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lunes, 10 de mayo de 2021

Nuevas reglas, nuevos castigos Capítulo 24

 

Nuevas reglas, nuevos castigos

 

Capítulo 24

 

Es sábado por la tarde y tengo permiso para salir con mis amigos pero después de comer me he entretenido pensando qué ponerme y se me ha hecho tarde.

Adrián: Papá, porfa, ¿puedes llevarme?

Carlos: Cuando me pediste permiso para salir te dije que avisaras a Rafa y me dijiste que irías caminando.

Adrián: Sí, lo sé, pero me he entretenido y si voy caminando llegaré tarde, he quedado en 5 minutos. Vamos papá, por favor.

Carlos: Estoy trabajando, ahora mismo no puedo. Si quieres Natalia puede llamar a Rafa, y tú puedes ir avisando a tus amigos de que llegarás tarde.

Adrián: ¿Y no me puede llevar Natalia? Ella está aquí, será más rápido que si tiene que venir Rafa.

Carlos: Por mí no hay problema, pregúntale a ella.

Veo que Natalia sonríe, ¡bien! Dirá que sí.

Adrián: Natalia, ¿puedes llevarme? Di que sí, por favor.

Utilizo un tono suplicante y junto mis manos delante de la boca. Natalia se ríe.

Natalia: Sí, claro, ¡vamos payaso!

¡Uf! Menos mal. He quedado con Nico, Martina y Shaila en el paseo marítimo para dar una vuelta e ir a tomar un helado. Estamos a finales de mayo, ya empieza a hacer calor y el paseo por el lado del mar será muy agradable. Debido a la pelea y la expulsión pasé el fin de semana pasado encerrado en casa y necesitaba salir, cuando ayer le pedí permiso a mi padre no sabía si me lo daría pero me dijo que sí.

Natalia: Sabes que tienes permiso hasta las siete, controla el tiempo, ¿vale?

Adrián: Sí, estaré atento.

Natalia: ¿Aviso a Rafa o volverás a pie?

Adrián: Mejor avisa a Rafa, ¡gracias Natalia!

Llego dónde hemos quedado justo a las cuatro, veo que Martina ya ha llegado, pero no están ni Nico ni Shaila.

Adrián: Hola Martina, pensaba que sería el último, ¿hace mucho que esperas?

Martina: Hola. No, he llegado hace sólo un par de minutos, pero no eres el último, Nico y Shaila aún no han llegado.

Justo en ese momento, como sincronizados, suena un aviso de mensaje en mi móvil y en el móvil de Martina. Abro el mío y veo que es de Nico.

Nico (mensaje de texto): “Adrián, no voy a venir. Aprovecha que estarás sólo con Martina, ya me entiendes 😜”.

¿Qué? ¿Con eso quiere decir que Shaila tampoco vendrá? ¿Es una encerrona? Desde el jueves Nico me ha estado dando la lata preguntándome cuándo pienso pedirle salir a Martina. Según él, ella ha estado muy pendiente los días de mi expulsión de anotar las tareas y tomar bien los apuntes para pasármelos, aunque se han turnado para traérmelos. Y además Martina me ha llamado cada día por si tenía dudas. Después de hablar en el parque de atracciones nuestra relación no sólo ha vuelto a ser como era antes de la fiesta sino que, incluso, diría que ha mejorado, nos tenemos más confianza.

Adrián: Nico dice que al final no puede venir.

Martina: Y Shaila tampoco, ¿qué hacemos?

Me encojo de hombros. Creo que me he sonrojado.

Adrián: ¿Qué quieres hacer? ¿Suspendemos la salida? Yo tengo permiso hasta las siete, si quieres podemos pasear un poco y tomar un helado. Tienes que probarlos, en la heladería que te dijimos hacen los mejores helados y batidos de la ciudad.

Martina: Por mí vale, no me apetece volver a casa ahora.

Empezamos a caminar, estamos un poco cortados, ¡Nico me las va a pagar! Paseamos unos minutos en silencio, veo que Martina tiene la vista fija en el mar. Hace un día soleado, el mar está en calma y el agua se ve limpia y transparente, apetece meterse, lástima que en esta época el agua aún está demasiado fría para bañarse.

Martina: Me gusta mucho el mar, la ciudad donde vivía antes no era costera y tardábamos tres horas en llegar a la playa por lo que sólo podía ir cuando mis padres querían y eso eran cuatro o cinco veces en todo el verano. Estoy tan contenta de vivir aquí, este verano pienso venir cada día.

Adrián: Wow, ¿sólo cuatro o cinco veces en todo el verano? Tengo una idea, ¿por qué no nos acercamos al agua para probarla?

Martina: ¿Qué? Estará muy fría.

Adrián: Sólo nos mojaremos los pies, venga vamos.

Martina: Vale, de acuerdo.

Entramos a la playa y nos acercamos al agua, nos descalzamos y nos doblamos los pantalones hasta las rodillas. Me acerco al agua y dejo que las olas me mojen los pies. Miro a Martina, veo que se ha quedado atrás, no se decide a meter los pies en el agua.

Adrián: ¡Vamos Martina!

No se mueve, me acerco a ella y le cojo la mano.

Adrián: Ven, ya verás que aunque esté fría es muy agradable.

Llevo a Martina hasta que toca el agua con los pies.

Martina: ¡Está muy fría!

Adrián: Vamos, entremos un poco más.

Se deja guiar por mí y nos metemos hasta casi las rodillas. Veo que Martina sonríe abiertamente. Con la mano que tengo libre cojo un poco de agua y la salpico. Martina me suelta la mano y corre hacia la arena riendo.

Martina: ¡No Adrián! ¿Qué haces?

Yo también me río. Entonces ella se acerca al agua pero alejándose de mí, pone la mano dentro del agua y me salpica.

Adrián: ¡Ah! Veo que te apetece jugar.

Meto la mano en el agua, cuando Martina ve mis intenciones se aleja corriendo y riéndose a carcajadas. Yo la persigo y la cojo por la cintura. ¡Ups! Enseguida la suelto, noto que me he ruborizado, supongo que tendré las mejillas al rojo vivo. Veo que Martina también se ha sonrojado.

Adrián: Yo … Martina, lo siento.

Martina: No has logrado mojarme.

Y me saca la lengua. Le sonrío, me siento en la arena y ella se sienta a mi lado. No le ha molestado que la cogiera por la cintura, ¿será éste un buen momento para pedirle que sea mi novia? Uf, me da mucho corte pero ¿habrá un momento mejor?

Adrián: Martina … yo …

Martina: Dime.

Adrián: Me gustas mucho, ¿sabes? Eres muy buena amiga pero me gustas no sólo como amiga.

Veo que se sonroja pero sigue sonriendo. Tengo que hacerlo, ahora ya he empezado.

Martina: Tú también me gustas mucho, Adrián.

¿De verdad? ¿Ha dicho lo que he oído? Noto como mi corazón late con mucha fuerza, si no me calmo se me saldrá del pecho.

Adrián: ¿Quieres salir conmigo? ¿Quieres ser mi novia?

Martina me coge las manos entre las suyas.

Martina: Sí quiero.

Nos quedamos mirándonos a los ojos, ¿puedo besarla? Me acerco poco a poco a ella, y veo que también se acerca, hasta que nuestros labios se tocan. Son sólo unos segundos pero es tan … ¡uf! He notado como una especie de energía ha recorrido todo mi cuerpo. No he tenido ninguna novia antes y este ha sido mi primer beso.

Adrián: ¿Sabes que esto ha sido una encerrona?

Martina: ¿Tú sabías que no vendrían?

Adrián: No, pero en el mensaje Nico me ha dejado claro que no vendrían ni él ni Shaila y que se habían puesto de acuerdo para dejarnos solos.

Le enseño el mensaje de Nico y Martina me enseña el de Shaila, casi dicen lo mismo. Martina también ha sabido que era una encerrona en cuanto ha recibido el mensaje de Shaila.

Decidimos ir a tomar el helado. Paseamos cogidos de la mano y vamos charlando, al principio un poco cortados pero poco a poco la conversación se hace más fluida. Aún no me lo puedo creer, si lo hubiera planeado no habría salido tan bien, ha sido fantástico.

En la heladería pedimos una copa de cuatro sabores diferentes con nata y sirope de chocolate para compartir. Nos sacamos una foto y se la mandamos a Nico y Shaila.

El tiempo pasa volando y son casi las siete, debo ir a encontrarme con el chofer, Martina llama a sus padres para que vengan a buscarla. Nos despedimos con otro beso un poco antes de llegar al sitio donde nos vienen a recoger. ¡Uf! Me pasaría el día besándola, tiene los labios tan suaves. Rafa ya está y le pido esperar un momento hasta que llega el padre de Martina. Subo al coche y nos vamos a casa.

Rafa: ¿Todo bien?

Adrián: Sí Rafa, muy bien.

Llego a casa y me encuentro con mi padre.

Carlos: Hola, ¿cómo ha ido la salida?

Adrián: Muy bien papá, aunque Nico y Shaila al final se han rajado y no han venido.

Carlos: ¿Y esa enorme sonrisa?

Adrián: Vamos al salón.

Nos sentamos en el sofá, me acurruco sobre él y le cuento cómo ha ido mi cita. Mi padre me felicita y aprovecha para darme la charla sobre sexo. Ruedo los ojos cuando comienza a hablar, ¡papá! ¡Qué no voy a hacer nada! ¡Sólo quiero cogerle la mano y darle piquitos! Pero le prometo que seré responsable, que no haré nada que no queramos los dos y que le preguntaré a él si tengo dudas.

 

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NA: Tenía muchas ganas de escribir este capítulo, espero que os guste.

 

 

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