lunes, 17 de noviembre de 2025

Capítulo 5 Recuerdos

 

Padrelotti

 

Capítulo 5

 

Recuerdos

 

Vinicius durmió  a sus anchas, eso sí, bocabajo. Era ya la medianoche cuando el chico se hubo despertado, se preocupó porque no había entrenado nada y ya en pocas horas tenía que ir con el Equipo, y con lo dedicado que era Vini con sus entrenamientos, lo primero que se puso a hacer fueron flexiones de brazos, pero como no hizo calentamiento a la número cincuenta lo dejó, no era buena idea iniciar así, pensó hacer sentadillas, sin embargo era de esperarse el ardor en el culete, que no le permitió hacer ni la mitad de lo que tenía planeado.

 

-Madre mía, necesito ponerme una pomada, como me duele el culo, papá se pasó – dijo con ambas manos puestas en su trasero mientras lo subía y lo bajaba.

Vini en busca de algún ungüento que le sirviera para refrescar la zona, desordenó todo su cuarto en un santiamén, y al ver que no encontró lo que necesitaba con urgencia se empezó a desesperar  por el dolor que en lugar de disminuir este crecía y se estaba volviendo muy incómodo.

 

-Papá me duelen mucho las nalgas y en pocas horas tendré que entrenar con Carlo y lo que tenemos que hacer en la jornada es extenuante, sé que el dolor es parte del castigo y te lo prometo que me lo voy a pensar dos veces antes de dar por sentado el hecho que mi familia, y entorno completo se preocupa por mi - dijo cuando se encontró de frente con su padre a medio pasillo.

 

 

-Hijo considero que fui justo con tu castigo.

 

-Lo sé padre, pero aun así me sigue doliendo.

 

-Es completamente normal Vini -contestó dando un suspiro – bueno hijo ¿qué puedo hacer yo por ti? – preguntó Vinicius padre serio

 

-Estaba pensando, si podrías  prestarme una crema que me ayude a calmar lo caliente que tengo el culo, papi cada hora que pasa siento más el picor – dijo Vini poniendo un puchero mientras con cuidado se frotaba el culete con una mano – a papá le pareció tierno ver a su niño así, haciendo los mismos gestos que cuando era más crío. – y como te he dicho ya aprendí mi lección, por eso…

 

-Esta bien, haré una excepción  por esta vez y voy a por alcohol y una pomada, espérame en tu habitación, – Vini pensó, lo primero no era cómodo, pero seguro la pomada le calmaba la piel.

 

Pasaron solo un par de minutos cuando Vinicius padre entró a la recámara de su hijo con un botellón de alcohol, algodones  y una crema. Vini extendió ambas manos para coger aquello.

 

-Yo lo haré por ti, no te preocupes – dijo y sin dejar que Vini hiciera algún comentario, lo cogió del brazo y lo encaminó hasta la cama.

Papá se sentó sobre el colchón e indicó a su muchacho que se colocará bocabajo sobre sus rodillas, Vini no puso resistencia, total que quería era aliviarse un poco, así que se ubicó bien, papá bajó el pantalón del pijama hasta el suelo, subió un poco la chaqueta y así con el culo bien al aire y en la posición idónea procedió a empaparlo bien con alcohol, Vinicius vio las estrellas, pero no se quejó, lo dejó un rato así hasta que secara, luego de eso extendió varias capas de crema en ambas mejillas, al medio y en el final de culo, esto le daba sensación de frescor.

 

-Listo hijo- dijo papá poniendo el pijama en su sitio y haciéndole cariño en la nuca y la cabeza – Te quiero mucho y espero no tener que castigarte muy pronto.

 

-Eso espero yo también.- contestó el muchacho ya de pie - Gracias papá - se abrazó a él.

 

Al día siguiente…

 

-Hola hermano ¿que tal?, como te terminó de ir, no pude ni despedirte – Le habló Rodrygo mientras se ubicaba a su lado para entrenar juntos como solían hacer.

 

-Me tuve que ir apurado, mejor dicho mi padre me sacó de tu casa, estaba muy enojado, lo hubieras visto – contestó Vini, mientras estiraba bien las piernas.

 

-¿Y eso por qué? ¿Que hiciste? – quiso saber, pero de inmediato fue cortado cuando los llamó el míster para iniciar un rondo.

 

Al final del entrenamiento Vini y Rodrygo se fueron juntos al gimnasio para seguir ejercitándose y mientras lo hacían continuaron  con la conversación que dejaron de lado en el césped.

