Páginas Amigas

martes, 14 de febrero de 2023

Padrelotti

 

Padrelotti

 

Capítulo 1

 

¡Tú a mí me saludas!

 

 

Notas: Basado en la presente temporada 2022-2023 y algunas escenas retrospectivas de la temporada 2021-2022.

 

………..

 

 

_ Tenemos que hablar después que termine el partido, me esperas dentro del vestuario, iré cuando todos se hayan ido…

 

Le había indicado Ancelotti muy serio a su pupilo y Rodrygo Goes no se podía quitar esa frase de la cabeza, sintiéndose muy apenado, Carlo lo había regañado en público a él, eso nunca antes había pasado, tampoco es que le diera motivos, él se portaba bastante bien o eso pensaba  hasta que cometió el error de no saludarlo, eso era algo inadmisible, sobre todo en un Club tan grande como el Real Madrid y con un director técnico tan grande como Carlo Ancelotti, y aunque Rodry sabía todo eso, no sé esperaba esa reacción de su jefe, que siempre había sido muy benévolo y paciente sobre todo con los más jovencitos como él, Vini o Valverde por ejemplo, pero ese preciso jueves diecinueve de enero parecía que su tolerancia había llegado al límite y la insolencia del chaval fue la gota que colmó el vaso, el moreno le había visto muy enojado desde el entretiempo en el vestuario y con justa razón porque el equipo había tenido una pésima primera parte en el partido de Copa ante el Villarreal, el brasileño se sentía mal con él mismo, quería mostrar y repetir sus grandes hazañas de la temporada pasada, sobre todo en Liga y Champions, pero simplemente no era su día y al minuto cincuenta y seis de la segunda parte fue sustituido por su compañero Asencio; el jovencito caminó sin prestarle atención a lo que le decía su míster, y luego mostró un gesto de enfado una vez alcanzó su puesto en el banquillo. El italiano tenía toda la razón de reprenderlo, y aunque el chaval no estuviera del todo convencido producto del calor del momento, sabía que se había equivocado, se dejó ganar por la frustración y fue muy irrespetuoso con su jefe, quien era más que eso para él, Carletto lo quería como a un hijo, igual que al resto, pero no podía permitirle ese tipo de actitudes, ni a él, ni a ninguno de la plantilla, respeto, orden y equilibrio eran su lema, así que tenía que cortar esa actitud incorrecta de Rodrygo de raíz, como él muy bien sabía, haciendo uso de su diplomacia, pero siendo más enérgico, como bien le habían aconsejado en sus inicios como entrenador, que a los críos hay que atarlos en corto y sacar el látigo antes de que se rebelen.

El muchacho le había pedido disculpas y creyó que con eso todo había quedado ahí, pero Carlo sintió la necesidad de terminar de corregir, haciendo uso de uno de sus métodos más conservadores y efectivos, esta vez en privado.

El partido finalizó con El Real Madrid clasificado para los cuartos de final de Copa del Rey, después de una espectacular remontada, los cambios dieron el resultado esperado y los chicos se dirigieron felices a las duchas, no así Ancelotti, que todavía seguía enojado, así que se quedó de pie cerca del banquillo y sacó una caja de chicles del bolsillo de su pantalón y cogió un par que se llevó a la boca y procedió a masticar, aquello le permitía liberar tensiones, tenía que relajarse, no quería castigar a su chico en ese estado, no era justo para ninguno de los dos.

