Páginas Amigas

martes, 8 de diciembre de 2020

Seis vidas Seis perspectivas diferentes Capítulo 3


Capítulo 3

Andrés

 

Me desperté a las 4 pm, no había ido al colegio y me dolía la cabeza, aún seguía algo asustado por Esteban, no sabía cómo estaba. Busqué a Gloria y después de comer, busqué mí celular… les contesté a  Alejandro, Juan y David, pero Esteban al parecer no había aparecido en todo el día.

 

Mi mamá también me había contestado, me dijo que no me metiera en asuntos de los demás y cómo entendí que no estaba dispuesta a hablar conmigo del tema pues continué con mi vida y no le hablé más.

 

A veces, me gusta caminar solo y con la excusa de ir a comprar algo para el dolor de cabeza pude recorrer todo el conjunto y de paso un centro comercial cercano antes de volver a la casa. No podía sacarme de la cabeza la imagen del papá de Esteban gritándole y pegándole, eso había sido tan exagerado… sé que actuamos mal pero tampoco era para esa reacción ¿o sí? Su familia siempre trataba de verse como la más perfecta, pero siempre me pareció que a Esteban nunca lo trataban igual que a sus otros hermanos. Quizás estaba siendo muy dramático, lo cual me hizo sentir estúpido, preferí regresar a mi casa, esperar a comer y después podría ver series en Netflix.

 

Más o menos a las 10 pm mi papá me llamó al celular, preguntó qué tal estaban las cosas y me dijo que trataría de regresar pronto. Seguí viendo películas hasta que se me ocurrió una excelente idea, ¿Por qué no aprovechar tener la casa sola? Voy a organizar la mejor fiesta del año.

 

Esteban

 

Luego de la paliza que le había dado su padre delante de Andrés su padre lo llevó casi a rastras a su casa. El chico no paraba de llorar y sentía unas ganas inmensas de vomitar.

 

-Ayy paa yaa suéltame –Rogaba Estaban, pero su padre estaba furioso.

 

-CÁLLATE –Gritó el hombre dejando a su hijo callado.

 

Al llegar a la casa, la mamá del chico estaba sentada en un sofá de la sala, no podía creer lo mucho que la había decepcionado. No es que creyera a su hijo un santo pero nunca antes se había emborrachado ni mucho menos se había subido con alguien que también estaba tomado.

 

-ESTEBAN ¿POR QUÉ HICISTE ESO? –Gritó la mujer furiosa, incluso quería darle una cachetada, pero logró contenerse.

 

-YAA no es para tanto, mamá –Contestó con la voz tomada. –Quiero irme a dormir.

 

Pero ese no era el plan que tenía la mamá de Esteban, él no se iría a dormir antes de que ella lo castigara.

 

-¿QUÉ NO ES PARA TANTO? ¿NO TE PARECE PARA TANTO? ¡ERES UN IRRESPONSABLE ESTEBAN! ¡HOY TE PUDISTE FACILMENTE MATAR! A TU EDAD AUN NO SE DEBE TOMAR ALCOHOL Y MUCHO MENOS ENTRE SEMANA, NO SE QUÉ TE PASA ¡TU NO ERES ASÍ!

 

Como Esteban estaba tomado no entendía bien el enojo de su madre, por lo que le pareció bastante divertido el regaño, al punto de que se empezó a reír a carcajadas.

 

-AHH Y ¿TE PARECE MUY GRACIOSO? YO TE VOY A ENSEÑAR LO QUE ES GRACIOSO –Dijo fuera de sí, le desabrochó la correa del uniforme a su hijo y comenzó:

 

Zas zas TU DE MI NO TE BURLAS zas zas zas Y MUCHO MENOS VAS A VOLVER zas zas zas zas A LLEGAR BORRACHO zas zas zas PORQUE SI NO ME VAS A CONOCER zas zas zas zas

 

Realmente no le había dado tan duro, pero su papá si así que la paliza lo hizo volver a sus cinco sentidos. Se dio cuenta que la había cagado y peor aún, fue consciente que Andrés había visto.

