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martes, 22 de diciembre de 2020

Somos del mismo mundo Capítulo 7

 

Capítulo 7

Me desperté temprano de nuevo, me puse el uniforme del colegio de ricachones y bajé. Desayuné y me quedé esperando… me sentía confundido, mi lógica me decía que esperara a que el guardaespaldas me llamara, me sentía aburrido y por eso intenté hacer conversación con una de las que cocina.

 

-Buenos días… ¿puedo preguntar algo? -Esperaba que me dijera que sí, aunque siempre que le hablaba me miraba intrigada.

 

-Por supuesto joven -Me dijo.

 

-¿En dónde vives? -Yo suelo ustear más a la gente, pero supuse que Federico tuteaba a todos, eso es lo que hacen los niños de papi y mami.

 

-Por la Av. Simón Bolívar -Me contestó algo extrañada. Nunca había escuchado ese lugar.

 

-Ahhhh -Me quedé sin conversación rápidamente, no sabía que más podía preguntar.

 

-Pensé que a usted no le gustaba saber nada de mi vida -Me contestó con algo de rencor… ¿Federico es odioso?

 

-Bueno, es que hace unos días fueron unos chicos de un colegio público a jugar contra nosotros y eso me afecto -Dije, la verdad no sabía si tenía que excusarme.

 

-Pienso que usted tiene que valorar más lo que sus papás le dan, la mayoría de niños de este país no tienen la mitad de lo que usted tiene. -Y tiene razón, el problema es que no me puedo poner en el lugar de Federico.

 

-Supongo -Contesté, en ese momento el guardaespaldas nos llamó a los 3 y nos fuimos al colegio.

 

Era algo extraño, tan diferente a lo que estoy acostumbrado… una moto con sirena estaba escoltándonos, los hermanos de Federico iban sentados tan tranquilos con la situación, llegamos al colegio, nos bajamos y yo caminé detrás del hermano del medio, supuse que su salón queda cerca al mío.

 

En el camino mucha gente me saludaba, me di cuenta que Federico si es popular, no reconocía cuales eran sus amigos ni tampoco cuales eran de su salón hasta que una chica se me acercó, era tan linda.

 

-Ya terminé el trabajo idiota -Auchh parece que la chica linda odia a Federico.

 

-Gracias linda -Supuse que un idiota como Federico se podía permitir decirles así a las chicas, en mi colegio por eso me habrían dado un puño.

 

-Estás extraño, creo que el golpe te hizo daño -Me contestó rodando los ojos.

 

-O tal vez me abrió los ojos -Intenté ser coqueto y pareció funcionar un poco porque sonrió un poco.

 

-¿Vas a entrar a clase o qué? -Me retó y la seguí.

 

Los salones del colegio eran aún más lindos que los de las películas, con tableros táctiles, todos con portátiles, espacio, grandes ventanas… las clases eran parecidas, pero sentí que los profesores buscaban que los chicos fueran más analíticos, eso me llamó la atención.

 

Tuve un montón de clases, entre ellas una que yo no tenía en el colegio, Robótica, me pareció genial, pero yo era pésimo, no tenía idea de lo que hacían. Muchos chicos me hablaron durante las clases, pero nunca entendí quiénes eran los amigos de Federico.

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Me desperté con algo de dolor, si me habían dado una paliza… el papá de Gabriel me había pegado con más fuerza de la usaba mi papá y eso no había sido para nada alentador. Me desperté temprano porque Hernán me levantó diciéndome que no quería que su papá se volviera a enojar conmigo.

 

Le agradecí en cierto sentido, la mamá de ellos nos sirvió un desayuno que también me dejó con hambre, pero sabía que era mejor no decir nada. Llevé a los chicos al colegio y después me fui por ahí buscando trabajo… creo que eso es lo que esperan de Gabriel.

 

Fui a muchos lugares, pero en ninguno querían a un chico que aun iba al colegio, necesitaban personas que pudieran estar tiempo completo. Empecé a arrepentirme de haber renunciado, seguramente por algo Gabriel trabajaba ahí.

