sábado, 22 de marzo de 2025

Padrelotti y Vini Jr

 

Padrelotti y Vini Jr

 

Lección aprendida

Parte 2

 

El viaje de regreso fue tranquilo, Vini llegó a su casa, al entrar le dio las buenas noches a su padre, y se preparó para dormir.

La noche pasó rápido, dando inicio a un nuevo día. Vinicius normalmente tenía entrenamiento bien temprano,  y antes de iniciar su rutina matutina, tenía una cuenta pendiente con Carlo. Se duchó y se alistó de inmediato, bajó a tomar el desayuno que le preparó su chef, empezó a comer y mientras lo hacía, era supervisado por Thiago su entrenador personal,  Una vez  se terminó todo lo que tenía en su plato, se despidió y se preparó ahora sí para salir en dirección a la ciudad deportiva de Valdevebas.

Tenía chofer, pero siempre prefería conducir él, Vini aunque muy familiar y cercano a su gente, también le gustaba tener su espacio personal y qué mejor que hacerlo manejando él mismo, iba por Jude, pero esta vez su madre decidió llevarlo.

 

-Hola hermano, has llegado temprano -  mencionó Rodrygo al ver a su amigo bajarse del auto, asegurándose que llevaba todas sus cosas antes de poner el seguro.

 

-Siempre estoy a tiempo- respondió el número siete haciéndose el serio.

 

-Que era broma hombre- dijo Rodrygo como queriendo disculparse y Vini no se aguantó y empezó a reír mucho.

 

-Has vuelto a caer-

 

-Sí, con esa cara que pusiste incluso Toni hubiese caído. -dijo siguiéndole el paso a Vinicius, que ahora iba muy apurado.

 

-Amigo ¿y por qué llevas tanta prisa?

 

-Tengo que ir al despacho del míster por lo de ayer, ya sabes me va a dar una tunda -Rodrygo se sorprendió mucho por como su amigo dijo sin tabú la que le iba caer, nada más cruzara aquella puerta.

 

-Creí que por esta vez, te castigaría de otra manera.

 

-Bueno si la falta es muy grave, además de la tunda, el míster me manda a hacer una serie de ejercicios mentales, que son un poco tediosos, en alguna ocasión he meditado en la esquina como me encontraste ayer o sentado en una silla, pero en cualquier caso hasta ahora nunca me he librado de una buena azotaina – explicó Vini a su compañero que caminaba a su lado, que sentía nervios por su compatriota.

 

-¿Y estas preparando?- aunque él no pintaba nada en ese asunto, sentía lo que le pasaba a su amigo, como si lo estuviera viviendo él, Rodrygo lo apreciaba mucho y quería evitarle pasar por ese castigo, incluso llegó a pensar en recibirlo él en su lugar, ya Vinicius tenía suficiente con todo lo que le tocaba vivir dentro y fuera de campo.

 

-Si hermano, no te preocupes, - respondió porque sabía que Rodrygo estaba muy angustiado por él, era notable por su actuar y su energía cada que preguntaba o decía alguna cosa -tranquilo estaré bien.

 

-Lo sé, eres fuerte, te quiero mucho Vini – respondió Rodrygo ya cuando ambos alcanzaron la puerta del despacho de Carlo.

 

-Te alcanzo ahora – le había dicho Vinicius antes de entrar, sin embargo Rodrygo no se movió.

 

Vinicius no tenía secretos con su compatriota, sin embargo verlo todavía ahí lo ponía un poco incómodo, así que antes que el chico más alto agregara algo más,  Rüdiger venía llegando y en lo que se acercaba, los observó a ambos, se veían tan tiernos y él los consideraba sus hermanitos, como vio a Vini en esa situación y ya sabía que iba a ser corregido, llamó a Rodrygo una vez que vio que Carlo hizo entrar a Vinicius, dejando la puerta medio abierta, así que se llevó con él al otro brasileño.

 

-Ya me iba, tampoco tenías que hacer eso- protestó Rodrygo al tiempo que se soltaba del agarre de Antonio.

 

-Tranquilo hermanito, no ha sido mi intención, pero vi a Vini nervioso y pensé…

 

-Sí, comprendo…

 

Y mientras ellos ya bien alejados del sitio seguían hablando, Vini ya dentro de la oficina de Carlo, esta vez con la puerta bien cerrada, porque el muchachito se aseguró de ello y dejó sus cosas en una mesa que ahí había.

