Odio estar
encerrado, los peores castigos son encerrado ¿verdad?, bueno no los peores,
ustedes saben que los peores castigos son los que duelen, pero ya llevo quince
días encerrado y no hice nada para merecer esto, como todos saben, nos aqueja
un virus que tiene vuelto locos a todo el mundo y mis papás no son la
excepción, estamos confinados en nuestra casa, "no es un castigo
dijeron" JA, bueno los primero días no era un castigo al menos para mí, no
puedo decir lo mismo de mis padres, ya que la primera orden del gobierno fue
cerrar los colegios... yo salte de emoción desconociendo lo que se nos venía...
educación en casa dijeron y mi sonrisa se rompió en pedacitos, pero era peor
para mis papás, que además de 'teletrabajar' como lo llaman ahora y deben ser
mis profesores buajaja. Créanme lo resistimos bastante bien, hasta que al
ministro se le ocurrió ponernos en cuarentena, solo a algunas comunas y la mía
fue una de las afortunadas, en ese instante vi esfumarse la última gota de
paciencia de mis padres, pobre Envancito pensé a yo, por suerte recibimos el
llamado de mi hermanito adorado, quien no encuarentenado, al menos
obligatoriamente, ya que igual tiene encerrada a toda su familia por
preocupación pero en fin su casa es mucho más grande que mi departamento y
están los gemelos y la K, así que fiesta fiesta, nos vamos a La Florida.
Empacamos lo más rápido posible, yo convenientemente había olvidado mi
computador, pero papá lo guardo en el auto mientras mamá pedía los
salvoconductos.
"Evan, estamos en una
emergencia sanitaria no son vacaciones" Me dijo todo serio papá.
"Lo que digas, te puedes apurar
hace años que no veo mis sobrinos"
"son solo quince días y Evan no
te pongas irrespetuoso"
"bueno, bueno"
"Te lo advierto, si te
compartas mal te voy a castigar no importa que estemos en casa de Sean"
"me extrañaba, habían tardado
demasiado las amenazas" dije entrando al auto.
En cuanto nos bajamos del auto,
corrí como un loco, una suerte que mi hermanito viva en un cerro, por fin libre
y con chicos con quien jugar, no juzguen amo a mis padres pero son unos
aburridos de lo peor.
El lunes por la mañana nos
despertaron temprano cada uno en su habitación conectado a las clases
virtuales, mamá controlaba que estuviera atento y no que interrumpiera la
clase, como si al profesor le fueran a llegar los avioncitos de papel, por fin,
el día de estudio terminó.
Corrí a la pieza de los gemelos para
que fuéramos a jugar, pasé por la habitación de la K que estaba lastimada
porque con la histeria de la pandemia se lastimó las manitos tanto lavarlas,
Derek dijo que se llegó a lavar con cloro, pero que sus manos no fueron lo
único lastimado, pero a la Kathyta no, así que borré esa imagen de mi cabecita.
"GUERRA DE AGUA" gritó
Tivi.
"Bacán" gritamos a coro
con Derek y así comenzó todo... pero como se imaginaran no terminó ahí.
Como no sabíamos quién iba ganando,
decidimos ponerle un poquito de cloro al agua y el que terminara más desteñido
sería el perdedor y el más limpio el ganador.
Era mi turno de lanzar, tenía en la
vista a Steve, en el segundo perfecto lancé la bombita y pero el cachorro saltó
como un tigrecito esquivando el globo, no así mi hermanito que justo en ese
segundo salió al patio, vestido con su mejor traje 'El Armani' que le regalo
papá, su traje de la suerte, maldita mi suerte, Sean nos estaba avisando que
debíamos ir almorzar, él estaba vestido para una importante 'ciber' reunión y
yo le estropeé el traje, al menos la mezcla no le cayó en sus ojitos. Pero su
cara de querer matarme no tenía precio, por lo que yo salí corriendo por mi
vida.
"Sche-K, Scher-K sálvame tu
marido me quiere matar"
"¿Evancito que son esos
gritos?"
"fue un accidente lo juro Tivi
se corrió y Sean plaff"
"Evan no te comprendo"
Comenzó a decir pero no fue necesario explicar nada más pues vio a mi hermano a
parecer. Y a mi padre detrás de él.
"papá fue un accidente" le
decía Sean intercediendo por mí, "fue un juego de chicos, además el cloro
mata al virus papá"
"no me webees Sean André" Le
dijo furioso, estuvo a punto de darle una nalgada a mi hermanito, pero en vez
de eso agarró mi orejita entre sus dedos y ¡ZAS! ¡ZAS!¡ZAS! en mi potito.
"pobre del que se vuelva a
acercar al cloro porque esta conversación la tendremos con esta" dijo
indicando su cinturón Dolce Gabbana. Todos sabemos que conversación se refiere
y estoy seguro que nadie quiere charlar con ella.
Jajaja mata el virus y al parecer las colitas tambien. Muy bueno
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