 

Solo alcanzó a darle una disculpa rápida a su madre antes de que su padre lo tomara del brazo y llevara hasta su cuarto.

 

-QUE DESCANSES ESTEBAN –Medio gritó su padre, aun seguía molesto. –Mañana te voy a despertar a las 8 y no quiero quejas porque tu comportamiento de hoy ha sido deplorable, realmente estoy decepcionado, un hijo mío no puede ser tan irresponsable.

 

Esas palabras causaron que Esteban llorara amargamente hasta quedarse dormido. Le dolía aún más que las palizas que sus dos padres dijeran que estaban decepcionados de él precisamente porque él ya sabía eso desde hace rato, él era la oveja negra de la familia.

-¡ESTEBAN DEPIERTATE YA! –El “agradable” grito de mi papá casi me hizo saltar de la cama.

 

-¿Qué hora es? –No recordaba bien lo que había pasado pero me dolía todo.

 

-Las 8 am, ni creas que iba a dejar que durmieras todo el día –Dijo serio, pero yo no entendía bien a lo que se refería –Alístate que hoy vas a acompañar a tu mamá al trabajo y cuando regresen en la noche quiero una relatoría de tu día. 

 

Y de repente volvieron a mí los recuerdos suficientes como para que le hiciera caso a lo que me pedía. Saqué algo de ropa y me bañé, empecé a ser consciente de que Andrés pudo ver cuando mi papá me pegó… era horrible solo pensar la idea de que mi mejor amigo viera algo como eso, necesitaba escribirle e indagar qué tanto había visto.

 

Salí con mi mamá en una camioneta, solo estaban el chofer y una escolta. Todo el camino me la pasé en silencio viendo la ventana, cuando llegamos mí mamá me habló medio seria:

 

-Pórtate bien Esteban, vas a ordenar unos casos en mi despacho espero que tengas buena cara todo el día y seas amable con mis colegas –Yo asentí, no quería más problemas.

 

Nos bajamos del carro y tuve que saludar a todos los que trabajan en el bufete mi mamá, sé que muchos tienen la imagen de mí como alguien caprichoso e infantil… pero no es algo que yo vaya a cambiar.

 

Mi día estuvo bastante aburrido, casi no hablé con nadie, mi mamá estuvo muy ocupada y agradecí bastante cuando volvimos a la casa. Mi papá estaba con mis hermanos viendo películas, odiaba realmente ser la oveja negra de la familia.

 

Alejandro

 

Mi papá vino a recogernos y nos llevó a un centro comercial para comprar nuevos celulares. Angélica no puso problema para nada y pasamos una tarde genial, desearía que mi vida fuera siempre igual.

 

Al llegar a la casa decidí volver a llamar a Esteban, pero no contestó, Andrés me escribió por Whatsapp que su padre (de Esteban) los había descubierto. De todos nuestros papás los que más se enojaban eran los de Esteban seguidos de los de Juan Felipe, supongo que esa es la razón por la que todos nos preocupamos por lo que le hayan dicho.

 

Andrés me escribió en la noche que quería hacer una fiesta en su casa, me gustó la idea, era para salir de la rutina. Con David empezamos a planear como sería y dónde compraríamos el alcohol.

 

Creé el evento en Facebook y al poco tiempo muchos empezaron a confirmar, igual invité a pocas personas solo 25. Tengo un primo que es DJ y que nos puede ayudar gratis. Definitivamente va a ser la fiesta del año.

 

Dejé un rato el celular y prendí el televisor, a veces era agradable ver una que otra película en HBO o en FOX. Estaban pasando Mr. Nobody la mejor película para mí… me hacía cuestionarme qué hubiera pasado si no hubiese hecho x o y cosa e incluso me ponía a pensar en qué tan cierto es que exista el destino.

 

Bajé las escaleras y en la cocina me encontré a mi papá, estaba preparando algo de comer, me hizo una pregunta que me incomodó bastante:

 

-Alejo, mañana tenemos cita con Angélica… es del grupo de apoyo, ¿Quieres venir? –Seguramente alguien normal diría “claro papá”, pero yo no soy así, no quiero ir a esos grupos y comprobar que mi hermana está más loca de lo que creo.

 

-Pasó, es que tengo un examen importante –Dije, vi que mi papá negó con la cabeza… pero es que ir a eso no es algo a lo que puedan obligarme.

 

-Bueno, pero ¿irás la siguiente cita? Para tu mamá es muy importante que conozcas cómo va tu hermana –Usar a mi mamá es una manipulación, porque él sabe que no me negaré.

 

-Está bien, prometo que iré a la siguiente… por cierto, Andrés hará una fiesta en su casa, ¿puedo ir?

 

Hay que aprovechar ciertos momentos y este es uno en el que no me van a negar nada precisamente porque acabo de acceder a hacer algo que no quiero.

 

-Si hijo, pero por favor no tomes alcohol… no me gusta que lo hagan y sé que va a haber. Y ese día me avisas a qué hora vas a llegar. –Asentí, no era muy difícil lo que pedía, aunque claro que voy a tomar, otra cosa es que él no se dé cuenta.

 

Juan Felipe

 

En serio creo que me estoy volviendo aburrido, Andrés me contó de su fiesta y yo ni me emocioné. Tengo 16 años, ¿por qué coño no me divierte la idea?

 

Me puse a pensar en qué haría mi hermano en esta situación, llegué a la conclusión de que debo ir a esa fiesta. Bajé las escaleras y me encontré con mi abuela, ella es como mi segunda madre, le sonreí y me senté al frente suyo para preguntarle:

 

-Se acuerda de mi amigo, ¿Alejandro? –Vi que ella asintió así que continué –Le está pasando algo parecido a su hermana, como lo que le pasó a… mi hermano.

 

-¿Tiene una enfermedad terminal? ¿Qué edad tiene ella? -Y caí en cuenta que era distinto. Mi hermano era un chico alegre y agradable, siempre tuvo muchos amigos porque solía ser un payaso, un día empezó a tener dolores de cabeza… cuando al fin le hicieron exámenes, ya era muy tarde, aunque al menos alcanzó a cumplir los 18.

 

-No abue, ella puede mejorar me parece que tiene 12 años –Mi abuela asintió.

 

-Nadie debería pasar por lo que pasó su hermano y menos siendo tan jóvenes, espero que la hermana de su amigo se mejore –Ya no quería hablar más del tema, era muy incómodo y si seguíamos así, íbamos a terminar llorando. Por eso cambié el tema.

-¿Abuela cree que debería ir a una fiesta que están organizando mis amigos? –No es como si yo siempre le consultara mis problemas, solo quería que me diera un NO.

 

-Ay papito, claro que sí –Me quedé viéndola sin moverme. –Usted sabe que a mí no me gusta que salga tanto, pero yo si lo veo muy triste… me gustaría tanto verlo sonreír de verdad, que tenga alguna amiguita y que haga todas esas cosas raras que hacen hoy en día los muchachos.

 

-Está bien abue –Dije algo conmovido, sus palabras me habían llegado aunque no fueran tan profundas. Desde niño, yo siempre viví con mis abuelos y mis papás, entre todos nos cuidaban a mi hermano y a mi… eran muy sobreprotectores con ambos y mi abuela siempre ponía peros a la hora de darnos permiso para ir a una fiesta o a salidas en la noche.

 

De mis amigos, yo soy el más creyente y el que sigue más costumbres católicas. Mis papás siempre fueron bastante tradicionales pero la muerte de mi hermano nos había alejado un poco de todo, ahora ellos solían trabajar el doble que antes debido a las deudas… en un momento yo quise ayudar pero no me lo permitieron.

 

Fui a la cocina y preparé la cena, no era el mejor cocinero pero podía defenderme… dejé comida para mis papás y llamé a mis abuelos para que los tres nos sentáramos en la mesa.

