¡Todo va a salir bien!
Javier dormía por primera vez
después de mucho tiempo, a su padre le habían detectado Covid-19, pero
ese momento se quebró al oír su celular.
- ¿Javier?
- ¿Cómo va todo?-
Pregunto.
- Murió...
- Lo siento amigo-
Comenzó a dar aliento frente a la pérdida de la abuela de su amigo, pero
Carlos lo corto.
- Antes que la llevaran a la
clínica la mire a los ojos, entrelazamos las manos, le prometí que la
esperaría y prepararía un fiesta para su regreso. Luego nos fuimos pensando que
la ayudarían y se recuperaría, allí se quedó en su silla de ruedas, trate de
mirar hacia atrás y mi padre no lo permitió pensando que mi abuela se podría
mal. Javier ¿Estas allí?
-sí, te escucho.
- Mi abuelita murió sola, no
logramos despedirnos y yo jamás recibiré una caricia, tampoco podre besar su
mejilla. ¿Crees que me odiara por eso?
- Carlos amigo, estas pasando
un mal momento... tú abuelita te ama y jamás te odiaría.- Comenzó,
pero del otro lado se escuchó el sonido al cortar la llamada.
Luego Javier bajo a la cocina
y le contó a su madre sucedido, está lo reconforto.
- Hijo, Carlitos te llamo no
para que dieras una respuesta, solo necesitaba desahogarse y tú mi vida lo
hiciste bien diciendo que su abuela lo ama y jamás lo odiaría.
- Ojala, pero mami yo no sé
qué hacer, decir o pensar frente a la pérdida de un ser querido.- Luego
de hablar con su madre comenzaron con la rutina de limpieza en casa, mientras
Daniela desinfectaba el baño, cocina y el resto de la casa,
Javier se encargaba de limpiar
la entrada, para esto su madre le había dado gafas, guantes, cubre bocas y un
gorro de baño. Mientras limpiaba el jardín encontró una foto de su padre junto
a un ramo de flores que seguramente había dejado Maglio, su hermano menor...Al
salir de la impresión entro a la casa y vio su reflejo en el espejo,
sintiendose mal ya que no podía soportar ni un minuto más aquella situación de
reclusión, necesitaba ver a su padre, las palabras de Carlos le habían afectado
y pensó una idea que lo mantendría a salvo de la muerte, con ella en su cabeza
corrió a la oficina de Patricio y cogió las llaves, al llegar al garaje de la
hacienda encendió el motor con su corazón a full, tenía miedo, ansiedad, pero
el deseo de ver a su Patricio era mayor, así que avanzo y despego dirigiéndose
a la clínica donde estaba hospitalizado su padre.
Una vez en el lugar Patricio
reconoció la avioneta del dueño de la hacienda, preocupado se acercó a la
ventana y al ver quien piloteaba se quedó perplejo. Javier por su lado al ver
al padre desplego un lienzo, cuando Patricio logro leer se emociono hasta
las lágrimas.
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Javier después de dar varias vueltas se acercó lo que más pudo hasta ver muy nítido, Patricio le ordeno entre gesto que aterrizara y una vez en tierra lo espero su madre junto al médico.
- Hijo, necesitan hablar
contigo.- Dijo Daniela con expresión de molestia y Javier
observo al medico
- ¡Bienvenido joven!.-
Saludo, luego él doctor estrechó su mano. - Quiero agradecer su gesto,
tenemos muchos pacientes en las clínicas con el Covid - 19 y usted ha logrado
que ¡Recobren la esperanza!
Daniela frente a las palabras
de agradecimiento se mantuvo muy seria observando a Javier quien no sabía cómo
reaccionar, lo único que atinaba a hacer era sonreír al médico, cuando este le
pregunto en cómo podía agradecer el gesto, él chico solicito ver a su
padre y una vez en la habitación.
- Hola papá, ¿Estas mejor?-
Pregunto al ingresar.
- Sí.- Aseguro
para luego exigir.- ¡Explícame!
- Necesitaba hablarte y esta
fue mi forma.- Sonrió, pero esta se borró al
ver la expresión de enfado de su padre.
- Volaste la avioneta,
¡¡Tienes claro el peligro que corriste!!-
Javier bajo la mirada, frente a esto y patricio le indico que se acercara, pero
él chico negó con la cabeza, sabía que se había ganado un gran castigo.- No
estaré en esta cama para siempre.
- Lo se papá.
- ¿Qué sucederá entonces?
- Probablemente me enfrente
con tu cinturón.- Aseguro para continuar.-
Pero eso será luego papá
- Ok, y ¿Ahora?
- Yo solo quiero darte un gran
abrazo y un beso papito.- Javier se
acercó, pero Daniela lo detuvo.
- Mi amor dejalo, estoy de
alta...¡¡VENCIMOS AL CORONAVIRUS!!- Celebro
feliz.Al oír eso Javier y su madre se lanzaron sobre Patricio, abrazándose y
llorando felices.
Un par de días más
tarde, Javier se encontraba en su habitación llorando, su padre
había cumplido su palabra y lo castigó con un par de correazos por
arriesgar su vida, a pesar del dolor no se arrepentía su papá estaba vivo
y nada más importaba
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