también.
Vi que Luis se soltó a llorar, pero creo que más de frustración que por la
amenaza del castigo en sí. Traté de poner mi mano en su hombro para
reconfortarlo pero me lo sacudió, cuando se ponía así mi hermano se cerraba a
todos.
Patricio POV
Llegué a la casa y estacioné la camioneta.
—Me esperan en sus cuartos. —dije ya un poco más calmado
Daniel no dijo nada pero abrió la puerta y salió lentamente y con expresión de
preocupación, Luis salió después, con expresión enojada y azotó la puerta. ¿Qué
ese niño no entendía que tenía que obedecernos y respetarnos? Yo suspiré y
salí, si no querían por la buena tendrían que entender por la mala. Mi esposa
me abrazó, estaba llorando. Yo también me sentía muy frustrado, por más que
trataba de educar a mis hijos en disciplina y amonestación, primeramente con el
ejemplo y después con instrucción y corrección, parecía que no servía de nada.
Rompí el abrazo y me dirigí al árbol de sauce. Tenía que tener fe, el pastor
decía que la fe era lo más importante. Algunas promesas tardaban años, como la
del hijo de Abraham, que tardó más de cincuenta años. Animado con estos
pensamientos seleccioné una vara que cumpliera con el tamaño que me habían
recomendadoy después le quité las hojas y le raspé los nudos que quedaban con
una de las paredes de piedra que rodeaban la casa.
Finalmente me dirigí a la casa, y decidí empezar con Luis.
Cuando entré a su cuarto estaba sentado en su cama llorando. Se me estrujó el corazón,
pero en ese momento Luis se paró y me gritó:
—¡Vete, salte de mi cuarto! Te odio —y en voz apenas perceptible — tu ya no
eres mi papá.
Por un momento me quedé pasmado, de dolor y de coraje. ¿Cómo se atrevía a
decirle eso a quien le dio la vida y le daba absolutamente todo lo que tenía, y
aún más, hacia todo lo posible por darle la fe, una herencia que trascendería
este mundo? Pero recordé las sabias palabras del pastor: "Nunca te tomes
personal lo que un hijo diga mientras lo estás castigando, debes reprenderlo o
castigarlo un poco más severamente si te falta al respeto, pero tienes que
entender que durante un castigo un hijo puede decir cosas que no piensa debido
a la tensión del momento.
—Hijo, entiendo que estés molesto ahorita, ninguna disciplina es agradable al
principio—le dije parafraseando otro versículo—pero yo solamente busco lo mejor
para ti. Y te tengo que castigar por desobedecer y faltarme al respeto. Así que
por favor bájate los pantalones e inclínate en la cama como ya sabes.
—No. No lo voy a hacer.
Así que se iba a poner rebelde, pensé en las opciones que me había explicado el
pastor que tenía si esto pasaba algún día. No podía amenazarlo con quitarle el
club y esas cosas porque eso de todas formas ya no las iban a tener, al menos
por un tiempo, así que decidí adoptar otra de las estrategias.
—Si no cooperas tendré que llamar a tu mamá. Para que me ayude a detenerte, y
aún así el castigo va a ser sin pantalones.
Recordé aquella vez que Luis me había suplicado que lo castigará yo porque le
daba vergüenza que su mamá lo viera, así que pensé que funcionaría, pero Luis
se quedó ahí parado sin hacer nada ni decir nada, así que yo tuve que cumplir.
—Amor, vienes un momento a ayudarme por favor.—la llamé y ella subió. Mi esposa
no era la mujer más grande y fuerte del universo, pero llevaba varios años
yendo al gimnasio, y ella a diferencia de muchas de sus amigas del club si
entrenaba y no iba nada más a compartir chismes. —Necesito que me ayudes a
sujetar a Luis para el castigo porque no se deja.
Entramos al cuarto y yo deje la vara en la cama y sujete a Luis de los hombros.
—Hijo por favor haznos caso, de lo contrario solamente va a ser peor. —E
intenté jalarlo con algo de fuerza hacia la cama, pero puso resistencia, y como
era un chico atlético esta era considerable. Así que sintiéndome extremadamente
culpable por hacerle esto a mi hijo le hice una llave y lo tumbe contra la
cama, cuidando que no se pegara en nada. Mi hijo protestó y trató de safarze,
pero yo lo tenía bien agarrado, con sus brazos sujetado detrás de la espalda.