Rodrygo por su parte, tenía una mezcla de sentimientos encontrados, por un lado se sentía muy nervioso por las palabras de su entrenador, ese, a mí tú me saludas, se escuchó duro, y el tenemos que hablar…, le regresó a su infancia y sus años en El Santos de Brasil, y recordó escenas de su madre enojada mientras le decía: espérate que lleguemos a casa y vas a ver, sacudió su cabeza, no podía ser más supersticioso, como ponerse a pensar eso, él míster no era su mamá para jalarle las orejas y luego darle un par de palmadas, bueno no lo era, sin embargo, sí lo hizo en un par de ocasiones la temporada pasada, ese era el secreto más oculto de Rodrygo y lo tenía bien guardadito muy en el fondo de su mente, bien lejos del alcance de todos, no se lo contaba ni a Luka Modric, su otro padre en la plantilla, ni siquiera a Vini, su hermano del alma se lo revelaba aun, vaya vergüenzas le hizo pasar don Carlo con sus acostumbrados correctivos, muchos no sabían, pero el míster con esa apariencia tan pacífica y calmada, era de armas tomar y muy estricto cuando quería, y siempre salía con eso de: Lo hago por tú bien chaval, ya entenderás más adelante, me duele más a mí que a ti, madre mía, vaya, sí que te dejaba con ganas de no volver a cometer una falta gorda por un buen tiempo, se repetía ahora Rodry recordando las palabras que había tenido en privado con Ancelotti, negando con la cabeza, que era imposible que algo así le sucediera una vez más, este año estaba más maduro como jugador y persona, una sola equivocación, aunque grave, no podía condenarlo, además solo un par de días atrás, acababa de cumplir años, enero era su mes, el míster tenía que ser comprensivo con él, también ya se había disculpado sinceramente, seguía pensando aquello y en la posibilidad que no le diera ni un minuto en el partido de Liga del domingo, después lo creyó poco probable, Ancelotti no es de ese tipo de técnicos rencorosos, él te hace ver lo que no le gusta y lo soluciona de una con buen talante e inteligencia emocional, es un amor de persona, se decía para así una vez más, sintiéndose avergonzado una vez más por su comportamiento.

 

_ ¿Pero entonces para qué quiere seguir hablando conmigo? ¿Que no tuvo suficiente con la regañina que recibí enfrente de Lunin? _ se preguntó en tono bajo dentro de uno de los sanitarios cada vez más confundido y preocupado.

 

Ya le había llamado la atención con el ucraniano y el cuerpo técnico muy cerca, el primero estaba justo a su lado y los otros en la primera fila expectantes a todo lo que decía don Carlo y sí a eso se agrega, con todas las cámaras encima de ellos, ya le dijo que lo sentía mucho, que con esas actitudes no ganaba nada,  por qué lo tenía que esperar en los vestuarios, esas y más preguntas seguían rondando la cabeza del jovencito que lo único que quería era abordar el bus, llegar a Madrid e irse a su casa lo más pronto posible, estaba cansado, todavía molesto  y encima el míster quería hablar más con él, que más podría decirle, no quería otro sermón,  salió del reservado y se fue a sentar donde estaba su casillero mientras el resto de sus colegas iban saliendo.

 

_ ¿Te ocurre algo hermano? _ se había acercado Vini, su mejor amigo, que la mayoría de las veces lo esperaba para irse juntos, desde hace rato, que lo veía muy pensativo e inquieto, Rodrygo levantó la mirada y negó con la cabeza _ ¿No te piensas cambiar? Ya es hora que nos vayamos, cuando lleguemos a Madrid ven a mi casa o voy a la tuya, como quieras, pero te reto a un partido de FIFA, a ver si esta vez si puedes ganarme _ expresó con su risa contagiosa aunque esta vez no surtió efecto, aun así  lo animaba a levantarse.

 

Vinicius conocía muy bien a su colega, lo quería mucho, era como su hermano de sangre y entendía que estaba desanimado y creyó que jugando, contando chistes, bailando o lo que sea, podía regresarle al Rodrygo entusiasta de siempre.

 

_ No tengo ganas de nada…

 

_ Amigo ganamos el partido, remontamos de forma espectacular como siempre _ colocó una mano en su hombro a manera de consuelo _ sí lo que te preocupa es tu desempeño, tranquilo socio, suele pasar, ya verás cómo haces un partidazo el domingo, confía, recuerda lo que siempre nos dijo el Rey Pelé, _ le recordó con un poco de tristeza, pero pronto se repuso y agregó _ eres un chico maravilloso y extraordinario, vamos levanta esos ánimos.

