SI ODIO TODO SOBRE USTED, PORQUE DEBO
AMARLO?
CAPITULO 11
Maaa … madre, que haces aquí?
A esta hora?. Pregunto entre sorprendido y feliz Andrés Felipe, su madre seguía
abrazando a Juan Andrés, el cual se notaba muy a gusto con toda la situación.
Su Abue, no era una de esas
señoras de sociedad, displicentes y despectivas, todo lo contrario era un
encanto, en especial con él, cosa que le fascino, ya que en cuanto a recibir
amor y mimos de su familia, este niño era insaciable.
Hola, hijito, yo también me
alegro demasiado de verte de nuevo, contesto Lina Patricia, con gesto
sarcástico, estaba en extremo enojada con su hijo menor.
Pero no quería iniciar un
pleito monumental delante de su nuevo bebito, estaba flechada por Juan Andrés,
había sido amor a primera vista sin duda, así que serenándose un poco y
suavizando el gesto afirmo con calma, te quieres sentar por favor,… es más ven
aquí con nosotros, así estamos más juntitos y te puedo escuchar mejor, ya que
tienes demasiado que contarme no crees?
Andrés Felipe, trago grueso,
pero decidió obedecer a su madre enseguida, sabia por experiencia propia que la
doctora Lina Patricia, no gustaba de pedir las cosas por segunda vez de forma
amable, mucho menos cuando estaba enojada por algo, como era más que evidente
en ese momento.
Mami, sé que todo esto de
primera impresión debe lucir terrible, pero te ruego de corazón que antes de
que emitas un juicio al respecto, me escuches con muchísima atención, dijo el militar de forma serena pero muy
seria.
Hablaron madre e hijo, por
casi una hora larga, con Juan Andrés, siendo testigo silencioso de todo
aquello, iniciando por la salida al cine esa tarde aburrida en Florencia.
Su alegato con la profesora
en público, las recurrentes salidas a cenar fuera o tomar café, el posterior
noviazgo de casi dos años, el traslado sorpresivo de Angélica María a Cúcuta.
Sus posteriores tortuosos
tres años en el Sinaí, arriesgando la vida cada jornada, todo lo que observo en
ese lugar, la miseria, la violencia absurda, el calor inclemente, el sufrimiento.
La horrida mentira que le
habían dicho a su amada en el batallón de Florencia haciéndolo quedar como un
auténtico canalla cuando esta había ido a buscarlo para contarle sobre su
embarazo.
Su posterior soledad y el sentimiento
de estar incompleto durante años, el encuentro con su Juancho en la jornada
cívico militar, su futuro matrimonio con su amada maestra.
El Capitán Andrés Felipe,
desnudo por completo su alma para su madre, la mujer en quien más confiaba en
el planeta delante de su hijo, sintiendo una gran sensación de alivio al
haberlo hablado abiertamente, había sido incluso liberador para el que muy rara
vez dejaba ver en público sus sentimientos, sus miedos, inseguridades, las
cosas que lo habían agobiado durante doce largos años.
En ese punto Lina Patricia
Caicedo, había dejado correr libres sus lágrimas de nuevo, su corazón de madre
y de abuela resentía demasiado todo aquello, tanto sufrimiento, tanta soledad y
dolor, siendo víctimas su amado hijo menor, su espléndido nieto y su futura
nuera, todo aquello era sencillamente atroz, absurdo e inexcusable, sentía una
profunda rabia por el responsable de todo aquello, pero quien podría ser tan
canalla?
Juan Andrés, también sentía
gran pena por todo el sufrimiento de sus padres, él pensaba que la había pasado
mal, resintió muchísimo la falta de su padre, el no saber quién era, el no
conocer su rostro, el estar solos frente al mundo su mamita y el, pero nada de
aquello era comparable con el evidente dolor de sus padres al estar separados
por doce largos años.
Después de una hora de
emociones fuertes entre los tres, las aguas habían regresado a su cauce normal,
regresando la doctora Lina Patricia Caicedo, a su habitual estado de buen
humor.
Su enojo inicial había
desaparecido por completo, ahora todo eran sonrisas y mimos de parte de la
médico hacia sus dos bebes, se sentía la mujer más feliz del mundo al tener a
su hijo menor y a su bello nieto ahí justo a su lado y vaya que lo demostró.
Los Contreras, se dieron
gusto ambos, devorando sendas copas de helado de chicle, preparadas por Lina
Patricia, lo cual fue de por más satisfactorio para ambos, pero el peque no
había comido mayor cosa durante todo el día, estaba en ayunas y salvo por la
comida del avión, no había comido nada más, y así lo hiso saber.
Papi, tengo hambreeee, dijo
Juan Andrés, con un semi pucherito encantador en su bello rostro.
