Padrelotti
Capítulo 5
Recuerdos
Vinicius durmió a sus anchas, eso sí, bocabajo. Era ya la medianoche
cuando el chico se hubo despertado, se preocupó porque no había entrenado nada
y ya en pocas horas tenía que ir con el Equipo, y con lo dedicado que era Vini
con sus entrenamientos, lo primero que se puso a hacer fueron flexiones de
brazos, pero como no hizo calentamiento a la número cincuenta lo dejó, no era
buena idea iniciar así, pensó hacer sentadillas, sin embargo era de esperarse
el ardor en el culete, que no le permitió hacer ni la mitad de lo que tenía
planeado.
-Madre mía, necesito
ponerme una pomada, como me duele el culo, papá se pasó – dijo con ambas manos
puestas en su trasero mientras lo subía y lo bajaba.
Vini en busca de algún
ungüento que le sirviera para refrescar la zona, desordenó todo su cuarto en un
santiamén, y al ver que no encontró lo que necesitaba con urgencia se empezó a
desesperar por el dolor que en lugar de disminuir
este crecía y se estaba volviendo muy incómodo.
-Papá me duelen mucho las
nalgas y en pocas horas tendré que entrenar con Carlo y lo que tenemos que
hacer en la jornada es extenuante, sé que el dolor es parte del castigo y te lo
prometo que me lo voy a pensar dos veces antes de dar por sentado el hecho que
mi familia, y entorno completo se preocupa por mi - dijo cuando se encontró de
frente con su padre a medio pasillo.
-Hijo considero que fui justo
con tu castigo.
-Lo sé padre, pero aun así
me sigue doliendo.
-Es completamente normal
Vini -contestó dando un suspiro – bueno hijo ¿qué puedo hacer yo por ti? –
preguntó Vinicius padre serio
-Estaba pensando, si
podrías prestarme una crema que me ayude
a calmar lo caliente que tengo el culo, papi cada hora que pasa siento más el
picor – dijo Vini poniendo un puchero mientras con cuidado se frotaba el culete
con una mano – a papá le pareció tierno ver a su niño así, haciendo los mismos
gestos que cuando era más crío. – y como te he dicho ya aprendí mi lección, por
eso…
-Esta bien, haré una
excepción por esta vez y voy a por
alcohol y una pomada, espérame en tu habitación, – Vini pensó, lo primero no
era cómodo, pero seguro la pomada le calmaba la piel.
Pasaron solo un par de
minutos cuando Vinicius padre entró a la recámara de su hijo con un botellón de
alcohol, algodones y una crema. Vini
extendió ambas manos para coger aquello.
-Yo lo haré por ti, no te
preocupes – dijo y sin dejar que Vini hiciera algún comentario, lo cogió del
brazo y lo encaminó hasta la cama.
Papá se sentó sobre el
colchón e indicó a su muchacho que se colocará bocabajo sobre sus rodillas,
Vini no puso resistencia, total que quería era aliviarse un poco, así que se
ubicó bien, papá bajó el pantalón del pijama hasta el suelo, subió un poco la
chaqueta y así con el culo bien al aire y en la posición idónea procedió a
empaparlo bien con alcohol, Vinicius vio las estrellas, pero no se quejó, lo
dejó un rato así hasta que secara, luego de eso extendió varias capas de crema
en ambas mejillas, al medio y en el final de culo, esto le daba sensación de
frescor.
-Listo hijo- dijo papá
poniendo el pijama en su sitio y haciéndole cariño en la nuca y la cabeza – Te
quiero mucho y espero no tener que castigarte muy pronto.
-Eso espero yo también.-
contestó el muchacho ya de pie - Gracias papá - se abrazó a él.
Al día siguiente…
-Hola hermano ¿que tal?,
como te terminó de ir, no pude ni despedirte – Le habló Rodrygo mientras se
ubicaba a su lado para entrenar juntos como solían hacer.
-Me tuve que ir apurado,
mejor dicho mi padre me sacó de tu casa, estaba muy enojado, lo hubieras visto –
contestó Vini, mientras estiraba bien las piernas.
-¿Y eso por qué? ¿Que
hiciste? – quiso saber, pero de inmediato fue cortado cuando los llamó el
míster para iniciar un rondo.
Al final del entrenamiento
Vini y Rodrygo se fueron juntos al gimnasio para seguir ejercitándose y
mientras lo hacían continuaron con la
conversación que dejaron de lado en el césped.
-Como te contaba mi papá
se enojo mucho conmigo – comentó en lo que terminaba la última sesión del día -
y me dio una buena zurra igual o parecido a como tu padre hizo contigo mientras
estuve en tu casa, - colocó las mancuernas
en su sitio y se puso cerca de la pared con su compatriota al frente de
él - lo siento amigo, no pude evitar que te castigará, enserio que hice de
todo, pero con el respeto que se merece tu papá, es muy terco cuando decide
algo – y Rodrygo asintió.
