Un vago, ¿sin remedio…? ¡Enserio!
Capítulo 9
A pesar de toda la situación
problemática por la que está pasando Shikamaru, él no pierde las esperanzas de
encontrarse con Asuma-sensei más pronto que tarde y ser liberado del infierno…
Shikamaru finalmente había alcanzado el camino que
decidió ese día y ahí parado frente a una casa, con la lengua prácticamente
afuera y jadeando por el agotamiento físico lo mismo que mental, pero de alguna
manera encontró un breve impulsó para gritar un par de veces el nombre de
Asuma, su anterior entrenador. Sí, esa era la residencia de Sarutobi y su chico
favorito necesitaba urgentemente su ayuda, hablar con él era la única solución
a todo el problema que tenía encima, y tenía
que convencerlo que lo sacara de ese grupo de locos, el genio flojo sabía que
no iba a resistir ni un minuto más con esos obsesivos y tampoco quería seguir
con la absurda idea de quedarse un mes con ellos, si los dos primeros días
fueron desgastantes, que se esperaba al culminar el tiempo asignado, ¿y qué maldito
sentido tenía estar en ese equipo? Sí acaso se le podía llamar “equipo”, por
favor ellos no eran compatibles con él y además casi colapsa en medio de la
rutina y lo peor de todo, es que no les importó en lo más mínimo a ninguno de los dos; par de sinvergüenzas, lo
único que hicieron fue salir con el
típico “tu puedes” frase de positivismo ya demasiado gastada “tu puedes”, si
como no y todavía ponen esa sonrisita
mostrando todos los dientes como vanagloriados de sus actitudes autoritarias
que rozaban la maldad contra él, eso más bien parecía sadismo disfrazado de
optimismo, reflexionaba el Nara llamando una vez más.
Sí conseguía hablar con su sensei para que le diera
otra oportunidad de regresar, sería lo mejor y más sensato que podía hacer para
escapar de su más que problemática situación, y se juraba internamente que está
vez sería serio; mejoraría su desempeño, dejaría su
vagancia de lado y se pondría a las órdenes
de lo que Asuma-sensei le pidiera, pero no quería sufrir más con ese grupo de
desquiciados, ya era una tortura el solo hecho de verlos y escucharlos decir
sus discursos sin fin sobre el esfuerzo y la determinación para luchar por lo
que se quiere en la vida ¿Para qué demonios le decían eso? Él no quería nada
más de la vida, que ser una nube para
quedarse flotando en el aire y que el viento lo llevara a donde se le diera la
gana, eso anhelaba, eso deseó en más de una ocasión, pero no se le hizo el
milagro y ahora tenía que aguantarse las aburridas vicisitudes de la vida al
lado de gente tan problemática, ¡mierda! ¿por qué siempre le tocaba todo lo
tedioso a él?, él que siempre huía de los problemas, al final del día terminaban
por encontrarlo, que aburrido y que fastidio, ¿por qué no entendían que era un
vago sin remedio?, por el bien de todos en la aldea y de la humanidad deberían
dejarle su maldita vida de haragán, débil y cobarde en paz, al diablo con todos
ya, él estaba bien como era, no necesitaba de esa palabrería barata sobre
superación personal y tampoco quería romperse los huesos con esos intensos
entrenamientos tan innecesarios como los defectos del mundo que siempre se le
hacían molestos.
¿Por qué a él, le tenía que tocar siempre lo más
problemático? ¿Para qué rayos lo ascendieron a chunin? Insistía en lo mismo, al tiempo que llamaba
otra vez mientras los ojos se le tornaban aguados, ya casi al borde de repetir
el llanto de la desesperación de no recibir una maldita respuesta y cayó de
rodillas en el suelo tan abatido como estaba después del entrenamiento y al
llegar a la casa de su anterior entrenador porque más, ya no era posible. Se
quedó ahí lamentando su desgracia mientras el tiempo corría y se oscurecía el
día y aunque su mente se negaba a la realidad, sabía que tendría que continuar
con la pesada jornada en menos de unas cuantas horas y seguramente su madre ya
debería estar muy enfadada por su retraso y no quería enfrentarla.
Lloroso y desalentado, como pudo el jovencito se puso
de pie y decidió volver a su casa, eso sí, caminaba a paso de tortuga, y está
vez no era pereza, simplemente las fuerzas le faltaban para acelerar el paso.