 

_ Tienes razón, debo estar feliz que el equipo ganó, que es lo más  importante, me comprometo a hacerlo mejor el próximo partido, gracias hermano _ se levantó y se abrazó a su compatriota.

 

_ Bien, te espero afuera, apúrate…

 

Rodrygo no sabía si contarle que tenía que atender al míster o más bien Carlo lo iba a castigar seguramente, el chico no quería hablar de más, sentía vergüenza de estar en esa situación como un niñito chiquito que está a punto de recibir otro sermón acompañado de algo más, y como Vini vio que su amigo estaba tardando en responder, dio un largo bostezo y dijo:

 

_ Te espero en la cafetería que está en la esquina, me dio mucha hambre. Nos vemos allá antes de ir con los demás… _ Y salió…

 

Rodrygo seguía pensando una y otra vez en lo que le iba a decir Ancelotti, y no sacaba ni una sola conclusión que lo dejara tranquilo hasta que la puerta de los vestuarios se abrió.

 

_Todavía estas uniformado, salimos más tarde porque le di permiso al chofer de tomarse algo en la cafetería, varios de los chicos aprovecharon para distraerse un rato hasta que pasen unos treinta y cinco minutos más o menos, así que hay suficiente tiempo y  bueno…, tendré  que corregirte así como estas _ habló don Carlo con su acostumbrado y relajado tono de voz, que hizo que el chaval tragara en seco, que ya sabía por dónde venía la cosa, pero quería negarse a pensarlo.

 

Rodrygo empezó a sudar más nervioso, quería que le dijera cualquier cosa, que le gritara y le reclamara su proceder, pero que no lo castigara de esa manera otra vez, estaba ya con la cara colorada y tenso por la incertidumbre que le provocaba toda esa situación, en esos momentos aunque no era lo mejor para él, prefería que simplemente  le dijera que no tendría minutos en el próximo partido para irse mentalizando desde ya, y así la cuenta quedara saldada, pero Carletto no lo iba a dejar salir ileso, y eso era algo que el chico conocía muy bien, aunque siguiera resistiéndose.

Ancelotti tomó asiento y le indicó a chico que se acercara, pero este, se quedó ahí parado, ni reaccionó.

 

Mientras tanto…

 

_ Tú por aquí también _ se aproximó Alaba a la mesa dónde estaba el otro moreno, que solo asintió mientras devoraba un delicioso sándwich completo _ Vaya se nota que el juego te dejo hambriento. _ agregó sonriendo.

 

_ Estoy esperando a Rodrygo, _ dijo una vez masticó y se comió esa parte de su pan, de inmediato continuó _ pero tenía mucha hambre y le dije que mejor llegara él acá una vez termine de cambiarse _ y dio el último bocado y terminó con el vaso de agua que tenía al lado. _ Estaba sabroso. ¿Quieres algo, un par de tapas o una bebida? Yo te invito.

 

_ Bueno, está bien, un emparedado sencillo _ David tomó asiento al frente de su compañero mientras Vini llamaba al mesero. _ ¿Qué le pasaba a Rodrygo en el vestuario? Lo noté ausente, todos mientras se cambiaban, reían, conversaban, hacían bromas y él ahí como hipnotizado, me preocupó mucho eso, quise decirle algo, pero tuve que salir rápido a atender el teléfono y decidí hacerlo lejos, ya sabes con el escándalo que hacemos cada vez que ganamos así, remontando tan épicamente.

 

_ Sí, siempre es así, y bueno Rodrygo estaba desanimado por su juego, me dijo que quiso haber aportado más, pero yo ya  hablé con él, no te preocupes, ya está mejor _ Le aseguró mordiendo un trozo de tortilla de patatas.

 

_ Vale, eso me deja más tranquilo, pero madre mía chaval, menudo apetito el tuyo _ sorprendido con su colega que no había parado de comer ya había acabado lo que tenía al frente y le traían el jamón ibérico como tapas junto con el pedido del austriaco.

 

_ Tengo que recuperar energías amigo… _ respondió sonriendo.

 

_ Vale…, si es así, me parece genial…, y lo bueno es que aquí, te atienden rápido _ dijo contento con su sándwich ya en la mano, de ver al Vini comer con ganas, las mismas que emplea para jugar tan espectacular en el campo, le despertó el apetito.

 

_ Sí, de lo mejor que hay, quieres otro…

 

_ Espera niño, no seas tan acelerado, que apenas lo mordí un poquito, déjame disfrutarlo con calma _ movió la cabeza de un lado para otro mientas sonreía y mordía otro pedacito de pan, solo para desesperar a Vini.

_ Está bien… _ rio de nuevo el más joven.

 

_ Tan bueno está, que tal vez te pido que me compres otro…

 

_ Lo sabía…

 

En lo que ese par hablaban y disfrutaban de su comida, en los vestuarios del Estadio el Madrigal, Carletto estaba dándole una buena azotaina a Rodrygo, que ahora tenía la cara completamente roja mientras apretaba los labios y cerraba los ojos, esperando que todo pasara rápido.

Los azotes eran dados de forma intercalada, primero en una nalga y luego en la otra, la mano del míster sonaba duro, y aunque solo era eso, le estaba empezando a picar mucho, pero era aguantable hasta ese momento, lo que sí no se le quitaba era la vergüenza de estar en tan penosa posición, intento moverse para zafarse, pero lo único que consiguió fue que Carlo lo acomodara mejor y dejara su trasero un poco más elevado, facilitándole el trabajo.

 

_  Ya míster, por favor, ya entendí… _ le pidió en buenos términos, moviéndose por segunda ocasión, aquello era en vano, pero seguía desesperado porque lo soltara.

 

_ No es momento para decir eso, tienes que conservar la calma… _ respondió de forma pacífica, Rodrygo dijo una grosería en portugués, creyendo que Ancelotti no se enteraría _ Que malcriado me saliste, no te conviene usar ese lenguaje en mi presencia y menos en la posición en la que te encuentras _ Lo volvió a reprender y continuó con la tunda.

 

Ahora los azotes eran dados con más intensidad, parte baja del culo y en el mero centro hasta dejárselo todo caliente y rojo como un tomate maduro, el chiquillo no se aguantó más y comenzó a llorar mientras volvía a disculparse, y antes que la mano de Ancelotti se cansara, le dio los cinco últimos acompañados con la frase, tú a mí me saludas, un azote por cada palabra y paró el castigo.

 

_ Ya hijo, ya pasó _ Le decía mientras le sobaba la cabeza y la espalda con cariño.

 

_ No pasó nada porque me duele _ reclamó Rodrygo, llevándose una mano a su retaguardia, todavía con la cara colorada.

 

_ Así tiene que ser, por eso es un castigo mi niño _ le dijo y sin que el muchacho se lo pidiera con cuidado le apartó la mano, le subió el calzoncillo y los pantalones cortos _ Bueno, hemos terminado, ya puedes ponerte de pie.

 

El chico se puso de pie, todavía sollozando un poco, el míster le sirvió un vaso con agua y se lo pasó, Rodrygo bebió rápidamente.

 

_ Te quiero mucho hijo, _ le quitó el vaso y lo puso en el banco, luego le cogió el mentón con las manos para que lo mirara _ pero tengo que corregirte aunque no me guste hacerlo de esta manera, es por tu bien, espero me comprendas algún día, no más lágrimas _ se sacó un pañuelo del bolsillo y le limpio la cara, después lo cubrió en un abrazo.

 

_ Sí míster entiendo…, no volveré a irme sin saludar nunca más, se lo prometo y también te prometo que voy a dar lo mejor de mí el próximo partido…

 

_ ¡Lo sé!_ se separó de él _ Bueno, yo me retiro, tengo algunas cosas que hacer, nos vemos ahora en el autobús.

 

Ancelotti salió y Rodrygo se llevó ambas manos al culete e hizo un adorable puchero al recordar que habían venido en autobús y se irían en autobús, trasporte que no estaba entre sus favoritos, siempre había preferido el avión, luego se acordó que no se había ni duchado todavía.

 

_ ¡Mi Dios!  Vini está esperándome en la cafetería desde hace mucho, y yo aquí atrasado.

 

Se desvistió y se metió a las duchas, mientras el agua recorría su cuerpo, no podía dejar de pensar en otra cosa que no fuera la zurra recibida, quien lo diría, que mano tan fuerte tenía don Carlo, se acordó de su infancia, las veces que fue corregido por sus padres de esa manera, muy pocas porque él se portaba muy bien cuando niño igual que ahora de joven, pero sabía que con su querido míster no podía hacerse el listillo y se prometió para sí que más nunca le haría un desplante como ese aunque estuviera muy enojado, se frotó las nalgas un par de veces más y salió de la ducha, se secó y se vistió rápidamente.

 

Unos minutos más tarde apareció en la cafetería…

 

_ Creí que te habías ido, se me fue el tiempo _ mencionó agitado, por la corrida que dio hasta su destino.

 

_  Como me voy a ir y dejar a mi hermano del alma…, que te…, oye ¿por qué traes los ojos rojos? _ esa pregunta hizo que a Rodrygo se le acelerara el corazón por tener que buscar una explicación convincente para la curiosidad de su amigo, vaya no había servido de nada que se enjuagara la cara un montón de veces, sus ojos lo estaban delatando.

 

_ Me entró una basurita en el…, los ojos, que no te diste cuenta, que el vestuario estaba muy sucio _ intentó despistar, pero ni él se creía ese cuento.

 

_ Pues basurita no ha sido eh, una basurita no te deja los ojos así, menudo polvareda te ha caído tío. _ sonrió como siempre él.

 

_ Bueno será como dices, _ mejor darle la razón y cambiar de tema _ pero estoy un poco cansado…, y encima llegar hasta acá como si estuviera luchando por ganar la carrera del siglo, porque enserio no creí que me ibas a esperar esta vez.

 

_ Se te nota el cansancio hasta en la vista _ Madre mía, que insistente con eso, pensó Rodrygo en su lugar _ y a ese paso vas a desaparecer de lo delgado que te pondrás con tanto ejercicio, ¿y a dónde crees que me voy a ir? Tengo que regresar con el equipo, no quieres que preocupe a míster Ancelotti, te imaginas si no me encuentra cuando pase lista en el bus, te imaginas la cara que pondría, mínimo lo hago coger un buen susto. _ dijo Vini a manera de broma, imaginándose toda la escena y sobre todo la cara de Carletto, y empezó a reírse, Rodrygo se contagió de inmediato.

 

_ Si, seguramente, aunque creo que exageras un poco, como te imaginas al míster pasando lista, lo que sí que es cierto, es cuando te pille en Valdebebas te veo corriendo el doble _ empezó a reírse igual hasta que se puso un poco serio _ Estaba hablando con el míster y la charla se extendió más de lo normal, por eso tarde, me dijo que el chofer tenía mucha hambre y que no había comido nada y por eso le dio tiempo que viniera aquí _ lo buscó por todos lados

 

_ Sí, allá esta, míralo, tiene mucho apetito _ señaló con la mirada Vini y Rodrygo volteó a ver en esa dirección _ ¿Y eso? ¿Qué hablaste con el míster? _ regresó su atención hacía su amigo _No me contaste que te había llamado _ Vinicius puso cara de sorprendido _ ¿Y qué te ha dicho?

 

_ ¡Madre mía tantas preguntas seguidas! _ exclamó con asombro _ Solo me aconsejó un poco, es que me porte mal con él, ¿sabías? _ Ahora bajó la mirada apenado.

 

_ Así que era eso _ Rodrygo levantó la mirada _ bueno es normal cuando te cambian y tú quieres seguir mostrando que puedes hacer algo más en un partido importante, pero ya sabes, hay que saludar siempre, míster Ancelotti es muy bueno con todos, eso comentaba con David que hace unos minutos se fue para el bus, pero hermano siéntate un rato, ¿no quieres comer algo? Yo te invito.

 

_ No gracias, estoy bien así, mejor vámonos ya.

 

_ Bueno está bien, como quieras, estás muy extraño hoy _ Se levantó Vini frunciendo levemente el ceño, y ambos salieron y se fueron en dirección a dónde estaba el bus estacionado.

 

Ya afuera de la puerta…

 

_ ¿A quién le toca la ventana esta vez? _ preguntó sonriendo Vini

 

_ A ti creo… _ respondió Rodrygo

 

_ Vale, vale…

 

Se subieron y ocuparon sus respectivos puestos, como siempre juntos, Rodrygo se movía mucho en su asiento, intentaba disimular, pero el roce de los jeans que traía puestos le incomodaba, la suerte de él fue que Vinicius no lo había notado, estaba distraído con el móvil, mandando mensajes.

 

_ ¡Un milagro ha ocurrido! _ exclamó Vini espantándolo a Rodrygo.

 

_ ¿Qué te paso?

 

_ A mi nada, pero abrí el grupo y no has mandado ningún meme _ comentó riéndose mucho, Rodrygo solo movió la cabeza y dejó escapar una sonrisita, Vini no cambiaba.

 

Finalmente el bus se llenó, el míster fue de los últimos en abordar, con su calma acostumbrada, escogió el asiento en el lado del pasillo, cerca de Rodrygo, que una vez lo sintió ubicarse, pensó de inmediato que hubiera sido mejor escoger la ventana, y sin atreverse a mirarlo, con las mejillas sonrojadas, tragó saliva e hizo un leve mohín cual niño pequeño que se acordó de una travesura que hizo sin pensar y aunque ya todo estaba perdonado, esa lección no se le iba a olvidar en su vida.

 

_ ¿Por qué te pones rojo? ¿Qué cosas pervertidas estará pensando esa cabecita loca?, quien lo diría eh, tan tranquilo que te vez la primera vez que alguien te conoce, anda cuenta, ¿quién es la afortunada de tus malos pensamientos? _ Le dio un codazo para animarlo a hablar, Rodrygo solo suspiró y dijo:

 

_ ¡Oh mi Dios, este viaje será largo…! _ Vini solo frunció el ceño extrañadísimo con lo dicho por su amigo, tan despistado como solía ser algunas veces.

 

 

 

Notas: Espero que les haya gustado, sé que Estrellita estará encantada,  con esta historia, ¿verdad amiga? XDXD.

Por cierto, estaba escribiendo algo cuando de pronto se me atravesó Rodrygo, y es que yo no terminé de ver el partido, estaba enojada por el resultado de la primera parte, igual que Padrelotti, así que ya se imaginaran y entonces decidí seguirlo por google viendo solo el marcador reflejado, me mantuve así aun después que remontaron, y ahí en eso escuché un comentario de un amigo, me dijo algo así como: este carajito (muchachito) el Rodrygo salió molesto y no lo saludó a Ancelotti, pero después este fue y le dijo: eso aquí no, y para no hacerles el cuento más largo, luego dice: ese chico es muy bueno, yo comprendo que este enojado y tal, pero tiene que aprender, y pues mi mente dijo: no mijito como te atreves a hacerle algo así a Padrelotti, no mi amor por ahí no va la cosa y bueno ya me conocen, hablé en privado con don Carlo y estuvo de acuerdo con esto, pero como bien sabe mi querida amiga Estrella, no había  hecho corregir a nadie de mi Equipo favorito, ya que todos se portan muy bien y los amo muchísimo y Carlo Ancelotti es un amor de persona, tan divino él, pero Rodrygo me provocó, y no pude evitar escribir de él, mi guapísimo chico que amo mucho, y repito esta ha sido la primera vez, además de las referencias Lol, y… creo que mi chiquillo entendió que no puede dar por sentado a míster Ancelotti jajaja.

Bueno fuera de bromas, nos leemos en el próximo y abajó el link para que vean como se portó Rodrygo:

 

https://www.youtube.com/watch?v=1D3l8P8QtGY

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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