Capítulo
7
Santiago
Era
un día difícil, no me gustaba ir a las terapias de grupo. Cuando llegamos la
chica que había visto la vez pasada se veía pésimo y supe de inmediato que la
iban a hospitalizar. Al parecer tenía anorexia, pero en un estado grave… me
sentí mal por sus padres, los míos debieron pasar por lo mismo y nunca es
fácil.
Al
final de la cita se la llevaron a parte y les informaron a los padres la
decisión, ambos comenzaron a llorar, el padre empezó a llenar los papeles
mientras la madre se iba a otro lado, algo me dijo que la siguiera, alcancé a
ver la tremenda cachetada que le daba a su hijo, no entendía las razones pero
me sentí mal por él… debía estar teniendo un día horrible.
La
señora a los dos minutos pasó corriendo al lado mio, imagino que a ayudar con los
papeles de hospitalización. Caminé hasta donde estaba el chico y cuando
estuvimos cerca me di cuenta que era Alejandro Castiblanco.
-¿Quieres
hablar? -Le dije, se dio cuenta quien era yo pero no le importó mucho.
-No
quiero que le pase nada -Apenas le entendí lo que dijo porque estaba ahogado en
llanto.
-Tranquilo,
seguro se va a recuperar -Yo no estaba seguro de eso, pero en estos momentos
ser optimista no esta tan mal.
-Yo
si la quiero, te juro que no la odio, es mi hermana… -Su situación no era
fácil, no entendía porque lo habían traído, podía estar en el colegio y no
haber vivido esto de una forma tan cruda.
No
le dije nada más, me quede con el diciéndole que se quedara tranquilo y que
todo saldría bien. Mi mamá se nos acercó y entendiendo todo le dijo que debía
ser valiente, le dio algo de agua y nos quedamos un rato largo con él. Por mi
me habría quedado hasta que llegaran sus papás, pero mamá tenía que trabajar,
llevarme al colegio y Alejandro debía esperar a sus padres así que nos fuimos.
-Trata
de ser amable con ese chico -Me dijo mi mamá luego de que le contara que iba a
mi curso. -Está en un momento difícil y necesita mucho apoyo.
Y
así me lo propuse, intentaría ser un apoyo para él así no fuera un chico que me
agradara.
Esteban
Zas
zas zas zas Auu zas zas zas zas zas zas Auu zas zas zas zas zas zas zas zas zas
zas zas zas zas Auu zas zas zas zas zas zas zas zas zas
Así
comenzó mi mañana, con unos correazos que me había prometido mi padre ayer por
tener un arranque y romper mi cuaderno de mandarín. Me había frustrado mucho
porque mi papá quería que ya tuviéramos un nivel alto y apenas habían pasado
unas semanas.
Odiaba
el mandarín tanto como la reunión a la que hoy debíamos asistir, era un coctel
para apoyar a un candidato a la alcaldía. El tipo me desagradaba mucho lo mismo
que ir y fingir que somos la familia ideal.
Me
puse el uniforme del colegio, aun me dolían los correazos… al llegar al colegio
me puse a hablar con Juan, David y Andrés. Les recordé que Alejandro vendría
tarde a clase pues hoy era cita de la hermana a la que los padres lo obligaron
a ir… todos los padres son iguales, te obligan a ir a cosas horribles solo por
sus caprichos.
El
día se pasó rápido, no nos dejaron mucha tarea, pero estábamos preocupados por
Alejandro, nunca llegó a clase. En la tarde me fui con un chofer de Andrés a mi
casa. Mis hermanos estaban haciendo las tareas cuando llegue y pronto irían a
cambiarse.
-¿Hoy
vas a dejar que elija tu outfit? -Me preguntó mi hermana menor.
-Está
bien -Dije. Solo quería que me dejara en paz, a mi me daba igual la ropa que
iba a usar en una estúpida reunión de mis padres.
-Bien,
ya verás que si puedes quedar guapo -Me dijo y yo sonreí.
Ya
eran las 7pm y todos estábamos listos. Mi mamá y mi hermana se la pasaban
hablando de lo guapo que estaba lo cual me parecía patético. Odiaba ir a las
reuniones de mis padres porque era ir a fingir ser la familia ideal, llena de
amor y ser chicos amables e inteligentes. Al llegar nos recibió un montón de
gente, incluso había gente de la prensa que le hacía preguntas a mi mamá.
Entramos
los cinco a la reunión, nos saludamos con el presidente del partido como si
fuéramos íntimos amigos. Nos sentamos en unas sillas al frente que tenían
nuestros nombres, ante los ojos de los periodistas nosotros éramos una familia
ideal, con dos padres exitosos, creyentes, amorosos y toda esa basura que a la
gente le gusta escuchar.
Somos
tres hermanos, yo soy el mayor y supongo que por eso siempre esperan más de mí.