Un par de horas pasaron y ya estaba a solo una calle
de su residencia, ve a Choji a dos metros
de distancia, y aunque era su mejor amigo y aliado, no tenía ganas que lo viera
en las condiciones en las que se encontraba, ya que estaba completamente seguro
que se pondría a preguntarle sobre su nuevo cambio de grupo y entrenador, y a
pesar que el chico no era como Naruto de intenso y problemático, el Nara no
tenía ganas de nada que no fuera llegar a su habitación y caer desplomado en su
suave cama esperando que la noche se alargara un poco para su tercer día de tortura,
sin embargo su deseo no se cumplió, el gordito levantó la mano en señal de
saludo y a Shikamaru no le quedó de otra que responder al llamado una vez que el
Akimichi se le acercó con cara de incógnita.
_ Hola Shikamaru, ¿Qué te sucedió? Te ves acabado
amigo, tal como lo imaginaba…, aunque pudo haber sido peor, Gai-sensei
fácilmente pudo haberte matado _ hablaba mirando detenidamente el semblante y
aspecto de las ropas de su excompañero sin terminar de salir de su asombro _ Imagino
que ya te anunciaron tu primera misión de rango S, y no estarás muy contento,
mira no te preocupes, esto solo será por un mes, un mes se pasa volando, tu
eres muy resistente y sé que saldrás adelante con esto aunque ahora por tu
actual aspecto no lo parezca.
_ Esto resultó ser más problemático de lo que creí… -
se quejó el Nara _ Choji amigo, ¿no has visto a Asuma-sensei? Tengo que hablar
con él urgente…, fui a su casa, me cansé de llamar, pero no está allá.
_ Asuma-sensei salió a una misión lejos de la aldea y
no dio fecha de regreso, Shikamaru mejor esfuérzate, te repito, sé que puedes
con esto y más, yo y todos creemos en ti _ volvió a animarlo el gordito y como
si le leyera la mente agregó _ pedirle a Asuma que te reintegre al grupo no es
la solución porque solo te atrasarías con nosotros, tú ya eres un chunin.
_ Créeme que todo esto de ser ninja ya no me interesa
más, esperaré que regrese Asuma y le explicaré mis razones, si es preciso
pediré que me bajen de rango o me quiten del mundo shinobi, esto no es para mí
_ decía con pasotismo sin hacer contacto visual, Choji solo botó el aire, y no
insistió más, Shikamaru era muy testarudo cuando se lo proponía.
_ Bueno como quieras, sí quieres te informo cuando el
sensei regresa… _ se ofreció a colaborarle con eso, aunque sabía que sería en
vano, como negarle algo a su vago amigo.
_ Gracias, ¿y ustedes qué tal? ¿Cómo les va con Neji?
_ Pues normal, yo casi no hablo con él, y bueno solo
hemos tenido una sesión de entrenamiento con Asuma, hoy nos mandaron con el
equipo ocho, la que sí está encima de él es Ino, parece que ya se olvidó de
Sasuke, vive pendiente de todo lo que hace y dice el Hyuga, el otro día lo invitó a su casa a almorzar… _
en lo que el Akimichi avanzaba con su historia la cara del Nara fue cambiando
de aburrida a sería y cada vez más molesta.
_ Claro eso es lo que le gusta a Ino, ir detrás del
primer chico que conoce, ahora también le parece atractivo Neji, es tan
superficial, solo se fija en las apariencias. _ Por un momento el Akimichi
abrió los ojos como plato ante las palabras de su amigo y el tono que usó, no
podía creer que Shikamaru estuviera celoso de Ino, o bueno eso fue lo que él
interpretó _ Choji me tengo que ir o mi madre me va a castigar otra vez, nos
vemos luego._ dijo el genio flojo una vez tomó una respiración profunda y se
dio cuenta que se había alterado, para su suerte fue ante Choji, y no tendría
por qué preocuparse, ya que él no era un chismoso como otros de sus colegas y
tampoco andaba pidiendo explicaciones de todo, solo se pasaba de curioso
algunas veces, como el día que quería detalles explícitos sobre los castigos
corporales que su madre le daba cuando lo consideraba necesario, tal vez sí
debería considerar hablar con Choji en otra ocasión, para aclararle que no
sentía nada por la Yamanaka más que una amistad, sabía que era una mentira,
pero no le quedaba de otra, ni su amigo debía enterarse de sus verdaderos
sentimientos con la problemática de Ino, pensó luego.
_ Está bien Shikamaru, yo también tengo cosas que
hacer, hasta pronto.
Los chicos se despidieron cada quien fue por su lado y
ya cuando el Nara cruzó la puerta de su casa, Yoshino lo esperaba muy enojada
tal como el vago lo había presentido, y es que eran ya casi las veintidós horas
y su hijo no estaba en ninguna misión o algo parecido, así que no se explicaba
el por qué llegaba tan tarde a la casa, además todo mugroso, como si hubiera
estado en un vertedero.
