Un severo
castigo y un pequeño resentimiento.
Nodaka entró al
cuarto del muchacho y lo encontró bocabajo, desnudo de la cintura para abajo,
su madre empezó a acariciarle el cabello y a hablarle al oído para tratar de
despertarlo.
- Ranma… Ranma…
Mamá está aquí. Abre los ojos hijo (Dijo ella, pero el chico no le contesto)
- Hijo, por
favor despierta (Comenzó a zarandearlo)
- (Bostezo y se
restregó los ojos) Aaammm… ¿Qué paso?
- ¡Hola, Ranma!
Qué bien, que al fin despertaste.
- Ma… ma… mamá,
¿Que… que estás haciendo aquí? (Tartamudeo el chico abriendo los ojos por
completo)
- Bueno, yo solo
vine a ver como estabas. Supe que tú padre te castigo.
- Mamá por
favor, te juró que ya aprendí la lección. No me pegues tú también. (Añadió
saltando de la cama y cogiendo sus calzoncillos para colocárselos
rápidamente sin importarle el escozor, que le causaba aquello)
- ¡Cálmate
Ranma! No pretendo castigarte, ya vi, que tu padre hizo un buen trabajo. Solo
estoy aquí para conversar sobre lo ocurrido.
- Mamá toda la
culpa es de Ryoga; ese estúpido me estuvo molestando todo el maldito día.
- Hijo, no seas
mentiroso, que eso no está bien. Sabes muy bien, que ambos tienen culpa en ese
asunto y estuvo muy mal pelearse como animales en un lugar público.
- Mamá, está
bien, la culpa es de los dos, pero ¿Por qué tengo, que ser yo, el que siempre
page los platos rotos? ¡No es justo! Ryoga no es tan santito como
aparenta. Se porta mal y nunca lo castigan. Seguro ni sus padres están
enterados de que hizo.
- Tu padre ya
habló con el abuelo del chico y pues le dijo que le ayudará con la mitad
de los gastos.
- ¿Solo eso?
(Pregunto el muchacho molesto)
- Este, sí. Fue
lo que tú padre me dijo
- ¿Qué? ¡No lo
puedo creer!
- ¿Qué no puedes
creer? No te entiendo Ranma.
- Pues, no me
cabe en la cabeza, que los padres de Ryoga solo paguen la mitad de gastos y él
salga bien librado de todo este asunto. En cambio yo me lleve la peor paliza de
mi vida.
- ¡Ranma no seas
exagerado! Tu padre me ha dicho, que solo han sido unos cuantos azotes. Y en
cuanto a Ryoga pues supongo, que en su casa le llamarán la atención por lo que
hizo.
- ¡No exagero,
me duele mucho! Voy a tener que esperar que pasen muchas semanas, para poder
sentarme con comodidad. Y a ese problemático solo le darán un sermón ¡Vaya
suerte tiene, el desorientado!
- ¡Ranma! No hables
así de tú mejor amigo.
- Ese idiota, no
es mi amigo, por su culpa mi papá me pego y muy fuerte y él tiene la suerte,
que su padre le considera demasiado maduro, para pegarle como a un niño
pequeño. (Decía Ranma con un semblante triste en su rostro)
- Ay hijo, es
que cada padre es diferente. A lo mejor Ryoga ha demostrado con hechos a sus
padres, que no necesita ser corregido con azotes. Oh tal vez, él sí
sabe mantener su boca cerrada cuando lo reprenden no como otros que conozco,
que ufff más vale no hablar (Nodoka miro de reojo a su
hijo, mientras, este apretó los labios y voltio la cara para otro lado)
- ¡Eso, no es
cierto! Ryoga se hace el niño bueno en frente de sus padres, pero fuera de
casa, es un maldito hijo de…PLAF (Ranma fue cortado con una fuerte palmada, que
le dio su madre en la boca)
- No vuelvas a
utilizar ese lenguaje y mucho menos para ofender a alguien cercano. Espero esto
te haya quedado claro porque si vuelvo a oír un solo insulto de esa boquita
tuya, te marco el trasero con la hebilla de la correa de tu padre
¿Escuchaste?
- Lo siento
(Dijo Ranma sobándose los labios)
- Ranma tienes
que controlarte, eres un artista marcial. Este tipo de actitudes no son
adecuadas. ¡Ya deberías saberlo!
- Mamá pero si,
el que no se controla es Ryoga, por la mínima cosa anda buscando pelea y ¿Sabes
qué? Ojalá el Sr Hibiki cambie de opinión y decida castigarlo físicamente.