 

Me dieron ganas de volver a ir con los chicos a jugar futbol, pero al mismo tiempo supe que no podía volverla a cagar. Seguí buscando trabajo por ahí hasta que me dijeron que tal vez me pagarían algo de dinero si cargaba bultos en un mercado. No me parecía para nada un trabajo digno ni algo que yo haría, así que cambié de opinión y me puse a jugar fútbol con los chicos.

 

Hoy si presté atención y pude ir por los hermanos de Gabriel al colegio, ambos se calentaron su almuerzo y lo hicieron con el mío… estaban extrañados de que yo no lo hiciera, pero ¿por qué tiene que hacer todo Gabriel? Que sepa ellos también tienen manos.

 

Hernán me desespera, el niño ese me trata como si yo fuera su esclavo, solo le falta que me tire la mochila cuando sale del colegio… no entiendo por qué tiene que ser así con Gabriel si hace más por él de lo que yo haría por cualquiera de mis hermanos.

 

Pero bueno, regrese al colegio… esta vez sí pude almorzar en la casa y no llegue tarde, seguí a los chicos que había visto en el partido de basketball y llegué a un salón con muchos puestos, eran mínimo 40… se me hizo excesivo, en mi colegio por mucho somos 20.

 

Me sentía tan extraño, no conozco a nadie de este lugar… tampoco se me acercan y el colegio tiene un aspecto de abandono que me molesta. Sonó una campana y entró un profesor con cara de aburrido, dijo algo de álgebra y se puso a copiar un montón de ejercicios en el tablero. Me impresionó que fuera un tema que yo había visto un año antes, y se suponía que ambos íbamos en el mismo año.

 

Se me hizo fácil así que rápido completé los ejercicios, noté que algunos de ellos ni siquiera se molestaban en contestarlos. El profesor empezó a pedirle a algunos que pasaran a resolver los ejercicios, y en ese momento si me sentí más en un colegio.

 

Luego de otras materias, que estuvieron aún más aburridas que matemáticas, salimos al descanso, según entendí era de 15 minutos… muy corto, pero no dije nada. Algunos salieron corriendo a la cafetería del colegio, pensé que era para comprar, pero al final me di cuenta que era para preguntar si habían sobrado onces de los otros cursos.

 

Esa era otra cosa que no entendía, ¿regalan comida? Y porque ellos preguntan por lo que sobró… no me importó mucho hasta que recordé que no tengo dinero y hubiera sido genial comer algo.

 

-¿Tiene hambre? -Me preguntó Kevin, era el único nombre que me sabía.

 

-Algo -Dije sinceramente.

 

-Es una mierda que solo les den a los menores -Me pareció algo injusto, igual todos íbamos al colegio.

 

-Si, una mierda -Dije cortante.

 

-Deberíamos meternos y coger algunas cosas, yo también tengo hambre -¿Me estaba proponiendo robar? La idea me enojó, yo no necesitaba hacer eso…

 

-¿Qué?

 

-¿Qué? -Me respondió como si fuera algo normal, me pregunté si Gabriel lo hacía normalmente. -Entonces no lo haga, pero después no me pida.

 

Sonaba molesto, se puso de pie y tuve un impulso… fue muy estúpido y me di cuenta apenas escuché…

 

-No como comida robada -Dije y Kevin cambió de cara, vi como corrió hasta donde yo estaba y me dio un puñetazo.

 

Lo demás pasó muy rápido, un grupo de chicos estaba alrededor nuestro gritando “pelea pelea pelea” yo me cubría la cara, e intentaba dar patadas. Siempre he sido pésimo para pelear y no supe en qué punto nos separaron, era un profesor que aún no conocía, pero estaba furioso.

 

-Vamos con el director, a ver si cuando llamen a sus papás siguen teniendo tantas agallas -Dijo, no gritó, pero si me dio la mano para ayudarme a levantar y cogiéndome el brazo.

 

Nos llevó hasta una oficina que no había visto antes, abrió y el director nos miró enojado:

 

-Martínez y Rojas, si se pelearon están en un gran problema porque esas cosas no pueden pasar en mi colegio -Dijo, supuse que quería sonar intimidante, pero se me hizo tonto.

 

-Yo no hice nada -Dije. -Era verdad, fue Kevin el que se me lanzó encima.