 

-Como te contaba mi papá se enojo mucho conmigo – comentó en lo que terminaba la última sesión del día - y me dio una buena zurra igual o parecido a como tu padre hizo contigo mientras estuve en tu casa, - colocó las mancuernas  en su sitio y se puso cerca de la pared con su compatriota al frente de él - lo siento amigo, no pude evitar que te castigará, enserio que hice de todo, pero con el respeto que se merece tu papá, es muy terco cuando decide algo – y Rodrygo asintió.

 

-Vini yo me siento mal por como me comporté ayer tan grosero contigo – mencionó tímido- Tenía mucha vergüenza que te dieras cuenta lo que me pasó– agregó bajando la mirada.

 

-Tranquilo Rodry, no hay por qué avergonzarse, mi padre me ha castigado así muchas veces desde que tengo uso de razón, empezó en mi adolescencia hasta ahora, claro que en este momento está acordado y no me da pena admitirlo, mi padre tiene razón en disciplinarme cuando lo cree necesario aunque después me duela el trasero por los azotes, como ayer por ejemplo que tuvo que ponerme alcohol y crema para aliviarme  un poco – dijo pasando una mano por el pompis mientras Rodrygo lo escuchaba atentamente, Vinicius siempre era muy directo y no tenía ningún tabú respecto al tema. – Me salvé que no me marcó la correa, si no mi culo iba a sufrir serias consecuencias, papá estaba enojadísimo, me dejó esperando en la esquina, me incomoda mucho que lo haga, pero no le reclamo, ya una vez lo hice y solo me gané unos azotes más de los que tenía previsto darme, al menos por esta vez no me mandó al rincón luego de la tunda, menuda vergüenza con los calzoncillos bajados hasta el suelo y con el culo bien castigado y  a la vista, así me deje solo en mi cuarto, se me calienta la cara solo de pensarlo – y mientras Vini Jr. seguía dando todos los detalles de lo ocurrido y lo que pudo haber ocurrido Rodrygo abría mucho los ojos.

 

-Pobrecillo te debió dar muy duro por lo que me estas contando – mencionó Rodrygo comprendiendo a su amigo después de todo, quien más que él para hacerlo, si lo había vivido en carne propia ya tantas veces. – ¿Pero no me has dicho por qué te pegó tú papá?

 

-Por idiota – respondió Vini con enojo en su voz, lo que sorprendió mucho a Rodrygo. – Olvidé poner al tanto a mi familia que estaba en tú casa, y ya sabes estaban muy preocupados mejor dicho alarmados creyendo que me había pasado algo grave como un secuestro o algo parecido, si tan solo hubiera mandado un mensaje, pero el móvil- de repente Vini recordó – mierda creo que se me quedó en tú casa, ahora que lo recuerdo lo dejé tirado en los sillones, que tonto he sido – se recriminó.

 

-De hecho sí… - Vinicius lo miró con el ceño fruncido - bueno me refiero a que tienes razón, tú teléfono se quedó en mi casa, mi padre me lo entregó, había olvidado decírtelo – Rodrygo revisó sus cosas y sacó el móvil – Esta lleno de mensajes, que no he visto lo juro – agregó pasándoselo.

 

-Madre mía, si son un montón – dijo ya con el celular en la mano, la mayoría era de su entorno familiar- con razón papá se enojó tanto.

 

-Vini lo siento de verdad, me porté muy mal contigo. -Rodry insistió, enserio la conciencia le remordía y necesitaba las disculpas de su amigo.

 

-Ya eso quedó en el pasado tranquilo – le dio un cálido abrazo y eso reconfortó a Rodrygo.

 

-Ya que me contaste lo que te pasó con tú padre, he de confesarte un secreto – le dijo una vez se separaron y esta vez fue Vini quien abrió los ojos como plato - Carlo me castigó después del juego contra el Villarreal y por eso estaba tan misterioso, no quería que nadie lo supiera, ni siquiera tú, perdóname Vini, tú y yo nos contamos todo, pero me da pena que el míster me castigue así, por eso inventé toda esa historia de  sobre carga muscular y me metí apurado en el cuarto con la bolsa de hielo, era para colocarla en mi trasero y refrescarlo, míster Ancelotti me dio una azotaina en los vestuarios, una vez que el resto de los chicos despejó el lugar, estaba muy nervioso, ya sabes como soy, me da mucha ansiedad este tipo de situaciones, espero que me comprendas.

 

-Te comprendo perfectamente amigo, y no eres el único al que Carlo a corregido así, para que te sirva de consuelo, lo lleva haciendo conmigo desde el año pasado que fue cuando volvió a ser director del Madrid, yo no sabía que él era así tan estricto cuando alguno de nosotros no se porta bien, pero me llevé una gran sorpresa.

 

- No lo parece a simple vista, pero vaya que lo es, conmigo  ha sido así ya varias veces, y siempre me da un buen castigo, quedo bien  escarmentado.

 

-¿Con que te castigó?-quiso saber Vini, aprovechando que Rodrygo se había relajado con todo el asunto.

 

-Me dio con la mano, pero con el short y los calzoncillos bajados hasta las rodillas desde el inicio, me quería morir de la vergüenza y luego del dolor porque azotaba continuo y creo que lo hizo así porque yo traté de resistirme y a él no le gusta eso, entonces en casa mi papá me dio dos tundas, una de ellas con la regla, todavía me duele mucho el trasero, a diferencia de ti, papá no quiso hacerme cura, según él todavía no toca – mencionó Rodrygo con un mohín.

 

-Bueno, pero tú tuviste el coraje para hablarle a tu padre de esa manera, yo hago eso y no me siento en un mes – mencionó Vinicius.- Quizás esa sea la razón por la que tu padre ha sido más severo contigo.

 

-Tienes mucha razón, se ve fueron los cables y estoy muy arrepentido enserio…- se lo pensó Rodrygo reflexionando sobre su comportamiento y de inmediato se enfocó en Vinicius - ¿Y a ti cuando Carlo te castiga es menos severo que tu papá?

 

-Depende que haya hecho, pero sí, es un poco menos severo aunque  la mayoría de las veces me ha tenido que disciplinar fuerte, te cuento una anécdota cuando recién iniciaba la temporada pasada, menuda vergüenza, pero no volví a reaccionar así, al menos no con él, creo que esa vez me pasé un poco de la raya y me merecía el castigo. – mencionó cuando ambos estaban ya fuera del Gimnasio cerca de las instalaciones, caminaron hasta ubicarse en otro lugar dónde pudiesen hablar con tranquilidad y contar sus intimidades, aquellas que solo se cuentan los amigos.

 

Y empezó Vini Jr a contar a Rodrygo su primera azotaina que le dio Carletto.

 

-Vinicius ya he conversado contigo por enésima vez, esas no son formas de reaccionar, un día de estos te van a expulsar, es importante que aprendas a controlar ese temperamento tuyo – Me regañó Carletto con voz firme sin importarle la presencia de Alaba que estaba cerca porque necesitaba conversar algo con él sobre el partido.

Yo estaba enojado con el árbitro porque no me marcó una falta, y  estaba muy cabreado, cada partido la misma historia, Carlo me pidió con su santa paciencia que por favor me tranquilizara, pero una vez más mi genio me pudo, el míster continuó y yo, no entendía razones y empecé a subirle la voz e insulté la situación en presencia de un sorprendido David que me miró a mi y luego al míster, Carlo botó el aire un par de veces, se veía enojado, aún así admiro su buen manejo, mi padre ahí mismo me hubiera ordenado a que me diera la vuelta y me daba unos buenos correazos, gracias a Dios nuestro querido entrenador se aguantó.  Yo por mi parte seguí en lo mismo, descontrolado y cada vez más insolente, y hermano, sabemos como es Ancelotti con los modales, y su remedio en este caso hizo que llegue tarde a la marca, que suerte la mía que Alabama al ver sus  intenciones, no quiso ser testigo de ello, y  yo  sabía que la había liado parda, pero tenía derecho a salvaguardar mi dignidad – Rodrygo estuvo de acuerdo con eso-entonces David se inventó una excusa y salió de ahí antes que Carlo empezara con las palmadas.

 

-¿Y te pegó muy duro? – preguntó Rodrygo al ver que su amigo hubo hecho una pausa.

 

-Como era mi primera vez siendo corregido así por Carlo…

 

-¿Primera vez, y como supiste que te iba a castigar corporalmente?

 

-Estaba claro, se como va esto porque con mi papá es parecido, cuando me mira muy serio, ya sé que la he cagado y que me espera es una buena, como te lo podrás imaginar... ¡Ah ¿en donde estaba?! – hizo otra pausa antes de continuar- Sí, ya recordé, me equivoqué, por lo que no puse resistencia; Carlo me cogió y me llevó con él al banco más cercano, se sentó y de inmediato me tumbó sobre sus rodillas con el culo bien arriba, decidió dejarme el short puesto, solo en el principio. - De esa forma no duele tanto, pensó el brasileño más bajo.

 

-Yo también creía ese pensamiento tuyo, pero tantos azotes seguidos, los primeros lentos y ya cuando iba por la mitad con un poco más de ritmo, en una nalga y luego en la otra sin parar, hace que la sensación sea muy incómoda y saber lo que espera, porque no daba indicios de terminar rápido.- Cada nalgada sonaba duro sobre la pantaloneta y el ritmo iba en aumento al mismo tiempo me regañaba. - Yo  no decía nada, estaba ya muy avergonzado de la posición en la que me encontraba, que traté de enfocar mi mente en otra cosa.