Otra ola de pensamientos de culpabilidad me pasaron por la cabeza, esta era una
técnica que el entrenador de defensa personal del club nos había enseñado para
dejendernos, no para usarla contra nuestros hijos, pero bloquee todos los
pensamientos porque nada era peor para mí hijo que pasar una eternidad en el
infierno, es cierto que le estaba causando un dolor temporal, pero por un bien
mayor.
—Bajale los pantalones y la ropa interior —le dije a mi esposa, pues si lo
soltaba se levantaría.
—No, no! —Gritó Luis —Suéltame hijo de p....
Plas
Hasta yo me sorprendí de la sorpresiva cachetada que le lanzó mi esposa a Luis.
—¿Cómo se te ocurre hablarle así a tu padre, y usar ese lenguaje en esta casa?
En ese momento Luis se echó a llorar y dejó de forzejear. Creo que incluso
antes de que nos hubiéramos convertido, mi esposa nunca le hubiera permitido
decir eso. Era de las pocas cosas que no les tolerabamos a nuestros hijos
incluso desde mucho antes.
Mi esposa agarró el cinturón de mi hijo y se lo desabrochó. Luis comenzó a
forcejear un poco otra vez, pero con menos ahínco y en vez de eso me rogó.
—Papá, papá, perdón, pero por favor pegame tu solo, por favor, no quiero que
ella me baje los pantalones, me voy a dejar, por favor.
Mi esposa me miró inquisitivamente y yo asentí y solté a Luis, el se levantó
llorando y se sobó el brazo donde lo había estado sujetando.
Ella lo abrazo y el se echó a llorar otra vez, pero ella lo alejo un poco y
salió del cuarto. Luis estaba transformado, llorando y mirándome con miedo y
tristeza. No me pegues tan duro Pa, dijo y se bajó el solo el Jeans y se puso
en posición.
"Definitivamente el pastor es una de las personas más sabias que
conozco." Me dije a mi mismo y me sentí orgulloso de que Daniel algún día
podría llegar a serlo.
Pero por el momento me tenía que concentrar en el castigo.
Me acerqué y con cuidado de no tocar demasiado le bajé el bóxer a Luis
jalandolo de la orilla del elástico. Esta era una media que en un principio me
había parecido extrema, pero confiaba en la sabiduría de la iglesia, además de
que el pastor me había explicado que algunas de las razones era porque dolía
más lo que garantizaba un castigo más efectivo y que así era más difícil
excederse porque veías lo que estaba pasando.
Mire el trasero desnudo de Luis, me sentía algo incomodo haciéndolo, y trataba
de evitarlo, pero tenía que ver donde iba a pegar. Todavía se veían un poco las
marcas del castigo que se había llevado un día antes en contraste con su pálida
piel, pero ya muy difuminadas.
Swish
Todo su cuerpo se tensó con el primer golpe. Y era perceptible que estaba
apretando los músculos de las nalgas, como reacción normal al dolor.
Swish swish. ¡Ouuuch!
Deje caer los siguientes dos varazos y se tensó más. Se empezaban a formar una
marcas rojizas donde los anteriores habían caído.
Swish swish
Ay! Ay!
Luis exclamó y yo le tuve que detener los brazos porque intentó interponerlos
entre la vara.
Swish swish.
Ya papá, por favor ya
Y comenzó a forcejear un poco.
Swish swish
Aaaayyyy! Yaaa!
Intentó levantarse y yo se lo impedí pero detuve por un momento el castigo.
—Hijo por favor, dijiste que ibas a cooperar.
—Sí, pero es que ya no aguanto más el dolor. Por favor ya Pa.
—Todavía no hemos terminado.—Me obligue a decir —¿Quieres que llame a tu mamá?
—No me respondió y se soltó a llorar desconsolado otra vez.
Como no puso más resistencia yo continué
Swish swish swish
Aaaaaauuuu!
Luis lloraba trando de ahogar un poco sus lamentos en la almohada que le
detenía la cabeza.
