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sábado, 18 de abril de 2015

SI ODIO TODO SOBRE USTED, PORQUE DEBO AMARLO? CAPITULO 10



SI ODIO TODO SOBRE USTED, PORQUE DEBO AMARLO?
CAPITULO 10

La familia Contreras Torres, desembarcaba, poco después de dar las cuatro de la tarde, en el Aero puerto el Dorado, en la ciudad de Bogotá, en la puerta de arribos nacionales, habían llegado en un vuelo de Satena, proveniente de la Ciudad de Cúcuta.
Andrés Felipe y Angélica María, hacían maromas con las maletas, ya que la maestra, como buena chica fashionista que era, había traído exceso de equipaje, mientras un muy divertido, pero perfectamente bien abrigado Juan Andrés, observaba a sus padres “discutiendo”, sobre cómo le iban a hacer para tomar un taxi, que se animara a llevarlos con tanta maleta.

Finalmente, ante la evidente imposibilidad de conseguir un taxi, debido a la enorme afluencia de viajeros y su exceso de maletas, Andrés Felipe,  hiso un par de llamadas al Capitán Camilo Prieto, el cual les envió una camioneta Militar, proveniente de la dirección de inteligencia del Ejército Colombiano, con el fin de trasladarlos hasta su destino.
Durante el trayecto desde el Aero puerto hasta el apartamento en ciudad salitre, un desarrollo residencial ubicado en pleno corazón administrativo y comercial de la ciudad, en la zona del CAN (centro administrativo nacional), Angélica María, había palidecido en varias ocasiones, manifestó sentirse mareada y con unas profundas nauseas, culpando de esta condición al cambio de altura y seguramente a la comida del avión.
Llegando una hora después al Apartamento de soltero que el Capitán Contreras, tenía amoblado y dispuesto, para cuando se encontraba en la Capital, el hombre siempre había sido un poco quisquilloso en cuanto a su Privacidad, por alguna extraña razón, y muy a disgusto de la doctora Lina Patricia, su madre, el militar no gustaba de llegar a instalarse en su casa paterna.
Una vez hubieron atravesado, tres anillos de seguridad distintos, ya que el edificio parecía una autentica fortaleza, hicieron el ingreso al lugar. Bienvenidos a su apartamento, mis amores manifestó Andrés Felipe, a unos muy sorprendidos Angélica María y Juan Andrés, ya que el lugar en comparación a su departamento de Cúcuta, era enorme, muy espacioso, finamente amoblado, con todas las comodidades modernas, incluso tenia chimenea, pero el lugar acusaba una infinita soledad, desapego y tristeza.