_ ¡¿Que son estás las horas de llegar y por qué traes
la ropa toda vuelta una porquería?!
_ Mamá ahora no por favor estoy muy cansado, mira como
vengo, mañana hablamos, ¿te parece?
_ No señor, quien te has creído tú, me vas a escuchar
dos cosas, en la casa tienes que estar a las veinte horas, a menos que seas
enviado a una misión y de eso yo no he sido informada y cuida la ropa que me
esfuerzo mucho por mantenértela limpia y
planchada, se más consciente. ¿He sido clara?
_ Sí señora _ respondió respetuoso, lo único que
quería era retirarse a dormir.
_ ¿Te comiste el desayuno que te preparé? ¿Almorzaste
bien? _ respondió sí a todo aunque lo último fuera falso.
La verdad es que Maito-Gai se había extralimitado
tanto con el entrenamiento que se le olvidó respetar la hora de la segunda
comida del día, pero eso no se lo diría a su mamá ni loco, armaría un escándalo
y le reclamaría a su actual entrenador en dónde lo pillara y lo que menos
quería era problemas con ese señor o con la quinta por las imprudencias de su
madre, además él ya no era un niño pequeño para que lo estuviera
sobreprotegiendo.
_ Bueno siéntate, te daré de cenar antes que te duches
y te coloques la pijama para dormir _ anunció ella antes de darse vuelta y
dirigirse a la cocina.
_ No es necesario mamá, así estoy bien _ dijo
Shikamaru en lo que la señora Nara se volvía a girar y le decía.
_ Siéntate te he dicho, vas a comer algo aunque sea
ligero y luego a alistarte para la cama.
_ Pero…
_ Pero nada jovencito, lo haces por la buena o por las
malas, tú decides.
_ Está bien _ y se sentó a esperar la cena, su madre
era increíble, sino mandaba no era ella.
El Nara terminó de comer liviano, tal como Yoshino le
había indicado y fue a prepararse para la cama.
Las escasas horas de descanso pasaron rápido con Shikamaru
metido debajo de las cobijas, no queriendo salir de ellas, cuanto amaba dormir
y ya no tenía ese privilegio, su madre como casi todas las mañanas, entró como
militar a apurarlo, no quería que llegara tarde, le habían comunicado que su
hijo tendía un entrenamiento exhaustivo los próximos días, tenía que estar
preparado y debía ser responsable y disciplinado, así que como en anteriores
ocasiones, lo volvió a sacar del cuarto mientras le reclamaba por no haberle
informado sobre la misión que tendrían él y su equipo en la próxima semana, el
genio flojo con aburrimiento la escuchaba alegar hasta que lo hizo meterse prácticamente a empujones a la ducha.
El Nara se duchó lo más rápido que su voluntad le
permitió, se vistió enseguida, bajó al comedor, cogió el desayuno ya empacado
por su señora madre y antes de salir se despidió se ella.
En el camino como de costumbre sus quejas y
contrariedades, no cesaban en su cabeza, maldijo el día que escogió meterse al
mundo shinobi, y para rematar su mal humor, terminó llegando tarde lo que
representó un castigo de parte de Gai-sensei, el cual fueron cien flexiones.
Shikamaru sin rechistar las hizo, después de todo eran menos que las impuestas
el día anterior, culminó más rápido que de costumbre y se sintió muy bien consigo
mismo porque notó que había incrementado un poco su fortaleza física.
La primera hora se les pasó entrenando intenso y sin
descanso; los ejercicios de Maito-Gai eran muy duros y complejos de hacer, Lee
no dejaba de impresionar a Shikamaru, aunque él sabía que su compañero era un experto en taijutsu, el trabajo de Rock
Lee era algo que sobrepasaba todo límite de lo real; ese muchacho le metía todo
el empeño a cada movimiento que hacía mientras Tenten, que no era mala en el
oficio, no contaba con el mismo nivel de intensidad. El Nara por su parte, se
las arregló para hacerlo lo mejor que podía, no quería que lo volvieran a
castigar.
