YO Y MIS
GRANDES IDEAS NAVIDEÑAS
Corto
Navidad Familia Hoffman
Mario compro unas bellas botas de
Navidad para colgar en las chimeneas para sus niños ahí podían colocar
chucherías y obsequios de parte de la familia, así no solo Santa se llevaría el
crédito de los regalos, y así se los trato de explicar a sus peques, los
gemelitos de 4 añitos y a Samantha de 6 años.
Mario: En estas lindas botas se
colocaran chuches y obsequios de los papás y de la familia para mis bebés. Les
explicaba y los niños brincaban y aplaudían.
Nando: Galletas.
Chucho: Caamelos.
Samantha: Nosotros familia ¿Verdad?
puedo colocar regalitos a mis hermanitos.
Beatriz: Claro princesa, sí quieres
te podemos ayudar con eso.
Samantha: Ohhhh siii, aunque yo creo
que puedo solita.
Mario la miró con inmenso amor y le
dio un beso en la frente lleno de orgullo.
Esa misma tarde…
Beatriz: Amor quisiera comprar unas
cosas en el bodegón, pero aún no se ha hecho efectiva la transferencia.
Mario: Tranquila amor toma una de mis
tarjetas y te la firmo, eso garantiza mi
pago con el dueño en la tarde.
Beatriz tomó una tarjeta y se la acercó a su marido quién
la firmó. Samantha miraba atenta y tomó una tarjeta y fue corriendo donde su
papi.
Samantha: Y yo papi, y yo. Y yo.
Mario sonrió divertido, y tomó una
tarjeta se la firmó y se la guardo en el bolsillo de su vestido.
Mario: Listo amor ahora si puedes
salir de compras y le picó el ojo. La niña salió dando brinquitos.
Beatriz: A que no haces lo mismo
cuando tenga unos 15 años. Le dijo divertida.
Mario: Jajaja ni loco, dentro de un
rato se le olvida que se la di. Esa tiene cara que va a ser peor que la madre.
Dijo haciéndose el serio.
Beatriz: Mirada repite eso.
Mario: Repito.. Ni loco.
Beatriz/Mario: Jajajaja
Unas horas más tardes la nana de
turno pasea por el vecindario a los niños, y vieron un vecino que estaba
vendiendo unos adorables gaticos y los gemelitos se enamoraron de ellos sobre
todo porque ellos decían que eran igualitos, que eran gemelitos, la niña quiso
comprarlo pero por supuesto no tenía dinero, pero recordó la tarjeta de su papá
y la sacó del bolsillo.
Samantha: Más tarde tú tienes
plática, mi papi paga.
El hombre miró la tarjeta en ella
estaban todos los datos y la firma, nada más y nada menos que el embajador
interino. Se lo mostró a la nana quien aseguró que efectivamente la tarjeta
tenía validez, así que los gaticos fueron entregados.
Cuando Mario llegó a casa una Beatriz
lo esperaba no con muy buena cara, acababa de llegar hacía pocos minutos y se
había encontrado con una pequeña sorpresa en la chimenea.
Mario: Oh oh quién de mis hermanos se
atrevió a hacerle ese regalo a los peques desde la distancia, en seguida pensó
en Max.
Beatriz: Ningún hermano, fue adorada
princesa a sus hermanitos.
Mario: Pero ¿cómo?
Beatriz: un vecino pasó hace rato,
dejando esto y cobrando por los dos gaticos, y como podrás imaginarte no puede
devolverlos porque rompería el corazón de los niños, así que ya sabes quién
limpiará y estará pendiente de los mismos. Dijo levantando la ceja esperando
una respuesta.
Mario: ehhh huumm. Hizo sonidos
haciendo una mueca haciéndose el loco, por lo que Bea, no perdió tiempo y le
soltó una nalgada fuerte a su marido.
PLAS Auuu yo amor, yo me haré
cargo. Joooo yo y mis grandes ideas
navideñas.
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