Chapter 103: Salvar a Peter
Para uno de los dos
hombres habían pasado muchos años. Para otro, ni siquiera unas horas. Pero
Patrick era un hombre inteligente, y al ver la desesperación en el rostro de su
hijo y conociendo sus poderes, se hizo una idea bastante aproximada de lo que
había sucedido. Recogió a su pequeño hombre del suelo, que quizá en esos
momentos tuviera más años que él en esas ironías de los viajes en el tiempo, y
le ayudó a echarse en el sofá, porque parecía gravemente cansado. Le estuvo
reconfortando durante un rato, atendiendo su fiebre hasta estar seguro de que
no estaba enfermo… al menos, de ninguna enfermedad física. Por dentro, era
posible que Paul padeciera la mayor de las enfermedades. La extrema soledad.
Padre e hijo tenían
que ponerse al día, pero algo le decía a Patrick que aquél no era el momento.
Cuando se despidió de su hijo, había intuido que nunca más le volvería a ver.
Ahora tenían esos instantes robados, pero Patrick sentía dentro de él que
aquello no era el fin de la partida, ni una buena señal. Aquello, era sólo un
aspecto más de la despedida.
El hecho de que Paul
intentara desesperadamente decir algo importante parecía confirmar las
sospechas de Patrick. Aquello era sólo una misión más. De otra forma su hijo no
habría ido a verle. Dolía saber que su propia sangre sobreponía su destino a su
familia, pero al mismo tiempo era bonito ser desplazado por algo de tal
magnitud, como si únicamente el destino hubiera sido capaz de separarles.
- Papá… dime… que
aún tienes… esa habitación …abajo.
- ¿La habitación que
estaba ahí hace dos horas? Si Paul, no he hecho reformas en ciento veinte
minutos. – respondió Patrick. Aquello le confirmaba que para su hijo había
pasado mucho más tiempo.
- Vale. – respondió
Paul, aliviado.
Parecía demasiado
cansado para decir nada más. Patrick esperó unos segundos, y finalmente volvió
a hablar él.
- ¿Por qué quieres
saberlo?
Esa habitación era
una especie de búnker de emergencia… Cuando eres brujo y te dedicas a perseguir
demonios en una doble vida, tienes que tener un plan B por si algo sale mal. Un
sitio donde esconderte a ti mismo y a tu familia…o donde encerrar al que te
persigue.
- ¿Recuerdas que
querías protegerme de Chris?
- Aún quiero.
- Es de Peter de
quien tendrías que haberme protegido.
Patrick abrió mucho
los ojos, porque aquella frase le sonó a "pero ya es tarde para
hacerlo".
- ¿De qué… de qué
estás hablando? La profecía…
- La entendimos mal.
El destructor es Peter. Y si todo sale bien dentro de muy poco le traerán aquí,
y será necesario contenerlo. Él podría matarnos a todos, papá.
- ¿Y tu quieres traerle
a ésta casa, con tus hermanos?
- Quiero traerle al
único sitio preparado para encerrar a alguien con el poder de Peter.
- ¿Y una vez ahí?
¿Qué?
- En realidad, eso
ya no depende de mí. No soy el que tiene que tomar la decisión.
- ¿Dónde… dónde estoy?
– preguntó Chris, algo confundido.
- En casa del tío –
respondió Nick.
Los recuerdos
asaltaron a Chris. Recordó que tendría que estar muerto, pero no lo estaba.
Recordó que Peter sí. Se ahogó. Sintió que no podía respirar.
– Peter…
-Él está bien –
tranquilizó Nick. En realidad "bien" no estaba, algo raro estaba
pasando con él, pero ya habría tiempo de decirle aquello a su padre.
- Papi – dijo Leo, y
abrazó a Chris muy fuerte.
- Eh, campeón. ¿Qué
haces tú aquí? ¿Y Amy?
Glups. Leo se abrazó
aún con más fuerza, y no dijo nada.
- ¿Leo?
- Yo quería estar
con Peter, papá. Sentí que algo muy malo estaba pasando.
- ¿Sabe Amy que
estás aquí? – preguntó Chris con el ceño fruncido. - ¿Te ha traído ella?
Leo negó suavemente
con la cabeza.
- Usé un hechizo.
Pero… mejor me matas luego y ahora…salvamos a Peter.
A su pesar, Chris
sonrió un poco. Luego se puso serio y miró a Leo de una forma que hizo que éste
se hiciera varios centímetros más pequeño.
- Hecho: te mato
luego.
Glups al cuadrado.
Peter 2 no podía
dejar de ver la ironía. Él era el que venía del universo malvado. Él era el
asesino. Él era, en esos momentos, el brujo más poderoso, con habilidades
robadas a personas a personas a las que había matado. Y sin embargo era el otro
Peter el que estaba convertido en piedra. Era el otro Peter al que no podían
controlar. Era el otro Peter el que no era culpable de sus actos, puesto que
estaba claro que algo le había pasado al volver de la muerte. Pero aquello
hacía mucho tiempo que no iba sobre ser inocente o culpable.
Chris 2, Nick 2,
Peter 2, y la estatua de Peter aparecieron en el salón de la casa de Paul. Paul
les estaba esperando, sentado en el sofá, porque no parecía capaz de tenerse en
pie. A duras penas había convencido a su padre para que sacara a toda su familia
de la casa
- Pensé que no
vendríais – dijo Paul, con alivio.
- Costó un poco. –
respondió Chris 2.
Paula levantó una
ceja irónica, pues eso era evidente. Tan sólo había que observar que Peter
estaba convertido en algo que parecía piedra, sin llegar a serlo.
- Hay que
encerrarle. – sentenció.
- ¿Qué?
- Se pondrá peor
cada vez, hasta que ya no quede en él nada del Peter que conocemos. Es
demasiado poderoso. Vamos a llevarle al búnker.
- Pero…¿así? ¿Son
devolverle a la normalidad primero? – insistió Peter 2.
- No creo que esté
muy contento con vosotros por hacerle eso. ¿De verdad crees que dejar que se
mueva es la mejor opción?
- Tengo más miedo de
lo que me haría el otro Chris si se entera de que su hijo es una estatua –
replicó Christopher 2, y miró a su hijo. – Hazlo, Pete.
Peter 2 no las tenía
todas consigo, pero hizo lo que le pedía. Poco a poco Peter volvió a la
normalidad… o a una anormalidad animada. Lo cierto es que nada en él parecía
normal. Tenía una mirada peligrosa en los ojos y en cambio parecía espeluznantemente
calmado. De no ser por esa mirada, nadie hubiera dicho que estaba enfadado.
- Deberías haber
hecho lo que decía Paul – comentó con calma.
- ¿Nos…nos has oído?
- Perfectamente. –
respondió Peter, pero realmente no sonó como Peter. Había veneno en su voz.
- Peter, escúchame,
lo único que queremos es… - empezó Paul.
- ¡ENCERRARME! –
bramó Peter, lleno de ira. Sin que ninguno lo viera venir se abalanzó contra
Peter 2, que había usado su magia contra él. Chris salió en defensa de su hijo,
y Nick de su hermano, y así se enzarzaron en una pelea que acabó cuando Peter 2
volvió a hechizar a su alter ego.
- Puede que sí esté
un poco enfadado – dijo Chris 2, sin aliento. Decidieron llevarle así a la
habitación preparada para contener a alguien como él, pero justo entonces
escucharon el característico tintineo que delataba la aparición de un luz
blanca.
Ante ellos
aparecieron Chris, Nick, y Leo. Wyatt le había dicho a Chris que Paul le había
salvado y que parecía neceistar ayuda, así que como no sabía por dónde empezar,
decidió comenzar por localizar a su protegido, a través de sus sentidos de luz
blanca. Su sorpresa fue infinita cuando vio quién más estaba allí, y el corazón
dejó d elatirle cuando vio a Peter…. Y le volvió a latir, rápido y furioso, cuando
vio lo que le habían hecho.
- ¿Qué es lo que ha
pasado?
- Christopher - dijo
Paul, con alivio. Sabía que le había salvado, pero se alegraba de verle
caminando.
- ¿Qué le habéis
hecho? – dijo Chris. Él no estaba para reencuentros emotivos en ese momento. ¿Por
qué su niño era una roca?
- Era necesario… -
susurró Peter 2.
- ¿Qué era
necesario? – estalló Nick, y se acercó a él, con pasos agresivos. - ¿Era
necesario hacerle esto a mi hermano? ¿Era necesario hacer que casi muera mi
padre?
- Nick, cálmate…
- ¡NO ME DIGAS QUE
ME CALME! ¡Que a nadie se le ocurra decir que me calme, porque dudo que pueda
volver a calmarme en la vida!
Aunque ni la rabia
de Nick ni sus palabras iban dirigidas hacia él, Chris se sintió herido como
por un aguijón al escuchar eso. Sus hijos habían pasado por tanto… ¿y si eso
tenía efectos irreparables en él? ¿Y si quedaban marcados de por vida? Él mismo
estaba por perder la cabeza…
Nick forcejeó con
Peter dos sin soltar el agarre que tenía sobre la camiseta de éste.
- ¿Chris, no vas a
decirle nada? – instó Christopher 2.
- Aún me estoy
planteando que no deba unirme a él… - replicó Chris. Peter 2 le miró algo
herido, y Chris se forzó a recordar los días que había pasado junto a ese
chico, las promesas que le había hecho…Suspiró, y se acercó a Nick para
separarle de Peter 2 con suavidad. – Vamos, Nick. Déjale, hijo. Eso no va a
ayudar a tu hermano.
- Ese de ahí no es
su hermano – intervino Peter 2
- Cuidado con lo que
dices – avisó Chris – No formo parte de tu club de fans, ahora mismo.
- ¡Yo no quería que
cayeras del puente! – se defendió el chico.
- ¡Eso ya lo sé!
¡Pero sólo tú, y tus nuevos poderes robados has podido convertir a mi hijo en
piedra!
- ¡ÉL YA NO ES TU
HIJO!
Christopher se movió
rápidamente. Por un segundo Peter 2 pensó que iba a pegarle, pero Chris se
limitó a agarrarle firmemente por los hombros.
- SIEMPRE será mi
hijo.
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