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martes, 5 de enero de 2021

Seis vidas Seis perspectivas diferentes Capítulo 7

 

Capítulo 7

Santiago

Era un día difícil, no me gustaba ir a las terapias de grupo. Cuando llegamos la chica que había visto la vez pasada se veía pésimo y supe de inmediato que la iban a hospitalizar. Al parecer tenía anorexia, pero en un estado grave… me sentí mal por sus padres, los míos debieron pasar por lo mismo y nunca es fácil.

 

Al final de la cita se la llevaron a parte y les informaron a los padres la decisión, ambos comenzaron a llorar, el padre empezó a llenar los papeles mientras la madre se iba a otro lado, algo me dijo que la siguiera, alcancé a ver la tremenda cachetada que le daba a su hijo, no entendía las razones pero me sentí mal por él… debía estar teniendo un día horrible.

 

La señora a los dos minutos pasó corriendo al lado mio, imagino que a ayudar con los papeles de hospitalización. Caminé hasta donde estaba el chico y cuando estuvimos cerca me di cuenta que era Alejandro Castiblanco.

 

-¿Quieres hablar? -Le dije, se dio cuenta quien era yo pero no le importó mucho.

 

-No quiero que le pase nada -Apenas le entendí lo que dijo porque estaba ahogado en llanto.

 

-Tranquilo, seguro se va a recuperar -Yo no estaba seguro de eso, pero en estos momentos ser optimista no esta tan mal.

 

-Yo si la quiero, te juro que no la odio, es mi hermana… -Su situación no era fácil, no entendía porque lo habían traído, podía estar en el colegio y no haber vivido esto de una forma tan cruda.

 

No le dije nada más, me quede con el diciéndole que se quedara tranquilo y que todo saldría bien. Mi mamá se nos acercó y entendiendo todo le dijo que debía ser valiente, le dio algo de agua y nos quedamos un rato largo con él. Por mi me habría quedado hasta que llegaran sus papás, pero mamá tenía que trabajar, llevarme al colegio y Alejandro debía esperar a sus padres así que nos fuimos.

 

-Trata de ser amable con ese chico -Me dijo mi mamá luego de que le contara que iba a mi curso. -Está en un momento difícil y necesita mucho apoyo.

 

Y así me lo propuse, intentaría ser un apoyo para él así no fuera un chico que me agradara.

 

Esteban

 

Zas zas zas zas Auu zas zas zas zas zas zas Auu zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas Auu zas zas zas zas zas zas zas zas zas

 

Así comenzó mi mañana, con unos correazos que me había prometido mi padre ayer por tener un arranque y romper mi cuaderno de mandarín. Me había frustrado mucho porque mi papá quería que ya tuviéramos un nivel alto y apenas habían pasado unas semanas.

 

Odiaba el mandarín tanto como la reunión a la que hoy debíamos asistir, era un coctel para apoyar a un candidato a la alcaldía. El tipo me desagradaba mucho lo mismo que ir y fingir que somos la familia ideal.

 

Me puse el uniforme del colegio, aun me dolían los correazos… al llegar al colegio me puse a hablar con Juan, David y Andrés. Les recordé que Alejandro vendría tarde a clase pues hoy era cita de la hermana a la que los padres lo obligaron a ir… todos los padres son iguales, te obligan a ir a cosas horribles solo por sus caprichos.

 

El día se pasó rápido, no nos dejaron mucha tarea, pero estábamos preocupados por Alejandro, nunca llegó a clase. En la tarde me fui con un chofer de Andrés a mi casa. Mis hermanos estaban haciendo las tareas cuando llegue y pronto irían a cambiarse.

 

-¿Hoy vas a dejar que elija tu outfit? -Me preguntó mi hermana menor.

 

-Está bien -Dije. Solo quería que me dejara en paz, a mi me daba igual la ropa que iba a usar en una estúpida reunión de mis padres.

 

-Bien, ya verás que si puedes quedar guapo -Me dijo y yo sonreí.

 

Ya eran las 7pm y todos estábamos listos. Mi mamá y mi hermana se la pasaban hablando de lo guapo que estaba lo cual me parecía patético. Odiaba ir a las reuniones de mis padres porque era ir a fingir ser la familia ideal, llena de amor y ser chicos amables e inteligentes. Al llegar nos recibió un montón de gente, incluso había gente de la prensa que le hacía preguntas a mi mamá.

 

Entramos los cinco a la reunión, nos saludamos con el presidente del partido como si fuéramos íntimos amigos. Nos sentamos en unas sillas al frente que tenían nuestros nombres, ante los ojos de los periodistas nosotros éramos una familia ideal, con dos padres exitosos, creyentes, amorosos y toda esa basura que a la gente le gusta escuchar.