Y ahí estaba el chaval de pie, esperando las órdenes de su jefe, que fue a buscar la regla, con ella en mano se sentó en el sofá cómodo y amplio que ahí había y le llamó:

 

-Ven aquí Vinicius-

 

El chico se acercó, de inmediato Carlo lo tumbó bocabajo sobre sus piernas, le bajó el pantalón corto de entrenamiento, le bajó los calzoncillos hasta la mitad de los muslos, lo colocó bien colocado, con el culo totalmente a su vista para poder controlarlo bien, cogió la regla y le dio el primero, a ese le siguieron otros cuantos todos en el mismo sitio, en el mero centro del trasero, empezó con mucha intensidad, pero sin hacer daño, Carlo lo acomodó mejor, dejándole el culo mas en alto y continuó, esta vez intercalando ambas nalgas, primero la derecha y luego la izquierda, le marcó la regla en tandas de diez y doce, cada lado de su joven trasero, después de un rato recibiendo varias series de reglazos, el muchacho ya tenía las nalgas bien calientes, y le empezó a doler, picar y arder, algo parecido a cuando su mamá lo castigaba en Brasil, con la diferencia que ella le daba muchos más azotes de los que hasta el momento llevaba Ancelotti, y es que en cuestión de azotes, ella no tenía compasión cuando Vini no se comportaba como era debido, y su mente volvió aquellos recuerdos cuando vivía en Sao Gonçalo.

Carlo continuó dándole azotes en las nalgas, esta vez con la mano, pero bien fuertes, tanto que Vini se llevó una mano al culete para que Ancelotti parara el castigo, el míster se la sostuvo en la espalda y siguió zurrándole un rato más, el muchacho intentó incorporarse, pero Carlo lo detuvo.

 

-No tienes permiso de levantarte todavía jovencito.-le dijo mientras su mano se marcaba en el trasero del chico.

 

-Me duele mucho míster, por favor no más

 

-He terminado, pero aun no tienes mi permiso para levantarte – Carlo ahora acariciaba su espalda y por momentos ponía una mano sobre su trasero para comprobar el calor, Vini se quedó en silencio, esperando la orden.

 

Carlo en los castigos era un poco más estricto con él, algo que para nada le era fácil, pero era la manera más efectiva que encontraba para ayudarlo a auto controlarse. Siguió haciéndole cariño, esta vez cerca de la nuca y en el cabello, Vini se dejó querer.

 

-Calma mi niño, estoy aquí para ti- le decía, y entre mimos y demás palabras de consuelo a Vinicius se le iban cerrando los ojos hasta que se quedó dormido, Carlo le sacó el shorts y los calzoncillos del todo, después le quitó las zapatillas y sus medias, y como pudo lo ubicó bocabajo en el sofá para dejarlo descansar un rato.

 

Acomodó toda su ropa y se la dejó en la mesa frente al sofá, con las zapatillas junto a sus medias debajo de esta, luego se quedó mirando las condiciones en las que le había puesto el culo, se veía un poco hinchado y con algunas marcas de la regla en ambas mejillas, nada escandaloso, pero lo justo para meterlo en cintura.

 

Alrededor de una hora, Vini se revolvió en su sitio y se despertó, sintió un calor intenso en todo el culo, se giró, se sentó con cuidado, se puso de pie, polla en ristre y con los testículos al aire, y con ambas manos detrás empezó a frotarse el culete mientras lo subía y lo bajaba. Ancelotti se hubo metido al reservado para darle privacidad, Vini prefería estar sin nada por comodidad, total Carlo ya le había visto el culo y no solo eso, y esto era así desde que llegó a ocupar su puesto en el banquillo; Vini reconocía que las veces que el míster lo corregió con unos buenos azotes en el culo, siempre fue por un motivo serio, y él sabía que se los merecía aunque le doliesen y le fastidiara todo el asunto, desde la espera, como el antes, durante y final de cada castigo, así como las curas que venían después, lo mismo a la hora de usar esa parte del cuerpo para hacer sus funciones en el día, mientras lo pensaba decidió vestirse, era mejor hacerlo antes que Carletto lo empezara a regañar por exhibicionista, y él modestia aparte sabía que estaba muy bien dotado, así que cogió sus interiores y pantalón que vio ordenados en la mesa del frente y empezó a vestirse con cuidado, luego se puso las medias y las zapatillas.

 

-Te ha dolido?-preguntó el italiano saliendo de dónde estaba.

 

-Sí, mucho - respondió el chico con una mano  en el culo volviendo a frotarse, Vini se iba a ir a entrenar, pero antes que se diera la vuelta Carlo le dijo

 

-Dame un abrazo, anda - Vini se acercó e hizo como su entrenador le indicó.

 

-Gracias Carlo, gracias por estar pendiente de mi y ayudarme, te quiero mucho- y Vinicius se aferró más a ese cálido abrazo.

 

Ancelotti le dio un besito en la mejilla, y antes de Vini salir en dirección al área de entrenamiento, le dijo que esperaba que su comportamiento del último Clásico no lo volviera a repetir, Vini asintió, cogió sus pertenencias y se dispuso a continuar con su día.

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario