Nuevas reglas, nuevos castigos
Capítulo 21
El domingo por la mañana Víctor y yo hemos quedado con
nuestros amigos para ir a un parque cercano. Pedimos permiso y nos dicen que
sí.
Paula: Yo también
quiero ir, ¿puedo? Porfa.
Pone ojitos, su madre no le dirá que no, es una mimada
que siempre consigue lo que quiere.
Alicia: Claro, no
hay problema, ¿verdad chicos?
Víctor: Pero Paula,
vas a aburrirte, querrás volver a casa y nos fastidiarás la salida.
Paula: No me
aburriré, ayer me lo pasé genial. De verdad que no os voy a molestar.
Adrián: Pero hoy no
vendrán ni Martina ni Shaila, ni iremos a patinar, sólo estaremos en el parque
charlando de nuestras cosas.
Paula: Vamos,
porfa, ¿en el parque hay columpios?
Adrián: Sí los hay,
pero no estaremos en la zona de los columpios. Hemos quedado en la zona de
césped por si nos apetece jugar a fútbol.
Alicia: Pero si
vais a estar charlando podéis cambiar de zona.
Víctor: ¿Y si nos
apetece dar unos toques?
Paula: Yo también
puedo jugar a fútbol.
Alicia: Puedes ir
si quieres, Víctor y Adrián te van a cuidar, ¿cierto chicos?
Uf, como siempre se sale con la suya, el tono de mi tía
no admite un no por respuesta, y la mirada de mi padre la apoya.
Vamos al parque y nos encontramos con nuestros amigos.
Sergio ha traído el balón y damos unos toques y nos lo vamos pasando mientras
charlamos. Paula también quiere jugar por lo que tenemos que cuidar mucho la
fuerza que utilizamos, así es muy aburrido y no tiene gracia. Al cabo de un
rato nos cansamos de jugar y optamos por sentarnos o tumbarnos en el césped y
seguir hablando y bromeando. Paula se está aburriendo, como era previsible, y
empieza a dar la lata.
Paula: Víctor, me
estoy aburriendo, ¿podemos jugar a algo?
Víctor: Ya te
dijimos que sólo íbamos a charlar y que eso pasaría, dijiste que no nos
molestarías.
Paula se calla pero al rato insiste.
Paula: Víctor, ¿me
prestas tu móvil para jugar?
Víctor: No, que
luego cotilleas.
Paula: Vamos,
porfa, sólo ponme un juego.
Adrián: Ni lo
intentes enana, mi respuesta también es no.
Paula se enfada, pero ya sabía la respuesta pues en
anteriores ocasiones cuando le hemos dejado el móvil cotillea nuestras redes
sociales y acaba metiendo la pata contando alguna cosa que mi padre o mi tío no
tenían porqué saber.
Paula: ¿Podemos ir
a los columpios?
Víctor: No nos
moveremos de aquí, te guste o no.
Adrián: Están
cerca, si quieres te indico dónde, y puedes ir. Nosotros estaremos aquí para
cuando necesites algo.
Le indico a Paula y se va. Este parque es muy tranquilo y
la zona de columpios no está lejos, en realidad se ve desde aquí, no le puede
pasar nada, y así no nos estará molestando.
Al lado del parque hay unos muros que hace un par de
meses acondicionaron para hacer graffitis, Héctor nos dice que estuvo mirándolos
hace un par de días y que hay algunos muy chulos. La mayoría de nosotros no los
hemos visto y decidimos ir a dar una vuelta. Mientras estamos mirando las
pinturas veo como, de golpe, Víctor se calla y se queda blanco.
Víctor: ¡Paula! No
le hemos dicho que nos íbamos.
Adrián: ¡Mierda!
Nos hemos olvidado de ella. Vamos, y por el camino vamos pensando cómo
compensarla para que no cuente nada.
Nos despedimos de nuestros amigos y nos vamos corriendo,
Nico y Sergio nos acompañan. Vamos directamente a la zona de los columpios pero
no la veo por ningún sitio.
Adrián: ¿Dónde
está? No la veo.
Nico: Quizás ha ido
dónde estábamos antes, voy a mirar si está allí, aviso por el móvil.
Nico se va y Víctor, Sergio y yo también nos separamos
para buscarla por el parque. Pasan cinco minutos y no la vemos por ningún
sitio, nos vamos mandando mensajes pero ninguno la ha visto. Me encuentro de
nuevo con Víctor.
Víctor: ¿Dónde se
puede haber metido? Espero que no le haya pasado nada, estoy muy preocupado.
Adrián: Yo también,
pero seguro que estará bien, el parque es muy tranquilo y nada peligroso.
Tenemos que seguir buscándola, el parque es muy grande, puede estar en
cualquier sitio.
Suena el móvil de Víctor y lo mira.
Víctor: Mierda, es
mi padre, ¿qué querrá? No me atrevo a decirle que no encontramos a Paula, ¿qué
hago?
Adrián: ¿Qué? Aún
nos queda una hora para volver, tenemos tiempo. Contesta, intenta sonar
tranquilo, no le digas nada y después la seguimos buscando, seguro que la
encontramos.
Víctor contesta.
Víctor: Hola papá, dime.
Víctor: En el parque.
Víctor: Sí papá, todo bien.
Veo como Víctor se tensa.
Víctor: No papá, está bien, hemos dado unos toques
con el balón y ha ido un rato a los columpios.
Víctor da un respingo.
Víctor: ¿Qué? ¿Está en casa? ¿Está bien? Papá, lo
siento, sí hemos visto que no estaba y nos hemos asustado mucho, la estábamos
buscando, pensábamos que estaba en el parque.
Víctor se aparta el móvil de la oreja y se queda
mirándolo.
Víctor: Me ha
colgado, está muy enfadado. Paula ha vuelto a casa, menos mal que está bien y
no le ha pasado nada. Mi padre me ha dicho que volvamos ya a casa. ¡Uf! Me va a
castigar seguro.
Adrián: Habla en
plural, además soy yo quien le ha dicho que fuera sola a los columpios.
Víctor: Y yo no
debería haberme olvidado de ella cuando hemos ido a ver los graffitis.
Nos vamos a casa corriendo. Por el camino llamamos a Nico
y a Sergio para decirles que Paula está bien, en casa, y que nosotros tenemos
que irnos.
En cinco minutos llegamos y entramos, mi padre y mi tío
ya nos están esperando, nos hacen pasar al comedor y nos dicen que nos
sentemos.
Luís: ¿Se puede
saber en qué estabais pensando? ¿Cómo habéis podido dejar sola a Paula? Es
pequeña para quedarse sola en el parque y además no lo conoce.
Mi tío está gritando, me asusta. Me encojo de hombros.
Adrián: Tío, lo
siento, yo le he dicho que podía ir a los columpios, no estaban lejos y los
veíamos desde dónde estábamos.
Luís: ¿Y entonces?
¿Cómo la habéis perdido de vista? Porque parece que no teníais ni idea de dónde
estaba. Dice que cuando se ha cansado de los columpios ha vuelto al césped y
vosotros ya no estabais allí.
Víctor: Hemos ido a
ver unos graffitis que hay al lado mismo del parque, lo siento, no nos hemos
acordado de decirle que nos íbamos un momento.
Luís: Habéis sido
unos irresponsables, le podía pasar cualquier cosa. Ha decidido volver a casa
porque se ha asustado y pensaba que habíais regresado sin ella. Menos mal que
tiene buena memoria y ha encontrado el camino. ¡Y encima me has mentido cuando
te he llamado!
A mí se me salen las lágrimas y veo que a Víctor también,
no es justo, nosotros también nos hemos asustado mucho cuando no la hemos
encontrado.
Adrián: Tío, nos
hemos asustado mucho cuando hemos visto que nos habíamos olvidado de ella y
hemos regresado corriendo a los columpios, donde pensábamos que estaba. Cuando
has llamado la estábamos buscando, hemos decidido no decir nada porque
pensábamos que la encontraríamos.
Carlos: ¿Y si le
hubiera pasado algo y no la hubierais encontrado? ¿Qué habríais hecho? En
cuánto os habéis dado cuenta de que no estaba con vosotros deberíais habernos
llamado enseguida.
Víctor: No pensamos
que podría haberle pasado nada malo, de verdad que esperábamos encontrarla, lo
sentimos mucho. ¿Nos perdonáis?
Luís: Eso no nos
corresponde a nosotros, es a Paula a quien le debéis una buena disculpa. Se ha
asustado mucho.