-Vini yo me siento mal por
como me comporté ayer tan grosero contigo – mencionó tímido- Tenía mucha
vergüenza que te dieras cuenta lo que me pasó– agregó bajando la mirada.
-Tranquilo Rodry, no hay
por qué avergonzarse, mi padre me ha castigado así muchas veces desde que tengo
uso de razón, empezó en mi adolescencia hasta ahora, claro que en este momento
está acordado y no me da pena admitirlo, mi padre tiene razón en disciplinarme
cuando lo cree necesario aunque después me duela el trasero por los azotes,
como ayer por ejemplo que tuvo que ponerme alcohol y crema para aliviarme un poco – dijo pasando una mano por el pompis mientras
Rodrygo lo escuchaba atentamente, Vinicius siempre era muy directo y no tenía
ningún tabú respecto al tema. – Me salvé que no me marcó la correa, si no mi
culo iba a sufrir serias consecuencias, papá estaba enojadísimo, me dejó
esperando en la esquina, me incomoda mucho que lo haga, pero no le reclamo, ya
una vez lo hice y solo me gané unos azotes más de los que tenía previsto darme,
al menos por esta vez no me mandó al rincón luego de la tunda, menuda vergüenza
con los calzoncillos bajados hasta el suelo y con el culo bien castigado y a la vista, así me deje solo en mi cuarto, se
me calienta la cara solo de pensarlo – y mientras Vini Jr. seguía dando todos
los detalles de lo ocurrido y lo que pudo haber ocurrido Rodrygo abría mucho
los ojos.
-Pobrecillo te debió dar
muy duro por lo que me estas contando – mencionó Rodrygo comprendiendo a su
amigo después de todo, quien más que él para hacerlo, si lo había vivido en
carne propia ya tantas veces. – ¿Pero no me has dicho por qué te pegó tú papá?
-Por idiota – respondió
Vini con enojo en su voz, lo que sorprendió mucho a Rodrygo. – Olvidé poner al
tanto a mi familia que estaba en tú casa, y ya sabes estaban muy preocupados
mejor dicho alarmados creyendo que me había pasado algo grave como un secuestro
o algo parecido, si tan solo hubiera mandado un mensaje, pero el móvil- de
repente Vini recordó – mierda creo que se me quedó en tú casa, ahora que lo
recuerdo lo dejé tirado en los sillones, que tonto he sido – se recriminó.
-De hecho sí… - Vinicius
lo miró con el ceño fruncido - bueno me refiero a que tienes razón, tú teléfono
se quedó en mi casa, mi padre me lo entregó, había olvidado decírtelo – Rodrygo
revisó sus cosas y sacó el móvil – Esta lleno de mensajes, que no he visto lo
juro – agregó pasándoselo.
-Madre mía, si son un
montón – dijo ya con el celular en la mano, la mayoría era de su entorno
familiar- con razón papá se enojó tanto.
-Vini lo siento de verdad,
me porté muy mal contigo. -Rodry insistió, enserio la conciencia le remordía y
necesitaba las disculpas de su amigo.
-Ya eso quedó en el pasado
tranquilo – le dio un cálido abrazo y eso reconfortó a Rodrygo.
-Ya que me contaste lo que
te pasó con tú padre, he de confesarte un secreto – le dijo una vez se
separaron y esta vez fue Vini quien abrió los ojos como plato - Carlo me
castigó después del juego contra el Villarreal y por eso estaba tan misterioso,
no quería que nadie lo supiera, ni siquiera tú, perdóname Vini, tú y yo nos
contamos todo, pero me da pena que el míster me castigue así, por eso inventé
toda esa historia de sobre carga
muscular y me metí apurado en el cuarto con la bolsa de hielo, era para colocarla
en mi trasero y refrescarlo, míster Ancelotti me dio una azotaina en los
vestuarios, una vez que el resto de los chicos despejó el lugar, estaba muy
nervioso, ya sabes como soy, me da mucha ansiedad este tipo de situaciones,
espero que me comprendas.
-Te comprendo
perfectamente amigo, y no eres el único al que Carlo a corregido así, para que
te sirva de consuelo, lo lleva haciendo conmigo desde el año pasado que fue
cuando volvió a ser director del Madrid, yo no sabía que él era así tan
estricto cuando alguno de nosotros no se porta bien, pero me llevé una gran
sorpresa.
- No lo parece a simple
vista, pero vaya que lo es, conmigo ha
sido así ya varias veces, y siempre me da un buen castigo, quedo bien escarmentado.