Una vez terminada la primera jornada, el entrenador
anunció el tiempo de receso, el genio flojo decidió alejarse mucho, se fue a un
claro muy metido en el bosque, ya que quería comer con tranquilidad; con Lee
cerca de él, seguramente no lo conseguiría, seguro no lo dejaría digerir los
alimentos porque se pondría demasiado intenso hablando de peleas y misiones
rigurosas, que de inmediato querría poner en práctica. ¡Qué aburrido, que
fastidio y demasiado problemático! Se repetía mentalmente en lo que al estilo muy propio de su amigo
Choji devoraba lo que su mamá le había preparado para desayunar, y como no
hacerlo, si además de no haber tenido nada en el estómago desde la madrugada, había
gastado todas sus energías en el entrenamiento que ese loco de Maito-Gai les
había impuesto aunque también tenía que darle créditos a su madre, quien
cocinaba sabroso y eso había despertado más aun su apetito. Cuando terminó el
último bocado, como de costumbre se puso a observar las nubes mientras bostezó
un par de veces, sin darse cuenta y gracias a la tranquilidad y paz del lugar,
los ojos se le cerraron sin querer y se echó a dormir olvidándose del tiempo.
Las horas pasaron con el Nara en el quinto sueño
mientras sus compañeros de equipo y entrenador lo buscaban por todo el lugar
desesperados.
_ No lo encontré por ningún lado, Gai-sensei _ se
excusó Rock Lee con un semblante de preocupación regresando al área de
entrenamiento.
_ Yo tampoco _ le siguió la chica de igual manera, un
poco agitada por el esfuerzo realizado al buscar a su compañero.
_ Entonces, tendremos que informar a la quinta _
anunció el jefe del equipo decidido.
Maito-Gai, Lee y Tenten se dirigieron hasta la oficina
de Tsunade-Sama, y una vez allá, le informaron sobre la extraña desaparición de
Shikamaru, algo que no se esperaba la Hokage y aunque casi siempre era una
persona de mente fría y calculadora, no pudo evitar pensar lo peor. Sí, no
podía ser de otra manera, seguramente Orochimaru se lo había llevado como había
querido hacer con Sasuke en una ocasión, consiguiéndolo solo esa vez, que la
misión del Nara había sido un completo fracaso como ella misma se lo había
hecho saber al muchacho, pero ese despiadado era insistente e hizo un segundo
intento, que fue frustrado por Kakashi, quien le ganó inteligentemente, actuó como debió y
evitó el desastre aunque ella no podía
asegurar que el último descendiente del clan Uchiha hubiera recapacitado para
siempre; con los de ese clan nunca se sabía que esperar, tampoco que Orochimaru
no volviera a insistir haciendo uso de sus demoniacos planes o que haya
cambiado los mismos y ahora le apetezca apoderarse del genio de Konoha, negó
con la cabeza cuando ese pensamiento cruzo su mente y no demoró en llamar a los
otros miembros de los diferentes equipos y sus respectivos jounin para
conseguir su apoyo en la misión de la
búsqueda de Shikamaru, y cuando los tuvo a todos juntos, partieron, haciendo el
recorrido por toda la aldea y sus alrededores pero no daban con Shikamaru,
quien en su lugar acababa de despertarse.
_ ¡Mierda, me quedé dormido! ¡Esto es muy
problemático! _ exclamó nervioso y se puso de pie en un santiamén.
Con sus incesantes pensamientos sobre posibles asuntos
tediosos con los cuales tendría que lidiar, se apresuró; brincando las ramas de
los árboles hasta aterrizar en el área de entrenamiento en dónde no encontró a
nadie, preocupado se dirigió hasta las calles de la aldea en lo que su sensei
hablaba con su madre y le preguntaba sobre el paradero de su hijo, de inmediato
la señora Nara cambió su expresión de tranquilidad y seriedad por una de
mortificación, pensando todo lo malo que le pudo haber pasado a su hijo.
Maito-Gai le pidió que se calmara, que iba a insistir en buscarlo hasta
encontrarlo aunque su vida dependiera de ello, ella le agradeció un poco más
tranquila.
Las horas pasaron y el Nara observó el revuelo que
había en medio de Konoha, vio a lo lejos a Naruto de espaldas y lo llamó de
inmediato, el chico se volteó sorprendido y un tanto molesto por la frescura
como le habló su amigo.
_ ¿Y todavía lo preguntas? Todos pensamos que te había
pasado algo y tú como si nada… _ y con eso el Nara no necesito más explicación.
Definitivo, se había metido en otro lío grueso solo por dormirse. ¡Grandioso,
ahora le tocaría afrontar las consecuencias, que buenas no serían!
_ Disculpa Naruto, no fue mi intensión, tuve un
pequeño incidente _ dijo para despistar al rubio escandaloso.
_ Pues por culpa de ese incidente, la quinta convocó
una reunión de emergencia con todos los grupos _ dijo Naruto a modo de reclamo
todavía molesto _ En fin le diré a Kakashi-sensei y al resto que ya apareciste,
adiós por tu culpa perdí el entrenamiento especial del día de hoy _ Se despidió
y salió apurado a encontrarse con su equipo.