Merece que lo muelan a palos. Espero que le dé una buena paliza, mucho peor que
la que yo recibí ¡Ojalá y no pueda sentarse por meses! Daría todo porque mi
sueño se hiciera realidad. Verlo sufriendo el resto de las vacaciones y cuando
comience la escuela, sería muy entretenido. ¡Si, pagaría por eso!
- Eres muy
rencoroso hijo y eso no está nada bien.
- Ryoga también
lo es conmigo y seguro desea que me muera porque es demasiado vengativo.
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- ¡AT-CHIS!
Ryoga, creo que el humo de los carros, te está haciendo daño. Parece que
vas a pescar un resfriado (Dijo Ichiro a su nieto, ya que era la segunda vez,
que el chico estornudaba)
- Puede ser,
pero ahora lo más importante es coger otro taxi y espero está ves des la
dirección correcta. Hemos perdido mucho tiempo por tu culpa abuelo.
- Mira tu mejor
cállate jovencito, que ya estás metido en muchos problemas y no estás en
posición de reclamar nada.
- ¡Oye!
Tranquilízate. No pelees conmigo, mejor ten esto (Ryoga le dio un papelito con
el número de su casa)
- ¡Vaya,
muchacho! Eres muy listo. ¿Cómo no lo pensé antes? Voy a llamar a tu padre.
- Sí, pero
apúrate por favor y habla con mamá, de los dos ella es la menos despistada.
- Está bien,
(Dijo y caminó hasta un teléfono público para marcar el teléfono)
- ¿Aló, Dojo
Hibiki? ¿Con quién desea hablar?
- Hijo soy yo tú
padre resulta que Ryoga y yo estamos en Asakusa y pues… (Empezó a contar toda la
historia)
- Aahh entonces
tú quieres decir, que él hizo, pero… y… sí… sí... si te entiendo, bueno mira.
Dile al taxista que te lleve a la calle este… si… padre todo está bien acá…
no…no ella está en Yokohama… es que… pues, tiene que entregar un proyecto
atrasado… si, ya seee, es una fresca, pero que puedo hacer… sí, ya se, que es
muy grande para que estemos detrás de ella… pero… *Click* (Llamada cortada)
- ¡Demonios! Se
me acabaron las monedas. Ryoga, no tienes algunas.
- Sí, toma (El
chico saco una cuantas de sus bolsillos)
(Se quedó en
silencio, pensando un momento)
¡¡RING!!
- ¿Diga?
(Pregunto el padre de Ryoga)
- Hijo, lo
siento se cortó la llamada, te decía, que esa niña es una vaga primero…
- Padre, se
perfectamente como es mi hija, pero ahora eso no es lo importante, sino que
copies la dirección que te voy a dictar. ¿Estamos?
- Bueno, pero ya
luego te daré unos consejos, para que aprendas a educar mejor a tus hijos.
- Sí, padre los
tomaré en cuenta, pero por favor déjame darte la información.
- De acuerdo.
Ryoga préstame una pluma y un cuaderno para apuntar la dirección por favor.
- Toma (El
muchacho, le entrego los materiales al señor)
- Ya estás
preparado (Pregunto Ryō
al otro lado del teléfono)
- Sí.
- Bien, ese caso
te diré. Mira es en la calle 5 a un costado… no mejor coges por… no así
tampoco… ¡Ay como era! (El sr. Hibiki se estaba complicando con la dirección)
¿Papá sabes, que? Mejor pregúntale a Saotome, es que estoy confundido. Lo
siento.
- ¿Cómo que
confundido? ¿Acaso te has vuelto loco? Llevas años viviendo ahí, y no conoces
la dirección.
- Cálmate padre,
espera un segundo. Llamaré a Kaori, ella debe saber.
- (Sr. Ichiro
esperando en la línea) Esto es el colmo, ya veo de dónde viene tu
problema Ryoga. Ese hijo mío, no tiene nada en ese cerebro. ¡Es demasiado
torpe!
- (Ryoga rodo
los ojos y pensó) La idiotez
la saco de ti.
- Hola, abuelo
Hibiki ¿Cómo le va?
- Hola Kaori,
estoy bien.
- Me alegro
tanto. Bueno a lo que iba; nuestra casa está en la calle este
numero quince, solo a dos cuadras de la casa de Ranma ¿De dónde ustedes
salieron?