Cierto mi príncipe, cuando
llego la abuelita estábamos con planes de salir a gran estación a cenar pizza,
pobre mi bebecito, que ese papito malo me lo deja aguantar hambre.
Dijo el militar dándole un
besote en la frente, mientras que le hacía cosquillas a su hijito, notando al
mismo tiempo, por el pataleo del niño al reírse, que el mocoso estaba descalzo y
sin ninguna camiseta abrigada.
Juanchoooo, vamos a tu cuarto
y te vuelves a poner todo lo que te quitaste, dijo su padre en tono serio,
mirando con desaprobación al niño, caramba hijo, pensé que ya habíamos aclarado
el tema de estar bien abrigado aquí en Bogotá, sabes que no puedes aguantar
frio por tus bronquios.
Lina Patricia, también reto a
su nieto pero con dulzura, por estar caminando descalzo, en busito esqueleto,
en Bogotá de noche, teniendo problemas bronquiales.
La médica sabía que con mucha
facilidad el niño, que además provenía de tierra caliente, podría pescar una
fea bronquitis por no tener cuidado de abrigarse bien.
Pero paaaa, el apartamento
esta calentito, tú mismo cuadraste el termostato, dijo Juan Andrés, en son de
protesta, ya que a pesar de lo acontecido entre el, su padre y la regla de
madera hacia unas horas, él no había cambiado de opinión sobre usar tanta ropa
abrigada al tiempo.
Le seguía pareciendo en
extremo molesto, listo se aguantaba el disfraz de esquimal cuando salieran,
pero andar así entre casa??
Eso no le parecía nada lógico
ni cómodo, su papi era un exagerado pensó molesto, aunque, mirándolo con
detenimiento, bien pudo haberse puesto unas pantuflas y no andar descalzo por el
piso frio del apartamento, cosa que de seguro le molesto a su papa, y eso
que aún no sabía sobre la bromita “inocente” que le acababa de gastar a su
abuela.
Mira niño listo, dijo su
padre con tono serio, pero sin perder el buen humor, no digo que andes súper
abrigado entre casa tampoco, si querías ponerte más cómodo, bien has podido
ponerte una sudadera, busito abrigado y pantuflas, ya que sé perfectamente que
los calcetines y tú no se llevan demasiado bien, su hijo adoraba andar descalzo
entre casa y eso lo traía loco.
Pero que me andes descalzo
entre casa no me gusta para nada Juancho y menos aquí en Bogotá, mira cómo te
pusiste de frio, dijo molesto y preocupado por los bronquios de su hijo, al
tomar entre sus manos los bellos pies de su niño y sentirlos helados.
Ashhh, pero es que, paaaa,
Joder, como detestaba quedarse sin ningún argumento o comentario agudo para
rebatir los de su padre, pero sabía que tenía razón, no debió andar descalzo en
ese piso helado, con su alergia bronquial precisamente al frio.
Hijo mío y dónde está mi
futura nuera? Pregunto Lina María, con demasiadas ganas de conocer a la mujer
que le había robado el corazón a su hijo menor y le había dado semejante
encanto de nieto.
Esta descansando en la
habitación mami, contesto Andrés Felipe, durante el viaje se sintió muy
indispuesta y pues cuando llegamos al apartamento incluso vómito y todo, pero
ya la reviso un médico de EMI y todo está en orden, manifestó ante el gesto de
preocupación que mostro su madre en ese instante.
Dame un segundo llevo a este terquito,
desobediente y hermoso hasta su cuarto para que se cambie de ropa y se calce, y
ya te sigo contando.
A ver Juancho, súbete a tuta
en la espalda del papa y vamos a que te pongas más cómodo, dijo serio el
militar, ya que no iba a permitir que su hijo pisara descalzo ese suelo helado
de nuevo, así fuera en el corto trayecto hasta la habitación del niño.
Juan Andrés, arrugando un
poco la cara, ya que le daba algo de pena que su abuelita viera como su papi,
en ocasiones como esta, lo trataba como un nene de ocho años, se subió a la
espalda de su progenitor y partieron padre e hijo, con rumbo a su habitación,
cosa que enterneció a Lina Patricia, ver a su nene tan paternal y protector con
su nieto.
Una vez en la habitación de
Juan Andrés, su padre lo descargo sobre la cama, al tiempo que le buscaba en el
armario, una sudadera completa, un buzo de algodón blanco de manga corta,
calcetines deportivos tobilleros y unas converse, para que su nene se pusiera
cómodo, pero aun estuviera abrigado para salir a cenar fuera.
Cuando Andrés Felipe, alisto
también unos guantes y un pasa montañas de lana, el mocoso en automático arrugo
la nariz al ver aquello, ya que la idea de ponerse eso para salir no le era muy
grata.
El militar solo resoplo
cansado ante la reacción de su hijo, y le dijo con toda tranquilidad, mirándolo
a los ojos, Juancho, esto no es por capricho del papa, afuera está helando y
cuando nos bajemos del coche no quiero que me vayas a agarrar aún más frio del
que ya tomaste.