_ Vaya, este chico no cambia _ se dijo y se fue a su
casa.
Shikamaru llegó a su casa y se encomendó a Kami antes
de cruzar la puerta, sabía lo que le esperaba, pero al menos tenía la esperanza
que su madre no lo fuera a escarmentar tan severamente.
_ Buenas tardes, ya llegué _ se anunció.
Yoshino fue a abrir y una vez el chico entró no demoró
en atacarlo con preguntas, una detrás de la otra, de la preocupación había
pasado al enojo, mismo que se incrementó solo con verlo ahí parado frente a
ella con su cara de apatía, parecía que no le importaba nada ni nadie, que
indolencia tan grande, le recriminaba ella a su hijo como solía hacer.
Los sensei le habían informado que su hijo estaba sano
y salvo y que lo esperara tranquila que él llegaría, pero para ella con eso no
bastaba, tenía que saber el motivo de su ausencia por tanto tiempo y como si se
tratara de un detective continuó con el interrogatorio lo que hizo que
Shikamaru confesara su falta pensando que era lo mejor, ya que de cualquier
manera su madre se enteraría y luego él se metería en más problemas de los que
ya estaba, y dijo que se había quedado dormido luego de los veinte minutos de
receso que Maito-Gai les había permitido a él y sus compañeros, para la señora
Nara fue suficiente, todavía enojada le dijo que la esperara en la sala, el
chico nervioso ya sabía que había ido a buscar la correa ancha de cuero de su
padre, así que pensó en la azotaina que le daría y como se la daría y enrojeció
hasta las orejas, tenía una mezcla de miedo y vergüenza. Cuando su madre
regresó, de inmediato lo cogió, le desabrochó el pantalón y se lo bajó junto
con los calzoncillos hasta medio muslo, se sentó en el sillón que ahí había, tumbó
al muchacho sobre sus rodillas y le colocó el culo en posición idónea para
darle su merecido mientras el rostro del genio flojo continuaba rojo escarlata
de lo avergonzado que se sentía; su mamá le volvía a ver el culo desnudo
teniendo casi trece años, pero dejó de pensar en eso cuando sin previo aviso
los correazos sonaron recios en ambas nalgas, luego arriba y abajo, en diagonal
y en los dos sentidos en forma de x, durante todo el tiempo de la tunda, la
señora no hizo ninguna pausa; como vibraban las mejillas de ese culo perezoso con
cada nuevo azote que le caía, el Nara por su parte en medio del castigo lloraba
a moco tendido mientras mordía con fuerza uno de los cojines que tenía justo al
frente. Su madre le marcó la última tanda de azotes entre la parte baja y el
mero centro del culo, dejándoselo bien caliente y rojo como un tomate. Ella le
terminó de quitar los pantalones e interiores y lo hizo parar, enseguida lo
encaminó hasta la esquina a reflexionar sobre su comportamiento por quince
largos minutos y a la vez le daba una buena regañina, Shikamaru sentía arder su
cara, quería taparse, pero luego pensó en lo ridículo que se vería con una mano
delante y otra detrás, además su madre ya lo había visto en esas condiciones, y
no era la primera y quizás no sería la última, así que asumió su posición y por
momentos se sobaba con cuidado las nalgas, pasado el tiempo en el rincón, y
antes de ella retirarse, le ordenó que se vistiera y lo envió a su habitación. Una
vez llegó, él se sacó la ropa y cayó de bruces en la cama a esperar el
siguiente día y en medio de su profundo sueño y a pesar de toda la situación
problemática por la que está pasando Shikamaru, él no pierde las esperanzas de
encontrarse con Asuma-sensei más pronto que tarde y ser liberado del infierno
que según él está viviendo al lado de ese par de desequilibrados enfermos del
entrenamiento excesivo.
N/A: Hola amigos, aparecí luego de mil años XD. Lo siento
he estado muy liada y aunque este capi ya lo tenía medio escrito, no me gustaba, así que me toco releer, corregir
y reescribir, y como leen Shikamaru está avanzando, eso sí a paso lento Lol,
pero ahí va por la vida, lo positivo es que de a poco y así él no vea gran
progreso y se mantenga en su postura de terquedad, va mejorando, veremos qué
pasa con nuestro protagonista en los próximos episodios, no les puedo adelantar
nada de nada porque aún no tengo organizadas mis ideas jajajaja, y bueno como
saben, nada me haría más feliz que me dejen sus comentarios, me gustaría saber
si les gustó el capítulo. ¡Un abrazo virtual enorme y se me cuidan!
Esta intersante sigueeeee
ResponderBorrarCarla
Muchas gracias por leer, que bueno saber que te gusta esta historia!
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