Esta enormidad es tuya amor? Pregunto curiosa Angélica María, a su oficial militar el cual se sentía absolutamente feliz de tener a su futura esposa y su Amado hijo, junto a él en aquel lujoso sitio, el cual a pesar de ser suyo, muy rara vez visitaba.
No es mío, Es nuestro amor, contesto Andrés Felipe, es un lugar de descanso, cuando me encuentro en Bogotá, una persona viene dos veces a la semana a realizar el aseo, aunque debo confesarte que vengo muy poco.
MOOOLA, manifestó Juan Andrés, este lugar es enorme, pero algo frio no creen?, pregunto temblando un poco el niño, mientras su padre de forma rápida regulaba el termostato electrónico del apartamento para calentarlo, ya que en efecto parecía una tumba de lo gris y frio que estaba.
Al observar detalladamente, el estilo de vida de su padre, su celular de gama alta, sus lociones finas, sus ropas y zapatos de marca, sus múltiples tarjetas de crédito, sus relojes costosos, y ahora este lujoso lugar, en su mente pensaba una y otra vez, en el encuentro inminente con su familia paterna.
Sabía que su abuela, era una médica pediatra, decana de la facultad de medicina de una de las más prestigiosas universidades de Bogotá, que además era la gerente y propietaria de la clínica de gineco obstetricia más grande del país.
Como serían los hermanos mayores de su padre y su abuelo, Andrés Felipe le había contado en una ocasión que también era militar como el, que era un general de la república.
Juan Andrés, estaba sintiéndose intimidado ante todo aquello, aunque nunca le había faltado nada en la vida, ya que desde que tenía memoria su mami había trabajado muy duro para proveerle todo lo necesario, siempre habían sido ellos dos contra el mundo, ya que su mami era huérfana, además el jamás había vivido rodeado de lujos.
No nunca había tenido trato con gente adinerada, como evidentemente lo serían los familiares de su padre, aquello le angustiaba.
Si no les agradaba a esos ricachones?, si lo miraban con desprecio? Si no sabía comportarse delante de esas personas?
Su papi era fabuloso, una maravilla de persona, de eso no había duda, sabía que él era el centro del universo para Andrés Felipe, pero como serían sus familiares?, esperaba que fueran personas sencillas y agradables al trato, porque no estaba dispuesto a tolerar humillaciones, desplantes o malos tratos de nadie hacia su mamita o hacia el mismo.
En que piensa tanto el sol del papa? Pregunto con ternura Andrés Felipe, a su hijo, interrumpiendo sus pensamientos, el cual se había sentado en una de las Poltronas de la sala como si estuviera de visita en un lugar extraño y hostil, Completamente cohibido de todo, lo cual noto de inmediato su sagaz y perceptivo padre.
Al mismo tiempo Angélica María, salía corriendo de forma intempestiva, completamente verde, con rumbo al baño de la habitación principal del apartamento, con la imperiosa Necesidad de descargar su atormentado estómago, dejando a padre e hijo a cuadros.
Amor, Angie, que tienes mi vida? Preguntaba angustiado Andrés Felipe, delante de la puerta del baño de la habitación principal del apartamento.
Solo podía escuchar el copioso sonido del vomito de Angélica María, el Capitán Contreras, por instinto, en automático tomo su móvil y busco el Número del servicio Médico domiciliario al cual estaba afiliado, angustiado solicito una consulta de inmediato para su amada.
El pesar de Juan Andrés, también era patente y lo manifestó sin más, ya que jamás en sus doce años de vida, recordaba haber visto a su enérgica mami enferma de algo que no fuera más que a lo sumo un resfriado.
MAMIIII, que tienes? Preguntaba Juan Andrés, con los ojitos llenos de lágrimas, porfa, ábrenos, deja que te ayudemos, Gelicaaa, mamiitaa, déjanos entrar, grito el niño, rompiendo en llanto, mientras tocaba la puerta del baño, completamente aterrado de saber a su madre en esa condición.
En ese instante salió del baño una sumamente pálida e indispuesta, pero siempre fuerte, Angélica María, abrazando de inmediato a sus hombres los cuales la miraban con angustia ante el incidente recién ocurrido.