 

Santiago

 

Me levanté de malas, los peores días de mi vida son en los que debo ir a la clínica, ya sea a citas médicas o a reuniones con el grupo de gente igual de loca a mí. No solía ver tan seguido a mi papá pero me iba a recoger para llevarme a la cita.

 

-Santi baja a desayunar –Mi mamá abrió la puerta de mi cuarto, con fastidio fui caminando hasta la mesa del comedor. –Hijo quita esa cara, no es tan malo.

 

-Porque tu no entiendes lo que yo vivo todos los días –Dije molesto, me callé porque si continuaba mi mamá iba a terminar llorando.

 

Me senté en la mesa y mi TOC comenzó, primero me tomé el jugo de naranja, después puse la leche en el cereal casi midiendo la cantidad, conté 28 cucharadas antes de acabarlo, lavé la losa siguiendo otro pequeño ritual y después esperé a mi papá. Cuando llegó conté los pasos hasta el carro… algo normal en mí.

 

Cuando llegamos al hospital llamaron a mi papá para que fuera a una reunión de padres, a veces tenía la curiosidad de saber cómo es una de esas pero se me pasa cuando nos llaman a nosotros, los locos adolescentes.

 

Ir a las reuniones es bastante extraño, cuando nos llaman todos hacemos una especie de fila india y seguimos al psiquiatra hasta unos consultorios decorados de forma bastante infantil. Normalmente somos 5 personas, pero hoy somos 8.

 

-Buenos días muchachos, ¿Qué tal estuvo su semana? –Preguntó Carlos, yo le digo así aunque prefiera ser el Doctor Navarrete.

 

Una chica comenzó, ya me sé su historia, nos hemos visto al menos diez veces… tiene 15 años y TOC, su obsesión es limpiarse la cara. Continuaron los demás, de los que estábamos solo no conocía a una chica, se veía de unos 10 años.

 

Primero hablé yo, dije lo mismo de siempre… que me siento mejor, que los medicamentos sirven, que tengo ansiedad y bla bla bla. Me preguntaron sobre mis ataques de ira, pero dije que eso era parte del pasado. Siguió la chica nueva, se me hacía conocida pero no de este lugar, solo que no la identificaba aún, hablaba muy suave, casi no se le escuchaba lo que decía.

 

Se veía que estaba en crisis, tanto así que Arturo le dio una especie de ultimátum “si no muestras mejoras para la próxima semana vamos a internarte” había dicho. Al salir quise ser amable y acercármele, para que no se sintiera tan presionada pero ni siquiera me respondió.

 

Las reuniones de grupo acababan a las 9am, por lo que yo solía llegar al colegio a eso de las 10, solo que, como mi papá me invitó a almorzar decidimos que no iría al colegio, después podría adelantarme.


1 comentario:

  1. Por todo lo que hablamos por privado me dieron mucha curiosidad todos estos capítulos!!
    Y también me quiero disculpar por no agradecer el regalo en su momento si no que lo hice después 🤦🏼‍♀️..
    Enserio que si lo valore muchísimo y más porque me diste la oportunidad de leerlo de corrido!!
    Pero como te repito me dió curiosidad volver a leerlo con un punto de vista diferente!!
    Y si me gusta comentar las historias pues con más razón lo haré con los capítulos que son de mi historia de regalo!! 🙂..
    Ese Andrés todo preocupado por su amigo y después de la nada se le ocurre la idea de hacer la fiesta del año jajaja..
    Pobre Esteban le tocó doble todo por hacerse el chistosito pero es que reírse del regaño de su mamá si se pasó!!
    Pobre Juan Felipe que perdió a su hermano debió ser un golpe terrible pues un hermano es tu todo y al menos yo no sé que haría sin mis hermanos..
    Y Santiago que terrible por lo que está pasando y entiendo que esté harto de todo lo que tiene que hacer como ir a terapias y estudios cada rato..

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