Ok, Ok, como diga padre,
contesto el mocoso con desgano y rodando los ojos, nuevamente su temperamento
difícil lo traicionaba, al tiempo que en
voz Muy baja se le escapaba casi que por reflejo, un comentario bastante
desafortunado, “ashhh este man si es intensoooo”.
Comentario que por supuesto a
pesar de lo bajito que Juan Andrés, lo dijo fue escuchado por su padre, el cual
reacciono con total asombro abriendo los ojos grande por la sorpresa, ante la
testarudez y falta de respeto hacia el por parte de su niño.
BUFFFFFFF, resoplando
molesto, Andrés Felipe, cambio su cara de ponqué, por la de militar serio de
inmediato, al tiempo que le decía a su hijo, cámbiate rápido que me muero de
hambre y no deseo demorarme mucho tiempo por fuera.
Te espero en la sala, voy a
seguir atendiendo a mi madre, con permiso, espeto molesto, con mucha seriedad
el oficial militar, al tiempo que se daba media vuelta y cerraba con cuidado la
puerta de la habitación tras de sí.
Juan Andrés, de inmediato
estaba arrepentido por haber sido tan zafado al hablar, tratando al hombre que
más amaba sobre la faz de la tierra como si fuera uno de sus compañeros de
colegio.
Porque rayos no lograba
pensar antes de hablar, GRRRRR, su papi se había molestado con él, eso saltaba
a la vista, de nuevo se había comportado grosero, maldita sea yo y mi bocota
pensó molesto consigo mismo.
Mientras Juan Andrés, se
cambiaba de ropa y se calzaba, bastante disgustado, el capitán Contreras,
seguía en la sala disfrutando de los mimos de su madre, amaba profundamente a
su Cuchi Barbie, como cariñosamente la llamaba, no sin recibir uno que otro
pellizco de su parte por ese motivo.
Ella era de las pocas personas,
con las que se permitía comportarse de forma relajada, así que aprovechó el
momento para ponerla al tanto de lo que les había informado el medico de EMI,
sobre el muy seguro embarazo de Angélica María.
Lina Patricia Caicedo, no
podía sentirse más feliz después de esa revelación, vamos que Juancho, era un
principito y ahora venía otro bebe en camino y su soldadito de plomo, además de
hacerla abuela dos veces, se casaría en cuestión de un par de días, con una
mujer maravillosa.
Justo cuando estaba más temerosa por la
felicidad a futuro e incluso la vida e integridad de su hijo menor, ya que
sabía de buena fuente los hábitos militares de su hijo y francamente le
aterraban.
No sabes lo feliz y orgullosa
que me siento por todo esto mi niño, ahora tienes tu propia familia, eres
padre, y uno muy bueno por cierto, tienes a tres personas maravillosas que te
aman y que necesitan de ti.
Manifestó pletórica de dicha
la doctora Caicedo, así que ya no puedes seguir arriesgando tu vida de forma
absurda e irresponsable, como lo has hecho hasta ahora, esto último lo dijo con
expresión seria.
No tienes absolutamente nada
más que demostrarle al “DRAGON”, créeme mi niño, no vale la pena, tu padre
nunca va a estar conforme con nada, para el solo existen sus planes, el dinero,
sus tropas y su insaciable sed de poder, ese hombre nunca mereció la esposa que
tenía y los tres maravillosos hijos que tuvimos durante mas veinte largos años
de matrimonio.
Lina Patricia, dijo esto triste,
mientras observaba una fotografía del general junto a su escolta personal que
Andrés Felipe, tenía en un porta retrato en la sala, divorciarme de Hernando
Contreras, fue lo más sano que hice, por mi propia tranquilidad y la felicidad
de ustedes.
En ese preciso instante, Juan
Andrés, regreso a la sala del apartamento, interrumpiendo la conversación que
madre e hijo sostenían de forma Animada hasta ese momento, ya que su padre al
notar su arribo, se separó de los brazos de su madre con cuidado y endureció el
gesto nuevamente, mirándolo de forma inquisitiva de arriba hasta abajo, estaba
perfectamente vestido y abrigado con la chamarra nueva que el mismo le había
sacado del armario, incluso traía puestos el pasamontañas y los guantes de
lana.
Papi, … ya estoy listo para
salir, dijo el niño, con tono apagado y mirada triste, al ver la cara de
molestia de su padre, tratando de disimular delante de su abuela, a la que le
sonrió animadamente al tiempo que le daba otro Abraso y muchos besitos en las
mejillas.
El mocoso podía ser un dulce
cuando se lo proponía, pero en otras ocasiones se podía comportar como un
caramelo pero de los ácidos, pensó con cierto pesar su padre, ya había notado
recientemente que cuando su niño le hablaba molesto y con grosería, eso lograba
lastimarlo en serio.