Ya mis exagerados, estoy bien, secando con su pañuelo los ojitos de su hijo, seguro, solo fue algo que comí en el avión, manifestaba completamente en calma Angélica.
La cual fue guiada de inmediato a la enorme  cama de la habitación principal por sus amores, con el fin de que estuviera cómoda y reposara en lo que llegaba el medico a revisarla.
Ya que a pesar de las protestas de parte de la maestra y la insistencia en que era innecesario, Andrés Felipe, no estaría tranquilo hasta tener la opinión de un doctor, sobre la salud de su amada.
Media hora después de aquello, ingresaba al apartamento de la familia Contreras Torres, un médico general del grupo de medicina domiciliaria EMI, el cual aplico un completo y detallado examen médico a la maestra, con pruebas de reactivos de laboratorio incluidas, con el fin de descartar una intoxicación de cualquier tipo, sin encontrar nada extraño en la condición de salud de Angélica María.
Salvo un interesante indicio, el cual le comunico en voz baja al Capitán Andrés Contreras, y a la maestra, sugiriéndoles que realizaran un examen de sangre para confirmar lo que en ese momento era más que evidente.
Andrés Felipe, al escuchar aquello, cambio su gesto de preocupación por una enorme sonrisa y un brillo especial en los ojos, ante lo manifestado por el profesional de la salud y Angélica María por su parte no daba crédito a lo que escuchaba, pero prefirió guardar silencio hasta comprobarlo, con un examen de sangre.
Después de quitarle los zapatos, hacerla poner el pijama, cobijarla para que estuviera calentita y conseguir que se tomara un té en infusión, junto con un analgésico suave, por sugerencia médica, para que se tranquilizara un poco su agobiado estómago.
Andrés Felipe, noto que su Angie adorada, se había quedado profundamente dormida, no sin antes advertirle a su amado que ni una palabra a Juan Andrés, antes de que estuvieran 100% seguros de aquello.
Razón por la cual cerró las cortinas de la habitación y le indico con un gesto suave a Juancho que salieran de allí, para dejar descansar a su adorada.
Juan Andrés, de inmediato asedio a preguntas a su padre, sobre el estado de salud de su mamita, las cuales fueron contestadas con calma y un gesto Sumamente feliz y complacido por parte de su padre,
Lo que tranquilizo al chico bastante, al saber que la salud de su mami no corría ningún riesgo.
Poco después, el Capitán Contreras, llevaba a su retoño a una sumamente bien equipada y recientemente decorada habitación, la cual le indico que era la suya, dejando aún más sorprendido al niño por el amplio espacio, la súper genial decoración y todos los juguetes electrónicos que su padre había dispuesto para él.
Era un hecho, su padre no se andaba por las ramas al momento de hacer algo, era radical y no se media en gastos, como a cualquier chico de su edad, le había encantado todo aquello.
Había incluso un retro proyector de formato cine de última generación instalado, lo que le permitiría ver pelis como si estuviera en un teatro dentro de la comodidad de su habitación.
Todo aquello era novedoso, interesante sin duda, aunque en ese momento le parecía estar observando el espacio personal de otro niño, no sentía todo aquello como propio, en ese aspecto de su personalidad Juan Andrés, era sumamente parecido a su madre.
Él no era un niño que precisara de grandes lujos o comodidades para divertirse, el disfrutaba más de jugar fuera, de trepar árboles, de jugar a la pelota, de montar en bici, de nadar, los juguetes electrónicos le gustaban obviamente, pero no de la forma en que quizás a otros chicos de su edad.
Amaba a su padre con cada fibra de su ser, simplemente porque era su papito, no por su dinero, o los grandes lujos y comodidades que le pudiera representar, ser hijo del Capitán Andrés Felipe Contreras, de todos modos sabía que su padre había dispuesto todo aquello para el de corazón, con todo el amor del que era capaz, así que se lo agradecería lo mejor que pudiera.


