Chapter 56: Hermano mayor
Apareció en una
habitación grande que ya conocía: la única estancia de la casa de Paul en la
que había estado. Estaba oscuro, y tardó un segundo en acostumbrarse a la
penumbra. Cuando lo hizo, buscó señales de algún posible peligro, pero no vio
nada. Paul estaba tumbado en su cama, dormido. Chris no entendía nada, pero
entonces le vio moverse, inquieto. Murmuraba algo incomprensible. Chris
reconoció los síntomas de una pesadilla.
"¿Me ha llamado
en sueños? ¿Y eso me ha hecho venir?"
Chris frunció el
ceño, extrañado. Un luz blanca no sentía "la llamada de su cargo"
cada vez que éste decía su nombre, eso sería absurdo. Sólo se sentía invocado
cuando lo llamaban por necesidad, con la clara intención de que acudiera en
alguna situación que requiriera su ayuda o su consejo. Eran pocas las
posibilidades de que "le llamaran por error".
Observó dormir al
chico sin hacer ningún ruido. ¿Qué iba a hacer con él? No era habitual que un
cargo fuera tan joven. Eso hacía que Chris se sintiera confundido respecto a
Paul y a la forma de tratarle. No eran muchas las familias de brujos como la
suya. Los niños heredaban los poderes de sus padres, pero no siempre era así.
Paul era una prueba de ello. Hasta donde él sabía, nadie en su familia era
brujo. Chris en cambio había crecido rodeado de magia. Venía de una larga
dinastía de brujas, la dinastía Warren, y su madre era una de las Embrujadas.
Piper no había conocido sus poderes hasta su edad adulta, pero los había
tenido, aunque atados. Paul parecía el primero de su familia en tener poderes.
Probablemente los hijos de Paul fueran brujos también, pero parecía claro que
sus padres no lo eran. Eso hacía que Chris fuera el "maestro" y Paul
el "aprendiz", pero no tenía por qué ser esa la relación entre luz
blanca y protegido. A veces era una relación de igualdad…
Sobreprotección. Eso
es lo que Paul le inspiraba. ¿Por qué? ¿Porque sabía su historia? ¿Porque era
muy joven? ¿Porque sabía que…estaba sólo? Quizá por todo eso. Había muchos
motivos para querer ayudar a Paul. Lo difícil era saber cómo hacerlo. Chris
solía fiarse de su intuición, pero eso ya le había fallado una vez, con Jason y
el fatídico momento en el que decidió intentar curarle. Además, aquella vez su
intuición no le indicaba nada sensato. Le decía un montón de tonterías sobre
ser el padre que Paul no tenía a efectos prácticos, y bla bla bla. Todo muy
bonito, pero el mundo no funcionaba así. No ves a un crío, te compadeces de él
y decides que sea tu hijo.
"Bueno, es más
o menos lo que hiciste con Nick y Peter" le dijo una vocecita impertinente
en su cabeza. Estaba a punto de mandarla al diablo, cuando escuchó que la
respiración de Paul se aceleraba. Encendió una lucecita que había en la
mesilla, junto a la cama, y se dio cuenta de que Paul parecía fatigado. Estaba
rojo, como si estuviera corriendo, pero seguía dormido. Chris decidió
despertarle, y sacarle de aquél sueño que no debía ser nada agradable. Se
acercó a él y le zarandeó. Paul no se despertaba, así que lo intentó con más
ahínco, pero tampoco. Y entonces lo entendió:
"No me ha
llamado en sueños, me ha llamado DESDE su sueño. Algo le está atacando ahí.
Algo le impide despertar."