Carlos: En el
salón, con su madre, id a disculparos.
Vamos al salón, Víctor y yo con la cabeza baja y los ojos
anegados de lágrimas. Nuestros respectivos padres vienen detrás nuestro. Nos
encontramos con Paula abrazada con su madre, tiene los ojos rojos, ha estado
llorando.
Víctor: Hola Paula,
no queríamos dejarte sola, ¿nos perdonas?
Adrián: No lo
hicimos a posta, de verdad, nos asustamos mucho cuando no te encontramos en los
columpios. Sentimos haberte asustado.
Paula: Os fuisteis
sin decirme nada, volví al césped y ya no estabais allí, os busqué por los
alrededores y no os encontré.
Víctor: Fuimos a
ver unos graffitis que hay al lado del parque. Paula, de verdad que no fue
nuestra intención no avisarte, sólo que estábamos charlando con nuestros amigos
y se nos olvidó que estabas en los columpios. ¿Cómo podemos compensarte?
Adrián: Sentimos
haber pasado de ti, haremos lo que quieras para que nos perdones.
Paula empieza a llorar, se separa de su madre, se acerca
a Víctor y lo abraza, después me abraza a mí.
Paula: Os perdono,
pero no me dejéis sola nunca más, ¿vale?
Ambos asentimos con la cabeza. Me he sentido bien cuando
me ha abrazado y he oído estas palabras. De verdad que estoy muy arrepentido,
hoy no la hemos tratado demasiado bien.
Luís: Víctor, ve a
mi habitación.
Paula: Papá, tío,
ya se han disculpado y los he perdonado. Por favor, no los castiguéis. Si los
castigáis por mi culpa se enfadarán conmigo y no querrán que vaya nunca más con
ellos.
Víctor: Gracias
enana, pero no es culpa tuya y no creo que vayan a cambiar de opinión. Tío, no castigues
a Adrián, Paula es mi hermana, yo era responsable de ella.
Adrián: Gracias
Paula. Víctor, la idea de que se fuera a los columpios ha sido mía, si no le
hubiera dicho que podía ir sola no hubiera pasado nada, lo siento.
Paula: Vamos,
porfa, no lo han hecho a posta y ellos también se han asustado.
Paula les pone esos ojitos que nunca fallan, ¿nos
salvarán esta vez?
Carlos: Sólo puedo
prometerte que no vamos a ser muy duros, ¿vale? Vamos, andando a las
habitaciones que os hemos dicho.
Paula nos mira y se encoge de hombros, por lo menos lo ha
intentado. Víctor y yo salimos y les hacemos caso. Me voy a mi habitación y me
tumbo en la cama, sigo llorando, aún me dura el susto por haber perdido a
Paula, y el sentimiento de culpa, por lo que le podría haber pasado, que se ha
apoderado de mí. A los pocos minutos entra mi padre, me levanto y voy a
abrazarlo.
Adrián: Papá, snif,
lo siento mucho, de verdad que no fue a posta, snif, y nos preocupamos mucho
cuando vimos que no estaba, snif, y no podíamos encontrarla, snif.
Mi padre me devuelve el abrazo y me acaricia.
Carlos: Shh, ya
está Adrián, Paula está bien, no le ha pasado nada, tranquilo.
Sigo llorando un rato abrazado a él. Mi padre me dirige a
la cama y nos sentamos. Me voy tranquilizando, me separo y lo miro.
Carlos: Ahora que
estás más tranquilo ¿me explicas por qué estabas llorando?
Adrián: Me asusté
mucho cuando Víctor se dio cuenta de que nos habíamos olvidado a Paula, y me
preocupé cuando no la encontramos en los columpios. La estuvimos buscando y no la
encontrábamos, tuve miedo, podría haberle pasado algo malo por mi culpa, yo
tuve la idea de decirle que fuera a los columpios sola porque no queríamos ir
con ella.
Carlos: Veo que
entiendes qué hicisteis mal. Pero aún hay otra cosa en la que os equivocasteis.
Adrián: Supongo que
cuando vimos que no estaba en los columpios tendríamos que haberos avisado
inmediatamente, en cambio mentimos al tío diciendo que todo estaba bien.