-¿Con que te
castigó?-quiso saber Vini, aprovechando que Rodrygo se había relajado con todo
el asunto.
-Me dio con la mano, pero con
el short y los calzoncillos bajados hasta las rodillas desde el inicio, me
quería morir de la vergüenza y luego del dolor porque azotaba continuo y creo
que lo hizo así porque yo traté de resistirme y a él no le gusta eso, entonces
en casa mi papá me dio dos tundas, una de ellas con la regla, todavía me duele
mucho el trasero, a diferencia de ti, papá no quiso hacerme cura, según él
todavía no toca – mencionó Rodrygo con un mohín.
-Bueno, pero tú tuviste el
coraje para hablarle a tu padre de esa manera, yo hago eso y no me siento en un
mes – mencionó Vinicius.- Quizás esa sea la razón por la que tu padre ha sido más
severo contigo.
-Tienes mucha razón, se ve
fueron los cables y estoy muy arrepentido enserio…- se lo pensó Rodrygo
reflexionando sobre su comportamiento y de inmediato se enfocó en Vinicius - ¿Y
a ti cuando Carlo te castiga es menos severo que tu papá?
-Depende que haya hecho, pero
sí, es un poco menos severo aunque la
mayoría de las veces me ha tenido que disciplinar fuerte, te cuento una
anécdota cuando recién iniciaba la temporada pasada, menuda vergüenza, pero no
volví a reaccionar así, al menos no con él, creo que esa vez me pasé un poco de
la raya y me merecía el castigo. – mencionó cuando ambos estaban ya fuera del
Gimnasio cerca de las instalaciones, caminaron hasta ubicarse en otro lugar
dónde pudiesen hablar con tranquilidad y contar sus intimidades, aquellas que
solo se cuentan los amigos.
Y empezó Vini Jr a contar
a Rodrygo su primera azotaina que le dio Carletto.
-Vinicius ya he conversado
contigo por enésima vez, esas no son formas de reaccionar, un día de estos te
van a expulsar, es importante que aprendas a controlar ese temperamento tuyo – Me
regañó Carletto con voz firme sin importarle la presencia de Alaba que estaba
cerca porque necesitaba conversar algo con él sobre el partido.
Yo estaba enojado con el
árbitro porque no me marcó una falta, y estaba muy cabreado, cada partido la misma
historia, Carlo me pidió con su santa paciencia que por favor me tranquilizara,
pero una vez más mi genio me pudo, el míster continuó y yo, no entendía razones
y empecé a subirle la voz e insulté la situación en presencia de un sorprendido
David que me miró a mi y luego al míster, Carlo botó el aire un par de veces, se
veía enojado, aún así admiro su buen manejo, mi padre ahí mismo me hubiera ordenado
a que me diera la vuelta y me daba unos buenos correazos, gracias a Dios
nuestro querido entrenador se aguantó. Yo
por mi parte seguí en lo mismo, descontrolado y cada vez más insolente, y
hermano, sabemos como es Ancelotti con los modales, y su remedio en este caso
hizo que llegue tarde a la marca, que suerte la mía que Alabama al ver sus intenciones, no quiso ser testigo de ello, y yo sabía
que la había liado parda, pero tenía derecho a salvaguardar mi dignidad –
Rodrygo estuvo de acuerdo con eso-entonces David se inventó una excusa y salió
de ahí antes que Carlo empezara con las palmadas.
-¿Y te pegó muy duro? –
preguntó Rodrygo al ver que su amigo hubo hecho una pausa.
-Como era mi primera vez
siendo corregido así por Carlo…
-¿Primera vez, y como
supiste que te iba a castigar corporalmente?
-Estaba claro, se como va
esto porque con mi papá es parecido, cuando me mira muy serio, ya sé que la he
cagado y que me espera es una buena, como te lo podrás imaginar... ¡Ah ¿en
donde estaba?! – hizo otra pausa antes de continuar- Sí, ya recordé, me
equivoqué, por lo que no puse resistencia; Carlo me cogió y me llevó con él al
banco más cercano, se sentó y de inmediato me tumbó sobre sus rodillas con el culo
bien arriba, decidió dejarme el short puesto, solo en el principio. - De esa
forma no duele tanto, pensó el brasileño más bajo.
-Yo también creía ese
pensamiento tuyo, pero tantos azotes seguidos, los primeros lentos y ya cuando
iba por la mitad con un poco más de ritmo, en una nalga y luego en la otra sin
parar, hace que la sensación sea muy incómoda y saber lo que espera, porque no
daba indicios de terminar rápido.- Cada nalgada sonaba duro sobre la
pantaloneta y el ritmo iba en aumento al mismo tiempo me regañaba. - Yo no decía nada, estaba ya muy avergonzado de
la posición en la que me encontraba, que traté de enfocar mi mente en otra
cosa.