Después está mi hermano Emilio y la menor es Isabella, por alguna razón yo
siempre fui el rebelde, no entiendo como mis hermanos llevan tan bien la
presión de mis padres… es insoportable venir a estos eventos y tener que
mostrarte como alguien perfecto.
El
candidato dio un discurso, era patético, pero aun así no dije nada y solo me
limité a aplaudir cuando acabó. Después, nos tomamos algunas fotos, nos
despedimos de un montón de personas desconocidas y al final nos fuimos, dentro
del carro mi papá nos felicitó.
Llegué
con mucho sueño a la casa y recordé que debía terminar un ensayo de filosofía.
No me faltaba mucho así que lo terminé con lo primero que se me ocurrió, creo
que la redacción no me quedó muy bien, pero al menos tenía algo que presentar.
Alejandro
Había
tenido un día de porquería, mis papás estuvieron cuatro horas con mi hermana
hasta que alguno se acordó de mi existencia. Santiago, había estado dándome
ánimo lo cual fue en un principio reconfortante, pero al final me había hecho
darme cuenta que él pertenece al grupo de locos, lo mismo que mi hermana.
No
lo odiaba, pero esperaba que no fuera a decir nada en colegio sobre lo que
había visto. Siempre he sido muy orgulloso y para mi sería horrible que los
demás empiecen a tenerme lástima, yo le contaría a mis amigos, pero nadie más,
al menos del curso, podía enterarse de que mi hermana estaba en el hospital por
anorexia.
Tenía
mucha hambre, pero seguía sensible por las palabras que me había dicho mi mamá,
yo no soy tan malo como ellos piensan y si me importa Angélica. No quise
acercarme a ellos en todo el proceso, estuve un rato llorando, pero después me
quedé sentando, tratando de analizar qué podía hacer.
-¡Alejandro!
Ve y cómprate algo de comer, debes tener hambre -Me dijo mi papá, casi hace que
grite, no me di cuenta que estaba cerca.
-No
tengo hambre -Si tenía, pero no sabía como sentirme… hasta yo me di cuenta que
lo dije con la voz quebrada.
-Tienes
que comer -Dijo, pero, yo no quería su dinero, quería un abrazo y que alguno de
ellos me acompañara a comer.
-Es
que me siento mal -Dije, ya con una lágrima… se me pasaron las ganas de comer.
-Todos
nos sentimos mal, pero hay que ser fuertes por tu hermana -Al decirlo no se
sentó conmigo ni mucho menos me mostró su apoyo, me di cuenta que estaba siendo
algo egoísta, quizás mi hermana si es la prioridad y yo soy el que lo debe
aceptar.
-Ok
-Tomé el dinero y me puse de pie.
-Come
algo, mi hermano ya viene a buscarte, vas a quedarte con él unos días -Era una
despedida rara, así que me anime a preguntar algo:
-¿Puedo
despedirme de mi hermana? -Seguro daba lástima preguntado eso así que me
sorprendió que mi papá se negara.
-No,
después podrás verla, lo mismo que a tu mamá… -Yo no sabía que decir, no me lo
esperaba.
-Vale,
entonces chao -Dije tratando de disimular que iba a volver a llorar.
Escuché
el “chao hijo, nos vemos pronto” y salí corriendo, llegué a una cafetería, y vi
a una señora contando monedas, supuse que le faltaba dinero así que le di lo
que mi papá me había dado. Al poco tiempo llegó mi tía, me abrazó y me propuso
que faltara al colegio y nos fuéramos a comer hamburguesas.
Después
fuimos a mi casa, recogí algo de ropa y las cosas del colegio. Me llevó a su
casa, me mostró una habitación y quedé ahí toda la tarde, no quería contestar
los mensajes, me sentía mal e incluso tenía algo de dolor de cabeza.
Al
día siguiente me levanté para ir al colegio, mi tía me hizo desayuno y se
ofreció a llevarme. Mis papás no habían llamado así que no tenía noticias. El
colegio estaba igual que siempre, traté de comportarme como si nada ocurriera
hasta que la psicóloga me sacó de clases para preguntarme cómo me sentía.
Mis
amigos también estaban preocupados, pero yo no quería contarles aún. Faltaba
una hora para la salida cuando Santiago se me acercó y me preguntó delante de
todo el mundo cómo seguía mi hermana, todos escucharon y yo me llené de odio,
él no era nadie para preguntarme sobre mi hermana, por su culpa todos se iban a
enterar y si eso llega a pasar, va a desear no haber entrado a este colegio.
Ese Santiago vio algo que no debió ver.. pero bueno lo intentó ayudar a su manera..
ResponderBorrarPobre Esteban se lo shingaron bien bonito y le dieron un montón.. y ahora tendrá que volver a hacer todos sus apuntes..
Alejandro me sigue dando mucha pena porque enserio que sus papás estan ciegos y deberían ver que la está pasando bastante mal.. y ojalá que no se le pase la mano con Santiago porque no le preguntó con mala intención de exhibirlo..