Capítulo quince
El truco es seguir respirando
Steve pov.
Estoy aquí en mi último aliento y no puedo
dejar de recordar cómo llegamos a esto. Todo lo que vimos juntos, todas las
aventuras, abrazos, castigos, pero ahora no queda nada.
Papá estuvo conmigo todo el tiempo, por más que lo aparte de
mi vida siempre esta, recuerdo el dolor en sus ojos cuando deje de llamarlo
papá, para mí era solo Sean o cualquier otro improperio que se me antojara
decirle, cuando le dije que me avergonzaba de él por ser tan chico, jamás creí
que se aburriría de mí y de mis malos tratos, papi porque me dejaste de querer,
te llame papito, te llame antes de hacerlo y no me contestaste te necesitaba, porque
no viniste, porque estoy tan solo, papi porque no estás conmigo.
No quería seguir viviendo, tome cuanto alcohol encontré el
despacho, mala idea jamás pienso claro cuando hago eso, por eso nunca tomo, a
menos que quiera perderme como ahora, pero no ayuda, el alcohol circula por mis
venas, siento calor en mi cuerpo mi garganta arde como cuando me voy aponer
enfermo, mis mejillas esta rojas me carga que pase eso, pero no entiendo como
mi cuerpo generar tal cantidad de calor, energía y mi alma estar tan fría, mientras
más calor siente mi exterior más frio siento internamente es como si estuviera
en el infierno siempre me pregunte como seria si cubierto de llamas o frio como
un tempano de hielo, creo que la respuesta es simple tu piel se quema y te
desgarra mientras que tu alma se congela y te provoca una quemadura de frio, me
caí, rompí a reír y mientras trataba de ponerme de pie, no lo logre, era
divertido, tal vez, lo mejor de la noche, comencé a caminar en cuatro patas, en
eso he acabado convirtiéndome en un maldito bebe llorón, trato de descartar esa
idea y me arrastro al baño, es impresionante lo complejo que puede ser llegar del
punto a al punto b gateando, frio al fin, me quede un rato sobre en las
baldosas heladas, trato de llegar a la taza para poder vomitar, pero mis ojos
se desvían, quedo frente a frente a mi salvación, mi perdición, ese maldito
frasco debí tirarlo en cuanto me lo dieron, pero sabía que serviría para algo, y
aquí estamos solos los dos y el gritándome desafiándome a ir por él, me sujete
por las paredes, en momentos como este desearía vivir en una casa más pequeña
jamás me había demorado tanto en llegar de la puerta del baño a al espejo, pero
lo logré, lo recogí con mis manos, sabía que era lo correcto de hacer por algo
no lo bote me convencía a mí mismo, lo abrí y mientras me tomaba una a una las
malditas pildoritas que parecían tener una carita feliz o solo yo las veía así,
cometí el error de levantar la vista, mi cara estaba desfigurada o
distorsionada, me pareció ver a papá me gire demasiado rápido me caí, las
malditas píldoras se cayeron por el suelo, me di cuenta que estaba solo, como
siempre, estaba solo rodeado de pastillitas diminutas que adornaban el suelo, si
alguien me habría dicho alguna vez que terminaría comiendo desde el suele me
hubiese reído, pero aquí estoy recogiéndolas y sin ni siquiera limpiarlas me
las echo a la boca, papá no está, papá no vino, ya no hay nada porque luchar espero
que la Kathya me entienda, sé que lo hará, ella sabe que trate, ella sabe que
perdí, no puedo pensar más en ella, no si estoy haciendo lo que hago. No puedo
más, estoy mareado no puedo vomitar o tendría que comenzar de nuevo y no creo
resistirlo, me levanto frente al espejo y está mi cara sonriendo lo conseguiste
finalmente, rompo de un puñetazo el maldito espejo que me muestra mi realdad
estoy solo, estoy solo, tomo un trozos de vidrio y arremeto contra mis muñecas,
me deja una marca horrible pero no es lo que quiero lo suelto de inmediato y
comienzo a buscar entre el maletín de papá, encuentro lo que busco una suerte
que no ejerza la medicina pero que siempre tenga todo preparado para una
emergencia, no me di cuenta pero mis muñecas están sangrado, siento la sonrisa
en mi cara por fin podré descansar, cierro los ojos e intento no pensar en la
desesperación al sentir la sangre caliente por mis muñecas heladas, no importa
no es primera vez espero que sea la última, perdóname Kathya, perdóname amor, te
amé, te amé tanto y lo hago pero no solo de amor se vive y tienen razón de ser
así yo no estaría haciendo esto, cierro los ojos y de pronto me viene una
desesperación tan grande esto no me lo esperaba yo no quiero morir o al menos no solo,
tal vez, solo quería que papá llegara y se llevara este dolor pero, ni siquiera
me contesto el teléfono, puedo sentir a la Kathya tocando la puerta, mi
princesa despertó no quiero que me vea así, ella sabe a qué algo anda mal, siento
las sirenas sonar a lo lejos mientras la puerta es derribada, ella corre a
cubrir mis muñecas, las lágrimas corren por sus mejillas, ella no pregunta por
qué ella sabe que no es por ella, “no vino” le susurre, hoy era el mi
cumpleaños dieciséis, dieciséis años desde que murió mamá, por mi culpa, porque
yo nací, sé que no hay nada que celebrar, cuando pequeño jamás lo celebramos, solo
sentados sobre mamá compartiendo un trozo de pastel, él no puede ni mirarme a
los ojos, porque son iguales a los ella, dicen que soy la mezcla perfecta de
mis padres, pero que mis ojos son solo de ella.
Mire a mi mujer y cerré mis ojos.
Entre abro los ojos siento que me mueven no entiendo mucho mi
cuerpo no responde los siento hablar, no se supone que no debería sentir nada
pero siento cada cosa que ocurre, como me desnudan, no me gusta eso no me
siento cómodo, nunca me ha gustado, mis heridas están en los brazo esto es
innecesario quiero gritar y no puedo, no logro ver nada, pero siento como
trabajan en mis muñecas, espero sea un cirujano plástico de los bueno no quiero
marcas, me siguen moviendo, que hacen porque acercan eso a mí, siento que todo
mi cuerpo se estremece pero a la vez no se mueve porque no he muerto, porque no
siento nada, no quiero que tengan sus manos sobre mí, no me toquen les grito, siento
un pito es horrible es mi corazón, Dios papá me estoy muriendo realmente me
estoy muriendo, papi lo siento, papito no quiero morir sin ti, papi donde estas,
mi cuerpo convulsiona los médicos me dieron electricidad como duele porque no
me anestesian me duele esa luz cegadora siguen gritando se nos va, carguen 300,
duele, porque mi voz no sale, porque tengo un tubo en la garanta, en qué
momento me lo pusieron mi estómago se llena de agua, la siento, creo que me
orinare, rayos tengo que ir al baño o me hare no quiero hacerme es humillante, pero
es peor aún acabo de ver pasar mi orina por un tubo hasta llenar a una bolsa, Dios
déjame morir ya, estoy agotado, por fin dejan de moverme, por fin podré dormir.
No, no de nuevo siento que me mueven fue sufrientemente
horrible sentir como me bañaban con una maldita esponja porque no me dejaron
sucio no más, me duele todo, no puedo ni levantar el poto me lo han pinchado de
lo lindo cada vez que alguien entra por esa puerta zas pinchazo y duele, no me
preguntan, no es como que pudiera hablar, por fin me sacaron ese tubo de la
boca espero que el otro ya no esté, siento una brisa, ese olor yo lo
reconocería en cualquier parte es papá, papá viniste trate de decirle pero no
podía.
El parece darse cuenta, me sonríe me besa la cara, veo su
rostro, sus ojos cansados he hinchados, sus labios partidos, su piel pálida, jamás
lo había visto tan viejo, pero aun así estaba aquí, a mi lado acariciando mi
frente aun a pesar de todo lo que había hecho papá vino.
“papi jamás te habías visto más feo” le sonrió, creo que me
escucho porque me sonríe, no sé cuánto me escucho no creo que mucho, porque yo
no me escuche mi garganta duele esta rasposa.
Me dio un beso en la frente y llama al médico me dieron un
sermón de aquellos, la que me espera porque papá ni siquiera disimulo.
“la zurra que le voy a dar a esta mocoso imprudente, no
le van a quedar ganas de andar haciendo webadas por la vida”
“paaaaaaaaaa” trate de hacerlo callar pero nada.
“papá nada, estarás con el poto colorado por meses, es que
tienes claro que te las voy a dar a poto pelado en cuanto el médico me diga que
es seguro” me advirtió.
Yo casi me muero de vergüenza, zurra, poto colorado, poto
pelado en la misma frase estoy muerto, y al desgraciado del médico se le escapo
una sonrisita, luego se volvió a poner serio.
Hablaron de internarme, no creo que mi papá lo deje, espero, papá
no está muy convencido.
“papá, no papá”
“tu silencio” me hablo brusco, golpeado.
“no Sean” el solo palmazo en la boca que me llego, no fue
fuerte pero lo suficiente para dejar claro que estoy en tolerancia cero.
“es papá Steve André” me dijo serio.
“no voy a dejar que me encierren” le grite lo más fuerte que
pude, eso quiere decir que solo se me escuchaba, en eso me di cuenta que no
podía moverme estaba amarado “suéltenme, papá que me suelten” me puse como
histérico, el médico me puso algo en el suero y no supe más del mundo.
LittleHoshi: Intenso muy intenso y como el café intenso : Adictivo, muy adictivo.
ResponderBorrarJejej así es el tigre intenso en todas su emociones... ya estoy preparando el próximo capitulo
BorrarNo puede ser! en serio Sean se olvido su cumpleaños??? cada vez mas interesante Lady.
ResponderBorrarCarla
Carla... no sabemos las razones por las que Sean no llego... aun... jejeje en los próximos capítulos lo descubriremos
Borrarahhhhhh esa fue la primera impresion que me dejo jajaja ok sere paciente entonces y esperare a que nos sorprendas como siempre :)
ResponderBorrarCarla
jejejeje era la idea jejeje pero no creo que Sean se olvidara... aunque todo puede pasar porque aun no esta escrito jejeje
Borrar