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martes, 26 de enero de 2021

Seis vidas Seis perspectivas diferentes Capítulo 10

 

Capítulo 10

Andrés

 

Llevaba dos días quedándome en la casa de mi mamá. Al principio ella estaba molesta porque no le había avisado, pero después estaba hasta feliz de que estuviera de visita. Nuestra relación es extraña, no es la mejor, tampoco la peor… pero, yo no puedo dejar de recordar que ella literalmente me dejó tirado por una nueva familia.

 

Al principio mi papá no dejaba que yo la viera, después ella empezó a visitarme poco a poco con sus hijos pequeños y ahora, es mi papá el que me deja en su casa. Con los niños siempre me llevé bien, pero con el esposo tenemos algunas discusiones.

 

Temprano, salimos a montar bicicleta… normalmente yo no lo hacía mucho, pero a Mateo y Samantha les gusta bastante. Me sorprendió que mi mamá permitiera que los chicos faltaran al colegio solo para quedarse conmigo, muchas veces ella se hacía la estricta.

 

A la hora de almuerzo nos fuimos a la casa y como cualquier niño, y más con el calor que hacía, los chicos quisieron meterse a la piscina, pero su padre empezó a decir que debían reposar mínimo dos horas. Sinceramente, me fastidia que esté en la casa… es entre semana, la gente normal trabaja, pero, él simplemente no.

 

Digamos que él puede contarles a sus hijos cuentos chinos sobre ahogarse en una piscina de metro y medio, pero, conmigo no funcionan esas tonterías… y, además, tampoco puede mandarme. Eran las 2 pm, acabábamos de almorzar y está haciendo un calor horrible, el crimen es no estar en la piscina.

 

Le dije a los chicos que nos pusiéramos los trajes de baño, no nos tardamos ni cinco minutos en estar listos, con las toallas fuimos hasta la piscina y cuando ya iba a hacer un clavado Sam me frenó:

 

-Papá se va a poner muy bravo, mejor no lo hagamos -Dijo. Sonó con miedo, como siempre, ese tipo arruinando la diversión de mis hermanitos.

 

-No seas boba, ni que nos fuera a matar… te prometo que eso de ahogarse es mentira, se lo dicen a los niños solo para que los padres perezosos puedan dormir después de almuerzo. -Sam me miró con una cara que no tengo idea de lo que significa.

 

-No sé, yo mejor me quedo sentada en el borde -Dijo, sentándose sin meter los pies al agua. Hubiera seguido intentándolo sino fuera por el calor que hacía, debíamos estar a unos 35-40 grados centígrados.

 

-Tu te lo pierdes -Dije, tirando la toalla y lanzándome a la piscina, estaba deliciosa.

 

Al principio estaba nadando solo ante la mirada atónita de los chicos, a veces me impresionaba lo obedientes que eran… pero, no duro mucho tiempo porque a los diez minutos Mateo se tiró al agua junto a mi y comenzamos a jugar. Sam solo metió los pies.

 

Estaba pasándola genial hasta que escuché un grito de Sam y lo que pareció una nalgada. Supongo que su papá la había sacado de la piscina jalándola del brazo y se veía muy molesto… ella salió corriendo a la casa.

 

-CUANDO YO DIGO QUE TIENEN QUE ESPERAR DOS HORAS ES PORQUE VAN A ESPERAR DOS HORAS -Gritó el esposo de mi mamá. Me asustó un poco la situación porque Recordé al papá de Esteban.

 

-Papi no me pegues -Dijo Mateo y ahí si me sorprendió… ¿mi madre permitía eso?

 

-Ven para acá -Dijo el hombre y Mateo se acercó al borde nadando lento. Yo no sabía que hacer, pero, me sentía muy enojado… no habíamos hecho la gran cosa. El esposo de mi mamá sacó a Mateo del agua, le bajó la pantaloneta y comenzó a darle nalgadas.

 

Plas plas a mi plas me plas haces plas caso plas si plas te plas digo plas que plas esperas plas dos plas horas plas lo plas haces plas

 

Creo que fue en el momento en que empezó a llorar con fuerza cuando me salí de la piscina y salí corriendo hacia ellos.

 

-NOO LE PEGUES -Grité con fuerza. El esposo de mi mamá soltó a Mateo el cual seguía llorando y se subió los pantalones.

 

-A MI TU NO ME VAS A GRITAR ANDRÉS -No sé por qué no pude hacer nada contra él, pero, me cogió fuertísimo del brazo y me llevo dentro casi arrastrado. -Ven Mateo.

 

-SUELTAMEE SUELTAMEE -Gritaba medio desesperado.

 

-Hoy les voy a mostrar a los tres por qué es mejor obedecerme -Samantha y Mateo me miraron con lastima y ahí entendí lo que pretendía el esposo de mi mamá….

