SI ODIO TODO SOBRE USTED, PORQUE DEBO
AMARLO?
CAPITULO 10
La familia Contreras Torres,
desembarcaba, poco después de dar las cuatro de la tarde, en el Aero puerto el
Dorado, en la ciudad de Bogotá, en la puerta de arribos nacionales, habían
llegado en un vuelo de Satena, proveniente de la Ciudad de Cúcuta.
Andrés Felipe y Angélica
María, hacían maromas con las maletas, ya que la maestra, como buena chica
fashionista que era, había traído exceso de equipaje, mientras un muy divertido,
pero perfectamente bien abrigado Juan Andrés, observaba a sus padres
“discutiendo”, sobre cómo le iban a hacer para tomar un taxi, que se animara a
llevarlos con tanta maleta.
Finalmente, ante la evidente
imposibilidad de conseguir un taxi, debido a la enorme afluencia de viajeros y
su exceso de maletas, Andrés Felipe,
hiso un par de llamadas al Capitán Camilo Prieto, el cual les envió una
camioneta Militar, proveniente de la dirección de inteligencia del Ejército
Colombiano, con el fin de trasladarlos hasta su destino.
Durante el trayecto desde el
Aero puerto hasta el apartamento en ciudad salitre, un desarrollo residencial
ubicado en pleno corazón administrativo y comercial de la ciudad, en la zona
del CAN (centro administrativo nacional), Angélica María, había palidecido en
varias ocasiones, manifestó sentirse mareada y con unas profundas nauseas,
culpando de esta condición al cambio de altura y seguramente a la comida del
avión.
Llegando una hora después al
Apartamento de soltero que el Capitán Contreras, tenía amoblado y dispuesto,
para cuando se encontraba en la Capital, el hombre siempre había sido un poco
quisquilloso en cuanto a su Privacidad, por alguna extraña razón, y muy a
disgusto de la doctora Lina Patricia, su madre, el militar no gustaba de llegar
a instalarse en su casa paterna.
Una vez hubieron atravesado,
tres anillos de seguridad distintos, ya que el edificio parecía una autentica
fortaleza, hicieron el ingreso al lugar. Bienvenidos a su apartamento, mis
amores manifestó Andrés Felipe, a unos muy sorprendidos Angélica María y Juan
Andrés, ya que el lugar en comparación a su departamento de Cúcuta, era enorme,
muy espacioso, finamente amoblado, con todas las comodidades modernas, incluso
tenia chimenea, pero el lugar acusaba una infinita soledad, desapego y tristeza.
Esta enormidad es tuya amor?
Pregunto curiosa Angélica María, a su oficial militar el cual se sentía
absolutamente feliz de tener a su futura esposa y su Amado hijo, junto a él en
aquel lujoso sitio, el cual a pesar de ser suyo, muy rara vez visitaba.
No es mío, Es nuestro amor,
contesto Andrés Felipe, es un lugar de descanso, cuando me encuentro en Bogotá,
una persona viene dos veces a la semana a realizar el aseo, aunque debo
confesarte que vengo muy poco.
MOOOLA, manifestó Juan
Andrés, este lugar es enorme, pero algo frio no creen?, pregunto temblando un
poco el niño, mientras su padre de forma rápida regulaba el termostato
electrónico del apartamento para calentarlo, ya que en efecto parecía una tumba
de lo gris y frio que estaba.
Al observar detalladamente,
el estilo de vida de su padre, su celular de gama alta, sus lociones finas, sus
ropas y zapatos de marca, sus múltiples tarjetas de crédito, sus relojes
costosos, y ahora este lujoso lugar, en su mente pensaba una y otra vez, en el
encuentro inminente con su familia paterna.
Sabía que su abuela, era una
médica pediatra, decana de la facultad de medicina de una de las más
prestigiosas universidades de Bogotá, que además era la gerente y propietaria
de la clínica de gineco obstetricia más grande del país.
Como serían los hermanos
mayores de su padre y su abuelo, Andrés Felipe le había contado en una ocasión
que también era militar como el, que era un general de la república.
Juan Andrés, estaba
sintiéndose intimidado ante todo aquello, aunque nunca le había faltado nada en
la vida, ya que desde que tenía memoria su mami había trabajado muy duro para
proveerle todo lo necesario, siempre habían sido ellos dos contra el mundo, ya
que su mami era huérfana, además el jamás había vivido rodeado de lujos.
No nunca había tenido trato
con gente adinerada, como evidentemente lo serían los familiares de su padre,
aquello le angustiaba.
Si no les agradaba a esos
ricachones?, si lo miraban con desprecio? Si no sabía comportarse delante de
esas personas?
Su papi era fabuloso, una
maravilla de persona, de eso no había duda, sabía que él era el centro del
universo para Andrés Felipe, pero como serían sus familiares?, esperaba que
fueran personas sencillas y agradables al trato, porque no estaba dispuesto a
tolerar humillaciones, desplantes o malos tratos de nadie hacia su mamita o
hacia el mismo.
En que piensa tanto el sol
del papa? Pregunto con ternura Andrés Felipe, a su hijo, interrumpiendo sus
pensamientos, el cual se había sentado en una de las Poltronas de la sala como
si estuviera de visita en un lugar extraño y hostil, Completamente cohibido de
todo, lo cual noto de inmediato su sagaz y perceptivo padre.
Al mismo tiempo Angélica
María, salía corriendo de forma intempestiva, completamente verde, con rumbo al
baño de la habitación principal del apartamento, con la imperiosa Necesidad de
descargar su atormentado estómago, dejando a padre e hijo a cuadros.
Amor, Angie, que tienes mi
vida? Preguntaba angustiado Andrés Felipe, delante de la puerta del baño de la
habitación principal del apartamento.
Solo podía escuchar el
copioso sonido del vomito de Angélica María, el Capitán Contreras, por
instinto, en automático tomo su móvil y busco el Número del servicio Médico
domiciliario al cual estaba afiliado, angustiado solicito una consulta de inmediato
para su amada.
El pesar de Juan Andrés,
también era patente y lo manifestó sin más, ya que jamás en sus doce años de
vida, recordaba haber visto a su enérgica mami enferma de algo que no fuera más
que a lo sumo un resfriado.
MAMIIII, que tienes?
Preguntaba Juan Andrés, con los ojitos llenos de lágrimas, porfa, ábrenos, deja
que te ayudemos, Gelicaaa, mamiitaa, déjanos entrar, grito el niño, rompiendo
en llanto, mientras tocaba la puerta del baño, completamente aterrado de saber
a su madre en esa condición.
En ese instante salió del
baño una sumamente pálida e indispuesta, pero siempre fuerte, Angélica María,
abrazando de inmediato a sus hombres los cuales la miraban con angustia ante el
incidente recién ocurrido.
Ya mis exagerados, estoy
bien, secando con su pañuelo los ojitos de su hijo, seguro, solo fue algo que
comí en el avión, manifestaba completamente en calma Angélica.
La cual fue guiada de
inmediato a la enorme cama de la
habitación principal por sus amores, con el fin de que estuviera cómoda y
reposara en lo que llegaba el medico a revisarla.
Ya que a pesar de las
protestas de parte de la maestra y la insistencia en que era innecesario,
Andrés Felipe, no estaría tranquilo hasta tener la opinión de un doctor, sobre
la salud de su amada.
Media hora después de
aquello, ingresaba al apartamento de la familia Contreras Torres, un médico
general del grupo de medicina domiciliaria EMI, el cual aplico un completo y
detallado examen médico a la maestra, con pruebas de reactivos de laboratorio
incluidas, con el fin de descartar una intoxicación de cualquier tipo, sin
encontrar nada extraño en la condición de salud de Angélica María.
Salvo un interesante indicio,
el cual le comunico en voz baja al Capitán Andrés Contreras, y a la maestra, sugiriéndoles
que realizaran un examen de sangre para confirmar lo que en ese momento era más
que evidente.
Andrés Felipe, al escuchar
aquello, cambio su gesto de preocupación por una enorme sonrisa y un brillo
especial en los ojos, ante lo manifestado por el profesional de la salud y
Angélica María por su parte no daba crédito a lo que escuchaba, pero prefirió
guardar silencio hasta comprobarlo, con un examen de sangre.
Después de quitarle los
zapatos, hacerla poner el pijama, cobijarla para que estuviera calentita y
conseguir que se tomara un té en infusión, junto con un analgésico suave, por
sugerencia médica, para que se tranquilizara un poco su agobiado estómago.
Andrés Felipe, noto que su
Angie adorada, se había quedado profundamente dormida, no sin antes advertirle
a su amado que ni una palabra a Juan Andrés, antes de que estuvieran 100%
seguros de aquello.
Razón por la cual cerró las
cortinas de la habitación y le indico con un gesto suave a Juancho que salieran
de allí, para dejar descansar a su adorada.
Juan Andrés, de inmediato
asedio a preguntas a su padre, sobre el estado de salud de su mamita, las
cuales fueron contestadas con calma y un gesto Sumamente feliz y complacido por
parte de su padre,
Lo que tranquilizo al chico
bastante, al saber que la salud de su mami no corría ningún riesgo.
Poco después, el Capitán
Contreras, llevaba a su retoño a una sumamente bien equipada y recientemente decorada
habitación, la cual le indico que era la suya, dejando aún más sorprendido al
niño por el amplio espacio, la súper genial decoración y todos los juguetes
electrónicos que su padre había dispuesto para él.
Era un hecho, su padre no se
andaba por las ramas al momento de hacer algo, era radical y no se media en
gastos, como a cualquier chico de su edad, le había encantado todo aquello.
Había incluso un retro
proyector de formato cine de última generación instalado, lo que le permitiría
ver pelis como si estuviera en un teatro dentro de la comodidad de su
habitación.
Todo aquello era novedoso,
interesante sin duda, aunque en ese momento le parecía estar observando el
espacio personal de otro niño, no sentía todo aquello como propio, en ese
aspecto de su personalidad Juan Andrés, era sumamente parecido a su madre.
Él no era un niño que
precisara de grandes lujos o comodidades para divertirse, el disfrutaba más de
jugar fuera, de trepar árboles, de jugar a la pelota, de montar en bici, de
nadar, los juguetes electrónicos le gustaban obviamente, pero no de la forma en
que quizás a otros chicos de su edad.
Amaba a su padre con cada
fibra de su ser, simplemente porque era su papito, no por su dinero, o los
grandes lujos y comodidades que le pudiera representar, ser hijo del Capitán
Andrés Felipe Contreras, de todos modos sabía que su padre había dispuesto todo
aquello para el de corazón, con todo el amor del que era capaz, así que se lo
agradecería lo mejor que pudiera.
Que te parece? Inquirió a su
niño, con cierta ansiedad Andrés Felipe, te gusta? O deseas cambiarle algo? O
lo cambiamos todo mi vida?
Me encanto papito, muchísimas
gracias dijo el mocoso, con una bella sonrisa en el rostro y colgándosele del cuello con sus brazos y de la cintura de su padre con ambas
piernas, con una habilidad felina, en fracciones de segundo.
Había escalado a su padre como
si fuera un árbol, para darle muchísimos besitos en las mejillas y abrasarlo
con fuerza.
Sorprendido Andrés Felipe,
para quien todas esas muestras de afecto de parte de su niño, le resultaban
novedosas, ya que su padre jamás le había tratado con mimos o incluso cariño a
él, también le agradaban demasiado, su hijito lo amaba con todo su ser, no
sentía empacho de demostrárselo y eso lo hacía sentir feliz y vivo.
Luego, de aquello, después de
instalar a Juan Andrés, en su habitación e indicarle cómo funcionaba todo lo
electrónico del que sería su espacio, Andrés Felipe, se sentó junto a su hijo
en un cómodo sofá de la habitación.
Poniendo Juan Andrés, su
cabecita sobre las piernas de su papi, mientras este le pasaba los dedos de la
mano derecha por el cabello como peinándolo, lo que relajo al pequeño
demasiado, casi al punto de darle sueño.
Hijo de mi corazón, quieres
contarle al papa, que te tenía tan pensativo y con cara de preocupación, cuando
llegamos al apartamento? Pregunto de forma suave y pausada Andrés Felipe a su
niño.
Esteeee, pa, lo que pasa es…que,
Ashhh, te voy a contar, pero no te enojes conmigo vale? Pregunto con un gesto
mimoso Juan Andrés, mirando el rostro Relajado y la mirada curiosa de su padre,
mientras se acomodaba aún mejor sobre las piernas de este.
Dime mi príncipe, cuéntale al
papa, que te está molestando por fa, el cambio de clima?, la ciudad tan
agitada? No te gusta el apartamento acaso?
Nop, nada de eso papito,
contesto Juan Andrés, todo en este viaje salvo la maluquera que le dio a la
mama, ha estado genial, lo que me tiene pensativo, es que mañana vamos a ir a
conocer a mi abuelita, a la doctora Lina Patricia. Además tú me dijiste que los tíos vienen en
camino desde el extranjero también, porque los mandaste llamar para reunirse
todos aquí.
Cierto mi príncipe, contesto
Andrés Felipe, sin dejar de acariciar con suavidad, la cabellera de su hijo, organice
una reunión familiar para presentarles a Gelica y a mi hijo amado, aunque para tu abuelita será sorpresa, eso te
preocupa acaso? Te dan nervios de conocer a la mamita y los hermanos mayores
del papa?
Sí señor, me da pánico,
contesto con un pucherito en el rostro el niño, sin dejar de mirar los
profundos y expresivos ojos de su padre, los cuales le trasmitían una infinita
sensación de seguridad.
Te imaginas donde no les
caigamos bien mi mami y yo?, si son odiosos?, si nos tratan con desprecio?, eso
sería muy feo afirmo con un poco de nervios y algo de molestia Juan Andrés.
Mi príncipe, nada de eso debe
preocuparte, tu abuelita y tus tíos, son muy buenas personas, de seguro se
volverán locos de felicidad al conocerte, aunque de fijo harán muchísimas
preguntas.
Ya que al igual que yo hace
un par de meses, ellos no saben nada sobre tu existencia, afirmo seguro su
padre.
Pero créeme que serás acogido
y tratado como lo que eres mi vida, como un príncipe, sobre todo por parte de
tu abuelita que de fijo querrá monopolizarte, jajajajajaja, ya que eres el
peque de su peque, yo soy su hijo menor mi vida.
Te pido que tengas paciencia
mi ángel, de parte de ellos, ni tu mami ni tú mismo van a recibir rechazo
alguno, pero probablemente, si demasiada atención, ya que tus tíos, mi hermana
Patricia y mi hermano Mauricio Hernando, se sienten un poco mis padres también,
ya que cuando yo nací ellos ya eran adolescentes y debido a que los abuelitos
trabajaban muchas horas, y los tres permanecíamos con una nana, ellos cuidaron
mucho de mí, yo era su hermanito bebe, así que tienen una cierta tendencia a
ser sobre protectores, pero no lo hacen con mala intención mi vida.
Bueno, si tú lo dices, que
ellos son buenas gentes, yo te creo papi, afirmo más relajado Juan Andrés, pero
prepárate porque la abue, seguro te va a regañar mucho, por mantenerme en
secreto hasta ahora JIJIJIJIJI, afirmo burlonamente y Sacándole la lengua a su
padre.
El cual le contesto UYYYY,
seguro que sí, pero Yo deseo que sea sorpresa,
bien valdrá la pena, el enojo inicial, por ver su cara de felicidad al
conocer a su hermoso nieto, además te cuento príncipe, que eres el único nieto
varón, ya que solo tienes primas por parte de tus tíos, afirmo con un cierto
grado de orgullo y satisfacción el militar al saber su apellido y legado a
salvo en Juan Andrés.
WTF? Pregunto divertido Juan
Andrés, ósea que no tengo primos?, solo son niñas?
Así es mi vida, contesto
sonriente su padre, y eso es algo que últimamente había traído con neurosis a
tu abuelo Hernando, temiendo por la continuidad de su apellido, ya que según el
ninguno de sus hijos varones había sido capaz de darle un nieto.
El abuelo es bastante bravo
no? Pregunto Juan Andrés, con muchísima curiosidad por este hombre, por este
señor cuya existencia, hábitos y forma de pensar desconocía y por el cual
sentía una extraña necesidad de verlo cara a cara, a pesar de lo intimidante
que segurito seria.
Hijo mío, tu abuelo nunca fue
demasiado cercano a nosotros, muy a mi pesar, ya que es mi padre, lo respeto,
lo admiro y siempre trate de ser digno de su amor, aunque no sé si algún día lo
logre en realidad, quizás tu tengas más éxito en eso que yo, contesto con algo
de nostalgia y una cierta tristeza que se reflejó en su mirada el oficial
militar.
Pero bueno bebe, dijo Andrés
Felipe, poniendo cara alegre nuevamente, deja me doy un duchazo rápido, me
cambio y salimos juntos a comer pizza a gran estación, seguro tienes hambre
igual que yo, pero no deseo alejarme demasiado del sector, para estar al
pendiente de la mama, por si despierta y desea cenar algo.
Andrés Felipe, se dirigió
raudo a tomar una ducha, mientras Juan Andrés, se había quitado la chaqueta
térmica, las botas, los calcetines, los guantes, la camiseta, a fin de cuentas
el termostato había dejado el apartamento calentito, así que no había lio con
andar cómodo por el lugar.
Estaba descalzo, solo con el
jean y el busito esqueleto que su papi le había puesto antes de viajar, explorando
el lugar con calma, familiarizándose con el entorno, cuando sintió un poco de
sed, por lo que se dirigió al nevecon de la cocina y de este saco una coca en
lata la cual se preparó con unos cubos de hielo y el zumo de medio limón.
El chico se encontraba
recostado en el sofá de la sala, medio vestido, tomándose su coca especial y
cambiando al azar con el control remoto los canales de música del sistema
satelital multimedia de la sala del Apartamento.
Estaba absorto en sus
pensamientos, muy relajado, cuando súbitamente, noto como se abría la puerta
principal del Apartamento y hacia su ingreso una señora, a la cual reconoció de
inmediato.
La había visto antes por las
fotografías que de ella tenía en su móvil su padre, era la doctora Lina
Patricia, su abuela, el chico el cual estaba desparramado en el sofá, reacciono
sentándose derechito en el mismo y por alguna razón no logro articular palabra,
solo se quedó mirándola con esos grandes y expresivos ojos color miel y con
carita nerviosa, mordiéndose el labio inferior un poco.
Lina Patricia Caicedo, una
avezada médico pediatra, acostumbrada a trabajar bajo presión, quedo
petrificada a mitad de la sala del normalmente desierto apartamento de su hijo
menor, observando a este niño, a esta copia al carbón de Andrés Felipe, el cual
la miraba con esos hermosos ojos color miel, grandes, expresivos, idénticos a
los de su bebe.
Terminaba su jornada de
trabajo en la dirección de la clínica materno infantil, salía con la intención
de dirigirse con rumbo a la universidad del rosario, en la cual era decana de
la facultad de medicina, a continuar con sus actividades de rutina, acababa de
subirse a su automóvil, cuando un mensaje de alerta llego a su Smart phone, este indicaba
que el sistema de monitoreo y alarma del apartamento de su hijo menor había
sido desactivado.
Esto le causo curiosidad, ya
que no era día de aseo en el inmueble, entonces por lógica, si no era la
encargada de mantener el lugar limpio, entonces debía ser su niño que había
llegado a la ciudad, proveniente de Cúcuta, el carajito este siempre se me aparece
por sorpresa en el consultorio, así que esta vez seré yo quien lo sorprenda a él,
pensó divertida la médico, la cual paso Rápidamente por baskin robins y compro
un pote tamaño familiar de repugnante helado de chicle para su “niño”, ya que
sabía que a su hijo menor ese sabor tan “particular” le encantaba, pero lo
último que esperaba Lina Patricia, al ingresar al lugar era encontrar a su hijo
rejuvenecido, a Andrés Felipe, en versión de 12 años.
Hola hermoso, dijo a manera
de saludo Lina Patricia Caicedo, acercándose lentamente hasta el sofá en donde
Juan Andrés, la observaba con algo de nervios y mucha curiosidad.
Buenas noches, doctora Lina,
contesto el pequeño, muy propio extendiéndole su manito derecha a manera de saludo,
tratando de lucir gallardo y hasta formal, a pesar de su facha, pero como
carajos se iba a imaginar que su abuela se aparecería por sorpresa allí mismo,
ese día.
Al estrechar la tibia mano de
Juan Andrés, el corazón de la médico salto dentro de su pecho, sintiendo como
una especie de electricidad recorría todo su ser, al mismo tiempo que una
infinita ternura la invadía por asalto, de Sorpresa, Como sabes quién soy
pequeñito? Inquirió llena de curiosidad y asombro la médico, aun más
enternecida, ya que hasta el tono de voz de este hermoso niño era idéntico al
de su hijo menor.
Claro que se cómo te llamas,
lo se hace ratooo, dijo con una sonrisita y una mirada picara en su tierno
rostro Juan Andrés, divertido ante la cara de evidente asombro en el rostro de
Lina Patricia, además al sostener la firme, cálida y suave mano de su abuelita
entre la suya, había perdido de inmediato cualquier inhibición o inseguridad,
era su abuelita, era parte de su familia, así Aun ella no lo supiera y este era
un momento más que perfecto para divertirse un poco a su costa.
Cómo te llamas pequeñito
hermoso? pregunto absolutamente enternecida, Lina Patricia, sin poder dejar de
mirar ese rostro tan bello y familiar para ella y sin lograr aun soltarle la
manito al niño.
Me llamo Andrés, dijo el
mocoso, en tono tierno, absolutamente divertido a punto de soltar la risa ante
la más que evidente confusión que demostraba su abuelita, debido a su presencia, el sabia de que iba todo
aquello.
El parecido físico con su
padre era más que evidente y eso tenía la cabeza de su abuela dando tumbos, sin
poder procesar que estaba sucediendo en ese instante.
Trajiste helado de chicle de
baskin robins, que ricooo, dijo Juan Andrés, entrecerrando un poco los ojos al
tiempo que sonreía, otro gesto de Andrés Felipe, que su hijo había heredado de
él y que fue el golpe definitivo a los Nervios y la compostura de Lina Patricia
Caicedo, esto último claro sucedió de forma natural no fue premeditado por el
niño.
Te puedo dar un abraso niñito
hermoso? pregunto con los ojos llenos de lágrimas la doctora Caicedo, el ser
racional que había en ella, el médico, no lograba explicar de forma coherente
que sucedía, pero su corazón de madre le estaba pidiendo a gritos que
estrechara entre sus brazos a ese pequeño de inmediato.
Claro que puedes, es más
estaba deseando darte un abracito de oso, (jejejejeje, rio para sus adentros el
mocoso con malicia, ya que estaba usando algo intimo que su padre le había
contado, algo de su niñez, una expresión que usaban su madre y el).
La doctora Caicedo,
completamente emocionada, abraso fuerte entre sus brazos a Juan Andrés,
acunándolo, y eso fue todo lo que pudo resistir para no romper en llanto, este
niño olía igual que Andrés Felipe, la misma fragancia de Hugo Boss que su hijo
menor había usado toda la vida, así que de improviso rompió en un llanto
sentido y emocionado ISHH, ISHH, ISHHH, mi niño, mi bebe, mi hijito, pero cómo
es esto posible?
La Doctora Lina Patricia, no
lograba contener las lágrimas plenas de emoción y sentimientos cálidos que
desbordaban por sus ojos en ese momento, lo cual puso en alerta a Juan Andrés,
el que se asustó un poco ante la reacción de su abuelita, vamos que la idea era
gozársela un poco, se trataba de gastarle una bromita inocente, tampoco deseaba
ocasionarle una crisis nerviosa a la madre de su padre.
Oye, shhh, shhh, cálmate, le
dijo al oído con infinita ternura Juan Andrés, al tiempo que intensificaba su abraso,
no te pongas así, mira que me vas a poner triste también a mí, y no deseo que
nuestro primer encuentro sea un drama ABUELITA.
ABUELITA? Dijo en tono de
interrogante una muy sorprendida Lina Patricia, despegándose un poco de el niño
para verlo directo a los ojos nuevamente, como me llamaste príncipe? Pregunto
absolutamente impactada.
Sip, te llame abuelita,
porque eso eres, eres mi abuela, la mama de mi papito, te voy a decir la
verdad, ya que veo que te me estas poniendo como mal por la emoción, me llamo
Juan Andrés Contreras Torres, soy el hijo del Capitán Andrés Felipe, de tu hijo
menor, afirmo con ternura el mocoso.
Santo DIOS, dijo Lina María,
a mí me va a dar algo, como así?, porque no sabía nada sobre ti mi niño?
GRRRRR, donde esta Andrés Felipe Contreras Caicedo, este carajito me debe una
muy buena explicación y me la tiene que dar ahora mismo.
En ese mismo instante salía
por el corredor del apartamento, vestido con un mono deportivo y tenis Andrés
Felipe, el cual quedo de una pieza, al ver a su Madre, en la sala, totalmente
emocionada, con su niño aun en brazos, la cual al percatarse de su presencia lo
fulmino con la mirada, al tiempo que en tono severo le cuestionaba a su hijo
menor, de la siguiente forma: ANDRES FELIPE CONTRERAS CAICEDO, ¿ME QUIERES
EXPLICAR QUE CARAJOS ESTA PASANDO?
Como lo dejas asi continúala pronto por favor.
ResponderBorrarEstoy de acuerdo con Taz ... como lo desjas asi ... porfa no tardes ... me encanta tu historia !!!
ResponderBorrarOhhh Angelica embarazada.... que cool...
ResponderBorrarMe encanta como va la historia... espero con ansias... la conti... a ver como actual el super capital Contreras delante de su madre jajajajja. Felicitaciones Andres... buen capi
Precioso encuentro, me emocioné yo también, ejeje!!!
ResponderBorrarAdoro el trato tan dulce y gentil que se tienen, es muy enternecedor!! Muy bonito capítulo!!! Bello el encuentro, perfecto e inesperado... ya para qué encontrarse con el abuelo? Con la abuelita es suficiente, no? jajaja!