-Te entiendo… ¿Y cuantas
te dio?
-Alrededor de ciento
cincuenta.
-Son muchas, debe doler
aunque tengas protección.
-Sí, un poco, pero hasta
ese momento era aguantable, papá me pela el trasero y me da doscientas bien
dadas con la mano, me hace llorar con ganas, si ya soy ruidoso, en los castigos
severos lo soy todavía más. Además papá me calienta luego con la alpargata que
terminó suplicando que pare, a veces cuando el dolor se vuelve insoportable lo desobedezco y meto la mano y papá me regaña,
me la aparta y si ve que insisto, al final de la tunda me da unos cuantos más y
bien duros, lloro muchísimo, eso sí, sin
chillar y para hacerlo siempre pongo en frente de mi una almohada para morderla,
sobre todo si empieza con la zapatilla de esparto. – Y Rodrygo se llevó una
mano a su culo y empezó a frotarse con cuidado. – Pero siguiendo con mi
experiencia con Carlo, ya después de los ciento cincuenta sobre el short, me lo
bajó hasta las rodillas y ahí si empecé a arrepentirme por mi comportamiento,
pero aun faltaba para que me soltara.
Carlo me acomodó la ropa
interior y empezó a azotarme esta vez
con más fuerza, tanto que empecé a retorcerme en varias ocasiones mientras
elevaba una pierna y luego la otra, pero sin poder salirme de posición ya que
el míster me tenía bien contralado, Aunque no lo parezca Ancelotti tiene mucha
energía como dice él mismo, pero creo que más bien es un experto en el oficio, sabe
como zurrar un muchacho altanero como yo suelo ser algunas veces y como me dice él, yo tengo un buen culo, para
ponérmelo bien caliente y dolorido, porque solo así aprenderé mi lección.
El míster me daba duras
palmadas, que me hacían rebotar en mi sitio, te juro Rodrygo que dolían mucho,
él paró un momento y pensé que me dejaría levantarme, pero no fue así, tiró del
elástico de mis calzoncillos y me los bajó justo dónde terminan las nalgas,
se me subió el calor a la cara, pero esto no era lo que me preocupaba, si no lo
que vendría a continuación, empecé a rogar que no me las diera así, y en un
impulso me los volví a subir, y madre mía eso sí que lo hizo enojar y me soltó diez nalgadas bien
duras, lloraba con ganas y me movía en su regazo a cada una.
-Ponlos abajo – me ordenó
Carlo.
-Llorando, pero lo obedecí
de inmediato y acabó dándome una última tanda, no fueron muchas, pero como
tenía las nalgas ardiendo terminé disculpándome sinceramente, me sacó el short,
luego me ayudó a poner de pie y me llevó de la mano a una esquina con la ropa
interior en las rodillas, tenía la cara tan caliente como me había puesto el
culo.
Él se quedó ahí hasta
asegurarse que yo cumpla mi tiempo, que vergüenza más grande, de vez en cuando
frotaba la zona con cuidado, tenía las nalgas bien calientes y algo hinchadas.
Cuando pasaron los quince minutos me dio la orden que me coloque la ropa en su
sitio, así lo hice, me abrazo luego y me advirtió que si le volvía hablar de
esa manera otra vez, me iba a zurrar con la correa a culo visto desde el
inicio, me eché a temblar y le prometí que ya no volvería a contestar ni
hablarle en ese tono, y así lo he hecho
aunque me ha castigado por otras razones, gracias a Dios todavía no usa su
cinturón en mi trasero, me da azotes con la mano y cuando son faltas graves usa
la regla, eso sí, siempre con el culo al aire y en privado.
-Madre mía, eso te debió
doler ¿y Alaba no quiso saber que pasó, nunca te pidió explicaciones?
-David debe saber, es
obvio, por lo mismo se salió, quiso ahorrarme una vergüenza mayor, pero nunca
tocó el tema.
-Es lo mejor y… – Rodrygo iba a decir algo, pero se queda
callado al ver que Fede camina con la mirada baja detrás de Carlo rumbo al
despacho de este último.
-¿Que ibas a decir? –
cuestionó Vini y Rodrygo le hizo una seña a su compatriota para que se fije el rumbo que le tocaba a su
amigo el uruguayo.
-Pobre Fede – dijo Vini dando
un gran suspiro.
-¿Crees que Carlo lo
castigue?
-Es lo más seguro, solo
espero que no sea tan duro con él – contestó Vini y agregó – ya me voy a casa.
Nos vemos mañana Rodrygo.
-Hasta pronto… - respondió
y cada quien cogió su camino hacía su respectivo hogar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario