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domingo, 19 de abril de 2020

¡Todo va a salir bien!




¡Todo va a salir bien!

Javier dormía por primera vez después de mucho tiempo, a su padre le habían detectado  Covid-19, pero ese momento se quebró al oír su celular.
- ¿Javier?
¿Cómo va todo?- Pregunto.
- Murió...
- Lo siento amigo- Comenzó  a dar aliento frente a la pérdida de la abuela de su amigo, pero Carlos lo corto.
- Antes que la llevaran a la clínica la mire a los ojos, entrelazamos las manos,  le prometí que la esperaría y prepararía un fiesta para su regreso. Luego nos fuimos pensando que la ayudarían y se recuperaría, allí se quedó en su silla de ruedas, trate de mirar hacia atrás y mi padre no lo permitió pensando que mi abuela se podría mal. Javier ¿Estas allí?
-sí, te escucho.
- Mi abuelita murió sola, no logramos despedirnos y yo jamás recibiré una caricia, tampoco podre besar su mejilla. ¿Crees que me odiara por eso?
- Carlos amigo, estas pasando un mal momento... tú abuelita te ama y jamás te odiaría.- Comenzó, pero del otro lado se escuchó el sonido al cortar la llamada.
Luego Javier bajo a la cocina y le contó a su madre sucedido, está lo reconforto.
- Hijo, Carlitos te llamo no para que dieras una respuesta, solo necesitaba desahogarse y tú mi vida lo hiciste bien diciendo que su abuela lo ama y jamás lo odiaría.
- Ojala, pero mami yo no sé qué hacer, decir o pensar frente a la pérdida de un ser querido.- Luego de hablar con su madre comenzaron con la rutina de limpieza en casa, mientras Daniela desinfectaba el baño, cocina y el resto de la casa,
Javier se encargaba de limpiar la entrada, para esto su madre le había dado gafas, guantes, cubre bocas y un gorro de baño. Mientras limpiaba el jardín encontró una foto de su padre junto a un ramo de flores que seguramente había dejado Maglio, su hermano menor...Al salir de la impresión entro a la casa y vio su reflejo en el espejo,  sintiendose mal ya que no podía soportar ni un minuto más aquella situación de reclusión, necesitaba ver a su padre, las palabras de Carlos le habían afectado y pensó una idea que lo mantendría a salvo de la muerte, con ella en su cabeza corrió a la oficina de Patricio y cogió las llaves, al llegar al garaje de la hacienda encendió el motor con su corazón a full, tenía miedo, ansiedad, pero el deseo de ver a su Patricio era mayor, así que avanzo y despego dirigiéndose a la clínica donde estaba hospitalizado su padre.
Una vez en el lugar Patricio reconoció la avioneta del dueño de la hacienda, preocupado se acercó a la ventana y al ver quien piloteaba se quedó perplejo. Javier por su lado al ver al padre desplego un lienzo, cuando Patricio  logro leer se emociono hasta las lágrimas.

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Javier después de dar varias vueltas se acercó lo que más pudo hasta ver muy nítido, Patricio le ordeno entre gesto que aterrizara y una vez en tierra lo espero su madre junto al médico.
- Hijo, necesitan hablar contigo.- Dijo Daniela con expresión de molestia y Javier observo al medico
- ¡Bienvenido joven!.- Saludo, luego él doctor  estrechó su mano. - Quiero agradecer su gesto, tenemos muchos pacientes en las clínicas con el Covid - 19 y usted ha logrado que ¡Recobren la esperanza!
Daniela frente a las palabras de agradecimiento se mantuvo muy seria observando a Javier quien no sabía cómo reaccionar, lo único que atinaba a hacer era sonreír al médico, cuando este le pregunto en cómo podía agradecer el gesto, él  chico solicito ver a su padre y una vez en la habitación.
- Hola papá, ¿Estas mejor?- Pregunto al ingresar.
- Sí.- Aseguro para luego exigir.- ¡Explícame!
- Necesitaba hablarte y esta fue mi forma.- Sonrió, pero esta se borró al ver la expresión de enfado de su padre.
- Volaste la avioneta, ¡¡Tienes claro el peligro que corriste!!- Javier bajo la mirada, frente a esto y patricio le indico que se acercara, pero él chico negó con la cabeza, sabía que se había ganado un gran castigo.- No estaré en esta cama para siempre.
- Lo se papá.
- ¿Qué sucederá entonces?
- Probablemente me enfrente con tu cinturón.- Aseguro para continuar.- Pero eso será luego papá
- Ok, y ¿Ahora?
- Yo solo quiero darte un gran abrazo y un beso papito.- Javier se acercó, pero Daniela lo detuvo.
- Mi amor dejalo, estoy de alta...¡¡VENCIMOS AL CORONAVIRUS!!- Celebro feliz.Al oír eso Javier y su madre se lanzaron sobre Patricio, abrazándose y llorando felices.
Un par de días más  tarde, Javier se encontraba  en su habitación  llorando, su padre había  cumplido su palabra y lo castigó con un par de correazos por arriesgar  su vida, a pesar del dolor no se arrepentía su papá estaba vivo y nada más  importaba


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