Que te parece? Inquirió a su niño, con cierta ansiedad Andrés Felipe, te gusta? O deseas cambiarle algo? O lo cambiamos todo mi vida?
Me encanto papito, muchísimas gracias dijo el mocoso, con una bella sonrisa en el rostro y colgándosele  del cuello con sus brazos  y de la cintura de su padre con ambas piernas, con una habilidad felina, en fracciones de segundo.
Había escalado a su padre como si fuera un árbol, para darle muchísimos besitos en las mejillas y abrasarlo con fuerza.
Sorprendido Andrés Felipe, para quien todas esas muestras de afecto de parte de su niño, le resultaban novedosas, ya que su padre jamás le había tratado con mimos o incluso cariño a él, también le agradaban demasiado, su hijito lo amaba con todo su ser, no sentía empacho de demostrárselo y eso lo hacía sentir feliz y vivo.
Luego, de aquello, después de instalar a Juan Andrés, en su habitación e indicarle cómo funcionaba todo lo electrónico del que sería su espacio, Andrés Felipe, se sentó junto a su hijo en un cómodo sofá de la habitación.
Poniendo Juan Andrés, su cabecita sobre las piernas de su papi, mientras este le pasaba los dedos de la mano derecha por el cabello como peinándolo, lo que relajo al pequeño demasiado, casi al punto de darle sueño.
Hijo de mi corazón, quieres contarle al papa, que te tenía tan pensativo y con cara de preocupación, cuando llegamos al apartamento? Pregunto de forma suave y pausada Andrés Felipe a su niño.
Esteeee, pa, lo que pasa es…que, Ashhh, te voy a contar, pero no te enojes conmigo vale? Pregunto con un gesto mimoso Juan Andrés, mirando el rostro Relajado y la mirada curiosa de su padre, mientras se acomodaba aún mejor sobre las piernas de este.
Dime mi príncipe, cuéntale al papa, que te está molestando por fa, el cambio de clima?, la ciudad tan agitada? No te gusta el apartamento acaso?
Nop, nada de eso papito, contesto Juan Andrés, todo en este viaje salvo la maluquera que le dio a la mama, ha estado genial, lo que me tiene pensativo, es que mañana vamos a ir a conocer a mi abuelita, a la doctora Lina Patricia.  Además tú me dijiste que los tíos vienen en camino desde el extranjero también, porque los mandaste llamar para reunirse todos aquí.
Cierto mi príncipe, contesto Andrés Felipe, sin dejar de acariciar con suavidad, la cabellera de su hijo, organice una reunión familiar para presentarles a Gelica y a mi hijo amado,  aunque para tu abuelita será sorpresa, eso te preocupa acaso? Te dan nervios de conocer a la mamita y los hermanos mayores del papa?
Sí señor, me da pánico, contesto con un pucherito en el rostro el niño, sin dejar de mirar los profundos y expresivos ojos de su padre, los cuales le trasmitían una infinita sensación de seguridad.
Te imaginas donde no les caigamos bien mi mami y yo?, si son odiosos?, si nos tratan con desprecio?, eso sería muy feo afirmo con un poco de nervios y algo de molestia Juan Andrés.
Mi príncipe, nada de eso debe preocuparte, tu abuelita y tus tíos, son muy buenas personas, de seguro se volverán locos de felicidad al conocerte, aunque de fijo harán muchísimas preguntas.
Ya que al igual que yo hace un par de meses, ellos no saben nada sobre tu existencia, afirmo seguro su padre.
Pero créeme que serás acogido y tratado como lo que eres mi vida, como un príncipe, sobre todo por parte de tu abuelita que de fijo querrá monopolizarte, jajajajajaja, ya que eres el peque de su peque, yo soy su hijo menor mi vida.
Te pido que tengas paciencia mi ángel, de parte de ellos, ni tu mami ni tú mismo van a recibir rechazo alguno, pero probablemente, si demasiada atención, ya que tus tíos, mi hermana Patricia y mi hermano Mauricio Hernando, se sienten un poco mis padres también, ya que cuando yo nací ellos ya eran adolescentes y debido a que los abuelitos trabajaban muchas horas, y los tres permanecíamos con una nana, ellos cuidaron mucho de mí, yo era su hermanito bebe, así que tienen una cierta tendencia a ser sobre protectores, pero no lo hacen con mala intención mi vida.
Bueno, si tú lo dices, que ellos son buenas gentes, yo te creo papi, afirmo más relajado Juan Andrés, pero prepárate porque la abue, seguro te va a regañar mucho, por mantenerme en secreto hasta ahora JIJIJIJIJI, afirmo burlonamente y Sacándole la lengua a su padre.
El cual le contesto UYYYY, seguro que sí, pero Yo deseo que sea sorpresa,  bien valdrá la pena, el enojo inicial, por ver su cara de felicidad al conocer a su hermoso nieto, además te cuento príncipe, que eres el único nieto varón, ya que solo tienes primas por parte de tus tíos, afirmo con un cierto grado de orgullo y satisfacción el militar al saber su apellido y legado a salvo en Juan Andrés.