 

-No puedes hacer eso, yo no soy tu hijo… si lo haces te demando -Dije confiado.

 

-Quiero verlo, al menos por ahora servirá para bajarte los humos -Mientras me sostenía se quitó el cinturón y comenzó a pegarme con fuerza… tenía rabia, una actitud muy diferente a la que tuvo cuando le pegó a Mateo.

 

ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS

 

Al principio estaba esforzándome por no hacer ningún ruido, no le iba a dar la satisfacción de verme llorar.

 

 ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS

 

En este punto ya no lo podía soportar, en verdad me dolía… sentía las lágrimas en mis mejillas, no quería gritar para no asustar aun más a mis hermanos. Ellos estaban gritándole a su papá que se detuviera, mi respiración se podía escuchar entrecortada, no podía creer que doliera tanto que te pegaran con un cinturón.

 

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-Auu por favor para snif snif -Dije en una voz que alcanzaba a ser audible.

 

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-Lo único que espero es que hayas entendido que yo no estoy pintado en la pared. -Cuando me soltó salí corriendo hasta la habitación de invitados, cerré la puerta con seguro y empecé a llorar de verdad.

 

Solo podía pensar en lo molesto que estaba, y en lo mucho que quería acusarlo con madre. Podía ser muy infantil, pero alguien tenía que ponerlo en su lugar… el no podía hacerme nada.

 

Tardé un rato en tranquilizarme, odiaba mucho mi vida… odiaba a mis padres, odiaba al esposo de mi mamá, odiaba ser el extra, odiaba no tener una familia normal. Me pregunté si todos sentían lo mismo, o sea, aparentemente todo en mi vida es genial y lo mismo pasa en el caso de Esteban… y yo sé que no es así.

 

Me estaba doliendo bastante donde el pendejo del esposo de mi mamá me pegó, mi mamá solo me había dado nalgadas cuando yo era muy pequeño, de resto jamás me habían pegado y menos con el cinturón. Era la primera vez que pasaba, no sabía si era “normal” el dolor que sentía y que me doliera si me rozaban.

 

Me puse de pie y fui hasta el baño a verme, tenía unas marcas de color morado… pensé en llamar a mi papá, pero cambié de opinión cuando escuché que mi mamá había llegado, puede que sea infantil ir a decirle a tu mamá que su esposo te pegó… pero, ¿qué más podía hacer?

 

-Hola -Dije cuando la vi. Mis hermanos estaban junto a ella abrazándola, ella los trata tan diferente que como lo hace conmigo.

 

-Hola Andy -Odiaba que me dijeran así. -¿Cómo estás? -Preguntó, y yo le dije todo.

 

-Un asco, ese tipo se atrevió a pegarme… con un cinturón y ahora tengo una marcas -Dije sintiendo como me ponía rojo. Creía que mi mamá pondría un grito en el cielo, pero no, solo me sonrió y dijo:

 

-y ¿qué hiciste para que te hayan pegado? -Abrí los ojos ante su reacción y su esposo contestó antes de que yo pudiera hacerlo.

 

-Nunca me obedece y está haciendo que mis hijos tampoco me hagan caso… no voy a permitir que sea irrespetuoso conmigo y menos que les enseñe mañas a los niños, también les pegué a ellos hoy -La forma tranquila en la que se justificaba me enojaba aún más.

 

-Hijo, creo que le diste razones para que actuara de esa forma, te merecías el castigo…. Creo que mano dura es lo que te falta -Sentí que mi propia madre me estaba traicionando.

 

-PERO EL NO TIENE NINGÚN DERECHO A PEGARME, ÉL NO ES NADA MIO… NADA -Grité y de forma sorpresiva mi madre me dio una cachetada.

 

PLAF

 

-Es completamente justificada la acción de mi esposo, veo que crees que puedes venir y gritarme, pero no, vas a ver cómo cambiamos esa actitud que tienes… que ni para educarte sirvió tu papá -Dijo y se me nublaron los ojos.

 

Estaba teniendo un día horrible en muchos aspectos, nunca me habían tratado así… me sentía humillado, me dolía la cara y el culo. Las lágrimas me empezaron a salir y ya no quise hablar más, yo sobraba aquí… y así tuviera que irme caminando quería estar con mi papá.

 

Santiago

Nunca pensé que por hacer algo bueno pudieran pasarme tantas cosas malas… quizás no había sido la mejor forma, pero, tampoco era para tanto. Yo hasta cierto punto entiendo a Alejandro, debió sentirse casi como yo lo hice cuando le contó a todos que estoy loco.

 

Todo mi intento por parecer alguien normal se estaba cayendo solo por intentar darle apoyo a un compañero… jamás lo volveré a hacer. Lo que más me molesta es que inventen cosas de mi enfermedad, nadie investiga, solo le creen a Esteban y Alejandro cualquier cosa que se inventan.

 

Dicen que por eso soy raro, es lo único en lo que tienen razón, pero también que es contagioso que tengo delirios y que por pesar es que los profesores me pasan las materias. Eso me duele porque además de ser falso ellos no entienden lo difícil que es concentrarse tomando medicamentos psiquiátricos, no entienden lo difícil que es actuar como un chico normal, no entienden que solo me están provocando más y más ansiedad…

 

El único que no me ve como una rata de alcantarilla es Gustavo y a veces Juan Felipe, pero yo no voy a hablar con alguien que compartió mis cosas privadas con sus amigos para que me jodan la vida. Antes algunas chicas me miraban con algo de curiosidad, ahora ya todas se corren si me les acerco.

 

Caminé hasta el gimnasio del colegio, tenemos educación física y al parecer hoy jugaremos ponchados. Como siempre el profesor decidió que nos dividiremos en dos equipos que van a elegir los “mejores deportistas del colegio”, Paula y Alejandro. Uno a uno fueron eligiendo, siempre he pensado lo cruel que es hacer esto y peor si eres de los que quedan al final… Gustavo y yo quedamos de últimos, lógicamente  a él lo eligieron primero porque nadie se quiere “contagiar”. Me tocó con Paula, todos se alejaron de mi e hicieron un plan para ganar.

 

Cuando el juego empezó prácticamente me estaban ignorando, hasta que quedábamos pocos y decidieron irse todos contra mí, no sé de dónde saqué habilidades, pero logré esquivar un buen tiempo las pelotas hasta que una me cayó en la cara y tiró mis anteojos. Ya estaba fuera y aun así me siguieron lanzando pelotas, hasta que me caí y los rompí. Paula se acercó y me ofreció su mano, pero, cuando se la iba a dar la quitó y en vez de eso me echó agua y dijo “sorry pero no voy a tocar a alguien contagioso”.

 

Empecé a sentir que no tenía control sobre mis emociones, no quería decepcionar a mi mamá… odio este maldito colegio… odio a ese maldito grupo de amigos… a Alejandro por no dejarse ayudar, a Juan Felipe por sapo, a David y Esteban por promover el odio hacia mi e incluso a Andrés, porque estoy seguro de que si al menos aprovechara las oportunidades que le da la vida vendría a clase. Los miré a todos con desprecio y salí corriendo.

 

Juan Felipe

 

Cuando Santiago me vio me sentí pésimo, entiendo que me odie, hasta yo lo hago, solo que simplemente no puedo traicionar a mis amigos… ellos me han ayudado en muchos momentos de la vida como para que yo les dé la espalda en este momento. Yo sé que no han tenido la mejor actitud, pero son mis amigos.

 

Cuando Santiago salió corriendo casi llorando Gustavo se acercó a Alejandro furioso, al menos alguien era capaz de decirle la verdad en la cara.

 

-SON UNOS IDIOTAS… YA QUE TU SUPER HERMANA TAMBIÉN ESTÁ ENFERMA AL MENOS DEBERÍAS TENER ALGO DE EMPATÍA POR LO DEMÁS, NO SEA QUE A ELLA LE PASE LO MISMO QUE A SANTIAGO -Alejandro se quedó callado.

 

-Y NO VAYA A SER QUE YA ESTÉS CONTAGIADO PORQUE AMIGO, ESOS CAMBIOS DE HUMOR NO SON TU ESTILO -Dijo Esteban y todos se rieron.

 

El resto del día yo me quedé pensando en lo que estaba pasando, tenía que hablar con Alejandro para que se calmara, no podía seguir tratando mal a Santiago. Sin embargo, tampoco podía defenderlo, así que decidí ir de una con su punto débil, su hermana.

 

-Alejo estaba pensando que, si quiere, hoy podemos ir donde su hermana -Dije y Alejandro me miró algo confundido.

 

- ¿Y eso? -Preguntó.

 

-Se me ocurrió, a mi hermano le gustaba que lo visitara y ustedes me acompañaron muchas veces… lo mínimo que puedo hacer es acompañarlo a ver a su hermana -Dije y Alejandro asintió.

 

-Gracias Juan, de verdad lo aprecio -Dijo, incluso pensé que me daría un abrazo, pero, al final no lo hizo. -Aun tengo miedo de que algo le ocurra.

 

Alejandro

 

Mi vida es una mierda… todos me piden cordura y tranquilidad, pero, se les olvida que tengo 15 y en serio, no siempre me puedo controlar. Sigo con mi tío, es horrible no estar en mi casa, no poder dormir en mi cama, no ver a mi hermana, no estar con mis papás. Estoy muy nervioso con todo esto, siento que me estoy volviendo loco.