 

-Te entiendo… ¿Y cuantas te dio?

 

-Alrededor de ciento cincuenta.

 

-Son muchas, debe doler aunque tengas protección.

 

-Sí, un poco, pero hasta ese momento era aguantable, papá me pela el trasero y me da doscientas bien dadas con la mano, me hace llorar con ganas, si ya soy ruidoso, en los castigos severos lo soy todavía más. Además papá me calienta luego con la alpargata que terminó suplicando que pare, a veces cuando el dolor se vuelve insoportable lo  desobedezco y meto la mano y papá me regaña, me la aparta y si ve que insisto, al final de la tunda me da unos cuantos más y bien duros,  lloro muchísimo, eso sí, sin chillar y para hacerlo siempre pongo en frente de mi una almohada para morderla, sobre todo si empieza con la zapatilla de esparto. – Y Rodrygo se llevó una mano a su culo y empezó a frotarse con cuidado. – Pero siguiendo con mi experiencia con Carlo, ya después de los ciento cincuenta sobre el short, me lo bajó hasta las rodillas y ahí si empecé a arrepentirme por mi comportamiento, pero aun faltaba para que me soltara.

Carlo me acomodó la ropa interior  y empezó a azotarme esta vez con más fuerza, tanto que empecé a retorcerme en varias ocasiones mientras elevaba una pierna y luego la otra, pero sin poder salirme de posición ya que el míster me tenía bien contralado, Aunque no lo parezca Ancelotti tiene mucha energía como dice él mismo, pero creo que más bien es un experto en el oficio, sabe como zurrar un muchacho altanero como yo  suelo ser  algunas veces  y como me dice él, yo tengo un buen culo, para ponérmelo bien caliente y dolorido, porque solo así aprenderé mi lección.

El míster me daba duras palmadas, que me hacían rebotar en mi sitio, te juro Rodrygo que dolían mucho, él paró un momento y pensé que me dejaría levantarme, pero no fue así, tiró del elástico de  mis calzoncillos y   me los bajó justo dónde terminan las nalgas, se me subió el calor a la cara, pero esto no era lo que me preocupaba, si no lo que vendría a continuación, empecé a rogar que no me las diera así, y en un impulso me los volví a subir, y madre mía eso sí que  lo hizo enojar y me soltó diez nalgadas bien duras, lloraba con ganas y me movía en su regazo a cada una.

 

-Ponlos abajo – me ordenó Carlo.

 

-Llorando, pero lo obedecí de inmediato y acabó dándome una última tanda, no fueron muchas, pero como tenía las nalgas ardiendo terminé disculpándome sinceramente, me sacó el short, luego me ayudó a poner de pie y me llevó de la mano a una esquina con la ropa interior en las rodillas, tenía la cara tan caliente como me había puesto el culo.

Él se quedó ahí hasta asegurarse que yo cumpla mi tiempo, que vergüenza más grande, de vez en cuando frotaba la zona con cuidado, tenía las nalgas bien calientes y algo hinchadas. Cuando pasaron los quince minutos me dio la orden que me coloque la ropa en su sitio, así lo hice, me abrazo luego y me advirtió que si le volvía hablar de esa manera otra vez, me iba a zurrar con la correa a culo visto desde el inicio, me eché a temblar y le prometí que ya no volvería a contestar ni hablarle en ese tono,  y así lo he hecho aunque me ha castigado por otras razones, gracias a Dios todavía no usa su cinturón en mi trasero, me da azotes con la mano y cuando son faltas graves usa la regla, eso sí, siempre con el culo al aire y en privado.

 

-Madre mía, eso te debió doler ¿y Alaba no quiso saber que pasó, nunca te pidió explicaciones?

 

-David debe saber, es obvio, por lo mismo se salió, quiso ahorrarme una vergüenza mayor, pero nunca tocó el tema.

 

-Es lo mejor y… –  Rodrygo iba a decir algo, pero se queda callado al ver que Fede camina con la mirada baja detrás de Carlo rumbo al despacho de este último.

 

-¿Que ibas a decir? – cuestionó Vini y Rodrygo le hizo una seña a su compatriota  para que se fije el rumbo que le tocaba a su amigo el uruguayo.

 

-Pobre Fede – dijo Vini dando un gran suspiro.

 

-¿Crees que Carlo lo castigue?

 

-Es lo más seguro, solo espero que no sea tan duro con él – contestó Vini y agregó – ya me voy a casa. Nos vemos mañana Rodrygo.

 

-Hasta pronto… - respondió y cada quien cogió su camino hacía su respectivo hogar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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