WTF? Pregunto divertido Juan Andrés, ósea que no tengo primos?, solo son niñas?
Así es mi vida, contesto sonriente su padre, y eso es algo que últimamente había traído con neurosis a tu abuelo Hernando, temiendo por la continuidad de su apellido, ya que según el ninguno de sus hijos varones había sido capaz de darle un nieto.
El abuelo es bastante bravo no? Pregunto Juan Andrés, con muchísima curiosidad por este hombre, por este señor cuya existencia, hábitos y forma de pensar desconocía y por el cual sentía una extraña necesidad de verlo cara a cara, a pesar de lo intimidante que segurito seria.
Hijo mío, tu abuelo nunca fue demasiado cercano a nosotros, muy a mi pesar, ya que es mi padre, lo respeto, lo admiro y siempre trate de ser digno de su amor, aunque no sé si algún día lo logre en realidad, quizás tu tengas más éxito en eso que yo, contesto con algo de nostalgia y una cierta tristeza que se reflejó en su mirada el oficial militar.
Pero bueno bebe, dijo Andrés Felipe, poniendo cara alegre nuevamente, deja me doy un duchazo rápido, me cambio y salimos juntos a comer pizza a gran estación, seguro tienes hambre igual que yo, pero no deseo alejarme demasiado del sector, para estar al pendiente de la mama, por si despierta y desea cenar algo.
Andrés Felipe, se dirigió raudo a tomar una ducha, mientras Juan Andrés, se había quitado la chaqueta térmica, las botas, los calcetines, los guantes, la camiseta, a fin de cuentas el termostato había dejado el apartamento calentito, así que no había lio con andar cómodo por el lugar.
Estaba descalzo, solo con el jean y el busito esqueleto que su papi le había puesto antes de viajar, explorando el lugar con calma, familiarizándose con el entorno, cuando sintió un poco de sed, por lo que se dirigió al nevecon de la cocina y de este saco una coca en lata la cual se preparó con unos cubos de hielo y el zumo de medio limón.
El chico se encontraba recostado en el sofá de la sala, medio vestido, tomándose su coca especial y cambiando al azar con el control remoto los canales de música del sistema satelital multimedia de la sala del Apartamento.
Estaba absorto en sus pensamientos, muy relajado, cuando súbitamente, noto como se abría la puerta principal del Apartamento y hacia su ingreso una señora, a la cual reconoció de inmediato.
La había visto antes por las fotografías que de ella tenía en su móvil su padre, era la doctora Lina Patricia, su abuela, el chico el cual estaba desparramado en el sofá, reacciono sentándose derechito en el mismo y por alguna razón no logro articular palabra, solo se quedó mirándola con esos grandes y expresivos ojos color miel y con carita nerviosa, mordiéndose el labio inferior un poco.
Lina Patricia Caicedo, una avezada médico pediatra, acostumbrada a trabajar bajo presión, quedo petrificada a mitad de la sala del normalmente desierto apartamento de su hijo menor, observando a este niño, a esta copia al carbón de Andrés Felipe, el cual la miraba con esos hermosos ojos color miel, grandes, expresivos, idénticos a los de su bebe.
Terminaba su jornada de trabajo en la dirección de la clínica materno infantil, salía con la intención de dirigirse con rumbo a la universidad del rosario, en la cual era decana de la facultad de medicina, a continuar con sus actividades de rutina, acababa de subirse a su automóvil, cuando un mensaje de  alerta llego a su Smart phone, este indicaba que el sistema de monitoreo y alarma del apartamento de su hijo menor había sido desactivado.
Esto le causo curiosidad, ya que no era día de aseo en el inmueble, entonces por lógica, si no era la encargada de mantener el lugar limpio, entonces debía ser su niño que había llegado a la ciudad, proveniente de Cúcuta, el carajito este siempre se me aparece por sorpresa en el consultorio, así que esta vez seré yo quien lo sorprenda a él, pensó divertida la médico, la cual paso Rápidamente por baskin robins y compro un pote tamaño familiar de repugnante helado de chicle para su “niño”, ya que sabía que a su hijo menor ese sabor tan “particular” le encantaba, pero lo último que esperaba Lina Patricia, al ingresar al lugar era encontrar a su hijo rejuvenecido, a Andrés Felipe, en versión de 12 años.
Hola hermoso, dijo a manera de saludo Lina Patricia Caicedo, acercándose lentamente hasta el sofá en donde Juan Andrés, la observaba con algo de nervios y mucha curiosidad.
Buenas noches, doctora Lina, contesto el pequeño, muy propio extendiéndole su manito derecha a manera de saludo, tratando de lucir gallardo y hasta formal, a pesar de su facha, pero como carajos se iba a imaginar que su abuela se aparecería por sorpresa allí mismo, ese día.