 

Somos tres hermanos, yo soy el mayor y supongo que por eso siempre esperan más de mí. Después está mi hermano Emilio y la menor es Isabella, por alguna razón yo siempre fui el rebelde, no entiendo como mis hermanos llevan tan bien la presión de mis padres… es insoportable venir a estos eventos y tener que mostrarte como alguien perfecto.

 

El candidato dio un discurso, era patético, pero aun así no dije nada y solo me limité a aplaudir cuando acabó. Después, nos tomamos algunas fotos, nos despedimos de un montón de personas desconocidas y al final nos fuimos, dentro del carro mi papá nos felicitó.

 

Llegué con mucho sueño a la casa y recordé que debía terminar un ensayo de filosofía. No me faltaba mucho así que lo terminé con lo primero que se me ocurrió, creo que la redacción no me quedó muy bien, pero al menos tenía algo que presentar.

 

Alejandro

 

Había tenido un día de porquería, mis papás estuvieron cuatro horas con mi hermana hasta que alguno se acordó de mi existencia. Santiago, había estado dándome ánimo lo cual fue en un principio reconfortante, pero al final me había hecho darme cuenta que él pertenece al grupo de locos, lo mismo que mi hermana.

 

No lo odiaba, pero esperaba que no fuera a decir nada en colegio sobre lo que había visto. Siempre he sido muy orgulloso y para mi sería horrible que los demás empiecen a tenerme lástima, yo le contaría a mis amigos, pero nadie más, al menos del curso, podía enterarse de que mi hermana estaba en el hospital por anorexia.

 

Tenía mucha hambre, pero seguía sensible por las palabras que me había dicho mi mamá, yo no soy tan malo como ellos piensan y si me importa Angélica. No quise acercarme a ellos en todo el proceso, estuve un rato llorando, pero después me quedé sentando, tratando de analizar qué podía hacer.

 

-¡Alejandro! Ve y cómprate algo de comer, debes tener hambre -Me dijo mi papá, casi hace que grite, no me di cuenta que estaba cerca.

 

-No tengo hambre -Si tenía, pero no sabía como sentirme… hasta yo me di cuenta que lo dije con la voz quebrada.

 

-Tienes que comer -Dijo, pero, yo no quería su dinero, quería un abrazo y que alguno de ellos me acompañara a comer.

 

-Es que me siento mal -Dije, ya con una lágrima… se me pasaron las ganas de comer.

 

-Todos nos sentimos mal, pero hay que ser fuertes por tu hermana -Al decirlo no se sentó conmigo ni mucho menos me mostró su apoyo, me di cuenta que estaba siendo algo egoísta, quizás mi hermana si es la prioridad y yo soy el que lo debe aceptar.

 

-Ok -Tomé el dinero y me puse de pie.

 

-Come algo, mi hermano ya viene a buscarte, vas a quedarte con él unos días -Era una despedida rara, así que me anime a preguntar algo:

 

-¿Puedo despedirme de mi hermana? -Seguro daba lástima preguntado eso así que me sorprendió que mi papá se negara.

 

-No, después podrás verla, lo mismo que a tu mamá… -Yo no sabía que decir, no me lo esperaba.

 

-Vale, entonces chao -Dije tratando de disimular que iba a volver a llorar.

 

Escuché el “chao hijo, nos vemos pronto” y salí corriendo, llegué a una cafetería, y vi a una señora contando monedas, supuse que le faltaba dinero así que le di lo que mi papá me había dado. Al poco tiempo llegó mi tía, me abrazó y me propuso que faltara al colegio y nos fuéramos a comer hamburguesas.

 

Después fuimos a mi casa, recogí algo de ropa y las cosas del colegio. Me llevó a su casa, me mostró una habitación y quedé ahí toda la tarde, no quería contestar los mensajes, me sentía mal e incluso tenía algo de dolor de cabeza.

 

Al día siguiente me levanté para ir al colegio, mi tía me hizo desayuno y se ofreció a llevarme. Mis papás no habían llamado así que no tenía noticias. El colegio estaba igual que siempre, traté de comportarme como si nada ocurriera hasta que la psicóloga me sacó de clases para preguntarme cómo me sentía.

 

Mis amigos también estaban preocupados, pero yo no quería contarles aún. Faltaba una hora para la salida cuando Santiago se me acercó y me preguntó delante de todo el mundo cómo seguía mi hermana, todos escucharon y yo me llené de odio, él no era nadie para preguntarme sobre mi hermana, por su culpa todos se iban a enterar y si eso llega a pasar, va a desear no haber entrado a este colegio.

 

1 comentario:

  1. Ese Santiago vio algo que no debió ver.. pero bueno lo intentó ayudar a su manera..
    Pobre Esteban se lo shingaron bien bonito y le dieron un montón.. y ahora tendrá que volver a hacer todos sus apuntes..
    Alejandro me sigue dando mucha pena porque enserio que sus papás estan ciegos y deberían ver que la está pasando bastante mal.. y ojalá que no se le pase la mano con Santiago porque no le preguntó con mala intención de exhibirlo..

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