Mis hijos, yo voy saliendo
junto a ustedes, manifestó la Doctora Caicedo, la cual había notado la evidente
tensión surgida entre padre e hijo, pero
prefirió guardar un prudente silencio.
miren nada más la hora que
es, hoy tenia reunión de concejo académico, con los docentes de mi facultad y
voy evidentemente tarde, espero que disfruten de su cena y los espero mañana a
almorzar junto con Angélica María en la casa, ya que tengo demasiadas ganas de
conocer a mi nuera.
Una vez llegaron al parqueadero
subterraneo del edificio, la doctora Lina Patricia, volvió a palidecer al
recordar en qué tipo de vehículo solía movilizarse su hijo cuando estaba en
Bogotá, le daba terror esa cosa, y ahora mismo lo tenía en frente cubierto por
una carpa.
Andrés Felipe, espero que
tengas el mayor de los cuidados al conducir ese aparato del demonio, mira que
llevas de pasajero a mi nieto, manifestó Lina Patricia, con un gesto y voz de
auténtica preocupación maternal, mientras que Andrés Felipe, sonreía con algo de
picardía y Juancho los miraba completamente despistado, que era lo que su padre
tenía cubierto con esa carpa acaso?
Note preocupes por eso mami,
tu nieto estará perfectamente a salvo conmigo, dijo con sarcasmo el militar, al
tiempo que quitaba la carpa gris de caucho que cubría un automóvil negro,
JAJAJAJAJAJAJAJAA, rio con descaro, pobre de “LA BESTIA”, dijo haciendo alusión
a un Chevrolet Camaro Súper Sport, con motor 398 stroker, con carburadores
dobles EDDELBROK y doble árbol de levas, un auténtico destructor de pavimento,
que se había mandado a construir a medida cinco años atrás.
Vehículo que por sus
prestaciones altísimas había sido re bautizado como “LA BESTIA”, no entiendo
porque después de tantos años no logras quererlo un poquito, si es una auténtica
monería, dijo Andrés Felipe, haciendo un
puchero fingido.
Precisamente porque es una
bestia horrible, es que no logro calarme
que andes corriendo como un demente por las calles de esta ciudad tan
congestionada en ese aparato del infierno, manifestó la médico con bastante
preocupación y algo de nervios.
En fin, mejor me voy primero que
ustedes, antes de que enciendas esa cosa, que hace un escándalo atronador, que
me crispa los nervios, nos vemos mañana a medio día mi príncipe hermoso, dijo
con dulzura dándole varios besitos a su nieto y un tremendo abrazo de
despedida, lo mismo hiso con su hijo, para después encender su automóvil y partir veloz del lugar, el “juguete” de su
hijito menor en serio que la ponía nerviosa.
Andrés Felipe, procedió a abrir
el vehículo, subiendo en él, al tiempo en que le abría la puerta del pasajero a
Juan Andrés, indicándole con su mano dando palmaditas a la cojinería de cuero
del asiento que subiera.
El niño obedeció las
indicaciones de su padre de inmediato y en absoluto silencio, ya estaba
bastante molesto con él y lo último que deseaba era cabrearlo más, verlo tan
serio, tan seco e indiferente, tan militar, no le estaba gustando mucho que
digamos.
Ponte el cinturón de
seguridad por favor, espeto de forma seca Andrés Felipe, dirigiéndose a su
pequeño, sin siquiera mirarlo, al tiempo en que daba start al encendido del
automóvil, el cual prendió al toque llenando el parqueadero de un sonoro
estruendo RUUUUMMMM RUUHMMMMMM.
MOOOLA, dijo Juan Andrés,
sorprendido con la potencia del motor del automóvil de su padre, aferrándose un
poco más en el asiento, en serio era intimidante, rugía con furia, sentía la
vibración, el torque del motor, cuando de forma inopinada, sin avisar Andrés
Felipe, salía del lugar haciendo chillar las gomas del auto, lo cual enterró un
poco al niño en el asiento por la tremenda aceleración.
El camino hacia el centro
comercial lo hicieron de forma muy rápida, pero en absoluto silencio, Juancho,
estaba emocionadísimo al estar viajando en compañía de su padre con tremendo
estilo, “LA BESTIA”, era un coche radical, que atrajo miradas sobre ellos en
todos los semáforos en que se detuvieron,
Aunque no lograba disfrutarlo del todo, ya que su papito no lo había
Determinado durante todo el trayecto, jamás había visto a su padre tan molesto
con el antes.
esto ya le estaba
preocupando, era preferible que le hubiera reñido durante todo el trayecto, que
incluso le hubiera anunciado una buena al regresar a casa de cenar por grosero,
pero nada había ocurrido, todo era absoluto silencio, salvo por el atronador
sonido del motor del carro.