- Oye eres buena
con las direcciones. ¿Cómo lo haces eh?
- Bueno es que
pase como cinco años memorizando el camino, créame no fue fácil, pero lo
conseguí, pero el pobre Ryō
no lo consigue aun.
- Muchas gracias
por la información, le diré al taxista.
Y por segunda
vez tomaron un taxi, pero esta vez sí pudieron llegar, afortunadamente el
conductor conocía al progenitor de Ryoga y los llevo directo a la
residencia Hibiki. Llegando allá, padre y abuelo se sentaron en la sala de la
casa a conversar con el chico; a quien obligaron a estar de pie
como castigo, mientras cada uno de ellos, se dispuso a sermonearlo. Ryoga por
supuesto se mantenía en silencio, deseando que la cantaleta acabara lo antes
posible.
- ¡Ryoga! Estoy
muy enojado contigo. Tú comportamiento fue absurdo y estúpido. Estoy cansado de
decirte, que debes aprender a controlarte. (Habló el padre del chico)
- Sí, no tiene
justificación alguna su manera de actuar, por la misma razón te digo Ryō. Tienes que
darle un castigo ejemplar a este niño para que aprenda la lección. (Dijo el
abuelo)
- Si, padre
claro, que lo hare. Esta vez Ryoga fue demasiado lejos.
- Hola ¿Sobre
qué hablan cariño? (Apareció Kaori de repente y se metió en la conversación)
- Hola mi amor,
no te vi llegar. Siéntate para que escuches el desastre que armo tu hijo en el
supermercado, que está a dos cuadras de aquí (Añadió el Sr. Hibiki)
- ¡Oye! qué es
eso de tú hijo, dirás nuestro hijo porque que yo recuerde tú también
participaste para concebir a Ryoga (Se quejó la señora)
- Tranquilízate
mujer, yo no niego eso, solo hice ese comentario porque me parece
que tú a veces eres muy alcahueta con Ryoga; dándole mucha
libertad, por eso no respeta a nadie. Es decir me refiero, que es tú
consentido, si eso era lo que yo buscaba decir (Replicó el padre)
- Sí y me consta
a mí me trata como trapo ese ingrato y yo que siempre me preocupo por él
(Intervino nuevamente el abuelo)
- Regaño de
mierda, ya me estoy aburriendo de está estúpida conversación. Ojalá se callen
pronto. No estoy seguro de aguantar por mucho tiempo.(pensó
el pre-adolescente)
- ¿Alcahueta yo?
Pero ¿Quién te crees para hablarme así? Mira Ryō.
Yo no tengo la culpa, que Ryoga no te respete a ti ni a tú padre. Ustedes saben
perfectamente, que yo siempre me esfuerzo en darle la mejor educación, así que
más vale que se analicen para saber en qué están fallando en su relación con el
chico. Sobre todo tú Ryō, que eres el padre.
- Está bien,
tienes razón Kaori. Retiro lo que te dije anteriormente.
- Gracias. Ahora
me cuentan por favor, que fue lo que hizo Ryoga, que los tiene tan molestos.
- Mira amor
sucede, que el niño… (y empezó el padre del chico a explicar punto por punto
todos los acontecimientos del día)
- Ah, ya veo ¿Y
que has decidido cómo castigo? (Cuestionó ella)
- Bueno, después
de haberlo pensado he decidido que Ryoga estará encerrado en su cuarto
durante cuatro meses, solo saldrá de allí, para comer o ir al baño.
- ¿Qué? ¿Cuatro
putos meses encerrado? ¡Oh, no! Moriré de aburrimiento y depresión. A mí no me
gusta estar en un solo sitio, y ahora más que nunca planeaba irme a
entrenar a las montañas para perfeccionar mis habilidades en el combate
¡Maldito Ranma! Todo es culpa de él. Sí no hubiera ido a su casa, no estuviera
en esta situación.
- Bien Ryoga a
tu habitación. Y ya sabes de allí no sales a menos que sea para buscar
tus comidas y las tomarás dentro de tú cuarto. No te quiero ver sentado a
la mesa. ¿Entendido?
- Si padre.
- No, no padre.
A partir de ahora me llamas señor para todo, eso es parte del castigo.
- Sí señor.
- Ahora, se va
para su cuarto (Le dijo, mientras observaba al chico alejarse de la sala)
- Te felicito
hijo vas progresando en la educación de tu hijo.