Swish swish swish
Ya por favor papi, de verdad ya no aguanto más
—Esto último lo dijo con voz quebrada y llorando, por lo que yo sabía que no
estaba fingiendo ni haciendo drama, pero lo que había hecho estaba muy mal, así
que le di dos últimos bastante fuertes en los muslos.
Aaaaaauuuu! —gritó y en cuanto lo solté se levantó y comenzó a frotarse los
muslos y las nalgas. Yo voltee para otro lado, no tenía ningún interés en ver
lo que mi hijo estaba mostrando en su desesperado baile por reducir la
intensidad del dolor. Yo nunca había creído en la efectividad de él castigo
corporal, y salvo unas nalgadas cuando eran muy chicos, nunca antes les
habíamos pegado a Luis y a Daniel, pero ver la forma en la que un adolescente
rebelde de 14 años se transformaba por la vara de la corrección parecía magia.
Esto reforzada mis creencias en la fe de "los elegidos".
Mi hijo ya se había calmado un poco y se había puesto el bóxer así que voltee
hacia él.
—Hijo lamento mucho que hayamos tenido que repetir esto tan pronto, pero
recuerda que es para tu bien, y que a mi también me duele.
Obviamente el pensaba que era una falacia, pero aunque físicamente no me dolía
igual, en el corazón sí, aunque ellos no lo entenderían hasta que tuvieran a
sus propios hijos.
—Por favor no me vuelvas a faltar al respeto o a desobedecer descaradamente.
El solamente asintió.
—Ahora voy a ver a tu hermano, pero por favor, en un rato baja a cenar y vamos
a hablar las cosas civilizadamente.
Luis volvió a asentir y se dirigió al baño así que yo salí y me dirigí ahora
con el mayor de mis hijos.
Daniel estaba acostado en su cama con sus audífonos puestos, y la mirada vacía.
—¿Crees que es una buena actitud la tuya justo antes de un castigo?
Daniel se sobresaltó un poco—Lo siento, pero no aguanté los gritos de ustedes y
mi hermano.
—Bueno. Supongo que ya sabes que te voy a castigar por haberme mentido en la
iglesia respecto a que te sentías mal.
Daniel asintió mirando con recelo la vara.
—Por favor bájate los pantalones e inclínate en la cama.
Él dudo un momento y pude ver que se ruborizaba, pero finalmente se desabrochó
el jeans y se inclinó en la cama.
Decidí que quería acabar esto rápido, así que le baje los boxers y aunque
protestó no se levantó ni forzejeo.
Daniel era más grande que Luis, y esto era perceptible también en su trasero.
Siwsh swish
Lancé los primeros varazos y la reacción de los primeros azotes fue similar a
la de Luis, se puso tensó.
Swish swish swish.
Daniel trataba de controlarse un poco más pero en el quinto ahogo un quejido de
dolor con la almohada.
Swish swish
Auuuch!
No pudo evitar exclamar de dolor. Bien, el pastor siempre decía que el llanto
era señal de una disciplina bien aplicada.
Swish swish
Mgggghr
Ya Papá, por favor —me rogó con voz apunto de quebrarse
Swish swish.
Auu!
Detuve el castigo y Daniel se quedó un momento ahí donde estaba, frotandose
donde la vara había hecho su trabajo y ya se habían formado varias marcas
desiguales, me voltee hacia otro lado, tampoco era de mi incumbencia. Pero
Daniel se subió rápidamente el bóxer y se levantó. Pude notar que tenía
lágrimas en los ojos, aunque trataba de ocultarlas.
Hijo, espero que no tengamos que estar en esta misma situación pronto. Por
favor no me mientas.
Daniel asintió y se fue a lavar la cara y a sonar la nariz al baño, así que yo
salí de su cuarto.
—En un rato baja a cenar por favor, tenemos que hablar de lo del seminario.
—dije antes de cerrar la puerta.
Yo me dirigí al baño también y me lavé las manos y la cara. Estaba sudando así
que me cambié la playera también. Castigar a dos adolescentes era como un
workout.
Ya en la terraza de mi cuarto, saqué mi iPhone y busqué el contacto
PASTOR ENRIQUE
y marqué.
-Hola hermano
-Hola Patricio ¿Cómo estás?
-Bien hermano, espero que no esté muy ocupado
-Un pastor nunca esta demasiado ocupado para atender a las ovejas.
