Páginas Amigas

martes, 31 de diciembre de 2013

Alejandro



N.A.: Lady quería una historia de Alejandro y se abrió la veda de los microcortos. Así que sumé dos más dos e hice esto, con todo mi cariño, una mini historia de un mini Alejandro.

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¿Por qué la pelota no quería meterse en la canasta?

-         ¡Pelota mala, mala, mala! – grité, enfadado, y la tiré contra la pared. Rebotó y salió rodando.

-         ¡Alejandrooo! – protestó Ted. Claro, él quería jugar porque la pelota sí se quería meter en la canasta para él.

-         Esa pelota “ta estopeada”.

-         ¡No es verdad! ¡Ahora vas a por ella!

-         ¡No!

-         ¡Sí!

-         ¡No!

-         ¡Que síiii! – se quejó Ted, pateando el suelo.

-         ¡Que noooo! – respondí yo, haciendo lo mismo.

-         ¡Tú la tiraste! ¡Búscala o se lo diré a papá! ¡Ay! ¡Pero no me pegues! – gritó, y me devolvió el manotazo que yo acababa de darle. Él era más fuerte y me hizo daño. Quise llorar, pero en vez de eso le empujé.

-         ¡Tonto!

-         ¿Qué pasa aquí?  - preguntó papá… Ted decía que era papá, pero en verdad yo no tenía de eso.  El día anterior yo me atreví a llamarle así, a ver qué pasaba… y no pasó nada, más que me dio un beso. Se sintió bien cuando curó mi pupa. A lo mejor sí era papá…

Pero en ese momento papá estaba enfadado. No le gustaba que Ted y yo nos peleáramos.

-         Tiró mi pelotaaaa – lloriqueó Ted, corriendo hacia él. Papá le cogió en brazos y yo me enfadé porque se chivara.

-         ¡Y tú me pegaste!

-         ¿Es cierto eso, Ted? – preguntó papá, mirándole muy serio. Ted, que había estado gimoteando hasta entonces, empezó a llorar de verdad.

-         Pero él me pegó primero…¡y me empujó!

-         Sabes que no puedes pelear con tu hermanito – le regañó. Le dio la vuelta y le dio tres azotes.

PLAS PLAS PLAS

Ted lloró con mucha fuerza y se abrazó a papá, que se puso a mimarle y le dio un beso. Luego le dejó en el suelo y me miró a mí.

-         Y ahora tú, señorito. – dijo, y se acercó a mí. Yo salí corriendo. ¡Papá ya me había dado un azote una vez y dolió mucho!

Sin embargo, papá era más rápido que yo y me agarró para que no me escapara.

-         ¡Noo! ¡No! ¡Suelta, maloooo!

-         No te suelto, Alejandro, mírame.

-         ¡Noooo! ¡Quiero ir con mamá! ¡Quiero ir con mamá!

-         Mamá no está, tesoro.

-         ¡Malo!

-         Pero no es mi culpa, cielo. No es mi culpa que mamá no esté.

-         ¡Pero me quieres hacer pupa!

-         No, yo no te quiero hacer pupa, cariño. Pupa le has hecho tú a tu hermano al empujarle. Y sabes que no lo puedes hacer. – dijo y me hizo mirarle. Me dio un beso en la frente y entonces me empujó contra él, sin que yo pudiera hacer nada. Cerré los ojos y sentí tres golpes en el culito. ¡Tres! ¡Me picó mucho!

PLAS PLAS PLAS

-         Bwaaaaa

-         Shhh. Ya bebé. No se pelea con los hermanos, ¿de acuerdo? Que los dos te queremos mucho.

-         Tú …snif…eres mi papá – le dije, confundido.  Él sonrió al oírlo, y me dio un beso.

-         Lo soy, Alejandro. Soy tu papá, y te quiero mucho. Aunque tu mamá no esté, yo estaré siempre.


Bueno, vale, Ted tenía razón. Era mi papá. Pero ¿podía pedir un papá que no tuviera la mano tan dura? 

3 comentarios:

  1. jajaja un papá no tuviera la mano tan dura jajaja

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  2. GRACIAS GRACIAS GRACIAS lo amo de verdad adoro a Alejandrito e un sol una monada un rico para comérselo toditito... AHhhhhhhh es tan... tan.. quiero mas Soy la fans numero uno de Alejandro en todas sus formas y tamaños lo adoro

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