Páginas Amigas

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El truco es seguir respirando


Capítulo quince
El truco es seguir respirando

Steve pov.
Estoy aquí en mi último aliento y no puedo dejar de recordar cómo llegamos a esto. Todo lo que vimos juntos, todas las aventuras, abrazos, castigos, pero ahora no queda nada.
Papá estuvo conmigo todo el tiempo, por más que lo aparte de mi vida siempre esta, recuerdo el dolor en sus ojos cuando deje de llamarlo papá, para mí era solo Sean o cualquier otro improperio que se me antojara decirle, cuando le dije que me avergonzaba de él por ser tan chico, jamás creí que se aburriría de mí y de mis malos tratos, papi porque me dejaste de querer, te llame papito, te llame antes de hacerlo y no me contestaste te necesitaba, porque no viniste, porque estoy tan solo, papi porque no estás conmigo.
No quería seguir viviendo, tome cuanto alcohol encontré el despacho, mala idea jamás pienso claro cuando hago eso, por eso nunca tomo, a menos que quiera perderme como ahora, pero no ayuda, el alcohol circula por mis venas, siento calor en mi cuerpo mi garganta arde como cuando me voy aponer enfermo, mis mejillas esta rojas me carga que pase eso, pero no entiendo como mi cuerpo generar tal cantidad de calor, energía y mi alma estar tan fría, mientras más calor siente mi exterior más frio siento internamente es como si estuviera en el infierno siempre me pregunte como seria si cubierto de llamas o frio como un tempano de hielo, creo que la respuesta es simple tu piel se quema y te desgarra mientras que tu alma se congela y te provoca una quemadura de frio, me caí, rompí a reír y mientras trataba de ponerme de pie, no lo logre, era divertido, tal vez, lo mejor de la noche, comencé a caminar en cuatro patas, en eso he acabado convirtiéndome en un maldito bebe llorón, trato de descartar esa idea y me arrastro al baño, es impresionante lo complejo que puede ser llegar del punto a al punto b gateando, frio al fin, me quede un rato sobre en las baldosas heladas, trato de llegar a la taza para poder vomitar, pero mis ojos se desvían, quedo frente a frente a mi salvación, mi perdición, ese maldito frasco debí tirarlo en cuanto me lo dieron, pero sabía que serviría para algo, y aquí estamos solos los dos y el gritándome desafiándome a ir por él, me sujete por las paredes, en momentos como este desearía vivir en una casa más pequeña jamás me había demorado tanto en llegar de la puerta del baño a al espejo, pero lo logré, lo recogí con mis manos, sabía que era lo correcto de hacer por algo no lo bote me convencía a mí mismo, lo abrí y mientras me tomaba una a una las malditas pildoritas que parecían tener una carita feliz o solo yo las veía así, cometí el error de levantar la vista, mi cara estaba desfigurada o distorsionada, me pareció ver a papá me gire demasiado rápido me caí, las malditas píldoras se cayeron por el suelo, me di cuenta que estaba solo, como siempre, estaba solo rodeado de pastillitas diminutas que adornaban el suelo, si alguien me habría dicho alguna vez que terminaría comiendo desde el suele me hubiese reído, pero aquí estoy recogiéndolas y sin ni siquiera limpiarlas me las echo a la boca, papá no está, papá no vino, ya no hay nada porque luchar espero que la Kathya me entienda, sé que lo hará, ella sabe que trate, ella sabe que perdí, no puedo pensar más en ella, no si estoy haciendo lo que hago. No puedo más, estoy mareado no puedo vomitar o tendría que comenzar de nuevo y no creo resistirlo, me levanto frente al espejo y está mi cara sonriendo lo conseguiste finalmente, rompo de un puñetazo el maldito espejo que me muestra mi realdad estoy solo, estoy solo, tomo un trozos de vidrio y arremeto contra mis muñecas, me deja una marca horrible pero no es lo que quiero lo suelto de inmediato y comienzo a buscar entre el maletín de papá, encuentro lo que busco una suerte que no ejerza la medicina pero que siempre tenga todo preparado para una emergencia, no me di cuenta pero mis muñecas están sangrado, siento la sonrisa en mi cara por fin podré descansar, cierro los ojos e intento no pensar en la desesperación al sentir la sangre caliente por mis muñecas heladas, no importa no es primera vez espero que sea la última, perdóname Kathya, perdóname amor, te amé, te amé tanto y lo hago pero no solo de amor se vive y tienen razón de ser así yo no estaría haciendo esto, cierro los ojos y de pronto me viene una desesperación tan grande esto no me lo esperaba yo no quiero morir o al menos no solo, tal vez, solo quería que papá llegara y se llevara este dolor pero, ni siquiera me contesto el teléfono, puedo sentir a la Kathya tocando la puerta, mi princesa despertó no quiero que me vea así, ella sabe a qué algo anda mal, siento las sirenas sonar a lo lejos mientras la puerta es derribada, ella corre a cubrir mis muñecas, las lágrimas corren por sus mejillas, ella no pregunta por qué ella sabe que no es por ella, “no vino” le susurre, hoy era el mi cumpleaños dieciséis, dieciséis años desde que murió mamá, por mi culpa, porque yo nací, sé que no hay nada que celebrar, cuando pequeño jamás lo celebramos, solo sentados sobre mamá compartiendo un trozo de pastel, él no puede ni mirarme a los ojos, porque son iguales a los ella, dicen que soy la mezcla perfecta de mis padres, pero que mis ojos son solo de ella.
Mire a mi mujer y cerré mis ojos.
Entre abro los ojos siento que me mueven no entiendo mucho mi cuerpo no responde los siento hablar, no se supone que no debería sentir nada pero siento cada cosa que ocurre, como me desnudan, no me gusta eso no me siento cómodo, nunca me ha gustado, mis heridas están en los brazo esto es innecesario quiero gritar y no puedo, no logro ver nada, pero siento como trabajan en mis muñecas, espero sea un cirujano plástico de los bueno no quiero marcas, me siguen moviendo, que hacen porque acercan eso a mí, siento que todo mi cuerpo se estremece pero a la vez no se mueve porque no he muerto, porque no siento nada, no quiero que tengan sus manos sobre mí, no me toquen les grito, siento un pito es horrible es mi corazón, Dios papá me estoy muriendo realmente me estoy muriendo, papi lo siento, papito no quiero morir sin ti, papi donde estas, mi cuerpo convulsiona los médicos me dieron electricidad como duele porque no me anestesian me duele esa luz cegadora siguen gritando se nos va, carguen 300, duele, porque mi voz no sale, porque tengo un tubo en la garanta, en qué momento me lo pusieron mi estómago se llena de agua, la siento, creo que me orinare, rayos tengo que ir al baño o me hare no quiero hacerme es humillante, pero es peor aún acabo de ver pasar mi orina por un tubo hasta llenar a una bolsa, Dios déjame morir ya, estoy agotado, por fin dejan de moverme, por fin podré dormir.