-Gracias
Y le conté lo que había pasado hoy, que había tenido que corregir a mis dos
hijos y que había funcionado, aunque estaba preocupado porque tuviera que
repetir los castigos si se revelaban en la charla que íbamos a tener respecto
al seminario.
-No hermano, no creo que sea necesario - me dijo-Lo que necesitas es
convencerlos. Recuerda lo que te he dicho, la vara de la corrección es un arma
muy efectiva contra la rebeldía, pero un arma sobreusada pierde filo. Además,
como el seminario no empieza hoy ni mañana, si se niegan ahorita no sería
desobediencia efectiva.
Y el pastor me contó la parábola bíblica del hijo que dijo que no haría lo que
su padre le pidió y al final si lo hizo.
-Además, recuerda lo que te he dicho de Daniel, por eso es muy importante que
sí vaya, pero que vaya voluntariamente. Explícales a tus hijos que también va a
haber cosas padres, la playa y así. Y que es como medio año sabático, estoy
seguro que algunos de sus amigos mundanos lo han hecho también.
Yo me sorprendí de nuevo de la sabiduría del pastor y de su conocimiento de la
biblia y de la vida. Cuando terminó la llamada me sentía otra vez animado. Me
dirigí al cuarto de mis hijos para llamarlos, pero me detuve cuando los escuché
platicando en el cuarto de Luis.
—... es que no sé qué pensar, a veces lo odio, pero también es mi papá. Y creo
que en el fondo si nos quiere aunque nos lastime.
—Yo sé, te entiendo hermano, pero creo que es más bien que los tienen
totalmente manipulados, esos no son nuestros papás, en el sentido de que nunca
han sido así
Están ahí, pero totalmente nublados por todas esas ideas que les meten en la
cabeza.
Una rápida nube de dudas asaltó mi mente. ¿Y si tenían razón sus hijos? Había
hecho cosas que nunca hubiera hecho, como castigar a mis hijos como los había
castigado, pero también habían habido cambios buenos, mi matrimonio había sido
restaurado y yo había dejado mi vicio del alcohol y la pronografía, y pasaba
más tiempo con mis hijos y mi esposa. Con eso en mente despeje 100% mis dudas y
toqué la puerta.
—¿Sí? —Preguntó Daniel
—Hijo, por favor bajen a cenar porque quiero platicar con ustedes.
Escuché que se decían algo y unos momentos después—OK, ahorita bajamos.
Mi esposa había servido la cena, un pay de atún, y jugo de uva.
Mis hijos bajaron, los dos se habían puesto la pijama, que casi no usaban pero
supongo que el castigo los hacía tener más modestia.
Pedí la bendición y di gracias por los alimentos y comenzamos a comer. Daniel y
Luis comieron normal pero evitaban hacer contacto visual conmigo o con su
madre.
—Su mamá y yo hemos decidido ir al seminario, y no está sujeto a
discusión,—dije durante la cena —pero no todo tienen que sufrirlo, piensen,
seis meses de vacaciones de la escuela, en la playa, es como un semestre
sabático. Y van a estar con otros chicos, es como una aventura.
—Ajá —dijo Luis sarcásticamente pero nada más
—Bueno, les aviso para vayan haciéndose a la idea. Tenemos que dejar todo
listo, y el seminario empieza en más o menos un mes.
—Un mes es suficiente tiempo para hacer una enciclopedia con todas la razones
por las que no debemos ir.
—Y yo los voy a escuchar, siempre y cuando me digan lo que quieran decirme con
respeto.
Al menos así logré que asintieran a lo que les parecía algo justo.
Esa noche me dormí rendido, era agotador tener dos adolescentes y más cuando
hacía lo posible por guiarlos en el camino correcto. Días con castigos como el
de hoy me dejaban exhausto.
Creo definnitivamennte que Patricio tiene una obsesion demasiado grande por la religion, y la iglesia, y como daniel y luis, digo que le han manipulado, le hann lavado el cerebro, pobres chicos, pero bueno hace tiempo que no veia tu historia, y la verdad es que me gusta mucho, gracias!
ResponderBorrarGracias por tu comentario Micaela. Qué bueno que te gusta la historia.
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