El coche fue guardado en el
parqueadero del centro comercial, poco después ya estaban sentados en un local
de Dominoes, observando la carta con detenimiento, te parece si pedimos media
pizza hawaiana y media de pollo con champiñones? Pregunto Andrés Felipe, muy
serio y seco mirando a su niño.
Sí señor…., suena… rico,
contesto bajito y con gesto bastante triste, fingiendo una media sonrisa Juan
Andrés, sus hermosos ojos color miel ya estaban bastante brillantes y algo
húmedos, cosa que fue notada de inmediato por su padre, el cual sintió como se
arrugaba su corazón.
Pero había decidido ser firme
en esta ocasión, durante uno de sus cursos militares había estudiado la
psicología inversa en combate, eso sin duda sería útil, ya que si su adorado
Juancho recibía por un par de horas el
mismo trato, la misma forma de hablar ruda que solía utilizar con sus padres,
eso seguro lo Haría reflexionar y ver las cosas en perspectiva, eso sería más
útil que otra tunda seguramente.
Padre e hijo cenaron en
absoluto silencio, mientras Juan Andrés, sentía como si la comida se le fuera a
atragantar en cualquier momento, cosa que noto Andrés Felipe.
Pero decidió ignorar todo por
completo, lo hiso adrede, no diría nada, quería que cenaran en absoluta paz,
para él las horas de comida siempre fueron sagradas.
Cuando ya habían pagado la
cuenta y se disponían a salir del local, el niño se armó de valor y decidió
tratar de conversar con su padre, el cual estaba revisando el inbox desde su móvil.
De cualquier cosa. Lo que
fuera, cualquier tema estaría bien, pero necesitaba oír su voz, romper este
silencio odioso, esta apatía de su parte, que le dolía más que unas nalgadas.
Papi, nos vamos ya para el
apartamento? o le vamos a buscar una ensalada de frutas a Gelica? Pregunto con
tono dulce el niñito, esperando ansioso la respuesta de su padre, el cual lo
miro de reojo apenas levantando la vista de la pantalla del teléfono móvil.
Oiga, sabe que si chino
(niño), creo que sería muy buena idea llevarle eso a mí morena, seguro se
levanta en un rato con bastante hambre, ya que vomito Hasta el ponqué de la
primera comunión esta tarde.
Gracias por el dato parce
(amigo), vamos a creps n wafles que ahí venden unas deliciosas.
Juan Andrés, sintió como si
un balde de agua helada le hubiera caído encima de improviso, no se lo podía
creer, su papito le estaba hablando de ese modo?? Chino?,
Parce?, además todo indiferente y seco en su mirada, en sus gestos, su
papi que normalmente destilaba dulzura cada vez que le hablaba o se acercaba a él.
Sintió como un nudo se le
hacía en la garganta y sendos lagrimones rodaron por sus hermosas mejillas,
esto no podía estar pasando, su papito nunca lo había tratado de ese modo, era
horrible oírlo hablar así, JODER, si él era su hijito, su niño, no era uno de
sus compañeros del ejército, ni un soldado.
Se secó las lágrimas
inmediatamente con la manga de la chamarra que traía puesta, tratando de
disimular la enrome tristeza que
embargaba todo su Tierno ser en ese mismo instante.
Se dirigió en compañía de su
padre rumbo a Creps n Wafles, tratando por puro instinto de tomarlo de la mano,
el militar al notarlo, lo miro de reojo y le dijo con sarcasmo, guardando su
teléfono móvil en el bolsillo derecho de la chamarra deportiva que traía
puesta.
No se supone que soy “un man
Intenso”?, fresco parcero no necesita portarse lambiscón conmigo, yo pienso que
usted ya está lo bastante grandecito para caminar solo no cree?
Es más, si tanto fastidio le
da que sus cuchos (padres), lo molesten, insistiéndole en que use ropa bien
abrigada aquí en Bogotá, pues breve panita, no la use, eso sí, cuando le dé una
bronquitis bien corrompida y toque hospitalizarlo, no se vaya a quejar por las
inyecciones de anti bióticos constantes, ni por qué lo nebulicen cada tres
horas, estamos? Tenemos un trato?
Hablarle a su hombrecito de
ese modo, al niñito de su corazón lo estaba destruyendo por dentro, eso le
había dolido horrores a ambos, pero su Juancho necesitaba aprender esta
lección.
Las palabras podían ser
usadas como armas, una frase dicha de mala manera sin pensar, con rabia, podía doler
más que un puñetazo en la cara si quien te la decía era alguien a quien amabas.
Juan Andrés, lo entendió de
inmediato, ya que escuchar a su padre referirse a él en esos términos y además
de eso tratarlo de forma tan seca, como si fuera un completo extraño le había
dolido profundo en el alma.
Las odiosas lágrimas se
escapaban a raudales de los bellos ojos color miel del niño, estaba demasiado dolido,
simplemente no lograba contenerlas, pero como un buen Contreras que era, se
aferró fuerte de la mano de su padre y aunque lloraba con autentico
sentimiento, siguió caminando en silencio a su lado por el centro comercial.
Andrés Felipe, sentía como el
corazón le estallaba en pedazos como dinamitado, esto le estaba doliendo más
que una herida de bala, en ese momento hubiera preferido eso, antes que ver al
niñito de sus ojos llorando a mares completamente triste y dolido por su causa.
Compraron la ensalada de
frutas en Creps n Wafles, en absoluto silencio, Juan Andrés, se secaba los
lagrimones que no paraban de brotar de sus bellos ojos, con su manita
izquierda, pero con la derecha no soltaba la mano del militar en ningún momento,
él no lo dejaría pasara lo que pasara.
El viaje de regreso al
apartamento fue absolutamente lúgubre para ambos, Andrés Felipe, no supo en que
momento las lágrimas se le escaparon a el mismo de los ojos y rodaban hirviendo
por sus mejillas.
Mientras que Juan Andrés, se
moría de tristeza, sentado en el asiento del pasajero, llorando a raudales,
tratando de hacerlo en silencio, secaba sus lagrimones una y otra vez, pero no
conseguía parar de llorar.
Simplemente esto le dolía
demasiado. Hubiera preferido una buena tunda en lugar de aquello, Pero los
hipidos, los pucheros, ese llanto sentido que trataba de controlar, termino por
superar sus fuerzas cuando finalmente habían entrado al apartamento y su padre
regresaba de la cocina, después de guardar la ensalada de frutas de Angélica María,
en la nevera.
Juan Andrés, estaba de pie,
en el medio de la sala esperando por su padre, completamente compungido,
sintiéndose la peor mierda sobre la faz de la tierra.
Pensando que su papito ya no
lo quería más, que simplemente se había hartado de él, que de ahora en adelante
lo soportaría simplemente por ser su hijo, pero que sería frio e indiferente
con él en los años venideros y esa perspectiva le resultaba insoportable.
Era un temor absolutamente
irracional e infundado de su parte, ya que el oficial militar amaba a su hijo
con cada célula de su ser y eso jamás cambiaria, pero el niño había recuperado
a su padre hacia tan poco tiempo, que aun cargaba a cuestas demasiados miedos e
inseguridades.
Entre esas no conseguir ser
digno del amor de su padre, no lograr dar el ancho, que el Capitán Contreras,
se decepcionara de él y ya no lo quisiera amar más, temor absurdo que padre e
hijo compartían, pues Andrés Felipe, toda su vida había vivido persiguiendo la
sombra de su padre, tratando de estar a su altura, de enorgullecerlo.
Lentamente un adolorido
Andrés Felipe, se acercó a su niño, lo tomo suavemente de la manito y lo llevo
hasta el sofá de la sala, con el fin de sentarse ambos y poder hablar cara a
cara.
A la misma altura al hacer
contacto visual, ya que no deseaba transmitirle una imagen autoritaria, de
dominio, al conversar con el mirándolo enojado desde arriba hacia abajo.
Deseas decirme algo hijo?
Inquirió de forma suave el militar, suavizando incluso la mirada y el gesto, ya
quería que todo aquello parara de una buena vez, estar enojado con Juan Andrés,
era lo último que deseaba en ese momento.
Siii, si…señor, yo… yooo, ish,
ish, ishhh, ishhh, BUAAAAAA, BUAAAAAAAA,BUAAAAAAAA, PERDONAMEEEEEE, SOY UN
BURRO, SIEMPRE LA CAGO AL HABLAR, CUANDO ESTOY MOLESTO DIGO BOBADAS SIN PENSARLAS
ANTES, perdóname papitoooo, yo no quería hacerte sentir mal.
Te das cuenta cómo se siente
de feo que una persona que amas te trate con desdén y grosería amor? Pregunto
de modo dulce el militar, al tiempo que con ternura secaba los lagrimones del rostro
de su niño con sus manos. Haciendo que Juan Andrés, recuperara la tranquilidad,
sentía ingresar una bocanada de aire fresco después de creer que se estaba
asfixiando, lo siguiente que hiso el niño fue lanzarse a los cálidos brazos de
su padre, el cual lo atrapo en un fuerte y prolongado abrazo, un abrazo
protector, firme que alejo todos los miedos e inseguridades de su corazón.
BUAHHH, BUAHHHH, NUNCA MAS
PAPITO, JAMAS VUELVO A HABLARTE ASI NI A TI NI A LA MAMA, PERDONAMEEEE,
BUAHHHHHH, BUAHHHH, seguía llorando descontroladamente, estaba al borde de un
ataque de pánico, pero poco a poco su papito lo fue calmando a base de mimos, caricias
y besos.
Andrés Felipe, lo sentó en su
regazo y lo acuno contra su pecho, meciéndolo suavemente al tiempo que le daba
besitos en la cabecita, en las mejillas, sin Poder controlar la salida de sus
lágrimas al tiempo, todo aquello había sido devastador para ambos, pero él
debía ser fuerte por su hijito.
SHHHH, SHHHH, ya mi príncipe
adorado, SHHH, ya paso mi vida, no hay porque seguir llorando, el papito te
adora mi ángel, suceda lo que sea, hagas lo que hagas, eso jamás va a cambiar
hijito, lamento tanto que pasaras por esto, pero necesitabas aprender una
lección valiosa mi amor, ya paso mi niñito bello.
Así siguieron padre e hijo,
fundidos en medio de un profundo abrazo, por casi una hora entera, transmitiéndose
mutuamente seguridad, amor y una infinita calidez, hasta que el niño finalmente
se calmó por completo y se separó un poco del pecho de su padre, para después
mirarlo ansioso con ganas de preguntarle algo.
Papito, puedo dormir con
Gelica y contigo esta noche? Seguido esto de su mejor carita de cachorrito
triste con puchero incluido de refuerzo, es que no quiero dormir solito en mi
habitación, mira que fuiste muuuuuyyyy malo con migo esta noche y necesito
muchísimos más mimitos y abrazos de mis papis para volverme a sentir bien.
Andrés Felipe, lo observo
entre sorprendido y divertido, ante el desparpajo y las ocurrencias de su
mocoso, sin poder evitar dejar escapar una enorme sonrisa, bueno,… esta noche
vas a dormir en medio de los papitos, a ver si con eso consigo que me perdones
por ser un ogro feo que trato mal a su bebito inocente, dijo el militar con
ternura.
PLAS, al tiempo que lo
enviaba a su habitación dándole una suave pero sonora nalgada, a ponerse el
pijama, vamos, cámbiate rápido que tengo muchísimo sueño.
Juan Andrés, regreso en menos
de tres minutos con un pijama muy abrigado puesto y pantuflas, la lección había
quedado más que aprendida esa noche, estaba completamente feliz de que su padre
siempre terminara dándole gusto y cediendo a sus caprichos.
Así padre e hijo ingresaron
suavemente, en completo silencio a la habitación principal de su apartamento,
procurando no perturbar el sueño de la mama.
Andrés Felipe corrió de lado
las cobijas y le dijo sonriente pero fingiendo marcialidad a su hijo, “Suba a
bordo soldado”, para que el niño entrara a la cama primero y así quedara en
medio de ambos.
Andrés digno hijo de su padre... quien es el para usar psicología inversa y causar más inseguridades en el niño... en vez de agradecer cada que su hijo lo recibió con infinito amor... pretende cambiar al niño de la noche a la mañana cuando nunca estuvo presente en su educación... es bien fácil apacer 12 años después y querer dictar reglas por muy inocente de la maquinación de su padre la realidad es una sola Juan creció sin un padre y tuvo que lidiar con eso lo mejor que pudo y si es rudo y contesta mal pues que no cambie con amor no haciéndolo sentir la peor basura del mundo... que si es que esos lujos se los puede dar un padre presente que con años de amor le creo a su hijo la certeza que no importa el que siempre estará con él... un un padre que acaba de conocer a su hijo que como apareció en su vida puede desaparecer... lo siento peor Andrés Felipe se fue al paredón... y en espera a lapidación pública y colectiva
ResponderBorrarTienes razón lady, se paso de bárbaro Andres Felipe con el niño, pero entiéndelo un poco, es un militar y padre primerizo ademas, bastante solitario, el roll de hombre de familia lo esta tratando de asimilar, ama a Angie y a Juancho con su alma, pero como todo militar en ocasiones es medio bestia.
ResponderBorrarMe encanto, continúala pronto por favor.
ResponderBorrarYa quiero leer como va a reaccionar el abuelo.
ResponderBorrarya lo veras linda y créeme te va a gustar.
BorrarAndres Contreras!! :3
ResponderBorrarQue puedo decir con lo que no me extienda como 3 cuartillas? xD, Tu historia en verdad me fascina, es una mezcla absoluta de emociones, sentimientos y bueno hombre es que en un solo capitulo experimentas la tristeza, felicidad, los nervios :3 debo decir que leo esta maravilla desde el primer capitulo pero no habia podido comentar ;/ Pero bueno mas vale tarde que nunca asi que Bienvenido! Entraste por la puerta grande hombre :3
Mmmm queria golpear a Andres Felipe por ser tan rudo aunque le doy punto de razón xD una lección un tanto dura pero necesaria y mejor a llevarse otra tunda :O
Ya quiero saber que pasara con el "dragón" y Andres Felipe xD aunque a ese señor si me dan unas enormes ganas de fusilarlo
Y bueno solo me resta decir que esta familia me tiene totalmente enamorada <3 Y es que particularmente me fascinan las relaciones padre-hijo asi de cariñosas y mimosas :D
Saludos y un abrazo :D
Escribes de maravilla
Att.Miranda
Muchísimas gracias miranda, que bueno que te guste tanto la historia, ademas me encanto que hayas entendido la motivación y el enfoque que el militar le dio a su actitud como forma alternativa de castigar al niño por su grosería. aunque concuerdo con todas, se paso tres pueblos al hacerlo, jejejejejejeje
BorrarCada vez me convenzo más que no me interesa ya el encuentro entre Juan Andrés, Andrés Felipe y el famoso General Contreras Whitemore... para qué?! Ya son felices ellos tres y el resto de la familia... si el general decidió vivir una vida fría y amargada, deseoso de poder, que la viva él solo! Que no llegue a perjudicarlos y entristecerles a ellos
ResponderBorrarSe le pasó tres pueblos a Andrés eso de la psicología inversa, pobre niñito él, tan dulce y además pre adolescente, Andrés Felipe y Angélica tendrán que tener muchísima paciencia con eso!
Muy lindo capítulo!
Gracias Camila, por tu comentario, como siempre muy enriquecedor, pero me temo que el Dragón va a entrar en escena y va a ser tremendo, para todos los involucrados.jejejejejejejeje
BorrarWow aqui apareciendo...no soy de las que comenta mucho pero no puedo negarlo me encanta la trama de esta historia, es sencillamente esquisita, lo de Andres si se pao, te creo que hubiese sido de ida al lugar o inclusive mientras se alistaba el pekeño o a lo maximo a todo dar cuando volvian en el mismo automovil al ver llorar al peke, porque ver a su hijo llorar y no parar eso para mi fue pasarse demasiado, y vaya qye aprendio con esta leccion porque creo que este peque no la olvidara en varios años inclusive mas que una tunda con el cinturon o con lo que se te ocurra, e inclusive me gustaria leer que pensaria gelica y la abue del peke al saber como castigo su hijo a su pequeño, me imagino que a ella no le gustara nadita de nadita y algun reto se ganara, y uff tengo una cantidad de pensamientos e ideas de que pueda pasar que ni te imaginas, como por ejemplo que el general quiera meter a su unico nieto hombre(hasta el momento) en lo militar de igual manera para qeu siga "sus pasos" asi de esta forma continuaria su supuesto legado, oro y mas terrible aun que intente atentar contra gelica otra vez pero esta vez de una manera mas efectiva (intento de asesinato) pero a la vez disimulando ser el suegrito perfecto, o lo otro seria volver a mandar a su hijo a una mision pero eso ya lo veo mas dificil porque este seria capaz de salirse con tal de no perder a su familia otra vez, me imagino que ademas por como mencionaste el peke estoy segura que va a caer al hospital o se va a enfermar por ser tan descuidado, en verdad por favor trata de actualizar lo mas pronto posible porque leerte es simplemente maravilloso
ResponderBorraratte
Mousse
PD: no bromeo en serio CONTINUALA PRONTO!!!
Muchísimas gracias mousse, que gratificante saber que esta historia te guste y entusiasme tanto, tus ideas son un aporte muy valioso para la trama de la historia a futuro, las tendré muy en cuenta. un abraso.
BorrarMi estimado Andres...
ResponderBorrarHe devorado cada parrafo y disfrutado mucho de las vistas, es un relato con una trama muy buena y novedosa jjjj...
Muy contenta de los futuros planes, del embarazo en curso, del smor que reina en la familia y de la alegría de la abuela y espero con ansias el encuentro con el abuelo... Quiero ver que dira al conocer a su hermoso nieto jjjjjj me hace que le da un infarto por tonto jjjjjj
En espera del proximo cap...
Marambra
Que bueno que te gusto el capitulo, tu has acompañado esta historia desde el inicio, tu opinión es valiosa y motiva a seguir, un abraso.
BorrarHola Andres, me encanta tu historia, tu narrativa y estilo son realmente unicos. Realmente me habria gustado poder escribirte hace muuucho tiempo, pero debido a las complicaciones laborales y de hogar desde el mes de febrero me ha sido imposible tomarme un tiempecito para comentar y el apenas si he podido mantenerme al dia con las lecturas. Espero poder comentar mas seguido. Lo que si es seguro es que tus capitulos me gustan sobremanera ya que detallan situaciones reales y cotidianas. Gracias por animarte a escribir.
ResponderBorrarHasta pronto............espero..........
Muchísimas gracias por tu opinión, espero sigas acompañando la historia y también que logres salir avante tanto en lo laboral como en lo domestico, te deseo lo mejor y te mando un cálido abrazo.
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