Carlos: Entonces ya
sabes porque te voy a castigar. No está bien que dejarais sola a Paula, es
pequeña y confiamos en vosotros para cuidarla, pero lo que más me ha enfadado
es la mentira.
Adrián: Sí papá, lo
siento. ¿Me castigarás con la regla por poner en peligro a Paula?
Carlos: No, esta
vez el castigo será sólo con la mano. Diez nalgadas para que recuerdes que
debes ser responsable, que por cierto es una norma a añadir a la lista, y
veinte por mentir.
Adrián: ¿Y el tío
castigará a Víctor con la regla?
Carlos: No, el
castigo será el mismo para los dos. Sabemos que os habéis preocupado y asustado
mucho, por lo que no vamos a ser muy duros con el castigo, pero no puede
repetirse algo así nunca más.
Asiento con la cabeza, como mi padre le ha dicho a Paula
no van a ser muy duros, me alivia saber que no nos van a castigar con la regla
y me parece justo que el castigo sea el mismo. Me levanto, me bajo los
pantalones y me tumbo en el regazo de mi padre. Me acaricia la espalda.
Carlos: ¿Por qué te
voy a castigar?
Adrián: Por no ser
responsable, dejando sola a Paula, y por mentir.
Respiro hondo, mi padre deja de acariciarme, va a
comenzar el castigo.
PLAS, PLAS, PLAS, ai, PLAS, PLAS, au, PLAS, PLAS, au, PLAS,
PLAS, PLAS, ai papá.
Mi padre me baja el boxer y sigue con el castigo.
PLAS, PLAS, au, PLAS, PLAS, PLAS, au, PLAS, PLAS, ai, PLAS, PLAS, PLAS, ai
duele,
PLAS, PLAS, ai,
PLAS, PLAS, PLAS, ai, snif, PLAS,
PLAS, au, PLAS, PLAS, snif, PLAS, snif, snif.
Para y me acaricia. Hoy he aguantado el castigo bastante
bien, me ha dolido y seguro que tengo el trasero rojo pero ha sido menos duro
que otras veces. Enseguida me levanto, me subo el boxer y los pantalones y lo
abrazo.
Carlos: Shhh,
tranquilo Adrián, ya pasó todo. Y Paula está bien, no le pasó nada malo, ¿vale?
Adrián: Sí, lo sé.
Te quiero mucho papá.
Seguimos un rato abrazados. Mi padre me separa y me pasa
la mano por los ojos y la cara para limpiarme las lágrimas. Añado la nueva
regla al cartel.
11. Debo ser responsable
con mis cosas y con mis actos.
Almorzamos todos juntos, el dolor pasa enseguida y no me
parece que Víctor esté peor que yo.
Después de almorzar Víctor y yo jugamos un rato a la
consola con Paula y la dejamos ganar varias veces, sentimos que se lo debemos.
A media tarde los acompañamos al aeropuerto.
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NA: Aquí os dejo la
conversación telefónica entera entre Víctor y Luís, en el texto sólo aparece la
parte que Adrián oye.
Luís: ¿Y Paula? ¿Se
está aburriendo? ¿Os está dando la lata?
Víctor: No papá,
está bien, hemos dado unos toques con el balón y ha ido un rato a los
columpios.
Luís: Y entonces,
¿cómo es que ha vuelto a casa llorando porque la habéis dejado sola y no podía
encontraros? ¿Ni siquiera os habéis dado cuenta de que no está?
Víctor: ¿Qué? ¿Está
en casa? ¿Está bien? Papá, lo siento, sí hemos visto que no estaba y nos hemos
asustado mucho, la estábamos buscando, pensábamos que estaba en el parque.
Luís: Paula está
bien, pero vosotros en un rato no lo estaréis. Volved ahora mismo.
La culpa es de los padres por hacer que carguen con la niña cuando van con sus amigos ,no es su responsabilidad
ResponderBorrarConcuerdo con vos
BorrarPara ser tu primera historia no está tan mal.
ResponderBorrarPero te dire algunas cosas para que mejores:
No coloques nota de autora en medio de la historia, es de mal gusto. Al inicio o al final debe ser siempre.
En la suguiente, no utilices ese tipo de formato con los nombres adelante, utiliza el de guion. Ejemplo: -Yo también quiero ir. Puedo? Porfa- dijo Paula.
Trabaja más en tu narración.