Al estrechar la tibia mano de Juan Andrés, el corazón de la médico salto dentro de su pecho, sintiendo como una especie de electricidad recorría todo su ser, al mismo tiempo que una infinita ternura la invadía por asalto, de Sorpresa, Como sabes quién soy pequeñito? Inquirió llena de curiosidad y asombro la médico, aun más enternecida, ya que hasta el tono de voz de este hermoso niño era idéntico al de su hijo menor.
Claro que se cómo te llamas, lo se hace ratooo, dijo con una sonrisita y una mirada picara en su tierno rostro Juan Andrés, divertido ante la cara de evidente asombro en el rostro de Lina Patricia, además al sostener la firme, cálida y suave mano de su abuelita entre la suya, había perdido de inmediato cualquier inhibición o inseguridad, era su abuelita, era parte de su familia, así Aun ella no lo supiera y este era un momento más que perfecto para divertirse un poco a su costa.
Cómo te llamas pequeñito hermoso? pregunto absolutamente enternecida, Lina Patricia, sin poder dejar de mirar ese rostro tan bello y familiar para ella y sin lograr aun soltarle la manito al niño.
Me llamo Andrés, dijo el mocoso, en tono tierno, absolutamente divertido a punto de soltar la risa ante la más que evidente confusión que demostraba su abuelita, debido a  su presencia, el sabia de que iba todo aquello.
El parecido físico con su padre era más que evidente y eso tenía la cabeza de su abuela dando tumbos, sin poder procesar que estaba sucediendo en ese instante.
Trajiste helado de chicle de baskin robins, que ricooo, dijo Juan Andrés, entrecerrando un poco los ojos al tiempo que sonreía, otro gesto de Andrés Felipe, que su hijo había heredado de él y que fue el golpe definitivo a los Nervios y la compostura de Lina Patricia Caicedo, esto último claro sucedió de forma natural no fue premeditado por el niño.
Te puedo dar un abraso niñito hermoso? pregunto con los ojos llenos de lágrimas la doctora Caicedo, el ser racional que había en ella, el médico, no lograba explicar de forma coherente que sucedía, pero su corazón de madre le estaba pidiendo a gritos que estrechara entre sus brazos a ese pequeño de inmediato.
Claro que puedes, es más estaba deseando darte un abracito de oso, (jejejejeje, rio para sus adentros el mocoso con malicia, ya que estaba usando algo intimo que su padre le había contado, algo de su niñez, una expresión que usaban su madre y el).
La doctora Caicedo, completamente emocionada, abraso fuerte entre sus brazos a Juan Andrés, acunándolo, y eso fue todo lo que pudo resistir para no romper en llanto, este niño olía igual que Andrés Felipe, la misma fragancia de Hugo Boss que su hijo menor había usado toda la vida, así que de improviso rompió en un llanto sentido y emocionado ISHH, ISHH, ISHHH, mi niño, mi bebe, mi hijito, pero cómo es esto posible?
La Doctora Lina Patricia, no lograba contener las lágrimas plenas de emoción y sentimientos cálidos que desbordaban por sus ojos en ese momento, lo cual puso en alerta a Juan Andrés, el que se asustó un poco ante la reacción de su abuelita, vamos que la idea era gozársela un poco, se trataba de gastarle una bromita inocente, tampoco deseaba ocasionarle una crisis nerviosa a la madre de su padre.
Oye, shhh, shhh, cálmate, le dijo al oído con infinita ternura Juan Andrés, al tiempo que intensificaba su abraso, no te pongas así, mira que me vas a poner triste también a mí, y no deseo que nuestro primer encuentro sea un drama ABUELITA.
ABUELITA? Dijo en tono de interrogante una muy sorprendida Lina Patricia, despegándose un poco de el niño para verlo directo a los ojos nuevamente, como me llamaste príncipe? Pregunto absolutamente impactada.
Sip, te llame abuelita, porque eso eres, eres mi abuela, la mama de mi papito, te voy a decir la verdad, ya que veo que te me estas poniendo como mal por la emoción, me llamo Juan Andrés Contreras Torres, soy el hijo del Capitán Andrés Felipe, de tu hijo menor, afirmo con ternura el mocoso.
Santo DIOS, dijo Lina María, a mí me va a dar algo, como así?, porque no sabía nada sobre ti mi niño? GRRRRR, donde esta Andrés Felipe Contreras Caicedo, este carajito me debe una muy buena explicación y me la tiene que dar ahora mismo.
En ese mismo instante salía por el corredor del apartamento, vestido con un mono deportivo y tenis Andrés Felipe, el cual quedo de una pieza, al ver a su Madre, en la sala, totalmente emocionada, con su niño aun en brazos, la cual al percatarse de su presencia lo fulmino con la mirada, al tiempo que en tono severo le cuestionaba a su hijo menor, de la siguiente forma: ANDRES FELIPE CONTRERAS CAICEDO, ¿ME QUIERES EXPLICAR QUE CARAJOS ESTA PASANDO?




4 comentarios:

  1. Como lo dejas asi continúala pronto por favor.

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  2. Estoy de acuerdo con Taz ... como lo desjas asi ... porfa no tardes ... me encanta tu historia !!!

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  3. Ohhh Angelica embarazada.... que cool...

    Me encanta como va la historia... espero con ansias... la conti... a ver como actual el super capital Contreras delante de su madre jajajajja. Felicitaciones Andres... buen capi

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  4. Precioso encuentro, me emocioné yo también, ejeje!!!
    Adoro el trato tan dulce y gentil que se tienen, es muy enternecedor!! Muy bonito capítulo!!! Bello el encuentro, perfecto e inesperado... ya para qué encontrarse con el abuelo? Con la abuelita es suficiente, no? jajaja!

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