No, no de nuevo siento que me mueven fue sufrientemente horrible sentir como me bañaban con una maldita esponja porque no me dejaron sucio no más, me duele todo, no puedo ni levantar el poto me lo han pinchado de lo lindo cada vez que alguien entra por esa puerta zas pinchazo y duele, no me preguntan, no es como que pudiera hablar, por fin me sacaron ese tubo de la boca espero que el otro ya no esté, siento una brisa, ese olor yo lo reconocería en cualquier parte es papá, papá viniste trate de decirle pero no podía.
El parece darse cuenta, me sonríe me besa la cara, veo su rostro, sus ojos cansados he hinchados, sus labios partidos, su piel pálida, jamás lo había visto tan viejo, pero aun así estaba aquí, a mi lado acariciando mi frente aun a pesar de todo lo que había hecho papá vino.
“papi jamás te habías visto más feo” le sonrió, creo que me escucho porque me sonríe, no sé cuánto me escucho no creo que mucho, porque yo no me escuche mi garganta duele esta rasposa.
Me dio un beso en la frente y llama al médico me dieron un sermón de aquellos, la que me espera porque papá ni siquiera disimulo.
 “la zurra que le voy a dar a esta mocoso imprudente, no le van a quedar ganas de andar haciendo webadas por la vida”
“paaaaaaaaaa” trate de hacerlo callar pero nada.
“papá nada, estarás con el poto colorado por meses, es que tienes claro que te las voy a dar a poto pelado en cuanto el médico me diga que es seguro” me advirtió.
Yo casi me muero de vergüenza, zurra, poto colorado, poto pelado en la misma frase estoy muerto, y al desgraciado del médico se le escapo una sonrisita, luego se volvió a poner serio.
Hablaron de internarme, no creo que mi papá lo deje, espero, papá no está muy convencido.
“papá, no papá”
“tu silencio” me hablo brusco, golpeado.
“no Sean” el solo palmazo en la boca que me llego, no fue fuerte pero lo suficiente para dejar claro que estoy en tolerancia cero.
“es papá Steve André” me dijo serio.
“no voy a dejar que me encierren” le grite lo más fuerte que pude, eso quiere decir que solo se me escuchaba, en eso me di cuenta que no podía moverme estaba amarado “suéltenme, papá que me suelten” me puse como histérico, el médico me puso algo en el suero y no supe más del mundo.

6 comentarios:

  1. LittleHoshi: Intenso muy intenso y como el café intenso : Adictivo, muy adictivo.

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    1. Jejej así es el tigre intenso en todas su emociones... ya estoy preparando el próximo capitulo

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  2. No puede ser! en serio Sean se olvido su cumpleaños??? cada vez mas interesante Lady.

    Carla

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    1. Carla... no sabemos las razones por las que Sean no llego... aun... jejeje en los próximos capítulos lo descubriremos

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  3. ahhhhhh esa fue la primera impresion que me dejo jajaja ok sere paciente entonces y esperare a que nos sorprendas como siempre :)


    Carla

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    1. jejejeje era la idea jejeje pero no creo que Sean se olvidara... aunque todo puede pasar porque aun no esta escrito jejeje

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