 

En el colegio me alegra tener amigos, poder hablar con personas sin mencionar  a mi hermana… sé que el tema de Santiago se está pasando un poco, pero molestarlo es lo único que me recuerda que si hay gente a la que le importo. Juan se me acercó y sugirió que fuéramos a ver a mi hermana… yo acepté, se supone que mi papá va a venir por mi al colegio así que él nos puede llevar.

 

A la hora de la salida nos despedimos de Esteban y David, nos quedamos en la puerta del colegio esperando el carro de mi papá. Pasó una hora cuando Juan, incómodo por la situación, sugirió que nos fuéramos en metro. Jamás en mi vida había subido en un metro, no me parecía algo tan malo, pero igual no podía estar feliz de que mi papá no llegara, lo había prometido.

 

La estación quedaba a 20 minutos del colegio, no sé como hace Juan todos los días. Se me hizo tan extraño que no recibieran tarjeta para comprar un tiquete, pero, a los demás parecía hacerles gracia. Me sentía muy raro y torpe, Juan me estaba guiando todo el tiempo, tuvimos que cambiar de línea y yo ni siquiera sabía dónde quedaba el hospital. Mientras esperábamos en tren de la línea roja Juan empezó a recordar a su hermano.

 

- ¿Te acuerdas cuando todo el colegio se enteró de mi hermano? -Preguntó y yo asentí. Fue un mal momento, él ya nos había contado antes y al igual que yo con mi hermana, no quería que nadie se enterara.

 

-Si, esa profesora idiota no tuvo que contarles a todos para que “te trataran con comprensión” -Dije, recordando con ira cómo Santiago había hecho algo similar.

 

-En ese momento yo sentí lo mismo, digo, yo solo quería estar con mi hermano y mi familia… y que los demás me trataran igual -Entendía mucho más de lo que quisiera a lo que refería.

 

-y por su culpa no pudiste -Terminé la frase.

 

-Exacto, pero ahora… pienso que fue lo mejor que me pudo pasar… yo en verdad necesitaba apoyo de los demás, no lo quería aceptar porque soy orgulloso, pero a veces sus palabras de aliento era lo que me mantenía cuerdo… es horrible ver como tu hermano se está… ya sabes… pero, uno tampoco se puede destruir y destruir a los demás -Y ahí entendí por dónde iba la cosa.

 

-Yo no le pedí a Santiago que lo hiciera -Me defendí.

 

-Y yo no le pedí a la profe que contara -Dijo. -Santiago no está bien, el bullying puede dañar mucho a una persona, y él es vulnerable.

 

Entendí su punto, pero, me molestó que estuviera defendiendo a Santiago.  Iba a empezar una pelea cuando vi a mi papá regresando al hospital con ¿comida?

 

-Papá -Grité en medio de la calle, la verdad no me daba vergüenza.

 

Cuando me vio abrió mucho los ojos, supe que acababa de recordar que tenía que ir por mí al colegio.

 

-Chicos ¿cómo llegaron? -Preguntó impresionado.

 

-En metro -Contestó Juan como si eso fuera natural.

 

- ¿CÓMO SE TE OCURRE? -Me gritó y eso me enojó más.

 

-PUES PORQUE QUERÍA VER A MI HERMANA… ME PROMETISTE IR POR MI AL COLEGIO Y YA HABÍA PASADO MÁS DE UNA HORA.

 

-Se me olvidó Alejandro, debiste llamar -Yo sí lo llamé… -Más bien aprovechemos el tiempo y ves a tu hermana.

 

Asentí y subí junto con él a un cuarto, ella estaba sola, tenía una cosa en la nariz que la hacía ver como un elefante… la verdad se veía terrible. Con ojeras, con un suero, noté que su pelo se le estaba cayendo... y ahí fue cuando me puse a llorar.

 

No sé porque justo en ese momento subió Juan y al verme me dio un abrazo y me dijo:

 

-No te preocupes, ella estará bien -Quería mucho que así fuera, por eso asentí.

2 comentarios:

  1. Hola me encanta mucho tu historia continua por ti soy nueva seguidora

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  2. Enserio que odié mucho a ese señor porque le dió un montón con el cinturón y ni hizo nada tan grave!! Y la mamá peor porque ella debió defenderlo y no decir que se lo ganó.. pobre Andrés le fue muy mal estando en esa casa!!
    Y que mal siguieron tratando a Santiago lo ponen cada vez peor!!
    Y espero que la hermana de Alejandro se recupere y coma mejor para que la dejen salir del hospital!! Que bueno que Juan Felipe está para apoyarlo!!

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