- Bueno no está
mal, pero no vayas a ser tan duro con él; recuerda que tienes que
hacerle ver su error, no hacer, que se sienta mal (Intervino Kaori)
En
lo que los adultos hablaban Ryoga caminaba y caminaba por toda la casa abriendo
todas las habitaciones, pero no encontraba la suya, luego de media hora
de buscar su cuarto regreso a la sala y se topó nuevamente con su padre y
abuelo, mientras su madre se encontraba en la cocina oyendo música con los
auriculares puestos. Ichiro y Ryō lo
miraron confundidos, se suponía que el chico debía estar en su cuarto tal como
le habían ordenado, ¡¿Será posible, que el chiquillo, quería llevar le la
contraría a Hibiki?! Pues no se trataba de eso precisamente, sino que el pobre
muchacho era tan distraído, que conseguía perderse hasta dentro de su propia
casa, pero que podía hacer si lo heredo de sus familiares. Todos eran y son
así, su padre ha conseguido comprar algunos remedios a la abuela de Shampoo
para según el mejorar un poco su problema, pero no lo consigue del todo.
Ryoga miró la
sala y se asustó al ver a sus familiares y por supuesto la mirada severa, que
le dedicaron ambos.
- ¿Ryoga,
acaso no escuchaste la orden que te di hace media hora?
(Momento de
silencio)
- A ver
contesta, ¿Me escuchaste sí o no? (Volvió a preguntar su padre, utilizando un
tono de voz más severo)
- Sí, señor.
Sí, lo escuche (Se apresuró en responder)
- Entonces ¿Qué
demonios haces parado ahí mirándonos como idiota?
- (Ryoga tenía
ganas de contestarle cuatro verdades a su progenitor e incluso hasta
golpearlo, pero pensó en otra cosa y se contuvo) Es que yo no sé dónde está mi
habitación señor.
- Lo que me
faltaba. Aparte de gallito de pelea, eres un torpe. ¿Cómo mierda no
puedes saber algo tan simple? Mira es la última vez que te lo repito. A la
próxima, que preguntes la misma tontería, me haré el sordo. ¿Me oyes?
- Sí, señor
- Bien, recto
por el pasillo, mano derecha.
Ryoga por fin
dio con la habitación y se tiró en la cama, trato de aguantarse las lágrimas,
más no pudo, empezaron a correr por sus mejillas ¡Como su padre, podía ser tan
frio con él! Le aplicaría la ley del hielo durante cuatro meses, eso sería
fatal. Nadie le hablaría, ni siquiera sus progenitores. El chico se paró de la
cama y empezó a limpiarse las lágrimas con su brazo derecho.
- Si guerra
quieres, eso tendrás sr. Hibiki. No voy a derramar una sola lágrima por
ti. No lo mereces. Maldito hijo de puta, algún día seré más fuerte
que tú. Y juró que ese día haré que te tragues tus palabras. Ya estás en mi
lista negra (Decía el pre-adolescente agarrando un par de nueces que tenía en
el bolsillo y haciendo que las mismas se volvieran polvo cuando cerraba su mano
con fuerza.
Bien hasta
aquí, pude actualizar, pero queridos fans de este fic no desesperen, ya estoy
escribiendo el próximo capítulo. Sus bellos comentarios son la razón por la que
sigo escribiendo.
Ay pero que le paso al lindo ryoga que está tan rencoroso con su padre tan mal es la relación que tienen y eso de aplicarle la ley del hielo que cruel y tanto tiempo encerrado huy no pobre , espero que el abuelo haga algo para que se lleven mejor.
ResponderBorrarjejeje.... toda la familia es tan desorientada mira que no poder ni dar la dirección de su propia casa jaja... y el otro no encontrar su propio cuarto jaaja......
estaré esperando a ver como continua esta historia
Andrea
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
BorrarMe gustaría que pases por mi blog y que me digas tu opinión sobre mis historias
BorrarLittleHoshi: Wooooooa, estupendo, esperaré con ansias al siguiente capítulo.
ResponderBorrarJoder Nicole! esta excelente la historia. No pensé que el padre del chaval fuese tan estricto. Jajaja que risa con Ranma jaja mira que mosquearse porque al otro no le castigan como a él. Estoy esperando el próximo capítulo haber que pasa con estos dos chavales que no hacen otra cosa más que pelearse jaja
ResponderBorrarY oye esta familia Hibiki son un caso perdido, como es que no consiguen orientarse, mejor que se compren un GPS XD.
Saludos eres sorprendente.
Giovanni