Supo en ese instante
que tenía que despertarle. Si ese sueño no era un sueño normal, y había magia
de por medio, podía ser peligroso. Si Paul moría en su pesadilla, podría morir
en el mundo real. Al menos, eso creía Chris, que estaba seguro de haber leído
algo al respecto en el Libro de las Sombras. Algo sobre un Brujo del Sueño…
Chris probó con
todo, pero el chico no despertaba. Así que al final cortó por lo sanó y tiró
del colchón, haciendo que se cayera al sueño. Aquello sí le despertó, y también
hizo que soltara un gritito. Paul abrió los ojos. Tenía las pupilas dilatas, y
respiraba agitadamente. Miró en todas direcciones con paranoia, como buscando
algo que no podía encontrar. Sólo cuando pareció convencido de que lo que le
había atacado no estaba ahí, se permitió reconocer la presencia de Christopher.
- ¿Estás bien?
- ¿Qué…ha sido…eso?
– preguntó el chico, jadeando.
- Estabas soñando.
- ESO no era un
sueño. Me quería matar…sabía quién era yo…Me atacaba…con magia.
- Hiciste bien en
llamarme. Creo que algo se coló en tu sueño.
- ¿Eso es posible?
- Paul, puedes hacer
que tu cuerpo flote en contra de la ley de la gravedad y yo puedo descomponerme
en moléculas para reaparecer en otro sitio. Creo que hablar en términos de
posible/imposible hace mucho que dejó de tener sentido.
Paul gruñó, y se
levantó del suelo.
- No te he llamado
por una pesadilla – le aseguró, como si necesitara preservar su orgullo. – No
era un simple sueño.
- Lo sé. Tienes que
contarme todo lo que recuerdes. Es importante que…que no te vuelvas a dormir
hasta qué sepa qué es lo que ha pasado.
- ¿Qué? ¡Es la una
de la mañana! TENGO que dormir. No tienes ni idea del día que he tenido hoy.
- Es importante,
Paul. Me ha costado despertarte. La próxima vez puedo no conseguirlo, y a
ti…podría pasarte algo.
- Tú misión es
protegerme ¿no? Pues ale, buena suerte – respondió el chico, e hizo ademan de
volverse a la cama. Chris reunió paciencia, consciente de que era mucho pedir
que Paul estuviera de buen humor cuando le había despertado de aquella forma
tan brusca.
- Paul si hace falta
pongo música tan alta que despierte a toda tu familia, pero no te vas a volver
a dormir.
Paul se rió,
sardónicamente.
- ¿A toda mi
familia? Estoy sólo. Los tres pisos enteritos para mí.
- ¿Estás sólo? –
repitió Chris, extrañado.
- Se han ido de
viaje.
- ¿Todos? ¿Y te han
dejado aquí? – preguntó Chris, alarmado y preocupado en exceso.
- Bienvenido al
mundo en el que soy mayor de edad. Podría vivir sólo. Tengo un trabajo y soy
asquerosamente rico, o eso dice mi cuenta del banco. Si algo bueno tienen mis
padres es que les sobran los billetes y parecen tener afición por regalármelos.
Es como si quisieran compensar su abandono con dinero. En cualquier caso, tengo
edad para independizarme y si no lo hago es sólo por mis hermanos.
- ¿Por qué te has
quedado aquí sólo? ¿Y tus hermanos?
- Desperdigados en
casa de algún amigo. Cuando mis padres se van, intento que los pequeños no se
den cuenta, y los mayores no lo pasen mal. Lo convierto en algo bueno, en un
día durmiendo fuera. A veces me invento alguna excusa para que no duerman aquí,
como que voy a hacer una fiesta, o algo.
- ¿A dónde han ido
tus padres?
- ¿A fabricar más
hijos para luego abandonarlos? – sugirió Paul y luego se encogió de hombros –
Ni lo sé, ni me importa. Sólo dijeron que se iban.
Chris le miró con la
boca entre abierta. No se podía creer lo que estaba escuchando. Qué falta de…de
todo. Aquello demostraba niveles de pasotismo que Christopher no podía
entender. Irse en un momento como aquél, cuando acababan de pasar por algo tan
duro como la muerte de Jason…Sí, Paul era mayor de edad, pero seguía
necesitando una familia. Y sus hermanos…
- Pedazo de hijos de
puta – pensó Chris, y se dio cuenta que también lo había dicho en voz alta.
- Chris, que son mis
padres. – dijo Paul, sorprendido y algo ofendido. - Tal vez me he explicado
mal. No se han ido por ahí porque sí, es un viaje de trabajo. Te aseguro que no
tienen ganas de viajar, precisamente. No me dijeron a dónde iban, nunca lo
hacen, pero porque yo tampoco quiero saberlo. Muchos padres se van de viaje, y
dejan a sus hijos solos en casa.
- Sí pero no a sus
OCHO hijos, siete de los cuales son menores, a cargo todos ellos de su hermano
mayor.
- A veces contratan
una niñera. Te dije que el dinero no es problema.
- Paul, no es
cuestión de dinero, ¿es que no lo entiendes? ¡Es cuestión de humanidad! Tu
hermano ha muerto…
- Gracias Chris, no
lo sabía – respondió el chico con sarcasmo. – Oye, no sé si en tu mundo súper
guay de brujas y demonios el dinero crece de los árboles, pero aquí, en el
mundo real, para tener este pedazo de casa y criar a nueve hijos…ocho ahora…hay
que trabajar como un maldito esclavo. Mis padres tienen culpa de muchas cosas,
pero no de tener que irse de viaje.
- Si piensas así,
¿por qué has hablado antes tan despectivamente?
- Porque que
entienda por qué tienen que irse no quiere decir que me guste que lo hagan. Y
porque estoy enfadado con ellos. Siempre lo estoy. Constantemente. Pero yo soy
su hijo. Yo puedo insultarles. Tú no.
Chris no estaba tan
seguro de que ser su hijo le diera derecho a insultarles, pero entendía su
punto.
- Perdona. Es sólo
que me ha chocado saber que estás aquí…tú sólo. – dijo, aun con algo de
incredulidad.
- Ocurre al menos una
vez al mes – dijo Paul, encogiéndose de hombros. – A veces duermo con algún
amigo. Pero, en realidad, da gusto tener la casa para mí sólo, y los amigos
escasean últimamente, cuando he pasado de ser el aclamado quarterback al odiado
matón al que han expulsado.
Aquello hizo que
Chris se sintiera culpable. Había creído que Paul se merecía la expulsión.
Ahora ya no estaba tan seguro. Si hubiera sabido más sobre él en aquél momento
quizá no hubiera hecho aquella llamada al director.
- La próxima vez
puedes…venir a casa.– ofreció Chris, con voz amable. Paul le miró algo
incómodo, pero también lleno de gratitud. Luego, definitivamente se decantó por
la incomodidad.
- ¿Cómo hemos pasado
de hablar de misteriosos ataques en los sueños a que me invites a tu casa?
Chris sonrió,
ciertamente algo incómodo también.
- Ni idea. Pero lo
decía en serio. Hasta donde yo sé, además, puedes contar con la amistad de mis
hijos.
- Ellos son los que
más deberían odiarme. – dijo Paul, con una voz dura que dirigía contra sí
mismo. – Pertenezco a una familia adinerada, sacaba buenas notas, soy bueno en
los deportes, e impongo la ley del miedo. Ya no saco buenas notas, pero eso en
realidad a la gente de mi edad no le importa. No te valoran por eso. Lo que me
ha mantenido en lo alto del escalafón social hasta ahora ha sido mi….reputación
de matón. ¿Quién me iba a decir que esa misma reputación iba a hacer que todos
me odiaran cuando se dieran cuenta por fin de que no tienen motivos para
temerme? Una sola persona, por fuerte que sea, no puede hacer nada contra
muchas, o contra el sistema. Me han expulsado. Se acabó. No ha sido para
siempre, pero ni voy a aprobar éste año ni voy a volver a ser el rey del curso.
Ahora mismo soy personan non grata. Alguien a quien esquivar. Mis amigos de
toda la vida me han abandonado, y ¿con quiénes puedo contar? Con los únicos a
los que he hecho verdadero daño. No soy tan malo ¿sabes? Hace unos años sí.
Como niño, era un auténtico monstruito. Pero cuando Jason se quedó en coma, y
empecé a cuidar de mis hermanos, empecé a valorar más a las personas que siguen
adelante cuando la vida les deja de lado. Puede que fuera un capullo, pero
nunca he sido malo, y desde el accidente fui volviéndome mejor tipo. En
realidad vivía de la fama. De vez en cuando amenazas a alguien, te metes en
alguna pelea, y todos piensan que sigues siendo un matón despiadado al que más
vale acercarse como amigo que como rival. No he vuelto a hacer daño a nadie, de
verdad que no. Hasta que vino Peter, y pude ver cómo caía bien sin ningún esfuerzo.
Caía bien precisamente porque no quería caer bien. Conseguía la atención y el
apoyo de la gente sin amenazar a nadie…Dices que le cuesta hacer amigos, pero
es porque él no quiere. Te aseguro que todo el mundo quiere ser amigo suyo.
Peter es, en muchos sentidos, perfecto. El hecho de que él no parezca
consciente de ello sólo hace que dé más rabia. Tenía envidia de él, y por eso
no quería que viniera conmigo, al principio, hasta que superé la envidia. Con
Nick era diferente. Él…creo que se parece mucho a mí. Aunque por lo visto es un
maldito empollón. Y ese fue el problema. Yo estaba rabioso, y dar una paliza a
un meapilas me parecía una buena forma de descargar mi ira por mi fracaso en el
colegio, mi fracaso en casa y en mi vida en general. Resultó que ese meapilas
era Nick, y supe que no podía echarme atrás. Mi estima social pendía de un
hilo. Si dejaba de ser el matón despiadado que todos me consideran, estaría
sólo. Y mira tú, que aun habiendo hecho aquello, ha bastado que "caiga en
desgracia" para que todos me dejen sólo. ¿Quién vino al funeral de mi
hermano? Tú, Nick, y Peter. Todos los demás eran amigos de la familia. Pero
amigos míos, ni uno.
Chris se sorprendió
por tanta sinceridad. Paul no negaba ser un matón, y tampoco estaba orgulloso
de ello. Lo había adoptado como medio de vida. En cierta forma, a Chris le
recordaba a esa gente nacida en barrios marginales y criada con una navaja en
las manos: el mundo parecía esperar que fueran mala gente. Paul tenía fama de
matón, y por eso se esforzaba por serlo. Pero con aquella declaración quedaba
más claro que nunca que lo único que necesitaba era lo que Nick tan bien había
sabido ver: una segunda oportunidad.
- Llamas amigos a
quienes no lo son – dijo por fin, dándose cuenta de que Paul ya había
terminado, y esperaba alguna clase de respuesta - Tu vida no es un fracaso,
Paul. Te han tocado malas cartas, pero tienes razón: no eres mal tipo. Mis
hijos han sabido ver eso. Puedes contar con ellos, y conmigo, ya lo sabes.
- Porque la magia te
obliga. No te caigo bien.
Christopher
parpadeó. ¿Tanto se notaba?
- Estoy aprendiendo
a aguantarte – dijo, restándole importancia. Pero luego se puso más serio para
añadir: - Nick es mi hijo. Nadie puede tocarle. Me atrevería a decir que me
entiendes, sólo tienes que pensar en cómo te sentaría que alguien hiciera daño
a tus hermanos.
Paul apretó los
puños, como si se lo hubiera imaginado.
- Tenía que
protegerle. Cuando viniste a mi casa no sé…no sé ni cómo pude contenerme,
porque te juro que quería hacer exactamente lo mismo que hizo Nick: darte un
puñetazo. Pero…no lo hice. Creo que es porque vi…que merecías la pena. Cuando
Nick me lo dijo no quise escucharle, pero en realidad yo ya lo sabía. No Paul,
no estaba en tu club de fans. Pero me has demostrado que eres más que ese matón
despiadado que otros han visto en ti. La magia no me obliga a nada. Soy un ente
libre que no está atado a ninguna lámpara. – le dijo, recordando cómo le había
llamado "genio de la lámpara" dos días atrás. – Si digo que puedes
contar conmigo, es porque puedes hacerlo. No suelo mentir, ni siquiera por ser
amable.
Paul le miró, como
intentando ver si aquello era cierto.
- Puedo ver porque
Nick y Peter parecen idealizarte más allá de lo que parece razonable.
- ¿Lo hacen?
Paul le miró como si
fuera idiota, y sacó su móvil. Abrió una aplicación de mensajes instantáneos,
un chat de grupo, y pasó el dedo por la pantalla del aparato hasta encontrar lo
que quería enseñarle.
- Son mensajes
antiguos – le dijo – De la fiesta en casa de Rachel.
Puso el móvil
delante de Chris, y fue bajando la flechita, dejándole leer.
20: 30 PETER: No
creo que mi padre me deje ir a la fiesta.
20: 31 PAUL: Joder
tío, que marrón.
20: 31 PETER: En
realidad, yo tampoco quiero ir. (Peter se ha desconectado)
20: 32 PAUL: ¬¬ Y
encima se va para que no pueda decirle lo idiota que es. ¿Y tú Nick? ¿Vienes?
Rachel me ha pedido que te insista.
20: 33 NICK: Lo voy
a intentar. Luego te digo. Voy a hablar con Rach. (Nick se ha desconectado)
20: 34 PAUL: ¡Pero
no me dejéis colgado panda de anormales! ¿Conocéis el concepto de
"bolsillo"? ¡Os metéis el móvil ahí y lo sacáis de vez en cuando para
ver si os he dicho algo!
22:02 (Nick se ha
conectado) NICK: Paul, ¿estás ahí?
22:04 PAUL: Sí, yo
no os dejo tirados, no como dos gemelos que conozco ¬¬
22:05 NICK: Hazle el
número de novia despechada a otro. No puedo ir a la fiesta. Hablé con Rach,
hablé con mi padre, y nanai.
22: 06 PAUL: ¿Para
qué le pides permiso? Si no se lo pides no puede decirte que no.
22: 07 NICK: No
quiero problemas, tío.
22. 08 PAUL: Bah.
Niño de papá.
(Nick se ha
desconectado)
22: 10 PAUL: ¿Nick?
¿Te has picado?
22: 12 PAUL:
Niiiiiiiiiiick. Eooooooo.
22: 14 PAUL: Para
esto, hago un chat conmigo mismo. Total, paso más tiempo hablando sólo que con
vosotros.
22: 20 (Nick se ha
conectado) NICK: Perdona. El "niño de papá" estaba hablando con su
padre. Acaba de irse.
22: 21 PAUL:
¡Perfecto! ¡Es tu oportunidad! ¿A qué esperas? ¡Ven!
22: 22 NICK: No
insistas, Paul. No voy a hacerlo. Además, ya estoy en la cama.
22: 25 PAUL:
Olvidaba que aún eres un crío :P
22: 27 NICK: Me
sacas dos años, imbécil.
22: 30 PAUL: Y seis
meses. No te olvides de los seis meses. Crío :P
22: 31 NICK: Senil
:P
22: 32 PAUL: En fin,
me voy. Tú puedes quedarte en la cama si quieres, Haliwell.
22: 33 NICK: Odio
que me llames así.
22: 34 PAUL: Mala
suerte. Dejo esto abierto, por si cambias de opinión.
23: 45 PAUL: De
verdad que tendrías que estar aquí. ¿Ya te has cansado de ser un niño bueno?
23: 48 PAUL: No me
ignores ¬¬ Sé que no estás dormido. Siempre apagas el móvil para dormir.
00: 01 PAUL: ¿Lo
ves? Ya parezco tu novia. ¿Qué va a pensar Rachel? ¿Qué su novio es un
aburrido?
00: 12 PAUL: ¿Qué
pasa Haliwell? ¿Por qué no vienes? Tu hermano y tú sois unos aburridos.
00: 16 NICK: Eres un
maldito pesado. Voy, voy, ¿contento?
00: 18 PAUL: Mucho
:D
00: 20 NICK: Mi
padre me va a matar.
00: 22 PAUL: A veces
haces que me alegre de que mi viejo sude de mí.
00: 24 NICK: …
00: 24 NICK: Se pasa
de sobreprotector, pero es un tío legal
00: 25 PAUL: Le
quieres ¿qué hay de malo en decirlo? Si yo quisiera a mis padres lo estaría
diciendo todo el día.
00: 26 NICK:
¿Quieres que vaya a la fiesta o que nos pongamos tiernos?
00: 27 PAUL: Contigo
las dos cosas, guapetón. Por ti, me pongo como tú quieras. (Paul ha mandado un
beso)
00: 28 NICK: Me das
asco, tío.
00: 29 PAUL: Eh, ¡un
respeto!
00: 30 NICK: No me
tires los tejos.
00: 31 PAUL: Créeme,
cuando lo haga te enterarás.
00: 32 NICK:
¿"Cuándo" lo hagas? ¿Piensas hacerlo?
00: 32 PAUL: Eres
irresistible, cariño.
00: 33 NICK: Lo
dicho, me das asco. ¿Cuántas copas llevas?
00: 34 PAUL: Ni una
sola, para que veas. Me toca conducir.
00: 35 NICK: Vale,
pues entonces bebe. Así a lo mejor dejas de decir tonterías.
00: 35 PAUL: Oh,
beberé, beberé, tranquilo. Sólo te estoy esperando, baby. (Paul ha mandado un
beso)
00: 36: NICK: yo no
voy a beber. ¡Y deja de hacer eso! ¡Me pones nervioso!
00: 38 PAUL: Ya
sabía yo que te ponía :P En fin, nos vemos ahora. Mis admiradoras reclaman mi
atención. Ay, si ellas supieran. ¿Les digo?
00: 39 NICK: Haz lo
que te salga de los cojones, Paul, pero calla de una vez. Estoy intentando
ponerme los zapatos. (Nick se ha desconectado)
8: 30 PAUL:
¡Desaparecidooooooooo! Te largaste sin avisar. ¿Todo bien?
8: 32 NICK: Paul,
voy a verte en 30 minutos, ¿no puedes esperar?
8: 32 PAUL: Ya sabes
que el tiempo pasa más despacio cuando estoy sin ti, cariño. Joder, tengo un
resacón…Vas a ser listo por no beber, y todo.
8: 33 NICK: Si fuese
listo no habría ido a la maldita fiesta.
8: 34 PAUL: ¿No te
gustó?
8: 35 NICK: No. Y me
la cargué.
8: 36 PAUL: Lo
siento. ¿Tu viejo se enfadó?
8: 38 NICK: Algo
así. Chris tiene mucho carácter, pero ahora estamos bien. Creo.
8: 39 PAUL: Mis
padres no saben que me fui, aunque yo se lo dije.
8: 40 NICK: ¿A qué
hora volviste, por cierto?
8: 42 PAUL: A eso de
las seis y media. Preparar a siete hermanos para el colegio lleva su tiempo,
sobre todo teniendo en cuenta que cada uno entra a una hora.
8: 45 NICK: Di que
sí, a clase sin dormir. Yo tampoco he dormido apenas. ¡NO SE POR QUÉ TE HAGO
CASO! En fin, te dejo, que voy al coche. Te veo ahora.
8: 46 PAUL: Cuento
los segundos, cariñín.
8: 47 NICK: ¡NO
ESTOY DE HUMOR!
Paul apartó el
teléfono. Chris sacudió la cabeza, sonriendo a su pesar por lo absurdo de las
conversaciones que tenían Paul y su hijo. Recordaba aquél día. Recordaba la
fiesta su viaje al inframundo, y el día "difícil" de Nick.
- ¿Por qué me has
enseñado esto?
- Eso es lo peor que
Nick ha dicho de ti: que tienes mucho carácter. El resto de gente de nuestra
edad pone a sus padres de "cabrones" para arriba cuando no les dejan
ir a una fiesta. Y sé que conmigo se hace el duro.
Chris no pudo ni
quiso esconder su sonrisa de orgullo paternal y de total felicidad. Su hijo le
quería. Incluso cuando no estaban de acuerdo en algo, Nick le quería. Y él que
casi le cree cuando le dijo que le odiaba…
- Por fin sé por qué
se tira tanto tiempo con el móvil. Pensaba que los mensajes románticos se los
mandaba con Rachel. – dijo, sonriendo un poco, aludiendo a los mensajes
guasones que Paul le enviaba a su hijo.
Paul se ruborizó.
Chris le miró con curiosidad. No parecía del tipo de los que se ruborizaba: más
bien parecía como su hermano Wyatt, sin vergüenza y con mucha cara.
- Lo decía en broma
– dijo el chico rápidamente.
- Ya me lo imagino.
- respondió Chris, sin poder aguantarse una risita. Al principio le había
chocado las insinuaciones "amorosas" de Paul para su hijo, pero luego
las encontró muy graciosas. Paul, al ver que no estaba molesto, se relajó.
Soltó un bostezo, y eso le recordó a Chris por qué estaba ahí. Era fácil irse
por las ramas: él también estaba cansado y poco concentrado. – Será mejor que
hoy vengas a casa. Así me aseguro de que no te quedas dormido.
- No puedo estar sin
dormir para siempre.
- Claro que no.
Mañana mismo arreglaremos esto, pero son cerca de la 1.30 de la madrugada,
ahora no puedo avisar a mi familia y las neuronas no me conectan lo suficiente
como para dar con una solución.
- Pero…tu casa está
muy lejos – protestó Paul.
- ¡Ah, sí, eso!
¿Dónde estamos? Cuando me llamas aparezco allí donde estés, pero aun no sé
dónde me encuentro.
- Castro Street*
Chris emitió un
silbido.
- Sí que vives
lejos.
- Pues eso. A estas
horas no puedo coger el coche, o me duermo al volante.
Chris sonrió, con
placer perverso.
- ¿Quién ha hablado
de conducir? Vamos a orbitar.
- ¿Orbitar?
- Lo que hago yo,
para aparecer de repente.
- ¿Y puedes hacer
eso conmigo?
- Sip. ¿Estás
preparado?
- ¿Estás de broma?
¡Nací preparado!
- Me alegra oírlo.
Chris estiró el
brazo para poner la mano en el hombro de Paul, pero el chico se apartó. Frunció
el ceño. Ya había notado con anterioridad que a Paul no le gustaba que le
tocara, aunque no parecía tener ningún problema con los abrazos de Nick y
Peter.
- ¿Qué ocurre? Tengo
que poner la mano en tu hombro.
Paul le miró con
creciente indecisión.
- Mi padre nunca me
toca.
Chris ladeó la
cabeza. ¿Cómo era eso? ¿Por qué? Le pareció raro. Respondió casi sin pensar.
- Yo no soy tu
padre.
Por alguna razón, en
vez de cruel, aquella frase sonó genial. Paul miró a Chris con interés.
- No, no lo eres –
asintió, y dejó que pusiera la mano en su hombro. Mientras veía que la
habitación se desvanecía, Paul tuvo un último pensamiento. No, Chris no era su
padre. Era más como…su hermano mayor. El que nunca había tenido. Alguien que
cuidara de él, como él hacía con sus hermanos.
N.A1. Castro Street:
calle real de San Francisco. Más info, en Wikipedia ;)
N.A2.: Varias cosas.
La primera, que sois geniales, que gracias por leer, y que no sabéis cuánto
animan vuestros comentarios positivos.
Y la segunda, y
aprovechando, que yo tengo pensadas algunas cosas de las que van pasando, y
otras son idea vuestra. Así que sentiros libres de proponer lo que sea, y por
favor, que nadie se ofenda si no hago algo de lo que me sugerís. Es que algunas
sugerencias son incompatibles entre sí xD
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