 

-Para una pelea se necesitan 2 -Dijo haciendo señas para que nos sentáramos.

 

-Fue culpa de este idiota -Dijo Kevin con ira, pero es que mi comentario lo había hecho con sinceridad.

 

-Profesor podría decirme ¿qué ha pasado? -El tipo asintió, pero igual el no vio prácticamente nada.

 

-Yo estaba vigilando y ellos dos se agarraron a golpes -Woow que versión más parcializada.

 

-No es verdad, Kevin empezó y puede ver que yo soy el más golpeado -Dije, de algo tenía que servir.

 

-Yo vi cuando usted estaba respondiendo con patadas, no sea mentiroso -Ahí me enojé realmente, yo apenas me pude defender y ahora esto.

 

-No es verdad… eso se llama defensa personal -Dije serio, pero noté que hasta Kevin se estaba burlando de mí.

 

-Si claro, yo también estaba practicando mi defensa personal -Odiaba a Kevin, me puse de pie y creo que empeoré todo.

 

-SIENTESE AHORA MARTÍNEZ -Dijo el directo ahora si alzando la voz, no supe por qué pensaron que yo iba a lanzarme de nuevo a Kevin, pero me senté, me sentía bastante frustrado.

 

-¡Ve! Siempre dicen que yo soy el malo, pero tampoco me enojo tan fácil -Me enojaba que le dieran la razón, no me conocen, no entienden lo asquerosos que han sido estos días para mí, y mucho menos que yo sigo fingiendo ser Gabriel sin saber nada de su vida.

 

-Voy a llamar a sus papás, pero desde ahora sepan que están suspendidos por lo que queda de semana -Esa noticia me puso nervioso, si esto me pasara a mí, creo que mi padre me daría una paliza… pero el papá de Gabriel era peor que el mío, no quería que me pegara de nuevo, empecé a sentir que tenía los ojos vidriosos y eso fue demasiado patético ¿de verdad estaba llorando al frente del director porque van a llamar a “mi papá”?

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Llegó la hora del almuerzo, para mí, este horario de clases era bastante extraño… sentarme a almorzar con mis compañeros se sentía casi como un mundo al revés. Aquí no daban las onces gratis, me di cuenta cuando estaba por llegar al principio de la fila y noté que todos tenían tarjeta.

 

Jamás había usado una tarjeta, cuando llegué al inicio de la fila me puse nervioso… no sabía cómo pagar. Me sentí tan estúpido, la chica linda que parecía odiar a Federico creo que se dio cuenta…

 

-Yo te invito, me das también un té de limón por fa -Dijo, me impresionó que fácilmente pagara por mi… como si no fuera nada.

 

-Gracias -Dije algo incómodo, sinceramente me parecía raro que me hubiera invitado.

 

-No hay problema, ¿se te perdió la tarjeta? -Me dijo preocupada -Deberías bloquearla.

 

Asentí, la verdad es que no sé en dónde esté la tarjeta, y mucho menos como usarla, me di cuenta que necesitaba tener dinero y eso me empezó a preocupar… ¿de dónde sacarlo? ¿Dónde está la tarjeta de Federico?

 

Me la pasé todo el descanso con ella, era tan perfecta… lástima que solo se fijara en alguien como Federico, era mi chica ideal. Entramos de nuevo al salón y yo me empecé a sentir más animado, sentía que todo iba bien hasta que de repente todos empezaron a mirar sus celulares y señalarme.

 

-¿Qué pasó? -Pregunté, sentía que tenía derecho a hacer esa pregunta, un chico de cabello rojizo me mostró su celular…

 

Era un perfil de Instagram, con un nombre realmente estúpido “Gossip GCC”… al parecer era de chismes del colegio y Laura y “yo” éramos la “nueva pareja”, todos parecían interesados en eso, como si fuera algo malo, no entendía por qué hacían drama de algo tan tonto.

 

Laura, como descubrí que se llama la chica más linda de este colegio, parecía negarlo todo, la gente de este colegio es muy rara… casi me sentía viviendo en una novela adolescente, con amores escondidos. Realmente no me importaba saber quién es ella, así que decidí ignorar todo y aguantarme los comentarios.

 

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